Una ayuda terrenal para Agustín

Hace unas semanas me enteré del caso del chico cordobés Agustín Bustos Fierro y de sus hermanos. Estos chicos sufren de una enfermedad muy terrible y necesitan un tratamiento que el sistema de salud en nuestro país no puede darle (ni el público ni el privado). Por eso tiene que recurrir a los demás, ya que su familia no posée los medios para que puedan ser tratados en los Estados Unidos.

En este blog siempre remarcamos la importancia de la caridad privada y de la ayuda voluntaria. Por eso voy a aprovechar mi espacio y las muchas visitas que tiene el blog para difundir el sitio donde pueden donar y ayudar a que Agustín y su familia tengan una vida mejor.

http://www.unmilagroparaagustin.com/
Al contrario del nombre que le pusieron al sitio para su ayuda, Agustín no necesita de ninguna ayuda divina, necesita la ayuda voluntaria y terrenal de todos aquellos que podamos brindársela.

Qué podemos ver?

Las imposiciones de la ley de medios sobre los canales de TV ya se empiezan a vislumbrar en la pantalla. Desde hace ya un tiempo, gracias a la instrumentación de la ley, no nos confundimos más entre lo que corresponde al programa de TV que se transmite y la publicidad emitiada en los cortes. La placa de «espacio publicitario» nos advierte de que dejamos de ver el programa en cuestión, cómo si no lo podíamos diferenciar con anterioridad.

Página/12 en su edición de ayer menciona otros aspectos de la ley que deben ser cumplimentados por los canales de TV, tal es el caso de la programación infantil:

Acorde a la costumbre histórica de no atenerse demasiado a las leyes, algunos canales de TV comenzaron a retocar sus programaciones para cumplir –con demora– con la cuota de pantalla infantil que comenzó a regir desde el primer día hábil del mes. Tal como denunció Página/12 en la edición del martes, a excepción de Canal 7, las emisoras no cumplen con la resolución 474/2010, que estipula que los canales de TV abierta deben emitir tres horas de programación dedicada a niños, niñas y adolescentes, desdobladas en dos medias jornadas diarias.

[…]

Como si la resolución facultara a las emisoras de un período de varios días para adecuar sus programaciones –interesada interpretación para la cual la normativa de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) no entrega elementos posibles–, paulatinamente los canales empezaron a incorporar contenido infantil a sus pantallas.

Está nota, que en su mayor parte se dedica a «escrachar» a los canales de TV que no implementaron los requisitos de programación infantil, obligatorios a partir de la sanción de la nueva ley, deja expuesto de manera alevosa el condicionamiento del gobierno a la hora de permitir que cada canal decida que programación ofrecer al público.

De esta manera, y contrario a los que piensan algunos, no se promueve la «diversidad», la «inclusión», o cualquier otra palabra que tengan connotación positiva, la verdadera naturaleza de estos actos es netamente autoritaria. No solo porque se trata de una orden directa del gobierno a qué productos debe ofrecer cada canal, o en otras palabras, se pasa del criterio del público que convalida la programación con el rating mirando a un criterio establecido por intereses políticos, el primero guiado por las acciones voluntarias de todas las partes, el segundo impuesto por todo el aparato de la fuerza del gobierno.

Los resultados están a la vista, La cocina del 9, el programa que fue acortado para la incorporación del segmento infantil producido por el gobierno Paka Paka, promediaba 5  puntos de rating, por el otro lado  Paka Paka nunca supero los 2 puntos.

Un último comentario adicional, en el segundo párrafo, el periodista menciona los tiempos que tardan en implementarse la nueva ley, no dudo que podría haber mencionado en el medio en el que trabaja como se toma una decisión empresaria (que a veces puede llevar tiempo en ser implementada)  porque en el diario que trabaja, hace mucho se dejaron de tomar decisiones empresarias ya que sobreviven, en su mayor parte, gracias a la publicidad oficial.

Promo Libre

Hoy mientras caminaba por el subte yendo al trabajo, agarré un Diario La Razón y me puse a ver la nota de tapa. Leí la volanta… y paré de caminar: «Me siento libre cuando puedo elegir de todo». La nota (o publicidad, da igual) hacía alarde de cómo «respondiendo a la necesidad y al pedido de los consumidores, todos los medios de pago están disponibles», y la promo amplía «sos libre para elegir cómo pagar», «sos libre porque tenés más de un día para venir», «sos libre para elegir los productos en promoción». En síntesis, la libertad «vende». Y, paradójicamente, es comprada porque nunca le fue tan bien a Carrefour como con esta promo.

Pero qué pasó con el mito de los formadores de precios? Con esos monstruos viles y egoístas que quieren perjudicar al pobre trabajador? Y la inflación? Y Candela?

En competencia, las empresas pueden sacar este tipo de promos que no hacen más que incentivar la baja de precios y satisfacer mejor a los consumidores. En competencia el trabajador, el consumidor, es libre y se beneficia por un grupo de empresarios que luchan entre sí para satisfacerlos mejor. En libertad, el consumidor es el rey.

Hoy, Carrefour, con su Promo Libre, me robó una sonrisa. Obvio que no les voy a comprar, porque tengo un chino a 2 cuadras y gracias a las exenciones fiscales que tienen y que venden marginalmente, probablemente siempre sean una mejor opción, pero no puedo menos que aplaudir de pie el hecho de que basen una campaña en la libertad, en darle el poder al consumidor y que, en consecuencia, les vaya bien.

No hay medida del gobierno que pueda siquiera acercarse a los beneficios que genera la inventiva comercial. No seas ganso, cuando compres, si querés cuidar tu bolsillo, Elegí Ser Libre.

¡Al pueblo lo que es del pueblo!

Hace unos días escuché unas declaraciones del señor Martín García, director de Télam (agencia de noticias del Estado argentino):

El susodicho, ante la revelación de que el 47% de la pauta oficial va a parar a las manos de los señores Spolzky y Gvirtz (productoras adictas a la actual administración), declara algo así: “Por supuesto que el gobierno va a darle más pauta a los medios amigos que a los enemigos. Los medios enemigos tienen la pauta privada que es mucha. La pauta oficial la ahorró el pueblo y es para proteger a este modelo nacional y popular. Que se jodan los otros”.

No conforme, unos días después vuelve a la carga, presentando la idea de crear el “Instituto de la Publicidad Democrática”, que funcionará de la siguiente manera: los anunciantes deberán pautar al instituto y éste distribuirá la pauta en forma igualitaria en todos los medios. Porque claro, los medios y programas que no miden, no están recibiendo pauta publicitaria de los grandes anunciantes.

Su razonamiento para esto fue implacable y demoledor: la plata para la publicidad sale de los precios de los productos que consume “el pueblo”, entonces es “el pueblo” el que está invirtiendo en la publicidad y tiene que obtener algo de eso.

Las verdades de Martín García

Las verdades de Martín García

La verdad, me pareció una idea brillante. Yo me cansé de esto del liberalismo y me voy a sumar a los pedidos de Martín. Listo, me cansé y me cansé y, como toda la vida consumí un montón de productos voy a pedir para “el pueblo”:

Que se cree el Instituto Nacional Democrático para el Envasamiento de Alimentos: Como el pueblo es el que consume los productos, todas las empresas deberían pagarle a este instituto para que se encargue de hacer que las empresas envasadoras que no son elegidas por las grandes empresas, también puedan ser capaces de envasar las arvejas Inca, el puré de tomate Arcor y las galletitas Sonrisas.

Que se cree el Instituto Democrático Para el Diseño de Packaging y Publicidad: hay diseñadores a los que no los contratan las grandes marcas para que los provean con nuevas ideas, porque no tienen talento. Y como todo “el pueblo” paga los productos de su bolsillo y de ahí se le paga a los diseñadores, se están robando el ahorro del pueblo. Y para este proceso nac and pop no hay nada más importante que que todos los diseñadores reciban parte de los ahorros del pueblo. Páguese todo el dinero al instituto que distribuirá las necesidades publicitarias entre todo diseñador argentino.

Que se cree el Instituto Democrático para la Participación e Inclusión en los Medios: como la pauta la paga el pueblo y esa pauta banca la emisión de los programas, en definitiva es el pueblo el que debe estar a cargo de los programas. Por lo tanto y a través de una Comisión Democrática de Selección y Rotación de Elenco, a partir del dia de la fecha, todo ciudadano deberá poder participar en los Medios. Notifíquese a todas las productoras que a partir de la fecha:

  • Los elencos  de las ficciones serán rotativos y cada personaje deberá ser interpretado cada día por un ciudadano distinto.
  • Los noticieros y programas de chimentos deberán cambiar cada día su staff y hablar más sobre la vida de los ciudadanos comunes.
  • Los medios gráficos deberán dar participación a toda la ciudadanía en la producción de diarios y revistas, incluyendo, claro está, los dibujos de la página de los chistes.
QNTP está practicando para hacer de Mariano Martinez y sus hermanos barbeta

QNTP está practicando para hacer de Mariano Martinez y sus hermanos barbeta

Que se cree el Instituto Nacional, Democrático y Social de Fútbol: como los clubes se mantienen con las entradas que paga “el pueblo” y con la publicidad que pagan los anunciantes que es, finalmente, del “pueblo”, todo ciudadano tendrá la libertad de participar en los partidos de primera división de los equipos que deseen. A partir de la fecha, los clubes deberán entregar democráticamente las fechas donde cada ciudadano podrá jugar en la posición que desee, desde técnico hasta delantero o alcanza pelotas.

Que se cree el Instituto Nacional y Democrático de Citas: es injusto que solo algunos hombres puedan salir con las mujeres lindas, ya que las mismas crecieron, se producen y visten gracias a los ya mencionados Institutos, por lo tanto, pertenecen a todo “el pueblo”. A partir de la fecha deberán registrarse en este Instituto y serán provistas con citas igualitariamente con todos los ciudadanos. Por supuesto que las actividades que realicen con unos, deberán realizarlas con todos, ya que si no, sería antidemocrático.

Democrátizando las citas, aumenta la felicidad

Democrátizando las citas, aumenta la felicidad

Espero la pronta aprobación del Congreso, la promulgación por nuestra señora Presidente y la publicación en el Boletín Oficial y, claro, en todos los medios de comunicación democráticos.

El mito de la ausencia del estado

Cada preocupación de la sociedad que se convierte en el centro de la agenda política de la semana tiene un responsable. Ya sea la inflación, la desocupación, las drogadicción, la falta de viviendas, etc. el responsable es el mismo. Políticos y periodistas de todos los colores señalan al «estado ausente» como la causa de esos, y todos, los males.

La toma del Parque Indoamericano, y las sucesivas tomas en otros puntos del país se dieron debido a que el «estado estaba ausente» en materia de política habitacional, dicen los periodistas.  El problema del narcotrafico que se agrava cada vez más y más, acá y en el mundo, sigue existiendo por la «ausencia del estado», consignan los expertos. La inflación se dispara por la misma causa, y los desempleados que siguen desempleados son por la «ausencia del estado», es la creencia popular.

Estos diagnósticos, por supuesto incorrectos, nos dan un indicio de la miopía de políticos y periodistas que luego es contagiada a la sociedad en general. Es evidente que esta miopía no se debe a la ignorancia, si no a una cuestión estratégica: «si el estado estaba ausente y ocurrió X, cuando yo maneje el estado lo voy a resolver». Quiero decir, los políticos se presentan como salvadores, y creen que la política puede salvar a la gente, lo que falta, dicen, es la persona adecuada.  Sin embargo esta estrategia trajo consecuencias nefastas, porque la población en general se comenzó a creer que el estado es una especie de dios que todo lo puede, y el problema es que los políticos a cargo son ineptos, «el sistema funciona pero hay que encontrar a la persona apropiada» ,piensan .

Ahora bien, señalar la «ausencia del estado» como causa de todos los males es una postura que se basa en una mentira, no tiene ningún asidero, porque el estado está y estaba más presente que nunca, tan presente que se naturalizó esa presencia y no se lo notaba. El reclamo de siempre no es por un estado presente, es por más estado del que había antes.

Ya lo dijimos con el derrumbe de Villa Urquiza, y un análisis similar se podría hacer con todos los demás temas, como el estado está presente. Es el parte del problema y no de la solución.

La inflación es fruto de las políticas del estado de expansión monetaria, y no  la «falta de políticas anti-inflacionarias», el aumento del narcotrafico y la violencia relacionada con drogas no se debe a que el estado no las combate con la vehemencia suficiente, si no a que lo combate y logra que las mafias se hagan cargo del negocio,  el problema habitacional no se debe a que el estado no construyó suficientes casas (no debería porque hacerlo), mas bien es difícil acceder a una vivienda por que desde el estado se arrasó con la confianza en el  sistema bancario y generaron rechazo en los ahorristas, y en consecuencia en un descenso del crédito disponible, que hoy en materia hipotecaria es inexistente. El desempleo no se explica porque el estado no creó los suficientes puestos de trabajo (el estado no puede crear empleo, solo transferir recursos de un sector a otro) más bien el desempleo se debe a las leyes laborales anti-democráticas, copiadas del estado mussoliniano, y a la falta de inversión en la Argentina, producto de la presencia constante  del estado  en todos los ambitos.

En conclusión, atribuirle facultades mágicas o típicas de los dioses al estado genera dos problemas: por un lado empeora los problemas actuales que se deben a la intervención estatal, cuando se cree que el estado está ausente, por el otro una sociedad de personas pasivas, en su mayoría meros observadores, que abandonaron cualquier intento de pensar, y optaron por someterse a lo que diga uno u otro político, renunciaron a ser dueños de su vida y de su destino, de reclamar el fruto de su trabajo, su derecho a decidir que camino tomar en la vida, y optaron por entregarles su vida, su libertad y propiedad, para que intenten resolver por ellos los problemas que tienen.

El mensaje es simple:

Ante el fracaso del estado, ¿por qué no intentar con más libertad?

Ante el fracaso del estado, ¿por qué no intentar con más libertad?

¿En defensa de la ocupación del Parque Indoamericano?

En la busqueda de la verdad, el mejor plan podría ser comenzar por la crítica de nuestras más caras creencias. Puede parecer un plan perverso, pero no será considerado así por quienes desean hallar la verdad y no le temen.

– Karl Popper

Aclaración: el objetivo de este post no fue plantear una solución al actual conflicto del Parque Indoamericano, ni siquiera esbozar alguna solución a futuro para conflictos del mismo calibre, sino mas bien aplicar los principios libertarios sobre propiedad y la no-agresión de manera consistente con la realidad en la que vivimos (acá acá podrán encontrar una lectura mas realista sobre el tema incorporando todo el contexto a la ocupación).  La conclusión que nos arroja este análisis es clara en muchos sentidos, y muchas veces puede llegar a chocar con nuestras intuiciones acerca de lo justo e injusto, sin embargo deja bastante claro la debilidad del argumento xenófobo. Pero lo más importante de todo es que muestra como una aplicación práctica de los argumentos esgrimidos por los defensores del estatismo, por ejemplo la creencia de que el «estado somos todos», nos deja en un callejón sin escapatoria, porque no ofrece solución alguna más que una terrible confusión que termina siendo la generadora de la guerra civil que observamos  los últimos dias.

Cuando en Facebook surgió el grupo Yo apoyo a los vecinos de Soldati algo en mi cabeza hizo ruido. Lo primero que me pregunte fue, ¿por qué debería inclinarme por apoyar a los vecinos de Soldati frente a los okupas que reclamaban una vivienda? Lo se, la intuición nos llama a defender a los vecinos, frente a extraños que toman de rehén un parque, pero no me contenté con mi intuición y la intuición general y preferí un análisis lógico.

Seguro que no.

¿La libreta que nos otorga derechos?

El argumento esgrimido por los Villasoldatistas es que ellos pagan impuestos, a diferencia de los inmigrantes, y por ese motivo tendrían un mejor derecho para usar el parque. El  primero es un argumento bastante débil porque los inmigrantes también pagan impuestos sea IVA, ingresos brutos, derechos de importación o impuestos internos, entre otros. Probablemente no paguen ABL, Impuesto a las Ganancias, Impuesto a los Bienes Personales y demás pero la realidad yo tampoco los pago y soy argentino y tengo los mismos derechos que los que si los pagan esos gravámenes. Por otro lado, este argumento también es flojo desde un punto de vista filosófico: ¿tenemos derechos porque pagamos impuestos? Una respuesta afirmativa a esta pregunta no resistiría el menor análisis, ni una libreta que índica el país de origen ni una declaración jurada de la AFIP son las fuentes de donde emanan nuestros derechos.

Descartado el argumento de la nacionalidad para favorecer a los vecinos de Soldati por sobre los okupas debemos buscar otro motivo. Podemos avanzar por otro lado para intentar identificar alguna causal de justificación para expulsar a los ocupantes del parque. Un criterio mas justo que la nacionalidad podría ser el de la propiedad, asunto que se dilucida con la siguiente pregunta, ¿De quién es el Parque Indoamericano? La respuesta es sin dudas, el Estado, sin embargo, el Estado es una ficción, un ente abstracto, no podemos determinar si se lesionó algún derecho si no identificamos primero el sujeto lesionado. Ante la pregunta de ¿quién es el estado? la respuesta mas habitual, y aceptada, es  «el Estado somos todos» (donde acá la criticamos), esa personificación del Estado en «todos»  es también la justificación moral que usan los estatistas para justificar el derecho de un tercero al fruto del trabajo de la gente, los  impuestos. En conclusión, si ser parte del estado es lo que justifica que paguemos impuestos, y  como decíamos ante los inmigrantes pagan impuestos, sería injusto asociarlos al Estado en sus costos y excluirlos en sus «beneficios», y por ende la posibilidad de ejercer su derecho a usar la propiedad estatal y pública, que al fin y al cabo también es de ellos.

Un tercer argumento que se podría esgrimir es el argumento legalista. En efecto, los okupas están violando una ley, o supongo que están por lo menos cometiendo una contravención que habilitaría a la autoridad competente a expulsarlos del parque, ahora bien si analizamos esa ley están cometiendo un daño a alguien, por lo pronto vimos que a los propietarios no le causan daño porque el parque es de propiedad estatal y ellos se ven comprendidos dentro de ese consorcio de propietarios, entonces nos lleva a preguntarnos ¿Qué delito están cometiendo los okupas? Si defendemos la visión liberal de que «sin víctima no hay delito» cómo sucede en la prostitución, el juego, o la compraventa de drogas, entonces la ocupación un terreno estatal que no le pertenece a nadie (o a todos, nuevamente se presenta el problema) no caería en la concepción liberal (o libertaria)  de «delito». Analizado esto el argumento legalista no nos ofrece causales como para justificar la expulsión.

«El Indoamericano» en tiempos de paz.

La única solución consistente con los principios de una sociedad libre que reconoce el derecho de propiedad en base de la apropiación original, es decir que el primer usuario, con intención de poseer, una tierra sin dueño adquiere la legítima propiedad, es concederle la propiedad a los okupas que han decidido poseer un Parque sin dueño tal como (o que somos todos, y ellos también). Claro está  solución  parece ser  injusta y al final tal vez lo termina siendo porque los vecinos del barrio de Villa Soldati, obedientes de la ley (sea o no injusta bajo una mirada liberal), no tuvieron la oportunidad de haber obtenido la propiedad del Parque mediante la apropiación original, en todo caso sería justo ofrecerle a los vecinos de  Soldati (a la asociación vecinal o barrial, asamblea, o la forma que deseen adoptar)  la  posibilidad de que mediante la conservación y el mantenimiento del Parque, puedan adquirir de la propiedad del mismo, y con ella la facultad de prevenir y expulsar una ocupación que viole su derecho.

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En definitiva, no pudimos encontrar ninguna causa legítima para expulsar a los okupas, pero a la vez encontramos que era injusto priorizar a los nuevos ocupantes del predio que a los usuarios del barrio. Sin embargo, muchas veces a la hora de adoptar y aplicar los principios de una sociedad libre vamos a terminar llegando a  resultados que no nos terminen de convencer, o que no consideramos óptimos según nuestras preferencias, por ejemplo que los vecinos decidan que en vez del parque debería haber un circuito de prostitución*,  pero sin embargo estos riesgos y resultados que no se ajustan a las que hubiesen sido nuestras elecciones individuales vienen incluidos con la libertad, y debemos aceptarlo porque esa es su característica esencial, la noción de  que nuestro futuro no esta predeterminado por otros sino que vamos a tener la posibilidad de que cada uno de nosotros, por su cuenta y asociándose con otros, vaya construyendo su propia historia minuto a minuto.

El Estado Nigromante

La nigromancia es el Arte que se dedica al estudio de la muerte, y se centra en el control de los muertos (ya sea en ayudarse con ellos, como el control psíquico de la materia muerta o espiritual).

Hay veces, que los adoradores del estatismo a cualquier costo (estatismo salvaje) quieren conferirle al concepto de estado atribuciones y capacidades que demostradamente no tiene. Cual si fuera un nigromante, los adoradores del estatismo salvaje piden al estado que se haga cargo de negocios muertos y los levante de las cenizas del más allá, para caminar rebosante de vida entre los vivos.

Pero no hay que caer en la trampa. Si un negocio, no es negocio (es decir, no reporta una ganancia de algún tipo a sus propietarios o accionistas) es porque los consumidores no consideran útil el producto o servicio, o no lo suficientemente útil como para utilizar los frutos de su trabajo en él. Tan simple como eso. El estado nada tiene para hacer aquí para «revivir» tal negocio, salvo hacer lo único que puede: utilizar la fuerza para quitar el fruto del trabajo de los ciudadanos y derivarlo hacia otro sector producto de cierto interés de aquellos que momentáneamente manejan el aparato estatal (llámese gobierno).

Esta transferencia violenta de bienes, no vuelve rentable al negocio otrora quebrado, sino que lo inyecta del capital necesario para funcionar a cambio de nada. Cuando el estado se hace cargo de un negocio, pierde el horizonte de los costos que el mismo requiere para funcionar. Pero esto no es caprichoso ni difícil de comprender. Cuando hablamos de negocios, la mayoría de las veces le sacamos toda connotación afectiva y decimos que las empresas y los empresarios son «fríos y calculadores» y que están alejados de los sentimientos. Y en parte tienen razón.

El empresario cuida su capital para que siga rindiendo frutos. Y cuando el negocio no está acompañado de leyes monopólicas que prohíban la competencia  o el uso del aparato estatal, está muy bien que esto sea así, ya que ganan empresario, empleado y consumidor. Cada uno a su modo, todos consiguen algo que previamente no tenían. Pero cuando un órgano estatal se hace cargo de una función que no le corresponde, los adalides del estatismo salvaje le confieren un aura sentimental, de benevolencia y de buenas intenciones. Pero los negocios no se mantienen con buenas intenciones y amor infinito a la humanidad, y los fondos que usan los organismos estatales se obtienen a la fuerza, lo que nos da como resultado que este capital no esté sujeto a la decisión del consumidor y la consiguiente eficientización de las operaciones para la obtención de ganancias, sino que es resultado de la expoliación de los mal llamados contribuyentes, a los cuales siempre se puede apretar más y quitarles más dinero a cambio de la amenaza de sanciones y el consiguiente uso de la violencia.

Ahora que expuse las causas por las cuales considero inmorales a las empresas estatales, creo que van a leer con otros ojos noticias como aquellas en las cuales empleados y propietarios de negocios muertos piden que el estado se haga cargo de su rubro. No digo que estén de acuerdo 100% conmigo, pero sí se van a dar el lujo de la duda. Vivimos en un mundo dinámico y los mismos seres humanos somos dinámicos. Nuestras necesidades cambian de momento a momento, y el avance de la tecnología y las consiguientes mejoras en la calidad de vida influyen para que esto así sea. Por eso surgen minuto a minuto nuevas oportunidades de negocios, mientras que otras quedan obsoletas en el pasado (la fabricación de carretas, el farolero que encendía las velas en las calles, el vendedor de hielo para las heladeras que no tenían motor,…). Y casualmente estamos viviendo una era de cambios, sobre todo en la obtención y transmisión de material multimedia o audiovisual, que está cambiando el paradigma del negocio tal cual era. Pero a los sindicalistas y a los empresarios involucrados, que la gente ya no quiera utilizar sus servicios, no les interesa. Ellos quieren mantener su poder sobre una rama de trabajadores (y sus aportes) y las ganancias de un negocio ya montado que no van a usufructuar más. Entonces llegamos a situaciones como que pidan que el estado se haga cargo del negocio de alquiler de películas en locales, que toda persona pensante ya conocía de antemano tenía los días contados.

Cuando un negocio deja de rendir ganancias, es una señal. Una señal de que los consumidores ya no necesitan los servicios que alguna vez los satisfizo. Los verdaderos empresarios, en lugar de llorar sobre la leche derramada, deberían darse cuenta de la situación, y dejar de inyectar capital (escaso) en una actividad que no reporta beneficios a nadie más que a ellos mismos para llevarlo a otra actividad que sí de al consumidor aquello que requiera. Y los sindicalistas, deberían resignarse al cambio de condiciones, y trabajar para capacitar y reubicar a sus representados en otro rubro y que de esta forma puedan seguir realizando una tarea útil para todos.

El aparato estatal no hace magia, no tiene cualidades nigromantes. Tampoco es benevolente, ya que sus medios son siempre violentos. Si dejamos de conferir características que los gobiernos y entes estatales no tienen, de seguro nos vamos a encaminar a una sociedad más libre, con menos violencia y a favor del intercambio voluntario entre los ciudadanos.

¿Es la libertad una alternativa?

Me preguntaba mientras miraba los miles de rostros que se me cruzaban en la calle cuántos de ellos a la hora de considerar soluciones a los diferentes problemas que preocupan a la gente pensaban en la libertad como una alternativa plausible. En otras palabras, favorecer la posibilidad de permitir que diferentes soluciones emerjan de relaciones voluntarias e intercambios libres,  frente a la coacción estatal, que se posiciona como «la respuesta a todos los problemas«, pero que, como sabemos, solo los empeora.

Lamentablemente creo que la respuesta es casi-ninguno (y más ninguno que casi), que la alternativa que promovemos no esta instalada en el ideario de la gente, que directamente no es una alternativa.. Un optimista diría que muchos no conocen las ideas que promovemos, un pesimista diría que la gente conoce esa alternativa y la rechaza por temor, o por negarse a ser responsable de sus acciones y aceptar los resultados.

Ambas visiones están en lo correcto, existen esos dos tipos de personas, pero a la vez, existe mucha gente que nunca ha sido introducida a la filosofía de la libertad y concibe erróneamente los principios que sostenemos aquellos que las defendemos, es por eso que hago tanto hincapié en  la difusión de ideas, en posts como este o este.

Esto me hace acordar una anécdota que me contaban unos amigos mios, alemanes ellos, cuyos padres nacieron, crecieron y vivieron en Alemania Oriental. Ellos, me decían, que con la caída del muro de Berlin y del régimen comunista sus padres, y la sociedad alemana oriental en general,  se preguntaban como se iban a fabricar los autos sin la fábrica estatal, quién iba a tomar las decisiones de producción sin los diferentes dirigentes a cargo de las industrias, etc.

Esta historia me marcó mucho, los padres de mis amigos no concebían la idea de un mercado libre, la idea de empresarios innovando y asumiendo el control de las decisiones empresariales, de un orden espontáneo, en definitiva la idea de la ausencia del uso de la fuerza en las relaciones diarias entre ciudadanos.  Algo similar puede ser lo que sucede, y ha sucedido desde siempre o casi-siempre) en nuestro país, la salvedad es que los alemanes estaban en desventaja, el gobierno ejercía una feroz censura a la libertad de  expresión, y las ideas no circulaban libremente.

Afortundamente, todavía, en Argentina tenemos la ventaja de promover nuestras ideas. Nadie las adoptará de la noche a la mañana, ni será masivo, pero si todos los días nos encargamos de plantar una semilla de la libertad entre nuestros conocidos y no-conocidos, y con esto me refiero a ofrecerle otra alternativa de la que nunca escucharon, entonces puede ser que esas semillas, en un futuro, fortalezcan, como decía Jefferson, el arbol de la libertad.

El llamado esta hecho, y solo las acciones traen consecuencias, y acciones liberales, traen consecuencias liberales.

Por otro lado, si llegaste a este blog y no conoces nuestra idea de una sociedad libre, y si sos una persona tolerante con los proyectos de vida de los demás, te invito a que te des una recorrida y consideres una alternativa diferente de lo que venís escuchando todo el día, todos los días.

El relato del Esclavo

El siguiente es un texto de Robert Nozick, extraído de Anarquía, Estado y Utopía, y cómo todo lo publicado en este blog provoca el pensamiento.

Conisderá la siguiente secuencia de situaciones, a la que llamaremos «El relato del Escalvo», e imaginá que es acerca de vos.

  1. Hay un esclavo que se encuentra completamente a merced de los caprichos de su brutal amo. Es golpeado cruelmente de manera frecuente, lo despierta en la mitad de la noche, etc.
  2. El amo es más amable y solo lo golpea al esclavo cuando comete infracciones a sus reglas (no produce lo estipulado por el amo, etc.) Le da al esclavo cierto tiempo libre.
  3. El amo tiene un grupo de esclavos, y decide como serán asignadas las cosas entre ellos en buenos términos, teniendo en cuenta sus necesidades, merito, etc.
  4. El amo le permite a sus esclavos estar cuatro días por su cuenta y les exige que sólo trabajen su tierra los otros tres días de la semana. El resto del tiempo es de ellos.
  5. El amo le permite a sus esclavos dejar el lugar e ir a trabajar a la ciudad (o a donde ellos quieran) por un salario. Sólo les exige que le envíen 3/7 de sus salarios. También se reserva el derecho a llamarlos para que regresen a la plantación si alguna emergencia lo requiere; y a aumentar o disminuir esos 3/7 que exige que le envíen. Además, se reserva el derecho a restringir a los esclavos a participar en algunas actividades que considera peligrosas que podrían amenazar sus ingresos, por ejemplo, escalar montañas o fumar.
  6. El amo le permite a sus 10.ooo esclavos, menos a vos, votar, y las decisiones son tomadas por todos. Hay debates abiertos, y esas cosas, y tienen el poder de determinar en que asignar el porcentaje que toman de tus ganancias (y de las de ellos), que actividades pueden prohibirte, etc.  Hagamos una pausa en esta secuencia de situaciones  y revisemos los hechos. Si el amo admite esa transferencia de poder, y no puede revocarla, cambiás de amo. Ahora tenés 10.000 amos en vez de uno solo; más bien podemos decir que tenés un amo de 10.000 cabezas.  Capaz, los 10.000 sean más buenos que el amo benevolente del caso 2. De todas maneras, siguen siendo tus amos. Sin embargo, se puede hacer más. Un amo amable (como en la situación 2) puede permitir que sus esclavos se expresen e intente persuadirlo de tomar cierta decisión. El monstruo de 10.000 cabezas también puede hacerlo.
  7. Sin tener el voto, tenés la libertad (y el derecho) de involucrarte en las discusiones de los 10.000, e intentar persuadirlos de que adopten determinadas políticas y que traten a vos, y a ellos, de determinada manera. Después ellos se van y deciden que políticas tomar entre los  amplios y variados alcances de sus potestades.
  8. En apreciación por tus contribuciones útiles a la discusión, los 10.000 te permiten votar si están empatados; se comprometen a este procedimiento. Luego de la discusión marcan tu voto en una hoja de papel, y se van a votar. En la eventualidad de que en algún tema el resultado sea de 5.000 a favor y 5.000 en contra, cuentan tu voto. Esto nunca ha sucedido, aún no han tenido la ocasión de contar tu voto. (Por otro lado, en el caso de un solo amo, también puede comprometerse a dejar que su esclavo decida en cualquier asunto que lo afecte en el que para él, el amo, sea totalmente indiferente.
  9. Permiten que votes con ellos. Si están empatados tu voto desempata. Si no, tu voto no afecta el resultado electoral.

La pregunta es: ¿en qué momento de la  transición desde la situación 1 al a 9 dejó de ser el relato de un esclavo?

Helados para todos: El peor enemigo del gobierno rosarino

Iba a escribir algo sobre las medidas impuestas por el Dictador Económico  de la Nación, Guillermo Moreno, sobre los precios de las naftas. Prefiero guardarme los comentarios para cuando comience el desabastecimiento, que, lo más paradójico, se va a dar a partir de la entrada en vigencia de la ya conocida Ley de Abastecimiento, conocida por haber sido implementada por varios gobiernos de carácter autoritario.

Pasando a otro tema, vamos a abandonar a la Ciudad de Buenos Aires por un rato, y nos mudamos a Rosario, donde quedan expuestos los empresarios promedios argentinos, amantes de la prebenda y mediocres.

La situación es la siguiente:

Durante años Rosario se jactó de ser la capital nacional del helado artesanal, pero la llegada de un competidor cordobés provocó que el lobby heladero de la ciudad lograra que la municipalidad suspenda por 60 días la instalación de nuevos locales.

Detrás de la medida se encuentra la Cámara de Industriales y Comerciantes del Helado Artesanal de Rosario de que no tiene ningún empacho en admitir que la limitación tiene un objetivo muy claro: impedir el crecimiento de Grido, la cadena cordobesa que desembarcó en Rosario el último verano y ya cuenta con catorce sucursales.

Muchas veces cuando uno plantea que el estado deje tranquilo a la gente y no se meta en lo que son acuerdos libres y voluntarios, se plantea que de ser así la situación sería una donde «el más grande se come al más chico» o analogías de ese estilo. Que mejor que este ejemplo para demostrar que es más fácil que los poderosos se impongan cuando vivimos con estado que quiere acaparar todo.

Veamos, por un lado, tenemos 15 marcas de heladerías en Rosario que parecen competir plácidamente, con precios similares, y entre todas se reparten el control del mercado de helados rosarino, con la irrupción Grido, que poco importa si es de Rosario, Córdoba, Estados Unidos, o Vietnam ,  los consumidores se inclinan a consumir sus productos, y ¿Que hacen las demás heladerías? Pueden optar dos caminos:

1. Intentar competir, ofrecer un mejor producto a los millones de rosarinos para que ellos, voluntariamente, elijan alguna de las tradicionales marcas de Rosario por sobre la de Córdoba. La competencia, no es otra cosa que buscar la excelencia en el servicio hacia los demás, para el beneficio propio. En otras palabras, los vendedores cooperan con los consumidores, al adaptarse a sus necesidades y preferencias.

2. La otra opción sólo está disponible cuando el gobierno tiene la potestad de entrometerse, de «defender la competencia», «proteger la industria» o el eufemismo que más les guste. La otra opción consiste en convencer a la mitad de los concejales de que tu propuesta es buena, ni siquiera es eso, basta con ofrecerles donaciones.

En síntesis, en una sociedad libre, las heladerías rosarinas, ante la llega de Grido, deberían esforzarse en satisfacer a los consumidores o de lo contrario no podrían sobrevivir. Si vivimos bajo una situación como la descripta en el punto 2, todo es más fácil, se puede convencer a un pequeño grupo de hombres que pueden forzar sus intereses por sobre los de todo el resto.

nota aparte: No sé si fue elección del autor de la nota en La Nación la elección de llamar a la llegada de Grido a Rosario como «La invasión cordobesa» o lo tomó del lenguaje de empresarios rosarinos, pero me hacer acordar a esta frase de Alberto Benegas Lynch (h) que demuestra como el intervencionismo es lo contrario a lo que es el mercado (de hecho la palabra que usa Mises para mercado es catalítica, uno de sus significados es «pasar de ser enemigos a amigos»):

Conspira contra la globalización comercial, en primer lugar,una arraigada mentalidad antiliberal que ha plagado de términos militares el vocabulario de comercio internacional. Así la exportación se convierte en la ‘conquista de mercados’, la importación pasa a ser una ‘invasión de productos’, se deciden aumentos en los aranceles en ‘represalia’ contra previos incrementos similares del país al que se pretende castigar, etcétera.

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