Marijuán y los nazis
El fiscal Marijuán, otrora esperanza en las investigaciones de los bolsos de Euros en aviones, se despertó de una larga siesta y se encontró con el revuelo que armó don Durán Barba en las revistas, en las redes, en la tele y, por qué no, en los teatros de revistas.
Rápido de reflejos, salió a comprar la última edición de Noticias, recortó la foto con el título “Hitler era un tipo espectacular”, la pegó con plasticola (esperemos) en una carpeta que rotuló “Apología del delito” y corrió a llevársela al juez Casanello, exigiendo los audios de la entrevista y la hoguera para el asesor de imagen del PRO.
Se subieron a la calesita todos: el titular del INADI Pedro Mouratian, el legislador del MST Alejandro Bodart, el titular de la DAIA Julio Schlosser, todos los programas de televisión (especialmente los pagados con la guita de los ciudadanos), todos los periodistas, todos los medios.
Vivimos rodeados de forros, de pelotudos o de una combinación de ambos. Y la única pregunta que podemos hacernos es la eterna pregunta de Raffo: ¿son o se hacen?
Parece mentira que Durán Barba, aquel que ha hecho un arte de que sus asesorados no definan ni digan nada, decida ahondar él mismo en los principios filosóficos del autoritarismo. Y que lo haga de una forma tan poco inteligente.
Como se puede escuchar en el audio publicado hace dos días (alguien que le avise a Marijuán), es el mismo Jaime el que en la entrevista mete el tema de los regímenes autoritarios personalistas, haciendo referencia al de Chávez. Y ante el cuestionamiento de que “Chávez tenía mucha aprobación”, utiliza el “Hitler tenía aún más aprobación”.
Federico Mayol, el periodista, le señala que “no se puede comparar ”. Se equivoca. Sí se puede comparar. Se puede comparar cualquier cosa: Chávez con Hitler, el chavismo con los nazis, una tuerca con una ardilla y levantarse temprano con un viaje al espacio. A lo sumo llegaremos a la conclusión de que la comparación es inútil, incoherente o que no nos sirve en nuestro análisis.
Pero Durán Barba no entiende que, si vas a comparar regímenes autoritarios y personalistas, lo tenés que hacer respecto de las libertades y derechos individuales. Si disparás para el lado de cómo eran Chávez, Hitler y Stalin en sus vidas privadas, estás frito. Intenta encima, sin éxito, hacer esto usando el sarcasmo y la ironía, que evidentemente no son su fuerte. Y en el papel se termina entendiendo todo al revés. Mayol, por supuesto, se va contento con un título digno de la portada del diario LIBRE.
Voy a darle una mano al exitoso asesor, con algunos puntos por los cuales podría haber salido a realizar una efectiva comparación entre Hitler y Chávez:
– Ambos provenían de la milicia.
– Ambos intentaron un golpe de estado y fallaron.
– Ambos eran muy carismáticos.
– Ambos eran socialistas.
– Ambos aspiraban a un tipo de “hombre nuevo”.
– Ambos daban discursos largos y encendidos.
– Ambos utilizaron el aparato estatal para castigar o comprar a la prensa para fines propagandísticos.
– Ambos hacían uso de simbología y de las masas.
– Ambos tenían sus propias “juventudes”.
– Ambos tuvieron mucho apoyo popular.
– Ambos reventaron las urnas con votos.
– Ambos consiguieron legitimación y apoyo tanto internos como externos, y fueron admirados por dirigentes políticos de países vecinos.
– Ambos persiguieron a ciudadanos disidentes e inventaron enemigos internos y conspiraciones.
– Ambos tuvieron gran cantidad de los ciudadanos de su país exiliados.
– Ambos expropiaron fábricas o usaron el estado para intervenirlas de una u otra forma.
¿Ves, Mayol, que sí son comparables en muchísimas cosas?
A Marijuán voy a ayudarlo diciéndole que no tiene idea de lo que es un delito, no tiene idea de lo que es la apología y que es un impresentable por bullshitear el contexto en el que se dijo esa frase. ¿De qué sirve pagarle a un fiscal que se fija en qué pelotudez dijo alguien en vez de ocuparse del choreo de los bolsos con guita?
A Mouratian del INADI, ¿qué tiene que ver la discriminación en todo esto? El INADI, como vemos, se prende en todas las boludeces y está lleno de forros. Ciérrese lo antes posible.
Al estimadísimo Bodart le preguntaría si sabe cuál es la diferencia entre los campos de concentración nazis, donde mantenían prisioneros a los judíos, los forzaban a trabajar y los mataban, con los campos de concentración de Cuba, manejados por el Che Guevara, donde también mantenían prisioneros a homosexuales y disidentes, los forzaban a trabajar y los mataban. Bodart se enorgullece de haber presentado un proyecto para ponerle de nombre “Che Guevara” a una plaza.
A Schlosser, de la DAIA, me gustaría recordarle algo que él mismo debería saber mejor que nadie. El Nazismo no empezó con los campos de concentración. Así fue como terminó. Empezó como un Socialismo Nacionalista, con fuerte injerencia del estado en la vida de todos los ciudadanos, milicias al servicio de un líder, búsqueda y persecución de enemigos internos, miles de perseguidos exiliados (como los más de 200.000 exiliados venezolanos). Y sí, en su momento Hitler era considerado un tipo espectacular y el estado alemán un modelo a seguir, por parte de líderes políticos y ciudadanos de muchos países.
En Argentina se puede hacer y decir cualquier bestialidad, que no pasa nada. Pero la mera mención de Hitler arma un tremendo zafarrancho y todos buscan figurar con el tema.
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