Acuerdo YPF – Chevron: Defendiendo mi Gataflorismo

Reza el refrán popular al que hizo alusión la presidente en relación al acuerdo YPF – Chevron:

Parece la gata Flora, que si se la meten grita y si se la sacan llora.

Así criticó Cristina Fernández a quienes, como yo, luego de advertir y protestar por la estatización de YPF, advierten y protestan por el nuevo acuerdo firmado con la compañía de capitales norteamericanos Chevron.

La idea detrás de la frase de CFK y también de las declaraciones de Kicillof, es que no se puede estar disconforme con que YPF sea estatizada, y que cuando recurren a un privado para la explotación de un yacimiento, la misma persona también esté disconforme. Pero es así. Ni una situación ni la otra, bajo las condiciones actuales, es deseable.

La Vaca Muerta por el Estatismo

La Vaca Muerta por el Estatismo

Si pensáramos que cualquier privatización, o que cualquier acción de una empresa privada es deseable, moral y eficiente, entonces estaríamos 100% de acuerdo con lo que hizo el menemismo y sin embargo no nos cansamos de señalar todo lo que diferencian a una situación de libre mercado, con la situación argentina durante los 90s. Aquellos que piensan que porque el gobierno firmó un acuerdo por la explotación de Vaca Muerta con un privado, la Argentina se encuentra ahora en la senda de la cordura económica, del cumplimiento de contratos y de promover la inversión extranjera productiva, están muy pero muy equivocados.

El acuerdo con Chevron, está viciado por donde se lo mire. Está a años luz del libre mercado, del respeto por la propiedad privada y de la igualdad ante la ley defendidos por el liberalismo. El único aspecto positivo que puedo llegar a encontrarle al mismo, es la confesión del gobierno, de que el estado no se pudo hacer cargo de la producción energética y de atraer inversiones que lleven al desarrollo. Punto. Ahí terminó.

Pero paso a explicar por qué este acuerdo está lejos de conformar a un liberal y a cualquier defensor de la propiedad privada, para que se entienda por qué apruebo al «gataflorismo» en esta cuestión:

  1. Chevron consiguió, estado mediante, privilegios por sobre cualquier otro ciudadano: Por lo que se pudo conocer del acuerdo, Chevron tendrá la posibilidad de importar a arancel cero, maquinaria y tecnología para llevar a cabo la explotación del yacimiento. Esto sería genial, si no fuera un privilegio que le da el gobierno. Cuando nosotros pedimos que se eliminen los aranceles aduaneros, lo pedimos para todos, no para los amigos del gobierno. Pero esto no será así para ninguna otra empresa, ni para ningún otro ciudadano. El gobierno, entonces, está imponiendo un interés sobre sus acciones y los de esta explotación, por sobre cualquier otro que puedan tener las personas. Es decir, no deja que los ciudadanos y las empresas dirijan las divisas a las áreas de mayor productividad sino que las redirige según lo que los chamanes del gobierno dicen que debe hacerse, y sobre todo a los bolsillos de los accionistas de Chevron. Además de tener aranceles cero de importación de bienes de capital y tecnológicos, Chevron tendrá también la facultad de girar sus ganancias hacia el país de origen de los accionistas. Es decir, que a diferencia de la mayoría de los argentinos, la petrolera norteamericana tendrá la capacidad de comprar divisas y utilizarlas a su conveniencia. No es que esto último sea algo malo per se, sino que el gobierno decide privilegiar a UNA empresa por sobre al resto de los ciudadanos que permanecen maniatados. Esto, lejos de ofrecer seguridad a los inversores, sean nacionales o extranjeros, es una muestra cabal de que todos estamos a merced de lo que decidan los funcionarios del gobierno. Un marco no muy beneficioso para cualquiera que esté arriesgando su capital. En resumen, Chevron no podría actuar como actúa Chevron y ganar lo que va a ganar Chevron si no fuera por los privilegios otorgados por el estado a ellos y a ningún otro. Cero libertad de mercado.
  2. El acuerdo no consolida, bajo ningún punto de vista, la propiedad privada en el territorio: No sólo vemos que la arbitrariedad y los privilegios son moneda corriente en este acuerdo, sino que nos lo quieren presentar como lo que no es: la consolidación de la actividad y la propiedad de los privados en el país. Para consolidar la propiedad privada en el país, primero deberían privatizarse en forma real los territorios de los yacimientos. Hoy los maneja el estado, nacional o provincial, a su antojo y concede privilegios a quienes ellos decidan. De ser esas tierras propiedad de privados, cualquier empresa que quisiera explotar el yacimiento, debería llegar a un acuerdo con cada uno de los propietarios para poder trabajar, y seguramente bajo muchas mejores condiciones que las que arbitrarimente impone el gobierno, que está situado muy lejos de la zona y que tiene muy poco interés en protegerla. Por otro lado encontramos el problema del daño ambiental del que se sospecha del «Fracking o Hydraulic Fracturing», el método de extracción que se utilizará en Vaca Muerta. En un régimen de protección integral de la propiedad privada y de los derechos individuales de las personas, debería tenerse en cuenta el daño que podría llegar a provocar este método de extracción en la propiedad y en la salud de los habitantes de las comunidades locales, que ante cualquier problema deberían ser resarcidos. Poco y nada se está hablando de cómo esta explotación, más allá de las publicitadas inversiones, afectará a los habitantes de la zona.
  3. El gobierno decide quiénes son más iguales que otros ante la ley: No sólo vemos a diario cómo pareciera que existe un conjunto de leyes que afectan a los ciudadanos argentinos y otro que afectan a los funcionarios y ex-funcionarios cómplices del robo y el latrocinio del gobierno, sino que el acuerdo entre YPF y Chevron no se regirá por las leyes que nos afectan a todos los demás ciudadanos, sino que el contrato se regirá por las leyes de Nueva York y cualquier conflicto se dirimirá en tribunales en París. Muchos ciudadanos querríamos quitarnos los grilletes de la inflada, anquilosada y liberticida legislación argentina, pero este es un privilegio que sólo se da a quienes prometan mantener al gobierno nacional a flote, trayendo divisas al país que el mismo gobierno necesita para continuar con sus negociados, latrocinios y la compra de votos populismo mediante.
  4. El clientelismo no es exclusivo de los pobres: Muchas veces cuando hablamos de cortar con el clientelismo porque mantiene al gobierno en el poder, muchos se imaginan que creemos que los pobres votan mal por un interés monetario y que ellos son los culpables de que el gobierno gane las elecciones. Pero nada está más lejos de la realidad. Esta clase de acuerdos muestran a las claras que el mayor gasto clientelar, populista y prebendario el gobierno lo realiza con las empresas cercanas y amigas al poder y no repartiendo dinero a los que menos tienen. Estos últimos siempre son los más afectados por las acciones del gobierno. Hay que desmitificar eso de que los pobres con su actuar son los que mantienen al gobierno en el poder, sino que hay un grupo de empresarios, sindicalistas y sectores privilegiados a lo largo y ancho del país, que no dejan de hacer negociados con el gobierno a pesar de la situación cada vez más calamitosa y restringida de la ciudadanía en general, jaqueada por la inseguridad, la inflación, la arbitrariedad gubernamental y el desmanejo económico.

¿El problema, entonces es Chevron? No, el problema no es Chevron. Chevron no podría obtener los privilegios que obtiene, sin un poder omnímodo y arbitrario como el que detenta cualquier gobierno argentino, y sin la ayuda de los ciudadanos que permitimos que pasen cosas como esta. ¿Y ustedes, opositores. qué proponen? Proponemos un esquema real de libre mercado y de defensa integral de la propiedad y de los derechos individuales, que lejos está de este acuerdo firmado por una corporación que consigue privilegios estatales. Chevron podría actuar en una sociedad libre, pero seguramente, sin la facilidad con la que lo hace, negociando con un único actor que detenta el poder concentrado. Es vital que en el país rija un verdadero federalismo, y no esta parodia de federalismo donde el gobierno nacional absorbe todos los recursos del país y luego los reparte según cómo las voluntades de las provincias se van arrodillando ante los intereses del poder ejecutivo nacional.

¿Me considero «una gata flora»? Para nada. Trato de ser consistente con mis ideas y de argumentar por qué puedo estar en contra de la estatización / confiscación de una empresa, y a la vez en contra de que se vuelva a cometer el mismo desfalco que en su momento se realizó con Repsol y las privatizaciones del gobierno menemista. Creo que lejos de ser dos posturas antagónicas, la posición del gobierno durante la estatización y con esta virtual «privatización» son dos caras de la misma moneda: la mafia del estatismo. Lamento profundamente que muchos ciudadanos hayan caído en el recurso fácil de exaltar el nacionalismo y justificar así las acciones de este gobierno, que lo único que busca es enriquecer a sus funcionarios mediante el robo organizado, con la impunidad que les asegura la compra y el avasallamiento de la justicia.

Los dueños de la parte fea y de la parte linda de tu vida

Así se refirió la presidente Cristina Fernández de Kirchner al día que se estaba viviendo a raíz del accidente de trenes en Castelar, durante un acto de entrega de planes de vivienda en la Casa de Gobierno :

… es un día hoy de broncas, de impotencia, de dolor; pero también de realizaciones y de logros. La vida es así también. Nada es perfecto, no tenés días perfectos, ni todo es perfecto de la mañana a la noche, ni del primer día al último. Es parte de la vida. El dolor, sí por la parte fea de la vida que le toca hoy a algunos argentinos, y la alegría por la parte linda que le toca hoy sí a otros argentinos.

En condiciones normales podría darle la razón a Cristina Fernández de que la vida tiene cosas «lindas» y cosas «feas». La vida es una continuidad de sucesos que muchas veces nos benefician, nos hacen bien y nos hacen felices, y de muchos otros que nos perjudican, nos hacen mal y nos hacen infelices.

Ustedes, al lado de ella, no saben lo que es el dolor.

Ustedes, al lado de ella, no saben lo que es el dolor.

Pero no estamos en condiciones normales, y esta parte del discurso de la presidente se sintió como lo que fue finalmente, la evasión de la culpa de sus propias acciones. «Así es la vida», nos dice. Y digo que no estamos en condiciones normales porque generalmente un gobierno que deja a sus ciudadanos en libertad, que los deja hacer y los deja responsabilizarse de sus acciones, no podría atribuirse la alegría ni la miseria o el dolor de los ciudadanos. Pero no es el caso de este gobierno. No es el caso de nuestra presidente. La «parte linda» del día del accidente, como ella la llamó, y la «parte fea» del día del accidente, fueron ambas causadas por la gestión del gobierno, no fueron meras casualidades. El gobierno no sólo se encargó de «re-distribuir» la riqueza ajena para que algunos se vieran beneficiados con los planes de vivienda, sino que se encargó de que la infraestructura del transporte ferroviario llegara al punto de deterioro tal, de ocasionar un accidente que dejó como saldo 3 muertos y más de 300 heridos – entre los que se encuentra por lo menos un amputado-.

La parte linda de la vida le tocó, por suerte, a algunos. Y digo por suerte, porque no fue por decisión propia, ni preparación, ni tuvieron influencia en que ello así pasara. Seguramente los beneficiarios de los planes de vivienda merecían obtener algo, finalmente, en su vida. Pero es triste pensar que no pudieron ser artífices de ello. No tenían un camino, no tenían una forma, no tuvieron el margen de maniobra para poder llegar a lo que llegaron. Dependieron de la gracia de una «iluminada». Y no tiene por qué ser así. En una sociedad libre, uno no tiene nada asegurado. Pero sabe que puede ser artífice de sus éxitos y sus logros. Que si trabaja de cierta forma y en forma constante puede llegar al punto de tener su vivienda, o por lo menos si no la tiene, tener una vida digna. Pero no; el gobierno nos saca todos los días. La inflación es un veneno para el salario de los trabajadores. Nos aleja la zanahoria de todo lo que nos puede hacer crecer. Cada trabajador trabaja media vida para el estado y media vida para sí mismo y para los suyos. La falta de inversión, aleja a las empresas de la gente que quiere trabajar. El aumento del gasto público y de los planteles estatales, exige más de cada trabajador y emprendedor privado. Y todo eso nos quita capacidad de lograr cosas por mérito propio y se la transfiere a la clase política, que será la que decide si, finalmente, seremos o no beneficiarios de algo.

Y la parte fea de la vida le tocó, lamentablemente, a muchos más. Que tampoco, al igual que los del párrafo anterior, tuvieron margen de maniobra. Porque lo que les dejan hacer, es lo que hacen todos los días. Se levantan para trabajar y se toman un medio de transporte que pocas veces depende de su eficiencia y la gracia del usuario, aunque sí muchas más veces de la rosca política, los acomodos y los negociados. Son transportados como ganado, para poder ofrecer algo útil con su trabajo, de lo cual luego los van a despojar del 50% de lo que hayan conseguido, para finalmente repetirles una y otra vez, qué sería de ellos sin la gracia de los políticos. Refregándoles en la cara, a los pocos beneficiarios que el gobierno eligió para integrar a aquellos a los que le toca la parte linda de la vida. Para decirles que algún día, quizás algún día – y que de ellos no depende- les pasará algo bueno. En el mientras tanto, deberán soportar las consecuencias de dejar que manejen todo con criterio político. Se tomarán el tren equivocado, un día equivocado, a la hora equivocada, y quedarán para siempre en la estadística, como parte de los 52 muertos de un 22 de febrero, o como parte de los 3 muertos de un 13 de junio.

Es triste pero es así. Ya no nos dejan ser los dueños de nuestra vida. De las partes lindas, ni de las partes feas. El dueño es otro. Es alguien que no nos conoce, al que no le importamos en lo más mínimo, que no sabe lo que gozamos, ni lo que sufrimos. Y que encima, el día que finalmente nos convierte en víctima, nos trata de convencer que la víctima, es ella.

En defensa de las mercancías

No puedo decir a ciencia cierta la declaración de quién o qué hecho en particular disparó este post. Pero muchas veces, y me pasó muchísimo a lo largo de mi vida, escucho a gente de determinadas profesiones decir algo así como «lo que hago no es una mercancía». Se puede escuchar esta frase tanto de maestros, como de músicos, pintores, escultores, directores de cine, médicos, actores y en general muchas actividades que no están caracterizadas por la producción de algo que se vaya a comprar tomándolo de la estantería de un negocio. Realmente yo no veo nada de malo en cualquier producto de la góndola de un negocio y no puedo diferenciarlo trascendentalmente de una canción, o una película, un libro o una enseñanza. Es como si las personas que producen estas últimas quisieran elevarse en la escala moral de las profesiones por algún motivo, despegándose del «sucio» y «materialista» industrial o empresario. Ni que hablar cuando se mezcla encima el nacionalismo con estas actividades, pero esto es materia para todo un artículo completo y en lo que no voy a ahondar en éste.

¿Qué es lo que hace que una persona considere a su obra, moral y materialmente superior a una «vulgar» mercancía? ¿Será la experiencia personal que llevó a desarrollar la misma? ¿Será lo que espera que ésta produzca en la persona que la «consume»? ¿Serán los años de esfuerzo, dedicación y educación que muchas veces no se traducen en una ganancia monetaria al exponer su fruto? No se a ciencia cierta cuál será el motivo que lo hagan querer diferenciarse de cualquier otro productor de bienes materiales, lo que se, es que compararse con una mercancía, al fin y al cabo no está nada mal si se lo piensa fríamente.

Yo, el lápiz de Leonard Read. No dejen de leerlo.

Yo, el lápiz de Leonard Read. No dejen de leerlo.

Un día, inspirado en el escrito «Yo, el lápiz» de Leonard Read, realicé el ejercicio de tratar de visualizar el camino realizado por muchas de las cosas que tengo en mi casa, para llegar de ser un conjunto de materias desperdigadas en la naturaleza, hasta ser el producto que utilizo todos los días y que tan vilipendiado resulta al ser comparado con el resultado de otras profesiones. No se por qué -probablemente por mi carrera- empecé por un Disco Rígido. Fabricar un disco rígido llevó el trabajo, la investigación y la coordinación de muchísimas profesiones. Sólo pensando unos segundos los más básicos, se necesitan: ingenieros, mecánicos, físicos, químicos, matemáticos, diseñadores industriales, programadores, técnicos de ensamblaje, seguramente torneros, técnicos en calidad. De un primer vistazo conté sólo 10 profesiones, y eso sin tener en cuenta todas las actividades de soporte, como los contadores, gente de marketing, vendedores, personal de maestranza, secretarios, diseñadores gráficos, personal administrativo, gerentes, transportistas, mineros, geólogos, metalúrgicos, y un largo etcétera. Y todo eso, sin tener en cuenta el trabajo previo de investigación de siglos de historia humana acumulados en un artefacto, que cada vez que lo vemos en una vidriera, no decimos más que «meh, un disco rígido».

Y eso sólo pensando en el disco rígido que había sobre la mesa. Creo que haciendo este ejercicio con algunos productos más que se encuentran en la casa se pueden dar cuenta de que todas las profesiones del mundo, toda la humanidad y la historia ayudaron a que ustedes puedan satisfacer sus necesidades más básicas. Y cada vez que pienso en ello, se me hace más extraña esa manía de no querer comparar el trabajo de uno con una «simple» mercancía. Al fin y al cabo, personalmente pocas veces ví tanta grandeza como cuando analizo cómo llegó cada «mercancía» a mi casa.

El asunto se pone más espeso, cuando se mezcla el asuntillo ese de «esto no es una mercancía, el estado debería proveerlo». Y no, ni siquiera quiero referirme a la salud y a la educación. Pero cuando un músico justifica moralmente superior su obra a cualquier mercancía, comienza la presión para que todos los demás debamos hacernos cargo de que le paguen por «hacer lo que le gusta», aun cuando ello no sea compartido por la gente que no consume su producción. Y lo mismo pasa con obras de teatro, literatura, películas, documentales y un montón de actividades que algunos seres que se creen moralmente superiores, creen que todos los demás productores y consumidores de «simples» mercancías deberían solventar. Entonces dividen al mundo en «comercial» y «artístico», degradando a los primeros y elevando a los segundos.

Pero este no es un artículo contra ellos, sino en favor de las mercancías. La idea del artículo es que puedas sorprenderte cada vez que veas algo en tu casa provisto por alguien más, y puedas ver en eso el esfuerzo, el ingenio, los años de estudio, la dedicación, la pasión y la historia personal detrás del artículo o servicio. Sea de la naturaleza que sea. Y así, algún día, vas a sentirte orgulloso y admirado, de poder ofrecerles a los demás, tu propia mercancía.

La importancia de cuestionarse todo el tiempo

Hoy no voy a escribir sobre el liberalismo, ni sobre el gobierno argentino, ni sobre la falta de libertad en el mundo, ni es una queja furiosa contra lo mal que están las cosas.

Creo que nunca escribí una reflexión personal en el blog, y menos con una historia autorreferencial. Pero voy a intentarlo igual.

En algún momento de mi infancia, no puedo recordar la edad que tenía ni el motivo por el cual ocurrió, alguien me regaló mi primer reloj de pulsera. Estaba muy contento, porque ya tenía amigos en el colegio que tenían reloj, y yo por primera vez en la vida, iba a tener el mío propio y podría saber la hora en cualquier momento (no se para qué me serviría saber la hora, pero estaba muy emocionado). Le pedí a mi mamá que me ayude a ponerme el reloj, y ella lo calzó en mi muñeca izquierda. Y así pasó mi primer día usando orgullosamente el flamante reloj en la mano izquierda.

 

El objeto del deseo de toda mi generación. Lamentablemente mi reloj no era ni remotamente parecido a éste.

El objeto del deseo de toda mi generación. Lamentablemente mi reloj no era ni remotamente parecido a éste.

Al día siguiente, miré el reloj, y sentí que algo estaba mal. Me saqué el reloj y me lo puse (o pedí que me lo pusieran) en la mano derecha. No pasó mucho tiempo para que empezaran los cuestionamientos de los demás: «¿Por qué te cambiás de mano el reloj?», «Jaiekcito, el reloj se usa en la mano izquierda», «¿Sos zurdo?». Me llegaron cuestionamientos de todo tipo, sobre todo porque la mayoría de la gente (todos los que conocía en ese entonces, que no eran muchos) usa el reloj en la mano izquierda y así se suponía que debía ser utilizado. Y al final, mi respuesta a todas las inquisiciones fue «¿Por qué no?, me gusta más así.»

Después de un tiempo fui encontrando motivos por el cual sería conveniente usar el reloj en la mano izquierda. Cada vez que estaba utilizando mi mano de derecha, en ese tiempo principalmente o dibujando, o haciendo la tarea para el colegio, o tomando la chocolatada, me daba cuenta del gran impedimento que tenía si quería, justo en ese instante, saber qué hora era. «Zas, era por eso!». Se encendió la lamparita en mi cabeza y ya la respuesta de por qué debería usar el reloj en la mano izquierda no era «porque todo el mundo lo hace» sino que se había convertido en «si sos diestro, te va a resultar mucho más cómodo». Pero yo necesitaba eso, necesitaba saber que no era una costumbre sin sentido. Tenía que experimentar el usar el reloj en la mano derecha para saber dónde me resultaba más cómodo.

Seguramente pensarán que a partir de ese momento comencé a usar el reloj en la mano izquierda. No señor; hasta el día de hoy, en el que ya entré en la cuarta década de mi vida, uso el reloj en la mano derecha. La verdad que no me preocupa para nada no poder ver la hora al mismo tiempo que estoy haciendo otra cosa con mi brazo derecho, me gusta más así, mi reloj actual no tiene perillas que se incrusten en mi mano, y sobre todo, es un recordatorio de que cuestionar ciertas creencias populares, costumbres sociales e incluso la propia rutina, es un sano y muy importante ejercicio de razonamiento y autodescubrimiento. El cuestionamiento, incluso de las ideas de uno mismo, es lo único que nos puede hacer crecer como personas, alejarnos de los dogmas, abrazar el pensamiento crítico y establecer nuestro propio sistema de valores.

Para vos Socialismo solidario, para mí Liberalismo bien salvaje.

Ayer  un amigo me pasó un link a un artículo que habla de una nueva ley promovida por editores de revistas «independientes» que como la mayoría de nosotros en el país, están en la lucha por la supervivencia.

Esta asociación tiene varios integrantes conocidos y de peso (por lo menos en el área del AMBA) como Revista Barcelona, THC, El Amante, MU o La Garganta Poderosa. El argumento que los lleva a redactar este proyecto de ley es que bajo los esquemas actuales de comercialización y sus condiciones, las distribuidoras de kioskos y revistas hacen más negocio cobrándoles multas porque sus revistas no se venden, que distribuyéndolas para promover su venta. Dicen que las empresas distribuyen mal «a propósito» para que no se vendan y así poder cobrarles multas que hacen a la rentabilidad del contrato.

Está claro que si me preguntan a mí, yo desregularía todo lo que tiene que ver con medios y canales de distribución, sacarle el monopolio de la venta a los canillitas y muchos otros grandes etcéteras que si los comienzo a nombrar los voy a cansar porque ya todos están acostumbrados a leer acá sobre propuestas liberales.

Quién diría que sacaríamos una imagen del portal infonews jajajaja.

Lo que me llamó la atención, es que si bien muchas de estas revistas gastan hectolitros de tinta para criticar, denostar e inventar todas las barbaridades posibles sobre el liberalismo, el proyecto de ley, básicamente, pide que para ellos se aplique el más «salvaje» de los liberalismos, pero que los demás seamos sumamente solidarios y capitalistas en los aportes de capital. Eso me hace reflexionar, que si bien esta gente se queja contínuamente de todo lo que ellos creen que es el liberalismo, cuando finalmente tienen que redactar un proyecto para su sector se vuelcan y ven como muy beneficioso que se le aplique a su actividad la libertad en su máxima expresión. Al parecer, en una parte muy interna y escondida de todos, nos damos cuenta que si nos dieran libertad, vamos a estar mejor. Pero muchas veces, de la boca (o de los dedos) para afuera, terminamos diciendo otra cosa y muy contradictoria.

Socialismo solidario para vos

ARTICULO 4° — Creación y objeto. Créase el Fondo Nacional de Desarrollo para la Producción Independiente y Autogestiva de Comunicación Cultural Independiente con el objeto de realizar aportes de capital y brindar subsidios a mediano y largo plazo para inversiones productivas a las empresas sociales y formas asociativas comprendidas en el artículo 1° de la presente ley, bajo las modalidades que establezca la reglamentación.

ARTICULO 5° — Fideicomiso. A los efectos del artículo anterior, se constituirá un fideicomiso financiero en los términos de la ley 24.441, por el cual, el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Economía, como fiduciante,  encomendará al Banco de la Nación Argentina, que actuará como fiduciario, la emisión de certificados de participación en el dominio fiduciario del Fondo Nacional de Desarrollo para la Producción Independiente y Autogestiva de Comunicación Cultural Independente, dominio que estará constituido por las acciones y títulos representativos de las inversiones que realice. Dicho Fideicomiso no podrá ser inferior al 20 por ciento del presupuesto de la publicidad oficial destinado a pautar en medios televisivos, radiales y gráficos.

En los artículos 4to y 5to de la Ley, lo que se pide básicamente es que te cobren impuestos a vos para que se hagan aportes de capital y subsidios a las revistas independientes, que de tener éxito, no te girarán un centavo en concepto de dividendos. Por otro lado, se hacen llamar «independientes» y encomiendan al poder ejecutivo la administración de los fondos que deberían recibir, convirtiéndolos de «independientes» en dependientes del gobierno de turno. Pasan a convertirse de periodistas en empleados públicos que escriben. Me gustaría saber con qué van a salir el día que desde el gobierno les empiecen a bajar línea editorial a cambio de los fondos. Aunque hoy por hoy, para ser sincero, sacando a El Amante del grupo, el resto parece estar reclamando «lo que le deben » en concepto de subsidios por años de publicar notas filo-oficialistas.

Básicamente, todos tenemos que ser financistas solidarios de estas publicaciones, sin recibir, no sólo ganancia alguna, sino que ni siquiera accederíamos en forma gratuita al material producido, porque igual nos cobrarían las revistas en el kiosko de diarios y revistas.

ARTÍCULO 12.- Los Ministerios de Cultura y Educación, destinarán partidas para la adquisición de lotes substanciales de cada publicación producida bajo el presente régimen de promoción. Queda expresamente vedada la evaluación  de la publicación por motivos políticos, religiosos, morales, o de cualquier género discriminatorio. Las publicaciones así adquiridas se destinarán exclusivamente a las bibliotecas escolares y públicas.

ARTÍCULO 13.- Las empresas estatales de radio, prensa, televisión y las demás que como medio de comunicación se creen, facilitarán tiempo y espacio preferenciales con objeto de promover y divulgar las publicaciones producidas bajo el presente régimen de promoción.

ARTÍCULO 14.- El Ministerio de Comunicaciones, Transporte y Obras Públicas otorgará tarifas postales preferenciales a las empresas sociales de este sector.

No contentos con recibir fondos frescos, contantes y sonantes de parte de nuestros bolsillos, piden que los establecimientos educativos tengan que consumir en forma obligada lo que ellos producen, sea del interés o no de los padres, alumnos o de la comunidad educativa. O sea, no solo tenemos que ser solidarios con dinero en efectivo y créditos preferenciales, sino que además debemos ser solidarios consumiendo sus publicaciones aun cuando nadie quiera hacerlo y sin importar la preferencia de los ciudadanos y los consumidores. En este sentido, la ley destila un fascismo y dirigismo muy peligroso, ya que en ningún lado establecen los criterios con los que debe hacerse la distribución de la producción editorial final. Si bien yo creo que la ley no debería existir, dejar las puertas abiertas a la manipulación es lo peor que se puede hacer, más conociendo a quienes suelen manejar los gobiernos.

Para mí, Liberalismo bien, pero bien salvaje

Y llegamos así a la parte más interesante de la ley, y que en realidad es el principio pero por motivos literarios (?) dejo para el final.

ARTICULO 3o — Las empresas sociales instituidas bajo este régimen gozarán del siguiente tratamiento impositivo:
a) Exención en el impuesto a las ganancias, Ley de Impuesto a las Ganancias (texto ordenado 1997) y sus modificaciones, por las utilidades que generen;

b) Exención en el impuesto al valor agregado, Ley de Impuesto al Valor Agregado (texto ordenado 1997) y sus modificaciones, de toda la operatoria que se desarrolle con motivo de los mismos.

c) Importación de maquinaria, equipo y piezas necesarias, destinados a la producción;

d) Importación de insumos;

e) Exportación de las publicaciones elaboradas, incluyendo el impuesto
al Valor Agregado.

Acá llegamos al «sueño del pibe». Básicamente están pidiendo que no se les cobre ningún impuesto, y tener la libertad de exportar e importar sin ninguna clase de límite lo que necesiten para su actividad comercial. 

Y les juro. Les recontra juro, que los entiendo. Por qué pagar una notebook de porquería con tecnología que atrasa por lo menos 2 años por una notebook «producida» en Tierra del Fuego al precio por el que afuera te venden la última MacBook Pro. Por qué pagar impuestos si al fin y al cabo estoy trabajando y todo lo que produzco lo hago gracias a mi ingenio y mi capacidad. Por qué favorecer a un industrial nacional si en realidad lo que yo necesito es comprar insumos más baratos para poder ofrecer un mejor producto a un mejor precio, para cuidar así el bolsillo de mis clientes proveyéndoles la máxima calidad que creo deben recibir. Por qué tengo que usar tintas de mala calidad y caras si puedo aprovechar de la tecnología de punta a nivel mundial que va a favorecer la calidad de mi producto al mejor precio. Por qué cobrarme retenciones cuando exporto si estoy beneficiando a todos girando divisas al país que muy probablemente vuelva a invertir acá si las condiciones son favorables.

 Parece que cuando nos preguntan sobre qué querríamos para nosotros y nuestra actividad, a todos nos sale de adentro el liberalismo más salvaje. Pero cuando nos preguntan sobre los demás, queremos tenerlos a raya, con la correa bien ajustada, no vaya a ser que los demás tengan la misma libertad que quiero para mí mismo.

No culpo a los administradores de estas publicaciones por querer el liberalismo más salvaje de todos para su propio trabajo. Pero no seamos hipócritas, eso es lo que todos queremos. Queremos trabajar en paz, poder gozar tranquilos de los frutos de nuestro trabajo y ofrecer el mejor producto al mejor precio, beneficiándonos a nosotros y cuidando el bolsillo de nuestros clientes. Claro que para eso hay que conseguir el favor del consumidor. Y he ahí lo que pretenden con la ley. Doblegar el gusto del consumidor, para que tengan ellos tengan trabajo. El trabajo que ellos quieren, con las condiciones que ellos quieren. Pero no se dan cuenta que no hay nada más democrático que un consumidor eligiendo. Y por eso la parte fascista de la ley, para doblegar la voluntad de un ciudadano por la voluntad de un gobernante. Y eso es sumamente peligroso. Ya lo estamos viviendo.

Lo único que espero es que un día dejen la hipocresía de lado y se den cuenta que si les preguntaran, ellos quieren el mismo liberalismo por el que luego gastan cientos de miles de renglones en criticar, desprestigiar, condenar  e incluso tergiversar.

Tags

Related Posts

Share This

Manual de cómo pisotear a las minorías

Abal Medina sobre la movilización: «Que armen un partido y ganen elecciones»

 

Así, el funcionario kirchnerista opinó que en la reacción de la gente se sintió «mucho insulto, mucho odio, mucha agresión», e instó a los opositores a «armar un partido y ganar las elecciones».

 

Se rie de vos. Sabelo

Eso es todo lo que tiene para responder el jefe de gabinete de ministros de la nación a una minoría protestando y pidiendo ser escuchada. Dentro del estado todo, nada fuera del estado. En mis oídos sonó como «¿No tenés representantes en el estado? JODETE!». Esta es la manifestación más pura de la falta de respeto que tienen los gobernantes por las minorías políticas. Usan el estado para aplastarlas. No las escuchan. No las quieren. Las limpian, las minimizan, las ridiculizan apuntándolas con el dedo y diciéndoles «Vos no tenés poder en el estado, no sos nada». Ni siquiera digno de ser escuchado.

Es por eso que no hay que caer en la trampa de convencerse que las elecciones democráticas de representantes, por sí solas, son garantes de la pluralidad y la libertad. Para nada. Y este argumento en el que suelen caer los oficialistas casi siempre que se trata de legitimar acciones u opiniones, es utilizado hasta el hartazgo. No hacen más que demostrar su voluntad anti-democrática, cerrada y excluyente. Ellos saben que manejan el monopolio de la violencia y toman la cantidad de votos y cargos obtenidos como una garantía para poder utilizar este monopolio contra las minorías cada vez que pueden y que la víctima osa protestar por los atropellos.

Ellos mismos, con la complicidad de las fuerzas tradicionales – hay que reconocerlo- se encargaron de que armar un partido político sea harto más difícil de lo que era, con la reforma a la ley de partidos políticos. Una especie de bloqueo a su tan amado argumento de «que armen un partido». Y luego tenés el «ganen elecciones». ¿Qué tratan de decir? ¿Que si no gané una elección no puedo decir que un gobierno hace las cosas mal? ¿Que si no gano una elección ustedes pueden incumplir las leyes e incumplir la constitución con cada acción que tomen? Señores, si esta es la democracia que ustedes quieren, sepan que no la vamos a aceptar. Porque están demostrando que lo único que quieren ustedes es legitimar sus abusos por medio de las elecciones. Lo único que quieren es poder abusar y quedar bien frente a la opinión pública. Y después se hacen las carmelitas descalzas que luchan por los sometidos y los excluidos. Son la máquina de crear excluidos.

Que los comunicadores se suban a este tren directamente me parece grotezco. Hablan de insultos, odios y agresión verbal. ¿Qué esperaban, que les tiraran flores? Y hay que distinguir muy bien, porque muchos pseudo-periodistas cayeron en la falacia: no podés comparar gente insultando en una protesta, con el insulto institucionalizado desde el estado. No son comparables. De ninguna forma. No es lo mismo un ciudadano hablando de un jubilado amarrete, que un presidente en cadena nacional señalando con el dedo a quien debería proteger. No es lo mismo la persona que maneja el estado (en este caso, casi sin contrapesos) y el dinero generado por la imposición fiscal que una persona que se resiste. Paremos de orinar fuera del recipiente.

No me preocupan las palabras del jefe de gabinete. Acá ya sabemos con qué bueyes estamos arando. Lo importante es que con frases como estas quedan al descubierto. Dan a entender sus verdaderas intenciones, que muchas veces disfrazan muy bien, pero en muchas otras les falla el inconciente. Saber para qué quieren al estado y cómo lo quieren utilizar, es fundamental para saber qué les duele y dónde hay que profundizar.

Defendiendo lo indefendible

Esta semana subieron en el canal de YouTube del PL, un video de la visita de Walter Block a la Argentina en el año 2011.

Si tienen una hora y media para entretenerse, pueden ver este video con algunas explicaciones de Block sobre su libro «Defendiendo lo Indefendible» y algunas discusiones interesantes sobre la Propiedad Intelectual, el aborto y la eutanasia.

Nuevo Cortinazo en Once

Comerciantes del barrio porteño de Once realizaban esta mañana un nuevo «cortinazo» para protestar contra las trabas a las importaciones impuestas por el Gobierno. La protesta comenzó poco antes de las 11 e incluía un corte de tránsito en la esquina de la avenida Corrientes y la calle Pasteur.

Parece que las cosas a Moreno se le van a hacer cuesta arriba. Ya son muchas las manifestaciones contra sus políticas.

Tags

Related Posts

Share This

Palabras más, palabras menos, sos un idiota.

El otro día mientras descansaba en casa, me llama mi hermana por teléfono avisándome que en TN estaban cubriendo la protesta realizada por el Partido Liberal Libertario, en la cual vendieron dólares en la calle Florida. Más allá de la nota en sí, luego se pusieron a leer un folleto entregado en la calle, en el cual hicieron un Nolan Chart para saber la filiación política de la gente.

Recorté partecita del video sacado de la misma página de TN:

Palabras Más Palabras Menos, sos un tarado

Cuando se ponen a leer el Nolan Chart, empiezan a reírse al decir que es muy bizarro el folleto. Por ejemplo, al hablar de la obligatoriedad del uso del cinturón de seguridad, o que los ciudadanos deben poder gestionar su propia jubilación. Lo que Zlotowiazda y Tenembaum están diciendo entre líneas, es básicamente que sos un idiota. Es decir, para ellos, la obligatoriedad del cinturón de seguridad o el casco no haría falta, porque ellos son más inteligentes que el resto y les resulta obvio que se deben usar. Pero como todos los demás son unos incapacitados para razonar, es importante que se imponga una norma como esta. Además malinterpretan el mensaje pensando que en el PL están en contra del uso del cinturón de seguridad o del casco. Pero esto no es así, hay muchas alternativas a una ley impuesta desde el congreso, como puede ser que te lo exija tu compañía de seguro so pena de no indemnizarte en caso de accidente.

Con el tema de la jubilación pasa algo parecido. Casi seguro, y más sabiendo que se la pasan haciendo análisis político-económicos Zloto y Tenembaum  deben tener el camino a su retiro más o menos encaminado. O sea, la jubilación estatal bien gracias; me juego la computadora en la que estoy escribiendo que no es la única fuente de ingresos que tendrán, y que de hecho ahora están formando una cartera de inversiones de diferente tipo con la cual podran vivir en serio en su vejez y no depender de las migajas que te tire el estado futuro. Pero de nuevo, los demás son imbéciles e idiotas, y como no les da la cabeza como a ellos para pensar en su futuro, les mienten diciendo que no se van a tener que preocupar, para después agarrarse la cabeza cuando llegue la hora de la verdad. Te dan un paracaídas que no abre, y te tiran del avión. Podrían educar un poco, dar opciones de jubilaciones, asesorar en inversiones a largo plazo, pero no, eso es para ellos, los inteligentes. Para la gente de a pie, a mendigar al gobierno de turno. Deberían advertirle a los conductores del programa que tener un salvavidas de plomo pensando que funciona es peor que no tener nada. El primer caso te hace confiar y olvidarte del tema. Con la segunda opción, vas a tener que usar parte de tu tiempo para prever un accidente y cómo salvarte o sufrir los menores daños posibles.

Por otro lado no veo por qué están en contra por ejemplo del postulado que pide que no se regulen los contenidos de radio y televisión. Me imagino que ellos ya estarán pensando cómo acomodarse con el AFSCA el día que TN no les de más espacio o que la señal tenga que ser liquidada por la ley de medios. Lo mismo pasa con las empresas y los subsidios. Pensé que gente de pensamiento tan sensible con la pobreza no estaría de acuerdo con subsidiar empresas con dinero de impuestos que paga la gente que apenas tiene para comer.

Si bien caen en los lugares comunes en los que cae comunmente el progresismo local, el mensaje subyacente es siempre el mismo. Lo que Hayek denominaba la Fatal Arrogancia. Ellos saben mejor que nadie lo que es bueno para ellos y para el resto, pero los demás son incapaces. Los demás se tienen que conformar con el plan B que ellos pensaron. No te tienen que dar la opción de tener tu propio plan, no, eso es para ellos y una elite elegida.

Por supuesto que esto nunca te lo van a decir. ¿Cuánto puede durar hablando una persona cuyo discurso es tal que considera a los demás como inferiores que deben obedecer y dejarse llevar por una elite? Esta arrogancia la tienen también los legisladores que prohíben la sal, el alcohol, que ponen horarios de salidas, etc. Pero de nuevo, ¿cuánto durarían sus carreras políticas si dijeran abiertamente en las campañas que te van a tratar de imbécil?

Por mi parte no tengo más que palabras de felicitación y aliento para la gente del PL, que se animó a salir a la calle a enfrentar a la policía y a los inspectores de AFIP para defender los valores de la Constitución de 1853.

Como dijo alguna vez Mohandas Ghandi:

«Primero te ignoran, después se ríen de ti, luego te atacan, entonces ganas.»

 

 

El Problema no es La Salada

Leo en infobae que la Cámara Argentina de Indumentaria para Bebés y Niños (Caibyn) denuncia a las ferias tipo «La Salada» de competencia desleal. Aducen que la existencia de las mismas y sus precios extremadamente módicos atentan contra la industria Textil ya que los comercios y los shoppings no pueden competir con las mismas. Ahora, yo me pregunto: ¿el problema es que La Salada no tenga regulación o que todos los demás no puedan (o no quieran) escapar a la misma?

Por lo pronto, hay que desmenuzar los argumentos que utiliza Caibyn:

Precios Extremadamente Bajos harán que todos compren en las ferias: Según la cámara empresaria, los precios extremadamente bajos en La Salada atentan contra la venta de indumentaria en comercios. Para empezar, no todas las personas compran en ferias al estilo de La Salada. Estas ferias se concentran en un sólo lugar, la atención al público es muy deficiente y probarse la ropa es muy difícil. Eso sin contar con que la calidad, como lo dice el mismo gerenciador de la feria, no es la misma que la de las marcas. Por otro lado están ubicadas en zonas complicadas y los horarios en los que atienden tampoco suelen ser los convencionales. La gente que compra ropa en estos lugares lo hace justamente porque el beneficio principal lo dan sus precios extremadamente bajos. Los clientes de estas ferias posiblemente no sean capaces de comprar indumentaria en un comercio a la calle porque le resulta demasiado costoso. Ni hablar de comprar en un Shopping. ¿Entonces por qué molestarse en atacar a un competidor que no estamos seguros que sea tal?

Que la gente pueda comprar ropa a precios extraordinariamente bajos hace que tengan más dinero disponible para satisfacer otras necesidades como comida, techo, esparcimiento, educación, etc. Obligar entonces a que todos tengan que comprar a precios con los cuales puedan competir los Shopping, para mantener el negocio de algunos, es cuanto menos, sumamente cuestionable. Es tomar al consumidor de rehén en favor de un sector de algunos actores de la industria (porque convengamos que los que confeccionan para las ferias, también forman parte de la industria del rubro).

Por otro lado, hay un segmento importante del mercado que valora poder comprar en un Shopping, con probadores grandes, bien iluminados, con música tranquila y diseños a la última moda. Suponer que La Salada cumpliría la demanda de este público es completamente descabellado.

La Salada constituye competencia desleal: Competencia desleal es utilizar el poder de policía del estado para que todos los vendedores de indumentaria tengan que equiparar sus precios con aquellos que tienen la suerte de poder pagar el alquiler exorbitante de un local dentro de un Shopping. Hay gente que privilegia precio por sobre terminación y un ambiente perfumado donde comprar su ropa, y ello queda demostrado en el éxito arrollador de los mercados a cielo abierto. La Salada, Saladitas y demás mercados, lo único que hacen es competencia sumamente leal para ofrecer al consumidor un producto acorde al alcance de su bolsillo. ¿Cómo podría un cuentapropista introducirse en el mercado, si lo primero que debe hacer es pagar impuestos y cumplir reglamentaciones torpes, sin importar si tiene la tela, la máquina de coser o la habilidad para confeccionar? Competencia desleal es esconderse detrás de la burocracia construida para privilegiar a algunos e impedir la entrada al mercado de otros.

La perjudicada es la industria: La industria se beneficia de la proliferación de puntos de expendio donde ofrecer la mercadería. Los menos privilegiados son aquellos que ya estaban establecidos en el mercado. Pero esto no quiere decir que los nuevos actores estén sacando algo a estos últimos, sino que sólo están compitiendo con las herramientas que tienen a mano. Están consiguiendo el favor del consumidor cada vez que adquiere uno sus productos.

Mercado La Salada

El Problema no es La Salada

Lo que no ven los industriales de Caibyn es que el problema no es La Salada. El problema es la regulación. El problema son las altas cargas impositivas que los puesteros de La Salada no pagan para hacer rentable su negocio. El problema son las cargas sociales que hacen que el industrial tenga menos trabajadores de los que tendría en otras condiciones, porque el costo de tener un empleado más supera la utilidad marginal que el mismo le proporciona. El problema son las habilitaciones que hacen que los locales tengan que incurrir en costos adicionales completamente inútiles para no ser clausurados por el burócrata de turno.

El problema es que el «modelo» en el que estamos inmersos es una traba mental, que no nos permite ver cuáles son los verdaderos problemas y sus soluciones. La satisfacción al consumidor y la competencia «leal» están mucho más cerca de lo que piensan los industriales, sólo que pedir la desregulación es políticamente incorrecto. Este «modelo» corporativista, prebendario, anti consumidor, anti trabajador, anti emprendedor, hace que no veamos que las trabas que se fueron construyendo durante décadas de estatismo sólo beneficiaron a unos pocos en detrimento del consumidor y del cuentapropista que quiere comenzar un nuevo negocio, arriesgando su propio capital y poniendo su talento a disposición.

Señores de Caibyn la solución no está en pedir que se erijan trabas a la Salada. La solución es que les saquen a ustedes los grilletes de los cuales La Salada logró liberarse.

bestthemeswordpress.com - best wordpress themes - magazine wordpress themes restaurant wordpress themes