El Dios costoso del artículo 2

Hace un par de días en una conversación típica de mi grupo de amigos en pleno Happy Hour, empezamos a hablar sobre el Estado y la Iglesia. Volví a casa y empecé a chusmear algunos números y demás yerbas.

Primero me topé con el artículo 2 de la Constitución Nacional:

El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano.

¿Qué implica que no haya separación del Estado e Iglesia? Básicamente parte de los recursos del gobierno son destinados a financiar a esta entidad. ¿Por qué católico apostólico romano y no judío-ortodoxo? ¿Para qué seguir manteniendo esta tradición costosa? El grueso de los fondos de la Iglesia provine del Estado, o mejor dicho: de los impuestos de agnósticos, ateos, evangelistas, testigos de Jehová, mormones, etc. ¿Es justo?

Durante su primer gobierno, a Juan Domingo Perón se le ocurrió la brillante idea de que las escuelas públicas obligatoriamente deberían impulsar la enseñanza de la religión católica y además subsidió los salarios de los docentes de estas escuelas. Los subsidió con impuestos de agnósticos, ateos, evangelistas, testigos de Jehová, mormones, etc. Así, sumamos una partida de gasto más en el presupuesto. Sumamos transferencias de fondos públicos potencialmente malversables.

Sin embargo, esto no fue para nada suficiente y para forjar aún más la tradición vinieron los militares y sancionaron un par de leyes que engordaron las partidas del gasto destinadas al sostenimiento del culto. A saber:

  • Ley 22.162: se le otorga a los Curas Párrocos o Vicarios Ecónomos de Parroquias situadas en Zonas de Frontera una asignación mensual. Y no contento con esto, agrega que los recursos que el cumplimiento de esta ley demande se tomarán de las Rentas Generales.
  • Ley 21.950: con esta ley también le dimos una asignación mensual a los Arzobispos y Obispos con jurisdicción sobre Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas, Eparquías y Exarcados del Culto Católico Apostólico Romano.
  • Ley 21.540: se le otorga a los Arzobispos y Obispos con jurisdicción sobre Arquidiócesis, Diócesis, Prelaturas  o Exarcados del Culto Católico Apostólico Romano, y el Vicario Castrense para las Fuerzas Armadas otra asignación mensual cuando cesen en sus cargos por cuestiones de edad o invalidez. Esta asignación mensual es una jubilación de privilegio.
  • Ley 22.950: el gobierno nacional se compromete a dar otra asignación mensual a los clérigos que contribuyan a la enseñanza en los Seminarios Mayores.
  • Decreto 1.991/80: les pagamos los pasajes para cuando viajan al exterior y dentro del territorio de Argentina.

Hoy en día existe en Argentina un Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto (MREC). ¿Y qué tienen que ver las relaciones exteriores con el culto? En fin, la cuestión es que así como tenemos ahora un lindo Ministerio de Deporte en la Provincia de San Luis, descubrí que también tenemos una simpática Dirección General del Culto Católico que depende de la Secretaría de Culto. La pregunta es: ¿cuánto nos sale mantener la tradición del culto católico apostólico romano? Entrá en la Oficina Nacional del Presupuesto y seguí estos números… En el año 2003 se presupuestó para la Secretaría de Culto una totalidad de $13.777.037. Si a eso le sumamos lo que se previó destinar para las actividades centrales del Ministerio del cual depende esta Secretaría, despilfarraron un total de $121.435.620. No contentos con estos gastos, a la década también la ganó la Secretaría de Culto que para el año 2013 le presupuestaron $62.826.000; es decir, un 356% más que en 2003. Nuevamente, si adicionamos lo presupuestado para que funcione esta dependencia del MREC, el gobierno nacional gastará un total de $676.244.685; un 456% superior a lo presupuestado hace diez años. Y eso sin contar que como además gastan más de lo que presupuestan, no sería para nada extraño que al comienzo del ejercicio que viene se observen un par de millones más en cada una de estas cifras.

Y esto sin contar los beneficios adicionales de los que gozan las instituciones inscriptas en la Secretaría de Culto. Exenciones impositivas, donación de terrenos que recibieron del Estado Nacional. ¿Podés creer además que la Iglesia recibe más subsidios que otras instituciones públicas? Juro que he escuchado decir muchas veces: «Pero la Iglesia paga los servicios de gas y luz». Pero cristiano, ¡menos mal! Lo único que faltaba entonces era que además le financiemos los gastos de luz y gas. Vamos… ¡Despertate argentino!

¿Es realmente necesario que el Estado impulse de esta forma el culto católico apostólico romano? ¿Por qué lo hace? ¿Por qué debe subordinarse a esta religión? Si es por una cuestión de tradición, ¿por qué no volvemos a incorporar el servicio militar obligatorio? ¿Por qué no derogamos la ley de matrimonio igualitario o la ley de divorcio? Si realmente las personas quisieran que el culto católico apostólico romano se mantuviera a lo largo del tiempo, podrían ellas mismas sostenerlo. Además, ponete a pensar un rato, sos católico apostólico romano y a tu religión la bancan con impuestos los agnósticos, ateos, evangelistas, testigos de Jehová, mormones, etc. ¿Y la moral? Si te gusta ser católico buscá la manera de sostener tu religión con tus propios medios, no esquilmando el bolsillo del otro.

Si bien hoy en día debería darse prioridad a la resolución de otros problemas como por ejemplo el control de precios que los perros kirchneristas comandados por Moreno está llevando a cabo, la excesivo abuso de la máquina de imprimir billetes de Mecha, la malversación de fondos públicos, etc., no debería pasarse por alto que estos recursos liberados, junto a otros destinados al mantenimiento irracional de tradiciones en el siglo XXI, podrían directamente ser ahorrados. Dejemos de engordar los gatos del Estado.

Tradición.

Menos corazón, más razón. 

Mantenete por tus propios medios.

Mantenete por tus propios medios.

En defensa de las mercancías

No puedo decir a ciencia cierta la declaración de quién o qué hecho en particular disparó este post. Pero muchas veces, y me pasó muchísimo a lo largo de mi vida, escucho a gente de determinadas profesiones decir algo así como «lo que hago no es una mercancía». Se puede escuchar esta frase tanto de maestros, como de músicos, pintores, escultores, directores de cine, médicos, actores y en general muchas actividades que no están caracterizadas por la producción de algo que se vaya a comprar tomándolo de la estantería de un negocio. Realmente yo no veo nada de malo en cualquier producto de la góndola de un negocio y no puedo diferenciarlo trascendentalmente de una canción, o una película, un libro o una enseñanza. Es como si las personas que producen estas últimas quisieran elevarse en la escala moral de las profesiones por algún motivo, despegándose del «sucio» y «materialista» industrial o empresario. Ni que hablar cuando se mezcla encima el nacionalismo con estas actividades, pero esto es materia para todo un artículo completo y en lo que no voy a ahondar en éste.

¿Qué es lo que hace que una persona considere a su obra, moral y materialmente superior a una «vulgar» mercancía? ¿Será la experiencia personal que llevó a desarrollar la misma? ¿Será lo que espera que ésta produzca en la persona que la «consume»? ¿Serán los años de esfuerzo, dedicación y educación que muchas veces no se traducen en una ganancia monetaria al exponer su fruto? No se a ciencia cierta cuál será el motivo que lo hagan querer diferenciarse de cualquier otro productor de bienes materiales, lo que se, es que compararse con una mercancía, al fin y al cabo no está nada mal si se lo piensa fríamente.

Yo, el lápiz de Leonard Read. No dejen de leerlo.

Yo, el lápiz de Leonard Read. No dejen de leerlo.

Un día, inspirado en el escrito «Yo, el lápiz» de Leonard Read, realicé el ejercicio de tratar de visualizar el camino realizado por muchas de las cosas que tengo en mi casa, para llegar de ser un conjunto de materias desperdigadas en la naturaleza, hasta ser el producto que utilizo todos los días y que tan vilipendiado resulta al ser comparado con el resultado de otras profesiones. No se por qué -probablemente por mi carrera- empecé por un Disco Rígido. Fabricar un disco rígido llevó el trabajo, la investigación y la coordinación de muchísimas profesiones. Sólo pensando unos segundos los más básicos, se necesitan: ingenieros, mecánicos, físicos, químicos, matemáticos, diseñadores industriales, programadores, técnicos de ensamblaje, seguramente torneros, técnicos en calidad. De un primer vistazo conté sólo 10 profesiones, y eso sin tener en cuenta todas las actividades de soporte, como los contadores, gente de marketing, vendedores, personal de maestranza, secretarios, diseñadores gráficos, personal administrativo, gerentes, transportistas, mineros, geólogos, metalúrgicos, y un largo etcétera. Y todo eso, sin tener en cuenta el trabajo previo de investigación de siglos de historia humana acumulados en un artefacto, que cada vez que lo vemos en una vidriera, no decimos más que «meh, un disco rígido».

Y eso sólo pensando en el disco rígido que había sobre la mesa. Creo que haciendo este ejercicio con algunos productos más que se encuentran en la casa se pueden dar cuenta de que todas las profesiones del mundo, toda la humanidad y la historia ayudaron a que ustedes puedan satisfacer sus necesidades más básicas. Y cada vez que pienso en ello, se me hace más extraña esa manía de no querer comparar el trabajo de uno con una «simple» mercancía. Al fin y al cabo, personalmente pocas veces ví tanta grandeza como cuando analizo cómo llegó cada «mercancía» a mi casa.

El asunto se pone más espeso, cuando se mezcla el asuntillo ese de «esto no es una mercancía, el estado debería proveerlo». Y no, ni siquiera quiero referirme a la salud y a la educación. Pero cuando un músico justifica moralmente superior su obra a cualquier mercancía, comienza la presión para que todos los demás debamos hacernos cargo de que le paguen por «hacer lo que le gusta», aun cuando ello no sea compartido por la gente que no consume su producción. Y lo mismo pasa con obras de teatro, literatura, películas, documentales y un montón de actividades que algunos seres que se creen moralmente superiores, creen que todos los demás productores y consumidores de «simples» mercancías deberían solventar. Entonces dividen al mundo en «comercial» y «artístico», degradando a los primeros y elevando a los segundos.

Pero este no es un artículo contra ellos, sino en favor de las mercancías. La idea del artículo es que puedas sorprenderte cada vez que veas algo en tu casa provisto por alguien más, y puedas ver en eso el esfuerzo, el ingenio, los años de estudio, la dedicación, la pasión y la historia personal detrás del artículo o servicio. Sea de la naturaleza que sea. Y así, algún día, vas a sentirte orgulloso y admirado, de poder ofrecerles a los demás, tu propia mercancía.

Un gran polo en Buenos Aires

Como si tuviesen la varita mágica los legisladores del PRO , entre otros, crearon un polo audiovisual.

En que consiste el proyecto:

La ley, impulsada por el PRO y resistida por legisladores de Proyecto Sur y parte del bloque de la Coalición Cívica, delimita un área de 720 hectáreas en La Paternal, Chacarita, Colegiales y Agronomía con centro en Palermo Hollywood. Las firmas vinculadas con la producción audiovisual que se instalen o que ya estén instaladas allí no pagarán ABL ni impuesto al sello durante 15 años –para las nacionales– o 10 años –para las extranjeras. El Gobierno espera de esta forma que se repita el impulso que tuvo Parque Patricios con el polo tecnológico.

Por lado podemos decir que el proyecto es abusrdo, intentarán fomentar un polo audiovisual donde ¡ya existe un polo audiovisual!. La zona de Palermo Hollywood no se llama asi por un mero capricho de los habitantes de ese barrio, o de las inmobiliarias de la zona. Su nombre se debe a que se han instalado en los últimos 10 años un gran numero de productoras, estudios de TV, y demás empresas vinculadas a la comunicación.

Por supuesto que una exención de un impuesto, en este caso el ABL, a determinado sector es bienvenida. Por más de que se trate de una herramienta utilizada por los funcionarios para estimular ciertos sectores de la producción no podemos oponernos a la nueva situación en la que se encuentran las empresas alcanzadas por esta ley: el gobierno deja de tomar por la fuerza parte de su ingreso legítimamente obtenido. Aún si este tipo de legislación termina teniendo efectos contraproducentes en otros sectores que de gozar de los mismos beneficios fiscales serían igual o más productivos, es preferible este tipo de intervencionismo, que las trasnferencias forzosas de un sector a otro a través de algún subsidio.

Como dice Sheldon Richman, «Los subsidios deben ser rechazados. Las oportunidades para mantener su propio dinero, no.»

Es decir, si bien este tipo de beneficios fiscales puede hacer dudar al liberal que percibe detrás de tales políticas la existencia de intereses creados, y la promoción de distorsiones en otros sectores, la realidad es que las mismas son preferibles a que se promueva la actividad  mediante subsidios y otros mecanismos donde se le priva de su ingreso a un sector de la sociedad, y el beneficiario se aprovecha de ese robo.

Los libertarios debemos apoyar las reducciones de impuestos, de cualquier tipo, sin embargo, al mismo tiempo denunciar este tipo de prácticas discriminatorias, intentar ampliar los alcances de este tipo de políticas, para que el derecho de mantener los ingreses obtenidos de forma legítima sean extensivos para todos.

Por último, los legisladores deberían ser coherentes, y si entienden que la reducción de impuestos y burocracia incentiva un sector económico y promueven polos industriales, la reducción de impuestos y burocracia en TODOS los sectores promovería que la ciudad sea un gran polo industrial.

«Los esfuerzos para ampliar estas excepciones podrán no tener éxito, ya que irían contra el objetivo de los políticos, que es manipular las conductas privadas. Pero, por lo menos, podemos exponer el punto que es mejor para la gente gastar su propio dinero en sus propios objetivos», concluye Richman.

Mientras tanto, y con lógica política (es decir, contrario a la lógica) se planifica una suba del 40% del ABL para el resto de los habitantes.

Promo Libre

Hoy mientras caminaba por el subte yendo al trabajo, agarré un Diario La Razón y me puse a ver la nota de tapa. Leí la volanta… y paré de caminar: «Me siento libre cuando puedo elegir de todo». La nota (o publicidad, da igual) hacía alarde de cómo «respondiendo a la necesidad y al pedido de los consumidores, todos los medios de pago están disponibles», y la promo amplía «sos libre para elegir cómo pagar», «sos libre porque tenés más de un día para venir», «sos libre para elegir los productos en promoción». En síntesis, la libertad «vende». Y, paradójicamente, es comprada porque nunca le fue tan bien a Carrefour como con esta promo.

Pero qué pasó con el mito de los formadores de precios? Con esos monstruos viles y egoístas que quieren perjudicar al pobre trabajador? Y la inflación? Y Candela?

En competencia, las empresas pueden sacar este tipo de promos que no hacen más que incentivar la baja de precios y satisfacer mejor a los consumidores. En competencia el trabajador, el consumidor, es libre y se beneficia por un grupo de empresarios que luchan entre sí para satisfacerlos mejor. En libertad, el consumidor es el rey.

Hoy, Carrefour, con su Promo Libre, me robó una sonrisa. Obvio que no les voy a comprar, porque tengo un chino a 2 cuadras y gracias a las exenciones fiscales que tienen y que venden marginalmente, probablemente siempre sean una mejor opción, pero no puedo menos que aplaudir de pie el hecho de que basen una campaña en la libertad, en darle el poder al consumidor y que, en consecuencia, les vaya bien.

No hay medida del gobierno que pueda siquiera acercarse a los beneficios que genera la inventiva comercial. No seas ganso, cuando compres, si querés cuidar tu bolsillo, Elegí Ser Libre.

¡No puedo competir!

Estaba escuchando la radio el otro día y mencionaron que Pixart, una empresa argentina, junto con Guillermo Moreno y la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (guaaaauuuu, qué título) le estaban iniciando un juicio a Microsoft por “conductas anticompetitivas” pidiendo que se le aplique a la susodicha empresa una multa de $150 millones considerando «las pérdidas incurridas por Pixart, el beneficio obtenido por Microsoft y el que obtendría».

Aparentemente Microsoft bajó los precios de su Windows Vista Starter a una cifra casi irrisoria y los señores de Pixart dicen que eso hizo que disminuyera la oferta de su sistema operativo Rxart preinstalado en equipos vendidos en las cadenas como Frávega o Garbarino en los últimos años.

Antes que nada, voy a aclarar que soy un defensor constante del software libre, usuario de Linux como sistema operativo casi único durante mucho tiempo, hasta que las necesidades laborales me hicieron usarlo cada vez menos. Igualmente, cada tanto me viene genial cuando se destruye la máquina más allá de todo arreglo.

Muchas de las estrategias de negocios de Microsoft me parecen bastante guachas, como presionar a los fabricantes de hardware para que no hagan compatibilidad con XP y obligar “de hecho” a usar Vista, o los sistemas de presión que ejercen sobre los fabricantes de equipos, ofreciéndole un precio especial muy bajo por licencia, siempre y cuando ofrezcan Windows como único sistema operativo disponible. Esto es una apreciación personal y si bien yo haría negocios de forma distinta, acá se benefician todos: Microsoft vende su producto, el fabricante del equipo puede vender más barato su hardware listo para usar y el cliente obtiene una máquina con un sistema con el que está familiarizado.

¿Quién es Pixart? Pixart se ocupaba a fines de los 90’s de la distribución del producto “Corel Linux”, que luego fue discontinuado y pasó a llamarse Xandros. Xandros dejó de comercializarse en el país, pero la empresa le proveyó a Pixart el know how y la base para su Sistema Operativo Rxart, basado en distribuciones de Linux libres y gratuitas.

Luego de la devaluación de 2002 surgieron en las grandes cadenas de electrónica y electrodomésticos una serie de computadoras que eran clones armados en el país, todos con el mismo hardware, a los que le ponían un nombre de fantasía y las vendían con una apariencia de ser equipos más “profesionales”.

La diferencia cambiaria hacía que el precio de una licencia de Windows fuera muy alto, por lo que en varios de estos modelos de computadoras, se optó por poner sistemas operativos alternativos. Yo ví on-site Xandros y varios Linux distintos.

La realidad es que Frávega no le puede vender al público masivo una computadora para que después ellos le pusieran el sistema operativo. O sea, puede, pero la persona quiere ver el equipo funcionando o poder prenderlo y que funcione ni bien llega a la casa. Así que se vieron con la oportunidad de poner estos sistemas más baratos (o gratis) para poder vender máquinas dentro de todo baratas.

Obvio que a la semana el comprador llevaba la computadora a un local para que le pongan un Windows, porque no sabía qué hacer con ese Xandros. El nene no podía poner jueguitos, ni usar el msn Messenger y el office era un poquito distinto.

Pixart alega que la cantidad de computadoras vendidas con su sistema operativo fue disminuyendo por una política agresiva de baja de precios por parte de Microsoft.

Yo me pregunto ¿no tendrá que ver la inflación y el dólar planchado un poco en esto? En el 2002 era caro un Windows, en el 2010 ya no.

Y si Microsoft tiene una política de bajar los precios. ¿Esto no beneficia a los consumidores? ¿Cuál es el problema de darles a los consumidores el mismo producto que antes pero por menos plata? ¿No es eso lo que se busca siempre, que la mayoría de la gente lo pueda pagar?

La gente de Pixart, ¿habrá hecho estadísticas alguna vez de cuánto duraba su sistema operativo en estas computadoras?

Que Pixart acuse a Microsoft de competencia desleal es lo mismo que la panadería de la vuelta de casa acuse a Havanna de competencia desleal porque vende sus alfajores más barato que los alfajores artesanales de maicena y chocolate que tienen en el escaparate.

¡Eh, pero Microsoft tiene el monopolio de los Sistemas Operativos y así no se puede competir! Realmente no lo tiene.

Monopolio es tal situación en la cual alguna regulación impide la entrada de nuevos competidores en un cierto mercado.

Lo que sí tiene Microsoft es que laburó y subió la Barrera de Entrada del mercado a un nivel casi inimaginable. ¿Cómo lo hizo? Se metió en el 80 en el negocio de licenciar sus productos en vez de venderlos, popularizó su MS-DOS cuando casi no había otra cosa, no persiguió a la piratería de sus productos (yendo así a pérdida), hizo que las computadoras sean cada vez más fáciles de usar y, en el proceso, acostumbró tanto al usuario medio a sus productos que si le sacás las ventanitas no sabe qué hacer.

Y la realidad es que los que hoy lloran (internacionalmente, no me refiero a Pixart), en su momento en vez de competir y hacer algo mejor que el DOS o la pedorrada del Win 3.1, estaban todos mamando de la teta de Microsoft e IBM.

No la vieron venir y se quedaron cómodos hasta que fue muy tarde.

Pero ojo, hoy por hoy, si no querés pagarle ni un centavo a Microsoft, podés tener tranquilamente tu máquina con sistema operativo open source, con gráficas buenísimas y compatibilidad con toda herramienta “popular”.

¿Y qué conducta más anticompetitiva que regalar los productos? ¿Por qué no le pide Pixart al señor Moreno que bloquee el acceso a toda distribución de Linux? Eso sí que sería ir contra una conducta anticompetitiva.

Pero acá atrás hay otro asuntito, que va a quedar para un inminente artículo, que es que Pixart ES UN PROVEEDOR DEL ESTADO. Es el que coloca uno de los sistemas operativos de las netbooks ClassMate Plan Bicentenario, la iniciativa para regalarles netbooks a los 250.000 alumnos de los últimos años de las escuelas técnicas.

¿Está un proveedor del Estado en condiciones de hacerle una demanda a otra empresa por conductas anticompetitivas?

En cuanto a las netbooks del Estado, tienen tanto Windows como el Rxart de Pixart ¿Pueden acusar a Microsoft de conductas anticompetitivas acá? En el siguiente artículo analizo los números de esta iniciativa.

Y para los señores de Pixart: Señores, son unos inútiles que no pueden vender algo que encontraron gratis por ahí y, encima cuando no les sale su negocio imposible, van llorando para que le saquen plata a alguien que sí pudo hacer un negocio. Son lamentables.

La economía de los feriados

Anunció Cristina:

La norma que será enviada al Congreso dispone que el feriado del 20 de junio sea inamovible, que el correspondiente al 12 de octubre sea renombrado como “Día del Respeto a la Diversidad Cultural” y se reconozca el concepto de días no laborables para las colectividades islámica y judía.

«Vamos a introducir el feriado puente -agregó la mandataria-. Cuando alguno de los feriados que son inamovibles cae un martes o un jueves, el poder Ejecutivo determina que el día comunmente denominado sandwich también es feriado».

Aclaremos, además de los feriados que ya tenemos, se agrega el «Día de la Soberanía», se renombra el «Día de la Raza» por el mucho mas políticamente correcto «Día del Respeto y la Diversidad Cultural» y además se agrega un feriado más en caso de caer martes o jueves.

¿Cuál es el propósito de todo esto? En palabras de la promotora número 1 del turismo:

El proyecto es «una ley de contenido promocional a una actividad económica, pero también trae incorporada tradiciones sociales y culturales muy fuertes. Por esta ley vamos a incorporar a los feriados nacionales los lunes y martes de carnaval», aseguró la mandataria.

Básicamente lo que se intenta es promover el turismo. Nunca entendí cuál es la fijación de algunos políticos por promover la industria del turismo frente a otras industrias, o acaso no se dan cuenta que lo que gasta la gente en turismo lo podría gastar en otra cosa, o lo podría ahorrar.  Toda medida económica tiene un efecto que se ve y otro que no se ve, éste último suele ser más perjudicial.

Y no solo se está promoviendo una industria, por sobre las demás (aclaro, el gobierno no debería promover ninguna industria), si no que el país deja de producir ese día, y el daño termina siendo doble.

El Rey del Mercado

¿Quien es el rey del mercado?

¿Quién será el rey del mercado? ¿Quien es aquél que decide quien sigue vendiendo y quien cierra su negocio? ¿Quién dice que ella es rica y yo soy pobre?

Dicen que es un señor, a  veces es una señora, que mide entre 1,50 m y 2,10 m. Los que lo conocen dicen que es rubia, castaño, morocha, o pelirrojo.  Que vive en Buenos Aires, en Timbuktú, en Melbourne, y en Paris, lo vieron en los 195 países. Escuché decir que tiene ojos verdes, marrones y celestes. Es negro y  es blanca. Con ojos achinados, u ojos abiertos. Según como se lo mire es joven y es vieja.

Seguramente ya conocés  al rey, o reina, del mercado, cuando te lavás los dientes por la mañana está frente a vos, también si te peinas lo podés ver, y generalmente en los ascensores también le ves la cara, o el cuerpo entero, depende.

¿Tenés alguna idea de quién puede ser el rey del mercado?

El rey del mercado sos VOS.

Como siempre, prefiero apelar a los que saben, que ofrecen una explicación mucho mas clara y didáctica sobre ciertos temas, o conceptos nuevos (con nuevos me refiero a términos que no son populares escucharlos en diarios o TV). En este caso se trata de Ludwig von Mises, que con su sabiduría nos explica porque VOS sos el rey del mercado:

La economía de mercado no saboteada por los arbitrismos de gobernantes y políticos es incompatible con la existencia de señores feudales y poderosos caballeros que mantenían sometido al pueblo mediante tributos y gabelas y celebraban alegres banquetes mientras los campesinos habían de conformarse con las migajas. La economía basada en el lucro hace prosperar a quienes supieron satisfacer las necesidades de las personas de manera mejor y más baratas. Sólo c0mplaciendo a los consumidores es posible enriquecerse. Los empresarios pierden su dinero en cuanto dejan de invertirlo en aquellas empresas que mejor atienden la demanda del público. En un plebiscito donde cada centavo confiere derecho a votar, los consumidores a diario deciden quiénes deben poseer y dirigir las fábricas y los comercios. El control de los factores de producción constituye una función social sujeta a confirmación o revocación por los consumidores soberanos.

La analogía de Mises es ilustrativa, a pesar de que tiene ciertos puntos flojos al hacer una analogía entre economía yp política. Existen importantes diferencias entre ambas áreas, algunas de ellas son:

1. En el ámbito político las relaciones están basadas en el monopolio de la violencia, en el mercado las relaciones son voluntarias.

2. En la democracia uno sólo es el que gana, el mercado ofrece opciones para todos los gustos y bolsillos.

3. En la democracia unos ganan y otros pierden, en el mercado todos, compradores y vendedores, ganan.

4. La democracia son ciudadanos de un país mayores de 18 votando cada 2  o 4 años.  El mercado tiene un potencial de 7 mil millones de hombres y mujeres, realizando intercambios voluntarios, de manera pacífica, todos los dias, a cada momento, ambos obteniendo una ganancia de ese intercambio.


El estado de cosas cambia completamente cuando introducimos al gobierno en la interferencia de estos acuerdos libres y voluntarios, donde dejás de ser el rey del mercado, pero eso lo dejo para otro post.

Superavit Fiscal

¡Como me molesta cuando los gobiernos se tiran flores al tener superávit fiscal!

Evidentemente, cuando tenés superávit fiscal es porque estás haciendo algo mal.

Supóngase que el Estado tiene que gastar 1.000 pesos por mes para cumplir con sus funciones (dejemos de lado en este momento cuáles deben ser esas funciones y si el presupuesto es excesivo o no) y, para solventar los gastos asociados a las mismas, cobra el impuesto X.

Si recauda 1.100 pesos, está claro que el impuesto X está siendo excesivo y ese superávit fiscal de 100 pesos debería serle devuelto a los contribuyentes porque…¿Para qué necesitaría el Estado ese dinero extra? Si ya se están cubriendo todos los gastos que genera.

Primer problema (que van a plantear): “Distribuir ese excedente entre todos los contribuyentes sería una locura, porque a cada uno le correspondería una infinitésima parte y la burocracia de esa repartija generaría demasiado gasto”.

Estoy de acuerdo en que, a fines prácticos, devolverlo generaría un gasto mayor.

Segundo problema (que planteo yo, porque los detractores no lo van a plantear): “¿Qué pasa el mes que viene si seguimos cobrando como ahora el impuesto X?”

Voy a tratar de resolver primero el segundo problema:

a)      Se recaudan los mismos 1.000 pesos originales que se necesitaban.

b)      Se recaudan menos de 1.000 pesos.

c)       Se recaudan más de 1.000 pesos.

El caso a) plantea que el mes en el que hubo superávit fiscal, fue por una circunstancia extraordinaria, por la que no valdría la pena realizarle retoques al impuesto X.

El caso b) muestra que el impuesto X está sujeto a fluctuaciones, digamos que tiene una varianza notable (esperaba recaudar una cifra y lo que recaudé fue o bastante más o bastante menos de lo que esperaba).

El caso c) muestra que el impuesto X está recaudando más dineros de los que necesita el Estado y debería recalcularse.

Habiendo visto un poquito lo que puede pasar en el futuro, pasemos a resolver el primer problema: ¿Qué hacemos con la plata que sobra?

Opciones:

1)      La devolvemos

2)      La guardamos

3)      La gastamos

La opción 1) es bastante impráctica, puesto que, como se dijo antes, los gastos administrativos superarían los beneficios que recibirían los contribuyentes al devolverse el dinero.

La opción 2) parece bastante sensata. Se guarda en un banco a interés, por si algún mes hace falta cubrir gastos, como en el caso b) más arriba, ya sea por ser un impuesto con alta varianza o porque en algún mes aleatoriamente se recaudó menos.

La opción 3) es la que nunca debe dejársele realizar al Estado.

Es más, me juego a que los Estados se hicieron monstruosos a causa de la opción 3!

Me imagino que cuando el Estado (de algún país) era como un Tamagotchi, con funciones bien acotadas y poquito consumo, un día recaudó 100 pesos de más…

-Che, sobraron 100 mangos, ¿qué hacemos?

-Yyy….no da devolverlos, ¿y si subsidiamos el tren / hacemos una plaza / se lo damos a alguien que lo necesite?

Así, el mes siguiente no sobró nada y había que mantener la nueva función del Estado, así que se subieron los impuestos….y comenzó el efecto bola de nieve que llegó hasta nuestros días. :D

Volviendo al tema serio ¿qué hacer ante un superávit fiscal?

Primero que nada, guardar la plata a interés.

Observar qué pasa en el futuro y corregir el patrón que provee el superávit, bajando el impuesto X.

En caso de quedar en déficit, paliarlo con los ahorros y corregir hacia arriba el impuesto.

Así, se irán conociendo los patrones de fluctuación (en caso de que existan) y se tenderá al límite entre lo que se gasta y lo que se recauda, beneficiando siempre al contribuyente y evitando innecesarias nuevas atribuciones del Estado.

Como se aclaró en un principio, considérese que el Estado le brinda una serie de contraprestaciones bien definidas a los contribuyentes a cambio de esos 1.000 pesos.

¿Qué pasa si el Estado necesita ampliar el volumen de esas contraprestaciones? Lo dejo para otro artículo, pero seguramente será contestado por algún lector en los comentarios (Nótese, para los despistados de siempre, que puse VOLUMEN de las contraprestaciones y en ningún momento NUEVAS ATRIBUCIONES).

Caridad privada vs. impuestos

Si bien como economista las ideas de Milton Friedman no son con las que mas concuerdo, no se puede negar que ha sido un gran orador, y tenía una ENORME capacidad  para el debate.  Este video es una muestra de ello:

Lo ví en el Facebook del Partido Liberal Libertario.

bestthemeswordpress.com - best wordpress themes - magazine wordpress themes restaurant wordpress themes