Sin respeto.

Una de las (incoherentes) críticas que recibió la marcha del 13S es la de qué eramos un grupo de bien acomodados de clase media – bien vestidos – llenos de odio, agresión, insultos y hasta deseos de cárcel y muerte hacia ciertos funcionarios públicos.

No me sorprende, ni me molesta que desde el kirchnerismo salgan con estas vacías acusaciones a pretender acallar las voces de la libertad que se están erigiendo por fin en este país. Pero me duele y me deja perpleja que desde los propios «caceroleros» pretendan desmentir esto, validando esas críticas a la vez que se muestra una continuidad de la sumisión, al menos en el aspecto discursivo.

Quiero ser muy clara. Por supuesto que estamos enojados, calientes, saturados, HARTOS de que nos pisoteen y nos tomen de pelotudos. Por supuesto que vamos a insultarlos, exigirles que atiendan nuestras demandas, y que nos respeten. No se pude pelotudear a un pueblo durante tantos años y pretender no generar odios, rechazo y un sinfín de sentimientos negativos.

 

La presidente es una enferma, cínica, hija de puta que habla de democracia cuando sus acciones son absolutamente autoritarias. Que se llena la boca con mentiras, estadísticas inventadas, índices de pobreza inexistentes. Ignora la constitución nacional, ley sagrada si las hay, y hasta pretende reformarla para quitarle su espíritu de libertad. Nos amenaza por cadena nacional al mismo tiempo que nos ignora. Se cree ama y señora del país, dueña de nuestras vidas y de nuestros destinos. Nos impide progresar, trabajar, crecer, vivir, aprender…

Nos tienen arrinconados, Moreno, Boudou, Echegaray, y todos sus secuaces. Nos impiden transitar libremente por el mundo, comerciar, comprar y vender como nos plazca, nos condenan a la miseria, a vivir angustiados, a no saber si volvemos vivos a casa, a tener que agradecer que «solo nos robaron y no nos hicieron algo más», a pagar más del 50% de nuestros bien merecidos sueldos para mantenerlos a ellos y a todo su aparato de propaganda nazi (sí! nazi!! si usan las técnicas de Goebbles a una perfección inimaginada por él mismo), y a mantener el asistencialismo que está destruyendo las bases que construyeron este país con trabajo, esfuerzo y mérito.

Nos obligan a corrompernos o a ser sometidos, nos toman el pelo, nos asfixian con medidas cada día más restrictivas, nos tienen vigilados como si fuésemos criminales, criminalizan las acciones más normales cómo comprar monedas extranjeras o disentir con el gobierno.

Destruyeron por completo la República, con una ausencia de poderes independientes que no tiene precedentes. No hay justicia, no hay jueces capaces de hacerle frente al avasallamimento de los derechos individuales. No hay legisladores que se precien de representar al pueblo. Hacen las leyes a su antojo, la mayoría bien inconstitucionales por cierto. Gobiernan para ellos mismos, ni siquiera para la mitad del país que los votó. Y lo hacen todo bajo la bandera de una democracia que ni siquiera es nuestro sistema de gobierno vigente. Argentina es una REPÚBLICA, en la que el estado de derecho, es decir, el gobierno de la LEY, debería primar por sobre cualquier persona que ocupe un cargo público.

Nos han quebrado en dos bandos, en los que la ausencia de diálogo es ensordecedora, genera impotencia absoluta no poder disentir sin discutir, no poder presentar alternativas, no ser escuchado, no ser representado, no ser respetado.
Las minorías esta doblegadas a obedecer los caprichos de las supuestas mayorías, que no son más que clientes de este gobierno corporativista. Nos llenan la cabeza de boludeo nacionalista, apelando a un orgullo xenófobo de qué algo producido en territorio argentino tiene más mérito vaya uno a saber porqué… Pero la realidad es que la industria nacional no crece, porque como todo en el relato, es un verso más.

Gobiernan de palabra en todo lo relativo a la libertad, la prosperidad y la igualdad ante la ley, deshaciendo con sus controles y regulaciones todo lo que dicen defender.

Y esta lista podría seguir eternamente. No tiene nombre lo que nos están haciendo. Nos están quitando la dignidad, nos están esclavizando, nos están exprimiendo y oprimiendo.

¿Y pretenden que salgamos a la calle a protestar educadamente? Después de años de sufrir su cinismo y su sadismo, sus faltas de respeto, sus abusos, sus caprichos. No. Por supuesto que no. No les debemos ningún respeto, y no nos debemos ninguna represión en las formas en que reclamamos lo que nos corresponde y estos vándalos nos robaron.

Son unos hijos de puta, y queremos que nos dejen de pelotudear. No hay otra manera de decirlo. Somos pacíficos en las protestas. Somos republicanos en los métodos. Pero no nos exijan (no nos exijamos!) ser «educados» en las palabras. Nuestros carceleros, represores, opresores, no merecen respeto, no merecen nuestra educación. Merecen todos y cada uno de los insultos que se pronuncian hacia ellos. Y nosotros merecemos poder putearlos en paz. Este es el resultado de años de sometimiento. Ahora: orgullosos, dignos, con la cabeza levantada, putiémoslos sin dudarlo! Hasta que entiendan que hasta acá llegaron, que ahora les decimos BASTA.

Manual del militante por la libertad

Regla única:

Pensá por vos mismo y actuá de acuerdo a tu consciencia

Fin

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La isla de los derechos

Beatriz Sarlo, en su editorial en La Nación, dice:

 «Hoy, en cualquier lugar del mundo, afirmar la primacía absoluta de los derechos individuales (yo hago lo que quiero con lo mío) es una versión patética y arcaica de lo que se cree liberalismo.»

La realidad es que la primacía sí es absoluta. Cuando hablamos de moral, no pueden existir relativos. Algo es moral o es inmoral, sin importar el contexto.

(Eso sí, Beatriz acierta en esto de que no se puede desprestigiar un reclamo porque venga de la clase media. Al fin y al cabo, todos tenemos los mismos derechos).

Para analizar algunos de los derechos por los que se reclama, nada mejor que recurrir al método científico y hacer un caso “de laboratorio”. Las islas desiertas son idóneas para esto, puesto que están aisladas, no traen bagage histórico, tienen poblaciones pequeñas, y relaciones no muy complejas.

 

Monkey Island

Islas eran las de antes…

 

Contexto: 10 personas sobreviven a un naufragio y llegan a una isla desierta.

(Los sucesos a continuación no tienen un orden cronológico muy lógico, si me permiten la rima, pero ponerlos en esta sucesión ayuda a establecer los derechos individuales en el orden que corresponde.)

Supongamos que son 7 hombres y 3 mujeres. Pasan los días, y a los hombres les pica el bichito del amor, o les sube la libido, y proponen que todos tengan sexo con las 3 mujeres. Como son gente democrática, igualmente, lo someten a votación: 7 votos a favor y 3 en contra. ¿Puede la democracia —en el nombre del “bien común”— pasar por encima de los derechos individuales de esas 3 mujeres? La respuesta es NO. Esas mujeres son dueñas de su cuerpo, y son las únicas que tienen poder de decision al respecto de cómo se usa (claro, siempre que no vulneren derechos ajenos).

Sigamos. Uno de los náufragos, muy proactivo —llamémoslo Juan Emprendedor—, decide salir a buscar algo de comer. Vuelve con una canasta llena de frutas, para subsistir el resto del día y mitad del siguiente.

Si el resto, que prefirió quedarse tirado al sol sin hacer nada, tiene hambre… ¿puede votar para expropiarle las frutas a Juan, ganadas legítimamente con su propio esfuerzo? Si votan que sí, y Juan en un rapto de inteligencia decide comerse las frutas antes de que lo alcancen —convirtiéndolas en parte de su propio cuerpo, que ya establecimos que no se puede tocar—, pueden optar por comérselo a él, para acceder a las frutas? Las frutas, fuera de su cuerpo, ¿son de Juan?

Alguien podría objetar que no, que la propiedad termina en los límites del cuerpo. Vamos con otro caso, entonces, de lo que está inmediatamente pegado al cuerpo: la vestimenta. María Emprendedora decide fabricarse un taparrabos-bikini para andar por la isla. Sin embargo, los 7 hombres deciden que es mejor para el bien común que María ande desnuda por la isla, para deleite visual del resto de la sociedad. ¿Tienen derecho a expropiarle su vestimenta —que es suya— o a obligarla a algo, por más que sea fuera de los límites de su propio cuerpo? Ustedes me dirán.

Un último ejemplo, para hablar ahora de los “derechos positivos” (cosas que alguien te tiene que dar).

Por más que el clima acompaña, y todos en la isla están disfrutando del veranito, Juan Emprendedor es —además— previsor, y piensa que en cualquier momento podría llegar una tormenta tropical, con lo cual es hora de tener un refugio. Se acuerda de eso que en el continente los progres habían definido como “derecho a una vivienda digna”. ¿Qué significa esto?¿Tiene que sentarse a esperar que el resto del grupo le construya una vivienda? Viendo que pensar en el asunto no le va a resolver nada, pide ayuda a uno de sus compañeros, que tiene algo de experiencia en supervivencia, y se construyen un pequeño refugio para los dos (con su propio esfuerzo, sacrificando tiempo y energía que podrían usar en tomar sol, mirarse el ombligo, o tratar de aparearse con las hembras).

Como era de esperarse, algunas semanas después llega el primer diluvio, y el resto del grupo, empapados y asustados por estar en la jungla en medio de la tormenta, quieren entrar en el refugio. Pero, desgraciadamente, no hay lugar para todos. ¿Esto le da el derecho a la mayoría, que se encuentra en estado de necesidad, de expulsar a Juan y a su co-propietario de la vivienda?

(cualquier similitud con el episodio de Los Simpsons en que echan a Flanders de su propio refugio anti-cometas es pura coincidencia)

Así es como se llega, en un caso de laboratorio, a la conclusión de que uno es dueño de su cuerpo y del fruto de su trabajo, y que la voluntad de las mayorías no puede posicionarse sobre esos derechos.

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Manual de cómo pisotear a las minorías

Abal Medina sobre la movilización: «Que armen un partido y ganen elecciones»

 

Así, el funcionario kirchnerista opinó que en la reacción de la gente se sintió «mucho insulto, mucho odio, mucha agresión», e instó a los opositores a «armar un partido y ganar las elecciones».

 

Se rie de vos. Sabelo

Eso es todo lo que tiene para responder el jefe de gabinete de ministros de la nación a una minoría protestando y pidiendo ser escuchada. Dentro del estado todo, nada fuera del estado. En mis oídos sonó como «¿No tenés representantes en el estado? JODETE!». Esta es la manifestación más pura de la falta de respeto que tienen los gobernantes por las minorías políticas. Usan el estado para aplastarlas. No las escuchan. No las quieren. Las limpian, las minimizan, las ridiculizan apuntándolas con el dedo y diciéndoles «Vos no tenés poder en el estado, no sos nada». Ni siquiera digno de ser escuchado.

Es por eso que no hay que caer en la trampa de convencerse que las elecciones democráticas de representantes, por sí solas, son garantes de la pluralidad y la libertad. Para nada. Y este argumento en el que suelen caer los oficialistas casi siempre que se trata de legitimar acciones u opiniones, es utilizado hasta el hartazgo. No hacen más que demostrar su voluntad anti-democrática, cerrada y excluyente. Ellos saben que manejan el monopolio de la violencia y toman la cantidad de votos y cargos obtenidos como una garantía para poder utilizar este monopolio contra las minorías cada vez que pueden y que la víctima osa protestar por los atropellos.

Ellos mismos, con la complicidad de las fuerzas tradicionales – hay que reconocerlo- se encargaron de que armar un partido político sea harto más difícil de lo que era, con la reforma a la ley de partidos políticos. Una especie de bloqueo a su tan amado argumento de «que armen un partido». Y luego tenés el «ganen elecciones». ¿Qué tratan de decir? ¿Que si no gané una elección no puedo decir que un gobierno hace las cosas mal? ¿Que si no gano una elección ustedes pueden incumplir las leyes e incumplir la constitución con cada acción que tomen? Señores, si esta es la democracia que ustedes quieren, sepan que no la vamos a aceptar. Porque están demostrando que lo único que quieren ustedes es legitimar sus abusos por medio de las elecciones. Lo único que quieren es poder abusar y quedar bien frente a la opinión pública. Y después se hacen las carmelitas descalzas que luchan por los sometidos y los excluidos. Son la máquina de crear excluidos.

Que los comunicadores se suban a este tren directamente me parece grotezco. Hablan de insultos, odios y agresión verbal. ¿Qué esperaban, que les tiraran flores? Y hay que distinguir muy bien, porque muchos pseudo-periodistas cayeron en la falacia: no podés comparar gente insultando en una protesta, con el insulto institucionalizado desde el estado. No son comparables. De ninguna forma. No es lo mismo un ciudadano hablando de un jubilado amarrete, que un presidente en cadena nacional señalando con el dedo a quien debería proteger. No es lo mismo la persona que maneja el estado (en este caso, casi sin contrapesos) y el dinero generado por la imposición fiscal que una persona que se resiste. Paremos de orinar fuera del recipiente.

No me preocupan las palabras del jefe de gabinete. Acá ya sabemos con qué bueyes estamos arando. Lo importante es que con frases como estas quedan al descubierto. Dan a entender sus verdaderas intenciones, que muchas veces disfrazan muy bien, pero en muchas otras les falla el inconciente. Saber para qué quieren al estado y cómo lo quieren utilizar, es fundamental para saber qué les duele y dónde hay que profundizar.

Las cosas por su nombre

Quilombo por el video de los Rockadictos y la tapa de noticias, que muestran a la señora, la reina de la milanesa, la pinocha de las pinochas jugueteando y con cuerpo de vedette. ¡Por favor! ¡Qué poco sentido del gusto! ¡Qué manera de mentir como Clarín y lossss monopoliossss!

QueNoTePisen se cansó y no va a andar tolerando este tipo de atropellos, así que vamos a hacer un repudio a la tapa y al video, por faltar a la verdad, por fraude y por engaño a la población. Y para hacerlo, proponemos que se trate a la señora de aquí en más como lo que es: Una Vieja.

A partir de este momento, no es más «la presidente», «la señora de Kicrchner» ni «Cristina Fernández». Invitamos a todos a adherirse a la campaña a favor de la pobre viejecita (por cierto, ¿les gustaría que su abuela presidiera el país? ¿qué su abuela enviudada lleve las cuentas y maneje la platita de todos? ¿puede la juventud andar siguiendo fervorosamente a una vieja?). «#LaVieja» en tuiter, La Vieja en Facebook, La Vieja para Todos y Todas!

Acá un aporte de QueNoTePisen KIDS, se jugaron y nos hicieron una preciosa imagen para compartir a través de Internet, panfletos, afiches y, por qué no, disfraces en marchas callejeras.

La Vieja CFK

Acá está……La Vieja

¿Esto era la democracia?

Desde que tengo uso de memoria, vienen hablando loas de la democracia, que es algo mágico que va a curar enfermedades, darle de comer a los pobres y generar una sociedad culta y erudita. También se escucha hasta el hartazgo de que hay que «democratizar» más los colegios, las fábricas, las familias, todo. Opinión y voto en todos los ámbitos de la vida. Aplausos por doquier, papel picado y ruido de vuvuzelas.

Sin embargo ¿quiénes son las personas más poderosas del país?

Axel Kicillof (ministro de economía «de hecho»): un nene bien, que en la vida se arremangó para laburar. Vivió toda la vida encerrado en una universidad, tanto «enseñando» como «investigando» sobre economía. Jamás salió a vender nada. No tiene ni una sola experiencia en cómo funcionan las compras y las ventas. Jamás tuvo que patear la calle para conseguir un cliente, porque recibió un constante público cautivo en sus cátedras. Luego, pasó a ser acomodado y asesor, representante del estado en Aerolíneas y de otras empresas afanadas. Este tipo que NUNCA RECIBIÓ UN VOTO es el que maneja arbitrariamente importantes decisiones económicas y de recursos, como los recién afanados en YPF.

Guillermo Moreno (secretario de comercio interior): un ferretero de provincia que toda su vida le vendió insumos al estado, muchas veces con factura X como Insfrán. El «hombre fuerte», apodado «poronga», se encarga de apretar empresarios (bah, les queda enorme el término «empresario»), ya sea para que pongan las tarifas que a él se le canta a los productos que a él se le cantan, para que manden energía eléctrica con sus generadores, para decirles qué se importa o qué no se importa, para decirles que cierren los restos de sushi y pongan parrillas o para simplemente decirles que se va a curtir a las esposas, porque a ellos ya se los curtió (hay que darle crédito en esta última, bastante cierta). Pistola sobre la mesa, guantes de box y gritos, maneja los destinos de una gran cantidad de personas. Nuevamente, este tipo NUNCA RECIBIÓ UN VOTO.

Ricardo Echegaray (Gerente de la AFIP): recibido de guardamarina, fue parte de aduanas, tuvo unos cuantos curros con Rudy Ulloa y Alicia Kirchner y pasó por varios lugares de la administración pública, desembocando en la ONCCA. Ahí le hizo un buen laburo recaudatorio a don Kirchner, ganándose un ascenso como jefe de la AFIP, desde donde hace los últimos trabajos sucios del gobierno. Este tipo que persigue opositores, que se queda con la mitad de la guita de todos y cada uno de los argentinos, que tiene acceso a la base de datos más grande y compleja del país, donde saben TODO lo que hiciste en materia económica, que decide si podés comprar dólares para salir del país o no, y que tiene la aparente habilidad discrecional para crear impuestos de la nada, NUNCA, PERO NUNCA RECIBIÓ UN SOLO VOTO.

¿Esto era la democracia? ¿Una señora a la que le arman una campaña linda (con la guita nuestra), la hacen aparecer bien en cámara y después digita a los chupamedias que más le gustan y les dá poderes discrecionales sin que haya la posibilidad de hacer nada? ¿Tipos que usa para escudarse de las decisiones que ella misma aprueba que hagan? ¿Tipos que no recibieron votos ni para presidir un centro de estudiantes?

Si esto es la democracia con la que tanto se llenaban la boca, saben qué pueden hacer con la misma, ¿no? Si, eso que están pensando.

Revivamos a Montesquieu y su idea de elegir a los gobernantes por sorteo, que peor no nos va a ir.

Montesquieu

No va mássssss. Negro el 18….¡ganador Tinelli presidente!

Plantarse

Ante el avasallamiento político, económico y moral de una banda a la que nada le importa, que ha hecho de la mentira y el afano una bandera, que ha despertado odios y rencores, así como las bajezas más viscerales del ser humano, no son los supuestos líderes políticos, ni los hombres de negocios ni los filósofos ni los periodistas famosos los que le frenan el carro. Pocos son los que se le plantan, y los que ponen blanco sobre negro de cómo son las cosas. El último de ellos fue Walter Domínguez, un chico de 16 años, alumno de un colegio de Villa General Belgrano.

Contra sus deseos, fue llevado con sus compañeros a una muestra en homenaje a Eva Perón. Luego de la misma, fue, digamos «invitado» a escribir en el libro de visitantes de la muestra, su opinión. Al parecer no fue del agrado de su profesora que escribiera que la exposición le había dado asco. Luego de encontrar quién había sido el responsable, la misma lo tildó de maleducado y tachó su comentario. Los directivos del establecimiento le pusieron diez amonestaciones.

Eva Perón

A mí también me da Asco y me causa repulsión ¿y?

Con mucha altura y mostrándose más maduro que los que manejan su establecimiento educativo, Walter contesta que asco es lo que realmente sintió, y que es perfectamente válido, además de argumentar que la exposición fomenta el culto a la personalidad y que se está tratando de forzar una idolatría a Eva Perón, sin que ésta tenga los méritos necesarios.

Después me dicen que soy exagerado cuando digo que hay que eliminar el sistema educativo. Un sistema que genera personas como la profesora y los directivos de este chico, es un verdadero asco. Es increíble que sean tan mediocres, alcahuetes y chupamedias del gobierno de turno y las ideas berretas vendidas por el organismo de propaganda oficial. Y que encima intenten aplastar a un pibe que les cantó las cuarenta y se les plantó, no una, sino tres veces: primero, al no querer ir, después, al escribir lo que le parecía y hacerse cargo y, finalmente, al explicar en los medios con una altura increíble lo sucedido y mantener su posición.

Walter, esas diez amonestaciones son una medalla de honor. Esas diez amonestaciones son la prueba viviente de que hay algunos que no se arrodillan ante el poder y la autoridad. Esas diez amonestaciones son lo mejor que te pudo pasar en un sistema de corrupción de la juventud como pocas veces se ha visto antes.

Y luego de este incidente, que muestra sin ningún tipo de máscaras para qué está hecho el sistema educativo estatal y la clase de individuos que se meten al mismo (corruptos, corruptores, arrastrados, irrespetuosos, censuradores e incapaces de tolerar la disidencia), tengo más que claro que hay que terminar de una vez y para siempre con todo tipo de educación o validación de la misma por parte del estado.

Hasta que el ministerio de corrupción y el último establecimiento corruptivo estatal no hayan sido demolidos, quemados y rociados con sal para que nunca más crezca nada ahí arriba, nuestros hijos, nuestros hermanos menores, nuestros sobrinos y nuestros nietos están en peligro. En peligro de que una manga de hijos de puta mediocres quieran aplastarles el alma y deformarles la cabeza para que no sean mejores que ellos.

Este hecho me hizo acordar mucho a las inmortales palabras que el Teniente Coronel Frank Slade (impersonado por Al Pacino en la película Perfume de Mujer) dice en la defensa de un muchacho que se negaba a buchonear ante la autoridad, que se negaba a comprometer sus principios a pesar de ser amenazado con la expulsión de una universidad a la que le había costado muchísimo entrar:

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