Club Social y Deportivo

Club Social Y Deportivo

Club Social Y Deportivo

Sábado a la tarde voy a comer a un Burger King con un amigo que, al retirar el pedido, me hace el siguiente comentario: «Pedile sal y eso, porque salió la legislación esa que no le pueden poner más sal al morfi». Las papas ya venían con sal, así que no fue necesario pedir nada. Pero el solo hecho de que se nos cruce ese pensamiento es altamente perturbador.

¿Cuándo perdimos el camino? ¿Cómo dejamos que algo así pase?

El señor Salvia es dueño de un precioso local a la calle, el cual tiene disponible para concretar el sueño de su vida. Fue un laburante desde los 16 años, juntó peso sobre peso, generó diversos emprendimientos con los cuales proveyó a la sociedad con valiosos bienes y servicios (y los consecuentes e importantes «puestos de trabajo», siempre importantes en el discurso de los políticos). Ahora quiere simplemente tener un pequeño bar donde compartir dos de sus placeres más grandes: fumar y comer comidas con alto contenido de sal (unas buenas Costillitas a la Riojana, por ejemplo, con papas fritas, huevo frito y todo lo que se te ocurra).

Es así como, con dos amigos que lo acompañan en sus gustos, decide fundar el Club Social y Deportivo Amantes del Pucho y la Hipertensión. Así como hay círculos de lectura y clubes de ajedrez o fútbol, este espacio será para ofrecer, intercambiar, probar y disfrutar cigarrillos y tabacos de todo el mundo, al mismo tiempo que se sirven platos extremadamente salados.

Se corre la voz en todo el ambiente. Revistas especializadas, tiendas, foros, todos están expectantes a la inauguración de ese lugar en el cual un grupo de personas podrá compartir su pasión, conocer nuevos amigos e intercambiar interesantes anécdotas.

Salvia invierte un importante dinero en las instalaciones del local, decoración, publicidad en gráfica, contrata un cocinero y dos mozos, paga derechos de importación para ciertos tabacos específicos que vienen de fuera del país (y las consecuentes coimas a causa de las «licencias no automáticas»). Todo está listo para el puntapié inicial.

En el día de la inauguración, el local está abarrotado de gente. Vinieron todos, de Capital, de Provincia, algunos viajaron muchos kilómetros desde ciudades del interior. Pero muy pronto, un éxito absoluto se convierte en pesadilla.

Primero llega la Brigada de Control de Cuanta Gente Entra En TU Boliche. A pesar de ser un local muy espacioso, la municipalidad le dió una habilitación «Tipo C», donde pueden entrar un máximo de 300 personas. 200 personas se quedan afuera, a pesar de que tranquilamente podrían entrar y sobraría espacio. Pero al intendente qué le importa.

A continuación llegan los Inspectores por una Ciudad y un Mundo Libres de Humo. Tienen que clausurar el local por violar la ley por la cual no se puede fumar en ningún tipo de «espacio público» (notemos que este espacio es, en realidad, privado, pero con acceso libre y voluntario de personas). Salvia le explica a los inspectores la naturaleza del emprendimiento. Pero no hay caso. «La ley es la ley» y los inspectores proceden a la clausura del lugar.

Finalmente, y para cerrar la noche, cae el legislador Cabandié con una ONG (que recibe subsidios públicos), para realizar una segunda clausura, debido a la venta de comidas con alto contenido de sodio, alto contenido de grasa, por tener el salero en la mesa, por no ofrecer un menú para niños y por no tener una variante «light» en el menú. El intento de Salvia por explicarle a este muchacho las razones de eso son, nuevamente, futiles.

Al día siguiente le llegan unos representantes del Gremio de Gastronómicos, junto con los abogados y un juez, para decirle que se inicia contra él un juicio por parte del cocinero y los mozos, debido a haber sido sometidos a «condiciones de trabajo insalubres» por haber estado en un ambiente con mucho humo.

Con mucha tristeza, Salvia echa a los mozos y al cocinero y cierra el local. Pero, arma una suerte de club privado en el cual él mismo sirve de anfitrión, mozo y cocinero para algunos participantes selectos (via invitación) que colaboran con el emprendimiento donando «a voluntad» para solventar los gastos.

Unos días después, le llega una solicitud de invitación a este club firmada por el legislador Cabandié. Salvia, ya montado en cólera, le niega la invitación y la entrada. Cabandié presenta una denuncia en el INADI, y Salvia termina juzgado culpable de discriminación y una sentencia de dos años de probation y trabajos comunitarios.

Esta historia es, obviamente, ficticia, pero todos conocemos casos de personas a los que les pasó algo de lo que acá se comenta. El estado interviniendo en las relaciones voluntarias de las personas, nunca puede tener un resultado positivo para ninguna de las partes, solo para sí mismo y para los megalómanos que se adueñaron de él.

Yo nunca fumé. Aborrezco el olor y el humo del cigarrillo. Casi no uso sal. Como sano y soy fanático de estar saludable y en estado físico.

Pero tenemos que entender que no podemos imponerles a los demás nuestro criterio y nuestra forma de vivir. No podemos regular las actividades de las personas de acuerdo a lo que es «políticamente correcto» en un momento determinado.

¿Qué pasa si el día de mañana el fútbol pasa a ser «políticamente incorrecto»? ¿Qué pasa si un legislador pone un proyecto para sacar todas las canchitas de los gimnasios y clubes porque considera que las lesiones son malas para la salud de las personas? ¿Qué pasa si lo «políticamente incorrecto» son las camisas blancas o teñirse el pelo o la homosexualidad? ¿Realmente quieren que el estado y los megalómanos que lo manejan tengan poder sobre eso?

Todos quieren prohibir lo que a ellos no les gusta: un vegetariano quiere prohibir la ingesta de carnes, un «pacifista» quiere prohibir la portación de armas y la práctica de artes marciales, la familia de un hipertenso quire prohibir que esté el salero en la mesa de los restaurantes y un político quiere prohibir aquella cosa que le dará más votos en la próxima elección.

Una sociedad abierta y libre, solo puede funcionar por incentivos. ¿Cuáles son los incentivos para tener un local «libre de humo»? ¿Existe realmente una conciencia en las personas? ¿O el mismo que «está de acuerdo» con la ley que prohíbe fumar en el bar de Salvia después va a lo de un amigo fumador y se come el humo sin chistar? ¿Sabían que el Congreso y la UBA son dos de los lugares en los que el humo del cigarrillo está presente constantemente? ¿Cuánta sal le ponen los legisladores a la comida en su casa? ¿Y en el restaurant de la legislatura está la sal en la mesa o no?

Como dice mi mejor amigo «Cuando la gente entienda las implicancias de que el estado tenga la capacidad de decidir que no puede estar la sal en la mesa de un restaurant, va a aterrorizarse realmente».

Digame liberal

Al defender la libertad en un país en democracia no tengo otro remedio para la enfermedad del estatismo que ser libertaria. Es el sistema politico-filosófico que más puede asemejarse a la defensa de los derechos individuales de los argentinos.

Para todos aquellos que no lo son, solo me gustaría que reflexionen acerca de cómo nos (enfatizo el pronombre) están cagando.

Nos cagan cuando:

  1. Nos quitan la mitad del sueldo para distribuirlo donde al gobierno se le antoje (seguramente se pierda en bolsillos sindicalistas, en burocracias focaultianas, en películas que nunca irás a ver o en el mantenimiento de aviones que jamás te vas a tomar).
  2. Te dicen que respetan la libertad de expresion, intimidando periodistas, tomando control de una planta de papel, distribuyendo a piaccere publicidad oficial, centralizando las licencias y renovaciones de canales de tv y radios opositoras.
  3. Representandote en el exterior, hablando en tu nombre al lado de asesinos y genocidas, y aceptando regalos de dictadores inescrupulosos incapaces de respetar la propiedad de la gente que pretenden defender.
  4. Cuando dicen cuidar las instituciones republicanas, con poderes extraordinarios, aplastando la justicia que alguna vez dijo ser independiente, haciendo uso y abuso de los decretos de necesidad y urgencia; manteniendo esos decretos de urgencia por varios años que los antropólogos llamarían eras.
  5. Diciendote que las buenas intenciones son suficientes para tomar decisiones por vos. Total qué mejor que un grupo de funcionarios del gobierno para decidir por vos cuántos atados deberías fumar, cuántas papas fritas es correcto que se vendan para cuidar tu salud, que la sal puede hacerte daño por eso las sacamos de las mesas de los restoranes. por eso subimos los impuestos a los cigarros, vetamos la venta de alcohol después de las 22 en BA, obligamos a los automovilistas a utilizar el cinturón de seguridad y les decimos a los dueños de los albergues transitorios a que no dejen entrar más de 2 personas a las habitaciones.
  6. Pero ojo… ellos -¡ellos!- tienen la intención de promovernos a todos los que volvemos del exterior con alguna compra como actores en ascenso. Para mi que nos quieren ver a todos en la calle corrientes. Nos hacen mentir, esconder ipads, iphones, bberrys, memorias, o cualquier otro IT para poder pasar por los escaners sin ser descubiertos. Es un 1 a 1 contra el empleado con el perro. Pero a pesar de que te rompiste el lomo laburando -o no, quién sabe- para comprarte ese aparatito que en BA sale 4 veces más, como si tuviera algo de malo el hecho de que fuera extranjero, te frenan, te interrogan. Para ellos sos un llano delincuente.
  7. Como si fuera poco, te dicen en qué moneda es mejor ahorrar. y si no querés esa, te pegan como a nene caprichoso. Que clave fiscal, que una cola de 10 personas en agencia de la AFIP, y andá a adivinar el monto que al sistema al boleo -o bajo quién sabe cuáles variables- te deja trocar.
  8. Y sino te pasa como a mi, que quise ir a ver qué sabía la AFIP de mí. Y resulta que después de varios idas y vueltas en la justicia por un habeas data, me citan para decirme: esto es lo que se de vos. Saben todo. Me dieron ganas de cerrar todo y empezar a vivir en la clandestinidad, ahí donde quedó la dignidad de varios de nosotros.

Y todavía tienen el tupé de decirte que la inflación es baja, que la culpa es de los comerciantes. La culpa del hoy son las políticas del ayer, y que se sostienen en el hoy. Tambalean. Que exista un ente que tiene la facultad de decirte que te ayuda a vos como pyme diciendote cual es la cantidad de empleados que deberias contratar es una joda. Todo lo que viniste pagando fue impuesto para que otros lo gasten y te digan qué es lo mejor para vos.

Basta de corralitos cambiarios. Basta de subsidios. Que bajen los impuestos. Que dejen de manipular una moneda que sólo puede ser manipulada por la oferta y por la demanda, como cualquier otro bien. Basta de hacernos pagar productos nacionales, caros y de peor calidad. Basta de tanto lobby barato. Basta de tanta frase hecha. Vos tenés derecho a vivir como más te guste, dónde más te guste. Antes, ahora y siempre.

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Doblepensar y van…

A esta altura del partido, ya estoy seguro de que quieren volver locos a los pocos que ya no lo estaban.

doublethink

A = ~A <=> Lo dice el estado

Por un lado, desde el estado te comunican que es tu deber como ciudadano renunciar a los subsidios de la luz, el gas y el agua. Se los sacan de prepo a «los que más tienen». Hacen un formulario de renuncia. Hacen un cuestionario para ver si «te los merecés». Hacen una gran campaña mediática (qué seguro costó uno que otro mango) con muchos de sus convenien-progres, como el turro de Dolina. Te dicen que si renunciás al subsidio sos un héroe de la patria y harán estatuas en las plazas que representen a esos ciudadanos concientizados.

Por otro lado, sacan un spot publicitario para que vayas corriendo (YA! YA! YA!!!!) a buscar una SUBE, para PODER MANTENER EL SUBSIDIO EN LOS TRANSPORTES.

¿En qué quedamos, muchachos? ¿No era que renunciar a los subsidios era lo mejor que se podía hacer? ¿Puedo ser considerado un héroe por renunciar a los subsidios de luz, gas y agua pero haber adquirido mi sube para seguir subsidiado en transporte?

¿Subsidiar es bueno o es malo al final? ¿Es bueno en ciertos rubros y malo en otros? ¿Quién lo decide y cómo? ¿Tiene acaso un subsidiómetro para darse cuenta?

Se me frió el cerebro y ya no entiendo nada de nada.

 

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Los nazis de la pauta oficial y la libertad de expresión

La libertad de expresión es, sostenida, respaldada y garantizada por el derecho de propiedad, es uno de los derecho fundamentales en una sociedad libre. La posibilidad de expresarse es la posibilidad de presentar nuevas ideas, de discutirlas, de refutarlas, de adoptarlas, o de descartarlas, pero sin tener siquiera la mera posibilidad de expresarse ese debate sería inexistente.

Por eso mismo los gobiernos que quieren imponer sus ideas, perpetuarse en el poder, y anular cualquier tipo de surgimiento de ideas que puedan poner en riesgo su estabilidad, suelen atacar la libertad de expresión. A raíz de esto los liberales y libertarios somos acerrimos defensores de la libertad de expresión, ya que cualquier tipo de margen que se le permita al gobierno para avanzar sobre la regulación de las ideas, es abrir la puerta para anular determinadas expresiones. Ya lo decía Thomas Jefferson, «es preferible una prensa sin gobierno, que un gobierno sin prensa.»

Que uno defienda el derecho a la libertad de expresión, no implica que esté de acuerdo con lo que se expresa, la libertad de expresión está concebida especialmente para las ideas en la que no estamos de acuerdo. Sin embargo, desde el liberalismo entendido  como el respeto irrestricto por los planes de vida de los demás, podemos desaprobar ciertas expresiones que se contraponen a esa definición y al mismo tiempo respetar el derecho a expresar esas ideas.

Ayer, en el Suplemento «No» del diario Página/12, apareció una tira cómica llamada «Una aventura de David Gueto» de muy mal gusto:

 

Click en la imágen para verlo en grande

 

Este es uno de los casos en los que podemos observar con claridad, una tira cómica, que no tiene nada de humor y además puede resultar ofensiva para algunas personas, y aún así la persona se ve amparada a la libertad de expresión del diario Página/12.  Que el gobierno le prohiba a Página/12 publicar este tipo de cosas, implica avalar un ataque contra la propiedad privada, además de sentar un peligroso precedente como es permitirle al gobierno que las ideas molestas sean suprimidas del debate. La libertad de expresión está justamente para esas ideas que más nos molestan.

Ahora bien, no todo es tan sencillo como parece. Página/12 no es cualquier diario, es, como la mayoría de los medios, un medio que recibe publicidad oficial. O sea, parte de su financiación (y en el caso de Página/12 ha tenido trato preferencial respecto de este tema) proviene del gobierno, en otras palabras, los taxpayers (contribuyente la voy a sacar de mi diccionario) están obligados a financiar este tipo de expresión. Esto genera un conflicto para el que es ofendido por el no-humor de Sala (porque ni siquiera es gracioso), o por la temática empleada, porque está de todas maneras aportando, forzosamente, a la estabilidad financiera del diario. Aunque uno deje de comprarlo o se organice un boicot para dejarlo de comprar, el diario seguiría recibiendo una porción de esos fondos gracias a la llamada pauta oficial.

Por todo esto, para poder garantizar la libertad de expresión, es fundamental que el gobierno y la prensa vayan por caminos diferentes. Cualquier intento de regulación, ya sea una ley de medios, la regulación del uso del papel, el uso de supuestos conflictos sindicales para bloquear plantas de diarios, y  demás, por mas bienintencionado que sea, abre la puerta para el manejo, control, y filtro de la prensa por parte del g0bierno, y pone en peligro el saludable ejercicio del debate de ideas.

Perdón por dejarme subsidiar

Con los anuncios de la quita de subsidios a los servicios públicos, el gobierno nacional instrumentó tres modalidades por las que los beneficiarios de los mismos iban a perder los subsidios, a saber:

  1. Zonas designadas. Sin ningún tipo de advertencia previa, el Ministerio de Planificación y el Ministerio de Economía, designaron algunas zonas, consideradas según su criterio, como las zonas más ricas que ya no merecían recibir los subsidios. En una conferencia de prensa leyeron el listado, de aquellas zonas donde vivía gente que «no los necesitaba».
  2. Renuncia voluntaria por formulario. El Ministerio de Planificación habilitó en el mes de noviembre un formulario donde el que quería podía adherir a una renuncia voluntaria de estos subsidios.
  3. Cuestionario. A partir de enero y febrero, los usuarios de servicios públicos que no hayan sido alcanzados por el punto 1, o no hayan optado por el punto 2, recibirán un cuestionario a partir del cual se evaluará si la persona es merecedora de un subsidio.

Estos tres métodos son relativos a recibir el subsidios, para renunciar a su financiación no hay muchas alternativas (tal vez, un  formulario así?)

No es casualidad que hayan optado por estas tres modalidades, y no por anunciar que el entramado de subsidios no se podía sostener más porque ni los miles de millones de pesos que recaudan mensualmente alcanzan para seguir construyendo esta ficción. Los tres mecanismos elegidos para la quita de subsidios responden a una faceta en la que el kirchnerismo ha mejorado ostensiblemente: la comunicación. Así como el régimen nazi (aunque las comparaciones son odiosas) tuvo que apelar a una estrategia de comunicación esbozada por Joseph Goebbels,  una persona muy capaz, según los que saben, el kirchnerismo ha mejorado el aspecto comunicativo, y la gente lo empezó a comprar. La famosa «crisis del campo», en la que el Senado no aprobó el aumento a las retenciones pudo haber sido una victoria para los que se oponían, pero en ese mismo instante el gobierno aprendió una lección sobre comunicación y aprendió bien.

La quita de subsidios a los servicios públicos la va a hacer el gobierno, pero no fue éste quien la motivó. Ese es por lo menos el mensaje que están dando. Veamos, si no caso por caso, como nunca es el gobierno el que  sacó los subsidios.

En el caso 1, con mayor claridad, es el gobierno el que directamente quita los subsidios. La única salvedad es que no hay costo político alguno en quitarle los subsidios a los que viven en las zonas de mayor poder adquisitivo. En una sociedad donde en muchos sectores lo importante es la «redistribución de riqueza» y no la generación, sacarle privilegios a los que más tienen está bien visto, sacarle derechos también, la cultura perdominante los señala como «los malos».

El caso 2, es el primer caso donde no es el gobierno el que quita los subsidios, si no uno mismo. Lo primero que se me vino a la cabeza fue lo que los comunistas llamaban autocrítica, y Wikipedia lo explica sucintamente así:

Llevado al extremo en la época del estalinismo, y conjugado con la política de purgas, obligaba incluso al reconocimiento de la propia traición y delitos gravísimos de los que se autoinculpaban los sometidos a algunos procesos.

Mao Zedong explicó en «Sobre el gobierno de coalición» la importancia de la autocrítica:

La concienzuda práctica de la autocrítica es otro rasgo que distingue a nuestro Partido de los demás partidos políticos. Hemos dicho que la habitación se debe limpiar regularmente, porque de otra manera se amontonará el polvo, y que tenemos que lavarnos la cara regularmente, porque de otra manera se nos cubrirá de mugre. La mente de nuestros camaradas y el trabajo de nuestro Partido pueden cubrirse de polvo y deben ser limpiados y lavados. El agua corriente no se corrompe y a los goznes de la puerta no los carcomen los gusanos. Este proverbio expresa cómo el movimiento constante impide el ataque de los microbios y otros organismos. Revisar regularmente nuestro trabajo, desarrollar durante el proceso de revisión el estilo democrático de trabajo, no temer a la crítica ni a la autocrítica y aplicar aquellas máximas populares chinas tan buenas como di todo lo que sepas y dilo sin reservas, no culpes al que hable, antes bien, toma sus palabras como una advertencia y corrige tus errores, si los has cometido, y guárdate de ellos si no has cometido ninguno: he aquí la única forma eficaz de evitar que el polvo y microbios políticos infecten la mente de nuestros camaradas y el cuerpo de nuestro Partido.

El proceso en renunciar a los subsidios de forma voluntaria, va en el mismo sentido. En primer lugar, nos da la posibilidad a renunciar a un beneficio que nunca pedimos. Renunciarlo implicaría haberlo pedido, y ahí es donde comienza la perversión del relato que intentan crear, y el deslinde responsabilidades del gobierno por la quita de subsidios, que ahora son simplemente tres palabras, pero que el próximo meses serán cientos de pesos más en la cuenta de gas, luz o agua. En segundo lugar, la renuncia voluntaria no es técnicamente que alguien te esté sacando los subsidios, uno lo está renunciando de forma voluntario, uno mismo es el responsable de que haya aumentado, y además el culpable de no haberse dado cuenta que recibía un privilegio injusto a costa de los demás.

Este discurso que se intenta implantar, refuerza la noción de que las consecuencias que se darán por la quita de subsidios, un aumento de más del 200% en la tarifas,  son ajenas al gobierno. El ejercicio de renuncia, el reconocimiento de que hicimos algo mal, nosotros y no ellos.

Los que no opten por la opción 2, ni tampoco vivan en las zonas designadas en el punto 1, recibirán un cuestionario donde deberán contestar algunas preguntas para que después las autoridades definan si uno merece o no recibir subsidios.

Esta útima opción para la quita subsidios, ya no es más una autocrítica, ni son señalados por el gobierno como ‘los malos, es más parecido a una confesión.

La confesión era el medio de prueba por excelencia en los procesos que llevaba adelante el Santo Oficio de la Inquisición, el juicio terminaba cuando el acusado, bajo tortura o amenaza de ser torturado, confesaba todos los delitos de los que era acusado, y con esa confesión, tomada por cierta, el Santo Oficio le confería a una autoridad secular la última palabra, que por supuesto respetaba lo que había «admitido» el acusado.

Leyendo el cuestionario, me parece que estamos ante lo mismo:

1.- Usted acredita una enfermedad crónica que implique un mayor consumo del servicio.

2.- Usted percibe como único ingreso previsional una jubilación y/o pensión equivalente a un haber mínimo.

3.- Usted percibe Pensiones No Contributivas.

4.- Usted es beneficiario de algún Plan o Programa Social (Asignación Universal por Hijo, Subsidios Por Desempleo, Plan Familias, etc.).

5.- Usted tiene el domicilio afectado por actividades de índole social (Institutos, comedores comunitarios, centros de recuperación, etc).

6. Usted percibe alguna asignación familiar.

7.- Usted cuenta con certificado de discapacidad.

8.- Usted posee ingresos familiares insuficientes para afrontar el pago de la tarifa plena.

9.- Usted se encuentra exento del pago de ABL.

10.- Su vivienda posee características edilicias desfavorables que impliquen la utilización de un mayor consumo de otro servicio (vivienda precaria con familia numerosa, vivienda precaria carente de alguno de los servicios -gas o agua, etc).

11.- Su vivienda posee un local anexo destinado a la actividad comercial (pequeños comercios, talleres de oficio, etc.).

12.- En su vivienda conviven múltiples hogares.

Tal vez se trate de una exageración, pero en este último caso, contestar las preguntas que realiza el Ministerio de Planificación, bajo carácter de declaración jurada, implica en la mayoría de los casos que uno admite que no merece los subsidios. Una vez más, no son ellos. Somos nosotros.

Por supuesto que los usuarios de servicios como luz, agua, gas, no van a ser los únicos que pierdan los subsidios. El gasoil, fuertemente subsidiado para mantener un boleto a una tarifa irreal también perderá el subsidio, y con ello los transportistas se verán obligados a aumentar el boleto.

¿Cómo harán para desligarse de la responsabilidad de esos aumentos? Con el Subte fue facil, el problema (y la culpa) es de Macri.  La estrategia para el subsidio al combustible de los colectivos empieza a armarse, por suerte, está vez no va a ser nuestra culpa, ni la culpa de Macri, es el turno de los empresarios.  Estas primeras denuncias sobre un «sobreprecio«de la venta de gasoil a granel son los primeros indicios de que próximamente, por culpa de las empresas, no habrá más subsidios para viajar en colectivo.

La estrategia actual del gobierno en materia de comunicación se corresponde con su proyecto político. Dejaron de lado los errores de hace algunos años, y ahora, el proyecto de un estado presente en cada aspecto de nuestra vida diaria, e interfiriendo en las millones decisiones que toman los argentinos a diario, está sustentado por una estrategia de comunicación donde el proceso de sacralizar al estado se acentúa, y pronto estén todos adulando y agradeciendo al estado por todo lo que nos da y nosotros, simples humanos, no lo merecemos.

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Prensa sucia

«Los mercados contra la democracia» pone en primera plana Le Monde Diplomatique, con letras enormes y, algunas, rojas. ¿Se puede ser tan mentiroso? ¿Se puede ser tan ignorante? ¿Se puede ser tan mala leche?

Le Monde
Pasquín socialista

Los «mercados» son simplemente personas intercambiando bienes y servicios de acuerdo a las preferencias del momento. ¿Cómo podría eso atentar contra la democracia? ¿Puede alguien ser tan tarado para creerse eso? Tal vez después de unos cuántos años de lavado de cerebro con basura estatista.

Si el estado se ocupara simplemente de proteger los derechos individuales de las personas, no habría absolutamente ninguna relación entre los mercados, la forma de gobierno o quién está administrando en el momento.

Los problemas empiezan cuando ciertos burócratas megalómanos y con baja autoestima por sus logros personales, aumentan el tamaño del estado y lo hacen encargarse de cosas de las que jamás podrá encargarse. Las preferencias de la gente no pueden ser controladas. La producción no puede controlarse desde un ministerio. Las compras y las ventas siempre pueden escapar a los controles estatales.

Unos tipos de traje le prometen a la gente la felicidad servida y la vida perfecta totalmente planificada a cambio de unos votos. Para tratar de cumplirlo imprimen dinero, ponen regulaciones de todo tipo a las transacciones voluntarias, obligan a dar créditos a quienes no pueden pagarlos, tratan de «regular» los mercados financieros haciendo que se cuelen «activos tóxicos» en los mismos.

Y cuando las preferencias e intercambios de las personas no respetan «el plan», cuando alguien tiene que producir y generar la riqueza prometida, cuando el cuentito de hadas se choca con esa fuerza imbatible llamada realidad y esa no es como lo prometieron unos tipos de traje, tenemos un culpable: LOS MERCADOS. Serán culpabilizados de atentar contra lo que se dice que es lo mejor que le pasó a la humanidad… «la democracia».

Una democracia sin república es, simplemente, la tiranía de la mayoría. Una democracia en la que el estado no respeta irrestrictamente el proyecto de vida de los ciudadanos no se diferencia en nada de un nuevo despotismo ilustrado. Una democracia sin derechos individuales, es una simple maquinaria socialista. El mercado no atenta contra una forma específica de gobierno; es la forma de gobierno la que atenta contra sí misma al intentar abarcar cosas imposibles e irrealizables.

Señores estatistas e izquierdistas de cuarta, les informo nuevamente que fallaron. Su megalomanía y ansias de controlar lo incontrolable los han llevado hasta este punto. Háganse cargo de sus errores y váyanse a su casa. El futuro es Libertario.

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Hey, Gatito-Gatito!

Gatito

Gatito

Le estaba dando de comer a mis gatos, y por un momento me puse en su lugar. Alguien aparece una vez por día y le pone comida en un plato, y consumiéndola sacia su hambre. Cualquier cosa que la gente que se ocupa de su bienestar deje de hacer con respecto a eso lo pondrá instantáneamente en peligro de muerte. Mi gato no tiene conciencia de eso, si así fuera, todo el que le arrima un plato de comida seria devocionado como un dios, o algo parecido. Pero a el no le importa ni como ni de donde viene la comida, cierra sus ojos, apresta sus patitas, abre su boca y simplemente come. Es una conducta de lo mas natural tratándose de un ser irracional.

Gatito
Gatito

Como no podía ser de otra forma, relacione a mi gato con cualquiera que recibe un desembolso del estado. Si cada uno de los que la reciben tuviera real conciencia de que por cada beneficio obtenido hay alguien que ya no puede disponer de parte de su legitima propiedad porque le fue arrebatada, o a todos se les licua el valor de sus billetes con inflación monetaria, o pasamos a ser todos, junto con las futuras generaciones, garantes por deudas gubernamentales contraídas para poder realizar el gasto que se esta aceptando, cual seria la situación? Estas personas son todas seres racionales muy capaces de relacionar las causas con las consecuencias de este sistema con una simple explicación. Definitivamente no tienen la disculpa de mi gato.

Esto aplica a todos los que aceptan de un modo no obligatorio el cobro de alguna prestación de servicio, sueldo, utilidad, beneficio, plan, a miles y miles de estudiantes de escuelas y universidades publicas, a los que ejercen profesiones monopólicamente con la complicidad del estado, y a unos cuantos mas . Todos, absolutamente todos estos, al igual que mi gato, en algún momento, cierran los ojos, aprestan sus patitas, y simplemente se ponen a comer.
Que vos no sos tan culpable, porque el gato de al lado come mas alimento balanceado que vos? No, no, eso es irrelevante. Lo que importa es si comes el alimento, o no lo comes. Y si solo aquellos que no lo comen en absoluto son los únicos moralmente autorizados para señalar los abusos del estado? Cómo quedaría el panorama? Qué vas a decir en tu defensa ahora, Gatito-Gatito? Miau?

¿Loco? ¿yo?

¿Locura?

Muchas veces escucho el miedo de algunos defensores de las ideas de la libertad en ser tratados como «locos». Es más, me han dicho que esperan en el futuro que los libertarios sean señalados como «miren estos locos las ideas que tienen», en vez de ser un grupo de gente ignota, ignorada en cualquier debate.

Mi parecer es que no va a faltar mucho para que un grupo de personas que se opone al status quo, cuestiona el paradigma de poder actual, y principalmente, tiene como objetivo lograr una sociedad de hombres [y mujeres] libres. Este parecer no es una predicción alarmista sin ningún tipo de base, es por lo contrario, casí una certeza observando en el presente y en el pasado la liviandad con que se acusa a alguien de loco.

Es algo que ya está pasando, en Estados Unidos, no son pocas las veces que  a nuestro candidato favorito Ron Paul lo acusan de «loco». Lo acusan de loco por querer terminar con la persecución a los consumidores, y vendedores, de drogas,  una de las políticas que más fracasaron en los últimos 40 años y que impacta especialmente en las minorías de Estados Unidos, y entre los más pobres, lo acusan de loco porque propone que la moneda sea provista por el mercado, y esté respaldada con un activo físico, y no continuar con la manipulación que hacen de la moneda el gobierno de USA, a través de la Fed junto a los banqueros,, también porque se opone a la nueva ley que autoriza la detención indefinida, a asesinar ciudadanos americanos por ser acusados de algún delito, sin juicio previo, entre otra gran variedad de  temas.

El comentario de Conor Friedersdorf en The Daily Beast es muy atinado, sobre este tema:

Si el regreso al patrón oro es impensado, ¿no es eso tan extremo como que el Presidente Obama tenga un poder ilimitado para asesinar, sin el debido proceso, a cualquier estadounidense que viva en el extranjero y que lo haya designado como enemigo combatiente?  ¿O que [el Senador] Joe Lieberman quiera despojar a un estadounidense de su ciudadanía, no cuando fueron encarcelados por actos terroristas, si no cuando son acusados y designados combatientes enemigos?  En política interna, los expertos se burlan de los subsidios al etanol, la deducción de impuestos para casas con hipotecas, control de alquileres, pero los políticos mainstream que abogan por estas políticas son tratados como personas completamente serias.

Llamenlo locos, pero Rand Paul, Ron Paul y el ex-gobernador de New Mexico, Gary Johnson, probable candidato a presidente para el 2012, se oponen a estas políticas, y los ponen en conflicto con el establishment, cuyo consenso no debería ser determinante sobre si debemos considerar o descartar una idea. Como los excesos mas flagrantes de la guerra contra el terrorismo demuestra, la ideología libertaria no siempre conducen a la locura, y estar «en el mainstream» no siempre es una característica deseable per se, ni lo ha sido en la larga historia de la política estadounidense.

Samuel Cartwright

Revisando la historia nos podemos dar cuenta que el uso de la psiquiatría con fines políticos no es ninguna novedad. Las críticas, o mejor dicho acusaciones, que reciben los libertarios son previsibles. Ya en el S. XIX, el médico Samuel A. Cartwright hablaba de una enfermedad que sólo eran afectados los esclavos de USA, la drapetomanía, consistente en unas «ansias de libertad» o expresión de sentimientos en contra de la esclavitud.

El diagnóstico apareció en un artículo publicado en el New Orleans Medical and Surgical Journal donde el Dr. Cartwright argumentaba que la tendencia de los esclavos a tratar de escapar de sus captores o dueños era en verdad un desorden médico necesitado de estudio. Añadía además que con «el consejo médico adecuado y estrictamente seguido, esta práctica podría prevenirse».

Cartwright también se las rebuscó y encontró un diagnóstico para explicar «la pereza de los esclavos», una forma de apañar «científicamente» el maltrato a los esclavos.

Glenn Greenwald, abogado de derechos civiles y columnista de Salon.com, ofrece una de las mejores defensas de Ron Paul, a pesar de él mismo no coincidir con muchas de sus posturas, en especial las económicas y sobre inmigración,  hace hincapié en que aquellos que lo señalan como «loco» apelan a una de las estrategias más repulsivas de los regímenes autoritarios:

calificar a la gente como «loca» como forma de descartar sus opiniones – básicamente describir el desacuerdo político como una enfermedad mental – es uno de medios más antiguos y rancios para desacreditar a las personas que disienten; es básicamente el arma principal para imponer la ortodoxia dominante y castigar a los disidentes. Llevándolo a su conclusión más odiosa y extrema, la Unión Soviética institucionalizaba a cualquiera que desafiara la ortodoxia, en hospitales psiquiátricos, y China ahora hace lo mismo.  […]

Más importante aún, aquellos que les gusta llamar a otros «chiflados» y «locos» en el discurso político casi siempre quiere decir que simplemente: la persona expresa visiones que está por fuera del mainstream. Cualquier idea que está cómodamente instalada en el mainstream bipartidista es, por definición, sana (incluso si está equivocada; incluso si es loca)

Greenwald menciona el uso de la psiquiatría como herramienta política en China y la Unión Soviética, algo que está fuera de discusión.

Tampoco es ajena a este aprovechamiento de los regímenes totalitarios de categorías médicas para perseguir disidentes, la más cercana isla de Cuba, donde la tortura estaba apañada por la psiquiatría y los psiquiatras obligados a cooperar con el estado.

Dr. Thomas Szasz

Por supuesto que esto no se da solamente en tiranías comunistas, el llamado mundo occidental está repleto de casos de abuso de la psiquiatría. El estado, justificado por los psiquiatras, encierra en cárceles llamadas «instituciones mentales», a aquellos que se desvían del comportamiento esperado en una sociedad. Algunos de ellos son los que no han podido ser adoctrinados por la maquina de adoctrinar, otros simplemente son calificados como locos y apartados de la sociedad. En palabras de uno de los exponentes del movimiento anti-psiquiatría, y libertario,  Thomas Szasz:

El creador exitoso y el destructor exitoso se parecen entre sí en su determinación al enfocarse en alcanzar sus objetivos. Los alienistas franceses del S. XIX  medicalizaron esa determinación llamándola «monomanía». De acuerdo al Oxford English Dictionary, el término fue usado por primera vez en 1823, par referirse a «Una forma de insanidad en la cual el paciente es irracional en un solo tema»; también es usada para identificar «Un entusiasmo exagerado o devoción por un tema; una locura.» Debido a que en diferentes momentos (o lugares) la gente valor la devoción a un tema particular de forma diferente, ciertas personas son difamados como locos así como en otro momento pudieron haber sido considerado genios, y vice versa.

Todas las columnas de Szasz en The Freeman, son interesantes. Para aquellos interesados en conocer más su obra, Jose Benegas ha escrito un ensayo llamado «Thomas Szasz: Redención, locura y disidencia. Política y control moral», donde hace un repaso por los puntos más sobresalientes de su obra.

La próxima vez que escuche a alguien mencionar que otro  posee «ideas locas» voy a tender a escuchar al llamado loco, que seguramente, tenga cosas más interesantes para decir, que el que lo acusa como tal. Los libertarios, e incluso aquellos que no lo eran pero que buscaban su libertad (esclavos, disidentes sovieticos, chinos, pacientes institucionalizados o atontados por medicaciones) , han sido llamado locos en varias oportunidades. Retomando el artículo de Szasz,  esto se debe a que muchas de esas ideas, innovadoras, creativas, que no pertenecen al pensamiento corriente al que la gente está acostumbrado son proclives de ser excluidas del debate con la simple medicalización de esas ideas.

Simon Sinek plantea está delgada linea fina, inexistente en realidad, entre los inadaptados»de un lado» y «los del otro»:

Curva de Bell

El primer grupo, del lado derecho de la curva, son los inadaptados que no sociabilizan. […] Son aquellos que no parecen vivir en el mismo planeta que los demás. Ven cosas que la mayoría no ve. Y lo que es peor, no tienen la capacidad para interactuar en una sociedad normal. Es por eso que los empujamos hacia un costado y los señalamos.

En el lado izquierdo de la curva hay otro grupo de inadaptados. Al igual que sus hermanos y hermanas del otro lado de la curva, también parecen vivir en otro planeta. También ven cosas que la mayoría no ven. Sin embargo, tienen la capacidad de parecer normales – es decir, de ser socialmente funcionales. Pero no se engañen. También son inadaptados.

Si ves cosas que los demás no ven y estás del lado derecho de la curva, sos llamado insano. Si ves cosas que los demás no ven y estás del lado izquierdo, sos un visionario.  Si marchás al ritmo de tu propio tambor desde el lado derecho, sos un marginado. Si marchas al ritmo de tu propio tambor desde el lado izquierdo sos único o auténtico.

Entre los defensores de las ideas de la libertad encontramos cientos de casos de uno y del otro lado. Locos y genios, inadaptados sociales e inadaptados que sociabilizan.  Todos tienen una visión para aportar, todos vislumbran un futuro diferente, un futuro mejor. Por lo que cuando son llamados locos, nada mejor que inflar el pecho y estar orgulloso de ser identificado como tal, son los locos los que cambian los paradigmas, los que influyen en la historia. Son los acusados de herejes, los quemados en la hoguera, o los encerrados en instituciones mentales, muchas veces, por decir una verdad que la sociedad, o el poder, no tolera.

Consecuencias indeseadas, en todas partes

El afán de los reguladores de dictar como cada individuo debe vivir su vida es, desde el vamos, una actitud aborrecible. Los resultados de las políticas para controlar la vida de las personas, muchas veces en nombre de su propio bien, son todavía peores. En Estados Unidos tienen un problema con la obesidad, y en vistas a prevenirla, el distrito escolar de L.A. modificó las comidas disponibles en los comedores escolares, eliminando los rastros de alimentos altos en grasas, nocivos para la salud de los niños. Es difícil pasar de tener una dieta que consista en la llamada comida chatarra a pasar a almorzar pasto y leche, los efectos fueron los siguientes:

Muchas de las comidas están siendo rechazados en forma masiva. La participación en el programa de almuerzos escolares ha disminuido de forma considerable. Los directores informan de residuos masivos, con cartones de leche sin abrir y platos sin ser comidos que se tiran. Los estudiantes están abandonando el almuerzo, y algunos dicen que están sufriendo de dolores de cabeza, dolores de estómago e incluso anemia. En muchas escuelas,  está creciendo un mercado clandestino de papas fritas, dulces, hamburguesas de comida rápida y otros platos tabú…

Iraides Rentería y Mayra Gutiérrez ni siquiera se molestan en hacer la fila. Iraides dijo que la comida de la escuela ya la hizo vomitar, y Mayra llama «cosas desagradables, podridas». Entonces, ¿qué comen? Las  jóvenes sacan tres bolsas de chizitos y una gaseosa de  sus mochilas.

«Esta es nuestra comida diaria», dice Iraides. «Estamos comiendo más comida chatarraya que el año pasado».

Esto no nos dice tanto sobre los hábitos alimenticios de los americanos, como de la ley de consecuencias indeseadas. Los funcionarios se creen muchas veces que por poder firmar un decreto puede afectar la realidad, y que ellos pueden influir con su pluma en las conductas habituales de las personas, un acercamiento a estos problemas muy superficial que no analiza las causas subyacentes, de por qué suceden las cosas. En Argentina, está actitud es una constante, el opocialismo (oposición + oficialismo) proponen leyes para avanzar con su agenda, como si fuese lo que faltaba para corregir las cosas que están mal.

Este es un excelente ejemplo del que los políticos deberían aprender, sea en grandes o en chicos, sus absurdos decretos y medidas, por más bienintencionados que sean,  tienen consecuencias indeseadas que nunca están dispuestos a reconocer.

(Vía Hit & Run)

La hora de desconcertar al mundo

Hay una persona que está desconcertando al mundo. Con él las categorías tradicionales para describir a los actores políticos desaparecen. Nadie sabe bien como definirlo, y encontrar una nota sobre él, que no se contradiga, no se equivoque al describir sus posturas, o las enmarque en el contexto adecuado es bastante difícil.

Dr. Ron Paul

Estoy hablando de una persona que ha predicado durante los últimos 30 años la defensa de los derechos individuales y de los mercados libres, pero que recién ahora, luego de predecir la burbuja inmobiliaria, de la crisis de la deuda en Estados Unidos y Europa y los salvatajes billonarios a bancos y empresas, se empieza a hacer escuchar. Obviamente, me refiero al médico de 76 años, y congresista por el estado Texas, Ron Paul.

La cobertura mediática del Dr. Paul, en los medios hispanos, confirma una de las tesis que sostenemos los optimistas en relación a las posibilidades de vivir en una sociedad libre. Es que las ideas que expone Ron Paul son ineditas  en esta parte del mundo en estos tiempos. Aún en Estados Unidos, cuyos principios fundacionales se asemejan a las ideas que expone Paul, sus ideas no son del todo comprendidas por los votantes, mucho menos cuando es un candidato anti-guerra en un país en el que desde los atentados del 11-s, los políticos han apelado al miedo, a la «seguridad nacional» y a la necesidad de una presencia militar fuerte en el mundo como los factores fundamentales que definirán la supervivencia de Estados Unidos como tal.

Pero el desconocimiento de las ideas de Paul, y la imposibilidad de identificarlas, en la prensa en español es aún mayor. Tan sólo basta ver algunos ejemplos de lo que se escribe por ahí:

Página/12 (Argentina)

El congresista Ron Paul, defensor del libre mercado y contrario a la inversión extranjera en el país, quedó posicionado en el tercer lugar.

Las negritas son mías. No se de donde sacó el periodista de Página12 que Ron Paul se opone a la inversión extranjera, pero habla del poco rigor profesional para investigar sobre lo que va a escribir. Ron Paul es un libertario, favorece el libre tránsito de productos y capitales, y eso incluye la inversión extranjera.

La publicación online Observador Global va más allá y dice:

En algunos aspectos, Ron Paul coincide con ideas que levantan los sectores de izquierda, en otras con los neoliberales económicos, a veces parece ultrarreligioso, pero con respecto a otros temas sus opiniones y sus votos en la Cámara de Representantes suenan a anarquismo.

Varias de sus declaraciones podrían incluirse dentro del fascismo, principalmente por el grado de racismo, pero su campaña para la reducción del Estado en varios aspectos no coincide con las ideas fascistas de un Estado controlador, sino que recuerda a los ideólogos neoliberales económicos.

Sbarbi Osuna, el autor de la nota, no tiene idea de lo que está hablando. Un conjunto de ideas que rompe con sus esquemas mentales y lo termina desconcertado, ¿cómo puede una persona defender al mismo tiempo ideas que parecen de izquierda e ideas que parecen de derecha?

Acá lo ayudamos.

Una revolución en marcha

La cobertura de IPS Noticias es una de las más acertadas:

En temas económicos es un fiel neoliberal. En sus más de 20 años en el Congreso legislativo ha continuamente votado contra toda propuesta que incrementara el gasto del gobierno federal, algo que considera la mayor amenaza a las libertades individuales. También ha propuesto en varias ocasiones la eliminación de departamentos de gobierno como el de Seguridad Social y la Reserva Federal.

Es un fuerte defensor de los «derechos de los estados». Cree que aquellos temas en los que la Constitución no le confiere explícitamente la última palabra al gobierno federal, como el aborto, el matrimonio homosexual y la legislación de la marihuana, deben quedar en manos de las respectivas autoridades estaduales.

Coherente con sus posturas libertarias, es fuerte defensor de todos los derechos individuales, incluso el de portar armas, y se opone a los cateos y las confiscaciones sin orden judicial en el marco de la guerra al terrorismo.

Sin embargo, no lo llamaría a Paul un neoliberal. Ron Paul es un verdadero defensor de los mercados libres y seguidor de la Escuela Austríaca de Economía, mientras que un neoliberal sólo realiza discursos defendiendo los mercados libres, pero favorece la regulación, el endeudamiento estatal y la intervención del estado en numerosas áreas de la economía.

Finalmente, el español ABC lo describe así:

En «asuntos sociales» Paul es «progresista» en virtud de su opinión de que el Estado no debe inmiscuirse en la vida de los individuos. En política exterior, Paul es aislacionista y se ha opuesto a las guerras y la permanencia de tropas estadounidenses en ultramar.

En materia económica y fiscal, Paul propone la abolición de la Reserva Federal, se opone a los impuestos y todos los programas gubernamentales de asistencia social.

 Una descripción precisa, que sin embargo apela a encasillarlo a Paul en las categorías políticas tradicionales.

¿Qué quiere decir todo esto? En mi opinión esta confusión se da por dos factores. En primer lugar, la poca profesionalidad periodística para investigar acerca de un candidato. En segundo lugar, que las ideas de la libertad no son muy difundidas, y mucho menos en español, por lo que toparse con un libertario en la mitad de las primarias republicanas es un shock para muchos periodistas que quedan desubicados.

Esto último creo que es una buena noticia para los que aspiramos vivir en una sociedad libre, el desconocimiento de una idea no indica que no es popular, o que fue rechazada, el desconocimiento de una idea indica que tiene mucho lugar para crecer. A mi entender, una buena noticia.

Pero esto también quiere decir que tenemos un arduo trabajo por delante, Ron Paul tardó 30 años en llegar a donde está, y todavía queda un largo trabajo para seguir avanzando sus ideas, aunque de a poco se van instalando en el debate político. Un tercer lugar en los caucus de Iowa no es un resultado para frustrarse, veinte mil personas eligieron una opción impensada como alternativa hace algunos años, al contrario, es un resultado para ilusionarse.

La posibilidad de alcanzar el objetivo de conseguir una sociedad libre está cerca, depende de la acción que tomemos para llevar adelante está idea, depende del esfuerzo personal y del compromiso. No es fácil, va a haber muchos obstáculos en el camino, pero es al final del día es gratificante, y a pesar de todas las injusticias uno se puede ir a dormir, cualquiera sea el camino que haya optado para intentar alcanzar el objetivo, que está haciendo algo por la causa de la libertad.

Es hora de salir, y desconcertar al mundo con la noción tan radical de que nadie tiene derecho a iniciar el uso de la fuerza contra otra persona, o su propiedad.

Adelante!

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