El relato del Esclavo

El siguiente es un texto de Robert Nozick, extraído de Anarquía, Estado y Utopía, y cómo todo lo publicado en este blog provoca el pensamiento.

Conisderá la siguiente secuencia de situaciones, a la que llamaremos «El relato del Escalvo», e imaginá que es acerca de vos.

  1. Hay un esclavo que se encuentra completamente a merced de los caprichos de su brutal amo. Es golpeado cruelmente de manera frecuente, lo despierta en la mitad de la noche, etc.
  2. El amo es más amable y solo lo golpea al esclavo cuando comete infracciones a sus reglas (no produce lo estipulado por el amo, etc.) Le da al esclavo cierto tiempo libre.
  3. El amo tiene un grupo de esclavos, y decide como serán asignadas las cosas entre ellos en buenos términos, teniendo en cuenta sus necesidades, merito, etc.
  4. El amo le permite a sus esclavos estar cuatro días por su cuenta y les exige que sólo trabajen su tierra los otros tres días de la semana. El resto del tiempo es de ellos.
  5. El amo le permite a sus esclavos dejar el lugar e ir a trabajar a la ciudad (o a donde ellos quieran) por un salario. Sólo les exige que le envíen 3/7 de sus salarios. También se reserva el derecho a llamarlos para que regresen a la plantación si alguna emergencia lo requiere; y a aumentar o disminuir esos 3/7 que exige que le envíen. Además, se reserva el derecho a restringir a los esclavos a participar en algunas actividades que considera peligrosas que podrían amenazar sus ingresos, por ejemplo, escalar montañas o fumar.
  6. El amo le permite a sus 10.ooo esclavos, menos a vos, votar, y las decisiones son tomadas por todos. Hay debates abiertos, y esas cosas, y tienen el poder de determinar en que asignar el porcentaje que toman de tus ganancias (y de las de ellos), que actividades pueden prohibirte, etc.  Hagamos una pausa en esta secuencia de situaciones  y revisemos los hechos. Si el amo admite esa transferencia de poder, y no puede revocarla, cambiás de amo. Ahora tenés 10.000 amos en vez de uno solo; más bien podemos decir que tenés un amo de 10.000 cabezas.  Capaz, los 10.000 sean más buenos que el amo benevolente del caso 2. De todas maneras, siguen siendo tus amos. Sin embargo, se puede hacer más. Un amo amable (como en la situación 2) puede permitir que sus esclavos se expresen e intente persuadirlo de tomar cierta decisión. El monstruo de 10.000 cabezas también puede hacerlo.
  7. Sin tener el voto, tenés la libertad (y el derecho) de involucrarte en las discusiones de los 10.000, e intentar persuadirlos de que adopten determinadas políticas y que traten a vos, y a ellos, de determinada manera. Después ellos se van y deciden que políticas tomar entre los  amplios y variados alcances de sus potestades.
  8. En apreciación por tus contribuciones útiles a la discusión, los 10.000 te permiten votar si están empatados; se comprometen a este procedimiento. Luego de la discusión marcan tu voto en una hoja de papel, y se van a votar. En la eventualidad de que en algún tema el resultado sea de 5.000 a favor y 5.000 en contra, cuentan tu voto. Esto nunca ha sucedido, aún no han tenido la ocasión de contar tu voto. (Por otro lado, en el caso de un solo amo, también puede comprometerse a dejar que su esclavo decida en cualquier asunto que lo afecte en el que para él, el amo, sea totalmente indiferente.
  9. Permiten que votes con ellos. Si están empatados tu voto desempata. Si no, tu voto no afecta el resultado electoral.

La pregunta es: ¿en qué momento de la  transición desde la situación 1 al a 9 dejó de ser el relato de un esclavo?