Posted by Al Verdi on 16 noviembre 2010 in artículos anteriores | 9 comments
Los legisladores de todas las cámaras y todos los partidos siguen creyendo que sos un idiota. En otro episodio más de regulaciones sinsentido que van contra los consumidores y contra las empresas mas exitosas, el gobierno se propuso regular todo lo que tenga que ver con la liquidación en los locales de indumentaria.
La ley que quieren implementar (que ya fue aprobada por la legislatura porteña) tiene varios aspectos criticables, bah, todos.
Tenemos por un lado la regulación de los plazos para las liquidaciones que está justificado, según la legisladora de PRO que promovió el proyecto, según el siguiente argumento:
que impide que los comercios de ropa inicien sus liquidaciones antes del 1° de febrero de 2011 por considerar que comenzar con estas promociones apenas se inicia la temporada resulta desleal y linda con lo que se ha dado en llamar publicidad engañosa.
Varela explicó que desde un principio la ley estuvo orientada a evitar la competencia ilegal y proteger así al consumidor,y […] también al pequeño comerciante, que se ve forzado a iniciar sus liquidaciones antes de tiempo sin que se le brinde la posibilidad de recuperar su inversión.
La legisladora nos ilumina explicándonos que tiene que castigar a aquellas empresas que ofrezcan un mejor precio anticipadamente restringiendo las liquidaciones a unas fechas decretadas por el gobierno, de esta manera se evita la competencia desleal. En otras palabras, los políticos conciben a la competencia como algo positivo y por lo que hay que abogar mientras está no exista. Marta Varela lo único que protege son los intereses de algún oscuro grupo de presión que prefiere la vía rápida de ganar mercado a través de la regulación (siendo ellos regulados y reguladores).
Los comerciantes pequeños no lo son porque las empresas grandes son malas que le ponen palos en la rueda, son pequeños porque no pueden crecer al no ofrecer un producto que sea demandado por la gente, entonces como no saben, no pueden o no quieren vender su mercadería a un menor precio (o diferenciarse de otra manera), optan por intentar a través de medios políticos obtener su tajada.
Esto no es nuevo, ni sucede sólo en este país, este tipo de regulaciones anti-competencia las describió hace más de 50 años R.W. Grant en su poema Tom Smith y La Increíble Maquina del Pan que decía:
Aumento ilegal de precio
es cobrar más que un colega,
pero si cobra usted de menos
es desleal competencia.
Y téngalo bien presente,
no haya en esto confusión:
Si cobran todo lo mismo
será confabulación.
Debe competir, es cierto,
pero ande con pies de plomo,
pues si conquista el mercado
¡qué más claro monopolio!”
Sigamos con otros aspectos de la ley, y su justificación. Por otro lado se encuentra la llamada prohibición de invocar ¿qué quiere decir esto?:
- Prohibición de invocar: En ningún caso el comerciante minorista puede invocar su condición de fabricante, «precios de fábrica» a menos que fabrique realmente la totalidad de los artículos.
Junto a esta prohibición de invocar, se encuentra dentro de la misma órbita la prohibición de publicitar liquidación por cierre durante meses o años. Que dice acerca de esto la legisladora Varela:
En diálogo con lanacion.com, Varela explicó que desde un principio la ley estuvo orientada a evitar la competencia ilegal y proteger así al consumidor, que no siempre paga precios razonables por las prendas
y agrega Andrada, de una asociación de defensa de los consumidores:
Por su parte, Susana Andrada, presidenta del Centro de Educación al Consumidor (CEC), valoró la regulación al sostener que «es totalmente apropiada en lo que se refiere a brindar información verdadera a los usuarios».
Ambas prohibiciones presumen la insuficiencia de discernimiento por parte de los individuos, no trata a la gente como si fuesen hombre y mujeres libres con capacidad de decidir acerca de si un precio es conveniente o no (muchas veces nos equivocamos, y encontramos a un par de cuadras un precio mas barato, pero así es también como aprendemos) sino que somos tratados como si fuesemos idiotas, idiotas que al pasar por un cartel que dice «Sale», «Liquidación» o «regalado» no nos fijamos en el precio, no evaluamos si el producto va a satisfacer un fin que deseamos, o si el dinero (o sea, el tiempo que ocupamos para obtenerlo) vale mas o menos que esa prenda que queremos comprar.
Probablemente la conducta de la legisladora Varela sea imprudente, entre a los locales de ropa y compre prendas sin fijarse el precio (probablemente las compras las haga con la comisión que recibió de los pequeños comerciantes para promover esta ley y no necesite de andar calculando cuanto le va a salir), incluso si todos fuesemos imprudentes como lo debe ser Varela, ¿no aprenderemos a la larga a comprar mejor si nos equivocamos?
Entonces, ahora ya no sólo privan a los comercios, y en consecuencia a los consumidores de aprovecharlas, a liquidar anticipadamente, sino que además privan a los consumidores de poder identificar de manera rápida locales que tienden a vender mas barato que los demás (los que avisan que «liquidan por cierre» les suele importar poco su prestigio y muchas veces ofrecen precio algo mas baratos que el resto), sin que eso signifique que luego compren o dejen de comprar por el cartel que hay en la entrada (la decisión se toma al momento de ver el precio)
¿La legisladora Varela compró alguna vez su ropa?
Sobre el concepto medieval de «precio razonable» que menciona la Sra. Varela, ya lo criticamos en un post anterior cuando se utilizó un concepto similar relacionado
El criterio aplicado apunta a establecer “un margen de competencia razonable” entre el techo de las tarifas que rigen para el transporte de micros de larga distancia y el piso de las aéreas, y establecer así una correcta competencia, indicó a la agencia oficial Télam una fuente de la Secretaría de Transporte.
Lanzó nuevamente el desafío al que pueda alcanzar una definición científica del concepto de «precio razonable.» Ya mencionamos unos párrafos anteriores las consideraciones que cada uno toma a la hora de decidir o no la compra.
En fin, no se pierdan de leer la noticia completa e identificar otro número igual de barbaridades a las ya descritas acá. para no extender mas el post dejó una última cita a una verdad revelada por Susana Andrada, defensora de los consumidores:
La titular del CEC destacó, a su vez, que las cámaras del sector «no deberían desconocer que el consumidor es un actor social importante» y que «un perjuicio directo contra él repercute directamente en su actividad y en el consumo».
Los comerciantes están agradecidos por la sabiduría de Andrada, que gracias a ella se han dado cuenta que los consumidores son los que definen que comercio sigue y que comercio no.
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