Creando Monopolios

El Estado dice haberle sacado a Fibertel la posibilidad de vender Internet, alegando una cláusula de una reglamentación por la que una empresa de cable no puede vender telecomunicaciones. En este caso es a causa de la pelea Oficialismo – Clarín, pero bien podría ser por cualquier otra causa que se le antoje al burócrata de turno.

Cuando el Estado tiene el poder para reglamentar y tomar decisiones arbitrarias y caprichosas, genera consecuencias en las que ningún burócrata se detuvo a pensar (El famoso “Lo que no se ve” de Bastiat).

Analicemos algunas, suponiendo que los anuncios fueran aplicables y no vayan a pasar años en las cortes:

  • Los consumidores irán compulsivamente hacia el resto de las empresas en un tiempo muy corto, sobrecargando la infraestructura que tienen, dejando a muchos abonados sin servicio o proveyendo un peor servicio a todos.
  • Creación de monopolios. En las zonas donde solo prestan servicios Fibertel y otra empresa (Speedy o Arnet), se dejará a los usuarios a merced de un solo proveedor, con las consecuencias que esto conlleva: aumeto de precios y baja de la calidad del servicio. Curiosamente el gobierno se manifiesta en contra de monopolios, pero los crea.
  • Genera Inseguridad Jurídica para todo tipo de negocios. Una reglamentación arbitraria y de aplicación en tan corto tiempo, sienta precedentes y desalienta las inversiones, incluso de pequeños y medianos negocios.
  • Da pie para que se inicien demandas de los consumidores a Fibertel y de Cablevisión al Estado, que tardarán años en las cortes y las cuales muy probablemente el Estado pierda. ¿A que no adivinan quién pagará las costas de esos juicios inganables?
  • Muchas familias obligadas a cambiar y a abandonar un servicio que están pagando voluntariamente, ya que lo consideran mejor que el resto de los proveedores (o, a lo sumo, menos peor).
  • Encarecimiento del servicio de Internet. A menor cantidad de oferta y la misma demanda, es natural que suba el precio.

Una vez más puede verse como el Estado regulando al libre intercambio de bienes y servicios solo consigue que el burócrata de turno tome decisiones que, al final del día, solo afectan a los consumidores.

Helados para todos: El peor enemigo del gobierno rosarino

Iba a escribir algo sobre las medidas impuestas por el Dictador Económico  de la Nación, Guillermo Moreno, sobre los precios de las naftas. Prefiero guardarme los comentarios para cuando comience el desabastecimiento, que, lo más paradójico, se va a dar a partir de la entrada en vigencia de la ya conocida Ley de Abastecimiento, conocida por haber sido implementada por varios gobiernos de carácter autoritario.

Pasando a otro tema, vamos a abandonar a la Ciudad de Buenos Aires por un rato, y nos mudamos a Rosario, donde quedan expuestos los empresarios promedios argentinos, amantes de la prebenda y mediocres.

La situación es la siguiente:

Durante años Rosario se jactó de ser la capital nacional del helado artesanal, pero la llegada de un competidor cordobés provocó que el lobby heladero de la ciudad lograra que la municipalidad suspenda por 60 días la instalación de nuevos locales.

Detrás de la medida se encuentra la Cámara de Industriales y Comerciantes del Helado Artesanal de Rosario de que no tiene ningún empacho en admitir que la limitación tiene un objetivo muy claro: impedir el crecimiento de Grido, la cadena cordobesa que desembarcó en Rosario el último verano y ya cuenta con catorce sucursales.

Muchas veces cuando uno plantea que el estado deje tranquilo a la gente y no se meta en lo que son acuerdos libres y voluntarios, se plantea que de ser así la situación sería una donde «el más grande se come al más chico» o analogías de ese estilo. Que mejor que este ejemplo para demostrar que es más fácil que los poderosos se impongan cuando vivimos con estado que quiere acaparar todo.

Veamos, por un lado, tenemos 15 marcas de heladerías en Rosario que parecen competir plácidamente, con precios similares, y entre todas se reparten el control del mercado de helados rosarino, con la irrupción Grido, que poco importa si es de Rosario, Córdoba, Estados Unidos, o Vietnam ,  los consumidores se inclinan a consumir sus productos, y ¿Que hacen las demás heladerías? Pueden optar dos caminos:

1. Intentar competir, ofrecer un mejor producto a los millones de rosarinos para que ellos, voluntariamente, elijan alguna de las tradicionales marcas de Rosario por sobre la de Córdoba. La competencia, no es otra cosa que buscar la excelencia en el servicio hacia los demás, para el beneficio propio. En otras palabras, los vendedores cooperan con los consumidores, al adaptarse a sus necesidades y preferencias.

2. La otra opción sólo está disponible cuando el gobierno tiene la potestad de entrometerse, de «defender la competencia», «proteger la industria» o el eufemismo que más les guste. La otra opción consiste en convencer a la mitad de los concejales de que tu propuesta es buena, ni siquiera es eso, basta con ofrecerles donaciones.

En síntesis, en una sociedad libre, las heladerías rosarinas, ante la llega de Grido, deberían esforzarse en satisfacer a los consumidores o de lo contrario no podrían sobrevivir. Si vivimos bajo una situación como la descripta en el punto 2, todo es más fácil, se puede convencer a un pequeño grupo de hombres que pueden forzar sus intereses por sobre los de todo el resto.

nota aparte: No sé si fue elección del autor de la nota en La Nación la elección de llamar a la llegada de Grido a Rosario como «La invasión cordobesa» o lo tomó del lenguaje de empresarios rosarinos, pero me hacer acordar a esta frase de Alberto Benegas Lynch (h) que demuestra como el intervencionismo es lo contrario a lo que es el mercado (de hecho la palabra que usa Mises para mercado es catalítica, uno de sus significados es «pasar de ser enemigos a amigos»):

Conspira contra la globalización comercial, en primer lugar,una arraigada mentalidad antiliberal que ha plagado de términos militares el vocabulario de comercio internacional. Así la exportación se convierte en la ‘conquista de mercados’, la importación pasa a ser una ‘invasión de productos’, se deciden aumentos en los aranceles en ‘represalia’ contra previos incrementos similares del país al que se pretende castigar, etcétera.

Derrumbando las ilusiones estatistas (apuntes sobre el derrumbe en Villa Urquiza)

A partir del lamentable derrumbe del Lunes, y las posteriores repercusiones me surgieron algunas reflexiones que quisiera compartir.

1. Los aduladores del estado se vieron en un embrollo. La obra estaba en regla, habían hechos los trámites que exige el gobierno para iniciar una construcción, presentaron los planos, el ingeniero estaba habilitado, nada  raro. Ante esto estatistas de todas las especies (periodistas y políticos) se pusieron a buscar dónde falló el estado, esto se debió – piensan ellos – a la ausencia del estado,  a la anarquía reinante, y no a la pesada regulación. Para poder sostener ésta tesis de que el derrumbe se dio debido a  la poca regulación y la falta de control de las obras en construcción hurgaron en la historia del Ing. Heyaca Varela para intentar demostrar que hace falta más estado .  ¿Qué encontraron? Por un lado, el ingeniero estuvo suspendido 6 meses por no colocar las pantallas protectoras en una obra en el 2006, una falta menor, nada concreto como para fortalecer su proposición de que el falta regulación. El segundo antecedente, el más reciente, era la  causa perfecta. La UOCRA había denunciado la obra el 17 de junio por irregularidades, no sólo podían armar el caso contra el gobierno, también podían abogar por darle más poder a los sindicatos.  Se la dejaron picando,  o eso parece.

No fue así, no hace falta ser un periodista de investigación para darse cuenta que la denuncia de la UOCRA nada tiene que ver con el colapso del gimnasio, el 17 de junio se estaba demoliendo al estructura anterior, afortunadamente las irregularidades denunciadas no pasaron a mayores. Recién el lunes 9 de agosto se comenzó el pozo de la obra, por lo que alcanza a la obra en sí no parece parece que haya existido alguna deficiencia en el control, al menos no después de la demolición de la estructura anterior. Macri lo dijo mejor que nadie «el estado estuvo presente».

Como vemos, las supuestas razones  utilizadas para señalar a la falta de regulación y control como la causa del derrumbe, y para que los estatistas se regodeen reclamando mas estado no parecen ser convincentes, ninguna de las causas esgrimidas tiene  relación con medidas que debería haber tomado el gobierno para evitar la tragedia. El estado estuvo presente, y los cimientos igual cedieron.

 

El estatismo quedo sumergido en las ruinas del gimnasio de Villa Urquiza

2. ¿Por  qué no se caen la mayoría de las obras? Si el estado hubiese fracasado en el control de la obra de la calle Mendoza, se puede deducir que el resto de las obras se mantienen en pie y tienen un final feliz gracias a la correcta aplicación de las regulaciones para la edificación, al menos eso es lo que intentan argumentar los que sostienen la teoría de la falta de regulaciones, y así poder avanzar con un control mas estricto sobre las obras.  Fracaso estatal mediante,  o no, las obras  no se sostienen sobre las regulaciones, sino sobre la responsabilidad de los ingenieros y arquitectos. Aunque no lo parezca, hay productos que usamos en nuestra vida cotidiana no están bajo estrictas normas de control y regulación gubernamental, y al terminar cada día nos vamos a dormir sanos y salvos, y el gobierno no estaba ahí para regular, controlar y verificar la calidad de los productos. Es la competencia, la necesidad de ofrecer un buen servicio/producto para poder sobrevivir, la responsabilidad de los daños provocados, y el prestigio de una marca, son las principales motivaciones para buscar la excelencia en el servicio, o por lo menos para no defraudar al consumidor.

3. Entonces, ¿Para qué está el Código de Edificación? El Código de Edificación es un obstáculo a la construcción. Encarece los proyectos, retrasa la innovación y retrasa las construcciones. Justamente hoy, mientras viajaba en subte, escuchaba una conversación sobre los 90 días que tarda la Agencia de Control Gubernamental en aprobar un proyecto de ampliación de superficie, dato aparte, no podían agregar un rubro más a su negocio por no respetar la zonificación de la parcela.

Otra de las consecuencias en las regulaciones gubernamentales es la estandarización, de esa manera cualquier nueva técnica de construcción, cualquier nuevo material, tardará años en adoptarse debido a los altos costos que imponen dichas regulaciones para los innovadores. Los que se diferencian son los promotores del progreso.

4. ¿Y qué hay de nuestro «derecho a no sufrir derrumbes»? No existe ese derecho. El derecho a «no sufrir derrumbes» sera una utopía. Mientras existan obras en construcción la posibilidad de que alguna de ellas se desplomen por imprudencia o algún factor natural  esta presente.

Pareciera que, los que tienen fe que el estado solucionará todas las incomodidades que significa vivir ,  exigen  que la vida misma deba ser una experiencia donde no exista el riesgo. Nuestras acciones no deberían estar sometidas a la incertidumbre de su resultado, al libre albedrío, sino que alguien (el gobierno), sostienen ellos,  debe garantizarnos el éxito, o al menos protegernos de las consecuencias del fracaso. Aplicando esa creencia, hoy ni siquiera podríamos gozar de las señales de humo para comunicarnos ¿o acaso el fuego no es peligroso?

A veces las cosas salen mal, tomamos malas decisiones, no prestamos la debida atención, y esas malas decisiones acarrean consecuencias negativas, el fracaso personal,  o la  obligación de reparar el daño, son alguna de ellas. Cada uno de nosotros debemos ser responsables por esos resultados, y por ende, actuar lo más prudente que se pueda, la existencia de esa «red de protección» solo nos incentiva a obrar de manera mas riesgosa de la que hubiésemos actuado de no existir ese colchón.

En sentido contrario, el socialismo cubano parece asegurar el «derecho al derrumbe»

5. ¿Y quién regula? Para terminar, ¿quién regularía en una sociedad libre, pacífica,  donde los seguidores del estado, cual dios de una religión, no tengan el poder de imponerse sobre aquellos que aspiran a vivir en libertad? La ausencia de una regulación monopólica del gobierno no implica la ausencia total de regulación, las mismas empresas, por las razones que mencioné mas arriba se autorregulan sometiendo sus productos a evaluaciones de prestigiosas empresas que ofrecen servicios verificación de calidad como lo son Underwriter Laboratories, SGS,  Intertek, Orthodox Union (comida kosher), o alguna de las doce certificadoras de comida halal . En última instancia son los consumidores los que todos los días con sus decisiones regulan quienes siguen participando en el mercado, y quienes deben dejar de hacerlo.

En el plano profesional los colegios podrían funcionar como organismos de auto-control dentro de cada profesión, en la actualidad  esta función se ve algo degradada debido a la obligatoriedad a colegiarse para ejercer muchas profesiones, y el monopolio que tienen estos Colegios ‘oficiales’ por sobre asociaciones que intentan competir pero les es imposible  por no contar con el aval gubernamental.

Y por último, las compañías de seguro ofrecen otra garantía más contra las conductas temerarias, el seguro de un mal conductor es más caro, o nadie se arriesgaría a asegurar a un ingeniero imprudente o irresponsable.

6. Conclusión. Ninguna de las alternativas  a la regulación gubernamental que proponemos ofrecen un 100% de certidumbre, no ofrecen la certeza de que la obra no se va a derrumbar, ni de que los cálculos del ingeniero sean precisos, esa certidumbre es imposible en una sociedad respetuosa de los derechos humanos. Tampoco podemos mencionar todas las alternativas,  ya que no   conocemos las ideas que , en un ámbito de libertad, surgirían para revolucionar el mercado de la certificación de calidad.  Sin embargo, la existencia  un amplio abanico de opciones alternativas a la regulación por parte del estado,  incentiva a que el  ingeniero sea más precavido, además  de que el que solicite los servicios del ingeniero o el arquitecto tenga más cuidado a la hora de elegir, se asesorará más, y  no podrá, luego de su conducta imprudente, señalar al estado como el responsable.

Pero mas allá de todos los beneficios prácticos, el mensaje esta claro: Sin responsabilidad individual, no hay libertad que pueda sobrevivir.

Una noche porteña

Mi noche de sábado estuvo signada por el cariño que me tiene el gobierno que me quiere cuidar, aunque todavía no pude descubrir de que.

Era sábado, y a las doce menos cuarto de la noche  me dispuse a salir de mi casa, mi primer objetivo era comprar cuatro botellas de cerveza que me habían pedido que compre.  Me entero que a partir de las 10 de la noche no se pueden vender alcohol en los kioscos. Ya me había olvidado, esta medida rige desde el 2003. A las 11 50, una amable kiosquera me explicó de la regulación vigente, y de que solo vendían a través de delivery, pero el delivery sólo puede funciona a hasta las 12.

Recapitulemos, en el año 2003, en el gobierno de Ibarra, se prohibió la venta de alcohol en kioscos, y otros establecimientos, después de las 11 de la noche (ahora, a las 10). A partir de esa ley surgió, como no iba a ser de otra manera, el modo de delivery, ya no era necesario ir a comprar el alcohol, te lo llevaban a tu casa, y nadie te decía hasta que hora tenías que comprarlo. Luego, el delivery también fue limitado y ahora las entregas son solo hasta las 12 de la noche. Todavía no me pude introducir en algún nuevo mercado negro de alcohol nocturno, que existe es seguro, ya lo voy a descubrir.

Eran recién la 12 05, y no había podido  comprar las cervezas, ni en el kiosco, ni por delivery.

Mientras pensaba como conseguirlas, me para un control de la Policía de Tránsito, me dicen que me tienen que hacer una multa. Motivo: No llevar cinturón de seguridad.

Mientras seguía manejando, me preguntaba: ¿Acaso no tengo la edad suficiente para decidir si quiero ponerme o no cinturón de seguridad? ¿Necesito realmente que el gobierno se preocupe por mi salud más de lo que yo creo necesario? ¿Cuál es el límite? Al mismo tiempo, no podía contestarme por qué motivo no podía comprar cuatro cervezas en un kiosco a las 11 40, ¿Quién les dio la potestad para decidir cuándo se puede vender alcohol y cuándo no? Yo seguro que no.

Llegué al destino, algo demorado por los agentes del gobierno que siempre buscan lo mejor para mi, pero al final llegué.

Mientras estaba con mis amigos, pude sentir el olor a marihuana de mala calidad que estaban fumando los del balcón vecino, ese olor tan característico que uno puede identificar cuando saben que se está fumando basura.

Por supuesto, eso se debe a los esfuerzos de todos los gobiernos de que no consumas determinada sustancia, la famosa prohibición de drogas, que  ha logrado que aparezcan verdaderos venenos en el mercado negro, y elimina cualquier incentivo para que empresas que quieran resguardar su reputación ofrezcan productos de calidad, protegiendo la salud del consumidor. La clandestinidad elimina cualquier tipo de posibilidad de crear una marca que respalde la producción y de esa manera los peores productos están disponible en el mercado negro.

La primera parte de la  noche terminó en paz.

Ya eran las 3 30, hora de salir. Después de pasar un buen rato con amigos,  decidimos ir a bailar, pero no iba a ser así de fácil,  un último obstáculo se nos  presentó. Era la ley 3361 que restringe la entrada a los boliches a partir de las 4, resulta que los legisladores decidieron que uno no puede ingresar a un boliche despues de las 4 a.m.  Para ellos, la hora mas adecuada para salir era antes de las 4, para mi no, pero eso no importa.

Por suerte la frustrada noche terminó ahí.

Este breve relato, que tiene parte de realidad y parte de ficción, nos da una pauta del estado de nuestras libertades, de como dependemos de la autorización de un burócrata para realizar actividades pacíficas.

La posibilidad de que cada uno pueda elegir su propio plan de vida que enterrada por la voluntad de los legisladores que imponen el plan que creen que es mejor para uno. Probablemente, mi plan de vida no sea aprobado por todos, pero mientras sea pacífico no es necesario tener la aprobación de nadie. En todo caso, es y fue tarea de mis padres educarme y guiarme en mis acciones, y no de los legisladores, el jefe de gobierno, o el presidente.

No pido mucho, sólo que me dejen en PAZ.

En defensa de los vendedores ambulantes

Florida altura Diagonal Norte. Primera mitad

Juro que iba a escribir sobre algún temas más divertido, por ejemplo nuestro derecho a las drogas, nuestro derecho al coma alcohólico, o que los vicios no son delitos. Pero caminando por la calle Florida me encontré con que un vendedor ambulante (también conocidos como manteros) tenía un cartelito con esta imagen plastificada sobre su manta, con el .net de este blog recortado. Primero pensé que se trataba de un defensor del libre mercado y, en consecuencia, de su derecho a trabajar, luego me desanimé un poco al pensar que ignoró la parte que dice «estado» y «vos» y lo puso como un aviso para que no le pisen la manta, de todas maneras, vale. Le tendría que haber preguntado por qué motivo lo plastificó y lo colocó ahí.

Esa situación tan peculiar y un artículo en La Nación me llevo a analizar el problema con la venta ambulante en la calle Florida.

El caso en contra de la venta ambulante planteado por los comerciantes de la calle Florida es básicamente el siguiente: Por un lado, consideran la venta ambulante como «competencia desleal» al no verse sometidos los manteros a las regulaciones e impuestos que deben cumplir aquellos que tienen su negocio. En segundo lugar, la «competencia deselal» de la que sostienen ser víctimas se fundamenta en que los manteros usufructúan un espacio público y no deben pagar alquiler por él. En tercer lugar, la editorial de La Nación linkeada mas arriba además afirma  que obstaculizan el paso.

1.

Calle Florida, con manteros. 2010

Los comerciantes tienen toda la razón para enojarse, el problema es hacia donde apuntan su bronca. Si queremos vivir en una sociedad libre, y a ésta la definimos, con palabras de Leonard Read, como una sociedad donde está permitido «todo lo que es pacífico», ¿contra quién deberían los comerciantes redirigir su bronca, completamente justificada? ¿Contra los manteros que ofrecen intentan vender sus productos a la gente, sin forzar a comprar a nadie, o contra el gobierno que los sofoca de impuestos, regulaciones, y burocracia?

En definitiva, no existe «competencia desleal» si no que lo que sucede es la obstaculización de la competencia por parte del gobierno, pero es más fácil que reclamar el uso de la fuerza contra los débiles manteros que reclamarle al poderoso gobierno una baja de impuestos, que los dejen tranquilos, que no los pisen.

2.

El segundo argumento de los inquilinos de la calle Florida es en relación al uso del espacio público para sus  negocios, mientras que ellos deben pagar altos alquileres.

Sobre esto hay varias cosas para decir. En primer lugar, nadie obliga a los inquilinos a pagar un alquiler, ellos podrían pasarse al bando de los manteros y ofrecer sus  productos sobre mantas, que dejan los productos a la intemperie, que suelen estar mal presentados, y que inspiran poca confianza. Tener un local grande, bien decorado, prolijo, limpio, es una manera de diferenciarse, dudo que los turistas brasileños que desbordan la calle Florida diariamente opten por comprar una baratija en la calle frente a entrar a un local elegir tranquilo que comprar, probarse la prenda, etc. Las ventajas de tener un local pagando un alquiler son muchísimas y exceden mi conocimiento porque simplemente no puedo conocer en qué grado influye a la gente si se trata de un local o de un vendedor ambulante, pero estimo que es bastante alto.

También hay una segunda parte en este argumento, el espacio que utilizan es público, queriendo decir que es de todos, y lo utilizan para su beneficio personal. Creo que realmente todos usamos la calle para beneficio personal, nos permite ir de un lugar a otro, podemos detenernos a hablar con una persona, y hasta podemos cerrar negocios en la calle. Esto quiere decir que, al igual que todos los demás, ellos también pueden usar el espacio público para beneficio personal. Por último, el mismo argumento del inquilino lo justifica, el espacio es de todos, de ellos también. Frente a la noción de que algo es de todos surgen varios problemas pero que nos iríamos por las ramas si lo empiezo a tratar.

3.

En tercer lugar, y este argumento lo esgrime el diario y no los comerciantes, los manteros entorpecen el paso. En mi caso, yo transito por Florida a diario, de punta a punta, varias veces por día, y debo decir que es verdad que los manteros entorpecen el paso, pero esa molestia que generan, según mis cálculos comparando la fluidez cuando hay o no hay manteros, no es significante como para afirmar que los vendedores ambulantes están vulnerando el derecho de otro a transitar.

Además, existen vías alternativas muy rápidas como la calle Reconquista, ahora peatonal, que incluso sin manteros en Florida es recomendable tomar si uno está apurado (consejo gratis).

Conclusión

El primero de los contra-argumentos es, para mi, el  mas importante y convincente en contra de la posición de los locatarios de la calle Florida, y el que podría motivar una verdadera alianza entre manteros y locatarios frente al insaciable gobierno nacional y municipal que asedia a aquellos que quieren trabajar confiscando gran parte de sus ventas con impuestos, y obstaculizando nuevos emprendimientos con excesivas regulaciones.

Una injusticia no se repara con otra injusticia.

La gran prohibición, o por que los jóvenes e inmigrantes no podrían trabajar.

¿Que me dirían si les digo que puedo demostrar que los políticos y la Constitución, desde 1957, han estado abogando por una política que condena a los más pobres a ser mas pobres todavía, que frena a los jóvenes que aún carecen de experiencia laboral de poder trabajar, que es un obstáculo a los estudiantes que quieren comenzar a desarrollarse en lo que mas les gusta? Ni hablar de los problemas que le presenta a Jose que llegó de Paraguay para trabajar pero se dedica a pedir limosnas porque esa política no le permite hacerlo.

No encontré en mi  corta vida a ningún político oponerse a esta flagrante limitación de oportunidades, a esta medida tan contraria a la tan nombrada igualdad de oportunidades que dicen defender, no encontré a ningún economista del establishment (me refiero a los economistas que les gusta estar cerca del poder, sea del color que sea) reclamar una mayor justicia con la eliminación de esta regulación.  Los sindicatos la han defendido fervientemente, es entendible, ellos defienden a los trabajadores,  no a los que no lo tienen.

Es una medida que  atrae a los políticos porque genera una ilusión en la gente que nadie se ha animado a cuestionarla, estoy hablando del salario mínimo, o como dice nuestra constitución el salario mínimo vital y móvil.

Desde la comodidad de sus despachos en el congreso, con salarios que multiplican varias veces el salario promedio, o desde las tribunas de los bienintencionados pero buenos para nada, o las declaraciones de sindicalistas que hablan sentados sobre los millones que obtuvieron robandole a los que apenas llegan a ganar el salario minimo,  todos declaran inadmisible que alguien pueda ganar por menos de lo que ellos consideran adecuado, dejando de lado no solo la opinión del verdadero afectado, sino que también los perniciosos efectos que genera su iniciativa constante de aumentar el salario minimo.

La cuestión es muy sencilla, la sabiduría del gran economista Henry Hazlitt en «La economía en una lección» (disponible online acá) lo explica con una tremenda sencillez:

Cuanto más ambiciosa sea la ley, cuantos más obreros pretenda proteger y en mayor proporción aspire al incremento de los salarios, tanto más probable será que el perjuicio supere los efectos beneficiosos.
Lo primero que ocurre cuando, por ejemplo, se promulga una ley en virtud de la cual no se pagará a nadie menos de treinta dólares por una semana laboral de cuarenta y ocho horas, es que nadie cuyo trabajo no sea valorado en esa cifra por un empresario volverá a encontrar empleo. No se puede sobrevalorar en una cantidad determinada el trabajo de un obrero en el mercado laboral por el mero hecho de haber convertido en ilegal su colocación por cantidad inferior. Lo único que se consigue es privarle del derecho a ganar lo que su capacidad y empleo le permitirían, mientras se impide a la comunidad beneficiarse de los modestos servicios que aquél es capaz de rendir.
En una palabra, se sustituye el salario bajo por el paro. Se causa un mal general, sin compensación equivalente.
Palabras mas simples para explicar lo que políticos, economistas y sindicalistas te mantienen oculto no puede haber.

Salario Minimo. Hasta los mas chicos pueden comprenderlo.

Esto era tan válido hace 65 años cuando Hazlitt publicó ese fantástico libro [pdf] como hoy, las leyes de la economía no prescriben, Art Carden, un joven economista norteamericano, explica el salario mínimo en estos terminos:

Pero estas leyes en realidad eliminan oportunidades para los trabajadores poco calificados y dilapidan los recursos. Además, no podrían haber llegado en peor momento: Lo último que necesitan quienes se encuentran en los márgenes del mercado laboral son leyes que los vuelvan más difíciles de emplear.

Esta es una aplicación estándar de los principios económicos básicos. Las curvas de demanda descendente, significan que la gente desea comprar más de algo en la medida en que se vuelve más barato y menos de algo cuando se torna más caro. Las curvas de oferta ascendente, significan que la gente está dispuesta a hacer más de algo a medida que aumentan las remuneraciones y menos de algo cuando las remuneraciones disminuyen. En los mercados competitivos, los salarios mínimos generan desempleo: Mientras atraen a más personas al mercado laboral, reducen la cantidad de empresas deseosas de contratar mano de obra.

Claro que mientras se da el constante intento de los políticos de  subestimar las decisiones individuales, las personas ofrecen una lección de sensatéz:

De cada diez personas con ingresos, cinco perciben menos de $ 1500 (el equivalente al salario mínimo vital y móvil) por su ocupación principal.

Se trata de casi cinco millones de personas, que se ubican en los deciles 1 a 5 del informe de evolución de la distribución del ingreso correspondiente al segundo trimestre de 2009 que ayer publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

Violan la ley del salario minimo, prefieren trabajar a estar desocupados.

Si el salario minimo fuese efectivo, porque no exigen los defensores de los que nadie les pidio que los defiendan, que sea de $ 10.000?

En otro momento voy a contarles el misterio (que no es ningún misterio) de porque aumentan los salarios y como es que un pintor que pinta casas en Bolivia con tan solo mudarse a Estados Unidos pasa a ganar cuatro veces mas, y no, no es la presión de los sindicatos, las restrictivas leyes laborales o la violencia institucionalizada. Lo dejo para otra oportunidad

Prohibirá el gobierno las enfermedades?

Me estaba por quejar de una algo bien mundano,  el gobierno quería prohibir la importación de alimentos que tengan sustitutos producidos en el país, alguien que desconozca las leyes básicas de economía y le importe poco y nada el respeto por los derechos individuales, dirá que soy un burgués que llora por no poder comer su arenque alemán.

Pero que sucede cuando la misma lógica se aplica a los medicamentos?

La idea del secretario de Comercio es que las empresas dejen de importar aquellos productos que se producen en el país. “Moreno pidió que se deje de importar lo que se fabrica en el país; no gastar dólares en cosas que se hacen acá”, afirmó una fuente de la industria.

Ernesto Felicio, presidente ejecutivo de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme), que agrupa en su mayoría a empresas multinacionales, abundó: “Se evalúa la posibilidad de producir localmente lo que se importa para mejorar la balanza comercial, aunque si producir algo es más caro que importarlo, no tiene sentido”.

Felicio,  por lo menos tiene cierto uso de la razón,  mientras que  el Secretario de Comercio, con el objetivo de equilibrar la balanza comercial (sobre lo absurdo de esto volveré otro dia) no duda en complicarle la vida a miles o millones de personas, todavía mas.

Tampoco es  que estemos a favor de la prohibición de alimentos pero cuando uno se queda de brazos cruzados mientras el gobierno avanza sobre algunos derechos humanos pronto se verá en presencia de que su libertad quedo restringida a muy, muy poco.

El próximo paso? Prohibir las enfermedades que se curan con medicamentos importados.

(Vía PL@FB)

Prohibido Jugar

Creo que ya los descubrí! En la Legislatura porteña juegan una competencia para ver quien puede proponer la ley mas contraria a los valores de una sociedad libre, bah, ni siquiera me parece que sepan que es eso. Directamente la competencia es para ver quien propone la ley mas idiota.

El primer paso lo dio el macrismo, que para solucionar el asunto de los motochorros decidió que había que prohibir a todos los motoqueros ingresar al microcentro en horas laborables.

Probablemente haya leyes que se me pasaron, pero en general los del PRO eran los que llevaban la delantera, por lejos, para ver como arruinar la vida de la gente. Como siempre los radicales van mas lentos, sin embargo, no se quedan muy atras.

Rambo plástico: El culpable de todos los males

Ahora resulta que la nueva idea es prohibir los juguetes bélicos:

Un proyecto de ley que analiza la Legislatura porteña establece que se prohíba en la Capital la fabricación, la distribución, el acopio y la comercialización de juguetes que sean réplicas de cualquier tipo de armamento real, tales como armas de fuego, armas blancas y cualquier otra que, por su uso, incite a la violencia.

Claro que no vamos a ser injustos, también los puntos se los llevan todos los demás:

La presidenta de la Comisión de Desarrollo Económico, Delia Bisutti, de Proyecto Sur (la segunda minoría legislativa), consideró que, si bien el borrador todavía no fue puesto a consideración, «en principio se trata de un tema interesante para analizar, ya que cuantos menos juguetes bélicos tengan los niños es mejor», y dijo: «Creo que hay que disminuir en todo lo que se pueda los juguetes relacionados con armas de fuego en nuestros niños».

Proyecto Sur

El vicepresidente de la comisión, Enzo Pagani (Pro, la primera minoría), expresó: «Acompañamos el espíritu y la filosofía de la propuesta. En Pro sabemos que la principal preocupación de la sociedad es la inseguridad y, por lo tanto, coincidimos en que es necesario atacar cualquier conducta social que fomente la violencia. Pero creemos que el proyecto debe ser perfeccionado. Habla genéricamente de armas de juguete, tal vez habría que especificar cuáles. Es un aspecto técnico importante».

PRO

Por su parte, uno de los representantes de la Coalición Cívica (la tercera minoría parlamentaria) en la comisión, Juan Pablo Arenaza, anticipó que está dispuesto a acompañar la iniciativa. «Creo que es un buen proyecto y ya existen experiencias en otras provincias. No me gusta prohibir, pero, en este caso, ante el nivel de violencia registrado, me parece bien, más que nada para educar».

Coalición «no me gusta prohibir pero prohíbo igual» Cívica.

María José Lubertino, miembro de la comisión por el kirchnerismo, no dudó en defender el borrador. «Estamos totalmente de acuerdo. Hace años que personalmente trabajo por la paz y por los chicos. Desde el Inadi, entre los derechos del niño que defendimos está el de un mundo sin violencia», dijo.

K

Ningún legislador quiso quedar afuera del festín de prohibir las armas bélicas de juguete.

Lamentablemente han olvidado que la decisión sobre a que pueden jugar o no jugar los hijos no debe ser decisión de Bisutti, Pagani, o Lubertino, al menos no debe ser decisión de ellos sobre como educar a los hijos de otro.  Ni siquiera es válido el argumentode que ellos representan a la ciudadanía y asi lo dispuso, además de ser ingenuo, ni siquiera una mayoría tiene derecho a indicarle a una persona como criar a su descendencia.

Ellos saben que es mejor para sus hijos que usted.

El estado cada vez intenta acaparar mas ámbitos de la vida privada, ya ni siquiera secuestrar tareas que otrora estaban bajo órbita de la sociedad civil (como eran las mutuales, los seguros de retiro, etc.),  sino que las decisiones mas elementales e intimas de cada uno no pueden quedar en manos de uno mismo.

Todo esto es un gran insulto a la dignidad humana, se llenan hablando la boca de ella, pero TODOS, absolutamente TODOS los políticos, pretenden que la gente deje de ser gente, que pierda su condición humana, que sean simples seres que sigan al pie de la letra las ordenanzas que ellos regulan.

Se terminó la era del pensamiento, ahora solo hay que seguir ordenes, todo es mas fácil.

Arrogantes

Los políticos son arrogantes, y es una descripción universal. TODOS los políticos son arrogantes por la propia naturaleza de su actividad, creen que son mejores par dirigir la vida de los demás, que pueden disponer de todas las variables a su gusto y alterar el orden natural (y cuando digo natural, solo me refiero al desarrollo voluntario y pacífico de los hombres actuando en libertad) sin ninguna consecuencia.  Pretenden que pueden conocer toda la información que necesitan (Se ve que no leyeron al nuevamente best-seller Hayek y su ensayo sobre Pretension del Conocimiento).

Todo esto me vuelve a la mente cuando leo noticias como la siguiente:

La Secretaría de Transporte autorizó un ajuste tarifario promedio de 15 por ciento para la explotación de servicios regulares de transporte aéreo interno de pasajeros, a partir de mañana, «con el fin de equilibrar la competencia con el transporte terrestre de larga distancia».

El ajuste regirá para tarifas aéreas de cabotaje en clase económica, dentro de una banda tarifaria entre la tarifa de referencia (TR) y la tarifa máxima (TM) de cada uno de los puntos origen-destino, precisa la resolución 118 publicada hoy en el Boletín Oficial.

El criterio aplicado apunta a establecer «un margen de competencia razonable» entre el techo de las tarifas que rigen para el transporte de micros de larga distancia y el piso de las aéreas, y establecer así una correcta competencia, indicó a la agencia oficial Télam una fuente de la Secretaría de Transporte.

Los empresarios del transporte de pasajeros por automotor de larga distancia venían reclamando desde hace tiempo por lo que consideran una «distorsión tarifaria» que les quita mercado, ya que en muchos destinos la tarifa aérea es, incluso, más baja que la del micro, según la fuente consultada.

Sinceramente, no me entra en la cabeza como es que alguien mentalmente sano se atreva a determinar cual es el «margen de competencia razonable». De hecho, no tengo idea que quiere decir «margen de competencia» y como se llega a la conclusión de que determinado margen es «razonable».

Mientras tanto, leía los comentarios sobre esa noticia, y la gente se quejaba sobre el aumento en los precios de los pasajes de cabotaje, como si el problema fuese que se haya autorizado tal incremento. El verdadero problema esta en la regulación del sector de vuelos de cabotaje donde el gobierno, para favorecer a eso que llaman «aerolínea de bandera» restringe el ingreso de empresas al mercado, restringe la cantidad de rutas que pueden hacer sus escasos competidores, restringe el precio que puede cobrar la competencia, en definitva distorsionan todo un mercado perjudicando a los consumidores para favorecer a los parásitos que dirigen Aerolineas Argentinas, y a los dirigentes sindicales que son de su misma especie.

Volviendo al tema de la arrogancia de los políticos, son todas estas conductas las que nos dan indicios de ella. Y ésta no se limita a un signo partidario, los del otro, creen que el oficialismo esta equívocado pero que ellos si saben hacer las cosas bien. TODOS SON ARROGANTES.

Anexo: DESAFIO: El que me pueda explicar lo siguiente se gana una cifra de seis ceros en dolares:

1.  ¿Cual es el punto de equilibro de la competencia entre transporte aéreo y transporte terrestre?
2. ¿Cual es la información utilizada para determinar un precio de boleto aéreo y porque es mejor al del mercado?
3. ¿Que es un margen de competencia? ¿En que se mide? ¿Como se determina?

Hipocresía

El gobierno vive buscando empresas con «doble vida». Es decir, que dicen una cosa en los papeles, pero en la práctica funcionan de otra manera en las sombras, eludiendo controles e impuestos para sobrevivir.

¿Pero no hace exactamente lo mismo frente al mundo?

Frenar las importaciones con un funcionario mafioso que usa la fuerza, pero sin una ley formal, permite que digan que «nadie del gobierno puso un freno a las importaciones». Lo mismo sucede con el falseo de los datos del Indec. Es mentir en la contabilidad, para sacar un provecho de imagen interna y para pagar menos aumentos en el ámbito interno, y para pagar menos deuda de lo que correspondería también en el externo.

¿Por qué ellos sí, y nosotros no?

Nota del Autor: El título fue cambiado por un horror de ortografía del bruto del autor. O sea, yo mismo.

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