Ved en trono a la noble igualdad

Como cuando uno se quiebra y de repente empieza a ver a todos ensellados. Como cuando a las mujeres no les viene y empiezan a ver todas mujeres embarazadas y cochecitos por doquier. De la misma manera veo la realidad hoy yo. Encontré en la Ciudad de Buenos Aires (y me remitiré sólo a este distrito en mis posts) leyes, proyectos e ideas de nuestros funcionarios que van totalmente en contra de los derechos individuales de los porteños. Indignada, abro grandes los ojos, me tiro el pelo para atrás, me acuesto en la silla, me acerco la luz y escribo estas líneas.

En realidad, todo empezó por un llamado del gobierno de la ciudad a mi casa. 19.30 aprox, me suena el telefono. Dejo el pastelito de membrillo, apoyo el mate, casi me mato con el cable de la pc, y atiendo a Cecilia que quería hacerme unas preguntas de cómo venía la gestión del ingeniero. Aprete 2 con fuerza «si entiende que existen fallas en la gestión de Mauricio Macri». Mas que haciendo de menos, están haciendo demasiado.

Caso concreto. Andaba yo leyendo las «noticias destacadas» del portal -amarillista?- de la ciudad cuando leo en palabras de Macri: » “vamos a duplicar los alcances de este plan para que podamos atender a muchos más chicos y garantizarles igualdad de oportunidades».  Ahí frené y cambié mate por café negro con dos de azucar. Querer igualar a todos mediante la ley es terrible (hablaba sóla frente al monitor). No somos iguales. Garantizar la igualdad de oportunidades es descaradamente mentirle a la gente en la cara, sin tapujos. Es sin más, una manera injusta de igualar siempre para abajo. Las lindas siempre tendrán mejores oportunidades que las feas (la imagen es mucho, no la desestimen). Las flacas tendrán más oportunidades que las gorditas en publicidad. Alguien que nació en Buenos Aires tendrá seguramente más oportunidades laborales que alguien que nació en Puelches en La Pampa. Hay personas que nacen con suerte. Están los que heredan. Están los que son más piolas, inteligentes y quienes se la rebuscan. Lo natural no es la igualdad, es justamente la diferencia lo que nos hace únicos.

La igualdad de oportunidades es una falacia. No existe ni va a existir nunca. Quienes lo intenten tendrán sólo una meta: que el rico no sea tan rico, que al inteligente se lo prohiba de actuar, que a la linda se la castigue. Insólito. La igualdad, estimado jefe de gobierno, no es mediante la ley sino ante ella.

Peripecias de un comerciante para trabajar en Buenos Aires

Un lector del blog nos contactó, contándonos sus peripecias con la burocracia del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que hizo que perdiera las ventas de los mejores días del año por una clausura errónea. Por motivos de decoro, quitamos todas las referencias a nombres propios, ya que nuestro amigo hizo la denuncia correspondiente del hecho y no nos gustaría interferir con la misma. Aquí su relato del hecho:

El 20 diciembre alrededor de las 11 hs. aparecieron en mi local 2 inspectores del Gobierno de la Ciudad. Les pedí sus credenciales y me las negaron. Durante la semana que estuve luchando para que me levantaran la clausura me enteré que eran los inspectores Sr. A y Sra. B

Cuando se presentaron el 20/12 me dijeron que tenía la habilitación suspendida. Les pregunté por qué y no me contestaron. Les supliqué que no me clausuraran el local porque era la semana MAS importante del año para las ventas, ya que era justo 5 días antes de la navidad. La inspectora me hizo una serie de preguntas leyendo de una lista: me pidió inspeccionar el baño, el matafuegos, el seguro de responsabilidad civil y del cartel, y unas cosas más. Me dijo «bueno tenés todo en orden». Se fueron del local.

En aproximadamente 15 minutos volvieron y me dijeron que iban a clausurar el local, por lo cual empecé a llorar y a rogarles que llamaran a alguien ya que debía ser un error porque no tenía nada fuera de regla y si me clausuraban el local iba a tener una pérdida más que importante en las ventas, dada la época del año.

Llamé a una persona conocida que sabe del tema y le dijeron que Villa Urquiza es una zona histórica y que no están permitidas las casas de golosinas (que es el negocio que tengo). Esta persona les dijo que se fijaran en una página de internet del propio gobierno que claramente dice que la zonificación de mi local es C3 y no PH como sostenían. Se negaron hacerlo. Llamaron a la policía, le dijeron a una cliente que estaba en el local comprando que el local estaba cerrado y me obligaron a bajar la persiana. En ningún momento me pidieron el libro de actas. Fue una de las peores experiencias de mi vida.

Esa misma tarde me presenté en las oficinas de Perón 2933, y me atendieron en faltas especiales unidad ##. Al muchacho que me atendió le expliqué lo que estaba pasando. Ni siquiera me miró; siguió escribiendo. Me dijo que tenía que volver al día siguiente a habilitaciones a las 8:30 hs. Volví a la mañana y me informaron que no tenía ninguna información en el sistema y que iba a tardar una semana en llegar. Le expliqué a la persona que me atendió que tengo un local lleno de mercadería perecedera y necesitaba trabajar. Me miró y no dijo nada.

Volví toda esa semana hasta el jueves 23, ya que el 24 no trabajaron los empleados de la ciudad. A la semana siguiente volví y todavía no tenían mi legajo. Finalmente el lunes 10, en informes, me dijeron que tenía que ir a faltas especiales y que volviera a las 14 hs. A esa hora fui a faltas especiales. Me dijeron que mi local estaba clausurado y que tenía que hablar con habilitaciones ya que ellos no tenían nada que ver.

Volví el martes 11 a las 8:30; me dieron un número para atenderme en habilitaciones pero me dijeron que atendían a partir de las 10 hs. A las 10hs me atendió un Sr. R. Me explicó todo y fue a buscar mi legajo. En el mismo había una nota firmada por Dra. A que decía «Visto los términos de la Disposición No. 5613/DGHP/2009 y la presentación realizada por el interesado donde manifiesta que el «distrito de zonificación es C3″, se remite para su conocimiento y prosecución de su correspondiente trámite». Firmada y sellada por Dra. A.

Me informó el Sr. R en habilitaciones que hubo un error y a las 14 hs. cuando abriera faltas especiales debería presentarles esta nota y allí me levantarían la clausura. A las 14 hs. volví a faltas especiales y me atendieron unas asistentes de la Dra. C, que el dia anterior me habían indicado que tenia que ir a habilitaciones. Le llevaron la nota a la Dra. que estuvo sentada en una oficina con al puerta cerrada. Vi por la pared de vidrio de la oficina de la Dra. que hizo unos movimientos con la cabeza y de repente la asistente salió y me dijo que no aceptaban esta nota. Pregunté por qué y me dijo que tenía que hablar con habilitaciones. Le pregunté a la asistente si podía hablar con la Dra. C, quien me dijo que no me podía atender porque estaba levantando una clausura. Le informé que no me iría de allí hasta que saliera la Dra. para atenderme y me dijo «OK hacé lo que quieras» y empezó a llamar otras personas para atenderlas. Finalmente la Dra. salió y le dije que necesitaba hablar con ella para que me dijera cómo resolver mi situación. Me dijo que la nota firmada por la Dra. A no le significaba nada y le pregunté qué tenía que decir una nota de ese estilo. Su respuesta fue «Eso me tenés que decir vos». Le pregunté si podía comunicarse directamente con habilitaciones para poder resolver esto y su respuesta fue «Yo no les voy a hablar, hablálo vos». Insistí ya que el escritorio de él está a menos de 50 metros de su oficina. Ni me miro; se metió en su oficina de vuelta, bajó la cabeza y me ignoró.

Empecé a exijir que alguien me ayudara. Vinieron unos agentes de seguridad que me acompañaron hasta abajo de vuelta a habilitaciones. Volví a hablar con el Sr. R y se ofreció hablar con la Dra. ya que ella se había negado a hablar con él cuando yo se lo pedí. Poco después bajó a planta baja donde yo estaba, para ayudarme, el Sr. S. El Sr. S se tomó el tiempo de escuchar mi caso y acompañó al Sr. R al box donde estaba la Dra. C para ver cómo podíamos resolver esta situación. Mientras tanto, el Sr. S me trajo el libro de quejas para que yo anotara todo lo que estaba pasando. En un rato el Sr. S me dijo que él y el Sr. R hablaron con la Dra. C y que estaban trabajando para levantar mi clausura ese día miércoles.

Esperé varias horas, hasta las 19:30 hs, para que me entregaran fotocopias de los documentos del levantamiento de la clausura. Pedí hablar con la Dra. C nuevamente. Me atendió con una muy mala actitud y le pregunté por qué no quería ayudarme, a lo que respondió «yo no me tengo que hacer responsable por un error de habilitaciones». Luego le pregunté por qué se negó a hablar con el Sr. R para tratar de solucionarme el problema. Su respuesta fue: «no es parte del procedimiento que tengo que seguir» y después insistió que ella fue la que habló con el Sr. R y que yo debía estar agradecido a ella por haberme hecho el favor. Mi contestación fue que la iba a denunciar por la forma en que me trato y me dijo fue que ella va a accionar legalmente contra mi si yo la denuncio por que hizo todo lo que tenía que hacer y que yo no la escuchaba cuando me quería explicar el proceso (a todo eso, nunca me había hablado nada, salvo por 2 frases). La Dra. C me dijo también que no le va a pasar nada si la denuncio, porque su récord es impecable.

Esperé que terminaran con los papeles y me dijeron que un inspector iba a ir a mi local a PRIMERA HORA a levantar la clausura. Estuve esperando desde las 8:00 hs en el local con la cortina cerrada hasta las 14 hs. para que viniera un inspector. No apareció nadie.

Llamé a la comisaría 39 para ver si les habían notificado que la clausura había sido levantada. Hablé 2 veces y no sabían nada del levantamiento.

A las 14 hs. me fui del local ya que todo este lío me había causado terribles picos de presión. Camino a la oficina del médico para ser atendido, me llamó el inspector S a las 14:20 para decirme que estaba frente al local para levantar la clausura. Me confirmó que estaba levantada y que me iba a dejar la constancia pegada a la cortina. Le pregunté si iban a informarle a la comisaría 39 del levantamiento y me dijo eso lo tenía que hacer yo mismo.

La AGC es la que tiene que hacer eso. Ya ni me sorprende que ni los mismos inspectores sepan los procedimientos. Toda esta odisea ha sido UN DESASTRE económico para mi personalmente y para mi negocio. El día de la clausura mucha gente que estaba alrededor de mi local vio lo que estaba pasando y la posterior clausura. Seguramente pensarán que yo cometí infracciones y no volverán a comprar nunca más en mi local. No hay palabras para esto. Es un ejemplo de la poca seriedad de este gobierno de la ciudad y la poca consideración para la gente, sobre todo porque estoy al día con TODO, IVA, ingresos brutos, cargas sociales, autónomos, obra social, alquiler, proveedores y ahora debido a esto, seguramente no voy a poder cubrir mis gastos fijos el mes que viene. Todo por un error del propio gobierno y a que NO ME HICIERON CASO en ningún momento.

Me decidí a poner mi situación en conocimiento público aparte de un juicio que voy a realizar.

Espero que en el Gobierno de la Ciudad estén satisfechos. Arruinaron un negocio que andaba bien y aportaba impuestos y dejaron a un comerciante y un residente de la Ciudad de Buenos Aires con una desconfianza TOTAL de todo lo que corresponda a la administración pública.

En defensa del ¿consumidor?

¿Comprar barato es perjudicial para la salud?

Cada vez que se menciona algún asunto relacionado con el consumo, y los «derechos de los consumidores» se suele mencionar a una tal Susana Andrada, ella es la cabeza del Centro de Educación al Consumidor cuyo fin según indica su sitio web es «educar e informar al usuario y consumidor. Su prioridad es bregar por los intereses de los ciudadanos en su condición de consumidores.» A ella la dejamos por unos párrafos tranquila

También cada vez que un consumidor se dedica a consumir, entre éste y el comerciante se interpone un enemigo en común: los impuestos. Partiendo del tradicional  21% destinado al IVA, tenemos que calcular también ingresos brutos un 3% y otros impuestos como a las ganancias, y el resto de los que se suman en la cadena de distribución de los productos que al final del día terminan reflejándose en el precio, para el mal del comprador, o lo termina absorbiendo el vendedor, para el mal de él.

Esta situación antipática que generan los impuestos (o mejor dicho, los que los imponen)  en el medio de una  transacción armónica hace que tanto consumidor como vendedor quieran deshacerse de ellos.  Asi lo entiende el responsable de tarjetas de un banco en su testimonio a La Nación:

Pero, según desliza el responsable de tarjetas de un banco de primera línea […] «El comercio se ahorra así IVA, Ganancias e ingresos brutos. De esa manera, tiene más sentido el descuento en efectivo», desliza la fuente, quien reconoció que en la entidad se encontraron precisamente con este obstáculo cuando quisieron hacer una promoción con crédito en los restaurantes, en el interior del país. «Muchos preferían el efectivo, porque operar con tarjeta los obligaba a tener todo en blanco.»

La realidad nos confirma esta situación, según lo expone el diario La Nación de hoy:

Fernando M. estaba por pagar 110 pesos por una pistola de plástico Ben 10 en una juguetería de cadena en elshopping Alto Palermo, cuando se le ocurrió preguntar si hacían algún tipo de descuento en efectivo, ya que pese a la euforia de promociones de los bancos y las tarjetas de crédito, justo ese día no corría ninguna. Para su sorpresa, el vendedor no lo dudó: si pagaba cash , se le bonificaría la compra en un 10%, y lo hizo.

En un restaurante vasco, en Palermo Soho, el menú directamente anuncia un atractivo 30% de descuento para quienes paguen en efectivo al mediodía, de lunes a viernes, y 15% por la noche, los sábados y domingo. Por lo que, antes de ordenar la comida, Gerardo P. y sus amigos contaron los billetes que tenían a mano para ver si llegaban a hacerse del dinero necesario para aprovechar la promoción.

En conclusión, podemos decir que de cuantos menos impuestos en el medio de una transacción, comprador y vendedor saldrán mas beneficiados. Mas allá de cualquier valoración respecto de si pagar impuestos está bien o está mal, o si el monto que se paga es adecuado o es excesivo, cualquier persona que aplica el sentido común a esta situación llegará a la conclusión que acabamos de mencionar, consumidores y comerciantes se ven beneficiados evitando a su enemigo común, los impuestos y por lo tanto no es necesario que nadie los venga a defender.

Volvamos ahora con Susana Andrada Susana Andrada, la defensora de los consumidores, que según lo que se puede leer en dicho diario, opina lo contrario respecto de los vendedores y compradores que acuerdan un precio mas bajo que el expuesto en vidriera o en la carta:

«Ante el desconocimiento del consumidor, se producen todo tipo de irregularidades. El precio al contado debe ser el mismo que con cualquier tarjeta», explica Susana Andrada, directora del Centro de Educación al Consumidor. «Esto significa que ese precio que cobran en efectivo una vez aplicado el descuento es el que deberían cobrarle al consumidor también con tarjeta de crédito o débito, pero como la gente no sabe, no reclama», dice Andrada. Aclara que esto rige para las compras en un solo pago, no para las que se realizan en cuotas, que siempre tienen un recargo implícito.

Además de los impuestos,  no olvidemos que al final de cuentas, pagar en efectivo y pagar con tarjeta no es lo mismo para el comercio, tal como indica la nota:

Las tarjetas de crédito les cobran a los comercios 3% de comisión por cada compra, por lo que si un objeto se vende a $ 100, al vendedor finalmente le quedan $ 97. También demoran 18 días hábiles para reintegrarle al comercio el dinero de todas las ventas hechas con tarjeta de crédito y 48 horas con las de débito. Muchos comercios usan estos costos como argumento para justificar una diferencia cuando se abona de contado.

Susana Andrada: La defensora de los ¿consumidores?

Susana Andrada, la superheroína de los consumidores, no los defiende, no defiende la posibilidad de comprar más barato, lo que haría un verdadero defensor de los consumidores, sino que una vez más se pone del lado de las regulaciones e impuestos  que lo único que hacen es perjudicarlos.

Esto es lo que sucede cuando una persona pretende defender a consumidores que nunca pidieron ser defendidos, muy similar a los que dicen «defender la competencia» [YT]

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