Contradicciones

Amigo de mis viejos, peronista de toda la vida, y ahora kirchnerista. A favor del régimen. Sin embargo, la última que hizo fue ir a Paraguay y comprar en Ciudad del Este infinidad de repuestos y chucherías para celulares, y meterlos de contrabando en el país, para que su negocio siga funcionando.

Papá de un amigo, Kirchnerista a viva voz. Se va de vacaciones con la flia. a Nueva York, tarjeteando a más no poder, para poder pagar con dólares al cambio oficial.

Amiga, anti-K. Putea porque paga casi 1.000 pesos de impuesto a las ganancias trabajando en relación de dependencia. Cuando le digo que el PL propone eliminar el impuesto a las ganancias (que hasta la reforma del 94 era inconstitucional), dice que no lo quiere eliminar, sólo quiere que levanten el mínimo imponible. Claro, para no ser ella quien lo paga.

Otra amiga anti-K: está de acuerdo con que los boliches no puedan vender alcohol después de las 5 de la mañana y cierren a las 6 por ley, así la gente tiene esa horita para ponerse sobria y a- no hagan quilombo sonoro que molesta a los vecinos, b-estén en condiciones de manejar de vuelta a su casa. Fin de semana siguiente: se vuelve a su casa manejando borracha.

La ley esta bien para todos, menos para mí.

Primer amiga anti-K, de vuelta: está de acuerdo con que por ley no se pueda fumar en bares y boliches. Sin embargo, no tiene problemas en fumar en cierto boliche que frecuentamos, en el que evidentemente tienen coimeado a algún inspector, porque fuma todo el mundo (salvo los no-fumadores como yo, que vamos igual porque tiene onda).

Misma amiga (no es que la tenga de punto, es que tengo muy fresca una charla): está totalmente en contra de que se legalicen las drogas, pero cada tanto se fuma un porro.

 

Hay veces que pienso que el mundo no tiene solución.

¿No deberíamos ser coherentes con las ideas que pregonamos? Creo que es el único camino hacia una sociedad virtuosa.

Los invito a compartir más contradicciones que los toquen de cerca; hoy estoy con ánimos masoquistas.

El Amor y la Noche en manos del Estado

Era una noche cualquiera en Buenos Aires. Caminaba por las calles de Palermo rumbo a un bar, para encontrarme con amigos en nuestra clásica salida de tragos y levante. A último minuto habíamos tenido que cambiar de punto de encuentro, porque la noche anterior la policía había clausurado el bar del que éramos habitués. Un joven había denunciado frente al INADI que se le había impedido ingresar al local por estar vistiendo indumentaria deportiva… ¡discriminación!

Por la vereda de enfrente una pareja venía peleándose. Era una escena cada vez más común: como las indemnizaciones por dejar a una persona después del período de 3 meses de prueba habían escalado hasta un nivel absurdo, no importaba qué tan insoportable resultara la vida juntos, ninguno se animaba a dar el primer paso hacia una separación. Otros, en cambio, tomábamos la ruta alternativa: una vida de promiscuidad y rehuirle al compromiso. Una suerte de «amor en negro».

Liberty Beer

En 1984 tenían Victory Gin; acá tenemos Cerveza Liberty.

Entré al bar y me dirigí hacia la barra para pedir una cerveza. Error. Tendría que haber pedido una cerveza con alcohol. Siempre me olvido. Así como hace unos años suprimieron la sal en las mesas de los restaurantes para proteger a nuestra salud de nosotros mismos, ahora había que pedir explícitamente que nuestras bebidas alcohólicas tuvieran efectivamente alcohol.

En la otra punta de la barra, un grupo de anglosajones muy facheros trataba de ahogar sus frustraciones en gin tonic. Uno se acercó y me preguntó en un castellano rústico qué significaba «Nac&Pop». Si bien es cierto que las argentinas siguen siendo las más lindas del mundo, nadie les explicó a estos pobres gringos que las políticas proteccionistas del país ahora también se estaban aplicando al rubro de las relaciones humanas. El lema de las últimas propagandas oficiales era «por cada argentina que se acuesta con un extranjero, hay un argentino que se va a dormir solo y triste». Y evidentemente todos los grupos que habían encarado se habían dejado lavar el cerebro, y les decían que no «para proteger a la industria nacional». En otra época lo normal habría sido indignarse y gritar «¡xenofobia!», pero hoy por hoy a todos les parece bien.

Llegaron los chicos. Después de la obligada ronda de estupideces, inspeccionamos el campo de juego. La mesa con más actividad estaba presidida por un tipo de evidente clase alta: bien empilchado, reloj brillante, celular último modelo. Lo acompañaban varias femmes, y en la mesa había frapperas con champagne y vinos espumantes varios.

«Billetera mata galán» – me comenta Nico.

«No por mucho más» – contesto preocupado.

Y probablemente fuera cierto. Los megalómanos dementes que habitan el Congreso y la Rosada estaban debatiendo un proyecto (¡presentado por la oposición!) que consistía en una especie de «subsidio al levante»: un voucher para que usen en salidas «de lujo moderado» aquellos que no tienen plata para impresionar chicas. ¡Ya no iba a hacer falta ser divertido, interesante, culto, tocar algún instrumento, jugar bien a la pelota, hacer trucos de magia, saber escuchar, y demás talentos!¡El Estado nos iba a dar a todos las mismas oportunidades! (sí, el mismo Estado que perseguía a los artistas callejeros, exigía licencia para hacer magia, clausuraba los lugares para música en vivo, no dejaba que importaran libros, y aplastaba tu capacidad creativa e intelectual con años de adoctrinamiento obligatorio… ¡quería que VOS tengas levante!). Nadie se puso a pensar que, como marca la evidencia histórica, la mayoría de los fondos destinados a ese plan iba a terminar financiando las salidas a todo trapo de punteros políticos y playboys amigos del poder.

Encaramos algunos grupos. En un momento casi me vi tras las rejas, cuando después de que un homosexual me tocara el culo le grité «¡¡qué hacés…. chabón!!». Menos mal que reprimí la palabra con «p», sino —INADI mediante— me habría ganado la expulsión del local (nunca pensé que me iba a salvar la noche un «puto» reprimido).

Lo ideal últimamente era que no te encariñaras demasiado con nadie en particular, porque la llamada del día después se había convertido en una lotería: con un sistema similar al impuesto a las ganancias, si habías cosechado algunos números de teléfono, estos eran socializados para repartir entre los menos afortunados. Y si justo desaparecía el que más querías conservar… mala suerte. Esto lo pudieron hacer gracias a la digitalización: argumentando «protección del medio ambiente» prácticamente desapareció la producción de papel, con lo cual la única forma de agendar un contacto es a través de tu celular personalizado e intransferible (junto con la producción de papel, claro está, desaparecieron la libertad de expresión y la privacidad).

Traté de despejar mi cabeza y decidí redoblar mis esfuerzos para concretar algo hoy, ya que mañana no tenía la noche disponible para mí; tenía una cita a punta de pistola con Dios-sabe-quién. El gobierno había lanzado hace unos meses el plan «Solos y Solas», en donde todos recibíamos caridad romántica compulsiva. Una de cada siete noches de mi semana era administrada por el Estado, que decidía Dios-sabe-cómo quién era nuestra cita idónea para esa semana. «Cruzan bases de datos», decían algunos; «tienen un grupo de gitanas-brujas-burócratas que tiran la posta«, teorizaban otros. Nadie parecía sorprenderse del hecho de que a las que administraban el sistema siempre les tocaba salir con el galán que gozaba de sus 15 minutos de fama en la tele o el teatro, o a los funcionarios con la modelo top de la semana.

El hecho era que, pese a que muchos nos opusimos porque pensábamos que eramos capaces de hacer nuestra gestión de citas nosotros mismos mucho mejor que un burócrata, la ley se aprobó, y era salir con la persona asignada o ir en cana por incumplimiento del deber civil. El argumento de los socialistas fue:

Caridad romántica compulsiva

Dos medias naranjas violentadas por el Estado

«¿Y qué pasa si llegás a los 40 y no conociste a la persona adecuada?¿quién se va a hacer cargo de que estés solo y no te quiera nadie?¿También me vas a decir que podés gestionar tu propia jubilación mejor que el Estado? Ja, ja, ¡contate una de pistoleros!»

Imposible explicarles que si esas noches me hubiesen dejado salir con quien yo quería, habría tenido más chances de encontrar a la persona ideal para mí, si es que existe. Y sinó, ¿quién me quitaba lo bailado?

Evidentemente, el Estado podía quitarme lo bailado.

El DJ se pasó un poco con el ritmo, provocando primero que un joven lo marcara con el pie, y luego que una señorita empezara a mover las caderas. Error fatal. Además de que la canción no estaba aprobada en la Playlist Oficial Año 2025, el bar contaba con habilitación «local tipo C – no bailable». Un inspector infiltrado de civil vio toda la escena y procedió a la clausura, dejándonos a nosotros de patitas en la calle y al dueño del bar con un agujero en su economía.

Finalmente habíamos alcanzado esa panacea que prometían las palabras del Duce: «Todo dentro del Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado». Música para los oídos de las masas.

Volviendo a casa, me shockeó el último cable de Télam proyectado en la telepantalla del colectivo: el Congreso estaba por aprobar una ley importantísima ¿El nombre? Proyecto Prima Nocte.

Proyecto Prima Noctes

Así se habría visto si hubiese papel

Tevez, Cabak, la FIFA y una sociedad libre

Carlos Tevez, (ex?)jugador del Manchester City, protagonizó la última semana un episodio lamentable que demuestra su falta de profesionalismo:

El entrenador decidió hacerlo ingresar cuando su equipo perdía por 2-0 ante Bayern Múnich, pero «El Apache» lo desafió negándole su presencia en el segundo tiempo

«Estoy muy desilusionado. Se negó a jugar. Para mí, está afuera», dijo enojado el italiano Roberto Mancini en la conferencia de prensa ofrecida al término del partido en Múnich. El técnico aseguró que quiso que Carlos Tevez ingresara en la mitad del segundo tiempo, pero él no quiso hacer el calentamiento.

Tiempos felices para Tevez, en el City

A todo esto, la FIFA tomó conocimiento de la actitud del delantero de los citizens y a través de su vicepresidente quiso intervenir en el tema:

La Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) tomó partida en el escándalo que desataron el delantero Carlos Tevez y el entrenador Roberto Mancini, al reclamar hoy que se le aplique al jugador argentino una suspensión internacional cuyo propósito final es evitar que este tipo de actitudes se repitan.

En declaraciones a la agencia alemana de noticias DPA, el vicepresidente de la FIFA el norirlandés Jim Boyce comentó que lo ocurrido durante el segundo tiempo del partido que el Bayern Munich le ganó a Manchester City 2 a 0 «fue despreciable».

«La FIFA debería tener el poder de prohibir al jugador tomar parte de forma activa en el fútbol», según consigna la agencia alemana en uno de sus cables.

Y acá entra el conductor de TV y radio, Horacio Cabak, que  en su programa de radio en la tarde de Delta FM (90.3), comentaba la noticia dando su opinión. Él sostenía que la única autoridad que podía sancionar a Tevez era su club, quién lo había contratado. Si Tevez había firmado un acuerdo con el Manchester City, la situación la debía resolverse entre ellos, sin intromisión de tercero ajeno al contrato. «¿Quién era la FIFA para meterse en un contrato que no tenía nada que ver?»

Khaldoon Al Mubarak, Presidente del Manchester City, al que quiere puentear la FIFA

Suponiendo que contractualmente la FIFA no tenga nada que ver, la opinión de Cabak me pareció muy coherente. Su razonamiento no fue complejo, ni basado en teorías llenas de números, citas académicas ni nada por el estilo. Una idea simple y fácil de ser implementada, su queja contra la FIFA era la siguiente: permitan que Tevez y el Manchester City resuelvan sus diferencias sin que nadie se impongan por sobre sus voluntades.

Esta idea tan sencilla, extrapolada a todas las relaciones sociales, es la esencia de la sociedad libre que desde acá constantemente proponemos. Sea la FIFA como es en este caso, o sea el estado como es en la , la respuesta es la misma: dejen a las personas decidir sobre su propia vida.

El estado se mete en las relaciones sociales, y como dijimos hace poco, las desvirtúa. Cuanto más poder estatal, menos poder social.

Es el estado el que convierte la relación empleado-empleador que por definición se trata de una relación de cooperación, en una relación de enemigos o adversarios al incorporar en esa relación todas las leyes laborales.

Es el estado el que convierte a un empresario que para sobrevivir en el mercado debe prestar atención a lo que los consumidores demandan, cumpliendo así una función social, en un grupo de parásitos que buscan de complacer al funcionario de turno, en vez de los consumidores, para obtener una ganancia a costa de estos.

Es el estado, interfiriendo, el que convierte  a una persona que vende determinadas sustancias, y al que las compra, en delincuentes que pueden terminar en prisión, con sus vidas arruinadas, a pesar de tratarse de acciones voluntarias que no agreden el derecho de ninguna otra.

Y los ejemplos son interminables, este blog es un compendio de esos ejemplos  de como una noción tan básica de permitir el desarrollo de una sociedad libre y pacifica tenga tantos enemigos, con tantos intereses creados y tantas confusiones acerca de lo que realmente constituyen los mercados libres y una sociedad voluntaria.

La FIFA no debiera meterse en la sanción que le pueda corresponder a Tevez, según lo decidan sus empleadores el Manchester City. El estado tampoco se debería meter en aquellas relaciones libres y voluntarias, donde dos personas realizan intercambios que, por definición, se benefician mutuamente.

¡Al pueblo lo que es del pueblo!

Hace unos días escuché unas declaraciones del señor Martín García, director de Télam (agencia de noticias del Estado argentino):

El susodicho, ante la revelación de que el 47% de la pauta oficial va a parar a las manos de los señores Spolzky y Gvirtz (productoras adictas a la actual administración), declara algo así: “Por supuesto que el gobierno va a darle más pauta a los medios amigos que a los enemigos. Los medios enemigos tienen la pauta privada que es mucha. La pauta oficial la ahorró el pueblo y es para proteger a este modelo nacional y popular. Que se jodan los otros”.

No conforme, unos días después vuelve a la carga, presentando la idea de crear el “Instituto de la Publicidad Democrática”, que funcionará de la siguiente manera: los anunciantes deberán pautar al instituto y éste distribuirá la pauta en forma igualitaria en todos los medios. Porque claro, los medios y programas que no miden, no están recibiendo pauta publicitaria de los grandes anunciantes.

Su razonamiento para esto fue implacable y demoledor: la plata para la publicidad sale de los precios de los productos que consume “el pueblo”, entonces es “el pueblo” el que está invirtiendo en la publicidad y tiene que obtener algo de eso.

Las verdades de Martín García

Las verdades de Martín García

La verdad, me pareció una idea brillante. Yo me cansé de esto del liberalismo y me voy a sumar a los pedidos de Martín. Listo, me cansé y me cansé y, como toda la vida consumí un montón de productos voy a pedir para “el pueblo”:

Que se cree el Instituto Nacional Democrático para el Envasamiento de Alimentos: Como el pueblo es el que consume los productos, todas las empresas deberían pagarle a este instituto para que se encargue de hacer que las empresas envasadoras que no son elegidas por las grandes empresas, también puedan ser capaces de envasar las arvejas Inca, el puré de tomate Arcor y las galletitas Sonrisas.

Que se cree el Instituto Democrático Para el Diseño de Packaging y Publicidad: hay diseñadores a los que no los contratan las grandes marcas para que los provean con nuevas ideas, porque no tienen talento. Y como todo “el pueblo” paga los productos de su bolsillo y de ahí se le paga a los diseñadores, se están robando el ahorro del pueblo. Y para este proceso nac and pop no hay nada más importante que que todos los diseñadores reciban parte de los ahorros del pueblo. Páguese todo el dinero al instituto que distribuirá las necesidades publicitarias entre todo diseñador argentino.

Que se cree el Instituto Democrático para la Participación e Inclusión en los Medios: como la pauta la paga el pueblo y esa pauta banca la emisión de los programas, en definitiva es el pueblo el que debe estar a cargo de los programas. Por lo tanto y a través de una Comisión Democrática de Selección y Rotación de Elenco, a partir del dia de la fecha, todo ciudadano deberá poder participar en los Medios. Notifíquese a todas las productoras que a partir de la fecha:

  • Los elencos  de las ficciones serán rotativos y cada personaje deberá ser interpretado cada día por un ciudadano distinto.
  • Los noticieros y programas de chimentos deberán cambiar cada día su staff y hablar más sobre la vida de los ciudadanos comunes.
  • Los medios gráficos deberán dar participación a toda la ciudadanía en la producción de diarios y revistas, incluyendo, claro está, los dibujos de la página de los chistes.
QNTP está practicando para hacer de Mariano Martinez y sus hermanos barbeta

QNTP está practicando para hacer de Mariano Martinez y sus hermanos barbeta

Que se cree el Instituto Nacional, Democrático y Social de Fútbol: como los clubes se mantienen con las entradas que paga “el pueblo” y con la publicidad que pagan los anunciantes que es, finalmente, del “pueblo”, todo ciudadano tendrá la libertad de participar en los partidos de primera división de los equipos que deseen. A partir de la fecha, los clubes deberán entregar democráticamente las fechas donde cada ciudadano podrá jugar en la posición que desee, desde técnico hasta delantero o alcanza pelotas.

Que se cree el Instituto Nacional y Democrático de Citas: es injusto que solo algunos hombres puedan salir con las mujeres lindas, ya que las mismas crecieron, se producen y visten gracias a los ya mencionados Institutos, por lo tanto, pertenecen a todo “el pueblo”. A partir de la fecha deberán registrarse en este Instituto y serán provistas con citas igualitariamente con todos los ciudadanos. Por supuesto que las actividades que realicen con unos, deberán realizarlas con todos, ya que si no, sería antidemocrático.

Democrátizando las citas, aumenta la felicidad

Democrátizando las citas, aumenta la felicidad

Espero la pronta aprobación del Congreso, la promulgación por nuestra señora Presidente y la publicación en el Boletín Oficial y, claro, en todos los medios de comunicación democráticos.

La inmoralidad de los Subsidios

Alguna vez escuché a alguien la frase:

Si un grupo de personas viene a quitarte el fruto de tu trabajo amenazando el uso de la fuerza, por iniciativa propia, llamamos a la situación ROBO. Si un grupo de personas viene a quitarte el fruto de tu trabajo amenazando el uso de la fuerza, invocando al estado, lo llamamos COBRO DE IMPUESTOS.

Para nosotros el algo normal asociar el cobro de impuestos con un acto violento, pero observamos que mucha gente tiene al pago de impuestos tan incorporado y arraigado a su vida cotidiana, que ya no se da cuenta de la violencia ejercida en la situación. El cobro de impuestos es, en su más pura esencia, violento. La gente no estaría dispuesta a entregar el fruto de su trabajo sin ninguna contraprestación a cambio, si no mediaran el uso de la fuerza y la amenaza de pérdida de la libertad. Excluyo de esta situación la provisión de servicios de seguridad, justicia y mínimo gobierno indispensable (por ahora) para la vida moderna en sociedad, donde claramente recibimos una contraprestación.

Si partimos de la base que para el cobro de impuestos, estamos ejerciendo la violencia (movilizamos agencias, policías, quitas unilaterales del patrimonio), es fácil ver entonces cómo cada vez que pedimos incentivos a una actividad, subsidios de tal o cual tipo para cierto sector, fomento de ciertos intereses que vemos con buenos ojos, medios de transporte para una ciudad distante, estamos pidiendo que se ejerza la violencia sobre los 40 y pico millones de habitantes del país, para satisfacer una necesidad o interés propio.

Siempre, repito, siempre, tenemos una alternativa de financiación de nuestros intereses en forma privada y pacífica. Donde los aportes se realizan por genuino interés y a veces, con aportes importantes de empresas que creen que un aporte a una causa «justa» sería visto con buenos ojos por sus consumidores. Claro que para movilizar la causa privada, es necesario organizarse, juntar gente afín (cada vez más fácil gracias a la tecnología), trabajar, y aportar gran parte de nuestro tiempo libre para lograrlo. Todas las causas son «justas» si nos ponemos en los zapatos del interesado, pero así como es justa para esta persona (o grupo de personas) es totalmente injusta con el resto de la población, que se ve violentada para contentar a un pequeño grupo de interesados y cuyos resultados probablemente no lleguemos a ver en vida.

A partir de ahora, cada vez que pidas aumentar o movilizar impuestos, estoy seguro que no te va a costar tanto visualizar la violencia detrás del pedido, y eso te lleve a movilizarte de otra forma. A encontrar maneras nuevas y más creativas. Pero por sobre todas las cosas, pacíficas.

Sobre la interferencia de los gobiernos

«Es importante recordar que la interferencia del gobierno siempre implica acción violenta o la amenaza de tal.  El gobierno es, en última instancia, el empleo de hombres armados, policías, gendarmes, soldados, carceleros y verdugos. La característica esencial del gobierno es la ejecución de sus decretos mediante golpizas, muertes y encarcelamientos.»

Un premio para Manuel

Manuel trabajaba de cartonero para poder pagar sus estudios. Cuando la prensa hizo eco de su situación, comenzaron a llegarle ofertas de diferentes lugares para cambiar su vida. Por supuesto, como todas las veces que alguien muy popular se hace un lugar en los medios, apareció el gobierno de turno. Pero Manuel, lejos de elegir el camino más fácil, el que probablemente más seguridad daría a su vida, eligió uno un poco más complicado y que no depende de los impuestos pagados por los demás.

¿Fue sólo porque eligió la primer opción y le resultó muy tentadora? No lo se. Pero se que podría haber declinado la oferta dando lugar a una más conveniente (por lo menos a primera vista). Y no lo hizo.

Chirino la tiene clara

El cantante de salsa cubano dice en Clarín:

¿No hay nada que rescatarías de la Revolución Cubana?

Yo creo que hasta en la época de Hitler podrías encontrar algo para rescatar. Algo positivo debe haber, naturalmente. Pero no puedo concebirlo a través de reprimir a la gente y no poder elegir los gobernantes. Todo lo positivo, considerando esas alternativas, no es bueno.

La historia de tu esclavitud

Un video para pensar y discutir. Espero los comentarios.

La filosofía de la libertad

Un video que se convirtió en un clásico para poder entender la filosofía de la libertad:

Para los que prefieran la versión en texto la pueden encontrar aquí.

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