Socialistas atorrantes: le metieron mano a los jubilados

Sí, leíste bien. Tenemos Caravana de los Deseos, a Fito Páez en el Monumento desafinando por dos horas… ¡Rosario es Sede del Helado Artesanal! Además, tenemos los carriles exclusivos que son una reverenda inutilidad, pero tenemos carriles exclusivos. ¡Y ni hablar de la pista de skate más grande de la Argentina que también tendremos pronto en la ciudad! Rosario tiene una GUM, que no pueden ni pedirte documentación, pero está bueno tener a hombres de uniforme caminando por Rosario, te da una cierta sensación de seguridad. Así está la ciudad: pura fachada.

Hace un par de días una noticia publicada por Rosario 3 me dejó patas para arriba. El Municipio de Rosario debe casi 250 millones de pesos al Instituto de Previsión Social local. En criollo: como no sabían de dónde sacar plata, se la afanaron a los jubilados. A mayo de 2013, la deuda se compone en tres partes. La primera, por 28 millones de pesos que corresponden al seguro mutual y al subsidio jubilatorio. La segunda parte son 29 millones de pesos correspondientes a intereses por la tasa Badlar, tras un acuerdo firmado en 2010 durante la nefasta intendencia de Miguel Lifschitz. Luego de tres años, el pago de estos intereses nunca se efectivizó. Por último, otros 189 millones están en la cuenta previsional, que es la suma de los aportes patronales y de los trabajadores. ¡Bien, Mónica Fein! ¿Eso es progesismo social? No te alcanza con esquilmar a los rosarinos con impuestos cada vez más altos y le metés mano a los jubilados. ¡Inmoral! ¡Inmoral! ¡Sin vergüenza!

Mirá, rosarino, ahí están tus impuestos. Así administra el Tesoro municipal Mónica Fein. Tan bien administró que afanó a los jubilados. ¿Y si peligra el cobro de haberes? Ahí te quiero ver… ¿Qué vas a hacer, Fein? ¿Sacar de otro lado para callar a los viejos y joder a otros?

A Fein y demás intentos de concejales: en vez de afanar a los jubilados, ¿por qué no dejan de emplear a personas en el municipio? ¿Por qué no la cortan con los aumentos de sus sueldos? ¿Por qué no le hacen sentir a los rosarinos alguna vez en la bendita vida que no pagamos los impuestos al pedo elaborando proyectos de leyes dignos, eficientes, que no entorpezcan la vida cotidiana de las personas que viven en Rosario? ¿Por qué no ponen de su bolsillo y dejan de saquear la caja de jubilados y a los rosarinos? Lo peor de todo creo que es tener que bancarte los millones de tweets de estos funcionarios anunciando incansablemente sus proto-proyectos que lo único que implican son mayores gastos para el Tesoro Municipal.

¿Y saben qué es lo peor de todo esto? ¡Nos toman de boludos! No hacen siervos de un Municipio manejado por corruptos mediante el pago de los impuestos, de parte del producto de tu trabajo. Y además estos narcosocialistas nos prometen maravillas a cambio que todavía ninguno vio. Ahora, ¿te imaginás a dónde fueron a parar esos 250 millones? ¿Habrán ido a parar a la reforma de la rambla Catalunya impulsada por Laura Weskamp? ¿Irán a parar a la puesta en marcha de lo propuesto por Roy López Molina? ¿Irán a parar a la prohibición de los VIPs en lo boliches, como quiere Diego Giuliano? ¿Estarán en el Foro Siciliano que se realizará en Rosario en los próximos meses? ¿O se utilizará para financiar la pista de skate que promete ser una de las más grandes del país que le costará a nuestros bolsillos $2.361.824 pesos?

Y, ¡oh, casualidad! Entre los ediles que mayor actividad tuvieron el año pasado en el Concejo se encuentran estos payasos. De seguir así, los invito a cada uno a dejar de sesionar por un tiempo así dejan de sumar ineficiencia, trabas y demás yerbas en la vida de los rosarinos.

¿Y qué esperabas? Si lo único que hacen los socialistas es gastar y gastar y gastar ineficientemente. Sí, Rosario se convirtió en un claro pan y circo. ¿Y a quién pensás reclamarle? ¿Al pobre ñoqui que trabaja en alguno de los Distritos de la Municipalidad de Rosario? ¿A los empleados ineficientes de las Secretarías y Subsecretarías y la mar en coche? No. Ellos son un lamentable producto de este sistema corrupto, elefantiásico, costoso, ineficiente. Reclamá a los ediles, estos esbirros cómplices del saqueo socialista al fruto del trabajo de los rosarinos, cómplices de la ineficiencia que está fundiendo a la ciudad. Reclamales, porque con tus impuestos les estás bancando el sueldo.

Y, Fein, un consejo: si querés ser realmente revolucionaria terminala con esta sarta de pavadas. Bajá la alícuota de la TGI y dejá que las personas que ustedes mismos dejaron marginadas en las afueras de Rosario y sin servicios básicos puedan vivir en la ciudad de Rosario. Si querés ser revolucionaria no robes lo ajeno. Si querés realmente ser revolucionaria no obligues a los funcionarios a morfarse un viaje en bondi los viernes -todos sabemos que es insufrible- y dejá que empresas privadas puedan ofrecer el servicio, un mejor servicio. Da lugar a la competencia. Si querés ser realmente revolucionaria cortala con avalar el aumento de sueldos de los concejales. Si querés ser realmente revolucionaria dejá de gastar tiempo en esos proto-proyectos inservibles como los carriles exclusivos, el Helado Artesanal, la Caravana de los Deseos; mirá más allá y fijate cómo Rosario está financiando a toda una Provincia. Y si querés ser aún más revolucionaria apoyá el proyecto de la autonomía municipal.

Socialistas = kirchneristas buena onda y con modales

Socialistas = kirchneristas buena onda y con modales

El Estado somos todos

Está en boca de muchos decir, cuando uno se queja de malos manejes del Estado, la frase “pero el Estado somos todos”.

 

Yo no estafé a varias generaciones con falsas promesas de jubilación.

Yo no imprimo billetes sin respaldo, robándole el poder adquisitivo a los que están en manos de mis conciudadanos.

Yo no le robo cerca del 50% de su sueldo a mis compañeros trabajadores.

Yo no adoctrino a tus hijos con un sistema que fue pensado hace más de 150 años para formar soldados y empleados industriales.

Yo no mandé a pibes de 18 años a morirse en una cruzada quijotesca contra uno de los mejores ejércitos del mundo.

Yo no le transpasé al pueblo las deudas de los empresarios amigos que se habían endeudado en la timba financiera.

Yo no arrasé con varios pueblos originarios para expandir el territorio nacional.

Yo no le di esas tierras conquistadas a 344 familias aristócratas amigas del poder.

Yo no convertí el campo en un monocultivo de soja, con la aplicación de retenciones y prohibiciones.

Yo no hice desaparecer el pan blanco en 1952.

Yo no meto en la cárcel a los que eligen meter en sus cuerpos ciertas plantas o sustancias sin afectar a nadie más.

Yo no obligué a todas las generaciones hasta los 90’s a hacer el servicio militar obligatorio.

Yo no construí obras que benefician solamente a algunos empresarios o sectores afines, con la plata de los contribuyentes.

Yo no confisqué las jubilaciones de gente que había optado por irse del sistema piramidal estatal a uno un poco menos peor.

Yo no le impuse a mis conciudadanos un corralito para que no pudieran retirar sus ahorros.

Yo no le pesifiqué las deudas a mis empresas amigas 3 a 1, mientras los ahorros de la gente se pesificaban 1 a 1.

Yo no le impido a mis conciudadanos establecer relaciones comerciales mutuamente beneficiosas con el exterior.

Yo no persigo a los espacios de arte independientes con leyes obsoletas, habilitaciones absurdas e inspectores corruptos.

Yo no censuré a la prensa, ni a la música, ni a la literatura.

Yo no reprimí las protestas sociales.

Yo no metí presos a mis rivales políticos.

Yo no desaparecí a 30.000 personas durante la última dictadura.

 

Por todo eso y más, “el Estado somos todos” las pelotas.

 

Son éstos.

Son éstos.

Cómo no vas a ser

¿Cómo no vas a ser estatista y kirchnerista así?

Dante Gullo

Diputado cuyos hijos reciben un palito verde por año.

El diputado Dante Gullo tenía parte de una empresa dedicada a la gráfica desde 1987. En 2004 la compró toda y empezó a recibir jugosas sumas de pauta oficial. En el 2008 la puso a nombre de los hijos. Entre mayo de 2009 y octubre de 2012 cobró del estado un total de $13.000.000.- Sí, trece millones de pesos por hacer propaganda oficial, un tipo que ocupa una banca de diputado. Si eso no es afano y corrupción, ¿Qué carajo es?

¿Cuánto tiene que laburar un comerciante común o un empleado para facturar trece palitos? ¿Cuánto tiene que patear la calle un vendedor para conseguir clientes por esa guita? Qué extraño que para la mayoría de los argentos el empresario que factura un palito verde por año es un malvado capitalista explotador al que hay que expoliarlo para la «redistribución», pero ni se calienta cuando un funcionario de cuarta se arma un curro por la misma guita con la de todos.

Conecto esto con mi artículo anterior «Yo Los Ví», y con algunos comentarios que ví en los que me describían como «un Hache De Pé al que sólo le importa la guita». Aprovecho y contesto que, en todo caso, si soy un hijo de remil puta al que solo le gusta la guita, es la guita que gané usando mi esfuerzo y mi productividad, prestándole servicios voluntariamente a los demás. Es un problema mío qué carajo hago yo con esa guita, en qué la gasto y si tengo o no una vida banal, si hago negocios o si la prendo fuego para encender habanos, vestido con un frac y usando monóculo y galera.

Ahora, el que vé todos los curros que arma el estado, el que ve los defalcos que se producen día a día usando el poder y no recibe de ahí un mango, pero se alegra de que le saquen «a los que más tienen» para hacerse unos hoteles cinco estrellas, vivir en Puerto Madero o tener un curro de un palito verde por año, ese tipo que defiende a los que solo les importa la plata…afanada a los demás. Este tipo – que ve al estado en todo su esplendor de corrupción y fracaso constante, mientras los acomodados de turno la pasan bomba –  este tipo ¿qué es? Este tipo es un forajido y resentido, pero sin huevos para ir a tomar lo ajeno. Es un pobre pusilánime envidioso, que se contenta con que otros cometan el afano y vivan la gran vida, mientras los aplaude como foca. Qué existencia tan triste.

Yo los ví

Wally

¡Yo también!

Me hablan de la necesidad del estado presente. Me chamuyan con las bondades del estatismo y lo maléfico del libre mercado. Me tienen las bolas al plato con las maravillas del estado y lo pintan como si fuera algo mágico. Y yo me pregunto en qué país vivieron. Me hablan de todo lo lindo de un estado que te afana la mitad de lo que ganás y todo lo que hace, como si fuera Suecia. Pero yo nací en Argentina. Pero yo los ví.

Yo los ví, ya de muy chiquito, cagándolo con la jubilación a mi bisabuelo.

Yo los ví jubilándolo a mi abuelo con la mínima, a pesar de que había laburado en grandes bancos y empresas.

Yo los ví no pagándole la jubilación a mi abuela, por más que había ganado el juicio y tenía sentencia firme. No pagándole hasta que se murió.

Yo los ví a los radicales tirándole el dato a un tío abuelo que era del partido: «Malvendé todo lo que tengas, el auto, la casa, lo que sea y comprá dólares, porque se viene una devalueta de aquellas y te vas a llenar de oro». Un tipo pragmático que no lo hizo, pero la devalueta se vino. Y evidentemente unos cuantos se llenaron de oro.

Yo los ví a los profesores y a los directivos del colegio técnico público afanándose cantidad de herramientas, materiales, computadoras, discos rígidos que aparecían en sus negocios particulares. Yo los ví rosqueando cargos y armando los concursos para ellos y sus amigos durante las reestructuraciones de planes educativos. Yo los ví a los profesores de inglés sin poder enseñar el tiempo presente a los alumnos después de cinco años de clases. Yo lo ví a un profesor dictándome la guía telefónica en clase.

Yo los ví, a cantidad de familiares de funcionarios del municipio acomodados en cargos, tomando mate todo el día y boludeando, con muy buenos sueldos. Yo los ví a muchos tratando de cumplir el «argentinian dream» acomodándose también, porque ahí «no te echan más». Yo los ví a los proveedores del municipio levantándola con pala.

Yo los ví a los familiares, acomodados en funciones para las que no estaban capacitados ni cerca. Yo los ví a los dueños de empresas constructoras nuevitas pasar de canillita a campeón de la noche a la mañana por contratos con el municipio.

Yo los ví, a los que consideraba los más vagos del CONICET, hablando de lo inútiles y vagos que eran otros (imaginensé), lo cual después comprobé en persona.

Yo los ví armar un curro con un préstamo de la provincia para construir un hotel cinco estrellas, que estuvo parado durante por lo menos diez años.

Yo lo ví al intendente extorsionando a dos empresas para que le paguen la sentencia de un juicio que había perdido contra mi viejo. Después de que eso fracasó, yo lo ví al mismo intendente usando el estado para pararle a mi viejo las habilitaciones de cierto negocio que estaba haciendo, a modo de venganza.

Yo los ví a los diputados y senadores votando y luego a todo el ejecutivo poniendo en práctica una ley por la que le afanaron al viejo de un amigo 50 lucas de aportes voluntarios.

Yo los ví.

Esto es lo que me vino a la cabeza en diez minutos, y apuesto a que todos tenemos cantidad de ejemplos así. Me gustaría leer lo que nos puedan contar algunos que sus viejos hayan laburado en Entel o la vieja YPF.

Vuelvo a preguntar ¿en qué país vivieron todos los que predican las maravillas del estatismo? Argentina es un país que está adelantado. Adelantadísimo. Los suecos todavía no se dieron cuenta, como sí nosotros, QUE EL ESTADO ESTÁ PARA AFANAR. Esto nosotros podemos sostenerlo como «verdades auto evidentes».

Así es que, cuando algún argentino defiende al estado elefantístico, tené por seguro que está entre sus aspiraciones estar del otro lado del mostrador: conseguir un cargo, armar un curro, ser proveedor, sacar alguna ventajita con una prebenda, traba o subsidio.

Y acordate siempre, que vos también los viste, infinidad de veces.

Contradicciones

Amigo de mis viejos, peronista de toda la vida, y ahora kirchnerista. A favor del régimen. Sin embargo, la última que hizo fue ir a Paraguay y comprar en Ciudad del Este infinidad de repuestos y chucherías para celulares, y meterlos de contrabando en el país, para que su negocio siga funcionando.

Papá de un amigo, Kirchnerista a viva voz. Se va de vacaciones con la flia. a Nueva York, tarjeteando a más no poder, para poder pagar con dólares al cambio oficial.

Amiga, anti-K. Putea porque paga casi 1.000 pesos de impuesto a las ganancias trabajando en relación de dependencia. Cuando le digo que el PL propone eliminar el impuesto a las ganancias (que hasta la reforma del 94 era inconstitucional), dice que no lo quiere eliminar, sólo quiere que levanten el mínimo imponible. Claro, para no ser ella quien lo paga.

Otra amiga anti-K: está de acuerdo con que los boliches no puedan vender alcohol después de las 5 de la mañana y cierren a las 6 por ley, así la gente tiene esa horita para ponerse sobria y a- no hagan quilombo sonoro que molesta a los vecinos, b-estén en condiciones de manejar de vuelta a su casa. Fin de semana siguiente: se vuelve a su casa manejando borracha.

La ley esta bien para todos, menos para mí.

Primer amiga anti-K, de vuelta: está de acuerdo con que por ley no se pueda fumar en bares y boliches. Sin embargo, no tiene problemas en fumar en cierto boliche que frecuentamos, en el que evidentemente tienen coimeado a algún inspector, porque fuma todo el mundo (salvo los no-fumadores como yo, que vamos igual porque tiene onda).

Misma amiga (no es que la tenga de punto, es que tengo muy fresca una charla): está totalmente en contra de que se legalicen las drogas, pero cada tanto se fuma un porro.

 

Hay veces que pienso que el mundo no tiene solución.

¿No deberíamos ser coherentes con las ideas que pregonamos? Creo que es el único camino hacia una sociedad virtuosa.

Los invito a compartir más contradicciones que los toquen de cerca; hoy estoy con ánimos masoquistas.

Sin respeto.

Una de las (incoherentes) críticas que recibió la marcha del 13S es la de qué eramos un grupo de bien acomodados de clase media – bien vestidos – llenos de odio, agresión, insultos y hasta deseos de cárcel y muerte hacia ciertos funcionarios públicos.

No me sorprende, ni me molesta que desde el kirchnerismo salgan con estas vacías acusaciones a pretender acallar las voces de la libertad que se están erigiendo por fin en este país. Pero me duele y me deja perpleja que desde los propios «caceroleros» pretendan desmentir esto, validando esas críticas a la vez que se muestra una continuidad de la sumisión, al menos en el aspecto discursivo.

Quiero ser muy clara. Por supuesto que estamos enojados, calientes, saturados, HARTOS de que nos pisoteen y nos tomen de pelotudos. Por supuesto que vamos a insultarlos, exigirles que atiendan nuestras demandas, y que nos respeten. No se pude pelotudear a un pueblo durante tantos años y pretender no generar odios, rechazo y un sinfín de sentimientos negativos.

 

La presidente es una enferma, cínica, hija de puta que habla de democracia cuando sus acciones son absolutamente autoritarias. Que se llena la boca con mentiras, estadísticas inventadas, índices de pobreza inexistentes. Ignora la constitución nacional, ley sagrada si las hay, y hasta pretende reformarla para quitarle su espíritu de libertad. Nos amenaza por cadena nacional al mismo tiempo que nos ignora. Se cree ama y señora del país, dueña de nuestras vidas y de nuestros destinos. Nos impide progresar, trabajar, crecer, vivir, aprender…

Nos tienen arrinconados, Moreno, Boudou, Echegaray, y todos sus secuaces. Nos impiden transitar libremente por el mundo, comerciar, comprar y vender como nos plazca, nos condenan a la miseria, a vivir angustiados, a no saber si volvemos vivos a casa, a tener que agradecer que «solo nos robaron y no nos hicieron algo más», a pagar más del 50% de nuestros bien merecidos sueldos para mantenerlos a ellos y a todo su aparato de propaganda nazi (sí! nazi!! si usan las técnicas de Goebbles a una perfección inimaginada por él mismo), y a mantener el asistencialismo que está destruyendo las bases que construyeron este país con trabajo, esfuerzo y mérito.

Nos obligan a corrompernos o a ser sometidos, nos toman el pelo, nos asfixian con medidas cada día más restrictivas, nos tienen vigilados como si fuésemos criminales, criminalizan las acciones más normales cómo comprar monedas extranjeras o disentir con el gobierno.

Destruyeron por completo la República, con una ausencia de poderes independientes que no tiene precedentes. No hay justicia, no hay jueces capaces de hacerle frente al avasallamimento de los derechos individuales. No hay legisladores que se precien de representar al pueblo. Hacen las leyes a su antojo, la mayoría bien inconstitucionales por cierto. Gobiernan para ellos mismos, ni siquiera para la mitad del país que los votó. Y lo hacen todo bajo la bandera de una democracia que ni siquiera es nuestro sistema de gobierno vigente. Argentina es una REPÚBLICA, en la que el estado de derecho, es decir, el gobierno de la LEY, debería primar por sobre cualquier persona que ocupe un cargo público.

Nos han quebrado en dos bandos, en los que la ausencia de diálogo es ensordecedora, genera impotencia absoluta no poder disentir sin discutir, no poder presentar alternativas, no ser escuchado, no ser representado, no ser respetado.
Las minorías esta doblegadas a obedecer los caprichos de las supuestas mayorías, que no son más que clientes de este gobierno corporativista. Nos llenan la cabeza de boludeo nacionalista, apelando a un orgullo xenófobo de qué algo producido en territorio argentino tiene más mérito vaya uno a saber porqué… Pero la realidad es que la industria nacional no crece, porque como todo en el relato, es un verso más.

Gobiernan de palabra en todo lo relativo a la libertad, la prosperidad y la igualdad ante la ley, deshaciendo con sus controles y regulaciones todo lo que dicen defender.

Y esta lista podría seguir eternamente. No tiene nombre lo que nos están haciendo. Nos están quitando la dignidad, nos están esclavizando, nos están exprimiendo y oprimiendo.

¿Y pretenden que salgamos a la calle a protestar educadamente? Después de años de sufrir su cinismo y su sadismo, sus faltas de respeto, sus abusos, sus caprichos. No. Por supuesto que no. No les debemos ningún respeto, y no nos debemos ninguna represión en las formas en que reclamamos lo que nos corresponde y estos vándalos nos robaron.

Son unos hijos de puta, y queremos que nos dejen de pelotudear. No hay otra manera de decirlo. Somos pacíficos en las protestas. Somos republicanos en los métodos. Pero no nos exijan (no nos exijamos!) ser «educados» en las palabras. Nuestros carceleros, represores, opresores, no merecen respeto, no merecen nuestra educación. Merecen todos y cada uno de los insultos que se pronuncian hacia ellos. Y nosotros merecemos poder putearlos en paz. Este es el resultado de años de sometimiento. Ahora: orgullosos, dignos, con la cabeza levantada, putiémoslos sin dudarlo! Hasta que entiendan que hasta acá llegaron, que ahora les decimos BASTA.

Guarda con la manifestación

Turba Iracunda

¡Caceroleo y Antorchas!

Manifestarse masivamente en contra de la administración actual del estado puede parecer muy bonito, una victoria del pueblo y traer la sensación de que «las cosas están cambiando».

Hay que tener cuidado, porque muchas veces no se entiende cuáles son las causas subyacentes de los problemas que llevan a esas crisis y manifestaciones, y se termina en una situación mucho peor.

Quejarse contra la corrupción sin entender que «La ocasión hace al ladrón» y que solo puede haber corrupción, coimas y enriquecimiento de los funcionarios si el estado tiene la potestad de inmiscuirse en todo tipo de relaciones voluntarias y económicas de las personas, no va a solucionar nada. Hoy están Boudou y De Vido, y mañana estarán otros haciendo lo mismo.

Quejarse por la inflación y no entender que es sólo por culpa del estado que te fuerza a usar sus papelitos pintados y que en unas pocas décadas la moneda (bueno, «moneda» es un término que le queda GIGANTE a cualquier billete que emita el estado argentino), está condenado a caer una y otra vez en hiperinflaciones y devaluaciones.

Quejarse de que los representantes responden al oficialismo del gobierno central y no a sus provincias y municipios, pero no exigir la demolición total de la AFIP y que la recaudación impositiva se haga a nivel municipal o provincial, es no entender nada de nada. El que maneja la caja, maneja las voluntades de los que están en su nómina. Lo dijo De La Boetié en el 1500 y pico y ya es hora de que lo vayamos entendiendo: Si no tenés la posibilidad de echar a patadas a tu empleado estatal cuando no cumple con su trabajo, estás totalmente frito.

Quejarse por el multimedios oficialista y por los propagandistas oficiales que van a prepotear a las manifestaciones y no exigir que el presupuesto de pauta oficial sea ABSOLUTAMENTE CERO, no va a eliminar nunca a la prensa adicta que existe en el país desde los 40’s.

Quejarse de que no te dejan importar un remedio pero creer que poner restricciones aduaneras va a «fomentar la industria nacional» y no darse cuenta de que esa arbitrariedad es solo una oportunidad para lobbystas y políticos berretas y nacionalistas, y que lastima de forma casi irrecuperable la verdadera industria nacional, te condena a vivir en un país que atrasa 50 años.

Quejarse de que no hay libertad, pero defender la  «educación pública», a través de la que ya sabés que los políticos y propagandistas utilizan para adoctrinar niños y jóvenes (por parte de la derecha en gobiernos de facto, por parte de la izquierda en la actualidad), tratando de imponer su visión del mundo como única, es un mero acto de hipocresía.

Y así podría seguir toda la tarde.

Manifestarse contra el estado pidiendo más estado, no va a funcionar. Así fue en 2001 y se pasó de un estado ineficiente y corrupto a un estado diez veces más ineficiente, diez veces más corrupto, que pisotea la Constitución cada vez que puede, patotero, generador de resentimientos sociales y que con su aparato clientelista de gasto infinito hizo desperdiciar el mejor momento histórico de circunstancias por las cuales todo el país podría haberse beneficiado.

Acordate que:

– Usan tu plata para enriquecerse, enriquecer a sus amigos y enriquecer a sus testaferros.

– Usan tu plata para comprar medios y decirte que sos un inútil, golpista, mal tipo, egoísta, forro, sin conciencia social, dictador amigo de Videla.

– Usan tu plata para adoctrinar a tus hijos y sobrinos y para que sean ovejitas y esclavitos.

– Usan tu plata para financiar todo tipo de subsidios individuales que les generan votos, y con esos votos te dicen «Como tenemos más ovejas que pusieron papelitos en una caja, te tenés que joder».

– Usan tu plata para decirte cómo hacer tu negocio, cuánto comprar, cómo producir, cómo vender, cuántos empleados tener, cuánto pagarles y si podés o no echarlos.

– Usan tu plata para que un patotero y una patotera te digan qué podés comprar y qué no y obligarte de hecho a comprarles a sus amigos a precio vil.

– Usan tu plata para apretar gente, en especial a comerciantes y empresarios con los que vos tenías una relación de intercambios pacíficos.

– Usan tu plata para decirte si podés o no salir del país, si podés obtener los medios monetarios para hacerlo o, si los conseguiste en el mercado negro, para tildarte de criminal y mandarte los perros.

Manifestate y acordate que todos estos tipos SON TUS EMPLEADOS. Y que el día que TUS EMPLEADOS te dicen QUÉ HACER y CÓMO VIVIR mientras te exigen que les entregues tu guita para que ellos hagan todo lo contrario y vivan como reyes, estás completemente en el horno. SOS UN ESCLAVO.

Manifestación con rebelión fiscal.

Crónica de un viaje a Angola

«Pesimista es aquel que cuando puede escoger entre dos males, elige ambos.»  — Oscar Wilde

No vamos a perder la oportunidad de recorrer con Cristina Fernández la República de Angola, y sus intervenciones en los diferentes espacios que visitó en la ex-colonia portuguesa. Omitiremos hablar de episodios menores, como la distribución de medias con la inscripción «Clarín Miente», y evitar distraernos con asuntos menores como el baile de la jefa de estado, pues la verdad ha sido, tal vez, la acción mas inocua de la gira, y quizás de su presidencia.

Mucho más grave es resaltar el pernicioso esquema de créditos estatales para que angoleños puedan comprarle a empresarios argentinos, o en otras palabras, que los contribuyentes financien las compras de los empresarios de Angola, a tasas que ningún argentino podría acceder jamás, para que le compren a los mismos que reciben una y otra vez privilegios por parte del gobierno.

Ya de por sí el viaje a Angola es un episodio sumamente extraño, un grupo de empresarios llevados de la mano del secretario anti-comercio a vender vacas, golosinas y motos a uno de los países mas pobres del mundo. Claro está, que el gobierno de Angola y el argentino comparten los mismos valores (anti-valores) de la corrupción y el corporativismo, sino no se entiende tamaña empresa al insólito país.

Ella y Él

Cuando Jorge Lanata le preguntó a Timermman sobre los derechos humanos en Angola, no dijo nada. Por suerte, Cristina Kirchner, en un discurso frente a la Asamblea Legislativa en Luanda, aclaró la posición argentina respecto del país que, hace 33 años, gobierna  José Eduardo Dos Santos,  cuando consideró a Angola un país democrático:

Recién mencionaba el señor Presidente cuando finalmente en el año 2002 cesó la guerra civil que enfrentara al país por casi 22 años. Quienes han pasado por una guerra o quienes hemos pasado también por largos períodos sin democracia en nuestro país, porque se desarrollaban en él escenarios de la guerra fría, como también sucedió aquí en Angola, sabemos de los valores insustituibles e irremplazables que tiene la democracia, la participación popular, la voluntad libremente expresada para elegir presidente, diputados, para poder como instrumento, como ese gran instrumento que es la democracia, lograr el objetivo final que es precisamente el de construir una sociedad más justa, más equitativa, más inclusiva.

Otra de las imagenes tristes, por lo menos para los que tenemos que trabajar todos los días y financiar estos viajes, o para los que tienen que ofrecer un producto o servicio en el mercado y competir contra otros, es la que se dió en la feria de Angola. Ese circo armado para continuar con la propia mentira que ellos mismos se fabrican, que ha llegado hasta el punto de mostrarse triunfantes en Angola, la tierra de los 54 años de esperanza de vida, como parámetro de progreso.  Y me refiero a los obsecuentes pseudo-empresarios que viajaron a aquél país, que han demostrado cuan bajo han caído y como no existe ni un ápice de dignidad en su actividad, en el momento que la mano que maneja el garrote que les da de comer, empezó a nombrar los productos que se comercializaban en la feria y todos comenzaban a gritar que es lo que habían traído (ir al 2:45 para ver la patética imagen):

La Argentina hace ya rato ha dejado de ser una república, y sus ciudadanos se han convertido en súbditos, y la evidencia se acumula en forma constante. Esta vez, cuando la misma presidenta no duda en burlarse de que las estadísticas que ofrece el INDEC son falsas, en su enésimo discurso en tierras africanas:

Yo recuerdo un censo del año 1778 elaborado por el entonces virrey del Río de la Plata, don José Vértiz y Salcedo, que hablaba que la mitad de la población de la ciudad, esto es la vieja Buenos Aires y la campaña circundante, tenía un 50 por ciento de población de origen afro. Sí, señor Presidente, no era del INDEC el censo, era del virrey….los argentinos me van a entender el chiste, ustedes no lo van a entender pero después le contamos por qué lo digo; no era un censo del INDEC sino que era un censo del virrey Vértiz donde el 50 por ciento de la población eran negros, de origen africano

El discurso no tiene desperdicio para los que quieran hacer una análisis de la personalidad egocéntrica y megalomániaca de la presidenta, pero insisto, no nos detengamos en asuntos menores. ¿Y el INDEC? ¿Reformarlo? No, eliminarlo.

Por último, y para dejar de lado la mirada argentina sobre la excursión africana,  el Jornal de Angola, al aparecer el diario mas importante de ese país, desestima la caracterización que hace el gobierno, en este caso el embajador argentino, sobre la economía del país, entrecomillando el «considerable» crecimiento económico de un país sumido en la mayor de las pobrezas:

O embaixador da Argentina em Angola, Juan Agustin Caballero, em declarações à imprensa, disse que a visita de Cristina Kirchner está a ser encarada com muita expectativa pelo governo do seu país, que considera Angola um potencial parceiro de futuro, tendo em conta o seu “considerável” crescimento económico.

Ni ellos quieren hacerse cargo.

Un vistazo al circo montado en Angola no nos deja otra conclusión más que admitir que el viaje fue una parodia de lo que padecemos todos los días en este país, aunque con un toque adicional de pobreza, surrealismo y color, la aventura angoleña no es muy diferente a la aventura argentina, que al final del día se va a terminar pagando caro, mucho más de lo que creen.

Gracias, pero no es MI patrimonio

[Publicado originalmente el 8 de octubre de 2011 en La Crisis es FilosóficaVer post original]

Hay notas que suelen pasar bastante desapercibidas en los medios. Y se entiende. El desabastecimiento de nafta, la inflación, Cristina lamentando su viudez y los abominables crímenes que azotan a nuestra población acaparan toda la atención.

Sin embargo, hay un tema que me desvela. En la edición online del diario La Nación de hoy hay una nota de Ángeles Castro referida al “casco histórico” de nuestra querida ciudad.

¿De qué se trata? De ahora en más, si la ley te incluye en la nueva delimitación, no podrás modificar la fachada del edificio, nadie puede construir algo de más de 32 metros, y no se pueden agregar nuevas marquesinas publicitarias. ¿Y todo esto por qué? ¡Pues claro! Para proteger el patrimonio histórico de la ciudad.

Más allá de la novedad, lo que me llama la atención es la cantidad de simpatías, loas y felicitaciones que esta nota ha suscitado en el grupo de variadísimos comentaristas del diario. Las alabanzas van desde cosas como “Muy auspicioso que haya salido esta ley. Todo lo que vaya en dirección de proteger el patrimonio, vale” hasta reflexiones más trascendentales como “¡Qué buena noticia! Una ciudad que respeta su patrimonio construido, reafirma su identidad” y aún gente que exige profundizar el modelo proponiendo “…hacer algo parecido con ciertos edificios en los barrios…”. En fin, la diversidad en los comentarios sólo va de muy bueno a superfantástico.

Ahora bien, empecemos por definir qué es el patrimonio histórico. ¿A qué se refiere la legislatura porteña cuando habla del APH? ¿Es aquello que ellos, muy expertos todos en construcciones, deciden que debe preservarse y qué puede transformarse en shopping? ¿Y por qué ellos? ¿Quién es el señor Di Stéfano para arrogarse la voluntad de todos y decidir sobre este tema? ¿Quiénes son ellos para decirle a un industrial o emprendedor que su edificio debe tener sólo 32 metros? ¿Dónde está escrito que la función del gobierno es velar por la armonía arquitectónica del territorio?

Por otro lado ¿Qué significan los 192 edificios protegidos que no pueden demolerse y que debe mantenerse la fachada? ¿Quiere decir que, por ley, obligaremos a las personas que legítimamente compraron estos departamentos a incurrir en gastos extra para mantenerlos cuando quizá no tenían pensado hacerlo? ¿Cómo lo pagarán?

¿O será que de ahora en más utilizarán nuestro dinero para que esos propietarios no sólo tengan la fachada bien mantenida sino que (puesto que tienen el mantenimiento subsidiado) el precio de su inmueble se vaya a las nubes? Porque no querría pensar que lo que hay detrás es una nueva empresa que (¡oh, casualidad!) se dedica a mantener edificios antiguos y cuyo único cliente pasa a ser el gobierno porteño.

Y por último ¿por qué tanta gente aplaude la medida? Las razones no las conozco, pero el hecho es que parecen ser muchas.

Entonces, si tanta gente apoya estas ideas, no sería mejor crear la fundación “Preservamos los Edificios que nos Parece que Tienen un Valor Especial”. ¿Cuál es la necesidad de sumarme a mí a la causa cuando no me interesa en lo más mínimo si la calle Florida cambia su fisonomía? ¿No se trata de una imposición arbitraria?

Si queremos tener un gobierno democrático, su esencia debe pasar por el respeto de la voluntad de las minorías. Y ni el patrimonio histórico, ni el crecimiento con equidad, ni la preservación de la cultura pueden aceptarse como excusa para que ese principio se viole.

Es una lástima que el PRO, que desea presentarse como alternativa al fascismo gobernante, incurra sistemáticamente en los mismos errores.

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