Juez, Jurado y Verdugo

Verdugo

«Les vamos a cortar las tarlipes si hablan» – AFIP Dixit

Cuando un ciudadano tiene un problema patrimonial con otro, por ejemplo una deuda o un incumplimiento de contrato, éste debe acudir a la justicia, pasar por un proceso bastante extenso y burocrático, donde el demandado puede defenderse, presentar pruebas, llamar testigos, plantear una estrategia, etc, etc. La situación tiene tres posibles desenlaces:

a) Gana el demandado. No se pudo comprobar que la deuda fuera tal. El demandante paga las costas del juicio.

b) Gana el demandante. La deuda es probaba legítima y el demandado deberá pagarla, así como también las costas. Puede hacerse un plan de pagos o, en caso de negarse, proceder legalmente sobre el remate de bienes actuales o futuros (un porcentaje del salario), hasta que la deuda quede saldada.

c) Se llega a un acuerdo, en el que probablemente el demandado deba desembolsar una suma en uno o varios pagos.

Lo que tienen en común las tres posibilidades, es que en ninguna el demandado es forzado a cesar su actividad económica. A lo sumo pueden congelarse algunos assets económicos, a fin de que el demandado no se insolvente a propósito para no pagar.

¿Cómo es posible que cuando se trata de un problema patrimonial entre un ciudadano y el estado, la situación sea completamente diferente, como podemos ver acá?

1 – No existe instancia judicial. El inspector es Fiscal, Juez, Jurado y Verdugo. No se pueden presentar pruebas ni justificaciones.

2 – La sentencia es inmediata.

3 – Se prohíbe a la parte «demandada» (en realidad, patoteada) seguir ejerciendo su actividad económica.

Esto no pasa solamente en Argentina, es mundial, y creo que necesitamos un psiquiátrico grande como el sistema solar para meternos a todos ahí adentro.

¿Cómo no nos llama la atención este delirio? ¿Cómo podemos considerarnos libres, si una facción, un grupúsculo de personas puede accionar contra nosotros legalmente de una forma que nosotros jamás podremos accionar?

Si somos iguales ante la ley, el estado también es igual. Por lo tanto, debería respetar los procedimientos:

1 – Avisar sobre la situación y sobre la demanda sobre supuesta «evasión» fiscal.

2 – Presentar las pruebas necesarias de que esos supuestos comerciantes estaban pagando menos impuestos que los debidos, desde cuándo y cuál sería el monto exacto. Por ejemplo, pruebas de que hace un mes o hace un año el local tenía el mismo tamaño, cuáles eran los precios, cuáles eran los costos y cuál sería la diferencia que se está «adeudando».

3 – Permitir que el tipo presente sus contra pruebas, testigos, etc. etc.

4 – Evidentemente el tipo no está intentando hacerse insolvente. En caso de que esté en una «categoría equivocada» y que eso se pueda comprobar en el momento, podría simplemente rectificarse el detalle, ponerlo en la categoría correcta, y que siga operando como siempre.

Hoy por hoy se asume que una persona debe pagar impuestos, y que no pagar es ser un pecador. Además, el estado tiene el poder total de cambiar cualquier regulación y dejarte en off-side. Finalmente, el fisco tiene la potestad de actuar de hecho sobre tu patrimonio. Y pueden llegar a dejarte arbitrariamente en la calle. Ya sea porque te tocó o porque dijiste algo que al funcionario de turno no le gustó.

Mientras esa discrecionalidad exista y la facción gobernante pueda dejarte sin techo y sin comida, no puede haber libertad.

Con la mía no

“Ustedes lo único que quieren es no pagar impuestos”  es una de las acusaciones que más recibimos los libertarios, como ya hemos visto por parte de diversos comentaristas (¿komentaristas?) del blog.

The Taxman Is Watching

I’m the taxmaaaaaan…

Y es cierto, los libertarios de todo el mundo estamos en contra de los impuestos por dos razones fundamentales:

Razón moral: Los impuestos violan el Principio de No Agresión.

Razón utilitaria: la asignación de recursos es mucho más eficiente hecha por las partes interesadas que por un ente de planificación central.

Quiero agregar a estas dos razones “idealistas” por así decirlo, un par de motivos más piensaenlatierristas: cantidad y finalidad de esos fondos.

Si estuviésemos hablando de lo que hasta hace no más de un par de décadas considerábamos un país normal, esto sería un lugar donde el estado se encargaba de no mucho más que:

– Hacer los caminos y alguna otra infraestructura.

– Proveer las cortes de Justicia.

– Administración de municipios, provincias/estados y cuerpo diplomático exterior.

– Cuerpos de seguridad interior y exterior.

– Algún seguro de desempleo, algún subsidio a la demanda de transporte y pensiones.

– Salud pública.

– Educación, preferentemente a través de vouchers.

Y a la vez sufriéramos una presión fiscal de un 30 – 35%, plantearía un escenario a largo plazo. El famoso “Proyecto Multi-Generacional” del que habla Molyneux, con una impronta muy fuerte en la educación y en la crianza.

Así, cada uno podría tener una vida razonablemente apasible, dedicarse a hacer lo que le gusta, incluyendo algún tiempo para la causa libertaria (más, menos, aporte de tiempo o recursos, depende de cada uno).

Ahora, qué pasa cuando los que detentan el poder del estado se quedan con un 50 – 60% del fruto de nuestro trabajo, no cumplen o cumplen a medias y muy mal todas las funciones de arriba y, al mismo tiempo:

– Usan tu guita para meter en el sistema educativo/adoctrinador a una cantidad de resentidos cuyas ideas políticas y económicas resultaron en la muerte y masacre de cientos de millones de personas.

– Usan tu guita para armar un sistema de subsidios que destruye los incentivos para brindar energía y transporte, con la consecuente pérdida y degradación del capital instalado que lleva a escasez y accidentes. Además de haberse quedado con suculentos retornos de dichos subsidios.

– Usan tu guita para armar un conglomerado de medios y corromper periodistas, o agrandar a cuatros de copas para hacer una incesante campaña propagandística donde ellos son los buenos y los paladines de la libertad, mientras que vos sos un malvado hijo de puta que quiere niños muertos de hambre en las calles.

– Usan tu guita para montar un aparato de persecución de personas, utilizando al fisco como regla moral y mafia al mismo tiempo, apretando a todo aquel cuyo discurso no esté con ellos.

– Usan tu guita para decirte cómo organizar tu negocio, cuántos empleados tener, cuánto pagarles y cómo. Por supesto, pueden forzarte a hacerlo y todo.

– Usan tu guita para restringir la cantidad de productos y servicios a los que podés acceder, con las obvias consecuencias de baja de la calidad y aumento de precios.

– Usan tu guita para poner matones en los aeropuertos internacionales, que aprietan a los ciudadanos que regresan del exterior, amenazándolos por cruzar una línea imaginaria con bienes hechos del otro lado. Y hay de vos si te llegan a agarrar con algo.

– Usan tu guita para darle beneficios a emprebendarios amigos de ellos en forma de subsidios o ventajas, por las que claro, recibirán también retornos (o serán de testaferros).

– Usan tu guita para imprimir billetes a lo loco, para impedirte refugiarte en alguna moneda más dura y para obligarte de hecho a pagar el impuesto inflacionario a vos y a todos.

– Y, finalmente, utilizan tu guita para armar regulaciones y esquemas que hacen inviables varios territorios, convirtiendo a los habitantes de los mismos en dependientes de la dádiva estatal. Así, quedan a merced de los repartidores, señores feudales como Insfrán o la “gobernadora” Milagro Sala. Estas personas que están al borde de la marginalidad, se convierten entonces, por adoctrinamiento, necesidad o ambos, en esclavos de los que la reparten. Los arrían, los llevan a actos, los usan como medida de fuerza para ver quién tiene más ovejas. Y están a total merced de la voluntad de los señores. El que disiente o hace algo que no les gusta, queda afuera como mínimo y habría que ver cómo pueden reaccionar el resto de los siervos y hasta dónde llegarán para ganarse el favor del amo. Una indignidad realmente vomitiva.

Ahora, después de este listado de acciones estatales que son claramente inmorales, me gustaría que alguien de nuevo me acuse de no querer pagar impuestos. No pagar por una razón moral, no colaborar con un régimen populista asqueroso, te convierte en héroe.

El Estado somos todos

Está en boca de muchos decir, cuando uno se queja de malos manejes del Estado, la frase “pero el Estado somos todos”.

 

Yo no estafé a varias generaciones con falsas promesas de jubilación.

Yo no imprimo billetes sin respaldo, robándole el poder adquisitivo a los que están en manos de mis conciudadanos.

Yo no le robo cerca del 50% de su sueldo a mis compañeros trabajadores.

Yo no adoctrino a tus hijos con un sistema que fue pensado hace más de 150 años para formar soldados y empleados industriales.

Yo no mandé a pibes de 18 años a morirse en una cruzada quijotesca contra uno de los mejores ejércitos del mundo.

Yo no le transpasé al pueblo las deudas de los empresarios amigos que se habían endeudado en la timba financiera.

Yo no arrasé con varios pueblos originarios para expandir el territorio nacional.

Yo no le di esas tierras conquistadas a 344 familias aristócratas amigas del poder.

Yo no convertí el campo en un monocultivo de soja, con la aplicación de retenciones y prohibiciones.

Yo no hice desaparecer el pan blanco en 1952.

Yo no meto en la cárcel a los que eligen meter en sus cuerpos ciertas plantas o sustancias sin afectar a nadie más.

Yo no obligué a todas las generaciones hasta los 90’s a hacer el servicio militar obligatorio.

Yo no construí obras que benefician solamente a algunos empresarios o sectores afines, con la plata de los contribuyentes.

Yo no confisqué las jubilaciones de gente que había optado por irse del sistema piramidal estatal a uno un poco menos peor.

Yo no le impuse a mis conciudadanos un corralito para que no pudieran retirar sus ahorros.

Yo no le pesifiqué las deudas a mis empresas amigas 3 a 1, mientras los ahorros de la gente se pesificaban 1 a 1.

Yo no le impido a mis conciudadanos establecer relaciones comerciales mutuamente beneficiosas con el exterior.

Yo no persigo a los espacios de arte independientes con leyes obsoletas, habilitaciones absurdas e inspectores corruptos.

Yo no censuré a la prensa, ni a la música, ni a la literatura.

Yo no reprimí las protestas sociales.

Yo no metí presos a mis rivales políticos.

Yo no desaparecí a 30.000 personas durante la última dictadura.

 

Por todo eso y más, “el Estado somos todos” las pelotas.

 

Son éstos.

Son éstos.

Culebrón y Macumba

Viva La Revolución - Guevara y Chávez

Las nuevas deidades

Creemos que evolucionamos, que aprendemos, que nuestras sociedades se hacen cada vez más modernas, refinadas y sofisticadas. Pero esto es solamente una pantalla. Una flagrante mentira que la mayoría de las personas se dicen a sí mismas para convencerse de que no son más que los mismos supersticiosos que pensaban que sacrificando una gallina a los dioses iban a obtener una mejor cosecha.

Vengo siguiendo de cerca el tema de Venezuela y la enfermedad/muerte de Chávez y lo que me queda cada vez más claro es que nos estamos sumergiendo en un primitivismo y un oscurantismo cada vez más grande.

Supongamos que el administrador de nuestro edificio contrae una enfermedad muy grave. Incluso mortal. ¿Se le ocurriría a alguna persona en su sano juicio esperar a su recuperación y que las decisiones diarias sobre su edificio queden en manos del cadete? ¿O simplemente expresa sus mejores sentimientos de mejora a la familia del mismo, rescinde el contrato y le entrega la tarea a otra persona?

¿Se le ocurriría a alguien darle la administración de un fondo fiducidario millonario a una persona que está mortalmente enferma y tiene que utilizar todo su tiempo y esfuerzo en tratamientos cuasi diarios?

Definitivamente no. Porque entendemos que para realizar todas esas funciones es necesario contar con plenas facultades físicas y mentales.

Si tenemos esto claro, ¿cómo es que cuando se hace en la esfera pública en nombre de la “democracia” las sociedades muchas veces toman el enfoque totalmente opuesto?

Ya sea porque está muerto, porque está viviendo de las máquinas, o porque está muy grave con algún tipo de recuperación posible, Chávez no puede seguir siendo presidente de Venezuela. Y debería ser la inmensa mayoría de los venezolanos los que reclamen esto. Y no me refiero a que no puedan tenerle estima o pensar que fue el mejor gobierno que han tenido. Simplemente que, así como no le das a una persona que está pasando por una experiencia traumática (muerte reciente de un familiar, enfermedad terminal, etc.) la administración de tu edificio, mucho menos le das la administración de la recaudación pública y la posibilidad de influir en los destinos de los habitantes de todo un país.

No existe ninguna diferencia entre que Maduro desde Cuba esté haciendo de presidente en ejercicio, supuestamente ejecutando las órdenes de Chávez (mientras no dan ninguna prueba de que esté remotamente vivo o en qué condiciones está), con un brujo de la tribu dando órdenes porque los dioses supuestamente le hablaron al abrir las tripas de un animal.

Un presidente no es electo por “quién es”. No se es presidente por la sangre que corra por las venas o el código genético que se porta. No puede asumir la presidencia alguien en estado vegetativo (o demasiado consumido). No puede ser interpretada la voluntad de un cuerpo por parte de sus discípulos. Para tener una democracia, no basta con poner papelitos en una urna para elegir a una pseudo-deidad. La democracia asume un contrato entre dos partes: delegación de poder sobre una persona específica (o un conjunto, o una cadena), a cambio de servicio y administración.

La constitución de Venezuela es bien clara: en caso de que el presidente electo no pueda asumir, hay que llamar a nuevas elecciones. En caso de que el presidente dimita o muera durante los primeros tres años de mandato, hay que llamar a elecciones. Ante cualquier otro escenario, estamos ante una ruptura del orden constitucional. Y cualquier gobierno que no llame a elecciones, será un gobierno de facto, que no significa más que “un gobierno de hecho”.

Existen básicamente dos razones por las cuales la totalidad de los venezolanos no están exigiendo a gritos y en las calles ver las fotos del estado de su actual presidente, que a la vez debería asumir en un par de días:

a)      Tienen miedo de algún tipo de represalias por parte del gobierno.

b)      No entendieron qué era la democracia y han vuelto a la macumba y al oscurantismo de hace por lo menos cuatro siglos.

Y en ninguno de los casos podemos hablar de que en Venezuela exista, entonces, una democracia moderna.

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Esta botella es mía

Siempre existe una excusa para que los gobiernos puedan violar los derechos de las personas. No importan los derechos individuales, no importan las garantías constitucionales, ni los derechos básicos de los ciudadanos, cuando un gobierno se propone algo cree tener vía libre para hacerlo. El caso de la Provincia de Buenos Aires no es la excepción. La última semana, al gobierno de la provincia más poblada del país se le ocurrió establecer puntos de control policiales donde se verifique el contenido de alcohol en sangre de los que se propongan ingresar a un boliche. En otras palabras:

El gobierno de la provincia de Buenos Aires implementará una prueba piloto de control de alcoholemia en el ingreso a los boliches para que, en caso de salir positivo, se aplique el derecho de admisión y los jóvenes no puedan ingresar a los locales, informó el ministro de Salud, Alejandro Collia.

Daniel Scioli y el afán de manejar la vida de la gente.

Daniel Scioli, gobernador de esa provincia, demostró en reiteradas ocasiones que no tiene ningún problema en aplicar medidas que desconozcan los límites a la acción estatal. Sí ya la legitimidad de las facultades del estado para ejercer el monopolio de la fuerza es dudosa, la idea de que el estado intervenga en conductas que solamente afecten de forma directa al que las realiza debe ser rechazada completamente de plano. Existe una esfera de autonomía individual, que es intocable. La decisión de poder optar por un camino u otro en la vida en búsqueda de la felicidad, o de alguna satisfacción, y asumir las responsabilidades que implica ese camino. No importa si estamos de acuerdo o no con esos caminos, pero mientras no violen derechos de terceros nadie tiene derecho alguno a obligar a torcer ese camino.

Sería naif considerar que esta idea hay sido implementada con el fin de proteger la moralidad, y la salud, de los jóvenes que van a boliches. Muchas veces con  la simple pregunta acerca de quién beneficia  la nueva normativa podemos responder varias preguntas.

Lo primero que debemos tener en cuenta es que no se trata de una medida estatal independiente. En realidad, estamos ante  un convenio firmado por la subsecretaría de adicciones del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires y la Asociación Empresaria Hotelera Gastronomica y de la industria del turismo. ¿Qué tiene que ver esto? La relación es sencilla. Al prohibir el ingreso de jovenes que ya tomaron alcohol antes de ingresar al boliche, se crea un incentivo a consumir adentro del establecimiento con precios que por lo menos quintuplican el precio que tienen las bebidas afuera del boliche. De esta forma se produce una transferencia forzosa del resto de los sectores donde los jóvenes hubiesen gastado el dinero, o  de sus ahorros, hacia las arcas de los empresarios de la noche que se aprovechan del monopolio estatal para aumentar su recaudación. Por supuesto, el gobierno provincial también tendrá su tajada. Estamos ante un caso típico de las economías corporativistas, esa alianza entre lo estatal y lo privado, donde estos últimos aprovechan el monopolio de la iniciación de la fuerza que tiene el estado para su beneficio personal.

Este proyecto, además, cuenta con el apoyo de diversas instituciones como la Fundación Padres. Tenemos entonces a los padres preocupados por la salud de sus hijos, y a los bolicheros preocupados por aumentar su recaudación. Este tipo de alianzas es conocida como «contrabandistas y bautistas», en referencia a la alianza circunstancial que se dio entre los predicadores bautistas y los contrabandistas de licor en la era de la prohibición estadounidense. Ambos grupos, aunque con valores contrapuestos, perseguían el mismo objetivo, la prohibición del alcohol. Unos por razones económicas, otros por cuestiones morales. Nadie se hubiese imaginando colaborando buscaban juntos el mismo objetivo.

Volviendo a la provincia de Buenos Aires, otro aspecto fundamental de la iniciativa es entender por qué ésta regulación es innecesaria y contraproducente. Por un lado traslada los conflictos y la violencia desde adentro de los boliches hacia los alrededores. Ahora, en vez de que las peleas se den en ambientes controlados, y vigilados, y donde el que pelea tiene una sanción concreta, los altercados tendrán lugar entre jóvenes que muy borrachos deambulan por las calles al no haber podido ingresar a los boliches. Peor todavía, que aquél que pensaba ingresar al boliche y luego irse con su auto, tenga que ponerse al volante varias horas antes de lo estimado, y con una graduación mucho mayor de alcohol en sangre que la que podían llegar a tener algunas horas más tarde.

Hoy en día, la violencia en boliches tiene una sanción sencilla de comprender y concreta: la expulsión. Por más que uno haya abonado la entrada, a los revoltosos se los suele expulsar por esa noche del boliche. Ésta es una solución justa, se penaliza las conductas violentas, y no el hecho de haber tomado alcohol presumiendo que aquellos que toman van a pelearse. Si bien, debe haber una correlación entre borrachos y peleas, también hay una correlación entre personas que viven en la villa y personas que delinquen y esto no hace justo que las personas que habitan villas deban ser, para prevenir el delito, encarceladas.

No hay que olvidar que no estamos hablando de menores de edad. Un mes después de anunciar con bombos y platillos, y apoyar la ley que habilita a menores de 18 a votar, se aplican estos controles que consiste en tratar como si fuesen niños en un jardín de infantes a personas entre 18 y 25 años, que de alguna forma u otra deberán desarrollar un sentido de responsabilidad.

Las medidas de este tipo siempre involucran injusticias, ya sea por la intromisión del estado en actividades privadas, la transferencia de recursos desde los sectores menos organizados hacia sectores más organizados, como son los dueños de boliches, y el traslado de los costos por actos privados sobre los demás (puntos de asistencia sanitaria a la entrada de los boliches).

Por último, aquellos que ven con buenos ojos esta medida pero que se declaran fieles guardianes de la Constitución Nacional, deberían leerla más atentamente:

Artículo 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

PRO = K

Diego Santilli

«Soy un vivo bárbaro»

Hace unos días, Hernán Haines le realizó una consulta vía Twitter al funcionario de la ciudad de Buenos Aires (cargo: Ministro de Ambiente y Espacio Público) Diego Santilli por unas obras promocionadas por su ministerio que estaban fuera del tiempo estipulado. Bah, ni siquiera se empezaron cuando ya tendrían que estar terminadas.

La respuesta del crápula de Santilli (porque de verdad otro adjetivo no le cabe), fue la siguiente:

“Sos periodista y consultor según tu bio @HernanHaines puedo saber para quién estás trabajando como consultor?”

Y después agregó:

“obvio que le contestaré pero ahora estoy en Barracas lo que es interesante es ver los amigos de Haines…”

Me pregunto si este tipo se recibió de forro, si nos toman de boludos o si el mundo se volvió loco. Santilli, por si no te diste cuenta, acá el empleado sos vos. ¿Qué es eso de andar preguntándole a un ciudadano para quién trabaja? ¿Qué carajo importa para quién trabaja? ¿Es una especie de amenaza? Por si no sabés, la comida que te llevás a la boca todos los días, la pilcha que usás y la nafta con la que llenás el tanque, sale de la platita que le sacan todos los días ciudadanos como Haines. Lo mínimo que debés hacer es ubicarte cuando te comunicás con tus empleadores.

¿Qué tienen que ver también los amigos del que hace la consulta? ¿Cómo sabés quiénes son los amigos? Porque si inferís que los amigos son los que lo siguen en Twitter o los que él sigue, no tenés la capacidad mental de entender la red. Y, en consecuencia, menos de llevar adelante un ministerio.  Te comento que uno puede estar usando Twitter para seguir los posteos estúpidos de colegas tuyos como Amoroso, que quiere afanar la guita de todos para hacer un hospital de mascotas o los posts de las fotos de Antonia que pone tu jefe.

No conforme, siguió metiéndose en el barro:

“@HernanHaines podés estar asesorando algún político opositor interno o externo, eso te hace dejar de ser ciudadano común o no consultor?”

Santilli, ¿cómo hiciste para salir del secundario? ¿Aprobaste instrucción cívica antes de meterte en política? Ni pregunto por Lógica, porque es evidente que no. Contestá la pregunta y déjate de joder, Santilli. ¿Qué importa si el que pregunta es un ciudadano sin actividad política, un asesor de alguien del radicalismo o el kirchnerismo o el PO? Acá vos estás morfando de la de la gente, ponés un cartel de obras con un presupuesto que sale también de la de la gente y las obras no se cumplen en tiempo y forma. Contestá que vas a ver qué pasó o hacete el boludo, pero no te pongás a juzgar al que hace la pregunta.

La frutillita del postre fue:

“@HernanHaines te ví muy activo con mi cuenta en los últimos días y me llamó la atención Quizás es simple obsesión de tu parte Todo bien”

¿Pero quién te creés que sos, Santilli? ¿Te creés que sos parte de algún tipo de nobleza? ¿De alguna casta superior? ¿Tenés coronita o algo así? Vos, por motus propia, te metiste en la función pública. Repito, vos morfás y te vestís con la guita de la gente. Por lo tanto, si cualquiera quiere reventarte a consultas y auditar tu gestión al milímetro, está facultado de hacerlo. ¿No te gusta que se “obsesionen” con lo que hacés? Renunciá y ponete un maxi-kiosko o una pizzería. Mirá qué fácil que es. Bah, fácil, hay  que arremangarse y laburar para vivir de la de uno y no de la de los demás.

Por último, me encanta cómo se hacen los machitos con la gente común los del PRO, mientras que si los corren apenitas por izquierda o les tuitean alguna cosita un Aníbal Fernández o cualquier K (incluso @Lubertino) se van todos al mazo chitos la boca. Triste papel de sometidos-sometedores que hacen.

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Estados Unidos: una victoria entre la derrota

El triunfo del último martes de Barack Obama aclaró todas las dudas acerca de quien iba a liderar la nación más poderosa del mundo.  De hecho, esa era la única duda. Ya que en cuanto a las propuestas de los dos principales candidatos, el vencedor Obama y el republicano Mitt Romney, ofrecían versiones similares.  A ninguno de los dos realmente les molesta mantener abierto un campo de concentración en Guantanamo, las ejecuciones extrajudiciales de ciudadanos norteamericanos en el exterior, sin proceso previo ni derecho a la defensa, el sostenimiento de un verdadero imperio con 900 bases militares en 130 países, la expansión del gasto público, el bombardeo de  Afganistán, Irak, Yemen, Pakistan, Libia, y tal vez de más países en esta nueva etapa, el apoyo a los manejos discrecionales de la Reserva Federal, más salvatajes a empresas con dinero de los taxpayers, más endeudamiento, la continuación con la guerra contra las drogas la gente que consume sustancias prohibidas. Ni hablar que la mayoría de estas políticas van en contra de la propia Constitución que deciden defender.

Sin embargo, a pesar de los problemas de la democracia, el martes último  tuvieron lugar dos importantes decisiones en los estados de Colorado y Washington: la aprobación de la re-legalización de la marihuana, por medio de una consulta popular. Es que los americanos, además de elegir presidentes, diputados y, en algunos casos, senadores, también pudieron votar a favor o en contra de diversas propuestas que promueven ciudadanos, y ONGs a nivel estatal.

La producción, distribución y venta de marihuana volverá a ser legal en Colorado y Washington.

La re-legalización de la marihuana para uso recreativo en estos dos estados, los primeros de la Unión, se dará bajo un estricto marco regulatorio, con altos impuestos, y la necesidad de obtener una licencia estatal para poder venderla. En otras palabras, el cannabis pasará a ser regulado de una forma similar al alcohol.

Definitivamente es un gran avance, aunque sea un primer paso. El gobierno de Obama ya indicó que va a continuar persiguiendo los delitos alcanzados por la  legislación federal anti-droga, como viene haciendo en los estados en que fue legalizado su consumo para uso medicinal (como es el caso de California, entre varios), y ahora para uso recreativo (como las propuestas recién aprobadas en Colorado y Washington) también. A pesar de esto, la re-legalización de la marihuana abre las puertas para un debate más profundo sobre la razonabilidad y la ética de la guerra contra las drogas.

¿Qué se votó ayer en Colorado y Washington? La enmienda 64 aprobada ayer en Colorado, contempla la eliminación de las penas por producir, distribuir y vender marihuana, bajo ciertas condiciones (licencia estatal, impuestos, edad mínima, etc.), similar a la de Washington. Es decir, a diferencia de lo que sucede en Holanda donde solamente la venta minorista (y con un máximo de 5 gramos por personas) esta legalizada, en estos estados la legalización alcanza a todas las etapas de producción y distribución.

Es verdad que este es solamente un primer paso, y uno muy pequeño, sin embargo, este resultado debe ser analizado con optimismo. Los procesos de transformación social no se dan de la noche a la mañana, por eso es relevante una serie de cambios, pues es probable que estemos ante la piedra fundamental de una nueva etapa en el debate sobre las drogas en Estados Unidos y a nivel mundial.

Cuando se comienza a abrir la puerta que permite más libertad, la propia fuerza de la iniciativa genera que en muchos casos el avance de la libertad sea imparable. Un claro ejemplo de esto lo podemos encontrar en ocurrido en Berlín en 1989. Los berlineses orientales ignoraron los controles de frontera y terminaron por derribar el muro apenas escucharon las primeras noticias de que las restricciones migratorias habían sido aliviadas.

Otro ejemplo de un proceso de transformación social es el caso de la esclavitud. La esclavitud era una institución muy arraigada en muchas sociedades. Su eliminación fue progresiva. En el caso inglés se comenzó aboliendo el comercio de esclavos y, 25 años más tarde, se terminó por desterrar por completa la esclavitud en Inglaterra. Los abolicionistas no se opusieron a un avance parcial como el de 1807, pero tenían claro cual era su objetivo final. En este sentido la frase del famoso abolicionista norteamericano William Lloyd Garrison es muy clara: «Insta a la inmediata abolición tan seriamente como podamos, lo haré, ¡ay! será gradual la abolición al final. Nunca hemos dicho que la esclavitud sería derrotada con un solo golpe; que debería ser, siempre vamos a luchar».

Volviendo al siglo XXI, ahora está en manos del gobierno federal optar por respetar los derechos individuales, o insistir con el fracaso de continuar promoviendo una política racista, que destruye familias, genera muertes absurdas y por sobre todas las cosas representa una flagrante violación a los derechos humanos.

Este es, sin dudas, el comienzo del fin.

ACTUALIZACIÓN:  En Reason explican con mas detalle en que consisten las propuestas aprobadas en Colorado y Washington. Mark Thornton también escribe sobre el tema para el Mises Institute. Acá, repasamos los efectos de la prohibición.

Cómo no vas a ser

¿Cómo no vas a ser estatista y kirchnerista así?

Dante Gullo

Diputado cuyos hijos reciben un palito verde por año.

El diputado Dante Gullo tenía parte de una empresa dedicada a la gráfica desde 1987. En 2004 la compró toda y empezó a recibir jugosas sumas de pauta oficial. En el 2008 la puso a nombre de los hijos. Entre mayo de 2009 y octubre de 2012 cobró del estado un total de $13.000.000.- Sí, trece millones de pesos por hacer propaganda oficial, un tipo que ocupa una banca de diputado. Si eso no es afano y corrupción, ¿Qué carajo es?

¿Cuánto tiene que laburar un comerciante común o un empleado para facturar trece palitos? ¿Cuánto tiene que patear la calle un vendedor para conseguir clientes por esa guita? Qué extraño que para la mayoría de los argentos el empresario que factura un palito verde por año es un malvado capitalista explotador al que hay que expoliarlo para la «redistribución», pero ni se calienta cuando un funcionario de cuarta se arma un curro por la misma guita con la de todos.

Conecto esto con mi artículo anterior «Yo Los Ví», y con algunos comentarios que ví en los que me describían como «un Hache De Pé al que sólo le importa la guita». Aprovecho y contesto que, en todo caso, si soy un hijo de remil puta al que solo le gusta la guita, es la guita que gané usando mi esfuerzo y mi productividad, prestándole servicios voluntariamente a los demás. Es un problema mío qué carajo hago yo con esa guita, en qué la gasto y si tengo o no una vida banal, si hago negocios o si la prendo fuego para encender habanos, vestido con un frac y usando monóculo y galera.

Ahora, el que vé todos los curros que arma el estado, el que ve los defalcos que se producen día a día usando el poder y no recibe de ahí un mango, pero se alegra de que le saquen «a los que más tienen» para hacerse unos hoteles cinco estrellas, vivir en Puerto Madero o tener un curro de un palito verde por año, ese tipo que defiende a los que solo les importa la plata…afanada a los demás. Este tipo – que ve al estado en todo su esplendor de corrupción y fracaso constante, mientras los acomodados de turno la pasan bomba –  este tipo ¿qué es? Este tipo es un forajido y resentido, pero sin huevos para ir a tomar lo ajeno. Es un pobre pusilánime envidioso, que se contenta con que otros cometan el afano y vivan la gran vida, mientras los aplaude como foca. Qué existencia tan triste.

Ella y su dictadura

Cristina Kirchner, de a poco, está aprendiendo los gajes del oficio de ser la líder de una dictadura con todas las letras. Antes que los que creen ser expertos en semántica argumenten que CFK fue votada de forma democrática, y por ello nunca puede ser presidente de una dictadura, recordemos la definición de  esa palabra en el  Espasa Calpe:

f. Gobierno que prescinde del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad sin limitaciones en un país y cuyo poder se concentra en una sola persona.

La RAE coincide. Nada dice acerca de la forma en la que se accede al poder, sino sobre los modos en los que se administra ese poder. Fue el predecesor de Axel Kiciloff, ahora diputado de la nación, Roberto Feletti, quién dio los primeros indicios de como iba a ser el segundo mandato de Cristina Fernández: «Ganada la batalla cultural contra los medios, y con un posible triunfo electoral en ciernes, no tenés límites«, afirmó Feletti en la era del pre-54%.

Claro, sería injusto de mi parte afirmar que un funcionario de mediano rango,que es un simple aplaudidor que está siguiendo ordenes, haya definido con sus declaraciones el rumbo que tomó el tercer mandato del kirchnerismo. También podríamos referirnos a un comunicado de prensa de la AFIP (acá más sobre el tema) que admitía que los únicos límites que tenían a la hora de investigar a los ciudadanos era, el límite tecnológico:

La medida se enmarca dentro de los tres pilares en los que se apoya la nueva estrategia de fiscalización de la AFIP: la utilización al máximo de la tecnología disponible, la explotación centralizada de la información y los controles tanto “ex-ante” como en línea de las operaciones.

Sin embargo, el caso sigue siendo débil. Definir a una dictadura según las declaraciones de un aplaudidor de mediano rango, y tomando en cuenta los pilares de la agencia recaudadora de impuestos puede ser exagerado. De todas maneras, al mismo tiempo, hay un sinnúmero de evidencias para avanzar el caso de que estamos ante un gobierno dictatorial, en este blog fuimos documentando varias de ellas.

En la última cadena nacional, la vigésima del año, utilizada para presentar el Plan Nacional Estratégico de Seguros (Planes, según sus siglas), la presidenta dio un discurso en el que dejó una vez más en evidencia el carácter del actual gobierno. Me refiero especialmente a este fragmento:

Hemos tenido en lo que yo llamo esta década ganada, el crecimiento más importante de nuestros 200 años de historia, con un promedio del 7,7 del PBI por año, que nos ha convertido casi en un 80 por ciento de crecimiento, una recaudación… De aquí lo veo al señor de la AFIP, que lo pone nerviosos a algunos y yo no sé por qué, porque en realidad si uno paga los impuestos, nadie tiene que sentirse mal ni molesto ante la AFIP. Solamente pueden tenerle miedo a la AFIP, los que no pagan los impuestos o están fuera de la ley, el resto tiene que estar muy tranquilo.

El deplorable show de la condena nacional.

Por si quedaba alguna duda, lo que anticipó Feletti y, posteriormente, el comunicado de AFIP, lo reafirma Cristina Fernández de Kirchner, en ese acto que le imponía a toda la televisión de aire, y a las radios. Las declaraciones son una clara demostración de que la Constitución Nacional no está vigente. No es que la Argentina convertida en dictadura sea una imagen muy reciente, desde la confusión total entre partido y estado, hasta los escraches en cadena nacional a un empleado de  inmobiliaria que osó criticar al gobierno, o la misma persecución a los jueces de la Corte, presionando a muchos de ellos a renunciar a su cargo en vez de celebrar el correspondiente juicio político. Todo estos son indicios  bajo que régimen de gobierno vivimos y estuvimos viviendo los últimos 9 años.

Para muchos el argumento al que apeló Fernández de K. es válido. «Pagar los impuestos es una obligación legal y el gobierno debe encargarse de hacer cumplir la ley», mucha gente cree que para esto no hay ningún tipo de límite o restricción: todo vale especialmente si el fin es recaudar. Para algunos, los evasores merecen la expulsión del país. Este grupo está compuesto por kirchneristas y furiosos antikirchneristas, indistintamente. Pero ¿qué pasaría si de repente Héctor Magnetto, CEO de Clarín, logra destituir a nuestra  presidenta? Lo primero que haría el «presidente de la corpo», en el imaginario K, es perseguir y encarcelar o asesinar personas que eran kirchneristas , y el aparato de espionaje  compuesto por AFIP, ANSES y SUBE, entre otros, se lo facilitará a esta especie de Emmanuel Goldstein convertido en presidente.
Cualquier otro gobierno, sea del signo que sea, podrá utilizar todo esa policía  fiscal para convertirla en una policía política, algo que para cada vez más personas ya está sucediendo.
Por otro lado, está el derecho a la privacidad, la prerrogativa sobre mantener algunos hechos sin dar a conocer. Es el derecho a aquellas cosas que desean mantenerse en secreto, que nadie lo conozca, y sin embargo, apelando al monopolio de la fuerza el gobierno puede exigirle a las tarjetas de crédito que informen sobre determinados consumos, sacando de la esfera de la privacidad, utilizando la fuerza, cuestiones que se preferían mantener privadas.
Este tipo de razonamiento debería llevar a los interesados por los derechos individuales de la gente, y la libertad, a pensar dos veces en las estructuras que se arman desde los organismos estatales para perseguir a ciudadanos, hoy destinados a supuestos «fines nobles», pero dejando la puerta abierta para una serie de abusos de futuros gobiernos.

Cumplir la gran misión (y el resto no importa nada)

El uso del lenguaje es de extrema importancia. Mi co-blogger lo dejó claro en su último post. Las palabras utilizadas para describir situaciones no son una simple cuestión semántica, son una cuestión política. Varias veces hemos mencionado a George Orwell que en su novela 1984, así como también en otros ensayos, señala la relación entre el lenguaje y la política. «El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez.», escribió Orwell, y estaba en lo correcto.

Los funcionarios kirchneristas saben de esto, y han llevado a cabo una manipulación del lenguaje que ha tenido éxito. Tanto los defensores del régimen como los opositores adoptaron el lenguaje que ha decidido utilizar el kirchnerismo.  Los «controles al dólar», «las restricciones a las importaciones», «la inflación» o «el cepo cambiario»,  son los temas que predominan en las tapas de los principales medios, todos ellos tratados y analizados en la sección económica.  ¿Pero pueden todas estas medidas limitarse a ser analizadas en la sección económica de los diarios?

Ludwig von Mises, uno de los más grandes economistas del siglo XX, definió a la economía como la ciencia que estudia la acción humana. La economía no estudia la circulación de los bienes y servicios, el dinero, la tierra, los factores de producción, u otros conceptos que seguramente recibimos en nuestra educación primaria o secundaria. El objeto de estudio de la economía es  la acción humana individual, y la interacción entre distintas acciones humanas, es decir la cooperación social, el mercado.  Entonces, ¿sobre quienes recaen las distintas regulaciones económicas? No lo hacen sobre el dólar, o sobre productos. Las regulaciones, son en realidad regulaciones  sobre  la acción humana y el campo de elección posible. Lo que se está regulando son las elecciones que una persona pueden hacer  y cuales no . Hablar de regulaciones económicas es un eufemismo para evitar mencionar que lo que se está regulando y dirigiendo son las decisiones de millones de personas, sin importar a que sector social pertenezcan o a quién hayan votado. No es un modelo de sustitución de importaciones, en realidad se trata de un modelo de sustitución de decisiones.

Los gobiernos, históricamente, han evitado afectar derechos fundamentales como la libertad de expresión, o el derecho de propiedad, solamente por un capricho propio. La realidad, es que cada vez que se ha avanzado contra los derechos humanos se ha enarbolado una causa noble y repleta de grandeza para llevar adelante el plan. Ya sea para el «bienestar del pueblo»,  «salir del infierno», «mantener la paz social», o «garantizar la seguridad social», regímenes de todos los tamaños y colores han apelado a este tipo de excusas para restringir derechos. Su misión no es la de administrar los recursos, ni siquiera implementar políticas públicas, tienen una misión mas importante, un objetivo tan importante que pueden creen tener el poder, y la justificación, para ignorar los límites que tiene un gobierno en sus acciones.

Es decir, hay una misión superadora que requiere ignorar a las minorías, o pasarlas por arriba. «Ellos no pueden quejarse porque les fue, o les va bien, no son tan buenos como nosotros» es el argumento principal contra las manifestaciones masivas anti-gobierno. El principal mensaje de la presidenta a las protestas fue relacionado con quiénes supuestamente la llevaron adelante, y no acerca de los legítimos reclamos que realizaban. Esto quiere decir que Cristina Kirchner ha logrado una confusión total entre el partido gobernante y gobierno, hablándole durante acto de gobierno a una audiencia, y con un discurso, que era más propia de la de un partido político.

En general, ningún gobierno ha disminuido el alcance de derechos básicos como es el derecho de propiedad, por el sólo hecho de expresar «envidia» o cuestiones similares, siempre existen causas nobles que defender. Ningún gobierno restringe las importaciones para beneficiar a empresarios amigos, se lo hace para «proteger el empleo local, y fortalecer el modelo de movilidad ascendente». El cepo cambiario no se hace para salvar las papas del fuego de un modelo que es insostenible, se aplican medidas «para promover una cultura de ahorro en pesos, y fortalecer la moneda», lo que se está haciendo es robandole a la gente mediante la inflación y prohibiendo comprar moneda extranjera más confiable que el peso argentino en el corto plazo. Lo mismo se puede decir de la nueva ley que obliga a los countries a ceder o pagar el 10% del territorio que ocupa, lo que para los diputados son «contribuciones obligatorias» y «compensaciones monetarias» (habrá que preguntarles cuál fue el daño que hicieron los countries y que ahora deben compensar) para construir viviendas sociales, a los ojos de cualquiera debería ser una extorsión y un robo, sin embargo se lo hace en nombre de resolver «las necesidades de ordenamiento urbano, hacinamiento de hogares o factores de riesgo social, hidráulico o ambiental».

Las dictaduras se han encargado de fijar objetivos grandilocuentes. Si ellos luchan por la «paz social», «el bienestar del pueblo», la «seguridad nacional», ¿por qué debería haber algún limite sobre sus medios? ¿Acaso alguien podría oponerse a conseguir la «paz social», «el bienestar del pueblo»o promover  «la seguridad nacional»?  Lo hacen y lo hicieron políticos alrededor del mundo, George W. Bush lo hizo y lo sigue Barack Obama, en los paises comunistas sucedía, pero también pasa con los populistas de derecha europeos, como Jean-Marie Le Pen o Geert Wilders. Aunque probablemente sea en Latinoamerica, y el realismo mágico que se trasladó de la literatura a la política,  el semillero más importante de populistas. En Argentina, el mesianismo político ha sido una constante entre los peronistas y militares que se alternaron el poder durante los ultimos 70 años, y todos ellos venían con proyectos de restaurar el orden o transformar la nación.

La humildad es una cualidad que no se encuentra fácilmente entre los políticos de ningún signo político, tal vez José Mujica, con todos los problemas que puede tener, por lo menos adopta su gobierno desde la humildad y no la arrogancia. Actuando con humildad, y sin tanta parafernalia alrededor de políticas públicas, los gobiernos abandonan ese velo  de impunidad que creen tener para llevar adelante sus «cruzadas y misiones de suma importancia para el futuro de la nación» y se mantienen más cercanos a la realidad, y así con mayor probabilidad de ser controlados. Que, por supuesto, es lo que intentan evitar.

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