Revolución en la calle Florida: de visita por la Richmond

Los que escribimos en este espacio nos gusta escribir, a mi por lo menos. Es importante difundir la idea a través de un blog, y es cómodo. Támbien es importante hacerse escuchar. Si no entran, hay que salir. Osar hablar es una actividad que todos deberían emprender, sea en el ámbito que sea.

Esta historia transcurre en la peatonal Florida, el otro día les contaba acerca de la iniciativa de que la confitería Richmond, contra voluntad de su dueño, siga siendo la confitería Richmond.

Hoy decidimos acercarnos con una fellow libertarian a la mencionada confitería. Había una señora juntando firmas, sentada atrás de una mesa, recibiendo a las personas para que dejen su marca en el cuaderno negro.

Me acerqué de manera amable para preguntar de que se trataba el petitorio, era para «salvar a la Richmond» me dijo. ¿De qué? La quieren convertir en una fábrica de zapatillas. ¿Quién? Los dueños. ¿Cómo se atreven?

Le expliqué mi posición, en otras palabras les dije que en mi nombre no hagan una ley que le imponga por la fuerza al dueño a conservar algo que no quiere. En mi nombre no desvíen un recurso del uso más valorado que decidió el mercado, es decir todos, el pueblo, o como quieran llamarlo. En mi nombre no usen la fuerza del aparato estatal para imponer su propia voluntad.

Hubo los que me entendieron, y aún así comulgaban con el uso de la fuerza  para que la Richmond siga siendo la Richmond. Fue algo shockeante, no que estén de acuerdo con el uso de la fuerza, si no el hecho de estar en vivo y en directo discutiendo con ellos. No eran comentarios de un blog, un grupo de Facebook o un foro de esos que ya quedan pocos. No. Era en la vida real, y esas personas  expresaban su conformidad para expropiarse a sí mismas (porque si como dice el Talmud, «salva a un hombre y salvaras a la humanidad», yo digo «si destruyes el concepto de propiedad en un caso, los destruirás para todos»). Era la vida real, y me sorprendió (aunque no debería haberme sorprendido) que la misma violencia que promovían con su firma la expresaban en sus palabras: «¡Sos un ignorante que no entiende nada!» «Vos no sabes la historia de esta confitería porque sos chico», «Ustedes no existen, ni me interesa leer en nombre de quién venís», «¡a vos te mandaron!», y así todos.

Hubo otro grupo de gente, que escuchaba, preguntaba, no estaba de acuerdo o si, pero discutía civilizadamente, escuchaba la otra campana, y quién sabe tal vez muchos de ellos se fueron con la idea rondando en la cabeza. Con eso me basta.

Del otro grupo, los más, tuve que escuchar cosas verdaderamente preocupantes, un señor que parecía instruido, de aproximadamente 60 años, me decía  frente mi defensa de la propiedad: «Esto no es propiedad privada, yo entraba acá, me pedía un café, jugaba al billar, pagaba y me iba. Era un centro cultural, no era propiedad privada.» Ante su insistencia no tuve más remedio que abandonar la infructuosa lucha contra los molinos de viento.

Son molinos de viento porque perdieron la costumbre de reflexionar y usar el pensamiento crítico, no pido que estén de acuerdo conmigo, pero que me digan porque no lo están.

Otra situación que ilustra esto: «¿Vos querés que cierren el Tortoni también?», me preguntaron. Le dije que no, que la gente «votaba» con el bolsillo todos los días para que el Tortoni siguiese abierto, lo votaban porque satisfacía sus necesidades. Su respuesta fue: «Sólo esta abierto por que van los turistas». No se dio cuenta, pero me estaba dando la razón.

Más allá de estas situaciones, los argumentos que se esgrimían para defender la Richmond eran parte de  un festival de clichés: «La confitería es del pueblo, ¡el pueblo la quiere!» Esa era su fantasía, la mascara  para su capricho.

Creo que pocos pudieron entender que mi problema no era con la confitería, con el Tortoni, con los edificios antiguos o con los billares. Mi problema era que para defender todo eso pretendan que el gobierno use la fuerza contra aquellos que no la iniciaron, es simple, pero no sencillo de aprender en el mundo que hoy vivimos.

Al final la señora que recopilaba la firmas me lo reconoció, era autoritaria «en algún lado había que poner un punto».

Unos comentarios finales:

En primer lugar, la culpa no fue toda de ellos, tengo mil puntos para mejorar en la habilidad para comunicarme y transmitir la idea, sin embargo, la única manera de poder dar a conocer que la libertad es una alternativa es hablando, es llevando la alternativa a donde hoy no existe. El mejor entrenamiento para mejorar las habilidades comunicacionales.

En segundo lugar, no quiero menospreciar el activismo online, un retweet, un «me gusta» en Facebook, es útil, no requiere de ningún esfuerzo. La posibilidad de conectarse cara a cara con el interlocutor cambia las cosas, por eso siempre que uno tenga la chance, sea en el ámbito que sea, académico, entre amigos, familia, trabajo, etc. debería poner a disposición de la gente una noción tan antigua como revolucionaria que es la libertad, es el primer paso para vivir en una sociedad libre.

Los héroes de Galería Jardín

Los individuos tienden, en general, a relacionarse de manera pacífica. El comercio es, por excelencia, una de esas maneras. Las características  de un intercambio voluntario de bienes o servicios por otros bienes o servicios (o el dinero que obtuvimos por ellos) son únicas, dos personas cooperan mutuamente sin saberlo y ambas valoran más lo que reciben que lo que ofrecen, según sus propias percepciones.

Si éstas transacciones fuesen libres de cualquier intervención de un tercero, entonces podríamos afirmar que estamos ante una sociedad libre y pacífica, aunque en estos tiempos aparece en escena un tercero en discordia que juega con su propio reglamento.

Me refiero, por supuesto, al Estado. El Estado es un tercero que se entromete en esta interacción voluntaria y que exige su parte, como si tuviese derecho alguno sobre la propiedad ajena.¿Cuál es la contraprestación que ofrece el estado para tomar esa parte? Ninguna, o peor, violencia, imposiciones, encierro.

Esta situación se puede ver todos los días en el sitio de la AFIP, cuya función principal es jactarse de haber irrumpido en la paz del comercio, de haber agredido a aquellos que interactuaban de manera libre, de haber incorporado a ese acuerdo una dosis de violencia. En el dia a dia, este uso de la fuerza por parte del estado se ve reflejado en números, operaciones mátematicas y siglas (IVA, IIBB, AFIP, DGI, etc.), sin embargo muchas veces esa violencia emerge con toda su furia y se la puede ver en su estado más puro. Es el caso del allanamiento llevado adelante por  la AFIP en Galerías Jardín: 

La AFIP realizó ayer 35 allanamientos y detuvo a nueve personas en una investigación sobre maniobras que involucrarían un fraude impositivo por cien millones de dólares

El operativo se inició a primera hora de la mañana y alcanzó a 35 comercios y domicilios particulares en Ciudad Autónoma, Córdoba y Rosario. Quedaron detenidas seis personas en Buenos Aires y tres más en Córdoba. Dentro de este último grupo se encontraría el cabecilla de la banda. En los procedimientos se secuestraron también varios vehículos. Los directivos de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) expresaron ayer su satisfacción por las inspecciones.

Qué mas claro que hombres de uniforme, armados, secuestrando gente y mercadería como contraposición a los acuerdos voluntarios que estaban celebrando segundos atras.

En este caso iban por unos hombres que entorpecían la expoliación estatal y facilitaban bienes evitando las costosas barreras que pone el estado entre la prosperidad y la gente: los contrabandistas.


El contrabandista es aquél que intenta minimizar el ingrediente estatal de las relaciones voluntarias, es aquél que mediante conductas pacíficas, aunque tipificadas ilegales por el ordenamiento jurídico, intenta eludir los controles estatales, ofreciendo de forma voluntaria los bienes que el estado se empecina en obstaculizar por diversos motivos. Los beneficios de sus actividades se ven reflejados en precios más bajos de los que se ofrecen mediante las vías legales. Los funcionarios nunca van a ver estos beneficios, son los pobres, los que no pueden contrabandear ellos mismos por falta de capital, los que aprovechan de los servicios brindandos en el mercado negro.

Walter Williams lo resume de manera brillante:

Los contrabandistas son unos héroes. La esencia de su mensaje es ésta: «Los tiranos que manejan el Estado quieren impedir o dificultar los intercambios libres y pacíficos entre individuos. Yo sé paliar el impacto de esa injerencia».

O como dice el Destructor de Mitos, en su elogio al contrabandista:

Cuando un estado cierra la economía o restringe de cualquier otra forma el comercio, lo que hace es desigualar. El estado regulador quita derechos a unos para hacerle la vida más fácil a otros (es decir, a las empresas protegidas). Y aquí aparece el contrabandista para equilibrar la situación, devolviéndole parte de sus derechos a los desposeídos y compitiendo contra los privilegiados. Ciertamente, el contrabando es ilegal, pero al mismo tiempo rebosa de justicia social.

Pero a pesar de todos los beneficios sociales que prodiga, ser contrabandista no es fácil… porque estar en contra del estado (y de su maquinaria de violencia) no lo es. El contrabandista debe estar dispuesto a asegurarse la lealtad de sus asociados y contrapartes y también a vivir en las sombras. Si el Estado lo descubre, sus días como contrabandista acaban súbitamente (y, quizás, también sus días como individuo libre).

Aunque normalmente no se encuentra valorada, su función social es inestimable: es un límite real y permanente al poder dominante.

Todo aquel que quiera una sociedad diferente (sea liberal, socialista, anarquista o comunista) debería considerar a los contrabandistas como verdaderos héroes. Ellos son la avanzada del cambio, los peones que hoy se sacrifican para ganar el juego en el futuro.

Después de todo, ignorando leyes se hicieron y se harán mejores sociedades.

Ya comentamos acerca de la inmoralidad del proteccionismo y en diversas oportunidades  [12345,] mencionamos lo estúpido que es emprender en estas prácticas. Hoy fue el turno de esos personajes, denostados por el estado, denostados por los amigos del poder, que se benefician de la violencia estatal en su favor estafando a todos, especialmente a los mas pobres,  hoy fue el turno de eso héroes anónimos: los contrabandistas. Salud!

Basta de (prohibir) Demoler

Una vez más las agrupaciones Basta de Demoler y 54Bares Notables pudieron salirse con la suya en su campaña eterna contra la propiedad privada.

Me refiero al caso de la emblemática confitería Richmond, ubicada en la calle Florida, que  esta(ba?) próximo a  cerrar sus puertas:

Sin embargo, la Richmond está a punto de pasar a ser sólo un recuerdo para sus habitués y una fuente menos de trabajo para el personal que aún presta servicios (hay mozos que trabajan allí desde hace más de 40 años). La confitería tiene previsto cerrar en septiembre y a partir de noviembre su decorado inglés dará paso al estilo Nike.

Como suele suceder en estos casos, agrupaciones que  tienen como objetivo preservar edificios y otros lugares históricos elevaron su voz contra la posibilidad de que la tradicional confitería porteña desaparezca de la otrora peatonal mas paqueta de la ciudad.  Sin embargo, como también es habitual, estas agrupaciones apelaron a los legisladores de la ciudad para que declaren sitio histórico la confitería y, de esta manera, evitar que pueda modificarse el rubro original de la misma, la gastronomía.

De hecho, ayer por la tarde, la legislatura aprobó declararla sitio histórico, cediendo una vez más antes los reclamos del lobby preservacionista. El diputado Di Stéfano argumentó lo siguiente:

«Aun persiste la visión que interpreta que los edificios históricos son viejos y sin ningún valor cultural. Es necesario avanzar en las leyes que protejan de manera definitiva los tesoros patrimoniales y así preservar un recurso no renovable que forma parte de la memoria urbanística de la Ciudad», consideró el diputado Patricio Di Stéfano, titular de la Comisión de Patrimonio Arquitectónico de la Legislatura.

Por supuesto que los fines de las organizaciones que intentan preservar bares y edificios históricos son, en algunos casos loables. Algunas de esas construcciones son un plus a la hora de elegir a la ciudad como destino turístico, el problema radica en los medios que utilizan para alcanzar sus fines.

Estas agrupaciones apelan al proceso político para violar el derecho de propiedad de los dueños de los inmuebles que quieren proteger.  Esto no sólo crea el riesgo de que luego los legisladores violen la propiedad de privada de otros a pedido de organizaciones que tenga diferentes motivos para hacerlo, sino que además no permite que le sistema de precios guíe el destino de los recursos a los fines más valorados. ¿O acaso Di Stéfano esta mejor capacitado para definir cual es el uso mas valioso de un recurso determinado y quien tiene que soportar los costos?

El problema es sin dudas los medios. Existen diferentes alternativas a las que pueden apelar este tipo de agrupaciones para preservar el patrimonio urbano que tanto valoran, soluciones que no implica apelar a la violencia de la política como por ejemplo organizar la compra colectiva del bien en cuestión, negociar con sus dueños de que manera pueden colaborar para «salvar» la confitería o el edificio que se trate.

Otra cuestión aparte es la postura preservacionista extrema de estos sectores, que ya no constituye una apreciación del valor arquitectónico de algún edificio, si no la reacción automática a oponerse a cualquier cambio introducido en el paisaje urbano. Una postura que sale a la luz con recorrer apenas unos minutos el sitio web de la agrupación Basta de Demoler.

En primer lugar, si el estado hubiese comenzado a proteger todos estos sitios históricos 100 años atras, casi ninguno de los sitios que hoy protege y propone proteger hubiese existido.

Imaginemos a los preservacionistas protegiendo edificios que impidan la construcción del Kavanagh, la alteración de la fisionomía de Puerto Madero, la construcción del Coliseo en R0ma, o el partenón en Atenas que hubiese destruido la belleza natural del acrópolis.

Mediante una alternativa que excluya a la política como solución, estas agrupaciones tendrán que focalizarse en los edificios que realmente valoran, y no en absolutamente todos, ya que poseerán recursos más limitados para llevar a cabo su tarea, dejando lugar al progreso.

Por último pero no menos importante, hay que mencionar el efecto negativo que tienen estas agrupaciones en relación a otra problemática de la ciudad, la llamada «emergencia habitacional», estas campañas para detener las construcciones de edificios terminan por el valor de los alquileres (y el de venta) de los departamentos, al reducir o mantener estable la oferta de unidades de vivienda, en beneficio de mantener construcciones que estéticamente pueden ser admirable, pero que no responden a la demanda de la sociedad en ese momento.

Agüero 1919 – Graffiti contra las demoliciones sobre dos edificios viejos.

En defensa de los caramelitos y masajes (de Zaffaroni)

Mark Twain escribió que cuando uno se encuentra del lado de la mayoría, debería hacer una pausa y reflexionar. Creo que este es el momento.

El otro día el Diario Perfil denunció que en un departamento de propiedad del juez de la Corte Suprema, Raul Zaffaroni, funcionaba un prostíbulo, el diario informaba lo siguiente:

El juez de la Corte Suprema de la Nación Eugenio Raúl Zaffaroni vive en un lujoso caserón del barrio porteño de Caballito. Pero además en el 2000 compró un monoambiente en la exclusiva zona de Recoleta, que hoy está rentado a unos inquilinos que no pasan desapercibidos: allí trabajan tres mujeres que se dedican a la prostitución.

El negocio funciona, según pudo comprobar Perfil.com, en Vicente López 2217, frente al cementerio de Recoleta. El departamento 19 del piso 5º, que figura a nombre de Zaffaroni en el prorrateo de expensas, tiene unos 25 metros cuadrados divididos en tres habitáculos.

Zaffaroni reconoció ante el Congreso que había adquirido ese departamento en octubre del 2000, según indican una resolución de la Cámara de Diputados y el diario de sesiones del Senado del 2003.

Allí «trabajan», por turnos, dos o tres chicas que cobran 120 pesos la hora por sus servicios. El rubro 59 fue prohibido por un reciente decreto presidencial, pero las prostitutas se promocionan de otra forma: sus «volanteros» reparten anuncios de «caramelitos y masajes 24 horas» en la zona y en los mismos departamentos del edificio.

Promo Z. (foto:perfil.com)

El escándalo no terminó ahí. Días más tarde se descubrió que en otros dos departamentos de su propiedad había trabajadoras del sexo que lo utilizaban para llevar a cabo sus quehaceres laborales:

Eugenio Raúl Zaffaroni, juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, será denunciado ante la Procuración General de la Nación, que preside Esteban Righi, a raíz de los tres departamentos de su propiedad en los que funcionan prostíbulos. La denuncia estará a cargo de la ONG La Alameda, dedicada a combatir la trata de personas.

Sin caer en un argumento legalista, y declamar como autómata que Zaffaroni violaba leyes y por eso debe ser condenado y renunciar a su cargo, es necesario analizar las leyes que Zaffaroni violaba con el objetivo de realizar un análisis más preciso de sus conductas. Es que a veces violar la ley no está mal, y son los que la violan aquellos que pueden respirar un poco de libertad.

La misma nota de Perfil nos ayuda con las leyes que son violadas:

Todas las propiedades violan la Ley de Profilaxis (Nº 12.331, artículos 15 y 17), que prohibe poner un inmueble a disposición para facilitar la prostitución, y la Ley de Propiedad Horizontal (Nº 13.512, artículo 6), que obliga a los copropietarios a no poner en riesgo la seguridad del edificio. Además, entra en conflicto con el Convenio para la represión de la trata de personas y la represión de la prostitución ajena, de 1949, al que Argentina adhiere.

Los artículos 15 y 17 de la Ley de Profilaxis, que data de 1937, dicen:

Art. 15.– Queda prohibido en toda la República el establecimiento de casas o locales donde se ejerza la prostitución, o se incite a ella.

Art. 17.– Los que sostengan, administren o regenteen, ostensible o encubiertamente casas de tolerancia, serán castigados con una multa de doce mil quinientos pesos como mínimo y ciento veinticinco mil pesos como máximo. En caso de reincidencia sufrirán prisión de 1 a 3 años, la que no podrá aplicarse en calidad de condicional. Si fuesen ciudadanos por naturalización, la pena tendrá la accesoria de pérdida de la carta de ciudadanía y expulsión del país una vez cumplida la condena; expulsión que se aplicará, asimismo, si el penado fuese extranjero.

Por otro lado la ley de Propiedad Horizontal dice:

Articulo 6 – Queda prohibido a cada propietario y ocupante de los departamentos o pisos: a) destinarlos a usos contrarios a la moral o buenas costumbres o a fines distintos a los previstos en el reglamento de copropiedad y administración; b) perturbar con ruidos o de cualquier otra manera la tranquilidad de los vecinos ejercer actividades que comprometan la seguridad del inmueble. o depositar mercaderías peligrosas o perjudiciales para el edificio.

Los artículos de ambas leyes chocan con los principios liberales de respeto a los proyectos de vida ajenos. Restringen el uso de la propiedad, y se entrometen en acuerdos privados.  El tema de la prostitución y los prostíbulos ya los tratamos en distintas oportunidades. Cabe hacer una aclaración, que no puedan existir disposiciones estatales contra el uso pacifico de la propiedad no quiere decir que ésta se encuentre totalmente ausente de regulación. Los reglamentos de copropiedad podrían llegar a prohibir este tipo de actividades, e incluso más como prohibir que políticos vivan en su edificio, personas verdaderamente peligrosas.

Está claro que desde nuestro punto de vista las leyes transgredidas por el juez de la Corte no deberían existir porque constituyen una extra-limitación del estado: la ley no puede prohibir una conducta cuando es inmoral pero no agrede a terceros.

Algunos pueden juzgar la conducta de Zaffaroni moralmente incompatible con su cargo, e incluso a mi me parece algo chocante que un Juez viole la ley de manera flagrante, pero al final del día no encontramos ningún motivo grave para que Zaffaroni deba renunciar o ser sometido a un juicio político, es una buena oportunidad para que cuando se discuta el tema ofrecer la visión liberal sobre la cuestión, una visión distinta.

agrego, revisando el post gracias a unos comentarios en facebook tengo que admitir que omití una cuestión no menor:  Zaffaroni no solo violó la ley, si no que aprovechó su posición como Juez de la Corte para pasar por arriba a la prohibición que disponen diferentes leyes.

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Elecciones: ¿Qué Elecciones?

[Publicado originalmente el viernes 29 de julio en La Crisis es Filosófica]

Todos sabíamos que el 2011 iba a ser un año electoral. Sin embargo, ahora nos vamos dando cuenta de lo que esto significa. Luego de la votación del 10 de julio, los porteños volveremos a las urnas este domingo 31. Quince días después, el 14 de Agosto, todos los argentinos tendremos que votar en las Elecciones Internas, Obligatorias y Simultáneas para Todos los Partidos. Finalmente, y luego de una breve pausa, volveremos a las urnas el 23 de Octubre para la elección nacional y, de haber Ballotage, una nueva elección nos espera el 20 de Noviembre.

Más allá de la cuestión política evidente que será resultado de todas estas votaciones, existe algo que también se alterará: naturalmente, la tranquilidad de tu domingo.

Es decir, si el domingo de la elección pensabas levantarte tarde (para eso están los domingos, ¿o no?), cuando vayas a votar, un rato antes o un rato después de comer, vas a darte cuenta que tenés quince o veinte personas en frente tuyo con lo que el deber cívico te va habrá costado entre 35 y 50 minutos de tu día. Si, en cambio, pensabas evitar la cola e ir temprano, la situación no mejorará mucho, ya que probablemente la evites, pero corras el riesgo de ser obligado a quedar como presidente de mesa. En ese caso, tu deber cívico te habrá costado casi 10 horas de tu día. Además del hecho que te levantaste temprano un domingo.

Agregado a todo esto tenés el lío de tránsito y autos en doble fila estacionados en la puerta de los colegios, justo en las calles más angostas de la ciudad; y el hecho de que, si querés “hacer las cosas bien”, tuviste que comerte horas de informativos televisivos y varias páginas de diarios para saber qué va a hacer cada candidato con tu pobre país. Y todo esto sin contar que el sábado a la noche no pudiste tomarte ni una cerveza ni ir a bailar a ningún lado por la veda electoral.

Ahora bien ¿Qué pasa con la gente que no tiene ganas de leer los diarios? ¿Qué pasa con los que sólo leen la parte de automóviles, o el suplemento de arte? ¿Qué pasa con vos, que estabas súper ilusionada con pasar un domingo de campo y te tenés que quedar en Capital porque el predio en Ezeiza no es a más de 500 kilómetros de modo que te exima de votar? ¿Qué pasa con los que sólo quieren ir a bailar y divertirse, y no les interesa si gana Cristina o gana Alfonsín porque -pase lo que pase- Crobar va a estar siempre abierto?

Finalmente ¿Qué pasa con aquellos que sí leen los diarios, que sí saben realmente lo que los políticos le van a hacer al país, y que por consiguiente quieren ahorrarse el trámite de colaborar con la destrucción de la nación?

En definitiva ¿es posible que «Las Elecciones» se opongan a nuestras elecciones? ¿Y llegado ese caso, qué elecciones son las que tenemos que valorar?

Creo que no hay mejor cosa que dejar, voilà, que cada uno decida.


¿De quién es la luna?

Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.

– J.L Borges – La Luna

Leyendo el otro día el diario La Nación me entero que hay un señor que está vendiendo parcelas en la luna:

Así, Dennis Hope en 1980 registró a su nombre el satélite y todos los planetas del sistema solar, basado en un vacío legal del Tratado de Espacio Exterior, que estableció Naciones Unidas. Una vez registrado a su nombre, Hope dividió la Luna e inició su venta mediante la Embajada Lunar. Actualmente, comercializa 1.500 terrenos diarios de media hectárea en la Luna, Mercurio, Marte y Venus.

Probablemente, un liberal que no haya estudiado la cuestión de la propiedad de la luna a fondo, favorezca la asignación de derechos de propiedad lunares. Los liberales hacemos énfasis  en la llamada «Tragedia de los Comunes«, una teoría formulada por Garret Hardin que sostiene que cuando la propiedad es común los recursos naturales se tienden a sobre-explotar abusando de ellos y destruyéndolos y por ese motivo la asignación de derechos de propiedad bien definidos promueven la preservación de dicho recurso. A partir de esta teoría, un liberal apresurado podría ver con buenos ojos esta asignación de derechos de propiedad sobre la luna, sin embargo este es uno de los casos donde se puede demostrar que los liberales no defendemos cualquier tipo de propiedad por un mero capricho, si no solamente aquellos derechos de propiedad que son legítimos, es decir que se ajusten a una teoría de la propiedad.

En la tradición Locke-Rothbard, Fernando Chiocca explica brevemente  una de las teorías de propiedad predominantes entre liberales y libertarios:

Abordemos ahora el tercer punto: ¿Cómo llegamos a ser los dueños de algo? Hay tres maneras de adquirir la propiedad sobre una cosa: (1) comprarla, (2) recibirla como un regalo o (3) apropiarse de un recurso previamente sin dueño (apropiación original). Para que uno se apropie de algo sin dueño, es necesario establecer un vínculo objetivo con el recurso en cuestión, o, en palabras de John Locke:

Cada uno de los hombres es propietario de su propia persona. Nadie sino él tiene derecho sobre ella. Podemos decir que el trabajo de su cuerpo y las obras de sus manos son estrictamente suyos. Cuando aparta una cosa del estado que la naturaleza le ha proporcionado y depositado en ella y mezclado con ella su trabajo, le añade algo que es suyo, convirtiéndola así en su propiedad. Ahora existe a su lado, separada del estado común de la naturaleza puesta en ella, con su trabajo le ha añadido algo que la excluye del derecho común de las demás personas: Dado que este trabajo es propiedad indiscutible del trabajador, nadie puede tener derecho sobre aquello que ha añadido.

No hace falta aclarar mucho, Dennis Hope, por más que haya registrado la luna a su nombre y se haya puesto a venderla, carece de derecho alguno sobre la misma. Encontrar un vacío legal no es suficiente para poder afirmar que el Sr. Hope tiene un derecho de propiedad legítimo sobre la luna, en consecuencia todos los contratos que haya celebrado transfiriendo la propiedad son nulos.

La luna, un lugar de oportunidades infinitas.

Este ejemplo de la luna exhibe de manera clara un principio que muchas veces no termina de ser comprendido tanto por aquellos críticos de la ética de la libertad como por algunos liberales que están confundidos acerca de la defensa de los derechos de propiedad. Los únicos derechos de propiedad que deben defenderse son los que se han adquirido de acuerdo a lo esbozado anteriormente.

La luna es un territorio sin dueño, y esto es un gran incentivo para que los individuos emprendan la tarea de colonizar la luna. Aquellos que mezclen su trabajo con el territorio lunar podrán llamarse a sí mismos  los legítimos propietarios de ese sector de la luna, convirtiendo de está manera un territorio desértico  en un campo fértil para el desarrollo de la civilización.

Para los interesados en estos temas, el prominente economista y teórico libertario Dr. Walter Block estará brindando una conferencia en Buenos Aires el próximo 9 de agosto a las 19 horas, titulada «Reparations, once again», donde ofrecerá su visión sobre los reclamos de indígenas y descendientes de esclavos sobre la restitución de sus propiedades (detalles aquí).

Fútbol que paguen todos (y ahora no mire nadie)

No es sorpresa que se anuncie una reforma en el programa gubernamental «Fútbol para Todos», al menos no es una sorpresa para aquellos que dejaron de ver al fútbol como espectáculo deportivo, o si se quiere como un negocio, y comenzaron a verlo con los mismos ojos que se puede ver cualquier acción de gobierno, desde el manejo de la ANSES y Aerolíneas Argentinas hasta todos los subsidios que se puedan imaginar.

El dinero de todos, sólo para ellos.

En primer lugar los indicios de que esta vez no iba a ser diferente se comenzaron a ver cuándo a pesar de las promesas de que «el dinero asignado en el Fútbol para Todos era una inversión y se recuperaba fácilmente con publicidad» el gobierno prohibió la publicidad privada  y, por supuesto, no tuvo que pasar más de unos meses para que se le asigne mas dinero estatal (bah, de los contribuyentes) al fútbol.

Otra característica de la intervención gubernamental en general es la desnaturalización en el área que interviene. Así cómo conductas pacificas son sancionadas (y no hablo de fumarse un porro, si no de que el kiosquero te dé fuego para fumarte un cigarrillo, las características esenciales de la pasión de multitudes son tergiversadas y manipuladas para satisfacer intereses políticos. En el artículo que de Jorge Oviedo que hoy pública La Nación se toca este tema:

Si un prestador de un servicio en competencia vive de lo que factura debe esforzarse lo más posible en contentar a sus usuarios para que sigan prefiriéndolo, como le pasa a cualquier empresario que pone en escena una obra de teatro por su cuenta y riesgo. Pero si lo subsidian por hacer simplemente funciones, sin importar la calidad, sin una medición de resultado, hará lo que Cherquis Bialo, con elogiable sinceridad ha dicho: contentar al que paga.

Si el Fútbol para Todos tiene o no audiencia, no es un problema de la AFA, sino de quien paga la cuenta.

Se dice que se perjudica a los equipos que se reforzaron, que hicieron las cosas bien, que lograron buenos resultados, que mostraron ser eficientes para manejarse administrativa y competitivamente. No es sorprendente, cuando el estado interviene mal protege a los ineficientes, premia a los que no invirtieron y castiga a los más capaces.

Que se haya duplicado el presupuesto asignado al Fútbol para Todos es también un claro indicio de que este es un programa gubernamental más que, como todos, comenzará a expandirse de una manera que sabemos donde comienza pero no sabemos donde termina. Sin embargo, esto no es lo más preocupante. Ya estamos acostumbrados a este tipo de iniciativas estatales que terminan en el más absoluto de los fracasos, ya lo veremos el año que viene cuando se juegue la liga con mas equipos de todo el mundo (solo Congo y Mozambique le harán competencia a la cantidad de equipos en la liga), lo que realmente elimina cualquier esperanza de vislumbrar un futuro un poco menos peor es esta observación de Oviedo en aquella nota:

Es curioso, pero en Europa y en los Estados Unidos hay gran debate político porque se acusa a los gobiernos de gastar grandes sumas de dinero de los contribuyentes para salvar a bancos, compañías de seguros e inclusos a países enteros que habían administrado mal. Pero en la Argentina, sin debate alguno, se destinan miles de millones para salvar a clubes de fútbol de sus fracasos institucionales, financieros y deportivos.

En realidad no es para nada curioso que no se de este debate en un país en que ningún candidato de la mal llamada «oposición» tenga en vista eliminar el fútbol que pagan todos, y que, ahora, no va a emocionar a nadie.

==

agrego esta reflexión de JP Varsky en Canchallena.com:

En octubre, se votará en Asamblea. Desnaturaliza la competencia. No fomenta ni el desarrollo de clubes ni la formación de jugadores. Es política y plata. Hiere de muerte al fútbol argentino. Grondona, los dirigentes de los clubes y el Gobierno aún están a tiempo de evitar semejante esperpento. Todavía pueden convertir esta impactante noticia en una simple bomba de humo.

La política no hiere de muerte al fútbol, hiere de muerte a toda la sociedad.
De todas maneras parece que todo va a quedar en la nada.

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Dejando de lado la violencia política

Somos parte de una sociedad donde el único lenguaje que se entiende es la violencia, una violencia que no se es tan evidente como una batalla campal en un partido de fútbol o la que se presenta  en algún hecho delictivo de los que  aparecen  a diario en la sección policiales. Nos damos cuenta que vivimos en una sociedad basada en la violencia, en la coerción, cuando leemos la tapa de los diarios y vemos que en el 90% de las noticias los políticos tienen algo que ver, y cuando un político (tenga un cargo o no) está metido en algo quiere decir que tiene una idea sobre como manejar tu plata o como llevar adelante a tu vida.

Hablar de violencia política es una redundancia, la única manera en la que la política puede actuar es usando la fuerza, ya sea castigando a los que no actúan de determinada manera o financiando lo que los políticos en el poder  consideren que es apropiado financiar. Cuando esta violencia hace metástasis y se entromete en cada intercambio voluntario, en cada aspecto, por mas ínfimo que sea, de la vida privada de los individuos, se pierden algunas nociones básicas sobre la convivencia pacífica.

El principal daño que hace este  cáncer que es la violencia política es sobre la precepción de que no se puede lograr nada de manera voluntaria, y que si no se fuerza un determinado curso de acción se está legitimando la conducta opuesta.

Un ejemplo: Comer con excesiva sal genera problemas para la salud, en especial en la presión arterial. La reacción del político, es prohibir los saleros y el uso de la sal. La sociedad civil, en general, aplaude la medida principalmente porque ya está acostumbrada a ese lenguaje de la violencia y a forzar a la gente a hacer o dejar de hacer algo, la responsabilidad individual no está de moda.

Otro de los casos donde se puede ver esto es cuando hablamos de ayudar al más necesitado, de ser solidario, y demás. Que queramos que el gobierno se involucre en esos asuntos no implica que estamos siendo solidarios, o ayudando a los más necesitados, lo que realmente estamos haciendo es deslindarnos de cualquier tipo de responsabilidad y sin ningún tipo de cuestionamiento avalar el modus operandi del estado, que vale aclarar, nunca lo adoptaríamos para nosotros.  ¿O acaso cuando queremos hacer una donación le robamos el dinero al vecino para dárselo al beneficiario? La solidaridad y la política son antagónicas, una es inherentemente voluntaria y la otra inherentemente violenta, y por supuesto la segunda redistribuyendo forzosamente la riqueza termina perjudicando a quien dice ayudar.

Poder darse cuenta de esto es el primer paso para comenzar a explorar otras soluciones y otros modos de relacionarse, comenzar a prescindir de la política para alcanzar los fines que deseamos, y de esta manera, asumir la  responsabilidad por lo que decidimos hacer o no utilizando nuestra libertad. Etienne de la Boétie decía «el hombre para ser libre sólo tiene que desearlo», y un poco de razón tiene.

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Rehenes Colectivos

Así como la Secretaría de Comercio Interior tiene como función obstruir el comercio y la legislación en defensa del consumidor perjudica al que se supone que debe defender, la Secretaría de Transporte pone trabas para que los argentinos puedan transportarse, no se podía esperar menos.

La empresa Nueva Metropol anunció el  lanzamiento de la nueva línea de colectivos «Plus 194» que ofrecía un servicio diferencial:

La empresa La Nueva Metropol destinó $ 60 millones para crear una nueva flota de colectivos con servicio diferencial para

La nueva línea de la que los usuarios pueden ser «víctima»

pasajeros.

Para esta línea, la empresa incorporó una flota de 60 coches nuevos, donde sólo viajarán pasajeros sentados, con una frecuencia de dos minutos de espera, asientos de pana y aire acondicionado frío calor. El nuevo servicio tendría una tarifa única de $ 2.

Plus 194 aceptará pagos en efectivo, con SUBE y Monedero, pero, además, prevé poder generar puntos de venta de pasajes en alianza con los kioscos de revistas.

Se prevé que el recorrido total del tramo demore 50 minutos, cuando en una línea tradicional se extendería cerca de un 40% más, según estimaciones de la empresa. La actual línea 194 (Chevallier Metropolitana) cubre el tramo de Buenos Aires a Zárate, con lo cual el servicio diferencial de Plus 194 será más corto, limitándose a la ciudad.

Sin dudas se tratá de un nuevo servicio para los usuarios de transporte público, si bien el boleto sale un poco mas (entre 75 y 90 centavos depende del tramo del viaje), uno tiene la garantía de viajar sentado y además llegar más rápido a destino, además es un 36% menos contaminante, según dicen en la nota.

Como el transporte público esta hiperregulado, la empresa para poder operar necesitaba una autorización de la Secretaría de Transporte, que le fue denegada.  No contenta la empresa, recurrió a un amparo judicial, y en esa instancia el juez autorizó, de forma provisoria, que la linea Plus 194 pueda brindar el servicio y de esa manera ofrecerle una alternativa más, distinta, a los pasajeros que realizan ese recorrido.

Como no podía ser menos, el secretario de transporte de la nación, Juan Pablo Schiavi,  describió a los usuarios que se podrían ver beneficiados con un nuevo competidor como «víctimas» de la resolución que autoriza a operar a esta empresa:

Durante la reunión, donde se resolvió levantar la medida de protesta programada para esta tarde, Schiavi aseguro que los usuarios son víctimas de la intervención de un juez en temas que competen exclusivamente a la Secretaria de Transporte, que ya había resuelto no conceder la habilitación del servicio diferencial a la línea 194, por no cumplir con los requisitos mínimos que se necesitan para circular.

La excusa de los usuarios como víctimas de una nueva empresa es sólo eso, una excusa para proteger de la competencia a las otras lineas de colectivos que pusieron el grito en el cielo:

El bondi ideal de Schiavi

Según denuncian, la protesta es por haber autorizado, mediante la vía del amparo, la implantación de una nueva línea de transporte público, facultad que solamente compete a la Secretaría de Transporte y peor aún, “sobre una traza en la que no existen demandas de transporte insatisfechas y sin haber dado cumplimiento a ninguno de los requisitos formales y materiales que se requieren para ello”.

A través de un comunicado, señalan que: “la medida cautelar citada promueve y permite a la línea 194, la operación irregular del servicio sin cumplir con las condiciones mínimas que se requieren y se exigen al resto de los operadores, puesto que no utilizan vehículos de piso bajo y en consecuencia no tienen accesibilidad para personas discapacitadas, cobran los pasajes en efectivo, no poseen las máquinas para utilización del SUBE y usan paradas de otras empresas para efectuar el ascenso y descenso de pasajeros”.

No se entiende si el servicio que brindan es tan malo, si no cumple los requisitos mínimos para circular como indican tanto las empresas competidoras como el secretario de transporte, ¿por qué tanto alboroto por una nueva línea tan berreta?

Cartel en el lateral de una unidad de la linea 132 quejándose por la competencia

Está claro que eso no es así, que las operaciones de la  línea Plus 194 puede llegar a forzar a los competidores a, valga la redundancia, competir con una línea por fuera del entramado regulatorio que pone en peligro la comodidad de tener, gracias al gobierno, un mercado estático y sin competencia, y  a la población de rehenes colectivos.

¿Qué es el liberalismo?

En esta conferencia del economista muchas veces citado en este blog, Alberto Benegas Lynch (h), explica qué entiende él por liberalismo, y analiza algunas distorsiones que se han generado en torno a dicho concepto.

En el video trata los siguientes temas:

– definición del liberalismo
— definición
— imposibilidad de dividir el liberalismo entre políticio y economoico
– funcionamiento del mercado
– el nefasto FMI y el Banco Mundial
– deuda externa y democracia: su incompatibilidad
– la cuestión social
— desempleo y salarios
— salarios
— la importancia del trabajo
— las llamadas «conquistas sociales» y sus consecuencias
— de que depende el nivel de salarios
— el impuesto progresivo
— crítica a la economía neoclásica

 

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