Elecciones: ¿Qué Elecciones?

[Publicado originalmente el viernes 29 de julio en La Crisis es Filosófica]

Todos sabíamos que el 2011 iba a ser un año electoral. Sin embargo, ahora nos vamos dando cuenta de lo que esto significa. Luego de la votación del 10 de julio, los porteños volveremos a las urnas este domingo 31. Quince días después, el 14 de Agosto, todos los argentinos tendremos que votar en las Elecciones Internas, Obligatorias y Simultáneas para Todos los Partidos. Finalmente, y luego de una breve pausa, volveremos a las urnas el 23 de Octubre para la elección nacional y, de haber Ballotage, una nueva elección nos espera el 20 de Noviembre.

Más allá de la cuestión política evidente que será resultado de todas estas votaciones, existe algo que también se alterará: naturalmente, la tranquilidad de tu domingo.

Es decir, si el domingo de la elección pensabas levantarte tarde (para eso están los domingos, ¿o no?), cuando vayas a votar, un rato antes o un rato después de comer, vas a darte cuenta que tenés quince o veinte personas en frente tuyo con lo que el deber cívico te va habrá costado entre 35 y 50 minutos de tu día. Si, en cambio, pensabas evitar la cola e ir temprano, la situación no mejorará mucho, ya que probablemente la evites, pero corras el riesgo de ser obligado a quedar como presidente de mesa. En ese caso, tu deber cívico te habrá costado casi 10 horas de tu día. Además del hecho que te levantaste temprano un domingo.

Agregado a todo esto tenés el lío de tránsito y autos en doble fila estacionados en la puerta de los colegios, justo en las calles más angostas de la ciudad; y el hecho de que, si querés “hacer las cosas bien”, tuviste que comerte horas de informativos televisivos y varias páginas de diarios para saber qué va a hacer cada candidato con tu pobre país. Y todo esto sin contar que el sábado a la noche no pudiste tomarte ni una cerveza ni ir a bailar a ningún lado por la veda electoral.

Ahora bien ¿Qué pasa con la gente que no tiene ganas de leer los diarios? ¿Qué pasa con los que sólo leen la parte de automóviles, o el suplemento de arte? ¿Qué pasa con vos, que estabas súper ilusionada con pasar un domingo de campo y te tenés que quedar en Capital porque el predio en Ezeiza no es a más de 500 kilómetros de modo que te exima de votar? ¿Qué pasa con los que sólo quieren ir a bailar y divertirse, y no les interesa si gana Cristina o gana Alfonsín porque -pase lo que pase- Crobar va a estar siempre abierto?

Finalmente ¿Qué pasa con aquellos que sí leen los diarios, que sí saben realmente lo que los políticos le van a hacer al país, y que por consiguiente quieren ahorrarse el trámite de colaborar con la destrucción de la nación?

En definitiva ¿es posible que «Las Elecciones» se opongan a nuestras elecciones? ¿Y llegado ese caso, qué elecciones son las que tenemos que valorar?

Creo que no hay mejor cosa que dejar, voilà, que cada uno decida.


¿De quién es la luna?

Según se sabe, esta mudable vida
Puede, entre tantas cosas, ser muy bella
Y hubo así alguna tarde en que con ella
Te miramos, oh luna compartida.

– J.L Borges – La Luna

Leyendo el otro día el diario La Nación me entero que hay un señor que está vendiendo parcelas en la luna:

Así, Dennis Hope en 1980 registró a su nombre el satélite y todos los planetas del sistema solar, basado en un vacío legal del Tratado de Espacio Exterior, que estableció Naciones Unidas. Una vez registrado a su nombre, Hope dividió la Luna e inició su venta mediante la Embajada Lunar. Actualmente, comercializa 1.500 terrenos diarios de media hectárea en la Luna, Mercurio, Marte y Venus.

Probablemente, un liberal que no haya estudiado la cuestión de la propiedad de la luna a fondo, favorezca la asignación de derechos de propiedad lunares. Los liberales hacemos énfasis  en la llamada «Tragedia de los Comunes«, una teoría formulada por Garret Hardin que sostiene que cuando la propiedad es común los recursos naturales se tienden a sobre-explotar abusando de ellos y destruyéndolos y por ese motivo la asignación de derechos de propiedad bien definidos promueven la preservación de dicho recurso. A partir de esta teoría, un liberal apresurado podría ver con buenos ojos esta asignación de derechos de propiedad sobre la luna, sin embargo este es uno de los casos donde se puede demostrar que los liberales no defendemos cualquier tipo de propiedad por un mero capricho, si no solamente aquellos derechos de propiedad que son legítimos, es decir que se ajusten a una teoría de la propiedad.

En la tradición Locke-Rothbard, Fernando Chiocca explica brevemente  una de las teorías de propiedad predominantes entre liberales y libertarios:

Abordemos ahora el tercer punto: ¿Cómo llegamos a ser los dueños de algo? Hay tres maneras de adquirir la propiedad sobre una cosa: (1) comprarla, (2) recibirla como un regalo o (3) apropiarse de un recurso previamente sin dueño (apropiación original). Para que uno se apropie de algo sin dueño, es necesario establecer un vínculo objetivo con el recurso en cuestión, o, en palabras de John Locke:

Cada uno de los hombres es propietario de su propia persona. Nadie sino él tiene derecho sobre ella. Podemos decir que el trabajo de su cuerpo y las obras de sus manos son estrictamente suyos. Cuando aparta una cosa del estado que la naturaleza le ha proporcionado y depositado en ella y mezclado con ella su trabajo, le añade algo que es suyo, convirtiéndola así en su propiedad. Ahora existe a su lado, separada del estado común de la naturaleza puesta en ella, con su trabajo le ha añadido algo que la excluye del derecho común de las demás personas: Dado que este trabajo es propiedad indiscutible del trabajador, nadie puede tener derecho sobre aquello que ha añadido.

No hace falta aclarar mucho, Dennis Hope, por más que haya registrado la luna a su nombre y se haya puesto a venderla, carece de derecho alguno sobre la misma. Encontrar un vacío legal no es suficiente para poder afirmar que el Sr. Hope tiene un derecho de propiedad legítimo sobre la luna, en consecuencia todos los contratos que haya celebrado transfiriendo la propiedad son nulos.

La luna, un lugar de oportunidades infinitas.

Este ejemplo de la luna exhibe de manera clara un principio que muchas veces no termina de ser comprendido tanto por aquellos críticos de la ética de la libertad como por algunos liberales que están confundidos acerca de la defensa de los derechos de propiedad. Los únicos derechos de propiedad que deben defenderse son los que se han adquirido de acuerdo a lo esbozado anteriormente.

La luna es un territorio sin dueño, y esto es un gran incentivo para que los individuos emprendan la tarea de colonizar la luna. Aquellos que mezclen su trabajo con el territorio lunar podrán llamarse a sí mismos  los legítimos propietarios de ese sector de la luna, convirtiendo de está manera un territorio desértico  en un campo fértil para el desarrollo de la civilización.

Para los interesados en estos temas, el prominente economista y teórico libertario Dr. Walter Block estará brindando una conferencia en Buenos Aires el próximo 9 de agosto a las 19 horas, titulada «Reparations, once again», donde ofrecerá su visión sobre los reclamos de indígenas y descendientes de esclavos sobre la restitución de sus propiedades (detalles aquí).

Realidad y ficción

Basado en esta noticia y realizado por el amigo Enrique Da Costa Cambio en Facebook.

Hecho de la Realidad:  no hay muchas películas nacionales en los cines.
Causa: no hay consumidores para el cine nacional.
Visión del estatista: no se hacen suficientes películas argentinas por lo que la audiencia está cautiva de la basura extranjera.
Acción del estatista: subsidio a peliculas nacionales.
Consecuencia: exceso de peliculas nacionales.

Hecho de la Realidad: no se pasan muchas películas nacionales en los cines.
Causa: no hay consumidores para el cine nacional.
Visión del estatista: los cines no pasan películas nacionales y hacen a la audiencia cautiva de la basura extranjera.
Acción: limitación de la reproducción de peliculas extranjeras.
Consecuencia: baja de la audiencia en los cines.

Hecho de la Realidad: no hay consumidores para el cine nacional.
Visión del estatista: la sociedad tiene el cerebro lavado con la basura extranjera. Hay que hacer lo contrario con nuestra grandiosa produccion nacional.
Acción del estatista: subsidio a los cines.
Consecuencia: sube la audiencia a costa de impuestos. Como ya está pago, la gente va al cine. Proliferan películas y cines subsidiados. Las películas bajan su calidad porque no precisan competir.

Hecho de la Realidad: no hay consumidores para el cine nacional (al precio real de mercado).
Visión del estatista: faltan controles en el otorgamiento de subsidios, lo empresarios del cine son inescrupulosos y corruptos, el mercado no funciona.
Acción del estatista: se crea la Comisión de Control y Ordenamiento del Cine Nacional (CCOCN o Cocoon) con 3000 empleados de arranque y un 10% mas cada año, en años electorales 30% mas.
Consecuencia: más coimas, más costos, menos calidad.

Hecho de la realidad: no hay consumidores para el cine nacional (al precio real de mercado).
Visión del estatista: connivencia de anteriores gobiernos y funcionarios con el empresariado privado capitalista apátrida y corrupto. definitivamente el mercado no funciona.
Acción del estatista: estatizacion del cine nacional.

Cambie el lector «cine» por cualquier otro rubro. ¿Fútbol por ejemplo?

Fútbol que paguen todos (y ahora no mire nadie)

No es sorpresa que se anuncie una reforma en el programa gubernamental «Fútbol para Todos», al menos no es una sorpresa para aquellos que dejaron de ver al fútbol como espectáculo deportivo, o si se quiere como un negocio, y comenzaron a verlo con los mismos ojos que se puede ver cualquier acción de gobierno, desde el manejo de la ANSES y Aerolíneas Argentinas hasta todos los subsidios que se puedan imaginar.

El dinero de todos, sólo para ellos.

En primer lugar los indicios de que esta vez no iba a ser diferente se comenzaron a ver cuándo a pesar de las promesas de que «el dinero asignado en el Fútbol para Todos era una inversión y se recuperaba fácilmente con publicidad» el gobierno prohibió la publicidad privada  y, por supuesto, no tuvo que pasar más de unos meses para que se le asigne mas dinero estatal (bah, de los contribuyentes) al fútbol.

Otra característica de la intervención gubernamental en general es la desnaturalización en el área que interviene. Así cómo conductas pacificas son sancionadas (y no hablo de fumarse un porro, si no de que el kiosquero te dé fuego para fumarte un cigarrillo, las características esenciales de la pasión de multitudes son tergiversadas y manipuladas para satisfacer intereses políticos. En el artículo que de Jorge Oviedo que hoy pública La Nación se toca este tema:

Si un prestador de un servicio en competencia vive de lo que factura debe esforzarse lo más posible en contentar a sus usuarios para que sigan prefiriéndolo, como le pasa a cualquier empresario que pone en escena una obra de teatro por su cuenta y riesgo. Pero si lo subsidian por hacer simplemente funciones, sin importar la calidad, sin una medición de resultado, hará lo que Cherquis Bialo, con elogiable sinceridad ha dicho: contentar al que paga.

Si el Fútbol para Todos tiene o no audiencia, no es un problema de la AFA, sino de quien paga la cuenta.

Se dice que se perjudica a los equipos que se reforzaron, que hicieron las cosas bien, que lograron buenos resultados, que mostraron ser eficientes para manejarse administrativa y competitivamente. No es sorprendente, cuando el estado interviene mal protege a los ineficientes, premia a los que no invirtieron y castiga a los más capaces.

Que se haya duplicado el presupuesto asignado al Fútbol para Todos es también un claro indicio de que este es un programa gubernamental más que, como todos, comenzará a expandirse de una manera que sabemos donde comienza pero no sabemos donde termina. Sin embargo, esto no es lo más preocupante. Ya estamos acostumbrados a este tipo de iniciativas estatales que terminan en el más absoluto de los fracasos, ya lo veremos el año que viene cuando se juegue la liga con mas equipos de todo el mundo (solo Congo y Mozambique le harán competencia a la cantidad de equipos en la liga), lo que realmente elimina cualquier esperanza de vislumbrar un futuro un poco menos peor es esta observación de Oviedo en aquella nota:

Es curioso, pero en Europa y en los Estados Unidos hay gran debate político porque se acusa a los gobiernos de gastar grandes sumas de dinero de los contribuyentes para salvar a bancos, compañías de seguros e inclusos a países enteros que habían administrado mal. Pero en la Argentina, sin debate alguno, se destinan miles de millones para salvar a clubes de fútbol de sus fracasos institucionales, financieros y deportivos.

En realidad no es para nada curioso que no se de este debate en un país en que ningún candidato de la mal llamada «oposición» tenga en vista eliminar el fútbol que pagan todos, y que, ahora, no va a emocionar a nadie.

==

agrego esta reflexión de JP Varsky en Canchallena.com:

En octubre, se votará en Asamblea. Desnaturaliza la competencia. No fomenta ni el desarrollo de clubes ni la formación de jugadores. Es política y plata. Hiere de muerte al fútbol argentino. Grondona, los dirigentes de los clubes y el Gobierno aún están a tiempo de evitar semejante esperpento. Todavía pueden convertir esta impactante noticia en una simple bomba de humo.

La política no hiere de muerte al fútbol, hiere de muerte a toda la sociedad.
De todas maneras parece que todo va a quedar en la nada.

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Dejando de lado la violencia política

Somos parte de una sociedad donde el único lenguaje que se entiende es la violencia, una violencia que no se es tan evidente como una batalla campal en un partido de fútbol o la que se presenta  en algún hecho delictivo de los que  aparecen  a diario en la sección policiales. Nos damos cuenta que vivimos en una sociedad basada en la violencia, en la coerción, cuando leemos la tapa de los diarios y vemos que en el 90% de las noticias los políticos tienen algo que ver, y cuando un político (tenga un cargo o no) está metido en algo quiere decir que tiene una idea sobre como manejar tu plata o como llevar adelante a tu vida.

Hablar de violencia política es una redundancia, la única manera en la que la política puede actuar es usando la fuerza, ya sea castigando a los que no actúan de determinada manera o financiando lo que los políticos en el poder  consideren que es apropiado financiar. Cuando esta violencia hace metástasis y se entromete en cada intercambio voluntario, en cada aspecto, por mas ínfimo que sea, de la vida privada de los individuos, se pierden algunas nociones básicas sobre la convivencia pacífica.

El principal daño que hace este  cáncer que es la violencia política es sobre la precepción de que no se puede lograr nada de manera voluntaria, y que si no se fuerza un determinado curso de acción se está legitimando la conducta opuesta.

Un ejemplo: Comer con excesiva sal genera problemas para la salud, en especial en la presión arterial. La reacción del político, es prohibir los saleros y el uso de la sal. La sociedad civil, en general, aplaude la medida principalmente porque ya está acostumbrada a ese lenguaje de la violencia y a forzar a la gente a hacer o dejar de hacer algo, la responsabilidad individual no está de moda.

Otro de los casos donde se puede ver esto es cuando hablamos de ayudar al más necesitado, de ser solidario, y demás. Que queramos que el gobierno se involucre en esos asuntos no implica que estamos siendo solidarios, o ayudando a los más necesitados, lo que realmente estamos haciendo es deslindarnos de cualquier tipo de responsabilidad y sin ningún tipo de cuestionamiento avalar el modus operandi del estado, que vale aclarar, nunca lo adoptaríamos para nosotros.  ¿O acaso cuando queremos hacer una donación le robamos el dinero al vecino para dárselo al beneficiario? La solidaridad y la política son antagónicas, una es inherentemente voluntaria y la otra inherentemente violenta, y por supuesto la segunda redistribuyendo forzosamente la riqueza termina perjudicando a quien dice ayudar.

Poder darse cuenta de esto es el primer paso para comenzar a explorar otras soluciones y otros modos de relacionarse, comenzar a prescindir de la política para alcanzar los fines que deseamos, y de esta manera, asumir la  responsabilidad por lo que decidimos hacer o no utilizando nuestra libertad. Etienne de la Boétie decía «el hombre para ser libre sólo tiene que desearlo», y un poco de razón tiene.

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La Matanza: digna de su nombre

Para aquellos que tenemos a algún familiar o conocido, o para quienes siguen las noticias, sabemos que la Matanza es un «Lugar complicado». El gobierno, en concreto el Ministerio de Seguridad bonaerense ya se desentendió en términos prácticos del tema. Esta zona registra uno de los mayores índices de peligrosidad del país y sus vecinos (trabajadores y comerciantes) ya están armados.

José Sánchez, uno de sus directores, dijo: «Es un lugar muy complicado. Obviamente, no podemos garantizar el delito cero en una zona tan compleja». Intentando lavarse las manos, Sánchez apuntó a otro lado: «Gran parte de los reclamos están dirigidos al municipio». ¿Para qué te pagamos Sánchez? ¿leíste la Constitución Nacional? ¿podés tirarle el fardo al municipio cuando TU SUELDO se paga con dinero que la nación le roba a los municipios, que después le da a la provincia y que después NO VUELVE al municipio? Me parece que no corresponde.

La Municipalidad de La Matanza, dentro de su limitada capacidad operativa (tanto en término económicos como intelectuales) colocó cámaras de seguridad que, según los vecinos, no sirven. Cuando al ministro Ricardo Casal se le preguntó si estaba al tanto de que, ante la creciente inseguridad, un grupo de comerciantes se armó para defenderse de los delincuentes?. El Ministro respondió que no tenía idea y que para él, eso estaba mal.

Para sonreir tenés que estar vivo :D

Días después, el ministro Casal anunció un plan de desarme para reducir la tenencia de armas de fuego en manos de la población a cambio de dinero. O sea, se le paga a la gente por desarmarse por vulnerabilizarse, por volverse dependiente de un órgano que no da respuestas y que está DEJANDO QUE SE MUERA LA GENTE. Perdón, miento, no deja PROMUEVE las muertes al reducir las capacidades defensivas de los vecinos. Se usa el dinero de todos para desarmar a los civiles, crear dependencia y NO DAR soluciones.

«La verdad es que cada vez que pasa algo le importa una m… a ninguno -se quejó el dueño de la casa de electrodomésticos-. ¿Para qué pusieron cámaras, si un día le robaron a un comerciante que está al lado de donde pusieron una, y nunca vino nadie?«

Esta es sólo otra muestra de como el gobierno usa tu dinero para fines contrarios a los que dice sostener. En vez de protegerte te desarma (ataca la consecuencia, no la causa). En vez de liberar las fuerzas de la economía, se ponen más trabas y se subsidian a quienes no aportan valor a la comunidad.

Esta es la lógica del gobierno que quita de circulación a una persona que ofrece primeros auxilios, sin título, por no haber hospitales. O que clausura negocios sin habilitación que proveen bienes y servicios a la comunidad porque las regulaciones impiden estar en regla y poder operar. La misma lógica que te obliga a «contratar en blanco» y te pone exigencias monetarias y un sistema perverso que te apunta a la cabeza desde el primer momento.

Cuando las mentiras del gobierno fallan, y la realidad se impone es interesante ver como la sociedad civil reacciona. Podemos esperar que cada vez haya más gente armada, que se armen formas de coordinar la seguridad en la comunidad y que hasta se armen grupos parapoliciales (sean empresas de seguridad privadas o agrupaciones vecinales) que salgan a garantizar la seguridad de la comunidad.

Más allá que uno pueda disentir con los modos y los criterios de aplicación de «justicia», cuando el gobierno fracasa la sociedad civil no puede quedarse quieta. Tu supervivencia depende de ello.

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Rehenes Colectivos

Así como la Secretaría de Comercio Interior tiene como función obstruir el comercio y la legislación en defensa del consumidor perjudica al que se supone que debe defender, la Secretaría de Transporte pone trabas para que los argentinos puedan transportarse, no se podía esperar menos.

La empresa Nueva Metropol anunció el  lanzamiento de la nueva línea de colectivos «Plus 194» que ofrecía un servicio diferencial:

La empresa La Nueva Metropol destinó $ 60 millones para crear una nueva flota de colectivos con servicio diferencial para

La nueva línea de la que los usuarios pueden ser «víctima»

pasajeros.

Para esta línea, la empresa incorporó una flota de 60 coches nuevos, donde sólo viajarán pasajeros sentados, con una frecuencia de dos minutos de espera, asientos de pana y aire acondicionado frío calor. El nuevo servicio tendría una tarifa única de $ 2.

Plus 194 aceptará pagos en efectivo, con SUBE y Monedero, pero, además, prevé poder generar puntos de venta de pasajes en alianza con los kioscos de revistas.

Se prevé que el recorrido total del tramo demore 50 minutos, cuando en una línea tradicional se extendería cerca de un 40% más, según estimaciones de la empresa. La actual línea 194 (Chevallier Metropolitana) cubre el tramo de Buenos Aires a Zárate, con lo cual el servicio diferencial de Plus 194 será más corto, limitándose a la ciudad.

Sin dudas se tratá de un nuevo servicio para los usuarios de transporte público, si bien el boleto sale un poco mas (entre 75 y 90 centavos depende del tramo del viaje), uno tiene la garantía de viajar sentado y además llegar más rápido a destino, además es un 36% menos contaminante, según dicen en la nota.

Como el transporte público esta hiperregulado, la empresa para poder operar necesitaba una autorización de la Secretaría de Transporte, que le fue denegada.  No contenta la empresa, recurrió a un amparo judicial, y en esa instancia el juez autorizó, de forma provisoria, que la linea Plus 194 pueda brindar el servicio y de esa manera ofrecerle una alternativa más, distinta, a los pasajeros que realizan ese recorrido.

Como no podía ser menos, el secretario de transporte de la nación, Juan Pablo Schiavi,  describió a los usuarios que se podrían ver beneficiados con un nuevo competidor como «víctimas» de la resolución que autoriza a operar a esta empresa:

Durante la reunión, donde se resolvió levantar la medida de protesta programada para esta tarde, Schiavi aseguro que los usuarios son víctimas de la intervención de un juez en temas que competen exclusivamente a la Secretaria de Transporte, que ya había resuelto no conceder la habilitación del servicio diferencial a la línea 194, por no cumplir con los requisitos mínimos que se necesitan para circular.

La excusa de los usuarios como víctimas de una nueva empresa es sólo eso, una excusa para proteger de la competencia a las otras lineas de colectivos que pusieron el grito en el cielo:

El bondi ideal de Schiavi

Según denuncian, la protesta es por haber autorizado, mediante la vía del amparo, la implantación de una nueva línea de transporte público, facultad que solamente compete a la Secretaría de Transporte y peor aún, “sobre una traza en la que no existen demandas de transporte insatisfechas y sin haber dado cumplimiento a ninguno de los requisitos formales y materiales que se requieren para ello”.

A través de un comunicado, señalan que: “la medida cautelar citada promueve y permite a la línea 194, la operación irregular del servicio sin cumplir con las condiciones mínimas que se requieren y se exigen al resto de los operadores, puesto que no utilizan vehículos de piso bajo y en consecuencia no tienen accesibilidad para personas discapacitadas, cobran los pasajes en efectivo, no poseen las máquinas para utilización del SUBE y usan paradas de otras empresas para efectuar el ascenso y descenso de pasajeros”.

No se entiende si el servicio que brindan es tan malo, si no cumple los requisitos mínimos para circular como indican tanto las empresas competidoras como el secretario de transporte, ¿por qué tanto alboroto por una nueva línea tan berreta?

Cartel en el lateral de una unidad de la linea 132 quejándose por la competencia

Está claro que eso no es así, que las operaciones de la  línea Plus 194 puede llegar a forzar a los competidores a, valga la redundancia, competir con una línea por fuera del entramado regulatorio que pone en peligro la comodidad de tener, gracias al gobierno, un mercado estático y sin competencia, y  a la población de rehenes colectivos.

¿Qué es el liberalismo?

En esta conferencia del economista muchas veces citado en este blog, Alberto Benegas Lynch (h), explica qué entiende él por liberalismo, y analiza algunas distorsiones que se han generado en torno a dicho concepto.

En el video trata los siguientes temas:

– definición del liberalismo
— definición
— imposibilidad de dividir el liberalismo entre políticio y economoico
– funcionamiento del mercado
– el nefasto FMI y el Banco Mundial
– deuda externa y democracia: su incompatibilidad
– la cuestión social
— desempleo y salarios
— salarios
— la importancia del trabajo
— las llamadas «conquistas sociales» y sus consecuencias
— de que depende el nivel de salarios
— el impuesto progresivo
— crítica a la economía neoclásica

 

De tacaños, egoístas y asquerosos

Me quedaron en el tintero (en el teclado) algunos comentarios respecto de la elección del último domingo, más bien sobre las repercusiones de la abrumadora victoria macrista.

La elecciones pasaron, ganó Mauricio Macri, y Filmus quedó lejos, a 20 puntos.  Solanas  quedó  más lejos todavía,  sin embargo el gran ganador fue una vez mas el germen estatista, acaparó el 99% de los votos, en los diferentes envasases que se presentaba. Lo comentábamos, estamos hipnotizados con espejitos de colores.

Bienpensante #1

Las  repercusiones de los bienpensantes a la victoria de Macri (o de Duran Barba)  no se hicieron esperar,  en la vanguardia de la intelligentsia encontramos a Fito Paéz, músico y a  Horacio Gonzalez, bibliotecario nacional y militante anti-Vargas Llosista, expresando su opinión.

La realidad es que los mensajes de ambos no se diferencian mucho, por un lado Paéz escribió en la contratapa de Página/12:

A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. […] Da asco la mitad de Buenos Aires. […] Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing…

Por su parte, en el mismo sentido, Gonzalez declaró:

El titular de la Biblioteca Nacional, el kirchnerista Horacio González, afirmó hoy que la ventaja que logró Mauricio Macri sobre Daniel Filmus demuestra que en la Ciudad de Buenos Aires se instaló una «ideología tacaña, particularista, defensiva y egoísta».

González apuntó además a un sector social de los porteños que considera que se «deben tener actitudes inamistosas, actitudes vinculadas al cercamiento»

Supngamos que Gonzalez y Paéz tienen razón, y el proyecto del avasallado Filmus proponía un mayor gasto del dinero de los contribuyentes en programas sociales, viviendas subsidiadas, ministerios para todos, etc. Supongamos que Filmus a diferencia de Macri iba a intentar reducir la desigualdad entre el norte y el sur (y que la desigualdad qua desigualdad es algo negativo). Supongamos todo eso, sea cierto, o no. A partir de estas suposiciones me pregunto si con sus declaraciones pretenden inferir que Filmus representa una ideología «generosa, caritativa y altruista».  Supongo que era su intención, veamos por qué esto no es así.

Bienpensante #2

El gobierno no es, ni puede ser, generoso ni caritativo. Solamente pueden serlo los individuos cuando voluntariamente optan por ceder parte de su propiedad en favor de alguien que la necesita, ese es el factor esencial de la caridad y la generosidad: la voluntariedad. En el caso del gobierno, no se trata de caridad, ni generosidad. Es en realidad distribución del botín que hace un ladrón, es el proceso donde se obtiene por la fuerza los recursos que fueron obtenidos anteriormente de manera voluntaria por los «tacaños, particularistas y egoístas». En otras palabras, se ha pervertido el lenguaje,  lo que ellos llaman generosidad y caridad es en realidad saqueo y robo. Orwell llamaba a esto doblepensar , y esto es un ejemplo de libro a esa categoría orwelliana.

Puede ser que Gonzalez  también tenga razón sobre aquellos que votaron a Macri,  egoístas y tacaños, que no conciben ser caritativos  con los más necesitados, y que como la oferta macrista contemplaba menos planes sociales (pero igual gasto público, impuestos, regulaciones, etc.) hayan optado por él. En ese caso, la pregunta que nos tenemos que hacer es, ¿quién logró que Buenos Aires se convierta en una ciudad, donde la mitad de sus habitantes puedan llegar a ser como los señalan el cantautor y el bibliotecario?

Carta Abierta: Tacaños, egoístas y asquerosos, al servicios del poder estatal.

La respuesta es clara. El resultado de nueve años de saqueo por parte de los gobiernos nacionales (8 años K y 1 duhaldista) han generado una actitud defensiva entre muchos de los votantes de Buenos Aires. Como decíamos recién, el discurso colectivista adoptado por el gobierno ha logrado el objetivo de tergiversar los conceptos, oponerse a lo que ellos llaman «generosidad y caridad» de los gobernantes, es en realidad oponerse a la relación parásito-ciudadano que plantea la lógica estatista. La verdadera generosidad, caridad y solidaridad no se demuestra en el acto electoral, o en el ámbito de la política, ellas solo pueden estar presentes en la sociedad civil, donde no existan interferencias del gobierno, es decir no donde no exista la agresión constante llevada adelante por la casta política.

Concluyendo, no quiero decir que Fito Paéz y Horacio Gonzalez tengan razón. Pero si suponemos que  sus acusaciones son verdaderas, el responsable de tal situación no es Macri, sino que el orígen de estas actitudes las podemos encontrar en el proceso de los úlitmos 9/28/65/95/201 años de expoliación al ciudadano. Si la gente percibió (equivocadamente a mi entender) que con Macri iba a ser menos saqueada que con el resto no es un argumento para criticar, más bien es la respuesta natural a una sociedad cuya generosidad, caridad y solidaridad fue ab0lida por decreto presidencial.

Cómo el liberalismo puede ayudar a los pobres

El siguiente es un artículo escrito por Matt Zwollinski, profesor de filosofía de la Universidad de San Diego,  en el cual desde un punto de vista libertario aborda el tema de la pobreza, el artículo fue publicado originalmente en el site del Partido Liberal Libertario:

Todo el mundo sabe que los liberales libertarios son codiciosos capitalistas que están a favor de maximizar las ganancias por sobre todas las cosas. «El impuestos es un robo» se  quejan ellos, pero la explotación a las clases trabajadores no les genera un escándalo moral similar. Los libertarios, todo el mundo sabe, sólo se preocupan por los ricos en detrimento absoluto de los pobres y vulnerables.

Pero todo el mundo está equivocado.

La razón de esta idea, falsa, por supuesto, surge de la oposición de los liberales a las políticas de gobierno que comúnmente se piensa que benefician a los pobres y a las clases más bajas. Los liberales libertarios se oponen a los impuestos redistributivos, se oponen al salario mínimo, se oponen a las regulaciones de seguridad laboral, a las leyes antimonopolio, y muchas otras restricciones sobre las empresas. Pero nada de esto significa que los liberales sean indiferentes a la situación de los pobres. Después de todo, cuando te preocupa algo no quiere decir que querés que el gobierno se haga cargo de eso.

La gente comete tres errores importantes a la hora de pensar en el liberalismo y los pobres.

El primer error es creerle al gobierno cuando afirma que sus políticas están destinadas a ayudar a los pobres. Casi nunca lo están. La mayor parte de las medidas redistributivas y subsidios benefician a los grupos de interés que tienen poder político, no a los económicamente vulnerables. La mayoría de las regulaciones al mercado son, paradójicamente, para el beneficio de las propias empresas. Regular eleva el costo de hacer negocios, y de esa manera establece barreras de entrada que benefician a las grandes empresas existentes a expensas de sus competidores de menor tamaño. Las licencias, por ejemplo, ya sean para médicos, abogados o taxistas, nunca son forzadas contra una industria que rechaza su implementación por parte de los reguladores. Más bien, son activamente buscadas por los miembros ya establecidos de la profesión, ansiosos de aislarse de potenciales competidores. Y los políticos están siempre dispuestos a atender esos intereses de los económicamente poderosos. Los liberales, en contraste, creen en los mercados libres, y los mercados verdaderamente libres son los enemigos de las grandes empresas.

El segundo error es confundir intenciones con resultados. Incluso si las políticas gubernamentales estuviesen destinadas a beneficiar a los pobres, tendríamos buenas razones para predecir que fracasarán. Las buenas intenciones suelen producir consecuencias indeseadas. El aumento de las normas de seguridad en los aeropuertos puede llevar a más familias a viajar por un método mucho más peligroso, como es conducir, y así dar lugar a un mayor número de muertes. Las leyes que limitan los aumentos de precios en artículos de primera necesidad luego de algún desastre natural llevan a que menos de esos productos se ofrezcan en el mercado y la gente tenga que sufrir aún más sin ellos. Los rescates y créditos del gobierno a empresas ineficientes alientan a que más empresas sean ineficientes. Consecuencias perversas de este tipo nos sorprenden, pero no deberían. La sociedad es un sistema dinámico y complejo. Los políticos carecen tanto de los conocimientos como de incentivos para hacerle frente a los problemas que surgen en ella de manera eficaz. Los liberales proponen tratar con esos problemas descentralizando la toma de decisiones a los individuos, que son libres de tomar decisiones basadas en sus conocimientos, y sus circunstancias particulares. Los individuos y las empresas deben aprovechar los beneficios de las buenas decisiones, y pagar los costos de sus propias decisiones, cuando éstas no son buenas.

El último error es pensar que la preocupación por las regulaciones y los impuestos son el único rasgo que define al liberalismo. Al liberalismo le importa la libertad individual, y mientras que la libertad económica es una parte de ella, no lo es todo. Es cierto que los liberales creen que una mayor libertad económica beneficiaría a los pobres, pero muchas de sus reformas no económicas tendrían un impacto aún mayor. Poner fin a la guerra contra las drogas, por ejemplo, beneficiaría de forma desproporcionada a las familias pobres que viven en barrios destruidos por la violencia de las bandas creadas por la criminalización de las drogas, o a aquellos que carecen de recursos financieros y sociales para mantener a sus hijos fuera de la prisión por delitos cómo la tenencia simple.

Finalmente, los libertarios son prácticamente únicos en el espectro político por su coherencia a la hora de defender la libre circulación de bienes, pero también de personas, la inmigración. La preocupación por los pobres no debe detenerse en las fronteras de una nación, una de las maneras menos onerosas (y más efectivas) que podemos hacer para ayudarlos es aceptarlos cuando buscan un mejor trabajo, y calidad de vida, en nuestro país.

Los debates acerca de las políticas y la pobreza muchas veces recaen en discusiones entre los que favorecen la responsabilidad personal por un lado, y aquellos que favorecen el asistencialismo estatal para los más necesitados en el otro. Pero si la ayuda estatal efectiva es una quimera, entonces esta opción es falsa. En efecto, si el poder del Estado se utiliza casi siempre para servir a los poderosos a expensas del los pobres, entonces nuestra verdadera elección es clara. La manera más efectiva que podemos ayudar a los más vulnerables es dejar de hacerles daño. Podríamos deberle más, pero lo primero y más importante que le debemos a los pobres es la libertad.

Matt Zwolinski es profesor asociado de filosofía en la Universidad de San Diego. Esta nota fue publicada originalmente en The Daily Caller (http://www.dailycaller.com) y es republicada con autorización.

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