#HolaINADI, él es proteccionista

Imagino que muchos habrán visto alguna vez en Twitter, el hashtag #HolaINADI que acompaña numerosos «chistes» discriminatorios, o que incluso muchos ponen en sus respuestas a comentarios de ese estilo.

Admiro la vehemencia con la que reaccionan algunos en contra de estas descalificaciones, defendiendo la idea (a la cual lógicamente cualquier liberal adhiere) de que no deberían existir diferencias por sexo, raza, religión o nacionalidad. ¿Podría alguien no estar de acuerdo con que la «no discriminación» debería extenderse tanto como fuera posible? ¿Podría existir algo así como un límite después del cual no discriminar se volviera contraproducente o moralmente reprochable? Uno pensaría que no.

«Ahhh, sos chino? Entonces no podes entrar»

Sin embargo, no deja de llamarme la atención que la gran mayoría de las personas que parecen tan comprometidas con esa causa, la dejen absolutamente de lado cuando se trata de su aplicación a nuestras políticas de Comercio Internacional. ¿Qué motivo, más que la simple nacionalidad de origen, hace que algunos piensen que comprar un producto nacional es moralmente superior que comprar uno importado?

 «Prefiero comprar nacional, aunque sea más caro, porque así le doy trabajo a un argentino», me dijo una vez un amigo. A mí, que me gustaría ver el día en que las líneas imaginarias que dividen los países dejen de dividir a los seres humanos y que todos podamos ser ciudadanos del mundo, ese comentario me resulta absolutamente xenófobo.

Sé que ser consistente con las ideas es algo poco frecuente en nuestro país, pero festejar que inmigrantes de otros países latinoamericanos puedan venir a estudiar a Argentina a la vez que se defiende enérgicamente que los chinos no puedan vendernos sus productos me resulta absolutamente incoherente.

Chile tiene Desempleo del 6,2% con arancel aduanero promedio de 1%

El argumento de que así se favorece la Industria Nacional no solo es arcaico y ridículo, sino también profundamente inmoral. Es arcaico porque está absolutamente comprobado que las barreras aduaneras NO son necesarias para preservar las fuentes de trabajo: poder adquirir los mismos bienes a precios menores aumenta la riqueza de un país porque permite a sus ciudadanos contar con esos productos a la vez de disponer de más dinero para comprar otros, creando nuevas empresas y puestos de trabajo; basta con observar la tasa de desempleo chilena para ver que es solo un mito.

Es ridículo porque, como bien desarrolla un co-bloguero en sus posts Vivir con lo nuestro (I) y Vivir con lo nuestro (II), el concepto de la autosuficiencia dentro de un país no resiste el menor análisis: no solo que las fronteras dependen de factores totalmente accidentales, sino que también va en contra de cualquier lógica pensar que pasaría si intentáramos extrapolar ese comportamiento a las provincias, las ciudades, los barrios o hasta las familias (imagino niños de 12 años arando granjas para llevar algo de comida a la mesa).

Finalmente, creo yo que buscar “favorecer” la Industria Nacional mediante prohibiciones o trabas a las importaciones es completamente inmoral y discriminatorio, porque pretende poner un fin: favorecer a los ciudadanos argentinos (en la práctica solo se favorece a la industria protegida), como justificación para utilizar un medio abiertamente violento, coercitivo y xenófobo: prohibir a otros grupos de personas comerciar libre y voluntariamente, por el solo hecho de vivir en países diferentes. A esta altura es solo un detalle agregar que los más perjudicados tampoco son los productores extranjeros, que tranquilamente pueden vender sus productos en otro lado, sino los ciudadanos argentinos no alcanzados por la protección, tanto los consumidores, quedando obligados a adquirir bienes y servicios de menor calidad y/o a mayor precio (caso contrario las trabas aduaneras nunca hubieran sido necesarias en primer lugar), como los trabajadores de otras industrias, que ven dificultado su desarrollo por la menor disposición de recursos de los potenciales clientes.

La verdadera moralidad se da en los intercambios voluntarios, donde lo único que importa es el beneficio mutuo, y gracias a los cuales las sociedades llegan a ser libres, abiertas y respetuosas de los demás.

Ojalá llegue el día en que a los «progres» y demás paladines de la moral les moleste tanto que le tiren bolas de fraile y paragüitas de chocolate a la hinchada de Boca, como que Moreno siga al frente de la Secretaría de Comercio.

Vivir con lo nuestro (II)

En este artículo explorábamos la ridícula idea de la autosuficiencia dentro de un país. Vamos a seguir trabajando sobre la idea del proteccionismo, tomando ahora otro enfoque.

El argumento proteccionista dice que cerrar las fronteras —a través de barreras arancelarias, cuotas de importación, o directamente prohibiciones—es beneficioso, porque fomenta el desarrollo de la industria local.

Divide y vencerás

Sin embargo, si hacemos un análisis histórico, podemos ver que las fronteras son totalmente accidentales. Si una batalla hubiese tenido un desenlace distinto, quizás Uruguay formaría parte del territorio argentino, o Formosa y ciertas zonas de Brasil seguirían perteneciendo a Paraguay (si resultaba victorioso en la Guerra de la Triple Alianza), o el gobierno argentino tendría soberanía sobre las Islas Malvinas.

El argumento proteccionista, si pretende resistir un análisis, debería funcionar sin importar la distribución geopolítica del momento. ¿Qué pasaría entonces si hubiese habido una guerra civil, y el país estuviera atomizado en lo que ahora son las provincias?

Nos despertamos en una provincia —ahora país— cualquiera de la Patagonia, con la intención de ir a desayunar y leer el diario. Nos encontramos con que el diario es más caro, porque el papel está hecho con caña de azúcar, que se cultiva y procesa en Jujuy. Como, por las condiciones climáticas, es imposible producirlo en la Patagonia, no queda otra que importarlo, pagando los impuestos correspondientes. También “nos desayunamos” el hecho de que el desayuno subió de precio. La opción a, café con leche y medialunas, requiere de café importado (de Brasil, México, Colombia, etc., porque la pequeña producción de Chaco, Corrientes, Misiones y Salta apenas alcanza para autoabastecerse), ahora también leche importada de la zona pampeana, y harina y manteca importadas de la misma zona para hacer las medialunas. Para endulzar el café, también tenemos que importar azúcar. La opción b, tostado de jamón y queso con exprimido de naranja, subió de precio también. El pan se hace con harina proveniente de la pampa, al igual que el queso. El jamón podría ser local, pero sería más caro igualmente, porque los cerdos son alimentados con maíz y soja principalmente, que ya sabemos de dónde vienen. Las naranjas se producen en su mayoría en Tucumán, así que el jugo está más caro también.

Enfilamos para la facu o la oficina en Capital Federal (que es parte del país Buenos Aires), puteando porque el bondi aumentó, ya que para fomentar la producción de petróleo local se le agregaron impuestos a la nafta que viene de la patagonia[1]. Nuestros insumos tipo cuaderno están también más caros, porque ahora el ciclo productivo cruza dos fronteras hasta llegar a la librería: el papel se produce en Jujuy, y se transforma en cuadernos en la planta Ledesma de San Luis.

Abrimos el local en Entre Ríos, y ponemos la radio de fondo. ¡Cómo extraño escuchar Los Redondos! Con las nuevas regulaciones, tiene que sonar un 70% de música nacional en todas las emisoras. Te tiene que gustar el chamamé, sino vas muerto.

Hacemos el break para almorzar en Mendoza. La milanesa con papas fritas aumentó jodido, porque solo el 10% de los animales que se consumen son criados en la provincia-país (¿¿por qué carajo no hay vacas en Punta de Vacas??). Pero bueno, ¡estamos ayudando a la ganadería local! Todo sea por la patria. Y las papas vienen casi todas de Balcarce. Si para el postre queríamos, como antes, una fruta que venga del Valle de Río Negro, cagamos, porque en cada bendita hectárea de la provincia estamos cultivando uvas, y no hay espacio para otras frutas. ¡Uvas serán, pues!

Reanudamos la jornada laboral en la fábrica del conurbano. Cayeron las ventas de autos, porque nos vimos obligados a aumentar los precios. La aduana le puso trabas al aluminio que viene de Aluar en Puerto Madryn, Chubut, y lo estamos pagando casi un 100% más caro. ¿Cuánto falta para que abran una planta de producción acá en Buenos Aires? Y menos mal que los de Aluar sacan la energía de la represa de Futaleufú, que está en la misma provincia-país, imaginate lo caro que estaría el aluminio si aparte tuvieran que importar esa cantidad de kiloWatts. El quilombo lo tenemos nosotros; el Parque Industrial no se auto-abastece ni por casualidad, y el comprar energía “de afuera” también contribuye al aumento de precio de nuestros productos.

Un cortecito para el mate. ¡Cómo aumentó la yerba! ¿Tanto les cuesta a los dueños de los campos bonaerenses generar artificialmente un clima subtropical para cultivar yerba mate? Digo, así no hay que importarla de Misiones. Y bueno, también ahora el alfajor Havanna, por más que sea más caro, es “la que va”, porque no les vamos a dar el gusto a los vecinos de consumir alfajores santafecinos.

Menos mal que hoy es viernes, y el plan acá en Córdoba es ir a comer a un restaurant y después ir al cine. Mi menú favorito aumentó también, porque por un lado está difícil criar merluza en agua dulce y hay que importarla (garpando el 50% de impuesto que se le puso, cuya recaudación se destina en subsidios para fomentar la crianza en piletas de agua salada acá), y por el otro ahora hay que pagar el impuesto a los vinos que vienen de San Juan y Mendoza. El plan b era la empanada salteña, pero como no quiero que me tilden de “cipayo vendepatria” por querer extranjerizar nuestras costumbres culinarias, no lo pido. Y el cine, últimamente, una cagada. Antes todas las pelis venían de Buenos Aires o directamente de Hollywood o Europa, pero como pusieron una cuota máxima de películas foráneas en las salas, para ayudar al cine local, tenemos que conformarnos con la pedorrada que se filma acá. ¿Cuántas pelis con la banda sonora hecha por La Mona Giménez nos vamos a tener que bancar?

Nos vamos a dormir en La Pampa, pensando en el laburo que tenemos que hacer mañana en la casa que nos estamos construyendo: hay que terminar de poner el piso nuevo, que desgraciadamente nos salió el doble de caro porque hubo que importar los céramicos de Zanón, en Neuquén. Lo bueno es que cuando terminemos hacemos el asadito para festejar. Vaca va a tener que ser, porque el forro del Guillermo Moreno pampeano no nos deja pasar el cordero patagónico por la aduana.

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[1] Y este arancel afecta a toda la producción agrícola, altamente dependiente del petróleo, encareciendo por partida doble los productos alimenticios, que tienen que volver a cruzar la frontera para volver a la Patagonia.  

Guarda con la manifestación

Turba Iracunda

¡Caceroleo y Antorchas!

Manifestarse masivamente en contra de la administración actual del estado puede parecer muy bonito, una victoria del pueblo y traer la sensación de que «las cosas están cambiando».

Hay que tener cuidado, porque muchas veces no se entiende cuáles son las causas subyacentes de los problemas que llevan a esas crisis y manifestaciones, y se termina en una situación mucho peor.

Quejarse contra la corrupción sin entender que «La ocasión hace al ladrón» y que solo puede haber corrupción, coimas y enriquecimiento de los funcionarios si el estado tiene la potestad de inmiscuirse en todo tipo de relaciones voluntarias y económicas de las personas, no va a solucionar nada. Hoy están Boudou y De Vido, y mañana estarán otros haciendo lo mismo.

Quejarse por la inflación y no entender que es sólo por culpa del estado que te fuerza a usar sus papelitos pintados y que en unas pocas décadas la moneda (bueno, «moneda» es un término que le queda GIGANTE a cualquier billete que emita el estado argentino), está condenado a caer una y otra vez en hiperinflaciones y devaluaciones.

Quejarse de que los representantes responden al oficialismo del gobierno central y no a sus provincias y municipios, pero no exigir la demolición total de la AFIP y que la recaudación impositiva se haga a nivel municipal o provincial, es no entender nada de nada. El que maneja la caja, maneja las voluntades de los que están en su nómina. Lo dijo De La Boetié en el 1500 y pico y ya es hora de que lo vayamos entendiendo: Si no tenés la posibilidad de echar a patadas a tu empleado estatal cuando no cumple con su trabajo, estás totalmente frito.

Quejarse por el multimedios oficialista y por los propagandistas oficiales que van a prepotear a las manifestaciones y no exigir que el presupuesto de pauta oficial sea ABSOLUTAMENTE CERO, no va a eliminar nunca a la prensa adicta que existe en el país desde los 40’s.

Quejarse de que no te dejan importar un remedio pero creer que poner restricciones aduaneras va a «fomentar la industria nacional» y no darse cuenta de que esa arbitrariedad es solo una oportunidad para lobbystas y políticos berretas y nacionalistas, y que lastima de forma casi irrecuperable la verdadera industria nacional, te condena a vivir en un país que atrasa 50 años.

Quejarse de que no hay libertad, pero defender la  «educación pública», a través de la que ya sabés que los políticos y propagandistas utilizan para adoctrinar niños y jóvenes (por parte de la derecha en gobiernos de facto, por parte de la izquierda en la actualidad), tratando de imponer su visión del mundo como única, es un mero acto de hipocresía.

Y así podría seguir toda la tarde.

Manifestarse contra el estado pidiendo más estado, no va a funcionar. Así fue en 2001 y se pasó de un estado ineficiente y corrupto a un estado diez veces más ineficiente, diez veces más corrupto, que pisotea la Constitución cada vez que puede, patotero, generador de resentimientos sociales y que con su aparato clientelista de gasto infinito hizo desperdiciar el mejor momento histórico de circunstancias por las cuales todo el país podría haberse beneficiado.

Acordate que:

– Usan tu plata para enriquecerse, enriquecer a sus amigos y enriquecer a sus testaferros.

– Usan tu plata para comprar medios y decirte que sos un inútil, golpista, mal tipo, egoísta, forro, sin conciencia social, dictador amigo de Videla.

– Usan tu plata para adoctrinar a tus hijos y sobrinos y para que sean ovejitas y esclavitos.

– Usan tu plata para financiar todo tipo de subsidios individuales que les generan votos, y con esos votos te dicen «Como tenemos más ovejas que pusieron papelitos en una caja, te tenés que joder».

– Usan tu plata para decirte cómo hacer tu negocio, cuánto comprar, cómo producir, cómo vender, cuántos empleados tener, cuánto pagarles y si podés o no echarlos.

– Usan tu plata para que un patotero y una patotera te digan qué podés comprar y qué no y obligarte de hecho a comprarles a sus amigos a precio vil.

– Usan tu plata para apretar gente, en especial a comerciantes y empresarios con los que vos tenías una relación de intercambios pacíficos.

– Usan tu plata para decirte si podés o no salir del país, si podés obtener los medios monetarios para hacerlo o, si los conseguiste en el mercado negro, para tildarte de criminal y mandarte los perros.

Manifestate y acordate que todos estos tipos SON TUS EMPLEADOS. Y que el día que TUS EMPLEADOS te dicen QUÉ HACER y CÓMO VIVIR mientras te exigen que les entregues tu guita para que ellos hagan todo lo contrario y vivan como reyes, estás completemente en el horno. SOS UN ESCLAVO.

Manifestación con rebelión fiscal.

Baratito el Dólar, baratito!

Capitán Cavernícola

Guillote en la búsqueda justiciera de los verdes

Don Aníbal hizo declaraciones donde dijo que lo mandaron a Guillote Moreno a obligar a los dueños de las cuevas a vender el dólar paralelo a 5,10.

¿Puede ser alguien ser tan, pero tan hijo de puta para pensar que la gente puede ser tan, pero tan boluda de creerse una idiotez tan grande?

Los precios son solamente información acerca de la disponibilidad de los bienes y servicios y la preferencia de los consumidores sobre los mismos. Se expresan en términos del bien «moneda», porque fue lo elegido hace varios miles de años para subsanar las limitaciones del trueque. Por ejemplo, a través de los precios podemos saber la relación entre las tostadoras y los tomates, cuánto hay de cada uno y cuánto más quieren las personas uno que el otro. No es una información totalmente objetiva y tiene mucho de intuitivo, de conocimiento tácito y disperso. El sistema de precios es, como ya dijimos antes, el sistema de información más complejo que existe en el mundo.

Que desde el estado digan que el dólar «oficial» vale $4.50, cuando la cantidad de operaciones de compraventa son cero, no es un precio. Es simplemente un número escrito por un burócrata en una pizarra. (Bueno, no es exactamente cero. Simplemente el estado expropia los dólares de exportaciones a $4.50 y le entrega dólares a unos pocos elegidos a esa misma tarifa).

Decir que el dólar paralelo «tiene que estar a $5,10» es no entender el problema y, en definitiva, no saber lo que es un precio. Es lo mismo que decir «en la aldea hay 5 tostadoras y 100 tomates», cuando en realidad hay 2 tostadoras y 800 tomates. Pueden repetirlo en los medios oficiales. Pueden usar perros e inspectores para que la gente no cambie tomates por tostadoras. Pueden mandar a «patotita» Moreno y su banda a cagar a palos a todos lo que digan lo contrario, hasta que griten de dolor «HAY 5 TOSTADORAS Y 100 TOMATES!!!!», solamente para que les dejen de pegar y desaparezca el dolor físico (bien Orwelliano esto). Pero eso no va a cambiar nunca la realidad de la cantidad de tomates y tostadoras que hay, ni las preferencias de los consumidores.

Hasta el viernes, el dólar salía $5.92 en las cuevas. Supongamos que las maniobras del uso indiscriminado de la fuerza y el patoteo funcionan y los sitios y algunas cuevas digan que sale a partir de hoy $5.10. ¿Va a haber disponibilidad de dólares a esa tarifa? ¿Qué impediría que José Cueva se siente sobre los dólares y no opere ni una venta a ese precio? ¿Algún ciudadano va a ir a vender sus dólares a ese precio? ¿O van a esperar todos a que reviente? Y de vuelta a la idea original: Si no hay ninguna operación a $5,10 ¿puede eso considerarse un precio?

Por cierto, lo que pasará es que se instalarán las SuperCuevas, lugares donde los dólares aparezcan al precio de mercado (muy superior a los $5.92 del viernes, por supuesto), pero a ellas sólo podrán acceder personas de muchísimo dinero y bien conectadas. Lo que se dice un secreto a voces.

Una vez más, el garrote será usado para que los que menos tienen se vean obligados a quedarse en pesos y pagar el impuesto inflacionario.

Sushi matavacas

A pesar de ser una comida muy normal en oriente, barata y muy popular en diversas culturas (suele ser más barato que almorzar un bife en varios lugares del mundo, no necesariamente orientales), en Argentina es visto como algo snob, reservado para yuppies y personas de alto nivel económico. Aún así, el sushi, como otras comidas y costumbres orientales, supo construir un nicho de consumo y consiguió cierto éxito en la sociedad.

sushi mata

¿Desde 1984? ¡Por supuesto!

El freno a las importaciones lo impactó directamente, porque varios de los insumos que se utilizan en la preparación del mismo (algas, salsa y salmón), son importados y, como sabemos, para nuestro beneficio, el estado está en guerra con los productos importados, así podemos tener una vida plena y feliz.

Salió la información de que una cadena de restaurantes de este tipo de comida, Sushi Club, logró conseguir una audición con el lord Moreno, donde le explicaron que tenían casi 50 restaurantes, alrededor de 450 empleados y que las restricciones les estaban haciendo imposible seguir con el negocio. La respuesta fue la siguiente:

«¿Cuántos restaurantes tienen? ¿48? La solución es fácil: de ahora en más, 48 parrillas! Al argentino no le gusta el sushi, le gusta el asado».

Primero me pregunto ¿quién carajo es Moreno para saber qué le gusta a 40.000.000 de personas?

Y después, la pregunta obligada es ¿se da cuenta este ignorante de lo que propone?

Supongamos que hay dos grupos de amigos que se juntan a comer todas las semanas:

Grupo A: muchachos de clase media, que tienen por casi único gusto / lujo, hacer un asadito el sábado a la noche y tomar unos vinos.

Grupo B: muchachos de clase media / alta que disfrutan ir a un restaurant de sushi una vez por semana.

Supongamos también, que la economía está compuesta por una vaca y X cantidad de kilos de sushi, ambos suficientes para proveer a ambos grupos de sus comidas semanales.

La movida de M0reno ELIMINA POR COMPLETO la existencia del sushi. Ahora tenemos una economía que tiene UNA SOLA VACA.

Sin tener la posibilidad de comer sushi, el Grupo B opta por el asado, porque otra no les queda. Así, tenemos a dos grupos compitiendo por el mismo recurso. El carnicero, propietario de la vaca, tipo con calle y ningún gil, se da cuenta al toque del aumento de la demanda, aumentando así el precio. ¿Hasta cuándo va a aumentar el precio? Hasta llegar al precio que el Grupo B esté dispuesto a pagar.

El Grupo B tiene ingresos más altos que los del Grupo A, por lo tanto serán ellos los que definan el precio del asado. El Grupo A podrá optar por pagar el nuevo precio más elevado (relegando algún otro tipo de consumo que tenían) o por quedarse sin asado.

¿Podría Tito el carnicero aumentar la oferta de vacas? Podría, pero como ya dijimos, no es ningún gil. Pudiendo ganar más trabajando lo mismo que antes, no va a elegir ninguna otra opción. Es un tema de incentivos. Además, generar el doble de vacas que antes, toma un tiempo considerablemente mayor al tiempo de consumir los insumos existentes. ¿O acaso cree Moreno que va a haber nuevas vacas instantáneamente por arte de magia?

Es así como un cavernícola con palos es el responsable de que el Grupo A, al que alega estar tratando de «defender», se terminó quedando sin algo que disfrutaban mucho. Lo más triste del caso es que, muy probablemente, los miembros de ambos grupos estén chochos con las atrasadas ideas de que «importar es malo y exportar es bueno».

Y no olvidemos: TODA MOVIDA EN EL PLANO DE IMPORTACIONES Y EXPORTACIONES QUE HACE ESTA MANGA DE SIMIOS SÁTRAPAS, ES PARA TENER LOS DÓLARES PARA CUBRIR EL DÉFICIT EN EL MERCADO ENERGÉTICO QUE ELLOS MISMOS DESTRUYERON. Por cierto, cada nicho que se traba, impide o destruye ACHICA LA ECONOMÍA, o sea, hace que existan menos bienes y servicios disponibles para la misma cantidad de gente y demanda. ¿Quién piensan que va a tener más posibilidades de hacerse de esos recursos, «los que más tienen» o «los que menos tienen»? ¿Y quiénes se van a quedar sin nada?

Advertencia para los cybergurkas / estatistas básicos antes de que salten con algo como «el sushi es para la gente de guita y bla bla bla»: Dentro de el Grupo B debe haber unos cuántos pertenecientes a La Cámpora y otros miembros de la facción que detenta el poder, y tienen campos, departamentos en Puerto Madero y otros bienes de lujo.

Advertencia 2, para los mismos básicos: Es lo mismo la nota tanto para el Sushi Club, como si hubiese sido el Club de la Milanesa, el Club de la Comida China o el Club de la Tarta Pascualina.

Entreguen los libros

Jailed Books

Acá los tenemos...bien guardaditos a la sombra.

Yo ya no entiendo si estos megalómanos inescrupulosos toman a la totalidad de los argentinos por boludos o si, al final, una abrumadora mayoría de los argentinos son, efectivamente, boludos.

Que venga un tipo y prohíba las importaciones de TODOS los libros porque no están seguros de si la tinta con la que están impresos tiene menos del 0.000000000000000000000001% de plomo así de la nada es un absoluto insulto a la inteligencia de un nene de 5 años.

¿Hubo algún caso de algún intoxicado? ¿No? ¿Hubo algún comunicado de los países que imprimen los libros sobre incidentes allá y que podía ser peligroso? ¿No? ¿Hay algún estudio serio sobre el tema? ¿No? Ah, ¿que estuvieron viendo El Nombre de la Rosa?

Supongamos por un segundo que les importa el asunto del plomo ¿Se pegaron una vueltita por Dock Sud? ¿Por el Riachuelo? Los trenes y las vías propiedad del estado ¿están 100% libres de plomo? ¿Y los viejos aviones de Aerolíneas? ¿Y las curtiembres? ¿Y las fábricas?

Y quiero creer también que hicieron pericias y estudios a lo largo y a lo ancho del país y que ABSOLUTAMENTE TODOS los diarios y revistas de alcance nacional, provincial, municipal y barrial cumplen con los requisitos del plomo en la tinta. ¿Podríamos ver ese informe? Ah…¿hoy no? Mañana…¿tampoco?…Bueno, avisen cuándo, eh.

Muchachos, si el plomo fuera una amenaza para la salud de la población, tienen que cortar mucha, pero mucha tela y sanear una enorme cantidad de áreas que impactan muchísimo más y muchísimo más directamente que la tinta de los libros. En toda mi vida no conozco un solo caso de algo ni remotamente similar.

Como dijo Frank Zappa cuando daba testimonio ante el Congreso de USA: «El estado siempre tiene que tomar las medidas que impacten lo menos posible en la vida de la gente. Esta regulación es como si, para combatir la caspa, recurriéramos a la decapitación».

Por cierto, nunca faltan los chorros acomodaticios buscadores de prebendas, ratas parásitas dispuestas a succionar cuanto calcetín del gobierno puedan para conseguir una traba y/o regulación que les permita afanar unos mangos, como el señor Juan Carlos Sacco que dijo «Si uno se pone el dedito en la lengua para cambiar la hoja puede ser peligroso». ¿Usted me está cargando? Si sobreviví desde los 4 años pasando las páginas de las viejas Isidoro y de diarios viejos y baratos de esos que te dejan la tinta en los dedos, tengo inmunidad de por vida para todo tipo de tintas.

Después, el despreciable agrega «En los últimos cinco años se importaron 140 mil toneladas de libros por 550 millones de dólares. Y en 2011 tuvimos un desbalance de 78 por ciento, unos 125 millones de dólares en contra». O sea, comete sincericidio y admite que ES TODO POR LA GUITA. De nuevo rompen las bolas con la famosa  «balanza comercial». El tema es que, en este caso, es INJUSTIFICABLE. Pueden decirte que es lo mismo traer un rulemán de afuera que usar uno de los que fabrican los chorros amigos del gobierno, pero los libros hay que escribirlos y editarlos. ¿Van a decir acaso que los libros escritos por extranjeros «le quitan trabajo a los escritores argentinos»? No sé si hoy, pero creo que son capaces de hacerlo en un año o dos y que una importante parte de la población asienta con la cabeza y diga «es verdad, hay que defender el trabajo intelectual de los argentinos». Ya no me sorprende nada.

Y digo, si el problema son los libros impresos ¿Por qué no liberan la importación de e-readers y les sacan todo tipo de impuesto aduanero para que la gente pueda leer en digital? No, claro, en vez de eso van a inventar que el plástico con el que está hecho el Kindle es nocivo para los huesos y la piel.

En fin, un nuevo episodio de «tenemos que afanar la mayor cantidad posible de dólares para pagar las importaciones de gas carísimo de Qatar, con el cual hicimos un curro grande como una casa gracias al descalabro energético que previamente habíamos armado».

Salud Pública

Frontiers

El próximo paso

Cual Schiavi en la publicidad de la SUBE, tengo que decir “mirá que te lo avisamos con tiempo, eh” y “¿te dormiste?”.

Mirá que venimos repitiendo una y otra y otra vez cuáles son las consecuencias de “proteger la industria nacional” y dejar en manos de un burócrata qué productos pueden pasar de un lado a otro de una línea imaginaria.

Más de una vez me han dicho cosas como “Prefiero que se cree trabajo para un argentino a que un ricachón se compre un iPhone”. No sé si los defensores gratuitos de estas ideas lo hacen por ignorantes o por resentidos con que alguien tenga guita. Sea como sea, el “trabajo argentino” se convierte en una carta blanca para que el estado y el gobierno hagan lo que se le canten con las importaciones.

Después de eso, vienen con la idea fantástica de la “balanza comercial”, una idea que no resiste dos minutos el análisis de un nene de 5 años (hay que sembrar una gran ignorancia en las mentes de las personas para que esta idea sea aceptable). Cuenta la leyenda estatista que es exportar es mucho más beneficioso que importar. Esto es una falacia, ya que el que exporta lo hace para pasar de una situación menos beneficiosa a una más beneficiosa. Y lo mismo pasa con el que importa.

Si exporto, cambio productos por dólares. Si importo, cambio dólares por productos. En el medio puede haber cantidad de intercambios de dólares por productos internos, incluyendo moneda nacional. Les pregunto a los genios del estatismo: si ingresan muchos más dólares por exportaciones, que los que salen por importaciones ¿en qué beneficia a “todos los argentinos”? ¿Tienen los papeles verdes algún poder mágico que nos hace más felices, más ricos, hacen crecer más las plantas o purifican el aire? ¿En qué me beneficia a mí que un agroexportador tenga más dólares en su cuenta del banco o abajo de su colchón?

Claro que, el truco está en que esa “balanza” es medio mentirosa. El que exporta tiene que entregar los productos y el estado lo obliga a cambiar los dólares por pesos al cambio oficial. Así, el que se queda con los dólares es el estado. Y acá es donde la “balanza” balancea. Se usan esos dólares “excedentes” para importar energía subsidiada y para pagar deuda. El único beneficiado por más exportaciones que importaciones es solamente la actual gestión estatista, que se permite derrochar los dineros públicos para atraer un caudal electoral mayor.

Las exportaciones, son el precio a pagar para poder importar, justamente para estar mejor. Y no al revés como nos quieren hacer creer.

En este punto el lector se preguntará qué tendrá que ver esto con la salud. Por más que estúpidos como Moreno y la reina no se hayan dado cuenta, en el siglo XXI el mundo se globalizó y, para nuestro beneficio, podemos hacer uso de bienes y servicios generados a millones de kilómetros de distancia. Es así que muchas industrias fabrican sus productos en un solo lugar y luego hacen la distribución a escala global (por cierto, para aquellos a los que les importa “que la gente tenga trabajo”, la logística y distribución genera muchísimo más trabajo que la producción). Estos bienes y servicios van desde autos hasta computadoras, zapatos, celulares, ropa y MEDICAMENTOS.

Cuando desde un despacho burocrático se traban o cierran las importaciones DE TODO ¿qué creen estos inútiles que va a pasar? ¿Que por arte de magia van a aparecer los productos adentro del país? ¿Que las fábricas se van a montar solas y automáticamente? ¿Que negocios no rentables en el país por un tema de escala se van a volver rentables?

Y así es que, por un tema de cuántos dólares van a tener a su disposición, generan una escasez donde antes no la había. Hay faltantes de todo, en especial de medicamentos, en especial de esos medicamentos que la gente necesita para esas boludeces como…..seguir viviendo.

¿Qué le deberíamos contestar a alguien del 54% que votó por proteccionismo y fronteras cerradas que ahora se queja que no puede conseguir un medicamento importado?

¿Qué deberíamos decirle a esos parásitos sin escrúpulos que se viven llenando la boca con cosas como su “fantástico sistema de salud pública” y, llegado el momento no te dejan acceder a un medicamento que necesitás? ¿Acaso podemos creer que estas personas están interesadas en la salud de alguien?

Economía a los palos. Bienvenidos al Siglo XVI.

LCD para algunos

Hace unos días la señora Reina de la Milanesa declaró nuevamente la felicidad de todo el pueblo argentino, a través de su plan “LCD para Todos”. Descorché champagne por una nueva victoria nacional y popular, me senté en mi sillón también narc & plop y, mientras disfrutaba las burbujas, medité algunas cuestiones que paso a describir.

El plan

El Estado pondrá a disposición “del pueblo” televisores LCD HD de 32 pulgadas con decodificador digital incorporados (en su mayoría ensamblados en Tierra del Fuego) a un precio de $2.700 (supuestamente se venden “al costo”) y podrán ser adquiridos también mediante financiamientos del Banco Nación en 60 cuotas de $64, o sea $3840 en 5 años. El acceso al financiamiento será prioritario para los jubilados y los que reciben la Asignación Universal por Hijo.

No puede fallar

Como no tenía idea de los precios de un LCD hice una simple búsqueda en Amazon.com, con unos resultados sorprendentes:

  • Samsung LN32C350, 32 pulgadas HDTV 720p: U$S 290.00 ($ 1197.70)
  • Panasonic VIERA TC-L32X30, 32 pulgadas HDTV 720p: U$S 327.99 ($ 1354.60)
  • TCL L32HDF11TA, 32 pulgadas HDTV 720p: U$S 289.99 ($ 1197.66)

Y la lista sigue.

¿Cómo puede ser que Amazon.com venda LCD de 32 pulgadas GANANDO PLATA a menos de la mitad de lo que se van a vender los LCD supuestamente “AL COSTO”?

¿Cuáles son los factores que encarecen el acceso a estas teles?

  • Transporte: imposible que salga más del 10% del costo del producto cuando se transportan en grandes cantidades.
  • Decodificador incorporado: un decodificador externo sale, como mucho, $200.00. Es más, todavía tienen grandes cantidades de los que iban a repartir en su momento, oxidándose en un galpón.
  • Se hacen en Tierra del Fuego: supuestamente hay exenciones impositivas ¿por qué sería más caro fabricarlos (bueh, fabricarlos….ponerlos en cajas) ahí?

Es imposible justificar la diferencia de precios. Absolutamente imposible. ALGUIEN se está llevando una buena tajada ahí.

Si Amazon y los fabricantes YA GANAN PLATA  a $1200.00, ¿es posible que alguien sea tan inútil para que le cueste fabricarlo $2700.00? Es imposible ser tan inútil. Hasta a un nene de 5 años se le ocurriría que, en lugar de fabricar a un costo de $2700 le conviene comprarlos a $1200.00 y revenderlos. Te ahorrás todos los problemas de fabricación y te convertís en un simple intermediario. Ganan los clientes y ganás vos, por hacer un trabajo mucho, pero mucho más simple.

Pero supongamos que de verdad existen esos inútiles que los fabrican a $2700.00. ¿Por qué comprarlos a ese precio si se pueden conseguir por $1200.00? Claramente esa empresa debería fundirse. A no ser que, por algún motivo, los consumidores no puedan acceder a las teles de $1200.00. Ese motivo se llama ESTADO NACIONAL, que decide qué producto pasa por una línea imaginaria y cuánto hay que pagarle para pasarlo.

Es el mismo ESTADO NACIONAL que está promoviendo el plan “LCD para Todos”. Si de verdad quiere que TODOS accedan a un LCD, ¿no sería más fácil que todos puedan comprarse uno de $1200.00? Incluso podría financiarlos y todo.

El mismo que te dice que quiere que tengas un LCD, te dice que tenés que gastar más del doble de lo que podría salirte. Ese es el único LCD al que te va a dejar acceder.

Ironías, ironías, ironías.

Lo nefasto

Se les da un crédito a personas que están recibiendo un subsidio para mantener a sus hijos. Se les descontaría la cuota directamente del subsidio al hijo.

Si una persona NECESITA que le provean de dinero para poder alimentar y mandar al colegio a sus hijos ¿puede darse el LUJO de comprarse una televisión de 32 pulgadas? Porque realmente es un lujo que ni los reyes tenían en su momento. Yo recuerdo que durante mi infancia tenía una tele blanco y negro con una antena que captaba solamente ATC y un canal del interior… y se sobrevive lo más bien.

Si fuese posible, me encantaría hacer un pase mágico con una varita y que todo el mundo tuviera una tele de LED de 42 pulgadas. Lamentablemente los recursos son escasos y, para poder consumir hay que producir. Sinceramente y con una mano en el corazón ¿quién, si necesita recibir una ayuda para darle de comer a su hijo, se daría el lujo de gastarse un tercio de lo que le dan para tener una televisión? ¿Puede alguien que está luchando el día a día endeudarse a 5 años? ¿Es sabio por parte del estado fomentar estas actitudes?

 

La Balanza

Y finalmente llegó el momento tan esperado. Guillermito Moreno cerró las importaciones de productos provenientes de Estados Unidos para ¿beneficio de todos los argentinos?

¿Balanza Comercial?
¿Balanza Comercial?

Aparentemente al Estado no le están gustando los números que presenta la archiconocida “Balanza Comercial”, o sea, la diferencia entre las divisas que entran al país y las que salen. En principio, esto puede sonar razonable porque te asustan con las gravísimas consecuencias que puede tener una “Balanza Comercial Negativa”.

Bullshit. Una vez más te están cagando.

La Ley de Say dice que “para poder demandar, primero hay que ofertar”. O sea, para poder obtener bienes y servicios, primero hay que ofrecer algo. Cuando hablamos de individuos, ese algo suele ser, en general, el trabajo.

De esta ley se desprende una suerte de corolario que sería “uno oferta algo sí y sólo si va a demandar posteriormente”. Si uno no tuviera intenciones o necesidad de demandar bienes y servicios no saldría a trabajar. Por ejemplo, si fueras Superman que no necesita comer ni protegerse del frío ni del calor, ni nada más, podrías quedarte panza arriba todo el día o dedicarte a tus hobbies o lo que quieras. Pero como, por lo menos tenés que morfar y tener un techo, tenés que salir a ofrecer.

Esto funciona igual para los países. Las divisas sólo sirven cuando se mueven en ambas direcciones. Si hubiese una barrera que te impide absolutamente ingresar al país cualquier producto o servicio, exportar directamente no serviría.

¿Por qué?

Porque si vendés 1.000 dólares de soja, querés gastarte en algo esos 1.000 dólares. En un mercado con fronteras abiertas (o semi abiertas por lo menos), podés comprar algo del exterior o venderle los dólares a alguien que quiera  comprar algo en el exterior. A cambio obtenés pesos que usás en productos del mercado interno o, directamente, productos del mercado externo.

Si cierran las importaciones completamente, esos dólares NO VALEN NADA, porque nadie te va a querer cambiar productos o pesos por una mercancía que es inservible. Bueno, tal vez un mercado negro de personas que lo puedan sacar del país, pero digamos que no es la regla. Esos 1.000 dólares obtenidos de importaciones no sirven para un carajo.

Obtener divisas solo te sirve si las vas a cambiar por productos y servicios “Made Outside Argentina”.

Pero entonces ¿Podríamos tener una balanza comercial negativa?

He ahí la cuestión que preocupa a Guillermito y compañía. En teoría las operaciones comerciales deben ser realizadas en pesos. El que exporta tiene que realizar la operación a través del central, que le entrega pesos en lugar de los dólares que el comprador paga.

Teóricamente lo que podría pasar es que la balanza quede en cero. Como en el inicio de los tiempos se empezó ofertando, la cadena de operaciones puede llevar a un estado en el que el monto importado es equivalente al monto exportado.

Una balanza comercial negativa en un período determinado, significa que se están importando en ese período más productos que los que se están exportando. Y esto es posible solamente si hay un previo ahorro de divisas. No podría haber una balanza comercial negativa al final del tiempo. Sería un imposible, ya que se empezó ofertando.

La jodita es la “convertibilidad peso dólar” que hace el Central. Por cada dólar que entra por importaciones, el Central emite pesos para “comprarlos” (¿cuántos pesos emitirá?). Esos dólares supuestamente quedan como “reservas” que el Estado usará para… lo que se le cante en definitiva.

Esas son las divisas que se empiezan a gastar cuando hay más importaciones que exportaciones. Pero es un número solamente. En la vida de la gente sería irrelevante…. si no existiera ese monstruito llamado Banco Central y su señora La Casa de la Moneda.

Las divisas las tiene el Central en “reservas”, que supuestamente son la garantía con los poseedores de esos papelitos llamados pesos. Supuestamente, porque después los usan como se les cantan.

Las reservas se van erosionando, más cuando la inflación es tan alta que los productos de afuera son baratos para los consumidores. Sumado a la fuga de capitales de grandes jugadores, que le dan pesos al Central a cambio de dólares, que luego sacan por alguna vía legal/semi-legal, esto se convirtió en una bomba de tiempo que puede explotar en cualquier momento.

Un banco central que no tiene una garantía de ningún tipo para la moneda que emite, hace que la moneda pierda su valor y te lleve a… bueno, a una hiperinflación como tantas veces. O por lo menos a una feroz devaluación.

Prohibiendo el ingreso de las Barbies y alguna que otra boludez, nuevamente tratan de tapar el sol con las manos, en lugar de atacar la cuestión de fondo, que sería la existencia y funcionamiento del Banco Central y si el Estado debería o no encargarse de emitir la moneda.

Pero bueno, al final, les chupa un huevo, ya que ellos (sí, los políticos y sus amigos!) pueden seguir teniendo productos importados y viviendo la gran festichola.

Mientras tanto, a ajustarse el cinturón y a comprar argentino, ¡que hacen unos juguetes zarpados!

Un Clásico...hasta que se gastaban las uniones
Un clásico… hasta que se gastaban las uniones
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