Des-educación

Ayer estaba, como buen gorila golpista y oligarca que soy, leyendo una nota en La Nación y me encontré con el siguiente comentario de una lectora:

 No creo en ninguno de esos proyectos, lo mejor es permitir el ingreso de empresas extranjeras, impuestos mas altos para las mineras y juego; gas, luz, agua, al precio que corresponde para que las empresas mejoren la calidad de los servicios mediante inversiones que entre otras cosas crearian puestos de trabajo, terminar con los subsidios y si realmente esa gente necesita trabajo y no lo consigue, pues que el estado los contrate para pintar hospitales y escuelas,mucamas de hospitales y escuelas, etc., las casas que se construyan por el estado o los municipios tambien requieren de mano de obra, que se les puede otorgar mediante contratos a esos señores que hoy solo cobran por no trabajar, indec con indices de verdad, menos gasto publico, tipo de cambio real, dar trabajo mediante la forestacion de muchos lugares del pais, construir rutas , o sea no subsidiar lo que se debe hacer es dar trabajo, en el interin aprenden a trabajar y en 1 o 2 años seran ciudadanos dignos, en un pais mejor.

Esta persona tiene muy buenas intenciones, como puede verse:

Que todo el mundo tenga trabajo.

Que no se entreguen subsidios a cambio de nada.

Que la gente tenga cultura del trabajo y valore los frutos del mismo.

Pero también es una evidencia de ciertas falencias muy grandes del sistema educativo argentino (compulsivo, obligatorio y manejado desde el Ministerio de la Verdad, o Ministerio de Educación).

Analizo a continuación lo que considero que nadie de, digamos, 18 años debería desconocer:

“lo mejor es permitir el ingreso de empresas extranjeras”: Primero que nada, no está prohibido el ingreso de empresas extranjeras. La pregunta para hacerse es por qué no se radican en el país. Una empresa se hace con el fin de ganar plata. Una empresa se radicará dentro de las fronteras de un país cuando esto le permita maximizar ganancias, ya sea mediante el ensamblado de sus productos o la provisión de servicios a menor costo, el ingreso y venta de productos ensamblados en otro lado, la creación de nuevos productos para ese mercado, etc.

Cuando un país tiene una alta inflación, un marco jurídico inestable y cambiante, reglas arbitrarias para el intercambio de bienes y servicios a través de las fronteras, altos impuestos y persecución fiscal, mercados cambiarios intervenidos, leyes que “protegen” por demás a los posibles empleados (que en definitiva los perjudican), gremios que aprietan, entre otros, es muy difícil sino imposible calcular el Retorno de Inversión y el Flujo de Fondos, las herramientas fundamentales a la hora de emprender.

No es que no se permita legalmente el ingreso de empresas extranjeras, sino que el medio ambiente en el que tienen que introducirse es altamente hostil, así que es preferible ahorrarse el esfuerzo. Por cierto, esa hostilidad es relativamente mayor a la hora de hacer pequeños emprendimientos, porque la espalda financiera es mucho menor.

“gas, luz, agua, al precio que corresponde para que las empresas mejoren la calidad de los servicios mediante inversiones que entre otras cosas crearian puestos de trabajo”: ¿Qué significa el precio “que corresponde”? ¿Existe algo como un “precio justo”? El único precio justo es el que acuerdan las partes voluntariamente. Dado que luz, gas y agua tienen tarifas definidas por el estado y congeladas, no solo es imposible realizar inversiones, sino que envían mensajes erróneos a los consumidores, que van a poner cuatro aires acondicionados cuando no los necesitan, usarán el horno de calefacción en verano y abrirán la ducha dos horas antes de entrar, generando faltantes.

De la misma forma, se llama desde las secretarías a las industrias para que gasten menos energía o que, incluso, envíen energía a la red con sus generadores.

Si la gente después de haber estudiado doce años no entiende que un precio es simplemente información que nos dice qué producir y cuánto y piensa que pueden ser definidos desde una oficina del estado, estamos en el horno.

“terminar con los subsidios y si realmente esa gente necesita trabajo y no lo consigue, pues que el estado los contrate para pintar hospitales y escuelas,mucamas de hospitales y escuelas,”: Terminar con los subsidios personales, perfecto. Ahora, creer que el estado puede generar empleo es otro error tremendo, que está muy calado en la cultura argentina. Los “puestos de trabajo” son medios, no fines en sí mismos. Como diría Benegas Lynch “Si vamos en un barco y encallamos en una isla desierta, nos vamos a dar cuenta de que no existe ni una fuente de trabajo, pero no nos alcanzan las horas del día para todo lo que tenemos que hacer para sobrevivir.”

Los “empleos” se crearon cuando, hace ya mucho tiempo, un tipo que hacía, por ejemplo, buenas hachas, vió que le era mejor hacer más hachas y no cultivar sus alimentos, y después intercambiar con otros a los que les convenía más plantar, por ejemplo, más tomates y cambiarlos por buenas hachas. Así el primer tipo hizo una forja y se dedicó a eso, contrató al cuñado, al yerno y a varios más para que lo ayuden, a cambio de tener tomates y otros bienes.

Se comete el error de presuponer un mundo perfecto, donde todo el mundo tiene que tener un “puesto de trabajo”, en lo posible cerca de la casa y de por vida, donde el empleador le entregue un montón de beneficios, cuando la realidad es la inversa. Se vive en un mundo con recursos escasos y los puestos de trabajo son una consecuencia de haber abandonado una vida de auto subsistencia y de que las personas guarden una parte de lo que producen y lo arriesguen a fin de obtener más en el futuro.

De nada sirve que el estado mande gente a pintar un hospital o a ser mucamas. Esto no está generando ningún tipo de riqueza, está destruyendo la misma por partida doble: por un lado, el estado le está afanando a alguien la guita que podría invertir en algún emprendimiento. Por otro, está sacando del mercado a una persona que podría ser productiva por cuenta propia o trabajando para otro.

El estado no puede crear riqueza, pero puede dejar de destruirla: bajar los requerimientos y dejar de perseguir a la gente que quiere trabajar, eliminar la relación casi “de por vida” entre empleadores y empleados, eliminar cantidad de gente que trabaja para el estado y un par de otras medidas serían suficientes para que la riqueza se dispare a las nubes. Esto también debería saberlo todo chico de 18 años y, si no, estamos en el horno.

El resto se deriva más o menos de los mismos puntos. Por eso, propongo la siguiente campaña:

Barney

Si Barney se hace austríaco ¿Podrá enseñarle algo a los chicos?

“Haga patria (o mundo, para los que no creen en la patria), enséñele a un chico (y a un no tan chico también) qué es un precio y que la riqueza no puede ser creada desde el estado”.

Un trabajo de hormiga, pero que puede dar muchos frutos….en unos 20  años.

Comienza espacio

Escuchando mi programa de radio favorito, Esta Lengua Es Mia de José Benegas, me doy cuenta de que implementaron la Ley de Medios en la parte publicitaria.

Big Channel
The Big Chanelllllllllll!

La ley, indica que un locutor diga, antes de la tanda publicitaria «Comienza espacio publicitario» y, al finalizar la tanda, «Fin de espacio publicitario».

¿Qué sentido tiene una pelotudez así de grande en una ley y usar el poder coercitivo del estado para obligar a hacer eso?

Me acuerdo de ver televisión desde muy chiquito (blanco y negro con perilla para cambiar de canal a los tres o cuatro años) y siempre me dí cuenta cuándo empezaba la publicidad, cuándo estaba el programa, cuándo terminaba la publicidad, cuándo la publicidad era sobre otro programa del canal, cuándo había un chivo en el medio del programa, etc, etc.

Veías Cablín y, cuando estaba la publicidad, saltabas a Big Channel con el control remoto (ya había más tecnología en ésta época). O te memorizabas las publicidades de Spy Tech y todos los juguetes copados de Tyco que jamás te iban a comprar tus viejos.

Ahora el estado obliga a que se avise cuándo se viene la tanda. Como si eso fuera algo malo, perjudicial, o de lo que deberían avisarte (así como antes lo hacían con el «Comienza el espacio de protección al menor»).

¿Acaso los legisladores se piensan que la gente es boluda? Porque no veo otro motivo para este punto de la Ley de Medios K.

Y si piensan que la gente es boluda ¿se animarían a decírselo en la cara?

Porque eso es lo que están diciendo con la ley cada legislador que la votó: «Estimado ciudadano, creo que usted es un inepto e incompetente que no puede diferenciar una publicidad del contenido, por eso yo, que no soy ni inepto ni incompetente voy a encargarme que le digan, como si fuera un nene, cuándo está una cosa y cuándo la otra».

Me gustaría que cada legislador que votó, se junte con un grupo de personas y les diga esto en la cara, a ver qué piensan y qué le pasa al señor iluminado ese.

La legitimidad del amiguismo

Seguramente muchos han pasado por la situación de perder un puesto de trabajo para el que se postulaban a manos de un amigo o un conocido del dueño de la empresa. Y sí, es frustrante, da bronca y lo sentimos como una injusticia.

Sin embargo, no podemos decir que el dueño de la empresa no tenga derecho a tomar esta decisión. Al fin y al cabo, es su dinero el que está en juego.

Ahora bien, no en vano existen los departamentos de RRHH, y la variedad de tests donde nos hacen dibujar gente bajo la lluvia para asegurarse de que no nos agarre un brote y lleguemos al laburo con una metralleta. Es decir, más allá de que sí exista el amiguismo, a la empresa le preocupa contratar gente útil y muchas veces hacerlo en función de las ganas que le tengas a tu compañera de Yoga, puede resultar en un perjuicio económico.

Este sistema donde el dueño del negocio aporta capital y asume el riesgo de perderlo con el fin de obtener una ganancia se llama “de uno para uno”. O sea, del dueño para el dueño.

Sin embargo, también puede existir el caso de una organización donde haya más de un dueño. Un consorcio de propietarios, por ejemplo, es un lugar donde cada propietario aporta una cuota para recibir los beneficios derivados del uso de las instalaciones comunes como la escalera, los ascensores o la vigilancia.

A diferencia del primero, este sistema no es de uno para uno, sino «de todos para todos”.

El mismo sistema aplica a los gobiernos. Todos los ciudadanos aportamos una parte de nuestro ingreso en concepto de impuestos para recibir a cambio la protección de nuestros derechos.

Ahora bien, cuando el gobierno se pone a producir o a brindarle pantalla a producciones artísticas, de ficción o deportivas como lo hace en la Televisión muy poco Pública, el sistema muta a uno que podemos denominar “de todos a sólo algunos”.

Para peor, al igual que en los ámbitos privados donde la contratación se hace “por contactos”, el amiguismo del gobierno pasa por la afinidad ideológica y el apoyo que los postulantes hagan del “modelo”. O sea que si estás a favor laburás, y si no “después te llamamos”.

Semejante mecanismo representa una injusticia para todos aquellos que no forman parte del negocio. A saber: los que no son contratados por el canal porque piensan abiertamente distinto al gobierno, los que no trabajan allí, y los que no miran su programación.

De la misma manera que sería una injusticia que tus expensas paguen la peluquería y la manicura de la vecina del 4º “A”, no está bien que un sistema que debe ser de todos para todos termine en un negociado cuyos beneficios sólo los amigos del poder y un grupo selecto de televidentes puedan disfrutar.

Cadena Nacional

Estoy con mi hija a upa viendo algo así como una mezcla de muppets y teletubbies, unos bichos que se mueven, saltan, y cantan. Una boludez. Pero resulta que ella se divierte de lo lindo, suficiente para poder distraerla mientras la madre le prepara la mamadera y no se arme el Tole-Tole. La escena se ve interrumpida por una bandera argentina enorme flameando que ocupa toda la pantalla, cosa que se repite en el resto de los canales de aire, la cadena nacional esta en marcha. Cuando aparece la figura de la presidente en escena, mi nena se pone a llorar, y yo también. Se supone que el motivo de la interrupción era para poner a la población al tanto de estupideces varias que se suponen que son mucho mas importantes que cualquier cosa que nosotros queramos ver, lo cual justifica con creces cualquier intromisión.

Cadena Nacional

Cadena Nacional

Cual es la lógica?

La lógica de la cadena nacional es que, como se supone que somos una gran aldea, al mejor estilo Araucano, debemos escuchar a nuestro cacique para que nos protejamos de los opresores españoles y criollos, de otras tribus de indios, para saber por donde vienen las manadas de animales para cazarlos, y por que no, por donde vienen los depredadores para escaparles. También podremos escuchar novedades como los precios maximos a las plumas y a como denunciar a los rituales paganos ilegales que no pagan los impuestos aldeanos correspondientes.
Es el reconocimiento de que para los gobiernos el «interés general» (o sea, lo que los burócratas creen o quieren que eso sea)  siempre deben estar por encima de los «intereses particulares» siempre egoístas, mezquinos, y esquivos a la grandeza nacional.

Ejemplos de Civilizacion

En Honduras, no hace mucho, el Colegio de Periodistas rechazó la iniciativa del presidente Manuel Zelaya, para que las empresas de radio y televisión del país transmitan en cadena sus comparecencias y las de sus funcionarios.
En nuestro vecino Chile, tras el retorno a la democracia, los representantes y ciudadanos percibieron la inmoralidad de imponer el uso de estas cadenas, con lo cual actualmente estas tienen un carácter voluntario.

Cadena Nacional

Cadena Nacional

Hacia donde vamos

En Cuba, el Instituto Cubano de Radio y Televisión, desde su creación se divide en dos organismos, los cuales se encargan del controlar, fiscalizar, analizar y organizar el proceso creativo y de desarrollo de la radiodifusión en la isla.
En la república bolivariana de Venezuela, actualmente se presiona a los medios por medio de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, que obliga a cadenas de radio y televisión a difundir informaciones del Poder Ejecutivo, con lo cual se sigue cerrando el cerco a los medios libres que aun sobreviven.

El uso obligatorio de las cadenas nacionales quizás sea la muestra mas clara de que en los países donde es utilizada, el estado no es el servidor del individuo, sino exactamente revés.

«La Gente no Entiende»

[Publicado originalmente el 6 de enero de 2011 en La Crisis es Filosófica.]

Los inconsistentes argumentos en favor de una Ley de Medios

Cuando haciendo zapping aparece un genio en la pantalla, no puedo hacer otra cosa que mirarlo. Y esto fue lo que me pasó este lunes cuando enganché el programa “Chiche en Vivo” que se emite todos los días a las 20 Hs. por el canal Magazine de Cablevisión.

Si bien Chiche Gelblung ha marcado un estilo único en la televisión, el genio al que hago referencia era su invitado del día: el fantástico Guillermo Vilas.

En la entrevista, el ex número uno charlaba sobre antioxidantes y contaba una anécdota de relativa gracia al respecto, lo que llevó a Chiche a reflexionar sobre los medios y las veces que éstos publicitan que las propiedades del producto “A” son buenas para el síntoma “B”, para luego decir exactamente lo contrario a los pocos días.

Ante este comentario, la reacción de Vilas fue sugerir que semejante tendencia debería ser controlada, regulada, prohibida o “frenada”, para usar sus términos. Que los medios digan una cosa para después decir otra exactamente opuesta debe frenarse “porque la gente no entiende, se confunde”, argumentó.

Ahora la pregunta es ¿Quiénes?

¿Quién no entiende? ¿A qué gente se refiere el gran campeón cuando habla de que “la gente no entiende”? ¿Se referirá a sí mismo, o querrá decir que él sí es suficientemente inteligente para entender pero hay muchos que se creen cualquier cosa? Ahora, si él es tan inteligente ¿Por qué no puede serlo el resto de la sociedad? ¿O hay que ganar Roland Garros para no creer todo lo que dice la tele?

El cuento, que parece banal, no lo es en lo más mínimo puesto que este mismo argumento es el que utilizan nuestros gobernantes para combatir el supuesto “monopolio informativo” y, de paso, controlar la red de comunicación nacional en lo que representa una seria amenaza a la libertad de expresión en el país.

Según este razonamiento, hay gente incapaz en riesgo de creerse todas las pavadas que dicen “los medios” y gente iluminada, que puede protegernos del monstruo. A saber, Cristina Fernández, Gabriel Mariotto o Luciano Galende.

Ahora bien, si todos creemos que una Ley de Medios es buena porque protege a aquéllos que creen todo lo que la «corpo mediática» afirma, vuelve la duda. ¿Dónde están estas «víctimas»? ¿Quiénes son? ¿A quién vamos a “proteger” si, en realidad, todos pensamos que la ley es buena para “otros”?

Creo que este argumento oculta la inseguridad propia de los que lo esgrimen. “El protegido” no es otro que ellos mismos que todavía no se dispusieron a asumir que son los únicos responsables de creer o desconfiar, de mirar un canal o cambiar a otro, de leer un diario o leer un libro.

Olvidan que, como dijera Martin Luther King, “Nadie se nos montará encima, si no doblamos la espalda”.

No nos gobiernan angeles

Un problema que afecta tanto a liberales como a los que no lo son, es la tendencia a idealizar el Estado y abstraerse del funcionamiento real del aparato estatal.  Haciendo a un lado las valoraciones morales sobre la manera en la que funciona el gobierno, los planes diseñados por burócratas, académicos, planificadores, legisladores, etc.  para ser implementados por el gobierno parecen dejar de lado un importante detalle: los que lo tienen que implementar no son infalibles,  más bien todo lo contrario.

Existen vastas cantidades de ejemplos donde queda en evidencia este razonamiento que lleva a ilusionarse sobre nuevos planes y programas gubernamentales que al final terminan fracasando,  o por lo menos, no cubren las expectativas.

Algunos ya se dieron cuenta.

Uno de los casos mas evidentes es el de la guerra contra las drogas. Aquellos defensores de una política anti-drogas proponen nuevos planes, mayor financiamiento y cambios de estrategias a la hora de combatir el consumo y comercio de determinadas drogas. A la hora de debatir con ellos, esgrimen argumentos tales como la «legalización haría que todo el mundo consumiese droga» o «la falta de financiamiento y entrenamiento a la policía hace que fallen los programas anti-drogas.» Este tipo de afirmaciones demuestra una abstracción del mundo real a la hora de debatir, en sus cabezas el plan anti-drogas funciona a la perfección, pero luego en la vida real vemos como a pesar de las políticas prohibicionistas, el consumo de drogas aumenta y todo el que quiere acceder a ellas puede hacerlo en la esquina más cercana. Por otra parte, un mayor financiamiento policial no va a lograr desmantelar las redes de narcotrafico, protegidas por el poder políticos, si no que seguirá creándo problemas a personas que antes no los tenían, y que por consumir recreativamente ciertas sustancias en el mejor de los casos se lo obliga a realizar un tratamiento contra una enfermedad que no tiene, o en el peor de los casos termina preso con verdaderos delincuentes y viven una experiencia que termina afectando severamente la vida de una persona normal que sólo quería divertirse, distraerse, o pasarla bien un rato sin hacerle daño a nadie.

Lo mismo  puede decirse con muchos otros temas, veamos por ejemplo el caso de la nueva ley de medios. Uno de las

Gobierno grande, problemas grandes.

artículos, el 47 más específicamente, dice que «la autoridad de aplicación deberá elevar un informe al Poder Ejecutivo nacional y a la Comisión Bicameral, en forma bianual, analizando la adecuación de las reglas sobre multiplicidad de licencias y no concurrencia con el objeto de optimizar el uso del espectro por la aplicación de nuevas tecnologías.» Muchos defienden este artículo ya que  permite una actualización periódica del estado de las licencias con el objetivo de adecuarlas a los avances tencologicos, eso desde la visión angelical del Estado. Una visión más realista (por lo que la experiencia nos dice) indica que deberíamos dudar a la hora de  cederle tanto poder a los gobiernos, porque aún si simpatizamos con el actual gobierno y creemos que hará un uso correcto de dichas facultades, ¿que sucede acerca de los próximos gobiernos que podemos no estar de acuerdo? Servirle en bandeja la facultad de revisar cada dos años las licencias, bajo la excusa de hacer ajustes tecnológicos, a un gobierno de tinte autoritario que puede utilizar ese artículo para restringir la libertad de expresión es peligroso, probablemente lo hagan de todas maneras, pero legalizar ese mecanismo, en muchos de los casos,  termina ocultando lo nefasto del acto.

El tercer ejemplo se dio en este blog hace algunos días. La propuesta del impuesto negativo a la renta como medio de reemplazar todo la estructura del asistencialismo. Una idea que parece tentadora para aquellos que quieren disminuir la burocracia del estado implementando un leve cambio al esquema de distribución forzada de la riqueza (también conocida como redistribución) para unificar todos los subsidios bajo el nombre de impuesto negativo a la renta. Algunas de las ventajas que ofrecen, según sus defensores, son: eliminar mafias e intermediarios (punteros), reducir el tamaño de los beneficiados haciendo mas transparentes los criterios de otorgamiento del subsidio, etc. Una vez más, se idealiza al estado, creyendo que el plan que defendemos, funcionará de manera diferente al resto de los planes, su crecimiento estará mejor controlado, y los funcionarios dejarán de ser corruptos, al fin y al cabo se trata de nuestro plan.

Sin embargo, una vez más la realidad dice otra cosa. Cuando se presenta un plan gubernamental que promete ser mas eficiente que los anteriores, o un nuevo impuesto, pero de carácter temporal, termina sucediendo todo lo contrario, veamos: el IVA iba a reemplazar al resto de los impuestos nacionales, el Impuesto al Cheque era de emergencia y temporal, el Futbol para Todos iba a dar ganancias, el SUBE iba a ser implementado en 90 dias. No hace falta ni mencionar como terminaron cada una de estas promesas.

Muchos defensores de nuevos programas gubernamentales olvidan un detalle no menor, el Estado es el que los implementa, y la historia mundial demuestra que lo único que se ha logrado fue un fracaso tras otro.

Diario del Domingo

Algunas de las notas mas interesantes de este fin de semana:

Una pirámide vidriada de siete pisos: 350 millones de pesos. Un obelisco de 130 metros de altura: 37 millones. Un circuito internacional para carreras de autos: 50 millones. La réplica del Cabildo, con su plaza y Pirámide de Mayo: 14 millones. La lista, que incluye géiseres artificiales y el mástil más alto del país, entre otras obras, no deja lugar a dudas: en San Luis, atraer al turista no tiene precio.

Obra de un megalómano, que gasta millones y millones de pesos de la gente en obras que nadie visita.

El desequilibrio llegará, de no mediar cambios legales, aún cuando se tenga en cuenta que, según datos publicados por la Secretaría de Seguridad Social, 2,5 de cada 10 pesos con los que se pagan las jubilaciones provienen de impuestos generales, y los otros 7,5, de los aportes y las contribuciones vinculados al mundo laboral formal.

Esta segunda fuente de recursos, la genuina del sistema, se encuentra en problemas si se considera que, con 5.585.000 pasivos y 7.300.000 cotizantes regulares (según estimaciones basadas en datos de recaudación de la AFIP), por cada jubilado hay 1,3 trabajadores que contribuyen, contando asalariados, autónomos y monotributistas.

La gran estafa estatal, el sistema de jubilaciones, es un castillo de naipes. El problema no es el «esquema» es el sistema.

Según el rating promedio del último torneo –7 puntos– se puede afirmar que el fútbol estatal t iene 250.000 hogares seguidores . Como el Estado ya gastó $ 600 millones para el fútbol “gratis” en 10 meses, la cuenta da que hay $ 60 millones mensuales destinados a las 250.000 casas que miran los partidos, o $ 240 que salen del erario público por cada sillón que sintoniza canal 7 . Se trata de 8 veces más cuando la transmisión estaba en manos prvadas (los clientes del cable pagaban un adicional de $ 20 al abono para tener los partidos).

Mas que fútbol para todos, el fútbol lo pagan todos y los clubes la dilapidan.

Pero hay un daño menos tangible. Las prebendas del empresariado, su contubernio con el poder político, refuerzan un viejo prejuicio nacional: la presunción de que, detrás de la creación de riqueza por parte del empresario hay algo espurio, hay un pecado. Tal vez sea ésa la mayor barrera que debe sortear la Argentina para, de una vez por todas, superar el ignominioso escándalo de la marginación y la pobreza de muchos de sus habitantes.

Impecable.

Eficiencia decodificada

Gentileza del gobierno que nos muestra cada dia su ineficiencia y como la organización descentralizada en cada individuo es una alternativa superior:

Otros se preguntaban ayer si valió la pena gastar 550 millones de pesos para repartir gratis 1,2 millones de conversores de TV digital, de los cuales se distribuyeron hasta ahora sólo 41.000, que ahora servirán sólo para mirar Canal 7 y Encuentro.

La idea era distribuir los set-top-box para distraer a la gente que pueda ver el mundial, ni eso pudieron hacer bien.

El ignenioso Plan B consistía en tirar el set-top-box desde el helicoptero y repartirlos mas rapido.

Televisión Estatal

Lanata y un muy buen análisis sobre el uso de la TV Estatal… No será el tipo más coherente, pero es valiente y este bloque es muy divertido…

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