El peligro de la escuela

 La escuela tal como hoy la conocemos es peligrosa, desde cualquier punto de vista que se la mire. Esta puede sonar una declaración radical y contraria al sentido común, sin embargo un análisis detenido sobre esta institución nos lleva a esa conclusión determinante. La escuela como institución moderna tiene sus orígenes en el S. XIX, en Prusia, posteriormente instaurada como modelo en gran parte de los países considerados geográficamente Occidentales.

¿Escuelas o Prisiones?

Ideado por Federico, El Grande, el proceso de escolarización, compulsiva a partir de ese momento, fue diseñado en vistas de dos objetivos totalmente contrarios a la educación en una sociedad libre: por un lado, enseñar a obedecer ordenes para tener ciudadanos listos para la guerra, por el otro, generar personas acostumbradas a la realización de tareas sencillas, mecánicas y repetitivas, tal cual lo necesitaban las empresas que surgían en plena Revolución Industrial.

Poco ha cambiado la escuela de Federico, El Grande a la actual. Desde la disposición de los bancos, a la división de los alumnos por una cuestión tan arbitraria como la edad,  hasta la duración del año escolar, la obligatoriedad y la siempre odiada «tarea para casa».  Domingo F. Sarmiento fue el responsable de traer este sistema a la Argentina, a través del sistema escolar que predominaba, y predomina, en Estados Unidos.  [Para más sobre este análisis de la educación, escribimos acá y acá]

Sorprendentemente, el diario conservador La Nación, en dos semanas publica dos notas que nos sacan del letargo al que  nos acostumbra la corrección política, especialmente en un país al que nadie le gusta salirse de la norma, y nos ofrece una visión alternativa a la educación que se aparta de la clásica fórmula «más presupuesto, maestros más preparados, 180 días de clase».

La primera nota, publicada la primer semana de junio, es una entrevista al sociólogo español Mariano Fernández Enguita, que se torna interesante por el sólo hecho de cuestionar una cuestión sacralizada por estos lares, la obligatoriedad de la escolarización. No se trata de un alegato por una reforma radical al sistema actual pero abre la puerta para una mejora:

-¿Cómo describiría los efectos no deseados de la obligatoriedad de la enseñanza?

-No es que yo esté en contra de que la enseñanza sea obligatoria, pero hay que tener en cuenta los costos. Cada vez tenemos a la gente más tiempo escolarizada y esto genera tensiones cuando la experiencia no es gratificante para el alumno, cuando no cree en lo que se ofrece a cambio o cuando la relación con sus compañeros no es buena. La escuela es un lugar donde la gente está muy próxima y el ego de docentes y alumnos está muy expuesto. Los crímenes en las escuelas son casos extremos, pero el acoso escolar no es tan anecdótico y puede hacer muy siniestra, negativa y dura la experiencia de una persona. Otro problema de la escuela tal cual como funciona hoy es que tiene un público cautivo. Es decir que es como una olla a presión que tiende a explotar. No es difícil ver esto, pero a veces no queremos mirarlo. Mientras nosotros discutimos si escuela privada, pública, religiosa o laica el tipo de escuela que más crece es la escolarización en casa, es decir, la no escolarización.

La segunda nota, publicada el domingo 10 de junio, se pregunta en su título Educarse sin ir a la escuela, ¿es posible? La pregunta está mal si se refieren a las escuelas actuales. «¿Hay otra manera?», debió decir. Esta nota aborda la experiencia de una familia decepcionada con el sistema educativo estatal (de gestión pública y de gestión privada) que decidió educar a sus hijos en casa:

Corina y sus hermanos -Santiago de 8; Sofía, de 5, y Timoteo, de 3- se levantan «relajados» y, a las 9, se instalan en el living de su casa, en Pilar, con los libros y cuadernos de la materia que les corresponda y bajo la mirada y guía de su madre, Silvina Kerr. Una escena similar se vive a diario en la casa de la familia De Peu, en Belgrano, donde Stacy conduce el estudio de sus hijos Charlie, de 10 años; William, de 9, y Nathaniel, de 7, según la currícula de quinto, cuarto y segundo grados que rendirán como alumnos libres a fin de año en una escuela pública.

 Mientras que la opinión de Constanza Mazzina, de Libertad y Progreso, da una pauta de por donde empezar a analizar este fenómeno:

En el país, para cumplir con la obligatoriedad de la enseñanza los padres pueden elegir entre establecimientos gestionados por el Estado o por privados, cuya estructura es la misma. En este contexto, Constanza Mazzina, investigadora de Eseade y coordinadora del área educativa de la fundación Libertad y Progreso, considera que la educación en la casa es una opción interesante «en un marco que desmonopolice y desregule la oferta escolar y permita la verdadera competencia entre sistemas educativos».

Sin embargo, no todas las opiniones son iguales, como es el caso de Ana Carballo:

Ana Caraballo, psicopedagoga de la consultora Caraballo & Segat, que implementa el programa de coaching estudiantil desde hace ocho años, afirma: «La escuela en casa impide la posibilidad de compartir con pares diferentes momentos y actividades, competir y, entre otras cosas, aprender a convivir con las diferencias»

Cuando uno lee cosas como esta, donde un chico pierde un testículo por una «actividad entre pares», o que un alumno le rompe la nariz a otro, o que chicas acosadas por tener buenas notas, no parece ser el ambiente ideal que uno quiere para que sus hijos establezcan sus lazos sociales.

Una alternativa a la escuela, y a la educación en casa, son los sistemas alternativos educativos, uno de ellos el diseñado por María Montessori, donde el niño se maneja en un ámbito de libertad y responsabilidad. Un camino que aún no ha sido recorrido en Argentina, siendo que en el país apenas existen tres establecimientos que adhieren a este método pedagógico.

Isabel Paterson, tenía su opinión formada acerca del sistema educativo, sobre el cual decía: «no puede haber un poder más arbitrario que el de tomar a los hijos de sus padres, enseñarles lo que sea que las autoridades hayan decretados, y le expropien a los padres los fondos para ello… Un sistema educativo obligatorio, financiado por impuestos, es el modelo completo de un estado totalitario». Por esto, es necesario, mientras no sea viable el desmantelamiento de la educación estatal, favorecer alternativas quecompitan, oficialmente o desde la clandestinidad, con el actual sistema, sea Montessori, homeschooling o unschooling para ofrecerle a los chicos una mejor calidad de vida.

– Karen de Coster recomienda ver el documental «The War on Kids» sobre el tema.

– Stefan Molyneux y Stephan Kinsella conversan acerca de libertarian parenting, en Freedomain Radio.

Des-educación

Ayer estaba, como buen gorila golpista y oligarca que soy, leyendo una nota en La Nación y me encontré con el siguiente comentario de una lectora:

 No creo en ninguno de esos proyectos, lo mejor es permitir el ingreso de empresas extranjeras, impuestos mas altos para las mineras y juego; gas, luz, agua, al precio que corresponde para que las empresas mejoren la calidad de los servicios mediante inversiones que entre otras cosas crearian puestos de trabajo, terminar con los subsidios y si realmente esa gente necesita trabajo y no lo consigue, pues que el estado los contrate para pintar hospitales y escuelas,mucamas de hospitales y escuelas, etc., las casas que se construyan por el estado o los municipios tambien requieren de mano de obra, que se les puede otorgar mediante contratos a esos señores que hoy solo cobran por no trabajar, indec con indices de verdad, menos gasto publico, tipo de cambio real, dar trabajo mediante la forestacion de muchos lugares del pais, construir rutas , o sea no subsidiar lo que se debe hacer es dar trabajo, en el interin aprenden a trabajar y en 1 o 2 años seran ciudadanos dignos, en un pais mejor.

Esta persona tiene muy buenas intenciones, como puede verse:

Que todo el mundo tenga trabajo.

Que no se entreguen subsidios a cambio de nada.

Que la gente tenga cultura del trabajo y valore los frutos del mismo.

Pero también es una evidencia de ciertas falencias muy grandes del sistema educativo argentino (compulsivo, obligatorio y manejado desde el Ministerio de la Verdad, o Ministerio de Educación).

Analizo a continuación lo que considero que nadie de, digamos, 18 años debería desconocer:

“lo mejor es permitir el ingreso de empresas extranjeras”: Primero que nada, no está prohibido el ingreso de empresas extranjeras. La pregunta para hacerse es por qué no se radican en el país. Una empresa se hace con el fin de ganar plata. Una empresa se radicará dentro de las fronteras de un país cuando esto le permita maximizar ganancias, ya sea mediante el ensamblado de sus productos o la provisión de servicios a menor costo, el ingreso y venta de productos ensamblados en otro lado, la creación de nuevos productos para ese mercado, etc.

Cuando un país tiene una alta inflación, un marco jurídico inestable y cambiante, reglas arbitrarias para el intercambio de bienes y servicios a través de las fronteras, altos impuestos y persecución fiscal, mercados cambiarios intervenidos, leyes que “protegen” por demás a los posibles empleados (que en definitiva los perjudican), gremios que aprietan, entre otros, es muy difícil sino imposible calcular el Retorno de Inversión y el Flujo de Fondos, las herramientas fundamentales a la hora de emprender.

No es que no se permita legalmente el ingreso de empresas extranjeras, sino que el medio ambiente en el que tienen que introducirse es altamente hostil, así que es preferible ahorrarse el esfuerzo. Por cierto, esa hostilidad es relativamente mayor a la hora de hacer pequeños emprendimientos, porque la espalda financiera es mucho menor.

“gas, luz, agua, al precio que corresponde para que las empresas mejoren la calidad de los servicios mediante inversiones que entre otras cosas crearian puestos de trabajo”: ¿Qué significa el precio “que corresponde”? ¿Existe algo como un “precio justo”? El único precio justo es el que acuerdan las partes voluntariamente. Dado que luz, gas y agua tienen tarifas definidas por el estado y congeladas, no solo es imposible realizar inversiones, sino que envían mensajes erróneos a los consumidores, que van a poner cuatro aires acondicionados cuando no los necesitan, usarán el horno de calefacción en verano y abrirán la ducha dos horas antes de entrar, generando faltantes.

De la misma forma, se llama desde las secretarías a las industrias para que gasten menos energía o que, incluso, envíen energía a la red con sus generadores.

Si la gente después de haber estudiado doce años no entiende que un precio es simplemente información que nos dice qué producir y cuánto y piensa que pueden ser definidos desde una oficina del estado, estamos en el horno.

“terminar con los subsidios y si realmente esa gente necesita trabajo y no lo consigue, pues que el estado los contrate para pintar hospitales y escuelas,mucamas de hospitales y escuelas,”: Terminar con los subsidios personales, perfecto. Ahora, creer que el estado puede generar empleo es otro error tremendo, que está muy calado en la cultura argentina. Los “puestos de trabajo” son medios, no fines en sí mismos. Como diría Benegas Lynch “Si vamos en un barco y encallamos en una isla desierta, nos vamos a dar cuenta de que no existe ni una fuente de trabajo, pero no nos alcanzan las horas del día para todo lo que tenemos que hacer para sobrevivir.”

Los “empleos” se crearon cuando, hace ya mucho tiempo, un tipo que hacía, por ejemplo, buenas hachas, vió que le era mejor hacer más hachas y no cultivar sus alimentos, y después intercambiar con otros a los que les convenía más plantar, por ejemplo, más tomates y cambiarlos por buenas hachas. Así el primer tipo hizo una forja y se dedicó a eso, contrató al cuñado, al yerno y a varios más para que lo ayuden, a cambio de tener tomates y otros bienes.

Se comete el error de presuponer un mundo perfecto, donde todo el mundo tiene que tener un “puesto de trabajo”, en lo posible cerca de la casa y de por vida, donde el empleador le entregue un montón de beneficios, cuando la realidad es la inversa. Se vive en un mundo con recursos escasos y los puestos de trabajo son una consecuencia de haber abandonado una vida de auto subsistencia y de que las personas guarden una parte de lo que producen y lo arriesguen a fin de obtener más en el futuro.

De nada sirve que el estado mande gente a pintar un hospital o a ser mucamas. Esto no está generando ningún tipo de riqueza, está destruyendo la misma por partida doble: por un lado, el estado le está afanando a alguien la guita que podría invertir en algún emprendimiento. Por otro, está sacando del mercado a una persona que podría ser productiva por cuenta propia o trabajando para otro.

El estado no puede crear riqueza, pero puede dejar de destruirla: bajar los requerimientos y dejar de perseguir a la gente que quiere trabajar, eliminar la relación casi “de por vida” entre empleadores y empleados, eliminar cantidad de gente que trabaja para el estado y un par de otras medidas serían suficientes para que la riqueza se dispare a las nubes. Esto también debería saberlo todo chico de 18 años y, si no, estamos en el horno.

El resto se deriva más o menos de los mismos puntos. Por eso, propongo la siguiente campaña:

Barney

Si Barney se hace austríaco ¿Podrá enseñarle algo a los chicos?

“Haga patria (o mundo, para los que no creen en la patria), enséñele a un chico (y a un no tan chico también) qué es un precio y que la riqueza no puede ser creada desde el estado”.

Un trabajo de hormiga, pero que puede dar muchos frutos….en unos 20  años.

Chile, ¡a estudiar!

Dicen querer un mejor sistema educativo, pero salen a las calles a destruir.

Ministerio de la Verdad

Des-educación desde el Estado

Dicen querer estudiar, pero se niegan a volver a las aulas.

Dicen querer un excelente sistema público de educación, pero están dispuestos a llevarse puestas su Constitución y sus instituciones.

Yo me pregunto una cosa, anterior a esa ¿para qué querés estudiar?

Tengo solamente dos respuestas:

a) Por el mero hecho del conocimiento en sí mismo, para perfeccionarse como ser humano o por placer personal.

b) Como un medio para obtener otras cosas, es decir, para utilizar ese conocimiento y proveer algún bien o servicio a cambio de un mejor nivel de vida.

Hago un impás para dilucidar dónde se encuentra el conocimiento:

Hace ya muchos siglos, el conocimiento y las ciencias, eran mantenidos por una elite, fundamentalmente por un tema de costos y logística: El proceso de producir papel era carísimo, había que copiar los libros a mano (en general en los monasterios), etc, etc.

Hoy es el siglo XXI. Gutenberg llegó hace mucho, como así también los medios digitales y las telecomunicaciones. El conocimiento está por todas partes, y se puede conseguir GRATIS (o casi):

  • Bibliotecas
  • Libros prestados
  • Wikipedia
  • Youtube
  • Papers, tanto gratuitos como pagos (en general re baratos)
  • Sitios de descarga
  • Liberías online
  • Un infinito etcétera.

Es más, ¡hoy podés ver hasta videos de operaciones quirúrgicas complejas a través de internet! Son lujos y facilidades que los más grandes de la ciencia ni siquiera soñaron….y son parte de nuestra vida cotidiana.

Volviendo al tema, cuando se pide «un mejor sistema educativo público, mágico y fantástico», hay que tener en cuenta sí o sí el objetivo.

Para los que eligieron la opción «a» les digo VÁYANSE A SU CASA. Lean libros, vean videos, lean la wiki, APRENDAN LO QUE QUIERAN Y LO QUE LES GUSTE.

A los que eligieron la opción «b», les cuento que yo pasé por el sistema educativo universitario y me pasé la mitad de la carrera durmiendo al fondo del aula, bancándome a profesores ineptos que enseñaban cosas viejas, que no se usan y/o impracticables en el mundo real. Sí tuve algunos excelentes profesores, contados con los dedos de una mano, que me dejaron algo (uno fue el que me hizo liberal).
Lo que se tienen que preguntar es si una carrera universitaria de 5 años realmente los ayuda a aumentar la riqueza existente, si los ayuda a discernir formas de servir a los demás y llevarlas a la práctica. O si simplemente es un antro para que dinosaurios fracasados o resentidos de la vida les den lecciones de vida, diciéndoles lo capos que son y cómo lo que les enseñan es lo más importante del universo conocido.
Preguntensé si es una lanzadera de cohetes que los va a llevar a ser mejores, o si es un ancla que les va a hacer el camino más trabajoso y les va a sacar las ganas en el momento.

Yo personalmente soy partidario de que la educación y la certificación sean dos cosas absolutamente separadas. Si un título universitario certifica una serie de conocimientos o habilidades ¿realmente importa cómo las obtuviste? ¿Hay diferencia en si te rompiste diez años estudiando a la luz de las velas, o uno, o dos días o naciste sabiendo? A mí no me parece. Al final del día solo cuenta si podés o no podés proveerles a los demás algo que mejore sus vidas, a cambio de algo que mejore la tuya.

Lo que veo yo en los estudiantes chilenos y en los indignados de España es a un grupo de nenes que quieren que primero se les pague por un sistema educativo que tiene una estructura que NO NECESITAN para estudiar algo que, en muchos de los casos, LA SOCIEDAD NO NECESITA O NO QUIERE. Una vez que terminan, quieren que se les dé trabajo y se les pague LO QUE ELLOS CREEN QUE VALEN, para hacer algo que no genera ningún tipo de riqueza. Esto es especialmente así en todas las carreras «sociales», que simplemente generan personas que quieren ocupar una sillita en el Estado, colgar de la pared su diploma de licenciado y decirles a los demás cómo vivir la vida.

Chilenos, españoles y, por qué no, argentinos: si quieren realmente una mejora en la educación, luchen por la abolición de esa aberración y policía del pensamiento que son los Ministerios de Educación.

El conocimiento está ahí afuera y es GRATIS. Go take it, or go home.

¿Educación? ¿Gratuita?

Por Leandro Fleischer*

El uso de la razón es una capacidad humana que suele ser destruida mientras una persona crece. Esta bella virtud que nos regaló la naturaleza, la perdemos gracias a la «educación» que recibimos desde que somos pequeños e indefensos. Este «aprendizaje» lo único que logra es arruinarnos nuestra capacidad creativa, limitar nuestro conocimiento, nos produce un especial desinterés en aprender y nos adoctrina de tal forma que terminamos justificando la violencia estatal en casi todos los aspectos de la vida.

Debemos entender que la «educación pública», ni es educación ni es gratuita como muchos piensan ¿por qué? Veamos.

En primer lugar, este tipo de «educación» suele ser obligatoria. O sea, se obliga a los padres, a punta de pistola, a llevar a sus hijos a una de las instituciones públicas, en las cuales el programa de estudios es decidido por una persona que cree tener el derecho de decirnos cómo educar a nuestros hijos o a nosotros mismos y tiene el suficiente poder y las suficientes armas como para hacernos obedecer a la fuerza. Si analizamos sólo este aspecto y nos alejamos del adoctrinamiento estatal, podremos observar cuán inmoral y autoritaria es esta realidad. Si yo obligara a un niño a educarse como a mí se me ocurre, apuntándole a él y a sus padres con un revólver, pues mucha gente diría que soy un psicópata y que, claramente, mi interés no es educar, sino lavarle el cerebro a ese pequeño con algún maligno propósito. Sin embargo, cuando esto lo hace el Ministro de Educación, nadie tiene sospecha alguna y, de hecho, justifican esta criminal acción.

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En segundo lugar, debemos entender que no existe un sólo tipo de educación. No para todas las personas es lo mismo. Hay estilos diferentes y cada uno va marcando su camino. Lo importante del aprendizaje, desde que somos niños, es quitar la obligación del camino. Todos, desde que nacemos, tenemos interés en aprender cosas nuevas y ese deseo de educarnos, es natural. Podemos observarlo, incluso, en los bebés que repiten lo que los padres dicen o intentan encontrarle uno o más usos a un determinado objeto o prueban caminar por sus propios medios, etc, etc, etc. Del mismo modo, a medida que ese bebé va creciendo, puede continuar su educación de manera libre y entretenida. Lo importante es incentivar lo que un individuo (niño o adulto) quiere hacer de forma voluntaria y no obligarlo a acoplarse a un sistema monopólico y cruel, en el cual las personas pierden interés en estudiar por placer y se dedican únicamente a aprobar exámenes para satisfacer a sus padres y profesores, pero no a ellos mismos. El único remedio para curar esta enfermedad es terminar con el mito de que existe una sola manera de educarse y que esa es la que decide el Ministro de Educación de turno.

En tercer lugar, debemos analizar de qué se trata la «educación» pública. Un sólo sistema de estudios, en el cual el programa debe ser autorizado por un burócrata y consiste en adoctrinar a los estudiantes con el fin de que estos justifiquen las diversas inmoralidades que comete la clase dirigente y las califiquen como «actos morales por el bien social». Por brindar algunos ejemplos: la violenta y extrema recaudación impositiva, las limitaciones al mercado que sólo generan una disminución en las inversiones y, por lo tanto, producen un enorme daño al desarrollo y a las oportunidades labores de un país determinado. También el mismo sistema suele inculcar a los «estudiantes» un serio desprecio por las libertades individuales y los individuos suelen justificar prohibiciones ridículas, las cuales castigan de forma extremadamente violenta a las personas que «no cuidan de sí mismas» como a los burócratas de turno les parece que deben hacerlo, aunque no se le haga ningún tipo de daño a un tercero. Todo esto es un adoctrinamiento religioso autoritario el cual incita a las personas a someterse a un Dios (burócrata de turno) y respetar los mandamientos de la Biblia (ley) sin titubeos y con la justificación de que «está escrito». Así como en la religión, la moralidad o inmoralidad de estas leyes, no tiene ninguna importancia.

En cuarto lugar, este sistema público está basado en la crueldad y en la discriminación. El alumno no decide absolutamente nada, sino que todo se decide por él y más le vale adaptarse o, de lo contrario, será catalogado como un holgazán, un estúpido o un delirante por el resto de su vida, por el simple hecho de no adaptarse a este sistema monopólico.

Para cumplir este objetivo, el Ministerio de Educación, dicta las clases que cree convenientes y de la manera que le place, sin importarle en lo más mínimo los intereses del estudiante. Éste después es evaluado en base a ello y se le da un límite de tiempo para estudiar, se lo evalúa con un número y se lo castiga si utiliza un ayuda memoria o mira la hoja de su compañero durante un examen. Con este ejemplo, podemos observar cómo le destruimos al individuo su interés por el estudio, pues deja de hacerlo porque quiere, sino para complacer a otros. Además le producimos una sensación de fracaso y decepción por no lograr alcanzar una nota determinada en una materia que no le interesa o no le agrada la forma en la que es enseñada y el alumno comienza a sentirse atrapado y angustiado, intentando cumplir con el cruel ultimátum ¿Esto acaso incentiva a las personas a aprender o al revés?

Clicke en la imagen para acceder al podcast de Brett Veinotte sobre educación

En quinto lugar, este sistema no es gratuito como muchos piensan. No es solamente desastroso y opresivo, sino que además es extremadamente caro. Todas las personas deben pagar a la fuerza por él. Debido a que el pago no es voluntario, sino coercitivo, se desperdician millones, pues no existe competencia alguna en el mercado que los obligue a cuidar el dinero. Ese capital con el que se mantienen esos horribles centros de adoctrinamiento no crece de los árboles, sino que es quitado a la fuerza de las personas que lo obtuvieron de forma honesta y le hubieran podido encontrar una utilidad. No existe ningún tipo de control para ningún servicio, sólo el mercado es el que se limita a sí mismo y no permite derroches de capital.

El lector dirá: «este hombre critica mucho, pero no brinda soluciones». Lo cierto es que no existe una solución. La educación debe ser completamente libre. El mercado se encargará de brindarla de la mejor manera y las personas podrán elegir qué tipo de educación quieren. Los educadores deberán esforzarse para atraer alumnos e intentar por todos los medios posibles que se interesen por lo que ellos enseñan, sin calificaciones, sin limites de tiempo y sin otra crueldad de ningún tipo. Deben alentar a que los estudiantes aprendan por el placer de aprender y no para satisfacer a los padres, al profesor a o un burócrata. Si no lo logra, pues su remuneración será menor. De este modo, los educadores se verán en la obligación de brindar un buen servicio a bajo costo y no dedicarse a castigar y limitar a los alumnos, para seguir recibiendo el sueldo de forma coercitiva.

Es el cliente, o sea, el estudiante quien debe decidir qué, dónde y cómo estudiar y nadie más. Es él quien debe decidir si ser evaluado o no y en caso de quererlo, sólo él puede elegir cuándo y con quién.

Por último, es necesario aclarar que el sistema de educación libre, lejos de ser excluyente, es todo lo contrario, pues al no existir un monopolio, la educación no será una sóla y mucha gente podrá aprender a realizar tareas útiles, sin necesidad de estar obligada a recibir un papel firmado por un burócrata, sino únicamente será evaluado según sus capacidades laborales.

Si nuestro objetivo es educar, el Ministerio de Educación de cualquier país debe cesar de existir.

*Analista político argentino residente en Israel.

Una visión alternativa al conflicto educativo (Parte II)

(Viene de la Parte I)

Ayer comenzábamos a delinear los objetivos principales que se propone el sistema de educación pública. Para reforzarlo escrito en la primera parte, voy a dividir esta segunda parte en dos secciones. En la primera analizamos el origen  del sistema de escolarización compulsiva a nivel mundial, que lo encontraremos  en Prusia, el origen y los objetivos de la implementación de la «educación, laica gratuita y obligatoria» a través de la ley 1420. y la importancia que tiene el control de la educación de los diferentes gobiernos. En la segunda parte voy a intentar definir las consecuencias nocivas de la educación pública.

¿Educación?

3. La importancia histórica de la educación pública.

El origen de la educación pública compulsiva lo vamos a encontrar en la Prusia de prinicpios del siglo XIX, si bien con anterioridad, en tiempos de Federico, El Grande, se había establecido un sistema educativo estatal, fue Federico Guillermo III el que luego de la derrota frente a Napoleón en 1807 comienza gradualmente a restablecer el control estatal sobre la educación, y a expandirlo. Para 1819 las escuelas privadas solo podían funcionar si cumplían los requisitos exigidos por el Estado, ¿Les suena?

El sistema educativo prusiano había sido diseñado para obtener los siguientes resultados:

  1. Soldados obedientes en el ejercito.
  2. Trabajadores obedientes en las minas.
  3. Funcionarios subordinados al gobierno
  4. Empleados subordinados en la industria
  5. Ciudadanos que pensaran de manera similar en la mayoría de los asuntos.

En nuestro país el asunto no fue muy diferente, con la ley 1420 se adoptó un sistema inspirado en el de Federico Guillermo III siguiendo la tendencia mundial, liderada por Estados Unidos, en construir los sistemas educativos estatales a imagen y semejanza del sistema prusiano.

La Ley 1420, como se suele decir, fue la responsable de que los argentinos adoptaran una identidad nacional. Esto, en otras palabras, es colectivizar al individuo, convertirlo en masa. No se trata del reemplazo de la identidad individual por una identidad nacional, todos siguen teniendo sus identidades individuales, pero condicionadas, éstas, a una «identidad nacional».  Cuando lo planteamos de esa manera deja de ser un objetivo tan loable como parece, y sale a la luz el verdadero objetivo para el cual fue pensada la educación estatal: uniformizar. No se trata de ningún secreto, hasta algunas escuelas con su nombre lo indican escuela normal son normalizadoras, es decir, intentan normalizar en el sentido de crear ciudadanos promedios, todos muy similares entre si, en general  cumplir el período de escolarización compulsiva significa que fueron normalizados exitosamente.

Volviendo al uso de la educación como herramienta para conseguir la adoración de los gobiernos (o como me gusta decirle, el modelo estado-céntrico) se puede mencionar a Karl Marx como uno de los críticos del sistema educativo de los Hohenzollern (la dinastía prusiana) que se expandía por toda Europa, en el Manifiesto Comunista escriben Marx y Engels:

Pero es, decís, que pretendemos destruir la intimidad de la familia, suplantando la educación doméstica por la social.

¿Acaso vuestra propia educación no está también influida por la sociedad, por las condiciones sociales en que se desarrolla, por la intromisión más o menos directa en ella de la sociedad a través de la escuela, etc.? No son precisamente los comunistas los que inventan esa intromisión de la sociedad en la educación; lo que ellos hacen es modificar el carácter que hoy tiene y sustraer la educación a la influencia de la clase dominante.

Claro que lo que lamentaba Marx era no poder imponer él SUS intereses en la escolarización.

La escolarización compulsiva fue utilizada políticamente desde siempre, ya sea por la anti-liberal Alemania bismarckiana, que luego derivó en el III Reich de Adolf Hitler, o en la URSS, que hasta el final de su existencia la escolarización sirvió como método para adoctrinar a los chicos en la ilusión comunismo, aún cuando el país soviético se caía a pedazos. A nivel local, la experiencia educativa durante el peronismo fue una expresión grosera de todo lo propuesto en los párrafos anteriores, la evidencia más clara se pueden encontrar en los libros de texto de la época.

4. El resultado del cumplimiento de la sentencia.

Todo este proceso de escolarización que fue descripto en las secciones anteriores tiene resultados concretos y que están a la vista de todos. La anulación de cualquier tipo de independencia durante 12 años o más, la repetición y rigidez característica del sistema educativo crea un grupo de personas maleables, cualquier gobierno las puede moldear a su manera, el adoctrinamiento recibido por 12 años logra ejércitos de sumisos ante la autoridad, sin ningún tipo de pensamiento crítico. De esta manera las ideas políticas autoritarias, anti-liberales, que someten a cada individuo a un estado de servidumbre son mas fáciles de implementar, es más sencillo sostener el paradigma donde el gobierno es el centro de la sociedad y los políticos son los que solucionan nuestros problemas, los que nos protegen de alguna agresión, incluso de esas conductas que optamos por llevar adelante libremente sin afectar a nadie más que a nosotros mismos. Al final, la realidad nos muestra nunca terminamos de salir del colegio, los maestros y profesores son reemplazados por los  políticos, si no veamos: ellos te dicen que tienen la solución a tus problemas, que buscan justicia y que son imparciales, que quieren lo mejor para vos, que te cuidan, que te ayudan,  y sin embargo lo único que hacen es restringir tu libertad, tu posibilidad de investigar de innovar mas allá de lo cotidiano, en definitiva uno nunca termina saliendo de la escuela. La única diferencia radica en que los maestros y profesores actúan de buena fe, ellos son víctimas del sistema, mientras que los políticos son los que lo diseñan.

La semana que viene voy a comentar sobre verdaderas alternativas  al sistema de educación estatal, mientras tanto propongo una pregunta ¿Que se puede hacer para contrarrestar todo esto?

(más…)

Una visión alternativa al conflicto educativo (Parte I)

(Para leer la Parte II, click acá)

En las últimas semanas la Ciudad de Buenos Aires fue testigo de un enfrentamiento entre alumnos de algunas escuelas secundarias de la ciudad  – fogoneados por partidos de izquierda – y el gobierno de Macri. Si no escribí nada al respecto fue porque veo este tipo de conflictos inconducentes e irrelevantes, su resultado no va a desembocar en un salto de calidad educativo o en una transformación del actual sistema de educación pública. Ningún resultado será interesante. La solución reclamada es absurda, se pretende solucionar el problema de la educación pública con más educación pública.

Sin embargo, el post de mi co-blogger Vastiat me motivó a escribir sobre algunos aspectos más importantes de la educación, más importantes que el presupuesto que le asigna el gobierno, el estado de los colegios, o si esta bien o mal que corten las calles los alumnos.

La educación va mas allá de eso, el sistema de educación pública no es un sistema educativo, su máximo interés es la escolarización, y los beneficios que pueden obtener los gobiernos de ella. No se trata de una conspiración ni nada por el estilo, vamos a ver que esto está bien explicito en los textos de pedagogos y políticos. Es hora de derribar algunos mitos relacionados con el sistema educativo obligatorio, y abrir un poco la mente para entender las implicancias de lo que para mi es una condena de 12 años de prisión a la que está sometido cada niño de este país y que los transforma para convertirlos en sumisos ante la autoridad.

Los invito a analizar algunos puntos.

1. Toda educación es pública. La educación privada no existe. Una de las confusiones a la hora de abordar el problema de la educación es creer que existe una educación que es estatal (o pública) y otra educación que es privada. En nuestro país todo el sistema educativo es estatal. Por un lado, tenemos las escuelas de gestión pública, los famosos colegios del estado, que se financian en su totalidad en base a impuestos. Por el otro lado están los colegios privados, ellos, en su mayoría, financiados por las cuotas que pagan los padres de los alumnos y donaciones, pero también financiados por subsidios estatales, de hecho más de la mitad de los colegios privados de la Ciudad de Buenos Aires reciben subsidios. En materia de financiación, ambos tipos de colegios reciben financiamiento estatal.

Pero ese no es el punto mas relevante de porque TODA LA EDUCACION ES ESTATAL. Por lejos,  el aspecto más importantes en los que queda demostrada la inexistencia de colegios verdaderamente privados es en la definición de contenidos educativos. Estos contenidos son definidos por el Estado para todos los colegios, no importa si son privados o públicos. El material de estudio tiene que ser aprobado por el Estado, los temas son definidos según el sesgo ideológico del gobierno. Los padres, los verdaderos responsables de la educación de sus hijos, son marginados, su impacto en la decisión de los contenidos educativos es casi nula o nula. No existe ninguna diferencia esencial entre colegios  públicos y privados, unos podrán tener sillas mas lindas, paredes recién pintadas, aire acondicionado y mas horas de clases, además de algunas actividades extracurriculares.

La decisión del Estado en los contenidos educativos es fundamental para poder concretar lo que explico en el siguiente párrafo.

2. Escolarización compulsiva no es educación.

Ya sabemos que hay educación pública de gestión estatal, o de gestión privada, pero que entre ambas no existen sustanciales diferencias.  Ahora bien, cuando hablamos de educación la realidad es que sólo nos referimos a la escolarización, lo que me lleva a preguntarme ¿es escolarización sinónimo de educación?. Escolarizar no implica educar, más bien lo contrario. Los chicos sometidos a la escolarización compulsiva (educación gratuita (o no) y obligatoria es el nombre por el cual se la conoce) pasan  12 años que encerrados en una escuela, entre 4 y 8 horas por día, 5 veces por semana, 9 meses al año, haciendo tareas simples, repetitivas, escuchando lo que dicen sus maestros y libros para después repetirlo en las evaluaciones, eso no parece que sea educar. Las escuelas (mejor dicho, los gobiernos) no tienen como finalidad que los alumnos incorporen conocimientos de matemática, lengua, ciencias naturales, ciencias sociales, geografía, historia, etc.  La finalidad de la escolarización obligatoria es otra. Si, seguramente haya chicos que terminen los 12 años de escolarización y sepan algunas cosas, pero la principal función «educativa» es ENSEÑAR A OBEDECER ORDENES. Es transformar individuos creativos, innovadores, llenos de energías, en una masa uniforme de personas obedientes con la autoridad, sin ningún tipo de pensamiento crítico.

Los 12 años que un niño es sometido al sistema educativo son 12 años donde es adoctrinado, donde sus ideas, creaciones, innovaciones y aspiraciones, dejan de ser una iniciativa propia sino que son aquellas implantadas en los 12 años de encierro compulsivo. Si, es verdad que se deja cierto margen de libertad, pero esta libertad es falsa, se ve reducida a los límites decididos por los diseñadores del sistema educativo. Los beneficiarios del sistema educativo no son los alumnos, ni la «sociedad», es el gobierno el que tiene el mayor interés en que siga todo como está.

Todo esto queda más claro si nos referimos a Alexander Ignlis, autor del libro Principios de la Educación Secundaria. Cuenta el Prof. John Taylor Gatto, que Inglis fue uno de los diseñadores de la educación pública en Estados Unidos, y que en el libro mencionado delínea las funcciones de la escolarización:

  1. La función adptativa. Las escuelas sirven para establecer hábitos fijos de reacción ante la autoridad. Esto, por supuesto, se opone por completo al pensamiento crítico. También deja de lado la idea de que deba ser enseñado material interesante o útil , porque no se puede evaluar la obediencia reflexiva hasta que sepas si podes hacer que los chicos aprendan, y hagan, cosas tontas y aburridas
  2. La función integradora. Esta debería ser llamada la «función de conformidad», porque su objetivo es hacer que los chicos se parezcan lo más posible, entre ellos. Las personas conformistas son predecibles, y esto es de gran uso para aquellos que desean aprovechar y manipular una gran fuerza laboral.
  3. La función diagnostica y directiva. La escuela esta hecha para determinar el determinado rol social de cada niño. Esto se hace mediante el archivo acumulativo de evidencia matemática e histórica. En otras palabras «Tu legajo».  Sí, tenés uno.
  4. La función diferencial. Una vez  que el rol social fue «diagnosticado,» los niños son asignados por rol y entrenados tan solo como para ocupar el lugar destinado en la maquina social de méritos – y ni un sólo paso mas. Ideal para que los chicos intenten dar lo mejor de ellos, ¿o no?
  5. La función selectiva. Esto no se refiere a la elección humana en absoluto, sino a la teoría de Darwin de la selección natural aplicada a lo que denominó «las razas favorecidas». En resumen, la idea es facilitar las cosas conscientemente tratando de mejorar el plantel reproductor. Las escuelas son para etiquetar a los menos aptos  – con malas calificaciones, repetidores de grado, grupos de alumnos atrasados , etc.  – con suficiente claridad para que sus compañeros  los acepten como inferiores y de manera eficaz los barran del sorteo reproductivo. Eso es lo que se pretendía hacer con  todas aquellas humillaciones desde  primer grado en adelante: lavar la suciedad por el desagüe.
  6. La función propedéutica. El sistema social derivado de estas normas requiere un grupo de cuidadores de elite. Con ese fin, a una fracción pequeña niños se les enseñará discretamente como manejar este proyecto continuo, como vigilar y controlar una población deliberadamente callado y amansada con el proposito de que el gobierno pueda actuar sin ataques sin cuestionamientos y las empresas puedan obtener mano de obra obediente.

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Que la educación privada no existe, y que es el gobierno el que decide qué y cómo aprenden los chicos en la escuela, está bastante claro. La obligatoriedad, los contenidos educativos definidos por el gobierno, la escuelas privadas sometidas al control de organismos gubernamentales, y la necesidad de una autorización estatal para abrir cualquier establecimiento educativo lo deja en evidencia.

Que escolarización no implica educación es una idea más compleja para poder  asimilar, para hacerlo, debemos romper con ciertas estructuras dentro de nuestro esquema de pensamiento que fueron construidas a base de, oh casualidad, interminables años de escolarización compulsiva. Para poder reforzar el segundo punto, en un segundo post sobre este tema voy  a analizar el nacimiento de la educación pública en el mundo, y en Argentina con la Ley 1420, ejemplos del pasado y del presente de como el gobierno utiliza la educación para crear obediencia y adoración al estado, entre otros elementos destinados a averiguar porque  escolarizar no es educar.

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