Fútbol que paguen todos (y ahora no mire nadie)

No es sorpresa que se anuncie una reforma en el programa gubernamental «Fútbol para Todos», al menos no es una sorpresa para aquellos que dejaron de ver al fútbol como espectáculo deportivo, o si se quiere como un negocio, y comenzaron a verlo con los mismos ojos que se puede ver cualquier acción de gobierno, desde el manejo de la ANSES y Aerolíneas Argentinas hasta todos los subsidios que se puedan imaginar.

El dinero de todos, sólo para ellos.

En primer lugar los indicios de que esta vez no iba a ser diferente se comenzaron a ver cuándo a pesar de las promesas de que «el dinero asignado en el Fútbol para Todos era una inversión y se recuperaba fácilmente con publicidad» el gobierno prohibió la publicidad privada  y, por supuesto, no tuvo que pasar más de unos meses para que se le asigne mas dinero estatal (bah, de los contribuyentes) al fútbol.

Otra característica de la intervención gubernamental en general es la desnaturalización en el área que interviene. Así cómo conductas pacificas son sancionadas (y no hablo de fumarse un porro, si no de que el kiosquero te dé fuego para fumarte un cigarrillo, las características esenciales de la pasión de multitudes son tergiversadas y manipuladas para satisfacer intereses políticos. En el artículo que de Jorge Oviedo que hoy pública La Nación se toca este tema:

Si un prestador de un servicio en competencia vive de lo que factura debe esforzarse lo más posible en contentar a sus usuarios para que sigan prefiriéndolo, como le pasa a cualquier empresario que pone en escena una obra de teatro por su cuenta y riesgo. Pero si lo subsidian por hacer simplemente funciones, sin importar la calidad, sin una medición de resultado, hará lo que Cherquis Bialo, con elogiable sinceridad ha dicho: contentar al que paga.

Si el Fútbol para Todos tiene o no audiencia, no es un problema de la AFA, sino de quien paga la cuenta.

Se dice que se perjudica a los equipos que se reforzaron, que hicieron las cosas bien, que lograron buenos resultados, que mostraron ser eficientes para manejarse administrativa y competitivamente. No es sorprendente, cuando el estado interviene mal protege a los ineficientes, premia a los que no invirtieron y castiga a los más capaces.

Que se haya duplicado el presupuesto asignado al Fútbol para Todos es también un claro indicio de que este es un programa gubernamental más que, como todos, comenzará a expandirse de una manera que sabemos donde comienza pero no sabemos donde termina. Sin embargo, esto no es lo más preocupante. Ya estamos acostumbrados a este tipo de iniciativas estatales que terminan en el más absoluto de los fracasos, ya lo veremos el año que viene cuando se juegue la liga con mas equipos de todo el mundo (solo Congo y Mozambique le harán competencia a la cantidad de equipos en la liga), lo que realmente elimina cualquier esperanza de vislumbrar un futuro un poco menos peor es esta observación de Oviedo en aquella nota:

Es curioso, pero en Europa y en los Estados Unidos hay gran debate político porque se acusa a los gobiernos de gastar grandes sumas de dinero de los contribuyentes para salvar a bancos, compañías de seguros e inclusos a países enteros que habían administrado mal. Pero en la Argentina, sin debate alguno, se destinan miles de millones para salvar a clubes de fútbol de sus fracasos institucionales, financieros y deportivos.

En realidad no es para nada curioso que no se de este debate en un país en que ningún candidato de la mal llamada «oposición» tenga en vista eliminar el fútbol que pagan todos, y que, ahora, no va a emocionar a nadie.

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agrego esta reflexión de JP Varsky en Canchallena.com:

En octubre, se votará en Asamblea. Desnaturaliza la competencia. No fomenta ni el desarrollo de clubes ni la formación de jugadores. Es política y plata. Hiere de muerte al fútbol argentino. Grondona, los dirigentes de los clubes y el Gobierno aún están a tiempo de evitar semejante esperpento. Todavía pueden convertir esta impactante noticia en una simple bomba de humo.

La política no hiere de muerte al fútbol, hiere de muerte a toda la sociedad.
De todas maneras parece que todo va a quedar en la nada.

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Dejando de lado la violencia política

Somos parte de una sociedad donde el único lenguaje que se entiende es la violencia, una violencia que no se es tan evidente como una batalla campal en un partido de fútbol o la que se presenta  en algún hecho delictivo de los que  aparecen  a diario en la sección policiales. Nos damos cuenta que vivimos en una sociedad basada en la violencia, en la coerción, cuando leemos la tapa de los diarios y vemos que en el 90% de las noticias los políticos tienen algo que ver, y cuando un político (tenga un cargo o no) está metido en algo quiere decir que tiene una idea sobre como manejar tu plata o como llevar adelante a tu vida.

Hablar de violencia política es una redundancia, la única manera en la que la política puede actuar es usando la fuerza, ya sea castigando a los que no actúan de determinada manera o financiando lo que los políticos en el poder  consideren que es apropiado financiar. Cuando esta violencia hace metástasis y se entromete en cada intercambio voluntario, en cada aspecto, por mas ínfimo que sea, de la vida privada de los individuos, se pierden algunas nociones básicas sobre la convivencia pacífica.

El principal daño que hace este  cáncer que es la violencia política es sobre la precepción de que no se puede lograr nada de manera voluntaria, y que si no se fuerza un determinado curso de acción se está legitimando la conducta opuesta.

Un ejemplo: Comer con excesiva sal genera problemas para la salud, en especial en la presión arterial. La reacción del político, es prohibir los saleros y el uso de la sal. La sociedad civil, en general, aplaude la medida principalmente porque ya está acostumbrada a ese lenguaje de la violencia y a forzar a la gente a hacer o dejar de hacer algo, la responsabilidad individual no está de moda.

Otro de los casos donde se puede ver esto es cuando hablamos de ayudar al más necesitado, de ser solidario, y demás. Que queramos que el gobierno se involucre en esos asuntos no implica que estamos siendo solidarios, o ayudando a los más necesitados, lo que realmente estamos haciendo es deslindarnos de cualquier tipo de responsabilidad y sin ningún tipo de cuestionamiento avalar el modus operandi del estado, que vale aclarar, nunca lo adoptaríamos para nosotros.  ¿O acaso cuando queremos hacer una donación le robamos el dinero al vecino para dárselo al beneficiario? La solidaridad y la política son antagónicas, una es inherentemente voluntaria y la otra inherentemente violenta, y por supuesto la segunda redistribuyendo forzosamente la riqueza termina perjudicando a quien dice ayudar.

Poder darse cuenta de esto es el primer paso para comenzar a explorar otras soluciones y otros modos de relacionarse, comenzar a prescindir de la política para alcanzar los fines que deseamos, y de esta manera, asumir la  responsabilidad por lo que decidimos hacer o no utilizando nuestra libertad. Etienne de la Boétie decía «el hombre para ser libre sólo tiene que desearlo», y un poco de razón tiene.

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La Matanza: digna de su nombre

Para aquellos que tenemos a algún familiar o conocido, o para quienes siguen las noticias, sabemos que la Matanza es un «Lugar complicado». El gobierno, en concreto el Ministerio de Seguridad bonaerense ya se desentendió en términos prácticos del tema. Esta zona registra uno de los mayores índices de peligrosidad del país y sus vecinos (trabajadores y comerciantes) ya están armados.

José Sánchez, uno de sus directores, dijo: «Es un lugar muy complicado. Obviamente, no podemos garantizar el delito cero en una zona tan compleja». Intentando lavarse las manos, Sánchez apuntó a otro lado: «Gran parte de los reclamos están dirigidos al municipio». ¿Para qué te pagamos Sánchez? ¿leíste la Constitución Nacional? ¿podés tirarle el fardo al municipio cuando TU SUELDO se paga con dinero que la nación le roba a los municipios, que después le da a la provincia y que después NO VUELVE al municipio? Me parece que no corresponde.

La Municipalidad de La Matanza, dentro de su limitada capacidad operativa (tanto en término económicos como intelectuales) colocó cámaras de seguridad que, según los vecinos, no sirven. Cuando al ministro Ricardo Casal se le preguntó si estaba al tanto de que, ante la creciente inseguridad, un grupo de comerciantes se armó para defenderse de los delincuentes?. El Ministro respondió que no tenía idea y que para él, eso estaba mal.

Para sonreir tenés que estar vivo :D

Días después, el ministro Casal anunció un plan de desarme para reducir la tenencia de armas de fuego en manos de la población a cambio de dinero. O sea, se le paga a la gente por desarmarse por vulnerabilizarse, por volverse dependiente de un órgano que no da respuestas y que está DEJANDO QUE SE MUERA LA GENTE. Perdón, miento, no deja PROMUEVE las muertes al reducir las capacidades defensivas de los vecinos. Se usa el dinero de todos para desarmar a los civiles, crear dependencia y NO DAR soluciones.

«La verdad es que cada vez que pasa algo le importa una m… a ninguno -se quejó el dueño de la casa de electrodomésticos-. ¿Para qué pusieron cámaras, si un día le robaron a un comerciante que está al lado de donde pusieron una, y nunca vino nadie?«

Esta es sólo otra muestra de como el gobierno usa tu dinero para fines contrarios a los que dice sostener. En vez de protegerte te desarma (ataca la consecuencia, no la causa). En vez de liberar las fuerzas de la economía, se ponen más trabas y se subsidian a quienes no aportan valor a la comunidad.

Esta es la lógica del gobierno que quita de circulación a una persona que ofrece primeros auxilios, sin título, por no haber hospitales. O que clausura negocios sin habilitación que proveen bienes y servicios a la comunidad porque las regulaciones impiden estar en regla y poder operar. La misma lógica que te obliga a «contratar en blanco» y te pone exigencias monetarias y un sistema perverso que te apunta a la cabeza desde el primer momento.

Cuando las mentiras del gobierno fallan, y la realidad se impone es interesante ver como la sociedad civil reacciona. Podemos esperar que cada vez haya más gente armada, que se armen formas de coordinar la seguridad en la comunidad y que hasta se armen grupos parapoliciales (sean empresas de seguridad privadas o agrupaciones vecinales) que salgan a garantizar la seguridad de la comunidad.

Más allá que uno pueda disentir con los modos y los criterios de aplicación de «justicia», cuando el gobierno fracasa la sociedad civil no puede quedarse quieta. Tu supervivencia depende de ello.

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Rehenes Colectivos

Así como la Secretaría de Comercio Interior tiene como función obstruir el comercio y la legislación en defensa del consumidor perjudica al que se supone que debe defender, la Secretaría de Transporte pone trabas para que los argentinos puedan transportarse, no se podía esperar menos.

La empresa Nueva Metropol anunció el  lanzamiento de la nueva línea de colectivos «Plus 194» que ofrecía un servicio diferencial:

La empresa La Nueva Metropol destinó $ 60 millones para crear una nueva flota de colectivos con servicio diferencial para

La nueva línea de la que los usuarios pueden ser «víctima»

pasajeros.

Para esta línea, la empresa incorporó una flota de 60 coches nuevos, donde sólo viajarán pasajeros sentados, con una frecuencia de dos minutos de espera, asientos de pana y aire acondicionado frío calor. El nuevo servicio tendría una tarifa única de $ 2.

Plus 194 aceptará pagos en efectivo, con SUBE y Monedero, pero, además, prevé poder generar puntos de venta de pasajes en alianza con los kioscos de revistas.

Se prevé que el recorrido total del tramo demore 50 minutos, cuando en una línea tradicional se extendería cerca de un 40% más, según estimaciones de la empresa. La actual línea 194 (Chevallier Metropolitana) cubre el tramo de Buenos Aires a Zárate, con lo cual el servicio diferencial de Plus 194 será más corto, limitándose a la ciudad.

Sin dudas se tratá de un nuevo servicio para los usuarios de transporte público, si bien el boleto sale un poco mas (entre 75 y 90 centavos depende del tramo del viaje), uno tiene la garantía de viajar sentado y además llegar más rápido a destino, además es un 36% menos contaminante, según dicen en la nota.

Como el transporte público esta hiperregulado, la empresa para poder operar necesitaba una autorización de la Secretaría de Transporte, que le fue denegada.  No contenta la empresa, recurrió a un amparo judicial, y en esa instancia el juez autorizó, de forma provisoria, que la linea Plus 194 pueda brindar el servicio y de esa manera ofrecerle una alternativa más, distinta, a los pasajeros que realizan ese recorrido.

Como no podía ser menos, el secretario de transporte de la nación, Juan Pablo Schiavi,  describió a los usuarios que se podrían ver beneficiados con un nuevo competidor como «víctimas» de la resolución que autoriza a operar a esta empresa:

Durante la reunión, donde se resolvió levantar la medida de protesta programada para esta tarde, Schiavi aseguro que los usuarios son víctimas de la intervención de un juez en temas que competen exclusivamente a la Secretaria de Transporte, que ya había resuelto no conceder la habilitación del servicio diferencial a la línea 194, por no cumplir con los requisitos mínimos que se necesitan para circular.

La excusa de los usuarios como víctimas de una nueva empresa es sólo eso, una excusa para proteger de la competencia a las otras lineas de colectivos que pusieron el grito en el cielo:

El bondi ideal de Schiavi

Según denuncian, la protesta es por haber autorizado, mediante la vía del amparo, la implantación de una nueva línea de transporte público, facultad que solamente compete a la Secretaría de Transporte y peor aún, “sobre una traza en la que no existen demandas de transporte insatisfechas y sin haber dado cumplimiento a ninguno de los requisitos formales y materiales que se requieren para ello”.

A través de un comunicado, señalan que: “la medida cautelar citada promueve y permite a la línea 194, la operación irregular del servicio sin cumplir con las condiciones mínimas que se requieren y se exigen al resto de los operadores, puesto que no utilizan vehículos de piso bajo y en consecuencia no tienen accesibilidad para personas discapacitadas, cobran los pasajes en efectivo, no poseen las máquinas para utilización del SUBE y usan paradas de otras empresas para efectuar el ascenso y descenso de pasajeros”.

No se entiende si el servicio que brindan es tan malo, si no cumple los requisitos mínimos para circular como indican tanto las empresas competidoras como el secretario de transporte, ¿por qué tanto alboroto por una nueva línea tan berreta?

Cartel en el lateral de una unidad de la linea 132 quejándose por la competencia

Está claro que eso no es así, que las operaciones de la  línea Plus 194 puede llegar a forzar a los competidores a, valga la redundancia, competir con una línea por fuera del entramado regulatorio que pone en peligro la comodidad de tener, gracias al gobierno, un mercado estático y sin competencia, y  a la población de rehenes colectivos.

De tacaños, egoístas y asquerosos

Me quedaron en el tintero (en el teclado) algunos comentarios respecto de la elección del último domingo, más bien sobre las repercusiones de la abrumadora victoria macrista.

La elecciones pasaron, ganó Mauricio Macri, y Filmus quedó lejos, a 20 puntos.  Solanas  quedó  más lejos todavía,  sin embargo el gran ganador fue una vez mas el germen estatista, acaparó el 99% de los votos, en los diferentes envasases que se presentaba. Lo comentábamos, estamos hipnotizados con espejitos de colores.

Bienpensante #1

Las  repercusiones de los bienpensantes a la victoria de Macri (o de Duran Barba)  no se hicieron esperar,  en la vanguardia de la intelligentsia encontramos a Fito Paéz, músico y a  Horacio Gonzalez, bibliotecario nacional y militante anti-Vargas Llosista, expresando su opinión.

La realidad es que los mensajes de ambos no se diferencian mucho, por un lado Paéz escribió en la contratapa de Página/12:

A la mitad de los porteños le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. […] Da asco la mitad de Buenos Aires. […] Gente con ideas para pocos. Gente egoísta. Gente sin swing…

Por su parte, en el mismo sentido, Gonzalez declaró:

El titular de la Biblioteca Nacional, el kirchnerista Horacio González, afirmó hoy que la ventaja que logró Mauricio Macri sobre Daniel Filmus demuestra que en la Ciudad de Buenos Aires se instaló una «ideología tacaña, particularista, defensiva y egoísta».

González apuntó además a un sector social de los porteños que considera que se «deben tener actitudes inamistosas, actitudes vinculadas al cercamiento»

Supngamos que Gonzalez y Paéz tienen razón, y el proyecto del avasallado Filmus proponía un mayor gasto del dinero de los contribuyentes en programas sociales, viviendas subsidiadas, ministerios para todos, etc. Supongamos que Filmus a diferencia de Macri iba a intentar reducir la desigualdad entre el norte y el sur (y que la desigualdad qua desigualdad es algo negativo). Supongamos todo eso, sea cierto, o no. A partir de estas suposiciones me pregunto si con sus declaraciones pretenden inferir que Filmus representa una ideología «generosa, caritativa y altruista».  Supongo que era su intención, veamos por qué esto no es así.

Bienpensante #2

El gobierno no es, ni puede ser, generoso ni caritativo. Solamente pueden serlo los individuos cuando voluntariamente optan por ceder parte de su propiedad en favor de alguien que la necesita, ese es el factor esencial de la caridad y la generosidad: la voluntariedad. En el caso del gobierno, no se trata de caridad, ni generosidad. Es en realidad distribución del botín que hace un ladrón, es el proceso donde se obtiene por la fuerza los recursos que fueron obtenidos anteriormente de manera voluntaria por los «tacaños, particularistas y egoístas». En otras palabras, se ha pervertido el lenguaje,  lo que ellos llaman generosidad y caridad es en realidad saqueo y robo. Orwell llamaba a esto doblepensar , y esto es un ejemplo de libro a esa categoría orwelliana.

Puede ser que Gonzalez  también tenga razón sobre aquellos que votaron a Macri,  egoístas y tacaños, que no conciben ser caritativos  con los más necesitados, y que como la oferta macrista contemplaba menos planes sociales (pero igual gasto público, impuestos, regulaciones, etc.) hayan optado por él. En ese caso, la pregunta que nos tenemos que hacer es, ¿quién logró que Buenos Aires se convierta en una ciudad, donde la mitad de sus habitantes puedan llegar a ser como los señalan el cantautor y el bibliotecario?

Carta Abierta: Tacaños, egoístas y asquerosos, al servicios del poder estatal.

La respuesta es clara. El resultado de nueve años de saqueo por parte de los gobiernos nacionales (8 años K y 1 duhaldista) han generado una actitud defensiva entre muchos de los votantes de Buenos Aires. Como decíamos recién, el discurso colectivista adoptado por el gobierno ha logrado el objetivo de tergiversar los conceptos, oponerse a lo que ellos llaman «generosidad y caridad» de los gobernantes, es en realidad oponerse a la relación parásito-ciudadano que plantea la lógica estatista. La verdadera generosidad, caridad y solidaridad no se demuestra en el acto electoral, o en el ámbito de la política, ellas solo pueden estar presentes en la sociedad civil, donde no existan interferencias del gobierno, es decir no donde no exista la agresión constante llevada adelante por la casta política.

Concluyendo, no quiero decir que Fito Paéz y Horacio Gonzalez tengan razón. Pero si suponemos que  sus acusaciones son verdaderas, el responsable de tal situación no es Macri, sino que el orígen de estas actitudes las podemos encontrar en el proceso de los úlitmos 9/28/65/95/201 años de expoliación al ciudadano. Si la gente percibió (equivocadamente a mi entender) que con Macri iba a ser menos saqueada que con el resto no es un argumento para criticar, más bien es la respuesta natural a una sociedad cuya generosidad, caridad y solidaridad fue ab0lida por decreto presidencial.

Cómo el liberalismo puede ayudar a los pobres

El siguiente es un artículo escrito por Matt Zwollinski, profesor de filosofía de la Universidad de San Diego,  en el cual desde un punto de vista libertario aborda el tema de la pobreza, el artículo fue publicado originalmente en el site del Partido Liberal Libertario:

Todo el mundo sabe que los liberales libertarios son codiciosos capitalistas que están a favor de maximizar las ganancias por sobre todas las cosas. «El impuestos es un robo» se  quejan ellos, pero la explotación a las clases trabajadores no les genera un escándalo moral similar. Los libertarios, todo el mundo sabe, sólo se preocupan por los ricos en detrimento absoluto de los pobres y vulnerables.

Pero todo el mundo está equivocado.

La razón de esta idea, falsa, por supuesto, surge de la oposición de los liberales a las políticas de gobierno que comúnmente se piensa que benefician a los pobres y a las clases más bajas. Los liberales libertarios se oponen a los impuestos redistributivos, se oponen al salario mínimo, se oponen a las regulaciones de seguridad laboral, a las leyes antimonopolio, y muchas otras restricciones sobre las empresas. Pero nada de esto significa que los liberales sean indiferentes a la situación de los pobres. Después de todo, cuando te preocupa algo no quiere decir que querés que el gobierno se haga cargo de eso.

La gente comete tres errores importantes a la hora de pensar en el liberalismo y los pobres.

El primer error es creerle al gobierno cuando afirma que sus políticas están destinadas a ayudar a los pobres. Casi nunca lo están. La mayor parte de las medidas redistributivas y subsidios benefician a los grupos de interés que tienen poder político, no a los económicamente vulnerables. La mayoría de las regulaciones al mercado son, paradójicamente, para el beneficio de las propias empresas. Regular eleva el costo de hacer negocios, y de esa manera establece barreras de entrada que benefician a las grandes empresas existentes a expensas de sus competidores de menor tamaño. Las licencias, por ejemplo, ya sean para médicos, abogados o taxistas, nunca son forzadas contra una industria que rechaza su implementación por parte de los reguladores. Más bien, son activamente buscadas por los miembros ya establecidos de la profesión, ansiosos de aislarse de potenciales competidores. Y los políticos están siempre dispuestos a atender esos intereses de los económicamente poderosos. Los liberales, en contraste, creen en los mercados libres, y los mercados verdaderamente libres son los enemigos de las grandes empresas.

El segundo error es confundir intenciones con resultados. Incluso si las políticas gubernamentales estuviesen destinadas a beneficiar a los pobres, tendríamos buenas razones para predecir que fracasarán. Las buenas intenciones suelen producir consecuencias indeseadas. El aumento de las normas de seguridad en los aeropuertos puede llevar a más familias a viajar por un método mucho más peligroso, como es conducir, y así dar lugar a un mayor número de muertes. Las leyes que limitan los aumentos de precios en artículos de primera necesidad luego de algún desastre natural llevan a que menos de esos productos se ofrezcan en el mercado y la gente tenga que sufrir aún más sin ellos. Los rescates y créditos del gobierno a empresas ineficientes alientan a que más empresas sean ineficientes. Consecuencias perversas de este tipo nos sorprenden, pero no deberían. La sociedad es un sistema dinámico y complejo. Los políticos carecen tanto de los conocimientos como de incentivos para hacerle frente a los problemas que surgen en ella de manera eficaz. Los liberales proponen tratar con esos problemas descentralizando la toma de decisiones a los individuos, que son libres de tomar decisiones basadas en sus conocimientos, y sus circunstancias particulares. Los individuos y las empresas deben aprovechar los beneficios de las buenas decisiones, y pagar los costos de sus propias decisiones, cuando éstas no son buenas.

El último error es pensar que la preocupación por las regulaciones y los impuestos son el único rasgo que define al liberalismo. Al liberalismo le importa la libertad individual, y mientras que la libertad económica es una parte de ella, no lo es todo. Es cierto que los liberales creen que una mayor libertad económica beneficiaría a los pobres, pero muchas de sus reformas no económicas tendrían un impacto aún mayor. Poner fin a la guerra contra las drogas, por ejemplo, beneficiaría de forma desproporcionada a las familias pobres que viven en barrios destruidos por la violencia de las bandas creadas por la criminalización de las drogas, o a aquellos que carecen de recursos financieros y sociales para mantener a sus hijos fuera de la prisión por delitos cómo la tenencia simple.

Finalmente, los libertarios son prácticamente únicos en el espectro político por su coherencia a la hora de defender la libre circulación de bienes, pero también de personas, la inmigración. La preocupación por los pobres no debe detenerse en las fronteras de una nación, una de las maneras menos onerosas (y más efectivas) que podemos hacer para ayudarlos es aceptarlos cuando buscan un mejor trabajo, y calidad de vida, en nuestro país.

Los debates acerca de las políticas y la pobreza muchas veces recaen en discusiones entre los que favorecen la responsabilidad personal por un lado, y aquellos que favorecen el asistencialismo estatal para los más necesitados en el otro. Pero si la ayuda estatal efectiva es una quimera, entonces esta opción es falsa. En efecto, si el poder del Estado se utiliza casi siempre para servir a los poderosos a expensas del los pobres, entonces nuestra verdadera elección es clara. La manera más efectiva que podemos ayudar a los más vulnerables es dejar de hacerles daño. Podríamos deberle más, pero lo primero y más importante que le debemos a los pobres es la libertad.

Matt Zwolinski es profesor asociado de filosofía en la Universidad de San Diego. Esta nota fue publicada originalmente en The Daily Caller (http://www.dailycaller.com) y es republicada con autorización.

Defender lo defendible

[Publicado originalmente el 8 de julio de 2011 en La Crisis es Filosófica]

Escribir estas líneas para defender a uno de los personajes más abominables de la escena política actual sería intentar

Luis D'elía

defender lo indefendible. En ese sentido, mi interés es que la figura de Luis D’elía siga gozando del mismo rechazo público que goza hasta ahora y que si debiera modificarse un ápice, sea en menos y no en más.

Sin embargo, sí creo que hay algo que vale la pena repensar respecto de sus dichos y la posterior citación judicial que el líder piquetero devenido en fuerza de choque oficialista protagonizó esta semana.

D’elía es antisemita. Sus dichos, si bien fueron bastante light para lo que nos tiene acostumbrados, son absolutamente reprochables. No por los dichos en sí sino por lo que encarnan:

“El racismo es la forma más baja, más burda y más primitiva de colectivismo.  Es la noción de atribuirle significado moral, social o político al linaje genético de un hombre – la noción de que los rasgos intelectuales y de carácter de un hombre son producidos y transmitidos por la química interna de su cuerpo. Lo que significa, en la práctica, que un hombre debe ser juzgado, no por su propio carácter y acciones, sino por los caracteres y acciones de un colectivo de antepasados.»

Teniendo en cuenta que Luis D’elía juzgó a Kravetz y a Tellerman por su pertenencia a un colectivo (religioso en este caso) más allá de su individualidad y los hechos de su vida que son lo que verdaderamente cuentan, podemos decir que lo de D’elía fue racismo puro (como lo describe Ayn Rand en “La Virtud del Egoísmo”) y, como tal, es execrable.

Ahora bien ¿es necesario que la policía cuente con una división Antidiscriminación para perseguir a los infelices que anden por la vida vomitando estas expresiones? ¿No es evidente que la única perjudicada con estas aseveraciones es la ya patética imagen de D’elía en la sociedad? ¿Y qué pasa con los que piensan lo mismo pero no tienen una radio o una cámara en frente para hacer su pensamiento público? ¿Cómo vamos a combatir la discriminación que nos rodea a diario? ¿No está D’elía en su derecho a expresarse de la manera que quiera siempre y cuando no perjudique la vida de otros?

Se puede argumentar que los dichos del piquetero pueden afectar la sensibilidad de algunos. ¿Ahora bien, quién puede sentirse tocado por lo que diga este personaje? ¿Y si de hecho lo hicieran, afecta una frase el curso natural de su vida?

Parte de vivir en un país con libertad como reza nuestro preámbulo es tener la posibilidad de decir lo que nos parezca. Si perseguimos judicialmente a D’elía por decir lo que a él le parece, evitamos el funcionamiento de un mecanismo mucho más poderoso para refutar las ideas que es el del intercambio, el del debate y, en última instancia, el de la ignorancia total.

Para personajes tan marginales, el último parece ser el camino indicado. Pero la persecución judicial no sólo no se corresponde con la idea de un país libre, sino que le da entidad a dichos que deberían ser tomados como de quien vienen y, en consecuencia, ser ignorados en el mismo momento en que son terminados de decir.

 

Muertos por su propio bien

Ya pasaron las elecciones, y sea cual sea el resultado, todo va a seguir igual. Sin embargo, la vida no siguió igual para los padres de Miguel Portugal  y Giuliana Gimenez  desde que fueron asesinados por la policía de Baradero en marzo de 2010.

Recordemos el punto clave de la noticia:

Fuentes policiales informaron que el accidente vial ocurrió a las 6 de hoy, en el cruce de Gallo y Belgrano, a

Miguel y Giuliana, asesinados por la ley que obliga a usar casco.

unas cinco cuadras de la plaza principal. En esa intersección, los adolescentes, una mujer y un varón de unos 16 años, eran perseguidos por la camioneta municipal, al parecer, por circular sin usar cascos.

Más tarde el intendente justificó a los inspectores:

«Ingenuamente pretendíamos que se cumpliera la normativa de las motos», comentó el Intendente Carossi. «El tema de la moto es una problemática de todos los pueblos del interior, el rechazo al casco es manifiesto. También está el problema de los papeles. Hay una marginalidad del negocio de las motos muy importante», añadió.

Esta situación me hizo acordar de lo que escribió el academico, escritor y ensayista C. S. Lewis, en «The Humanitarian Theory of Punishment»:

De todas las tiranías, una tiranía ejercida por el bien de sus víctimas puede ser la más opresiva. Tal vez sea mejor vivir sujetos a barones ladrones que bajo omnipotentes entrometidos morales. La crueldad del barón ladrón puede a veces sosegarse, su avaricia puede en algún momento ser saciada; pero aquellos que nos atormentan por nuestro propio bien nos atormentarán sin fin pues lo hacen con la aprobación de su propia conciencia. Ellos pueden ser más propensos a ir al cielo pero al mismo tiempo más proclives a hacer un infierno de la tierra. Esta bondad aguijonea con un insulto intolerable. Ser “curados” en contra de nuestra voluntad y curados de estados a los que podemos no considerar como una enfermedad es ser colocado en el nivel de aquellos que no han alcanzado aún la edad de la razón o aquellos que nunca la alcanzarán; ser categorizado junto a los infantes, los imbéciles, y los animales domésticos

Las muertes de Giuliana y Miguel se podrían haber evitado, no por usar o no casco mientras andaban en moto. De no haber existido esas leyes que dicen velar por el bienestar individual de cada persona, Giuliana y Miguel ahora estarían disfrutando de sus veintipico de años.

Pero no, están muertos, según dicen, por su propio bien.

¡Abajo la web!

Hace unos días la empresa GROUPON sufrió una clausura y una multa por hacer ofertas de viajes.

La denuncia fue hecha ante el Ministerio de Turismo por la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo, alegando que no estaban habilitados para ofrecer viajes. Antes que nada, es un país que en el que se garantiza constitucionalmente la LIBERTAD DE COMERCIO, sin tener que pertenecer a ningún tipo de mafia (hay varias leyes sobre el asunto). Después, el Ministerio de Turismo trabaja CONTRA LOS TURISTAS, ya que el sitio ofrecía, obviamente, ofertas mejores que las agencias. Pero este no es el problema hoy.

La acción tomada por el Ministerio incluyó la participación de Nic.ar (dependiente del ministerio de relaciones exteriores) a través de la cual desconectaron el dominio de la empresa de los servidores web.

Los dominios (o sea, nombres de sitios webs) conectan la dirección de internet con la dirección física del servidor de páginas y cada uno está administrado por una entidad distinta. Los .com por un privado, los de cada país, en general, por los estados. Los .com.ar dependen del ministerio de relaciones exteriores.

Ahora, desconectar un sitio web del dominio por una denuncia simple, que puede ser apelada y tras la cual hay mucha jurisprudencia en contra, es un abominable acto de censura.

Nic.ar dice en su portada:

Bienvenido a NIC Argentina, administrador de los
nombres de dominio bajo el código país (ccTLD) .AR,
servicio brindado a la comunidad de Internet en Argentina.

Se denominan ADMINISTRADORES de los dominios y no dueños, cosa que no parece ser así en este caso. Si se estuviese ante un delito real, por ejemplo prostitución infantil, pedofilia, sitio de robo de autos, etc, un Juez debería dictar la baja del sitio, cuando y como convenga a la investigación (dado que sería bueno agarrar a los delincuentes y no simplemente clausurar una web).

Aceptar esto, es un peligroso precedente: significa que cualquiera, desde el ejecutivo, puede cortar el cable de cualquier dominio. Hoy le tocó a Groupon, mañana le puede tocar a MercadoLibre porque vende algo más barato, pasado le puede tocar a un blog y a la semana puede pasarle a un diario.

Government Censorship

¿Quien sigue en la lista?

Cuando el estado todo lo puede y a todo está dispuesto para ayudar a sus aliados / conchavados, mejor no depender del mismo para tener un lugarcito en la web. Para estar seguro, mejor pagar unos dólares y hacerse un dominio independiente.

Que siga el show

¿Para qué sirven las elecciones? Creo que la primera respuesta que se me viene a la cabeza es que las elecciones sirven para mantener el statu quo y que la gente viva la ilusión de que puede ser participe de un cambio, de influir en las decisiones que toman los que están al mando, y que de ellos depende el futuro. Una gran mentira.

No hay mejor ejemplo para demostrar eso que los comicios que se llevarán a cabo en pocas horas, este domingo, a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.  Si alguno me pregunta sobre las propuestas de los tres candidatos con mayor posibilidades de ganar, debo decir que de Macri ni siquiera tiene propuestas en su sitio web(pero ya sabemos que propone: aumento de impuestos, de regulaciones, legislación paternalista, etc.). Filmus y su síntesis de propuestas es un claro ejemplo del mito de la omnipotencia del estado, él al ganar la elección se convertirá en un superheroe y podrá resolver todos los problemas, lo único que hacen falta son más leyes y más ministerios. O por lo menos eso es lo que dicen sus propuestas. Pino Solanas, con sus 100 propuestas para la Ciudad, probablemente sea el candidato mainstream mas estatista de todos, tutto nello stato.

Los candidatos: todos iguales.

En definitiva, toda alternativa presenta en mayor o menor medida, un modelo donde se cree que con intervencionismo se pueden resolver todos los problemas que tiene la Ciudad, cuando en realidad, es la causa de los problemas.

¿Y qué queda para el resto? El candidato que según esta nota de Página/12 «se reivindica liberal», Ricardo Lopez Murphy, plantea sus propuestas sobre 9 temas diferentes. Desconozco que significa para Lopez Murphy ser liberal, sus propuestas, al igual que la de los otros candidatos analizados, ponen en el centro de la resolución de todos los problemas a la acción estatal, desde la financiación de forma arbitraria a determinadas expresiones culturales, hasta ofrecer créditos por costos debajo de la tasa de  mercado (ya sabemos las consecuencias de esto) . En definitiva, «el liberal» propone el mismo programa ofrecido por Filmus, Solanas y el que Macri esta ejecutando.

Pero ojo, como suelen decir, esta vez va a salir bien.

Las elecciones a jefe de gobierno, mejor dicho: las elecciones en general, no dan la posibilidad  de elegir entre alternativas diferentes. Si bien los distintos candidatos se critican en público, es todo parte de un circo. Sus programas políticos y sus ideas de cómo se debería gobernar son muy similares entre sí. Es que la democracia es algo más similar a un sistema para la perpetuidad del statu quo, y no una herramienta de cambio. La democracia, como decía Churchill, es el peor de todos los sistemas políticos, con excepción de todos los sistemas políticos restantes. Mi esperanza: dejemos de conformarnos con lo menos peor, es hora de merecer algo mejor.

Addendum: El Cronista expone de manera sucinta las ideas económicas de los tres candidatos, que en su esencia, son de la misma naturaleza.

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