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En realidad, te lo va a explicar Morfeo :)
Visto en el grupo de Facebook del Partido Liberal Libertario.
En realidad, te lo va a explicar Morfeo :)
Visto en el grupo de Facebook del Partido Liberal Libertario.
Es por eso que insistimos tanto con el tamaño del gobierno.
Si el propio Vicepresidente de la República dice: «Que en un gobierno no haya corrupción es casi una utopía» lo único que nos queda para protegernos los ciudadanos de la expoliación y los abusos, es exigir que el gobierno sea lo más pequeño posible. Sin importar quién lo ejerza.
¡Que no te pisen!
Es muy interesante el artículo publicado en Libertad Digital sobre Juan B. Justo y los orígenes del socialismo librecambista en nuestro país.
Les dejo algunos párrafos, pero no dejen de leerlo.
El pensamiento de Juan B. Justo, fundador del socialismo argentino, prueba que si en nuestros días los socialistas pretenden moderar su intervencionismo no es necesario que traicionen sus raíces: basta con que las reconozcan.
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El proteccionismo anima para Justo “la peor solidaridad de clases”: capitalistas y trabajadores de un sector contra sus equivalentes en otros países “y contra los consumidores del propio país, que son en su mayor parte trabajadores”. Pedirá Justo la derogación de los aranceles: “Las aduanas alejan y aíslan a los pueblos…La abolición del proteccionismo sólo amenaza las ganancias espurias que a su sombra realizan algunas empresas y la renta abusiva de tierras destinadas, gracias a la aduana, a cultivos que económicamente debieran ser hechos en otros países”.
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Otro aspecto de su liberalismo fue su pensamiento monetario. Los socialistas argentinos se opusieron a la creación del Banco Central en los años 1930; Justo había escrito: “La moneda sana de oro o de papel convertible a la par debe también ser un postulado obrero internacional, sobre todo en países como los de Sud América, donde el envilecimiento de la moneda es todavía uno de los procedimientos preferidos para intensificar la explotación del trabajador”.
A más de un socialista actual se le erizarían los pelos de la nuca al leer estos párrafos, pensando que los escribió el más rancio y ortodoxo de los neoliberales.
Día a día leemos la noticia de algún funcionario del gobierno explicándonos cómo los más maléficos malos presionan para que se realice el tan temido ajuste de la economía, y cómo ellos, los buenos más buenos, lo vienen evitando hace años.
Más allá de las payasadas que dicen y la cara de piedra que tienen al asegurarlo, es importante que nos demos cuenta que hace años que venimos siendo víctimas del tan temido ajuste, aunque sin que el mismo sea explícito. Y esto es porque la inflación es el peor ajuste que puede sufrir la economía de las familias. Primero, porque ninguno de los métodos que usa el gobierno para mantener la inflación a raya es efectivo, y por el contrario, son contraproducentes y la aumentan. Y segundo, porque afectan en primer lugar a los sectores más postergados de la sociedad. Afecta principalmente a aquellos que para comprar la comida del mes tienen que contar con cada centavo de su sueldo, más que a los que se pueden permitir algún ahorro por más mínimo que sea. Para muestras basta un botón. Una pérdida del 16% de $180 (tal el monto de la asignación por hijo) son aproximadamente $29 para adquirir útiles escolares o comida. La pérdida de poder adquisitivo por causa de la inflación es una constante de este «modelo económico» del atraso. Y eso, estimados amigos, ES AJUSTE.
Los funcionarios del gobierno insisten en usar eufemismos para maquillar la situación y que nos traguemos la píldora. Busquen otras voces, lean otras cosas, cuestionen. La verdad está ahí y sólo basta abrir la mente para encontrarla.
» Sos un exagerado, como te vas a poner así porque te obliguen a poner cinturón de seguridad al final de cuentas termina salvando vidas, es algo positivo.» Esa fue la respuesta que recibí cuando hablaba con un amigo que no entendía mi oposición a la medida que obliga a los conductores de autos a utilizar el cinturón de seguridad.
Le expliqué que si bien la medida podía parecer positiva no era el papel del gobierno decirle lo que tenías que hacer por tu propio bien, y que en un futuro podés llegar a terminar viviendo en un estado fascista estilo 1984. Me miró con una cara rara y me retrucó «Pero vos estás loco, porque te digan que te tenés que poner cinturón no significa que estas viviendo en un estado totalitario o que te digan lo que es bueno para tu propio bien, es una medida insignificante que sirve para salvar vidas.»
Mi amigo, en el fondo, tenía razón. Muchas veces los que consideramos que el Estado no debe interferir en las libertades personales parecemos sfurir delirios, o ser adherentes a teorías conspirativas difícil de creer, prediciendo un estado totalitario que va a regir en cada aspecto de nuestras vidas. El problema es que una república en la que los derechos de las personas no se convierte en una régimen fascista de la noche a la mañana. Si en el plazo de un dia, una semana, o un mes surge un estado totalitario, no podría sostenerse mucho en el tiempo. La pérdida de libertades que la noche anterior las considerábamos obvias serían percibidas y generaría mucha oposición entre la gente.
¿Pero que pasaría si estas medidas se toman de manera gradual? No hace falta hacer futurología para contestar esta pregunta, mas bien es una cuestión de analizar la historia. A lo largo de los años el Estado se ha tomado para sí mas y mas atribuciones en cuestiones que hacen a la esfera privada de las personas y la mayoría no se dio cuenta, no le interesó o hasta le pareció correcto. Si hacemos una cronología de finales del siglo XIX para acá las restricciones en materia de derechos individuales – incluidos los aspectos economicos – nos sorpenderiamos de la magnitud del avance del Estado.
Aceptar esas pequeñas restricciones, observadas de manera aislada, a nuestra vida cotidiana, implica aceptar lo siguiente:
– En primer lugar, aceptamos que el gobierno tiene derecho a decirnos que es los mejor para nosotros, e imponerlo. De esa manera, estaríamos admitiendo que está bien que nos obliguen hoy a poner el cinturón de seguridad , a usar casco, o a no fumar. Y en un futuro, el gobierno estaría legitimado para poder de decirnos qué comer, cuándo dormir, a qué hora salir y volver de casa, y todo eso para nuestro propio bien.
– En segundo lugar, aceptar estas pequeñas restricciones a la libertad significa admitir que somos idiotas, que somos gente que no sabemos que es lo que queremos para nosotros, que cuando no respondemos a determinados «estandares saludables» estamos en un mal camino y debemos ser asistidos por papá estado.
En síntesis, la oposición de los libertarios frente a cualquier avance del estado sobre los derechos individuales no es por que seamos caprichosos, o porque llevemos una vida de excesos e irresponsabilidad. La realidad es que la suma de pequeñas prohibiciones a lo largo de la historia se hacen notar, y mantenerse pasivos frente a estos ataques a la libertad es igual a aceptar la próxima prohibición que esta a la vuelta de la esquina.
Advertencia: El sistema de salud pública, o la necesidad del Estado de cobrar impuestos para subsistir no justifica que tengamos que vivir bajo un estado totalitario.
Además hoy, Primero de Mayo (Dia del Trabajador) , es un dia especial para recordar el legado del comunismo para eso les recomiendo visitar el FAQ del Museo del Comunismo de Bryan Caplan.
Un video para pensar y discutir. Espero los comentarios.
A principios de abril apareció la Ciudad de Buenos Aires empapelada con unos carteles de tinte fascista, siendo fiel a la tradición clásica de esa vertiente que reza ‘tutto nello Stato, niente al di fuori dello Stato, nulla contro lo Stato’ (en español, la frase de Benito Mussolini sería: Todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado):
Detras de eso carteles estaba la Central de Trabajadores Argentinos, que hace muchos años están luchando para que el gobierno les reconozca privilegios sindiales, en otras palabras poder estar mas allá de la ley.
Lo que en realidad los carteles querian decir era esto:
Bastante claro, no?
(La segunda foto la tomé de Facebook)
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