Yo los ví

Wally

¡Yo también!

Me hablan de la necesidad del estado presente. Me chamuyan con las bondades del estatismo y lo maléfico del libre mercado. Me tienen las bolas al plato con las maravillas del estado y lo pintan como si fuera algo mágico. Y yo me pregunto en qué país vivieron. Me hablan de todo lo lindo de un estado que te afana la mitad de lo que ganás y todo lo que hace, como si fuera Suecia. Pero yo nací en Argentina. Pero yo los ví.

Yo los ví, ya de muy chiquito, cagándolo con la jubilación a mi bisabuelo.

Yo los ví jubilándolo a mi abuelo con la mínima, a pesar de que había laburado en grandes bancos y empresas.

Yo los ví no pagándole la jubilación a mi abuela, por más que había ganado el juicio y tenía sentencia firme. No pagándole hasta que se murió.

Yo los ví a los radicales tirándole el dato a un tío abuelo que era del partido: «Malvendé todo lo que tengas, el auto, la casa, lo que sea y comprá dólares, porque se viene una devalueta de aquellas y te vas a llenar de oro». Un tipo pragmático que no lo hizo, pero la devalueta se vino. Y evidentemente unos cuantos se llenaron de oro.

Yo los ví a los profesores y a los directivos del colegio técnico público afanándose cantidad de herramientas, materiales, computadoras, discos rígidos que aparecían en sus negocios particulares. Yo los ví rosqueando cargos y armando los concursos para ellos y sus amigos durante las reestructuraciones de planes educativos. Yo los ví a los profesores de inglés sin poder enseñar el tiempo presente a los alumnos después de cinco años de clases. Yo lo ví a un profesor dictándome la guía telefónica en clase.

Yo los ví, a cantidad de familiares de funcionarios del municipio acomodados en cargos, tomando mate todo el día y boludeando, con muy buenos sueldos. Yo los ví a muchos tratando de cumplir el «argentinian dream» acomodándose también, porque ahí «no te echan más». Yo los ví a los proveedores del municipio levantándola con pala.

Yo los ví a los familiares, acomodados en funciones para las que no estaban capacitados ni cerca. Yo los ví a los dueños de empresas constructoras nuevitas pasar de canillita a campeón de la noche a la mañana por contratos con el municipio.

Yo los ví, a los que consideraba los más vagos del CONICET, hablando de lo inútiles y vagos que eran otros (imaginensé), lo cual después comprobé en persona.

Yo los ví armar un curro con un préstamo de la provincia para construir un hotel cinco estrellas, que estuvo parado durante por lo menos diez años.

Yo lo ví al intendente extorsionando a dos empresas para que le paguen la sentencia de un juicio que había perdido contra mi viejo. Después de que eso fracasó, yo lo ví al mismo intendente usando el estado para pararle a mi viejo las habilitaciones de cierto negocio que estaba haciendo, a modo de venganza.

Yo los ví a los diputados y senadores votando y luego a todo el ejecutivo poniendo en práctica una ley por la que le afanaron al viejo de un amigo 50 lucas de aportes voluntarios.

Yo los ví.

Esto es lo que me vino a la cabeza en diez minutos, y apuesto a que todos tenemos cantidad de ejemplos así. Me gustaría leer lo que nos puedan contar algunos que sus viejos hayan laburado en Entel o la vieja YPF.

Vuelvo a preguntar ¿en qué país vivieron todos los que predican las maravillas del estatismo? Argentina es un país que está adelantado. Adelantadísimo. Los suecos todavía no se dieron cuenta, como sí nosotros, QUE EL ESTADO ESTÁ PARA AFANAR. Esto nosotros podemos sostenerlo como «verdades auto evidentes».

Así es que, cuando algún argentino defiende al estado elefantístico, tené por seguro que está entre sus aspiraciones estar del otro lado del mostrador: conseguir un cargo, armar un curro, ser proveedor, sacar alguna ventajita con una prebenda, traba o subsidio.

Y acordate siempre, que vos también los viste, infinidad de veces.

Lenguaje

Dicen los expertos que las palabras que tenemos en nuestro vocabulario condicionan cómo pensamos. Así, una persona más culta será capaz de pensamientos más profundos que una persona que no lee, y mucho más capaz que, por ejemplo, un cartonero, que supuestamente maneja un vocabulario de 200 palabras.

Los distintos idomas, entonces, pueden hacer que pensemos distinto respecto de ciertos temas:

Otros dicen que el lenguaje es sabio, y las palabras ocultan su real significado. Por ejemplo, «casamiento = en casa, miento» o «el verano sirve para eso: para ver anos».

La palabra impuesto es mucho más acertada que su equivalente inglés tax, porque es justamente algo que está impuesto.

En cambio, taxpayer («pagador de impuestos») funciona mejor que contribuyente, porque esta última nos puede dar la impresión de que la gente los paga voluntariamente.

Ahora, si bien desde este blog promovemos la libertad y no nos gusta obligar a la gente a hacer cosas, hay una palabra que debería ser cambiada: gobierno. Hablar de «gobernante» nos pone inmediatamente en la posición de súbditos. El presidente no es el soberano; no tiene ningún derecho sobre los ciudadanos. No puede suprimir sus libertades ni violar sus derechos individuales. Es mucho mejor que empecemos a utilizar la palabra administración, porque al fin y al cabo el presidente y su gabinete son empleados de la gente, designados para administrar temporalmente lo público.

Si el administrador de nuestro edificio nos dice que a partir de ahora no se pueden tomar bebidas alcohólicas en nuestros respectivos departamentos, le vamos a decir que claramente el que no debería tomar alcohol es él, porque está borracho al intentar decirnos qué podemos hacer con nuestro propio cuerpo en nuestra propiedad (si no estamos violando derechos de terceros, claro). O, si nos dice que las expensas van a aumentar 100% durante un año, pero que a cambio a todos nos van a instalar un equipo de aire acondicionado (y, probablemente, un amigo del administrador obtendrá la licitación, o él o ella se quedarán una «comisión» por haber conseguido el laburito), le vamos a decir muy cordialmente que NOSOTROS decidimos si queremos o no un split, y pondremos el modelo que se nos antoje, cuando se nos antoje.

Por eso es tan importante lograr que el poder de la administración pública esté como máximo en el tamaño de un municipio: si el administrador se excede, allí estará la turba iracunda para hacerle entender que está equivocado, y propondrá un nuevo intendente.

Estos son

Éstos son los supuestos «intelectuales» y «moralistas» que le dan sustento ideológico al kirchnerismo. O sea, los que tratan de justificar con palabras rebuscadas cada medida que toma el poder:

Víctor Hugo Morales: después de la «Operación Harvard», que bien podría haberse llamado «Operación La Matanza» por cómo salió la vieja, dijo que todas las preguntas y el operativo habían sido orquestados por los «fondos buitres» y sus malvados abogados republicanos, la peor lacra de la historia de la humanidad. Habría que decirle a este tipo que  el «buitre» es el que se endeuda y no quiere pagar, no el acreedor. Y, por cierto, los abogados de los acreedores de Argentina a los que se refiere, son del partido demócrata.

Victor Hugo Morales

«Que no se diga que jugué fulbito con represores»

Orlando Barone: para justificar la inexistencia de conferencias de prensa (desmintiendo lo que había dicho la vieja cuando contestaba las preguntas) dice que pueden ir periodistas a armar escándalos y lo justifica con el ejemplo de esa periodista que increpó a Perón en el 74 sobre la Triple A. Claramente, son malísimas las conferencias de prensa si sirven para exponer grupos parapoliciales que secuestran y torturan gente. No sabemos bien qué estaba pensando en el momento (si es que las neuronas le funcionan todavía), pero no se esperaba que Cerruti le dijera que la periodista esa había terminado secuestrada y desaparecida. Quedó totalmente descolocado y nos dió el mejor silencio de los medios de la última década y una cara que va a pasar a la historia. (Nota del Autor: la periodista no terminó desaparecida, sino que fue «arrestada y puesta a disposición del PEN»).

Orlando Barone

«Me acabo de mandar un cagadón. ¡Salvame, Galende! ¡Hablá!»

Ricardo Forster: Invitado a 678 el mismo día que Sarlo hizo de Terminator y se llevó puesto a todo el panel, este individuo hizo la pregunta «¿Dónde está el poder?». ¿Cómo puede considerarse filósofo un tipo que hace esta clase de preguntas ahí nomás en vivo? ¿Tengo que señalarle quiénes son los que pueden meterme en una jaula, decidir sobre mis bienes, decidir si puedo cruzar una línea imaginaria, cómo intercambiar objetos con otras personas o, directamente congelar todos mis activos si no les pago el tributo? ¿Dónde está el poder, señor Forster? ¿En Clarín? ¿Lo tiene Magnetto en su silla de villano? ¿Lo tiene Lanata en uniforme militar? Digamé. Me gustaría verlo debatir cinco minutos contra la implacable lógica filosófica de Molyneux. Claro, pido mucho. No dura 30 segundos.

Ricardo Forster

«Tiro mirada Magnum para parecer re cool. Nadie sabe qué carajo escribí»

Horacio González: No contento con haber tratado de realizar un apriete para que Vargas Llosa no estuviera en la apertura de la Feria del Libro, luego del cual Andahazi se lo comió en un debate, este tipo hace declaraciones que no se pueden creer. Cito textual de Página 12  “La reforma es una discusión posible entre tantas otras. Lo que pasa es que la expresión ‘re-re’ es muy atractiva para los medios que combaten la reforma. ‘Re-re’ significa el capricho de un gobernante con pretensiones perpetuas, y no es el caso. Habría que buscarle otro nombre”. ¿Este tipo se hace llamar intelectual? ¿Sociólogo? ¿Filósofo? ¿Escritor? Si lo que querés es reformar la constitución para re-elegir por segunda vez a una vieja, claramente estás ante la re-reelección. Que no te guste cómo suena por estar muy relacionado a lo que los mismos cuestionaban cuando lo quería hacer el turco y que la gente así lo asocie con algo malo, es otra cosa muy distinta. Ahora, decile como le quieras decir, pero es exactamente lo mismo.

Horacio González

«¿Ducha? 1974»

Y lo mejor, para el final:

La tía José Pablo Feinmann: después de esa gloriosa entrevista en la que dijo que los Kirchner habían sido un poco chorros para poder escaparse después de lo que estaban por hacer y de su posterior mutismo por varios meses, volvió a la carga. Dijo en su programa de radio que las mujeres odian a la vieja kirchner porque no saben si robó o no robó (pese a que él mismo dijo que si), porque la envidian por no haber seguido la carrera que quisieron y ella sí y porque a los 58 años sigue siendo una mujer atractiva. Y que los hombres la odian porque nunca la van a poder tener. Ah, y que su belleza daba para tapa de revista erótica. ¡Qué nivel!

Lo de la carrera, supongo que se referirá al choreo, porque hasta donde sabemos, no hemos visto ni el título ni la foto de la graduación (pese a varias ofertas de varios miles de dólares de Cristian Sanz y de Mr Bugman) de la señora Kirchner. Del atractivo físico, si sus gustos son acordes a la forma que él mismo se lookea, no confío ni un poquito, además, se nota que no vió ni una foto sin maquillaje de la vieja. Tengo que concederle, sí, que hace unos cuantos años hacía furor en el Congreso. Basta con ir a preguntarle a Alasino. Como tapa de revista erótica, recordemos que lo que apareció fue un dibujo, donde el artista se había tomado mucha, pero mucha libertad con los atributos de la señora. Y lo de que los hombres la odian porque no la pueden tener, ¿no estará proyectando un poquito, Sr. Feinmann? ¿No estará exagerando? ¿O acaso tenemos que andar odiando a todas las minas que no podemos «tener»? (qué palabrita, por favor!). ¿Este tipo es considerado un intelectual? ¿Después de decir esta cantidad de gansadas? Y pensar que los insultos favoritos de los cybergarkas son decir cosas como «tus argumentos parecen los de las viejas que llaman a Radio 10». Les pregunto ¿qué parecen los argumentos de Feinmann?

José Pablo Feinmann

«Yo sé mucho de moda y mujeres lindas. Se me nota»

Éstos son los «intelectuales» y «moralistas». Estaría bueno que digan a qué instituto para la intelectualidad y la moral asistieron, así no pasamos ni por la puerta. De intelecto no veo mucho, solo veo un rejunte de forros que adaptan sus escritos y declaraciones para justificar su sueldito y espacio que se les dá desde el estado, porque si no, no los lee, escucha, vé ni banca nadie. Una triste existencia.

Sin respeto.

Una de las (incoherentes) críticas que recibió la marcha del 13S es la de qué eramos un grupo de bien acomodados de clase media – bien vestidos – llenos de odio, agresión, insultos y hasta deseos de cárcel y muerte hacia ciertos funcionarios públicos.

No me sorprende, ni me molesta que desde el kirchnerismo salgan con estas vacías acusaciones a pretender acallar las voces de la libertad que se están erigiendo por fin en este país. Pero me duele y me deja perpleja que desde los propios «caceroleros» pretendan desmentir esto, validando esas críticas a la vez que se muestra una continuidad de la sumisión, al menos en el aspecto discursivo.

Quiero ser muy clara. Por supuesto que estamos enojados, calientes, saturados, HARTOS de que nos pisoteen y nos tomen de pelotudos. Por supuesto que vamos a insultarlos, exigirles que atiendan nuestras demandas, y que nos respeten. No se pude pelotudear a un pueblo durante tantos años y pretender no generar odios, rechazo y un sinfín de sentimientos negativos.

 

La presidente es una enferma, cínica, hija de puta que habla de democracia cuando sus acciones son absolutamente autoritarias. Que se llena la boca con mentiras, estadísticas inventadas, índices de pobreza inexistentes. Ignora la constitución nacional, ley sagrada si las hay, y hasta pretende reformarla para quitarle su espíritu de libertad. Nos amenaza por cadena nacional al mismo tiempo que nos ignora. Se cree ama y señora del país, dueña de nuestras vidas y de nuestros destinos. Nos impide progresar, trabajar, crecer, vivir, aprender…

Nos tienen arrinconados, Moreno, Boudou, Echegaray, y todos sus secuaces. Nos impiden transitar libremente por el mundo, comerciar, comprar y vender como nos plazca, nos condenan a la miseria, a vivir angustiados, a no saber si volvemos vivos a casa, a tener que agradecer que «solo nos robaron y no nos hicieron algo más», a pagar más del 50% de nuestros bien merecidos sueldos para mantenerlos a ellos y a todo su aparato de propaganda nazi (sí! nazi!! si usan las técnicas de Goebbles a una perfección inimaginada por él mismo), y a mantener el asistencialismo que está destruyendo las bases que construyeron este país con trabajo, esfuerzo y mérito.

Nos obligan a corrompernos o a ser sometidos, nos toman el pelo, nos asfixian con medidas cada día más restrictivas, nos tienen vigilados como si fuésemos criminales, criminalizan las acciones más normales cómo comprar monedas extranjeras o disentir con el gobierno.

Destruyeron por completo la República, con una ausencia de poderes independientes que no tiene precedentes. No hay justicia, no hay jueces capaces de hacerle frente al avasallamimento de los derechos individuales. No hay legisladores que se precien de representar al pueblo. Hacen las leyes a su antojo, la mayoría bien inconstitucionales por cierto. Gobiernan para ellos mismos, ni siquiera para la mitad del país que los votó. Y lo hacen todo bajo la bandera de una democracia que ni siquiera es nuestro sistema de gobierno vigente. Argentina es una REPÚBLICA, en la que el estado de derecho, es decir, el gobierno de la LEY, debería primar por sobre cualquier persona que ocupe un cargo público.

Nos han quebrado en dos bandos, en los que la ausencia de diálogo es ensordecedora, genera impotencia absoluta no poder disentir sin discutir, no poder presentar alternativas, no ser escuchado, no ser representado, no ser respetado.
Las minorías esta doblegadas a obedecer los caprichos de las supuestas mayorías, que no son más que clientes de este gobierno corporativista. Nos llenan la cabeza de boludeo nacionalista, apelando a un orgullo xenófobo de qué algo producido en territorio argentino tiene más mérito vaya uno a saber porqué… Pero la realidad es que la industria nacional no crece, porque como todo en el relato, es un verso más.

Gobiernan de palabra en todo lo relativo a la libertad, la prosperidad y la igualdad ante la ley, deshaciendo con sus controles y regulaciones todo lo que dicen defender.

Y esta lista podría seguir eternamente. No tiene nombre lo que nos están haciendo. Nos están quitando la dignidad, nos están esclavizando, nos están exprimiendo y oprimiendo.

¿Y pretenden que salgamos a la calle a protestar educadamente? Después de años de sufrir su cinismo y su sadismo, sus faltas de respeto, sus abusos, sus caprichos. No. Por supuesto que no. No les debemos ningún respeto, y no nos debemos ninguna represión en las formas en que reclamamos lo que nos corresponde y estos vándalos nos robaron.

Son unos hijos de puta, y queremos que nos dejen de pelotudear. No hay otra manera de decirlo. Somos pacíficos en las protestas. Somos republicanos en los métodos. Pero no nos exijan (no nos exijamos!) ser «educados» en las palabras. Nuestros carceleros, represores, opresores, no merecen respeto, no merecen nuestra educación. Merecen todos y cada uno de los insultos que se pronuncian hacia ellos. Y nosotros merecemos poder putearlos en paz. Este es el resultado de años de sometimiento. Ahora: orgullosos, dignos, con la cabeza levantada, putiémoslos sin dudarlo! Hasta que entiendan que hasta acá llegaron, que ahora les decimos BASTA.

Manual de cómo pisotear a las minorías

Abal Medina sobre la movilización: «Que armen un partido y ganen elecciones»

 

Así, el funcionario kirchnerista opinó que en la reacción de la gente se sintió «mucho insulto, mucho odio, mucha agresión», e instó a los opositores a «armar un partido y ganar las elecciones».

 

Se rie de vos. Sabelo

Eso es todo lo que tiene para responder el jefe de gabinete de ministros de la nación a una minoría protestando y pidiendo ser escuchada. Dentro del estado todo, nada fuera del estado. En mis oídos sonó como «¿No tenés representantes en el estado? JODETE!». Esta es la manifestación más pura de la falta de respeto que tienen los gobernantes por las minorías políticas. Usan el estado para aplastarlas. No las escuchan. No las quieren. Las limpian, las minimizan, las ridiculizan apuntándolas con el dedo y diciéndoles «Vos no tenés poder en el estado, no sos nada». Ni siquiera digno de ser escuchado.

Es por eso que no hay que caer en la trampa de convencerse que las elecciones democráticas de representantes, por sí solas, son garantes de la pluralidad y la libertad. Para nada. Y este argumento en el que suelen caer los oficialistas casi siempre que se trata de legitimar acciones u opiniones, es utilizado hasta el hartazgo. No hacen más que demostrar su voluntad anti-democrática, cerrada y excluyente. Ellos saben que manejan el monopolio de la violencia y toman la cantidad de votos y cargos obtenidos como una garantía para poder utilizar este monopolio contra las minorías cada vez que pueden y que la víctima osa protestar por los atropellos.

Ellos mismos, con la complicidad de las fuerzas tradicionales – hay que reconocerlo- se encargaron de que armar un partido político sea harto más difícil de lo que era, con la reforma a la ley de partidos políticos. Una especie de bloqueo a su tan amado argumento de «que armen un partido». Y luego tenés el «ganen elecciones». ¿Qué tratan de decir? ¿Que si no gané una elección no puedo decir que un gobierno hace las cosas mal? ¿Que si no gano una elección ustedes pueden incumplir las leyes e incumplir la constitución con cada acción que tomen? Señores, si esta es la democracia que ustedes quieren, sepan que no la vamos a aceptar. Porque están demostrando que lo único que quieren ustedes es legitimar sus abusos por medio de las elecciones. Lo único que quieren es poder abusar y quedar bien frente a la opinión pública. Y después se hacen las carmelitas descalzas que luchan por los sometidos y los excluidos. Son la máquina de crear excluidos.

Que los comunicadores se suban a este tren directamente me parece grotezco. Hablan de insultos, odios y agresión verbal. ¿Qué esperaban, que les tiraran flores? Y hay que distinguir muy bien, porque muchos pseudo-periodistas cayeron en la falacia: no podés comparar gente insultando en una protesta, con el insulto institucionalizado desde el estado. No son comparables. De ninguna forma. No es lo mismo un ciudadano hablando de un jubilado amarrete, que un presidente en cadena nacional señalando con el dedo a quien debería proteger. No es lo mismo la persona que maneja el estado (en este caso, casi sin contrapesos) y el dinero generado por la imposición fiscal que una persona que se resiste. Paremos de orinar fuera del recipiente.

No me preocupan las palabras del jefe de gabinete. Acá ya sabemos con qué bueyes estamos arando. Lo importante es que con frases como estas quedan al descubierto. Dan a entender sus verdaderas intenciones, que muchas veces disfrazan muy bien, pero en muchas otras les falla el inconciente. Saber para qué quieren al estado y cómo lo quieren utilizar, es fundamental para saber qué les duele y dónde hay que profundizar.

Las cosas por su nombre

Quilombo por el video de los Rockadictos y la tapa de noticias, que muestran a la señora, la reina de la milanesa, la pinocha de las pinochas jugueteando y con cuerpo de vedette. ¡Por favor! ¡Qué poco sentido del gusto! ¡Qué manera de mentir como Clarín y lossss monopoliossss!

QueNoTePisen se cansó y no va a andar tolerando este tipo de atropellos, así que vamos a hacer un repudio a la tapa y al video, por faltar a la verdad, por fraude y por engaño a la población. Y para hacerlo, proponemos que se trate a la señora de aquí en más como lo que es: Una Vieja.

A partir de este momento, no es más «la presidente», «la señora de Kicrchner» ni «Cristina Fernández». Invitamos a todos a adherirse a la campaña a favor de la pobre viejecita (por cierto, ¿les gustaría que su abuela presidiera el país? ¿qué su abuela enviudada lleve las cuentas y maneje la platita de todos? ¿puede la juventud andar siguiendo fervorosamente a una vieja?). «#LaVieja» en tuiter, La Vieja en Facebook, La Vieja para Todos y Todas!

Acá un aporte de QueNoTePisen KIDS, se jugaron y nos hicieron una preciosa imagen para compartir a través de Internet, panfletos, afiches y, por qué no, disfraces en marchas callejeras.

La Vieja CFK

Acá está……La Vieja

¿Esto era la democracia?

Desde que tengo uso de memoria, vienen hablando loas de la democracia, que es algo mágico que va a curar enfermedades, darle de comer a los pobres y generar una sociedad culta y erudita. También se escucha hasta el hartazgo de que hay que «democratizar» más los colegios, las fábricas, las familias, todo. Opinión y voto en todos los ámbitos de la vida. Aplausos por doquier, papel picado y ruido de vuvuzelas.

Sin embargo ¿quiénes son las personas más poderosas del país?

Axel Kicillof (ministro de economía «de hecho»): un nene bien, que en la vida se arremangó para laburar. Vivió toda la vida encerrado en una universidad, tanto «enseñando» como «investigando» sobre economía. Jamás salió a vender nada. No tiene ni una sola experiencia en cómo funcionan las compras y las ventas. Jamás tuvo que patear la calle para conseguir un cliente, porque recibió un constante público cautivo en sus cátedras. Luego, pasó a ser acomodado y asesor, representante del estado en Aerolíneas y de otras empresas afanadas. Este tipo que NUNCA RECIBIÓ UN VOTO es el que maneja arbitrariamente importantes decisiones económicas y de recursos, como los recién afanados en YPF.

Guillermo Moreno (secretario de comercio interior): un ferretero de provincia que toda su vida le vendió insumos al estado, muchas veces con factura X como Insfrán. El «hombre fuerte», apodado «poronga», se encarga de apretar empresarios (bah, les queda enorme el término «empresario»), ya sea para que pongan las tarifas que a él se le canta a los productos que a él se le cantan, para que manden energía eléctrica con sus generadores, para decirles qué se importa o qué no se importa, para decirles que cierren los restos de sushi y pongan parrillas o para simplemente decirles que se va a curtir a las esposas, porque a ellos ya se los curtió (hay que darle crédito en esta última, bastante cierta). Pistola sobre la mesa, guantes de box y gritos, maneja los destinos de una gran cantidad de personas. Nuevamente, este tipo NUNCA RECIBIÓ UN VOTO.

Ricardo Echegaray (Gerente de la AFIP): recibido de guardamarina, fue parte de aduanas, tuvo unos cuantos curros con Rudy Ulloa y Alicia Kirchner y pasó por varios lugares de la administración pública, desembocando en la ONCCA. Ahí le hizo un buen laburo recaudatorio a don Kirchner, ganándose un ascenso como jefe de la AFIP, desde donde hace los últimos trabajos sucios del gobierno. Este tipo que persigue opositores, que se queda con la mitad de la guita de todos y cada uno de los argentinos, que tiene acceso a la base de datos más grande y compleja del país, donde saben TODO lo que hiciste en materia económica, que decide si podés comprar dólares para salir del país o no, y que tiene la aparente habilidad discrecional para crear impuestos de la nada, NUNCA, PERO NUNCA RECIBIÓ UN SOLO VOTO.

¿Esto era la democracia? ¿Una señora a la que le arman una campaña linda (con la guita nuestra), la hacen aparecer bien en cámara y después digita a los chupamedias que más le gustan y les dá poderes discrecionales sin que haya la posibilidad de hacer nada? ¿Tipos que usa para escudarse de las decisiones que ella misma aprueba que hagan? ¿Tipos que no recibieron votos ni para presidir un centro de estudiantes?

Si esto es la democracia con la que tanto se llenaban la boca, saben qué pueden hacer con la misma, ¿no? Si, eso que están pensando.

Revivamos a Montesquieu y su idea de elegir a los gobernantes por sorteo, que peor no nos va a ir.

Montesquieu

No va mássssss. Negro el 18….¡ganador Tinelli presidente!

AFIP sin límites

Que la Administración Federal de Ingresos Públicos, la agencia recaudadora de impuestos ahora devenida en policía política,  no respeta ninguna de las garantías constitucionales, ni los derechos que reconoce la Constitución Nacional, no es ninguna novedad para nadie que sea habitual lector nuestro, sin embargo lo que puede llegar a sorprender es que la propia AFIP en un comunicado oficial reconociera esta actitud que mantiene frente a los límites al poder que le impone la Constitución. Así fue, la AFIP afirmó en un comunicado de prensa blanqueando ante la sociedad que no encuentra limitación alguna en ninguna norma legal, incluida la Constitución Nacional. Al mismo tiempo, reconoció que el único límite que tiene para adentrarse en la vida de la gente es el grado del avance tecnológico  de vigiliancia, para mantener bajo su control las actividades de los ciudadanos:

La medida se enmarca dentro de los tres pilares en los que se apoya la nueva estrategia de fiscalización de la AFIP: la utilización al máximo de la tecnología disponible, la explotación centralizada de la información y los controles tanto “ex-ante” como en línea de las operaciones.

Comando General de la AFIP

La impunidad que existe entre los funcionarios del gobierno actual es de tal magnitud que no dudan en reconocer que no hay limites. Esta no es la primera vez que sucede, en su momento el predecesor de Axel Kiciloff y actual diputado de la nación, Roberto Feletti, sostuvo que «ganada la batalla cultural contra los medios, y con un posible triunfo electoral en ciernes, no tenés límites», otro más que no tenía vergüenza en admitir su desprecio por la Constitución.

Esto no es una novedad, la sola idea de que exista un «proyecto nacional y popular» en contraposición al nombre que suelen recibir las presidencias, que es el de «Administración», deja establecido que se apartan sin problemas del proyecto constitucional, para adoptar uno propio que no comprende de límites. El triunfo de las facciones, diría James Madison. Al mismo tiempo hay que hacer una aclaración, esto no es exclusividad de este gobierno, más bien es una patología crónica de cada uno de lo gobiernos que hubo en el país, desde tiempos inmemoriales.

Como hasta los que ostentan el poder lo admiten, la Constitución Nacional es letra muerta. Peor aún, los jueces encargados de testear la constitucionalidad de las leyes, en la mayoría de los casos, abandonaron ese objetivo en un contexto donde una decisión contraria a la voluntad del poder ejecutivo puede repercutir en su carrera judicial. La cantidad de denuncias acumuladas para ser resueltas en el Consejo de la Magistratura ponen a los jueces al vilo de la destitución, así perdiendo cualquier tipo de independencia cuando tienen que entender en las causas que les importan a sus verdugos. Además de estos mecanismos, el gobierno ha reforzado su dominio sobre el Poder Judicial, a través de determinados jueces adictos. El primer ejemplo de esto es el juez federal Norberto Oyarbide, en cuyo juzgado recaen, como si fuese automático, todas las causas sensibles al gobierno nacional.

La manera en la que se ha promovido la negación de los límites que impone la Constitución nos lleva a pensar si realmente vale la pena darle relevancia a la Constitución vigente, y gastar valiosos recursos en este asunto.

Para algunos estas conductas pueden ser indicios de que con una Constitución que avale claramente sus acciones, se radicalizaría el estado policial y planificador de la economía,  y acciones hoy inconstitucionales podrían ser legitimadas por una modificación del texto. Otra lectura de la misma situación puede llevarnos a la conclusión que la importancia del contenido de una Constitución es menor del que se cree, ya que en la práctica en ningún período de la historia la Constitución funcionó como limitación a los poderes del estado, y desde cada gobierno se instrumentaron diversas  maniobras para sobrepasar los frenos y contrapesos. Darle un supuesto carácter de «temporal» al impuesto al cheque, o el impuesto a las ganancias, la delegación de poderes y las leyes de emergencia económica, son algunos de los ejemplos de los recovecos legales que encontraron para violar la Constitución. Ni hablar de las otras medidas que alevosamente, y bajo ningún disfraz, ignoran el coto al poder que supone la ley suprema.

Mientras en la AFIP sueñan con utilizar el poder máximo que les permita rastrear e investigar a cada ciudadano como si fuesen los directores de The Truman Show, los políticos oficialistas buscan allanarle el camino a la nueva policía política disfrazada de agencia recaudadora de impuestos, para que sin freno alguno, puedan decir claramente, y avalados por la ley, «vamos por todo».

El dilema está planteado, la inevitabilidad del crecimiento del estado parece un hecho, y la futilidad de las constituciones parece otra realidad. Solo resta por decidir, si conviene luchar para defender un librito que ha sido ignorado durante 159 años, o si es preferible exponer las conductas inmorales del estado y esperar a que la gente se canse de ser parte del rebaño, y no solo diga basta, sino que haga algo para detenerlos.

El adoctrinamiento de La Cámpora, y de todos los demás.

El espacio principal de la tapa del domingo de La Nación  está dedicado a un tema que fue comentado por varios medios durante la semana. Se trata de los programas de la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia que están siendo implementados por integrantes de la agrupación kirchnerista «La Cámpora», y cuyo contenido está basado en la novela gráfica «El Eternauta» de Hector Oesterheld y Francisco Solano Lopez.

Según la propia agrupación los talleres consisten en lo siguiente:

Luego, se reunieron en 3 grupos de talleres con tres compañeros moderadores para comenzar con la actividad participativa de discusión y debate sobre las distintas situaciones e incógnitas que deberían resolver para tomar la decisión acertada. La discusión fue enriquecedora, ya que los chicos supieron entender que su participación en la toma de decisiones del grupo era necesaria e importante para poder resolver los problemas y afrontar las adversidades, priorizando el bienestar del conjunto.

Para finalizar, realizaron la puesta en común amalgamando el aprendizaje del texto disparador con la necesidad de comprender y valorar al sistema democrático cómo ámbito de desarrollo para la persona humana. Poniendo énfasis no solo en la importancia de la democracia en tanto y en cuanto modelo para la toma de decisiones, sino también para lograr el máximo bienestar y la prosperidad de un conjunto de personas vinculados por la pertenencia a un mismo territorio, a una misma cultura, a una misma escuela, también reflexionaron sobre los valores intrínsecos de la democracia como forma de vida en común y el ejercicio pleno de libertades y derechos. Así, trayendo a colación momentos de nuestra historia nacional, debatieron sobre el derecho a la libre expresión, a la salud, a la educación y a la vivienda, la inclusión social e igualdad ante la ley, sobre el valor de preservar las instituciones y la importancia de tener soberanía política para poder tomar nosotros mismos nuestras propias decisiones en función del bienestar general.

La descripción que hacen los integrantes de La Cámpora en su blog no parece ser algo que pueda a llegar a despertar críticas entre la llamada oposición. Las notas de nacionalismo, xenofobia y colectivismo, son un factor común en casi todos los partidos políticos. Estos talleres, que se vienen realizando desde el año 2011, y que ahora desembarcaron en la Ciudad de Buenos Aires, tienen una característica especial que comenta Laura Serra en su artículo del día domingo en el diario La Nación:

 Los integrantes de la agrupación juvenil kirchnerista concurren con sus banderas y símbolos partidarios a las escuelas para coordinar los talleres. En esos encuentros se invita a los alumnos a debatir y a tomar decisiones sobre asuntos públicos desde la lógica de un juego, cuyo personaje central es el héroe de la historieta El Eternauta, creada por Héctor Oesterheld y Francisco Solano López. El Eternauta es el ícono que identifica a los militantes de La Cámpora, que reemplazaron el rostro original por el de Néstor Kirchner.

Esto fue lo que realmente movió el avispero. La utilización de símbolos partidarios en una actividad supuestamente neutral. La aparición la agrupación kirchnerista con banderas y símbolos partidarios es, en opinión de muchos, lo que separa a la enseñanza del adoctrinamiento.

Si bien el tema tomó cierta relevancia en los medios, entre los políticos las respuestas fueron diversas. Hermes Binner, ex-candidato a presidencial por el Frente Amplio Progresista, una especie de kirchnerismo paralelo que se dice «opositor», celebró esta situación  al considerar positivo que «los jóvenes de la secundaria tienen cada vez más participación en política».

El apoyo de Binner a este programa llevado adelante por La Cámpora no es de sorprender, sus ideas son afines a las del kirchnerismo, y en lo único que varían es en la forma de presentarlo. Más allá de su apoyo, el santafesino confunde la participación de los jóvenes en la política, que no es algo ni bueno ni malo per se, con la utilización de los jóvenes en la política, un rasgo característico en los regímenes fascistas donde los ejemplos abundan. El caso paradigmatico, aunque más extremo que el actual proyecto de la agrupación liderada por Máximo Kirchner, es el de las Juventudes Hitlerianas, sin uniforme y con un enfoque más intelectual que militar, tienen objetivos similares. Aquellos tenían como misión «entrenar a futuros ciudadanos del Reich y soldados que sirvieran fielmente a la Alemania nacional-socialista cuando fueran adultos», los locales buscan solidificar el relato e impulsar futuros jóvenes K. La tradición de las Juventudes Hitlerianas, la Organización de la Juventud Nacional de Grecia, el Frente de Juventudes español, la Opera Nazionale  Balilla italiana, se repite en La Cámpora, y podría agravarse si se consolida la idea del diputado Dante Gullo de crear un Ministerio de la Juventud, algo que hasta el momento solo tiene carácter de Dirección, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social.

Desde otro lado, la diputada Patricia Bullrich, señaló que los talleres, en realidad, se tratan de «espacios de adoctrinamiento kirchnerista» y en consecuencia intentará citar al Ministro de Educación, Alberto Sileoni, para que responda algunas preguntas en el Congreso, referidas a este programa.

Bullrich está  mejor orientada que su colega opositor Hermes Binner, sin embargo el árbol le tapa al bosque. Cuando los integrantes de La Cámpora dejan las aulas y vuelven a sus puestos en la ANSES, Aerolíneas Argentinas, YPF, y el resto de las oficinas que ocupan en el leviatán argentino, el adoctrinamiento en las escuelas sigue, y a la diputada de Unión por Todos parece importarle poco el tema.

El adoctrinamiento diario en las escuelas está a cargo de una organización mucho más poderosa que La Cámpora, con un presupuesto más importante, y sin embargo no llama la atención como cuando se delega esta tarea en una agrupación determinada. El Ministerio de Educación fija los contenidos que deben estudiar los millones de alumnos en el sistema educativo, y no sólo eso, desde allí aprueban o rechazan metodologías de enseñanza más modernas que la actual cuyo origen encontramos en la Prusia de Federico El Grande.

Es positivo que la sociedad empiece a cuestionar las prácticas despreciables en los colegios, donde el adoctrinamiento es tan alevoso que no se puede negar bajo ningún concepto (excepto el caso de los idiotas útiles como Binner). No obstante, la posibilidad de extinguir este tipo de prácticas está lejos, muy lejos. Hasta que no se hagan análisis más profundos sobre las causas de los problemas, y se los ataque de raíz.

Si como decía Mises, el intervencionismo genera más intervencionismo, en el caso de la educación, el adoctrinamiento legal genera más adoctrinamiento.

ACTUALIZACION: Martin Krause realizó el año pasado un lucido análisis sobre «El Eternauta», acá. Recomiendo su lectura.

Evitas de oro

Interesante propuesta del Partido Liberal Libertario:

El Partido Liberal Libertario consideró que el lanzamiento del billete de $ 100 en homenaje a Eva Duarte de Perón es simplemente una cortina de humo para dejar de lado el debate sobre la inflación y centrarse en nimiedades como las figuras históricas de los billetes. Como ya ha expresado recientemente, el PL propone evitarnos el estéril debate sobre a quién poner y a quién no, tanto en billetes «homenaje» como en potenciales billetes de mayor denominación.

Gonzalo Blousson, presidente del PL, manifestó que «no tenemos que caer en la trampa de discutir acerca de que figura histórica estará en los billetes que se emitan. Acá hay que hablar de la inflación, y como con esta nueva serie podrán, con la excusa de homenajear a Eva Perón, aumentar el ritmo de emisión monetaria, cuyos efectos se terminan reflejando en una disminución mucho más rápida del poder adquisitivo de la moneda y un aumento en el costo de vida».

«Si el gobierno quiere verdaderamente homenajear a Eva Perón no lo debería hacer en un billete que pierde un 30% de su valor anualmente, más bien deberían garantizar su respaldo en oro. Es decir, que por cada billete que se emita con la cara de Eva Perón, el Banco Central posea una equivalencia fija de oro en sus reservas, y que el billete sea convertible en ese metal» propuso Blousson.

Desde el PL recomendaron que cada nuevo billete tenga como respaldo 4 gramos de oro, de esta forma guardará relación con el valor que tenían $ 100 en 1952, año de la muerte de la homenajeada.

Con la propuesta de la agrupación liberal, el «Peso Evita» sería mucho más valorado por la gente al ser un instrumento para protegerse de la inflación, ya que no se vería afectado por la expansión de la oferta monetaria. Así existiría la opción de una moneda confiable para el ahorro, que no perdería su valor como lo hace el peso.

«Si bien nuestra propuesta para terminar por completo con la inflación es otra, adoptando esta iniciativa los argentinos al menos podrán estar protegidos de la emisión descontrolada», concluyó Blousson.

El PL propone derogar el curso forzoso del peso y con ello eliminar el Banco Central, evitando entonces imponer en intercambios y contratos a una moneda en la que la ciudadanía no confía. De esta forma los argentinos no nos veríamos expuestos a la constante pérdida del poder adquisitivo de nuestros salarios, cuya causa se encuentra en la necesidad de los gobiernos de contar con un financiamiento rápido, fácil y encubierto, para solventar su gasto público.

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