«El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado». Benito Mussolini.
Algunos libertarios tenemos la costumbre de andar tildando de «facho» no solo al clásico estereotipo de la derecha, sino también a quien se califica a si mismo de «izquierda» y que desconoce con que argumentos le asignamos su etiqueta acusatoria predilecta.
Logrando que el facho se reconozca como tal.
Para que él comprenda, empecemos tomando de Wikipedia que entendemos por fascismo:
El proyecto político del fascismo es instaurar un corporativismo estatal totalitario y una economía dirigista, mientras su base intelectual plantea una sumisión de la razón a la voluntad y la acción, un nacionalismo fuertemente identitario con componentes victimistas que conduce a la violencia contra los que se definen como enemigos por un eficaz aparato de propaganda, un componente social interclasista, y una negación a ubicarse en el espectro político (izquierdas o derechas), lo que no impide que habitualmente la historiografía y la ciencia política sitúen al fascismo en la extrema derecha y le relacionen con la plutocracia, identificándolo algunas veces como un capitalismo de Estado, o bien lo identifique como una variante chovinista del socialismo de Estado.
Veamos que dice la enciclopedia Britannica:
Filosofía de gobierno que hace hincapié en la primacía y la gloria del Estado, la obediencia incondicional a su líder, la subordinación del individuo a la autoridad del Estado, y la represión de la disidencia.
Por último, la enciclopedia Columbia:
Filosofía totalitaria de gobierno que glorifica al Estado y a la Nación y asigna al Estado el control sobre todo aspecto de la vida nacional.
Hoy en Argentina poco queda de la izquierda internacionalista o incluso librecambista como alguna vez personificó Juan B. Justo. Sino que la izquierda aquí es típicamente estatista, populista y nacionalista. Reconocible también en su economía dirigista, corporativismo, mezcla del Estado con el partido y con el gobierno, propaganda personalista, fuerte rol del Estado en la vida social de los individuos, proteccionismo, y para no ser repetitivo, identificable en cada uno de los resaltados en negrita en las descripciones enciclopédicas de fascismo.
Vemos en las definiciones que el típico «zurdo estatista argentino» comparte varias de las características, sin importar sus nexos con la derecha. Mostremos sus coincidencias, no dejemos pasar la oportunidad de que el mismo se reconozca en su opresivo ideario.
Imaginen esta situación: están sentados en un bar, con su celular apoyado sobre la mesa, pasa una persona y sigilosamente les arrebata el celular. Afortunadamente una cuadra mas adelante un hombre que vió lo que sucedía detuvo al malhechor y le dicen enfurecidos ¿por qué te robaste el celular? La respuesta del ladrón fue la siguiente: «En primer lugar no se lo robé, fue un hurto . Además usted dijo un momento antes que le preocupaba sus gastos de celular y el tiempo que pasaba hablando.»
Además de chorro, un cínico.
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La AFIP hizo lo mismo el viernes en una contestación a un interesante artículo publicado por el suplemento iEco del diario Clarín. El artículo, sobre la carga impositiva y como el fisco se lleva la mitad de tu sueldo, dice lo siguiente:
47% del sueldo se va en impuestos. Sí, leyó bien: 47%. La cuenta es sencilla y la hizo el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). Una empresa le paga $4.500 a un empleado en relación de dependencia, que recibe apenas $3.000 en mano después de descontar aportes patronales y personales. Del sueldo todavía hay que descontar el IVA y otros impuestos nacionales, provinciales y municipales. En promedio, le queda al trabajador apenas $2.400 de los $4.500 que desembolsó la empresa.
El empleado en relación de dependencia dedica entonces casi la mitad de su trabajo a sostener al Estado. Es un avance respecto de los esclavos que construyeron las pirámides de Egipto para la gloria de sus faraones, pero es una carga pesadísima. ¿A quién no le gustaría ganar más plata o pasar más tiempo con su familia o amigos? ¿Qué obtenemos a cambio de aportar la mitad de nuestro trabajo?
Al dia siguiente de publicado este esclarecedor artículo, el Director General de Recursos de la AFIP publica una respuesta en el mismo suplemento, no es de extrañar que uno de los cabecillas de una organización dedicada al robo institucionalizado no le moleste mentir, engañar y reírse de sus víctimas.
Dice Sanchez, el Director mencionado:
En primer lugar es para destacar que es falso el cálculo efectuado, toda vez que el trabajador no soporta “aportes patronales”, dado que sólo se le practica la retención de aportes personales con destino al Sistema Unico de Seguridad Social, por el equivalente al 17% de su remuneración imponible.
Es decir, solamente una parte de sus aportes a la seguridad social se lo sacan al empleado una vez que recibió el sueldo, la otra parte se la sacan antes de recibirlo.
Sigue Sanchez:
Además los aportes personales no son propiamente un impuesto. El Sistema Único de Seguridad Social, se financia tanto con impuestos como con aportes y contribuciones de los trabajadores y sus empleadores y gracias a ello, se brinda una amplia cobertura a las distintas contingencias por las que puede atravesar una persona. Dichas coberturas alcanzan a las contingencias de vejez, invalidez y muerte, salud, cargas de familia, de desempleo de enfermedades y accidentes laborales, de vida, a través del Seguro de Vida Obligatorio.
Esto es lo que decía antes. Que te saquen un 17% de tu sueldo y lo asignen a un destino que vos no elegiste, no es un impuesto para Sanchez. De hecho, los llama aportes y contribuciones, será el nombre técnico, pero para todos los demás se trata de un impuesto. Finalmente, menciona servicios que nadie optó por contratar, e incluso, si los llegara a necesitar dudo que sea fácil lograr conseguirlos (por más que uno haya pagado obligado) y que sea el tipo de servicio que cada uno hubiese elegido uno de no estar obligado.
Al respecto de las tasas, o sea del pago obligatorio pero por el cual uno obtiene un servicio, dice:
Respecto de la tributación municipal (las tasas por alumbrado, barrido y limpieza) hay que tener presente que el nivel de imposición está en relación con el valor de su propiedad.
Poco se entiende en que beneficia a la AFIP explicar que uno no paga los servicios por el tipo de servicio que recibe, si no que los hace de acuerdo al valor de su propiedad. Imaginen si uno para comprar un chicle o ir al psicólogo le cobraran de acuerdo a su propiedad y no de acuerdo al servicio ofrecido. Sólo la AFIP puede hacer eso, porque el único lenguaje que conoce es el de la coerción.
Ya lo saben
Para la frutilla del postre, cierra Sanchez:
Por último y sin perjuicio de recordar que el cumplimiento de sus obligaciones por parte de los habitantes de la Nación constituye la piedra angular del concepto de ciudadanía fiscal y que resulta el costo mínimo de vivir en una sociedad organizada, no pueden soslayarse los beneficios directos e indirectos que percibe el trabajador, tanto por las coberturas ya mencionadas, cuanto por las ventajas económicas (principalmente financieras) de operar en el sector formal de la economía.
En el cierre Sanchez da en el blanco. La AFIP, la servidumbre del «contribuyente» y la persecución fiscal es el costo mínimo de vivir en una sociedad organizada, pero con un tipo de organización particular, una organización donde uno solo tiene el poder de robarle al resto, tiene el derecho a obtener el fruto del trabajo de los demás, y de tener que pagar un canón para poder trabajar con cierta libertad. Una sociedad organizada por una mafia, donde además tienen el monopolio de ser la mafia.
Para Lysasnder Spooner el gobierno tenía una conducta mas cobarde y vergonzosa que el ladrón de calle, escribe Spooner en su famoso texto No Treason:
El ladrón asume la responsabilidad, el peligro y el crimen que entraña su propio acto. No reivindica ningún derecho legítimo sobre el dinero ajeno ni alega que tiene la intención de utilizarlo para el beneficio de otro. No pretende ser otra cosa que un ladrón. Su desvergüenza no llega a tanto como para afirmar que es meramente un «protector «, y que toma el dinero de los demás contra la voluntad de estos sólo para «proteger» a los necios viajeros que se sienten perfectamente capaces de defenderse por si mismos o no valoran su peculiar sistema de protección. Es un hombre demasiado sensible como para considera así su profesión. Además, cuando se ha apoderado del dinero del otro , lo deja ir, tal como éste deseaba que lo hiciera. No persiste en perseguirlo contra su voluntad, pretendiendo ser su legítimo «soberano», sobre la base de la «protección» que le brinda. No continúa «protegiéndolo», ordenándole que se incline ante él y le sirva; demandándole que haga una cosa prohibiéndole que haga otra; robándole dinero una y otra vez, con frecuencia que le plazca, y calificándolo de rebelde, traidor y enemigo de su país y matándolo sin piedad, si discute su autoridad o resiste sus órdenes. Es demasiado gentil como para cometer semejantes imposturas, afrentas y villanías. En resumen, se limta a robar, y no intenta convertirlo en su víctima o en su esclavo
I am Sam (2001) es una pelicula que se enfoca en la relación entre Sam Dawson (Sean Penn), un adulto con una capacidad intelectual de un chico de 7 años y su hija (Dakota Fanning) que recién cumplió 7 años y ya es más inteligente que su padre. La trama de la película analiza la relación entre el padre y la hija, y posteriormente la lucha del padre por mantener la tenencia de su hija frente a los intentos del estado, los llamados servicios sociales, de separarlos.
La película muestra como los representantes del estado inician un juicio para determinar la capacidad de Dawson de criar a su hija que, si todavía no lo había hecho, pronto lo superaría en términos de coeficiente intelectual. La pregunta sobre la que basaban su argumento los representantes de ‘servicios sociales’ era: ¿Es lo mejor para la nena ser criada por su padre o debería ser entregada a una familia sustituta?
Sam y su hija.
La película es muy emotiva y un fiel reflejo de como actúa el gobierno, dicen que hacen algo por el bien de la hija, mientras hacen sufrir a un padre y a su hija separandolos, el film es muy recomendable. En síntesis, no sólo es una historia de amor entre padre e hija, sino la lucha que entablan ambos, junto a su abogada, Michelle Pfeiffer, contra el gobierno y el derecho de un padre y su hija a decidir por ellos mismos que es lo mejor para ellos.
La pelicula es un gran testimonio de como funcionan la mayoría de los gobiernos, y la lógica de los funcionarios que los integran. Muestra como un grupo de hombres y mujeres arrogantes se atribuyen el poder de decidir que es lo mejor para la vida de los demás, no te dan un consejo ni una sugerencia. Son ordenes, es una sola orden aplicada a todos por igual, en primer lugar asumiendo que cada individuo tiene la misma personalidad y la misma escala de valores, y en segundo lugar poniéndose ellos en un escalón por sobre los demás, como si supiesen algo que el resto no lo conoce.
Parar un segundo y ponerse a pensar estas cosas lleva a hacernos muchas preguntas . ¿Qué facultad especial tienen los políticos para decidir que es lo mejor para uno? ¿Son sus vidas perfectas como para tener la autoridad para hacerlo? E incluso si sus vidas fuesen perfectas ¿la vida debe ser para todos igual? El gobierno (este y cualquier otro que hayamos tenido), aunque muchas veces no nos demos cuenta porque ya lo internalizamos, influye en cientos de decisiones que tomamos y nos anula cualquier capacidad de decisión. Decide donde podemos fumar y donde no, que cosas podemos comprar de manera libre, que cosas tenemos que pedir un permiso para comprar, y que cosas no podemos comprar, como tenemos que administrar nuestro sueldo (nos obligan a destinarle una parte a la salud, otra para la jubilación (aunque la usen para cualquier cosa después), nos dicen a que hora tenemos que entrar a un boliche, y a que hora salir, nos dicen que le tienen que y donde le tienen que enseñar a nuestros hijos, y un largo etcétera.
Explican, enseñan, cuentan, relatan, ordenan, y no saben NADA.
Al final, todos somos Sam, nos tratan como si no tuviésemos la capacidad de pensar, analizar y decidir, como si alguien les pidió que nos salven de nuestras equivocaciones (como si pudiesen detectarlas), lo peor de todo es que la gran mayoría se deja abusar, y otros tantos que están al tanto de esto se dividen entre complices (los que aman ser las ovejitas del pastor) y los que están disconformes con la situación pero que en el fondo les gusta ser abusados por qué no hacen nada para cambiar la situación.
¿La alternativa? Vivir en libertad, y asumir las consecuencias de nuestros actos, asumir el control de nuestras vidas y dejar que otro decida por vos que es lo mejor para vos, sea el otro un dictador, o una mayoría, reconocer que alguien tiene derecho a tomar decisiones sobre nuestros asuntos es admitir que somos seres inferiores, esclavos, o súbditos de alguna clase, de algún superhombre, o de los sabios.
¿Cómo? Exigiendo que se nos respete, levantando nuestra vos cuando una nueva ley del congreso se sanciona con el objetivo de limitar cada vez mas nuestras opciones, cuestionando la legitimidad de los ministros, secretarios y cualquier otro funcionario que con su habitual tono soberbio nos diga que hacer, o que dejar de hacer. Difundiendo estas ideas, plantando semillas de la libertad en la mayor cantidad de gente posible, para poder en un futuro dejar de ser ovejas de un rebaños, siervos del señor feudal y poder desarrollar plenamente nuestras aptitudes como seres humanos libres.
La utilización de conceptos vagos por parte de los lideres políticos del mundo es habitual. El bienestar general, el bien común, la voluntad general, la sociedad, el país, etc. son algunos de ellos. Digo que son vagos porque no se sabe bien a quienes abarca, no son medibles, y muchas veces son subjetivos, el que los menciona termina definiendo su significado y sus alcances. El contexto en el que se utilizan estos conceptos es, en la mayoría de los casos, a la hora de realizar planes, lanzar políticas, o justificar alguna acción realizada. Los tiranos del S. XX acostumbraron a cometer las peores atrocidades apelando a conceptos de ese estilo, argumentos que pretendía que la humanidad, el proletariado, o la raza estaban en peligroe iban a ser protegidos por el gobernante que proclamaba tal cosa, apenas años más tarde, los asesinados en nombre de esas causas nobles sumaban millones y millones.
La historia se repetía, y se repite, cada algunos años hasta que el tirano de turno era reempalzado por otro, o caía el régimen.
No estoy tratando de comparar grandes genocidios con lo que sucedió ayer, pero el concepto es el mismo. Como todo gobierno autoritario, Cristina Kirchner el día de ayer decía esto:
a veces pienso si no sería también importante nacionalizar, no estatizar -que se entienda bien para que mañana nadie titule mal- nacionalizar los medios de comunicación, que adquieran conciencia nacional y defiendan los intereses del país, no los del gobierno, los del país.
La supuesta cruzada kirchnerista a favor de democratizar los medios de comunicación se detiene ante la «conciencia nacional», incluso si aceptamos que los verdaderos intereses del gobierno eran democratizar a los medios y proteger la libertad de expresión contra los monopolios (ja, ja, ja) y también tomamos por cierto que los defensores del actual gobierno, que pululan por todo Internet con un discurso unificado, apoyaban las medidas contra «monopolios» para defender la libertad de expresión, y ahora defienden esta locura de la «conciencia nacional» entonces toda esa mascara de adalides de la libertad de expresión se les cayó, la libertad de expresión la cambiaron por la «conciencia nacional» y la democratización lo cambiaron por nacionalización.
Y por supuesto, nadie sabe que es la «conciencia nacional» (difícil de explicar también el termino democratización en ciertos contextos), salvo, ellos, los que quieren aplicarla.
Por otra parte, para terminar, esta muy claro que quiere decir nacionalizar:
nacionalizar.
1. tr. Naturalizar en un país personas o cosas de otro. U. t. c. prnl.
2. tr. Hacer que pasen a manos de nacionales de un país bienes o títulos de la deuda del Estado o de empresas particulares que se hallaban en poder de extranjeros.
3. tr. Hacer que pasen a depender del Gobierno de la nación propiedades industriales o servicios explotados por los particulares.
Sea la acepción 1 o 3 que nos da la RAE de esa palabra, claramente, nacionalizar va contrario a la libertad de expresión. Así y todo, pocos se dan cuenta.
Para entender el debate de ayer en el Senado sobre el famoso 82% se puede imaginar la siguiente situación: Con una nueva ley perdiste la posibilidad de elegir tu trabajo y un grupo de hombres pertenecientes a la Comisión de Bienestar Laboral deciden cuál será el trabajo que vas a desempeñar desde este momento, un grupo cree que tenes que ser limpiador de excremento de cerdos en una granja, el otro grupo masturbador de toros para inseminación artificial (un instructivo, por si es necesario) ambos trabajos pagan lo mismo, una miseria. El resultado para vos es indistinto, salís perdiendo en ambos casos.
Un panorama de ese estilo se presenta cuando se discute el esquema de inseguridad social de nuestro país y tenemos que adoptar una postura. La situación de los más ancianos siempre es un tema que le importa a los políticos a la hora de hacer declaraciones rimbombantes. El Senador socialista Giustiniani dijo, respecto a la ley sancionada ayer en la Cámara de Senadores, «Con esta ley no solamente le daremos dignidad a los cinco millones y medio de jubilados y a sus familias, sino que esta noche tendremos un país más digno». Una senadora opositora chubutense afirmó «Desde nuestro sector adelantamos la decisión de apoyar la ley: se tiene que terminar una enorme injusticia. Uno de los pilares de nuestra sociedad tiene que ser la solidaridad», mientras que del otro lado el Senador Pichetto resaltó el carácter salvador del gobierno kirchnerista respecto de las jubilaciones: «El sistema era deficitario, las AFJP tenían mejores aportes pero con ecuaciones previsionales muy malas para la gente. Hoy un trabajador jubilado estaría cobrando 300 pesos de una AFJP»
Bajo el sistema de reparto actual, ni los jubilados actuales, ni los del futuro, tienen salida.
Los jubliados, y los futuros jubilados (o sea, los trabajadores actuales), son las verdaderas víctimas de estas declaraciones sinsentido. Ni una ley del Senado puede convertir, de la noche a la mañana, la situación del jubilado en un paraíso, ni tampoco la expropiación de las cuentas de capitalización cuasi-estatales (las AFJPs eran las esponjas del menemismo, que las exprimió hasta eliminarlas) puede significar una mejora en la situación de los viejitos. Oficialistas, y opositores, son cómplices de la penosa situación que viven los jubilados.
Sorprendentemente, en este caso, tanto oficialistas como opositores están en lo correcto, por un lado los defensores de la jubilación mínima de un 82% en relación al salario minimo actual aciertan al afirmar que la situación actual de los jubilados es inmerecida. Por el otro lado, los que sostienen que la jubilación mínima de un 82% no se puede financiar y «dinamita la seguridad social y mete el déficit en el Presupuesto», como dice Calcagno, también son razonables.
El anti-político es aquel que desprecia la política. Es el que alguna vez creyó en algo y ahora tiene la certeza de que «son todos iguales». Es el que dejo de creer en la política, el que vota por el mal menor, en blanco, o no vota. El anti-político quiere un cambio, pero esta resignado en intentarlo. Descree de las estructuras políticas y se limita a intentar que no lo jodan (que no lo pisen!)
Hay muchos que se sienten identificados con esa postura. Si vos sos uno de ellos puede ser que la siguiente idea te entusiasme: existe una solución por fuera de la política.
Al fin y al cabo la política, como la conocemos, se trata de la imposición de un plan por un político elegido por la mayoría (ese plan no lo conocemos, o nadie lo menciona o solo es descripto vagamente), y como resultado tenemos una sociedad donde predominan las relaciones definidas por la política, y eso implica que están basadas en una imposición, o sea la violencia. Actividades pacificas y voluntarias entre dos personas se ven sometidas a la regulación estatal en el mejor de los casos, a la persecución en el peor.
Si sos un anti-político decepcionado con la política solo queda una alternativa: la despolitizacion de la sociedad. Con esto me refiero a obligar a que la política, que los políticos, dejen de ser importantes en nuestra vida diaria, que sus decisiones sean un tema menor, y su influencia en nuestras vidas sea reducida a un mínimo, o nula.
Si se van todos, alguien esta listo para ocupar su lugar.
El objetivo del anti-político una vez que se resigno de encontrar soluciones políticas debería ser el de terminar con la influencia de la política en TODOS los ámbitos de nuestra vida: la educación, el comercio, el trabajo, la salud, las sustancias que decidimos consumir, las comidas que queremos comer, la solidaridad o caridad, entre muchas otras.
En el blog venimos día a día señalando esta politización de la vida cotidiana, y como afecta las relaciones voluntarias, siempre para peor. Acá intentamos hacer un listado con algunas de las mas relevantes.
En conclusión, si sos anti-político, todavía te queda una alternativa, y es luchar para que la política deje de ser un factor determinante, que los políticos dejen de entrometerse en tu vida y tus decisiones, y que pases vos a tomar el control de tu vida. Si la política pierde ese poder que tiene, quién es elegido es un tema menor.
La resignación y la pasividad es contraria a los objetivos del anti-político, ya lo dijo Edmund Burke «Para que triunfe el Mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada.»
Las alternativas para lograr eso son muchas, y la mayoría no implica involucrarse en la riña política, si no en difundir la idea básica: los políticos fracasaron.Acá podés encontrar algunas, podés sugerir algunas otras, y si no encontras a nadie para que te acompañe en esta tarea podes contactarte en quenotepisen (a) gmail.com y podemos orientarte en los proyectos que promueven esto.
Ayer comenzábamos a delinear los objetivos principales que se propone el sistema de educación pública. Para reforzarlo escrito en la primera parte, voy a dividir esta segunda parte en dos secciones. En la primera analizamos el origen del sistema de escolarización compulsiva a nivel mundial, que lo encontraremos en Prusia, el origen y los objetivos de la implementación de la «educación, laica gratuita y obligatoria» a través de la ley 1420. y la importancia que tiene el control de la educación de los diferentes gobiernos. En la segunda parte voy a intentar definir las consecuencias nocivas de la educación pública.
¿Educación?
3. La importancia histórica de la educación pública.
El origen de la educación pública compulsiva lo vamos a encontrar en la Prusia de prinicpios del siglo XIX, si bien con anterioridad, en tiempos de Federico, El Grande, se había establecido un sistema educativo estatal, fue Federico Guillermo III el que luego de la derrota frente a Napoleón en 1807 comienza gradualmente a restablecer el control estatal sobre la educación, y a expandirlo. Para 1819 las escuelas privadas solo podían funcionar si cumplían los requisitos exigidos por el Estado, ¿Les suena?
El sistema educativo prusiano había sido diseñado para obtener los siguientes resultados:
Soldados obedientes en el ejercito.
Trabajadores obedientes en las minas.
Funcionarios subordinados al gobierno
Empleados subordinados en la industria
Ciudadanos que pensaran de manera similar en la mayoría de los asuntos.
En nuestro país el asunto no fue muy diferente, con la ley 1420 se adoptó un sistema inspirado en el de Federico Guillermo III siguiendo la tendencia mundial, liderada por Estados Unidos, en construir los sistemas educativos estatales a imagen y semejanza del sistema prusiano.
La Ley 1420, como se suele decir, fue la responsable de que los argentinos adoptaran una identidad nacional. Esto, en otras palabras, es colectivizar al individuo, convertirlo en masa. No se trata del reemplazo de la identidad individual por una identidad nacional, todos siguen teniendo sus identidades individuales, pero condicionadas, éstas, a una «identidad nacional». Cuando lo planteamos de esa manera deja de ser un objetivo tan loable como parece, y sale a la luz el verdadero objetivo para el cual fue pensada la educación estatal: uniformizar. No se trata de ningún secreto, hasta algunas escuelas con su nombre lo indican escuela normalson normalizadoras, es decir, intentan normalizar en el sentido de crear ciudadanos promedios, todos muy similares entre si, en general cumplir el período de escolarización compulsiva significa que fueron normalizados exitosamente.
Volviendo al uso de la educación como herramienta para conseguir la adoración de los gobiernos (o como me gusta decirle, el modelo estado-céntrico) se puede mencionar a Karl Marx como uno de los críticos del sistema educativo de los Hohenzollern (la dinastía prusiana) que se expandía por toda Europa, en el Manifiesto Comunista escriben Marx y Engels:
Pero es, decís, que pretendemos destruir la intimidad de la familia, suplantando la educación doméstica por la social.
¿Acaso vuestra propia educación no está también influida por la sociedad, por las condiciones sociales en que se desarrolla, por la intromisión más o menos directa en ella de la sociedad a través de la escuela, etc.? No son precisamente los comunistas los que inventan esa intromisión de la sociedad en la educación; lo que ellos hacen es modificar el carácter que hoy tiene y sustraer la educación a la influencia de la clase dominante.
Claro que lo que lamentaba Marx era no poder imponer él SUS intereses en la escolarización.
La escolarización compulsiva fue utilizada políticamente desde siempre, ya sea por la anti-liberal Alemania bismarckiana, que luego derivó en el III Reich de Adolf Hitler, o en la URSS, que hasta el final de su existencia la escolarización sirvió como método para adoctrinar a los chicos en la ilusión comunismo, aún cuando el país soviético se caía a pedazos. A nivel local, la experiencia educativa durante el peronismo fue una expresión grosera de todo lo propuesto en los párrafos anteriores, la evidencia más clara se pueden encontrar en los libros de texto de la época.
4. El resultado del cumplimiento de la sentencia.
Todo este proceso de escolarización que fue descripto en las secciones anteriores tiene resultados concretos y que están a la vista de todos. La anulación de cualquier tipo de independencia durante 12 años o más, la repetición y rigidez característica del sistema educativo crea un grupo de personas maleables, cualquier gobierno las puede moldear a su manera, el adoctrinamiento recibido por 12 años logra ejércitos de sumisos ante la autoridad, sin ningún tipo de pensamiento crítico. De esta manera las ideas políticas autoritarias, anti-liberales, que someten a cada individuo a un estado de servidumbre son mas fáciles de implementar, es más sencillo sostener el paradigma donde el gobierno es el centro de la sociedad y los políticos son los que solucionan nuestros problemas, los que nos protegen de alguna agresión, incluso de esas conductas que optamos por llevar adelante libremente sin afectar a nadie más que a nosotros mismos. Al final, la realidad nos muestra nunca terminamos de salir del colegio, los maestros y profesores son reemplazados por los políticos, si no veamos: ellos te dicen que tienen la solución a tus problemas, que buscan justicia y que son imparciales, que quieren lo mejor para vos, que te cuidan, que te ayudan, y sin embargo lo único que hacen es restringir tu libertad, tu posibilidad de investigar de innovar mas allá de lo cotidiano, en definitiva uno nunca termina saliendo de la escuela. La única diferencia radica en que los maestros y profesores actúan de buena fe, ellos son víctimas del sistema, mientras que los políticos son los que lo diseñan.
La semana que viene voy a comentar sobre verdaderas alternativas al sistema de educación estatal, mientras tanto propongo una pregunta ¿Que se puede hacer para contrarrestar todo esto?
En las últimas semanas la Ciudad de Buenos Aires fue testigo de un enfrentamiento entre alumnos de algunas escuelas secundarias de la ciudad – fogoneados por partidos de izquierda – y el gobierno de Macri. Si no escribí nada al respecto fue porque veo este tipo de conflictos inconducentes e irrelevantes, su resultado no va a desembocar en un salto de calidad educativo o en una transformación del actual sistema de educación pública. Ningún resultado será interesante. La solución reclamada es absurda, se pretende solucionar el problema de la educación pública con más educación pública.
Sin embargo, el post de mi co-blogger Vastiat me motivó a escribir sobre algunos aspectos más importantes de la educación, más importantes que el presupuesto que le asigna el gobierno, el estado de los colegios, o si esta bien o mal que corten las calles los alumnos.
La educación va mas allá de eso, el sistema de educación pública no es un sistema educativo, su máximo interés es la escolarización, y los beneficios que pueden obtener los gobiernos de ella. No se trata de una conspiración ni nada por el estilo, vamos a ver que esto está bien explicito en los textos de pedagogos y políticos. Es hora de derribar algunos mitos relacionados con el sistema educativo obligatorio, y abrir un poco la mente para entender las implicancias de lo que para mi es una condena de 12 años de prisión a la que está sometido cada niño de este país y que los transforma para convertirlos en sumisos ante la autoridad.
Los invito a analizar algunos puntos.
1. Toda educación es pública. La educación privada no existe. Una de las confusiones a la hora de abordar el problema de la educación es creer que existe una educación que es estatal (o pública) y otra educación que es privada. En nuestro país todo el sistema educativo es estatal. Por un lado, tenemos las escuelas de gestión pública, los famosos colegios del estado, que se financian en su totalidad en base a impuestos. Por el otro lado están los colegios privados, ellos, en su mayoría, financiados por las cuotas que pagan los padres de los alumnos y donaciones, pero también financiados por subsidios estatales, de hecho más de la mitad de los colegios privados de la Ciudad de Buenos Aires reciben subsidios. En materia de financiación, ambos tipos de colegios reciben financiamiento estatal.
Pero ese no es el punto mas relevante de porque TODA LA EDUCACION ES ESTATAL. Por lejos, el aspecto más importantes en los que queda demostrada la inexistencia de colegios verdaderamente privados es en la definición de contenidos educativos. Estos contenidos son definidos por el Estado para todos los colegios, no importa si son privados o públicos. El material de estudio tiene que ser aprobado por el Estado, los temas son definidos según el sesgo ideológico del gobierno. Los padres, los verdaderos responsables de la educación de sus hijos, son marginados, su impacto en la decisión de los contenidos educativos es casi nula o nula. No existe ninguna diferencia esencial entre colegios públicos y privados, unos podrán tener sillas mas lindas, paredes recién pintadas, aire acondicionado y mas horas de clases, además de algunas actividades extracurriculares.
La decisión del Estado en los contenidos educativos es fundamental para poder concretar lo que explico en el siguiente párrafo.
2. Escolarización compulsiva no es educación.
Ya sabemos que hay educación pública de gestión estatal, o de gestión privada, pero que entre ambas no existen sustanciales diferencias. Ahora bien, cuando hablamos de educación la realidad es que sólo nos referimos a la escolarización, lo que me lleva a preguntarme ¿es escolarización sinónimo de educación?. Escolarizar no implica educar, más bien lo contrario. Los chicos sometidos a la escolarización compulsiva (educación gratuita (o no) y obligatoria es el nombre por el cual se la conoce) pasan 12 años que encerrados en una escuela, entre 4 y 8 horas por día, 5 veces por semana, 9 meses al año, haciendo tareas simples, repetitivas, escuchando lo que dicen sus maestros y libros para después repetirlo en las evaluaciones, eso no parece que sea educar. Las escuelas (mejor dicho, los gobiernos) no tienen como finalidad que los alumnos incorporen conocimientos de matemática, lengua, ciencias naturales, ciencias sociales, geografía, historia, etc. La finalidad de la escolarización obligatoria es otra. Si, seguramente haya chicos que terminen los 12 años de escolarización y sepan algunas cosas, pero la principal función «educativa»es ENSEÑAR A OBEDECER ORDENES. Es transformar individuos creativos, innovadores, llenos de energías, en una masa uniforme de personas obedientes con la autoridad, sin ningún tipo de pensamiento crítico.
Los 12 años que un niño es sometido al sistema educativo son 12 años donde es adoctrinado, donde sus ideas, creaciones, innovaciones y aspiraciones, dejan de ser una iniciativa propia sino que son aquellas implantadas en los 12 años de encierro compulsivo. Si, es verdad que se deja cierto margen de libertad, pero esta libertad es falsa, se ve reducida a los límites decididos por los diseñadores del sistema educativo. Los beneficiarios del sistema educativo no son los alumnos, ni la «sociedad», es el gobierno el que tiene el mayor interés en que siga todo como está.
Todo esto queda más claro si nos referimos a Alexander Ignlis, autor del libro Principios de la Educación Secundaria. Cuenta el Prof. John Taylor Gatto, que Inglis fue uno de los diseñadores de la educación pública en Estados Unidos, y que en el libro mencionado delínea las funcciones de la escolarización:
La función adptativa. Las escuelas sirven para establecer hábitos fijos de reacción ante la autoridad. Esto, por supuesto, se opone por completo al pensamiento crítico. También deja de lado la idea de que deba ser enseñado material interesante o útil , porque no se puede evaluar la obediencia reflexiva hasta que sepas si podes hacer que los chicos aprendan, y hagan, cosas tontas y aburridas
La función integradora. Esta debería ser llamada la «función de conformidad», porque su objetivo es hacer que los chicos se parezcan lo más posible, entre ellos. Las personas conformistas son predecibles, y esto es de gran uso para aquellos que desean aprovechar y manipular una gran fuerza laboral.
La función diagnostica y directiva. La escuela esta hecha para determinar el determinado rol social de cada niño. Esto se hace mediante el archivo acumulativo de evidencia matemática e histórica. En otras palabras «Tu legajo». Sí, tenés uno.
La función diferencial. Una vez que el rol social fue «diagnosticado,» los niños son asignados por rol y entrenados tan solo como para ocupar el lugar destinado en la maquina social de méritos – y ni un sólo paso mas. Ideal para que los chicos intenten dar lo mejor de ellos, ¿o no?
La función selectiva. Esto no se refiere a la elección humana en absoluto, sino a la teoría de Darwin de la selección natural aplicada a lo que denominó «las razas favorecidas». En resumen, la idea es facilitar las cosas conscientemente tratando de mejorar el plantel reproductor. Las escuelas son para etiquetar a los menos aptos – con malas calificaciones, repetidores de grado, grupos de alumnos atrasados , etc. – con suficiente claridad para que sus compañeros los acepten como inferiores y de manera eficaz los barran del sorteo reproductivo. Eso es lo que se pretendía hacer con todas aquellas humillaciones desde primer grado en adelante: lavar la suciedad por el desagüe.
La función propedéutica. El sistema social derivado de estas normas requiere un grupo de cuidadores de elite. Con ese fin, a una fracción pequeña niños se les enseñará discretamente como manejar este proyecto continuo, como vigilar y controlar una población deliberadamente callado y amansada con el proposito de que el gobierno pueda actuar sin ataques sin cuestionamientos y las empresas puedan obtener mano de obra obediente.
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Que la educación privada no existe, y que es el gobierno el que decide qué y cómo aprenden los chicos en la escuela, está bastante claro. La obligatoriedad, los contenidos educativos definidos por el gobierno, la escuelas privadas sometidas al control de organismos gubernamentales, y la necesidad de una autorización estatal para abrir cualquier establecimiento educativo lo deja en evidencia.
Que escolarización no implica educación es una idea más compleja para poder asimilar, para hacerlo, debemos romper con ciertas estructuras dentro de nuestro esquema de pensamiento que fueron construidas a base de, oh casualidad, interminables años de escolarización compulsiva. Para poder reforzar el segundo punto, en un segundo post sobre este tema voy a analizar el nacimiento de la educación pública en el mundo, y en Argentina con la Ley 1420, ejemplos del pasado y del presente de como el gobierno utiliza la educación para crear obediencia y adoración al estado, entre otros elementos destinados a averiguar porque escolarizar no es educar.
Murray Rothbard, el libertario más destacado del S. XX, y refundador del movimiento con su libro «Hacía una nueva libertad. El Manifiesto Libertario.» , hacía hincapié en el rol de los intelectuales [1] para sostener el poder estatal sobre el pueblo, los intelectuales son al estado lo que en la Edad Media, el clero era a la monarquía de origen divino. En su famoso ensayo «Anatomía del Estado» Rothbard explica la función de los intelectuales:
Para lograr tal consentimiento [del pueblo a ser sometido a la coerción gubernamental] la mayoría debe ser convencida por medio de la ideología de que su gobierno es bueno, sabio, al menos inevitable y ciertamente mejor que las alternativas concebibles. La tarea social fundamental de los «intelectuales» es promover dicha ideología entre la gente. Pues las masas de hombres no crean sus propias ideas, es más, ni siquiera piensan a través de ellas independientemente, sino que siguen pasivamente las ideas adoptadas y diseminadas por el cuerpo de intelectuales. Los intelectuales son, por lo tanto, los «formadores de opinión» en la sociedad. Y ya que precisamente lo que el Estado necesita desesperadamente es el moldeamiento de la opinión pública, la base de la antigua alianza entre el Estado y los intelectuales se hace clara.
La tesís rothbardiana sobre los intelectuales como puesto de avanzada del poder estatal se confirma a cada momento. Ante el fracaso masivo de la escolarización estatal (la educación desde el punto de vista del Estado ha sido un éxito, generaciones de jóvenes colectivizados y adoctrinados) que quedó en evidencia a partir del reclamo estudiantil del cual hemos sido testigos las últimas semanas (para una nota aparte dejó el sinsentido de intentar resolver un problema ‘la educación estatal’ con la misma causa del problema ‘más educación estatal’) en la Ciudad de Buenos Aires, la piedra fundamental del régimen estato-céntrico, la escolarización estatal, se vio amenazada por su ineficiencia.
Esta situación propulsó que la elite de intelectuales, que son las armas que tienen los dirigentes políticos para volcar sus ideas sobre la opinión publica, saliera a defender la escolarización estatal y compulsiva, de una manera desesperada para comenzar a ordenar las ideas ante el desconcierto de la gente.
Un ejemplo de esta conducta es el artículo publicado el sábado en el Diario Perfil, titulado Como Hacen los Ricos, su autor se llama Julio Sevares, y como no podía ser de otra manera se trata del típico vendedor de ideas de segunda mano (así es como Hayek llamaba a los intelectuales)[ver nota 1]. Costó conseguir su CV, de hecho no lo pude obtener ni en la página del Centro de Estudios del cual figura como integrante ni en cualquier otra institución argentina, un simple esbozo pude encontrar en una oscura Red de Investigación mexicana donde figura, como era de esperar, su trayectoria como parásito ad–eternum de la UBA, siendo investigador y profesor en esa misma institución, figuran también algunas publicaciones académicas (y pseudo-académicas), ademas de ser, dato no meor, editorialista del diario Clarín. La conclusión a la que llegamos luego de conocer sus hitos profesionales (lamentablemente no pudimos acceder a un CV completo) no es para nada sorprendente, Sevares ha vivido desde siempre gracias al sueldo que le paga el Estado (dinero que se obtiene mediante el robo institucionalizado), y no como hacen la mayoría de las personas, ofreciendo voluntariamente un servicios, o bienes.
En el blog de Guía Oleo me encontré con un artículo que proponía directamente lanzar una guerra santa (!) contra la comida chatarra, a continuación copio mi respuesta también aparecida en ese blog:
No me caben dudas que los hábitos alimenticios de los argentinos no son los mejores. En general, sus dietas están constituidas por alimentos con un alto nivel de grasas, calorías, y al mismo tiempo la actividad física que realizan es escasa, ambos factores son una combinación peligrosa que pueden generar graves problemas en la salud.
Ante esta situación, sin dudas preocupante y más si se trata de la salud de uno, Bernabela Sugasti, en su post “Comida Chatarra- La nueva guerra santa” plantea “tomar decisiones radicales y defender la salud de la gente”. Una afirmación que me dispara algunas preguntas ¿Le ha pedido alguien a la autora que defienda su salud? ¿Es razonable librar una guerra santa contra “comida”? Todo índica que ambas respuestas son negativas.
Propuesta: avanzar con la regulación y prohibición de las comidas «chatarra»
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