Hey, Gatito-Gatito!

Gatito

Gatito

Le estaba dando de comer a mis gatos, y por un momento me puse en su lugar. Alguien aparece una vez por día y le pone comida en un plato, y consumiéndola sacia su hambre. Cualquier cosa que la gente que se ocupa de su bienestar deje de hacer con respecto a eso lo pondrá instantáneamente en peligro de muerte. Mi gato no tiene conciencia de eso, si así fuera, todo el que le arrima un plato de comida seria devocionado como un dios, o algo parecido. Pero a el no le importa ni como ni de donde viene la comida, cierra sus ojos, apresta sus patitas, abre su boca y simplemente come. Es una conducta de lo mas natural tratándose de un ser irracional.

Gatito
Gatito

Como no podía ser de otra forma, relacione a mi gato con cualquiera que recibe un desembolso del estado. Si cada uno de los que la reciben tuviera real conciencia de que por cada beneficio obtenido hay alguien que ya no puede disponer de parte de su legitima propiedad porque le fue arrebatada, o a todos se les licua el valor de sus billetes con inflación monetaria, o pasamos a ser todos, junto con las futuras generaciones, garantes por deudas gubernamentales contraídas para poder realizar el gasto que se esta aceptando, cual seria la situación? Estas personas son todas seres racionales muy capaces de relacionar las causas con las consecuencias de este sistema con una simple explicación. Definitivamente no tienen la disculpa de mi gato.

Esto aplica a todos los que aceptan de un modo no obligatorio el cobro de alguna prestación de servicio, sueldo, utilidad, beneficio, plan, a miles y miles de estudiantes de escuelas y universidades publicas, a los que ejercen profesiones monopólicamente con la complicidad del estado, y a unos cuantos mas . Todos, absolutamente todos estos, al igual que mi gato, en algún momento, cierran los ojos, aprestan sus patitas, y simplemente se ponen a comer.
Que vos no sos tan culpable, porque el gato de al lado come mas alimento balanceado que vos? No, no, eso es irrelevante. Lo que importa es si comes el alimento, o no lo comes. Y si solo aquellos que no lo comen en absoluto son los únicos moralmente autorizados para señalar los abusos del estado? Cómo quedaría el panorama? Qué vas a decir en tu defensa ahora, Gatito-Gatito? Miau?

¿Loco? ¿yo?

¿Locura?

Muchas veces escucho el miedo de algunos defensores de las ideas de la libertad en ser tratados como «locos». Es más, me han dicho que esperan en el futuro que los libertarios sean señalados como «miren estos locos las ideas que tienen», en vez de ser un grupo de gente ignota, ignorada en cualquier debate.

Mi parecer es que no va a faltar mucho para que un grupo de personas que se opone al status quo, cuestiona el paradigma de poder actual, y principalmente, tiene como objetivo lograr una sociedad de hombres [y mujeres] libres. Este parecer no es una predicción alarmista sin ningún tipo de base, es por lo contrario, casí una certeza observando en el presente y en el pasado la liviandad con que se acusa a alguien de loco.

Es algo que ya está pasando, en Estados Unidos, no son pocas las veces que  a nuestro candidato favorito Ron Paul lo acusan de «loco». Lo acusan de loco por querer terminar con la persecución a los consumidores, y vendedores, de drogas,  una de las políticas que más fracasaron en los últimos 40 años y que impacta especialmente en las minorías de Estados Unidos, y entre los más pobres, lo acusan de loco porque propone que la moneda sea provista por el mercado, y esté respaldada con un activo físico, y no continuar con la manipulación que hacen de la moneda el gobierno de USA, a través de la Fed junto a los banqueros,, también porque se opone a la nueva ley que autoriza la detención indefinida, a asesinar ciudadanos americanos por ser acusados de algún delito, sin juicio previo, entre otra gran variedad de  temas.

El comentario de Conor Friedersdorf en The Daily Beast es muy atinado, sobre este tema:

Si el regreso al patrón oro es impensado, ¿no es eso tan extremo como que el Presidente Obama tenga un poder ilimitado para asesinar, sin el debido proceso, a cualquier estadounidense que viva en el extranjero y que lo haya designado como enemigo combatiente?  ¿O que [el Senador] Joe Lieberman quiera despojar a un estadounidense de su ciudadanía, no cuando fueron encarcelados por actos terroristas, si no cuando son acusados y designados combatientes enemigos?  En política interna, los expertos se burlan de los subsidios al etanol, la deducción de impuestos para casas con hipotecas, control de alquileres, pero los políticos mainstream que abogan por estas políticas son tratados como personas completamente serias.

Llamenlo locos, pero Rand Paul, Ron Paul y el ex-gobernador de New Mexico, Gary Johnson, probable candidato a presidente para el 2012, se oponen a estas políticas, y los ponen en conflicto con el establishment, cuyo consenso no debería ser determinante sobre si debemos considerar o descartar una idea. Como los excesos mas flagrantes de la guerra contra el terrorismo demuestra, la ideología libertaria no siempre conducen a la locura, y estar «en el mainstream» no siempre es una característica deseable per se, ni lo ha sido en la larga historia de la política estadounidense.

Samuel Cartwright

Revisando la historia nos podemos dar cuenta que el uso de la psiquiatría con fines políticos no es ninguna novedad. Las críticas, o mejor dicho acusaciones, que reciben los libertarios son previsibles. Ya en el S. XIX, el médico Samuel A. Cartwright hablaba de una enfermedad que sólo eran afectados los esclavos de USA, la drapetomanía, consistente en unas «ansias de libertad» o expresión de sentimientos en contra de la esclavitud.

El diagnóstico apareció en un artículo publicado en el New Orleans Medical and Surgical Journal donde el Dr. Cartwright argumentaba que la tendencia de los esclavos a tratar de escapar de sus captores o dueños era en verdad un desorden médico necesitado de estudio. Añadía además que con «el consejo médico adecuado y estrictamente seguido, esta práctica podría prevenirse».

Cartwright también se las rebuscó y encontró un diagnóstico para explicar «la pereza de los esclavos», una forma de apañar «científicamente» el maltrato a los esclavos.

Glenn Greenwald, abogado de derechos civiles y columnista de Salon.com, ofrece una de las mejores defensas de Ron Paul, a pesar de él mismo no coincidir con muchas de sus posturas, en especial las económicas y sobre inmigración,  hace hincapié en que aquellos que lo señalan como «loco» apelan a una de las estrategias más repulsivas de los regímenes autoritarios:

calificar a la gente como «loca» como forma de descartar sus opiniones – básicamente describir el desacuerdo político como una enfermedad mental – es uno de medios más antiguos y rancios para desacreditar a las personas que disienten; es básicamente el arma principal para imponer la ortodoxia dominante y castigar a los disidentes. Llevándolo a su conclusión más odiosa y extrema, la Unión Soviética institucionalizaba a cualquiera que desafiara la ortodoxia, en hospitales psiquiátricos, y China ahora hace lo mismo.  […]

Más importante aún, aquellos que les gusta llamar a otros «chiflados» y «locos» en el discurso político casi siempre quiere decir que simplemente: la persona expresa visiones que está por fuera del mainstream. Cualquier idea que está cómodamente instalada en el mainstream bipartidista es, por definición, sana (incluso si está equivocada; incluso si es loca)

Greenwald menciona el uso de la psiquiatría como herramienta política en China y la Unión Soviética, algo que está fuera de discusión.

Tampoco es ajena a este aprovechamiento de los regímenes totalitarios de categorías médicas para perseguir disidentes, la más cercana isla de Cuba, donde la tortura estaba apañada por la psiquiatría y los psiquiatras obligados a cooperar con el estado.

Dr. Thomas Szasz

Por supuesto que esto no se da solamente en tiranías comunistas, el llamado mundo occidental está repleto de casos de abuso de la psiquiatría. El estado, justificado por los psiquiatras, encierra en cárceles llamadas «instituciones mentales», a aquellos que se desvían del comportamiento esperado en una sociedad. Algunos de ellos son los que no han podido ser adoctrinados por la maquina de adoctrinar, otros simplemente son calificados como locos y apartados de la sociedad. En palabras de uno de los exponentes del movimiento anti-psiquiatría, y libertario,  Thomas Szasz:

El creador exitoso y el destructor exitoso se parecen entre sí en su determinación al enfocarse en alcanzar sus objetivos. Los alienistas franceses del S. XIX  medicalizaron esa determinación llamándola «monomanía». De acuerdo al Oxford English Dictionary, el término fue usado por primera vez en 1823, par referirse a «Una forma de insanidad en la cual el paciente es irracional en un solo tema»; también es usada para identificar «Un entusiasmo exagerado o devoción por un tema; una locura.» Debido a que en diferentes momentos (o lugares) la gente valor la devoción a un tema particular de forma diferente, ciertas personas son difamados como locos así como en otro momento pudieron haber sido considerado genios, y vice versa.

Todas las columnas de Szasz en The Freeman, son interesantes. Para aquellos interesados en conocer más su obra, Jose Benegas ha escrito un ensayo llamado «Thomas Szasz: Redención, locura y disidencia. Política y control moral», donde hace un repaso por los puntos más sobresalientes de su obra.

La próxima vez que escuche a alguien mencionar que otro  posee «ideas locas» voy a tender a escuchar al llamado loco, que seguramente, tenga cosas más interesantes para decir, que el que lo acusa como tal. Los libertarios, e incluso aquellos que no lo eran pero que buscaban su libertad (esclavos, disidentes sovieticos, chinos, pacientes institucionalizados o atontados por medicaciones) , han sido llamado locos en varias oportunidades. Retomando el artículo de Szasz,  esto se debe a que muchas de esas ideas, innovadoras, creativas, que no pertenecen al pensamiento corriente al que la gente está acostumbrado son proclives de ser excluidas del debate con la simple medicalización de esas ideas.

Simon Sinek plantea está delgada linea fina, inexistente en realidad, entre los inadaptados»de un lado» y «los del otro»:

Curva de Bell

El primer grupo, del lado derecho de la curva, son los inadaptados que no sociabilizan. […] Son aquellos que no parecen vivir en el mismo planeta que los demás. Ven cosas que la mayoría no ve. Y lo que es peor, no tienen la capacidad para interactuar en una sociedad normal. Es por eso que los empujamos hacia un costado y los señalamos.

En el lado izquierdo de la curva hay otro grupo de inadaptados. Al igual que sus hermanos y hermanas del otro lado de la curva, también parecen vivir en otro planeta. También ven cosas que la mayoría no ven. Sin embargo, tienen la capacidad de parecer normales – es decir, de ser socialmente funcionales. Pero no se engañen. También son inadaptados.

Si ves cosas que los demás no ven y estás del lado derecho de la curva, sos llamado insano. Si ves cosas que los demás no ven y estás del lado izquierdo, sos un visionario.  Si marchás al ritmo de tu propio tambor desde el lado derecho, sos un marginado. Si marchas al ritmo de tu propio tambor desde el lado izquierdo sos único o auténtico.

Entre los defensores de las ideas de la libertad encontramos cientos de casos de uno y del otro lado. Locos y genios, inadaptados sociales e inadaptados que sociabilizan.  Todos tienen una visión para aportar, todos vislumbran un futuro diferente, un futuro mejor. Por lo que cuando son llamados locos, nada mejor que inflar el pecho y estar orgulloso de ser identificado como tal, son los locos los que cambian los paradigmas, los que influyen en la historia. Son los acusados de herejes, los quemados en la hoguera, o los encerrados en instituciones mentales, muchas veces, por decir una verdad que la sociedad, o el poder, no tolera.

La hora de desconcertar al mundo

Hay una persona que está desconcertando al mundo. Con él las categorías tradicionales para describir a los actores políticos desaparecen. Nadie sabe bien como definirlo, y encontrar una nota sobre él, que no se contradiga, no se equivoque al describir sus posturas, o las enmarque en el contexto adecuado es bastante difícil.

Dr. Ron Paul

Estoy hablando de una persona que ha predicado durante los últimos 30 años la defensa de los derechos individuales y de los mercados libres, pero que recién ahora, luego de predecir la burbuja inmobiliaria, de la crisis de la deuda en Estados Unidos y Europa y los salvatajes billonarios a bancos y empresas, se empieza a hacer escuchar. Obviamente, me refiero al médico de 76 años, y congresista por el estado Texas, Ron Paul.

La cobertura mediática del Dr. Paul, en los medios hispanos, confirma una de las tesis que sostenemos los optimistas en relación a las posibilidades de vivir en una sociedad libre. Es que las ideas que expone Ron Paul son ineditas  en esta parte del mundo en estos tiempos. Aún en Estados Unidos, cuyos principios fundacionales se asemejan a las ideas que expone Paul, sus ideas no son del todo comprendidas por los votantes, mucho menos cuando es un candidato anti-guerra en un país en el que desde los atentados del 11-s, los políticos han apelado al miedo, a la «seguridad nacional» y a la necesidad de una presencia militar fuerte en el mundo como los factores fundamentales que definirán la supervivencia de Estados Unidos como tal.

Pero el desconocimiento de las ideas de Paul, y la imposibilidad de identificarlas, en la prensa en español es aún mayor. Tan sólo basta ver algunos ejemplos de lo que se escribe por ahí:

Página/12 (Argentina)

El congresista Ron Paul, defensor del libre mercado y contrario a la inversión extranjera en el país, quedó posicionado en el tercer lugar.

Las negritas son mías. No se de donde sacó el periodista de Página12 que Ron Paul se opone a la inversión extranjera, pero habla del poco rigor profesional para investigar sobre lo que va a escribir. Ron Paul es un libertario, favorece el libre tránsito de productos y capitales, y eso incluye la inversión extranjera.

La publicación online Observador Global va más allá y dice:

En algunos aspectos, Ron Paul coincide con ideas que levantan los sectores de izquierda, en otras con los neoliberales económicos, a veces parece ultrarreligioso, pero con respecto a otros temas sus opiniones y sus votos en la Cámara de Representantes suenan a anarquismo.

Varias de sus declaraciones podrían incluirse dentro del fascismo, principalmente por el grado de racismo, pero su campaña para la reducción del Estado en varios aspectos no coincide con las ideas fascistas de un Estado controlador, sino que recuerda a los ideólogos neoliberales económicos.

Sbarbi Osuna, el autor de la nota, no tiene idea de lo que está hablando. Un conjunto de ideas que rompe con sus esquemas mentales y lo termina desconcertado, ¿cómo puede una persona defender al mismo tiempo ideas que parecen de izquierda e ideas que parecen de derecha?

Acá lo ayudamos.

Una revolución en marcha

La cobertura de IPS Noticias es una de las más acertadas:

En temas económicos es un fiel neoliberal. En sus más de 20 años en el Congreso legislativo ha continuamente votado contra toda propuesta que incrementara el gasto del gobierno federal, algo que considera la mayor amenaza a las libertades individuales. También ha propuesto en varias ocasiones la eliminación de departamentos de gobierno como el de Seguridad Social y la Reserva Federal.

Es un fuerte defensor de los «derechos de los estados». Cree que aquellos temas en los que la Constitución no le confiere explícitamente la última palabra al gobierno federal, como el aborto, el matrimonio homosexual y la legislación de la marihuana, deben quedar en manos de las respectivas autoridades estaduales.

Coherente con sus posturas libertarias, es fuerte defensor de todos los derechos individuales, incluso el de portar armas, y se opone a los cateos y las confiscaciones sin orden judicial en el marco de la guerra al terrorismo.

Sin embargo, no lo llamaría a Paul un neoliberal. Ron Paul es un verdadero defensor de los mercados libres y seguidor de la Escuela Austríaca de Economía, mientras que un neoliberal sólo realiza discursos defendiendo los mercados libres, pero favorece la regulación, el endeudamiento estatal y la intervención del estado en numerosas áreas de la economía.

Finalmente, el español ABC lo describe así:

En «asuntos sociales» Paul es «progresista» en virtud de su opinión de que el Estado no debe inmiscuirse en la vida de los individuos. En política exterior, Paul es aislacionista y se ha opuesto a las guerras y la permanencia de tropas estadounidenses en ultramar.

En materia económica y fiscal, Paul propone la abolición de la Reserva Federal, se opone a los impuestos y todos los programas gubernamentales de asistencia social.

 Una descripción precisa, que sin embargo apela a encasillarlo a Paul en las categorías políticas tradicionales.

¿Qué quiere decir todo esto? En mi opinión esta confusión se da por dos factores. En primer lugar, la poca profesionalidad periodística para investigar acerca de un candidato. En segundo lugar, que las ideas de la libertad no son muy difundidas, y mucho menos en español, por lo que toparse con un libertario en la mitad de las primarias republicanas es un shock para muchos periodistas que quedan desubicados.

Esto último creo que es una buena noticia para los que aspiramos vivir en una sociedad libre, el desconocimiento de una idea no indica que no es popular, o que fue rechazada, el desconocimiento de una idea indica que tiene mucho lugar para crecer. A mi entender, una buena noticia.

Pero esto también quiere decir que tenemos un arduo trabajo por delante, Ron Paul tardó 30 años en llegar a donde está, y todavía queda un largo trabajo para seguir avanzando sus ideas, aunque de a poco se van instalando en el debate político. Un tercer lugar en los caucus de Iowa no es un resultado para frustrarse, veinte mil personas eligieron una opción impensada como alternativa hace algunos años, al contrario, es un resultado para ilusionarse.

La posibilidad de alcanzar el objetivo de conseguir una sociedad libre está cerca, depende de la acción que tomemos para llevar adelante está idea, depende del esfuerzo personal y del compromiso. No es fácil, va a haber muchos obstáculos en el camino, pero es al final del día es gratificante, y a pesar de todas las injusticias uno se puede ir a dormir, cualquiera sea el camino que haya optado para intentar alcanzar el objetivo, que está haciendo algo por la causa de la libertad.

Es hora de salir, y desconcertar al mundo con la noción tan radical de que nadie tiene derecho a iniciar el uso de la fuerza contra otra persona, o su propiedad.

Adelante!

En un mundo irreal

Como si fuese sacado de un libro que se burla de las políticas populistas de la región, el nuevo paso del gobierno argentino para satisfacer su voracidad (y necesidad) fiscal será ejercer un mayor control sobre los contratos de alquiler, que, a partir de ahora, aquellos que sean celebrados por un importe mayor a 8.000 pesos mensuales deberán ser registrados en la base de datos de nuestra potencial Stasi local, la AFIP.

La medida se enmarca en un contexto muy particular, aquel castillo de naipes que venimos señalando desde hace más de un año que es el famoso Modelo se está tambaleando, y para sostenerlo necesitan seguir atacando la propiedad privada, e interviniendo en la economía. La quita de subsidios, la restricción a la compra de dólares, entre otras medidas, son señales que la viabilidad del modelo es limitada, y su prognosis no es  muy alentadora.

La medida parece estar desconectada de la realidad. En un país dónde el «deficit habitacional» y la dificultad del «acceso a la vivienda» son temas tan importantes, y existen constantes reclamos sobre la cuestión, la idea de agregar mas obstáculos para el alquiler de una vivienda, generando trámites, controles, registraciones y demás terminará dificultando más la posibilidad que aquellos en peores condiciones económicas.

Este párrafo del post lo iba a dedicar a describir brevemente el efecto que podría a llegar a tener esta medida, disminuyendo la oferta de unidades de menor valor, ya que a partir de estos mayores controles se genera un desincentivo para aquellos que poseen una situación fiscal con «inconsistencias» abandonar las unidades de menor valor, para mudarse a las de mayor de $ 8.000. Pero como decía recién, es inútil brindar una explicación sobre los efectos que trae esta medida sobre las posibilidades de acceder a una vivienda a la población. La desconexión existente en el gobierno entre las causas y los efectos de las medidas implementadas es evidente, una explicación racional de como afectaría este nuevo mecanismo a los alquileres no sería motivo siquiera de reflexión ni para los apologistas del gobierno, ni para funcionarios.

La lógica estatista es en realidad una patología, la idea de que un decreto, una ley, o una nueva regulación sólo tendrá los efectos que ellos desean, y cualquier consecuencia  indeseada puede ser solucionada con otro decreto, ley o regulación. Ante esta realidad, el debate basado en una estructura lógica de argumentación es inocuo para las posturas estatistas. Cuando deciden reconocer la realidad, es demasiado tarde.

Por otra parte los que no pueden negar la realidad son los que ser verán afectados por esos efectos. No son aquellos que viajan en helicóptero todas las mañanas a su trabajo, o los que tienen a un guardaespaldas, son las miles de personas buscando una casa para alquilar, o para comprar, pero que gracias a los que se creen todopoderosos cada vez se les hace más dificil.

Por último, y a pesar de no verse afectados directamente, la población general debería preocuparse por esta medida. No por aquellos que tendrán que recorrer más y pagar más para vivir en el inmueble que querían, sino por todo el resto, ya que la AFIP cada vez obtiene más poder, y no me extrañaría que en momentos que el gobierno ya no podrá mantener al rebaño que se ha convertido la mayor parte de la sociedad bien alimentado, fogoneando el boom del consumo, las próximas medidas que tomen, ya no serán programas demagogos de fútbol, pescado y vino para todos, será el Estado haciendo uso de lo que mejor hace (y lo único), el uso de la fuerza sin ningún maquillaje.

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Volver a lo básico

¿Por qué la mayoría de la gente lleva adelante una vida repleta de hipocresía? ¿Por qué olvidamos de aplicar en la vida lo que nos enseñaron nuestros padres desde chiquitos? ¿Por qué no aplicamos lo que les enseñamos a nuestros hijos? De repente, nos olvidamos de las enseñanzas más esenciales que recibimos para manejarnos en la vida, las que nos sirven para sobrevivir viviendo en sociedad, y abogamos por todo lo contrario.

¿Cómo es posible que la gente, en su mayoría, haya abandonado los principios fundamentales bajo los que crecieron?  Son tres cosas básicas las que aprendemos de chicos: 1. Robar está mal.  2. Si el otro no te hizo nada no hay que molestarlo/pegarle/etc. 3. Mentir está mal.

Veamos como influyeron en nuestras vidas estos tres principios, casi universales en esta parte del planeta a la hora de criar a un hijo:

1. Robar está mal. Nuestros padres nos enseñaban que sacarle a otro lo que era suyo estaba mal. No podíamos tomar por la fuerza lo que no nos pertenecía. Ese fue nuestra primera aproximación al concepto de propiedad. En general, la empezamos a respetar cuando le «sacamos» el lápiz a alguien, y después otro nos roba el lápiz a nosotros. Es un principio universal, si nos robamos entre todos salimos perjudicados.

2. Si el otro no te hizo nada no hay que molestarlo. Bueno, tal vez no es tal cual nos decían en casa, el mensaje era otro: «no tenés que pegarle», pero el otro si nos hacía algo no nos podíamos quedar de brazos cruzados. De ahí a que cuando un compañerito del jardín/primaria se estaba peleando con otro y la maestra los retaba, nadie iba a poner en discusión quién había pegado la piña mas fuerte, la primera respuesta, casi instintiva,  era «él empezó». Desde chicos teníamos la intuición de que estaba mal empezar a pelearse, el que empezaba la pelea nunca tenía la razón, sea cual fuese el motivo había una cosa que estaba claro: el que iniciaba la pelea estaba actuando mal. Esto no es muy distinto a lo que se puede considerar la base  de la filosofía de la libertad, la idea de que nadie tiene derecho a iniciar la fuerza contra otra persona, la agresión no se puede justificar.

3. Mentir está mal. Esta es la tercer premisa que identifico como la que guía a vida de un niño, o por lo menos la que los padres tratan de inculcarle. No mentir implica no decir una cosa por otro, no evadir la responsabilidad de los actos que llevamos adelante («yo no fuí»).

Sin embargo, estos principios en algún momento pasan a quedar en el olvido. De un día para el otro, lo que nos dijeron todos los días durante varios años parece que dejó de servir. Nadie lo aplica. Se lo siguen explicando a las nuevas generaciones, pero llega un día en la vida de las personas que tres cosas básicas como comprender que «robar está mal», que «si el otro no te hizo nada no hay razón para molestarlo», y que «mentir está mal» desaparecen de los valores de las personas, y ven en cada robo, cada agresión y cada mentira, la solución a los problemas.

¿Por qué de un día para el otro empezamos a creer que los problemas sociales se resuelven con violencia? ¿Quién le explica a sus hijos que ante un problema que se presente la violencia, el robo, la agresión, la mentira, están bien y resuelven los problemas? Supongo que nadie. En ese caso, ¿por qué cuando pensamos en soluciones a los problemas sociales la mayoría aboga por la violencia? La necesidad de que el estado resuelvas los problema que se nos presentan todos los días, prohibiendo, creando licencias, regulando, subiendo impuestos, imponiendo conductas, es una forma de decir que la violencia es la manera de resolver los problemas.

La amenaza de la violencia como solución de los problemas.

Los ejemplos están a la vista, ¿cuál es la mejor forma de ofrecer educación? Que el gobierno tome por la fuerza a los chicos, decida que contenidos enseñarles y expropiarle parte de su dinero a todo el resto (¡incluso a los que no tienen hijos!) para financiar ese sistema. ¿Qué hacer si una persona está fumando un cigarrillo de una hierba no aprobada por el gobierno? Meterlo preso u obligarlo a renunciar a sus hábitos, inocuos para el resto, encerrándolo en una granja y etiquetándolo de enfermo. Lo mismo podríamos seguir con varios ejemplos, para casi todos los problemas la gente tiene una solución, y en la mayoría incluye la violencia.

La violencia que ejerce el gobierno no está mal vista por gran parte de la sociedad, incluso entre aquellos que les parecería disparatado creer que con violencia se resuelven los problemas. Al gobierno se lo juzga con un criterio diferente, como si las persona que se hacen llamar gobierno pueden apartarse de los principios que rigieron nuestra vida en sociedad en la infancia, y que rigen nuestra vida a diario cuando no estamos proponiendo propuestas políticas.

La propuesta del liberalismo no es complicada, no es rebuscada, ni requiere mucho estudio, es más bien sencilla. Es hora de volver a los principios básicos con los que crecimos y con los que vivimos la mayoría todos los días, sólo hace falta aplicarlos de forma consistente, entender que si está mal robar para uno, está mal robar para todos, entender que si usar la fuerza está mal para uno está mal para todos, y cuando uno dice todos incluye también al gobierno, sea quién sea que esté en el poder en ese momento.

El pedido es simple, comencemos a comportarnos como personas civilizadas en todo momento, volvamos a los principios básicos y apliquemoslo de forma consistente. Veamos en cada acto los medios que usamos para alcanzar el fin que buscamos, analicemos si estamos forzando a alguien a hacer algo que no quiere, si le estamos sacando a alguien algo que no nos pertenece, y cada vez que propongamos que el gobierno deba hacer algo preguntémonos: ¿estaría dispuesto a hacerlo yo por mi cuenta?

Percepciones

Volví a Buenos Aires después de un tiempo relativamente largo de estar afuera de las fronteras argentinas por temas laborales. Sábado a la noche, luego de la jura de la Señora Reina, salgo para encontrarme con unos amigos. Me dirijo hacia una estación de subte del barrio de Almagro, contento y lo más campante, caminando cual Heidi del viejo animé y de a poco me voy percatando de algo: todo el mundo en la calle está con cara de orto.

v-for-vendetta

Lunes por la madrugada, tantas caras dibujadas.

Pienso que es solamente mi impresión, pero todo el vagón está igual. Trato de ser más objetivo, pero me pasa lo mismo en el bar y en los días subsiguientes. Todo el mundo con cara de traste, algo que jamás había notado que fuera tan alevoso. Algo a lo que me había desacostumbrado.

Es entonces cuando recuerdo algo que contaba un ruso que se escapó de la Unión Soviética: «Lo peor no es saber que en cualquier momento pueden entrar a tu casa y llevarte a Siberia, a un Gulag o a una institución mental. Lo peor es que, a cada momento te es recordado lo futil e irrelevante de tus esfuerzos. No importa lo que quieras, no importa cuánto trabajes por ello.»

Y la verdad que lo entiendo. ¿Cómo puede alguien ir despreocupado, feliz y campante por la vida sabiendo qué…..

– todo aumento de sueldo que reciba será gracias a un sindicalista al que tiene que rendirle tributo y no a la superación personal o mejora de rendimiento?

– el valor de su sueldo y su dinero disminuye minuto a minuto porque hay alguien imprimiendo a mansalva?

– hay un tipo que le dice qué puede comprar y qué no, coartando de gran manera su libertad de elección?

– deberá viajar día tras día en un transporte público cada vez en peores condiciones, más saturado y sin poder elegir otra cosa?

– una manga de chorros te dice qué cosas podés pasar y qué tenés que pagar para entrar a través de una línea imaginaria algo que compraste con tu dinero bien habido?

– jamás podrá capitalizar sus ahorros a largo plazo en bienes durables como, por ejemplo, una casa?

– un grupo de inescrupulosos acomodaticios como La Cámpora se da la gran vida a costa de sus impuestos?

– la Señora Reina junto con su gabinete de millonarios se dedican a hablar de que están para cuidar a «los más pobres», mientras recaudan como locos y se mandan ostentosos viajes alrededor del mundo?

– se intenta imponer un relato de una historia que no fue y que es tan bizarra y delirante que nadie, pero nadie se la puede creer?

El ser humano encuentra satisfacción cuando se desafía a sí mismo, cuando logra un objetivo con mérito propio (desde ganar el torneo de fútbol del barrio hasta recibirse en la universidad), cuando recibe una retribución digna de los servicios que ha prestado, cuando es productivo, cuando sirve a los demás, cuando colabora, cuando gana, cuando pierde pero dió todo.

Dejar que un grupo de megalómanos con aires de grandeza decidan cada vez más cosas por nosotros, nos digan qué hacer y nos pongan barreras idiotas para lo que nosotros queremos hacer, solamente lleva a frustración, porque ningún ser humano puede sentirse realizado siendo un simple engranaje de una maquinaria social (¿o debería decir socialista?).

Ahora que leíste esto, no vas a poder evitar prestar atención a eso que te dije. Y ahí acordate las palabras de la carta de Valerie en V For Vendetta: «Every inch of me shall perish. Every inch, but one. An inch. It is small and it is fragile and it is the only thing in the world worth having. We must never lose it or give it away. We must NEVER let them take it from us.»

Nunca entregues la última pulgada. Expandila. Contagiala. Hablá de la libertad. Y así, una pulgada a la vez, capaz que algún día recuperemos esa libertad que (¿no?) supimos tener.

Terroristas

Cómo si fuese una parodia de un régimen autoritario, el Jefe de la Unidad de Información Financiera, Jose Sbatella afirma que con la nueva ley antiterrorista, que ya obtuvo media sanción en Diputados, la usarán para perseguir civiles:

El jefe de la Unidad de Investigación Financiera (UIF), José Sbatella, confirmó esta mañana que por la nueva ley que busca agravar las penas a los que financien o faciliten el terrorismo , se podrá encarcelar empresarios que el Gobierno nacional considere que «aterrorizan a la población o afectan la gobernabilidad», ante una «corrida bancaria o un ataque a la moneda».

Bajo el concepto de la «generación de terror» en la población, el titular de la UIF indicó que podrían terminar presos empresarios que fueran acusados por el Gobierno nacional de provocar «desestabilización o afectar la gobernabilidad del Estado». De todos modos, aclaró que la medida «no va a penalizar la protesta social, ya que se puso un párrafo para aclarar eso».

La ley deja abierta la posibilidad de que se graven con pena por terrorismo la manipulación del mercado o el ataque a la gobernabilidad. «A ésto también se lo va a poder caracterizar como un ataque que aterroriza a la población», afirmó Sbatella en declaraciones radiales. El funcionario nacional afirmó que una amplia figura del «terrorismo» será aplicada a «los ataques de mercado o a la moneda» o situaciones que «ataquen la gobernabilidad».

Este tipo de legislación que se réplica en varios países nunca viene ausente de problemas. En general, aquellos que la defienden, alegan que es un instrumento para combatir el flagelo del terrorismo global y asegurar la seguridad nacional. Los que se oponen, la señalan como la introducción de herramientas peligrosas para los derechos individuales de los individuos, y el instrumento ideal de un gobierno para perseguir opositores y disidentes.

En este país  sucede todo lo contrario. A nadie le importan los derechos individuales. Por un lado, un funcionario de gobierno advierte sin ningún problema que la ley va a ser usada para perseguir empresarios y comerciantes, y ante estos comentarios de un funcionario nadie dijo nada. Excepto, por algunas organizaciones de derechos humanos, que han llamado la atención sobre este proyecto de ley, pero solamente por el hecho de que «puede criminalizar la protesta social». ¿Y el resto de los peligros que significa esta ley? Bien, gracias. Perseguir a personas que quieren comprar dólares, sacar su dinero del banco o comprar una propiedad, no es tan grave.

Toda esta pasividad existente en la sociedad ante este tipo de legislación que ataca la raíz de una sociedad libre no es sorprendente. Mientras que la gente pueda retirar dinero de sus cajas de ahorro, cambiar dólares y poder comprarse un LCD al triple del precio internacional, y mitad de calidad, en 48 cuotas para ver los partidos de fútbol que creen que son gratis, todo lo demás no importa.  Es una sociedad conformista, que no sólo no se opone a los atropellos del aparato estatal, si no que los alienta, ya sea con sus votos (y no nos limitemos al 54% K, si no a todos aquellos que han votado por las demás «alternativas»), con movilizaciones, desde la prensa, o desde la mesa de café. Por supuesto, apoyan el avance del estado porque creen que ellos, que son vivos, cuando quieran pueden evitarlo,y siempre le va a afectar a el otro.

El panorama para el segundo período de Cristina Kirchner, para aquellos que buscamos vivir en una sociedad libre, es bastante oscuro. Con las urgencias económica que existen en las cuentas del gobierno, ya es más difícil mantener a la sociedad apaciguada con planes trabajar y subsidios para todos, ahora ellos que quieren mantener el poder, van a cambiar su estrategia a la de los policías y perros husmeando entre las  cosas de la gente.

Ningún mandato

Cristina Fernández de Él asumió su segundo período en el gobierno argentino, y no hay razones para pensar que esto puede ser algo bueno. No hace falta apelar al gran circo que  tuvo lugar el 10 de diciembre, más parecido al festejo de la Familia Real que a la investidura de un presidente constitucional, para vislumbrar el panorama sombrío que le espera a los argentinos para los próximos cuatro años.  Las lágrimas de cocodrilo, el luto constante, los herederos protagonistas, los insultos, nada de eso es tan grave, ni siquiera el festival musical teñido de sangre (porque no olvidemos que a diferencia de los circos que son lugares donde uno paga y se entretiene con payasos y enanos disparados desde cañones, acá estamos ante un espectáculo financiado mediante la violencia y que tiene un mensaje político de grandilocuencia que habla de la personalidad patológica de la presidenta, que no es diferente a la de los políticos en general).

La famiglia al mando

Mucho más amenazante que un grupo de artistas fracasados vitoreando al régimen aparece la Cámara de Diputados y el Senado, dispuestos a comenzar a una maratón de sesiones para hacer lo que mejor saben hacer, atacar la vida, la propiedad y la libertad de los ciudadanos.

Con la firma del decreto de la convocatoria a sesiones extraordinarias del órgano legislativo además de confirmar el rumbo que todos sospechaban, es decir que nada iba a cambiar, admiten que la Argentina está en crisis. A la quita de subsidios iniciada en hace unos meses, y que repercutirá en las facturas dentro de un par de meses, se suma a los temas que tratarán en los próximos 14 días en el Congreso, la extensión del impuesto a cheque y  la prórroga de un impuesto de emergencia al precio final de los cigarrillos, la sanción de la ley  de tierras, la declaración de servicio público de papel prensa, la confección de un presupuesto fraudulento con números inventados para administrar de forma totalmente arbitraria el dinero de las víctimas los ciudadanos, la incorporación de mayores trabas para los trabajadores rurales.  Un gobierno en crisis que debe afinar los mecanismos de control social para poder mantenerse en el poder los próximos cuatro años.

¿Los representantes de quién?

Estos son apenas los primeros 14 días que se vienen de lo que los medios y la gente llama el «segundo mandato», pero solamente viendo lo que tienen planificado la primer quincena ¿de que mandato están hablando? Definitivamente no se trata de un mandato de la Constitución, la constante violación a la ley fundamental y la poca importancia que admiten darle a la misma tira por la borda esta teoría. Tampoco se trata de un mandato «del pueblo» o «del soberano», pues muchísimas personas nunca le otorgaron un mandato a la presidenta, a ningún presidente, y mucho menos para que violen sus propios derechos.  Por esto, la ficción de que Cristina Fernández, o cualquier presidente, es un mandatario, debería ser dejada de lado. No tienen ellos ningún poder firmado por cada uno de los individuos para actuar en su nombre, y mucho menos alguien va a firmar un documento que permita actuar en perjuicio de uno.

Comienzan otros cuatro años de intervencionismo, autoritarismo, y un mayor avance del estado sobre la sociedad civil, secuestrando, de a poco, todos los días, el poder social que se encuentra distribuido en la sociedad,

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Cuatro mitos acerca del comercio internacional

‎»No necesitas un tratado para tener libre comercio.» Murray Rothbard

Las exportaciones deben superar las importaciones

Importar más de lo que uno exporta es la situación ideal para cualquier país. Así como poder consumir sin trabajar es la situación ideal para cualquier persona. Pero la realidad, es que para poder importar, primero es necesario exportar. Si en un país las importaciones exceden las exportaciones, esa diferencia está siendo ajustada por los ingresos de capital, ya sea por inversiones extranjeras, royalties, etc. En definitiva, el objetivo de nuestras ventas son nuestras compras, y no acumular divisas, jactándose de objetivos netamente mercantilistas que ya han sido dejados de lado por todo el mundo en el s. XVIII. Es importante destacar que esta situación de equilibrio se da en un mercado que no es intervenido por el gobierno, ni con la implementación de políticas arancelarias, ni con la manipulación del tipo de cambio, o mediante subsidios proteccionistas.

 

El proteccionismo promueve el empleo.

Es verdad que una política de barreras a la importación generará empleos en un determinado sector, donde antes se importaba. Lo que no se tiene en cuenta es que muchas otras oportunidades de empleo, que ahora no existen, se crearían en este país si la gente pudiera comprar productos importados y gastar el dinero que antes gastaban en las barreras arancelarias (a través de la compra de productos beneficiados por estas) de otra manera. Se generaría mas empleo en otro sector que tiene una demanda real, se generarían nuevas industrias al haber mas dinero disponible para el consumo, y el capital dilapidado en industrias protegidas podría ser utilizado en proyectos verdaderamente rentables.

Las protecciones arancelarias logran industrializar la economía.

La teoría de que una política contraria a favorecer el librecomercio protege “industrias incipientes” es uno de los principales caballitos de batalla de inescrupulosos “empresarios” que pretenden enriquecerse a costa del resto de la sociedad. Dejando de lado el hecho de que una vez establecidos los aranceles estos suelen tornarse eternos y que por lo general este tipo de industrias no se desarrolla, el efecto que genera es más bien que el “empresario” se termine enfocando en como perpetuar sus privilegios, antes que pensar como satisfacer las nuevas demandas de sus consumidores. De esta manera obliga al resto de la comunidad a destinar más recursos a ese “producto protegido” dejando de consumir en otros sectores, o sin poder acceder a dicho producto, de esta manera condenando al grueso de la sociedad a disminuir su nivel de vida.

Proteccionismo regionalizado

Reciprocidad

Muchos adversarios del libre comercio aluden a la falta de reciprocidad en las apertura del comercio para no emprender un camino hacia la libre circulación de bienes.

La reciprocidad es un factor fundamental para el comercio por el hecho de que para poder importar hay que primero exportar, absolutamente todo el mundo para poder comprar algo primero tienen que vender otra cosa, excepto, claro está, el gobierno.

Sabidos los beneficios del libre comercio, sería absurdo rechazarlos solo porque la otra parte no los aprovecha. Por ejemplo, si los lecheros no quieren comprar trajes a los sastres, mala decisión sería la de la del sastre que trate de autoabastecerse de leche o se abstenga de consumirla por la falta de reciprocidad. Si el lechero le vende al panadero, y con este intercambio puede comprar al lechero, el sastre saldrá ganando y solo perderían los lecheros que decidieran fabricarse sus propios trajes.

Siervos del Estado

Las situaciones en las que nos sentimos viviendo en libertad son cada vez menos, cada nueva ley, cada nuevo decreto, cada nueva regulación, disminuyen un poco más nuestra autonomía, la capacidad de decidir cada uno su propio curso de vida, y quedamos a merced de las imposiciones del estado.

Claro que, con el transcurso del tiempo, tendemos a naturalizar esa falta de libertad para poder seguir viviendo nuestras vidas del modo más normal posible. Al fin y al cabo uno no puede dedicarle 24 horas a la revolución libertaria. Además del interés  que podamos tener en vivir en una sociedad libre, y de haber adoptado el avance de las ideas de la libertad como una parte importante de nuestras vidas, es necesario buscarse un sustento, y lo más importante distenderse cada tanto de todos los males que emanan del estado. 

El abogado Rex Curry, junto a miembros del Libertarian Party, y a Lady Liberty y su antorcha, queman tarjetas de Seguridad Social mientras llaman a terminar con la numeración de la esclavitud socialista.

Por todo esto muchas veces tendemos a olvidarnos como el estado se inmiscuye en los pequeños hechos de todos los días, y comenzamos a considerar normal aquello que si es analizado en forma aislada y detenidamente es una aberración, es la perversión de una sociedad que se maneja de forma voluntaria, en una que sólo entiende de imposiciones. Es la invisibilización del estado.

A Leonela Zambito no le pasa lo mismo. Por omisión más que por acción, ella, nota todos los días el poder que ostenta el estado, y como no somos individuos libres sino más bien vivimos bajo la condición de siervos de los gobernantes.  La Nación nos cuenta su historia:

Leonela Zambito tiene 21 años, pero no existe. al menos para el Estado. Por un error en la impresión de su DNI, esta joven rosarina está imposibilitada para votar, hacer trámites o salir del país.

Su partida de nacimiento termina en 732, pero por un error su documento termina en 733. Esto quiere decir que el titular de su documento es otra persona, mientras que el suyo carece de validez para realizar cualquier tipo de trámite oficial.

«Yo estoy impedida de votar, no puedo sacar el permiso de conducir, ni casarme ni sacar un crédito, porque no existo», explicó Leonela a TN.

«Ella no puede sacar un pasaporte ni salir a países limítrofes. Yo hice bien las cosas y ahora me encuentro con que mi hija es una NN», añadió la madre.

Leonela es una muerta civil. No puede ejercer sus derechos más básicos, como la libre circulación, por el hecho de no poseer una libreta que consigna sus datos, por no pertenecer a esa gran base de datos, injustificable en una sociedad libre. Ni hablar de transmitir derechos de propiedad, asociarse libremente, y más.

Todos los días pequeños actos están contaminados por el estado. Comprar un cigarrillo suelto está prohibido, mucho menos que en un kiosco te den fuego, para pagar con tarjeta de crédito hay que presentar ese librito (o tarjeta) mágico que parece que es la puerta de acceso a nuestros derechos,  caminamos por las calles mientras nos observa el ojo del gobierno, sabemos que tenemos que comprar alcohol hasta determinada hora, y al final del día, cuando llegamos cansados y queremos tomar una aspirina u otra para aliviar ese dolor de cabeza constante que genera él estado, en el mejor de los casos tenemos que caminar hasta la farmacia más cercana (y no al kiosco de la esquina) y en el peor de los casos pedirle un papel a una persona que nos diga que podemos consumir o dejar de consumir.

Con el caso de Leonela queda en evidencia como vivimos de prestado en nuestra propia casa, como es el estado el que en última instancia tiene el poder absoluto en todos los aspectos de nuestra vida, y los argentinos, que en general son bastante sumisos ante las constantes usurpaciones de poder.

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