¿Qué tienen ellos?

¿Qué tienen los políticos, a los que tan mansamente le das el poder de controlar tu vida, que no tengas vos para hacerte cargo de ella? ¿En qué se diferencian de vos? Si te ves al espejo, y los ves a ellos, a grandes rasgos son iguales. Una cabeza, dos brazos, dos piernas. Pero estos rasgos no son los más importantes, al igual que vos también tienen pensamientos y tienen sentimientos. Como vos, tienen sus virtudes. Y como vos, tienen defectos. Como vos, tienen debilidades, tienen flaquezas y tienen vicios. Pero con una gran diferencia. Les diste el control de tu vida.

El hecho de que seas anónimo, hace que la responsabilidad de los actos de los políticos que te puedan afectar gravemente pase desapercibida. Si vos conocieras a quien te representa, y este te conociera personalmente, probablemente la cosa sería distinta. Si pudieras hacer que responda por sus actos fácilmente, seguramente sus decisiones serían más cuidadas. ¿Por ello, por qué depender de la bondad del político? ¿Por qué no depender de uno mismo? Les permitimos que se tomen atribuciones que no tienen y no hacemos nada. Un día te sacan plata del bolsillo y la usan para lo que ellos creen que es correcto. No te vienen a preguntar. Y podés estar de acuerdo con ello, ¿pero por qué yo tengo que aceptar que quiten dinero de mi bolsillo si no estoy de acuerdo con sus fines? Vos me dirás «si las intenciones son buenas, debemos evitar a los corruptos y a los que nos roban». Pero el sistema no distingue entre buenos y malos, distingue entre el que llega al poder y el que no. Y generalmente el poder es muy tentador como para que los malintencionados no quieran tenerlo. Y para llegar, llega antes el que se vende, el que te vende, el que pisa y te pisa, el corrupto, el extorsionador. Desde el poder, todo. Fuera de él, nada podés hacer.

Hoy te sacan plata del bolsillo. Mañana te dicen que no tenés que fumar por tu bien. O tomar. Pasado, que hay programas de televisión que conviene que no mires. Lugares a los que no quieren que vayas. Te dicen cómo tiene que ser tu casa, con quién te podés casar y con quién no, cómo tenés que criar a tus hijos, qué profesión podés ejercer y cual no, aunque no lastimes a nadie. Te dicen qué drogas poder tomar y qué drogas no. Cómo te tenés que divertir y cómo no hacerlo. Incluso hasta qué hora podés salir a la noche, desde qué hora podés salir a la mañana y en qué medios de transporte hacerlo.

Todo esto no se hace inocentemente. Tiene como fin central y único controlarte. Y encima para ello, usan tu propio dinero.

Hacé memoria, pensá cada vez que leés sobre una regulación en el diario. Te van quitando la libertad de a poquito. Como para que no te des cuenta.

No digas que no te avisamos.