Inflación: pensala VOS

Diariamente vemos como nuestros sueldos, ingresos o ahorros (los productos de nuestro tiempo, sudor y esfuerzo pasado) se ven reducidos por la inflación. Unos y otros se pasan la responsabilidad de este fenómeno sin que podamos escuchar un solo argumento racional de qué o quién lo produce.

Primero, para ver como se llega a la inflación, debemos comprender qué es un precio. Cito a Murray Rothbard en El Manifiesto Libertario:

El precio de cualquier cantidad dada de un producto es la cantidad de dinero que el comprador debe pagar para adquirirlo. En resumen, si alguien debe pagar $ 7 por 10 barras de pan, entonces el «precio» de esas 10 barras es de $7. Por lo tanto, este intercambio tiene dos lados: el comprador, con su dinero, y el vendedor, con su pan. Debería ser evidente que la interacción de ambas partes da origen al precio de mercado. En resumen, si hay más pan en el mercado, el precio baja (el aumento de la oferta reduce el precio); si, en cambio, los compradores de pan tienen más dinero, el precio aumenta (el aumento de la demanda eleva el precio). Ahora hemos encontrado el elemento crucial que limita y retiene la cantidad de la demanda, y por ende el precio: la cantidad de dinero que posee el consumidor. Si el dinero que tiene aumenta un 20%, entonces la limitación sobre su demanda decrece en un 20%, y, si todos los demás factores permanecen constantes, los precios tienden a aumentar también un 20%. Hemos encontrado el factor crucial: el stock o la oferta de dinero.

Inflación
Click para índices no definidos por los propios causantes del fenómeno.

Si la moneda se comporta como un bien más lo que debemos hacer entonces es preguntarnos quién define el stock u oferta de dinero para así descubrir al causante de la inflación. ¿Son los empresarios como dice la izquierda?, ¿son los aumentos de sueldos y los sindicalistas como dice la derecha?, ¿son los consumidores tal vez? No, son los gobiernos.

Los gobiernos mediante sus bancos centrales determinan monopolicamente que cantidad de circulante de papelitos de colores (dinero fiduciario) habrá en la comunidad. Para esto no solo cuentan con la emisión directa (impresión de billetes), sino también variados métodos con pomposos y técnicos nombres que pueden iniciarse como simples asientos contables: monetizar deuda, esterilizar deuda, encaje fraccionario (con ayuda de la banca privada) o tipo de cambio competitivo (un tipo de cambio artificial afectará la oferta de dinero ante los cambios en la balanza comercial).

El para que lo hacen es más sencillo aún, si necesitan más fondos (gasto público) e incrementar impuestos o tomar deuda pública genera la justa resistencia y rechazo de la comunidad, entonces la clase política podrá robarnos e incrementar sus arcas con una metodología compleja que hasta les permite culpar a otros del saqueo. Allí esta la perversidad de la sola existencia de un banco central, su curso forzoso y su monopolio en la emisión de dinero nos hace a los trabajadores esclavos de sus decisiones y defaults, no podemos desligarnos de el, podrá afectar nuestros ahorros, sueldos y contratos a su antojo.

Mercedes Marcó del Pont y Ben Bernanke
Mercedes Marcó del Pont y Ben Bernanke, presidentes de los bancos centrales de Argentina y EEUU, y responsables de la creciente inflación de sus respectivos países.

Sin la existencia de un banco central si un gobierno gasta de más o «hace mal las cosas», mas allá de empeorar la calidad de los servicios que monopolicamente nos presta, afectará a sus proveedores y empleados, pero no se llevará puesto en su caída a toda la comunidad. No podrá licuar sus deudas con nuestro patrimonio, no afectará nuestros depósitos y sueldos y no alterará los precios de bienes o servicios.  El resto de las personas podría continuar viviendo en paz mas allá de los problemas económicos del gobierno.

Pero no quiero que te quedes con mi opinión, ni con la del mainstream económico, ni con la de los burócratas del FMI, ni con lo que alguno de la BEA (blogosfera económica argentina) como Lucas Llach, Luciano Cohan o el facho corporativista de Ricardo Rotsztein te diga, pensala vos. Usa el sentido común, no te dejes llevar cuando te colorean el tema hablando del BCRA y como funciona internamente (miralo como una caja negra), en su raíz el tema es sencillo.

Armate una mesa con amigos, repartí papelitos de colores o billetes del Estanciero o Monopoly, simula libres intercambios con un stock de bienes fijos entre ustedes usando esos papelitos e inyecta de pronto más papelitos. Juga un poco con eso y fijate que paso con todos los precios en la mesita luego de agregar papelitos. Pensa por vos mismo, saca tu propia conclusión.

¿Demasiada libertad es libertinaje?

En ocasiones veo mensajes del estilo «estoy en favor de la libertad pero no del libertinaje». Sospecho de estas leyendas, suelen ser tarjeta de presentación de un conservador temeroso de admitir no esta en favor de una real libertad.

Algunos entienden por libertinaje a el abuso de libertad con menoscabo de la de los demás, afectando entonces la libertad de terceros. Pero libertad es la posibilidad de obrar en ausencia de coacción de otros, dicho «libertinaje» no sería otra cosa más que un confuso sinónimo de agresión.

En cambio si entendemos al libertinaje como «desenfreno en las obras o en las palabras» (RAE), entonces:

  • La libertad es requisito para el libertinaje.
  • Si no existe la posibilidad de libertinaje, entonces no existe la libertad.

Los términos no son lo mismo pero están ligados. Una botella de Jack Daniel’s y algunas líneas de cocaína al día sin dudas será considerado una muestra de libertinaje o desenfreno para el individuo medio, pero sin la posibilidad de tal acción que no agrede a terceros, no existe la libertad. La posibilidad de ser libertinos de acuerdo a algún criterio particular viene de la mano de la libertad.

¿Qué es libertinaje entonces? Hacer uso de nuestra libertad de una manera que otros consideran desenfrenada.

¿Que tanto es desenfrenada? Es algo subjetivo, todos somos distintos y nuestras valoraciones también lo son.

En síntesis, como aquí indica Albert Esplugas, libertad no es libertinaje, pero la defensa de la libertad sí implica tolerar el libertinaje.

Impuesto negativo sobre la renta

En ocasiones se nos pregunta cual es el camino para una transición a un sistema donde la violencia no sea la norma y no seamos rehenes de las mafias que se nutren de nuestro trabajo. Una de las propuestas en este sentido es el impuesto negativo sobre la renta. Este, simplificación mediante, consiste en reemplazar a los servicios públicos y al Estado de bienestar por dinero en efectivo a los más necesitados que sería utilizado en servicios compitiendo entre sí, eliminando a los intermediarios y sus mafias, mejorando las prestaciones, evitando la burocracia y logrando que los más pobres dejen de tener servicios monopólicos como el hospital estatal y que en cambio puedan elegir donde atenderse.

Según sus promotores liberales, una vez que todo ese aparato está desmantelado y con un Estado entonces reducido, en medida que el crecimiento lo permita y los «subsidiados» sean menos, dicho impuesto podría ser reducido gradualmente.

Aquí Milton Friedman y el en mi opinión homofóbico Thomas Sowell explican de que se trata:

Cabe aclarar que se refieren únicamente a reemplazar servicios públicos y Estado de bienestar por esta alternativa, no a adicionar este impuesto a la situación existente.

Por otro lado, también entre libertarios podemos encontrar opiniones contrarias (El Manifiesto Libertario de Murray Rothbard, Man vs. The Welfare State de Henry Hazlitt, etc.). Usualmente argumentando que es gracias a la ineficiencia y la burocracia que el Estado de bienestar no es aún mayor y esta alternativa no haría más que optimizarlo y ampliarlo.

En lo personal, si bien es una propuesta que reduce el Estado al mismo tiempo que deja fuera de debate a cualquier persona de izquierda bien intencionada (¿como oponerse a que no sea el burócrata sino el mismo necesitado quien elija sus servicios de primera necesidad?), no deja de darme dudas. Pero jamas podré verificar su resultado, la clase política jamas se permitiría ser innecesaria, ellos necesitan ser intermediarios, mantener su status y elegir por los más necesitados, desde ya, sin olvidar cobrar su «comisión» por la tarea.

¿Soy un oligarca más del aparato estatal?

En ocasiones supuestos defensores de la libertad han participado en trabajos, que viéndolo desde nuestra comodidad, aparentan inconsistentes con su pensar. Alan Greenspan como presidente de la Reserva Federal en los Estados Unidos podría ser uno de tantos ejemplos.

Bajando de nivel y llevandolo a mi caso, más allá de alguna que otra empresa a la que cobro trabajos de consultoría de sistemas (IT), mi fuente de ingreso principal es como empleado en relación de dependencia en un grupo empresario dedicado al comercio exterior; fletes, deposito y logística, pero sobre todo, aduanas (derechos de importación, retenciones, licencias no automáticas) y papeleo ante el Estado, también desde el lado IT.

A medida que me empapaba en esto de la filosofía de la libertad en simultáneo crecía en mí cierta culpa por mi actividad laboral:

  • Agrego costos al producto que se esta importando o exportando pero tanto comprador como vendedor se desprenderían de dicho costo si no fuese que están amenazados coercitivamente por agentes del gobierno.
  • Mi empleo no es productivo, no produzco bien o servicio deseado alguno, al menos no voluntariamente.
  • Mi servicio indeseado en condiciones de libertad no sería necesario, solo existe para satisfacer las regulaciones y burocracia de nuestra clase política.
  • Si bien mi sueldo no es fruto de impuestos extraídos por la fuerza, es un servicio realizado por una empresa privada pero requerido por la fuerza por el gobierno. ¿No tiene eso algo de corporativismo?

Entonces:

  • ¿Soy uno de los beneficiados por el sistema que repudio?
  • ¿Soy un oligarca más del aparato estatal?

Luego, tal vez para estar en paz conmigo mismo, intente mirarlo desde otra óptica:

  • Muestro al cliente como ser saqueado lo menos posible, pagando menos derechos de importación eligiendo minuciosamente la posición arancelaria con la cual identificar al producto, utilizando zonas francas, realizando amparos para evitar los abusos de Guillermo Moreno, etc.
  • Sin mi trabajo el producto no llegaría al mercado local o no podría llegar a otros mercados. Esas fronteras o líneas imaginarias que nos imponen los Estados serían muros mucho más sólidos.
  • Mi trabajo de una u otra forma sortea las complejidades de la legislación y permite que la voluntad de las partes, si bien con un costo adicional, pueda llevarse a cabo.

Si son o no buenos argumentos se lo dejo a ustedes, yo logré dormir tranquilo…

Mapa de la política: ¿dónde estás VOS?

En el Partido Liberal Libertario (PL) hicieron un test político interactivo basado en este otro pero adaptado en algunas preguntas. De acuerdo a las respuestas lo ubica a uno en un gráfico de Nolan como de izquierda, derecha, estatista/totalitario o liberal libertario. Son solo 10 preguntas, ¡contanos tu resultado!

Mapa de la política

Click en la imagen para completar el test.

Referente al tema, en agosto pasado el blogger Al Verdi en su post ¿Muchas Libertades? trataba de identificar en que cuadrante se ubicaba cada uno de los partidos políticos de la Argentina.

Elogio al contrabandista

El siguiente texto fue publicado el 4 de noviembre de 2008 en Destructor de Mitos. Un sitio a cuyo autor agradezco porque junto a No me Parece fueron las primeras fuentes en Argentina donde veía reflejado esto de los «libertarians» de los cuales leía en internet y a quienes se asemejaba mi pensar.

Un espectro se cierne sobre el estado: es el espectro del contrabando. Contra ese espectro se han conjurado en santa jauría todas las potencias del viejo sistema social-estatal.

Los contrabandistas son personas que no esperan migajas de libertad, sino que toman lo que les corresponde y lo comparten con el resto.

El contrabandista simplemente ignora las imposiciones del estado. Hace de cuenta que este último no existe y, bajo las sombras, concreta lo que la voluntad del poderoso no quiere que exista.

Aduana
El aparato policial del Estado «cuida» las fronteras de los «peligrosos» contrabandistas.

El contrabandista es un verdadero liberal y, a la vez, un revolucionario de los pies a la cabeza.

Practica el libre-comercio más extremo, eludiendo todas las regulaciones, todos los impuestos y toda restricción.

Al mismo tiempo, su actividad es claramente revolucionaria, ya que erosiona las bases mismas del sistema social en vigencia. El contrabandista es el gran enemigo de los burgueses, porque toma su función pero desprendiéndose de la tutela estatal. Es un proletario que se ha cansado de serlo y quiebra todas las leyes para llegar al nivel del burgués. De ahí que los burgueses sean los primeros en extender el dedo acusador hacia el contrabandista. Son ellos, los burgueses, quienes no dejan de pedir el socorro estatal ante la «competencia desigual» del contrabando. Pero esas acusaciones son mentirosas, porque el contrabandista hace exactamente lo contrario: destruye la competencia desigual.

Cuando un estado cierra la economía o restringe de cualquier otra forma el comercio, lo que hace es desigualar. El estado regulador quita derechos a unos para hacerle la vida más fácil a otros (es decir, a las empresas protegidas). Y aquí aparece el contrabandista para equilibrar la situación, devolviéndole parte de sus derechos a los desposeídos y compitiendo contra los privilegiados. Ciertamente, el contrabando es ilegal, pero al mismo tiempo rebosa de justicia social.

El contrabandista puede ser considerado una suerte de comunista porque, además de enfrentar a la burguesía en su propio terreno, con su función da cumplimiento a la máxima “a cada cual según sus necesidades”. Aunque el Estado, los poderosos o la «sociedad burguesa» no lo quieran, el contrabandista provee a quien solicite su asistencia. ¿Se necesita tecnología extranjera prohibida? Ahí estará el contrabandista brindándola. ¿Alguien quiere drogas para ocultar su vida entre delirios? El contrabandista, amablemente, será su proveedor. ¿El clima de inseguridad hace que las familias requieran una protección adicional contra delincuentes? Las armas vendrán gracias al contrabandista. ¿Los automóviles importados son artificialmente caros debido a los altos aranceles? Los servicios de los contrabandistas harán que se ahorren miles de dólares.

También puede pensarse en el contrabandista como anarquista, porque tal como se dijo antes, le importa poco y nada el sistema estatal. De hecho, rendir tributo, es decir, pagar impuestos, no aparece entre sus necesidades. Y da así un golpe letal al Estado.

Pero a pesar de todos los beneficios sociales que prodiga, ser contrabandista no es fácil… porque estar en contra del estado (y de su maquinaria de violencia) no lo es. El contrabandista debe estar dispuesto a asegurarse la lealtad de sus asociados y contrapartes y también a vivir en las sombras. Si el Estado lo descubre, sus días como contrabandista acaban súbitamente (y, quizás, también sus días como individuo libre).

Por ello, el contrabandista debe ser duro y algo violento. Debe hacerse respetar e infundir miedo para evitar las traiciones. De ahí su mala fama.

No obstante, el contrabandista es un agente de cambio social. Es alguien que quiere algo e intenta concretarlo sin importarle la opinión ni la autoridad de los demás. Es alguien que no se conforma con el status quo y por eso trabaja afanosamente por una sociedad distinta. Por supuesto, a veces en forma inconsciente.

Aunque normalmente no se encuentra valorada, su función social es inestimable: es un límite real y permanente al poder dominante.

Todo aquel que quiera una sociedad diferente (sea liberal, socialista, anarquista o comunista) debería considerar a los contrabandistas como verdaderos héroes. Ellos son la avanzada del cambio, los peones que hoy se sacrifican para ganar el juego en el futuro.

Después de todo, ignorando leyes se hicieron y se harán mejores sociedades.

Si te gusto el post pueden llegar a interesarte estos links o libros (no existe traducción, versiones en PDF gracias al Partido Liberal Libertario):

Paternalismo estatal (II)

El video posteado el lunes de Gonzalo Blousson del PL me dejo con ganas de ciertos comentarios:

Régimen jubilatorio

ANSES

El monopolio y la imposición del ANSES nos impide a los trabajadores administrar nuestra propia jubilación y tener otras opciones.

El discurso me gusto, pero como yo ya estoy «contaminado ideológicamente» quise probar de enviarlo a amistades apolíticas a ver que opinión les producía. Resulta que agrado, pero de todos los ejemplos de paternalismo tratados el tema jubilatorio es el que les presentaba dudas. Me consultaron:

A cierta edad avanzada la actividad laboral se vuelve poco probable o no siempre posible, aun siendo producto de sus errores, ¿que pasa con quienes no tomaron la precaución del ahorro o planeamiento?

Tal vez lo que falto al discurso es esa respuesta para quienes los argumentos morales no son suficiente. Mas allá de la solidaridad como solución de tales casos lo importante que no se dijo es que ante la ausencia de un régimen jubilatorio compulsivo, sea el fraude tipo Ponzi actual o cuentas de capitalización obligatorias y definidas por los gobiernos (AFJP), eliminar la imposición no implica guardar billetes bajo el colchón, el mercado brindaría multitud de alternativas. Pocos de nosotros aceptaríamos el riesgo de una vejez en la pobreza extrema, nuestra voluntad misma buscaría seguros para cubrir este riesgo por eventualidades o mal planeamiento. Desde el almacenamiento en oro a inversión en acciones o distintas variantes combinadas (oro para cubrir las necesidades básicas con poco riesgo y el resto intentando una mejor rentabilidad), la sociedad por si sola mediante acuerdos voluntarios podría reemplazar a la imposición y al robo hoy presente.

Cinturón de seguridad y casco

Usá casco (gobierno de la ciudad)

El PRO superándose, no solo obligando al uso del casco, sino violando el derecho de propiedad si no se lo obedece.

Me llamo la atención en el video el repudio al uso obligatorio del cinturón de seguridad y casco, dado aún entre liberales uno se encuentra con opiniones en favor de tal regulación, no por «obligarnos por nuestro propio bien» como podría argumentar la derecha o la izquierda paternalista, sino porque algunos liberales lo justifican para «reducir el costo de la salud pública que se nutre de nuestros impuestos». Blousson aquí defiende bien la postura más libertaria tomando la regulación como un principio y llevándola al absurdo con ejemplos como que eso lleva a «prohibir los deportes de alto riesgo para aliviar nuestros impuestos».

Lo que quería era sintetizar el argumento en un párrafo aplicable a todos estos casos donde, en nombre de reducir el gasto público, algunos terminan apoyando una nueva restricción a nuestras libertades:

La existencia de un Estado de bienestar nunca puede ser motivo para nuevas violaciones a la libertad. Si se pretende reducir el robo hay que defenderse, no violar la libertad individual de un vecino como paliativo.

Paternalismo estatal (I)

La gente del Partido Liberal Libertario (PL) estuvo en evento de ¡Libertad Querida!. Aquí Gonzalo Blousson sobre paternalismo estatal:

Yo no fui

En el portal Rosario3.com publican una noticia sobre escrache en el monumento al Che Guevara:

Noticia en Rosario3.com

Noticia en el portal Rosario3.com.

Según indica la misma este sitio es parte de las inscripciones sobre el bronce de la imagen del homofóbico y racista promotor de dictaduras, fusilamientos, estatismo, presos políticos y centralización del poder. Ante ello, no podemos dejar pasar la situación y agradecemos musicalmente a los autores de la inesperada pero bien recibida inscripción o escrache:

Topo Gigio: no controles

En un post light de domingo un Topo Gigio cansado de tanto control nos dice:

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