Escombros del modelo: Subsidios

Es imposible negar la realidad todo el tiempo, en algún momento el rey se da cuenta que está desnudo, los castillos de naipes se derrumban con una leve brisa, y los soñados desaparecen cuando se despiertan sus soñadores. Sensaciones nuevas, y no tanto, para el modelo K.

De Vido y Boudu se enteran de que existe la realidad

La quita de subsidios es uno de los primeros pasos en el derrumbe del tan mencionado «modelo», que a pesar de mantener el constante influjo de dólares verde soja, ya no puede sostener al Leviatán. Por eso mismo, hace algunas semanas se comenzó a anunciar la quita de subsidios, al sector de servicios públicos. Todo comenzó siendo un gran chiste, apenas un 0,87% de los subsidios iban a ser recortados. Ese era solo el principio.

La semana pasada, expandieron la quita a algunos barrios de la Capital y countries, hasta ahora la quita es de un 5,65 %. Apenas 3.900 millones de los 70 y pico mil millones de pesos en subsidios, o poniéndolo en números más comprensibles, si gastaban 1000 pesos  ahora gastan 56,5 pesos menos.

Al parecer, finalmente será a partir de hoy (y no del lunes pasado) que se podrá comenzar a renunciar a los subsidios aquellos que no los requieran, y los próximos meses solo se les mantendrá a aquellos que soliciten que se los mantengan, previo análisis de un organismo que todavía no se sabe cuál será.

Esta medida es apenás un temblor preliminar que anuncia lo que se viene, el sismo, las réplicas y el tsunami todavía esperan.

TANSTAAFL. La quita de subsidios no le debería causar sorpresa a nadie que entienda lo que quiso decir Robert Heinlein cuando escribió «No hay tal cosa como un almuerzo gratis».  Nadie puede evadir la realidad por un lapso de tiempo demasiado largo, y ese período está llegando al final. En realidad, todos sabían que los subsidios en algún momento tenían que eliminarse, la pregunta era cómo y cuándo. Si las cosas se cumplen como dicen, lo que dudo que sea cierto, será bastante rápido, aunque un puñado de personas, los que cobran una  jubilación mínima y los beneficiarios de la  asignación por hijo no tendrán que preocuparse, por el momento.

La solidez del modelo

Sin embargo no todas son buenas noticias. Si uno toma distancia y ve la big picture, se dará cuenta que la política de la quita de subsidios no se enmarca en la aplicación de cierta racionalidad económica, o un plan para reducir el gasto, los impuestos y el tamaño del gobierno. Eso, sólo en sueños. La quita de subsidios, planeada en 20.000 millones de pesos, es una parte menor de los 75.000 millones de pesos totales. Se elimina poco y queda mucho por eliminar.

La quita de subsidios tampoco significa una disminución  del gasto público, es solamente suspender el gasto en subsidios a los servicios públicos por el hecho de que mantenerlos era muy caro, al aumentar en un porcentaje importante todos los años. No habiendo una baja de impuestos, lo único que harán es continuar gastando ese dinero, que no les pertenece, en lo que a ellos les parezca mejor para sus ambiciones, y las de sus amigos.

Aequalitas ante legem. Algunos de los que se han manifestado en contra de los subsidios se quejaron de como se estaría violando la igualdad ante la ley al establecer que algunas personas recibirían subsidios y otros, no. Un argumento bastante endeble, y mucho menos si lo sostiene alguien que se considera liberal.

La igualdad ante la ley, en primer lugar, es en relación a los derechos que uno tiene. Al no existir  «derecho a ser subsidiado», no existe un reclamo válido para que todos sean subsidiados. Lo que se está pidiendo ahí es, que expandan un privilegio. Además, ¿propondrían los mismos que se quejan ante la igualdad ante la ley que todos reciban la asignación por hijo o un plan trabajar, esgrimiendo ese argumento? No lo hacen.

Otra de las cuestiones que se estuvo analizando sobre la política de los subsidios es la injusticia que representan por consistir en una transferencia de recursos desde los sectores más pobres, de todo el país, hacía el distrito más rico, la capital. Este argumento no tiene ninguna importancia en la categorización de los subsidios como justos o injustos. Aún si el diseño del plan para subsidiar se modifica, y solamente se mantienen los subsidios para los que menos tienen, seguiría siendo injusto. Su injusticia radica en que son transferencias forzadas, en que no se tratan de acuerdos libres y voluntarios, sino imposiciones estatales, de lo contrario una transferencia de recursos de pobres a ricos, de forma voluntaria, no sería injusta  bajo ningún aspecto desde el punto de vista liberal.

¿Inflación? No, gracias. La quita de subsidios no sólo tendrá consecuencias en las cuentas del gobierno, sino también en las cuentas del hogar. En el diario La Nación señalan, de manera equivocada, un aumento de la inflación como consecuencia de esta medida:

Todavía el ajuste no llegó a su fin. El gobierno de Cristina Kirchner tiene en carpeta la eliminación total de subsidios para el gas, la luz y el agua también para las industrias, las empresas de servicios y los comercios, aunque proyecta hacerlo de manera segmentada y con una exhaustiva revisión sector por sector y empresa por empresa. La Presidenta tiene un gran temor: que el cambio provoque un fuerte impacto en los precios.

El periodista, Mariano Obarrio, en este caso incurre en el error de confundir inflación con un aumento de precios. La quita de subsidios no influirá en la inflación. No olvidemos que se trata de  una expansión de la oferta monetaria por sobre la demanda de dinero, que luego repercute en los precios, y no un aumento de precios per se. La quita de subsidios, en lo que si impactará es en los costos, en el cálculo empresarial, y en última instancia en los precios de la góndola. ¿Seremos ahora más pobres por consumir menos? No, vamos a seguir siendo igual de pobres que fuimos siempre, simplemente que no se va a poder seguir ocultando más esa pobreza, por lo menos en este pequeño aspecto de la economía.

La solución. La medida óptima que se debería tomar es eliminar con todos los subsidios, las regulaciones, las trabas para importar y exportar, bajar los impuestos, y otras medidas en ese sentido. Por supuesto que es irreal que algo así suceda, por lo menos bajo este gobierno en este momento. Sin embargo, en cuanto al sector de servicios públicos, son dos cosas que se podrían hacer para permitir que haya inversión en los diferentes sectores, disminuir las consecuencias de la escasez energética y de permitir innovación en el sector:

La solución: presionar el botón rojo.

1. En primer lugar, una desmonopolización de todos los servicios, permitir la libre competencia, por más que algunos afirmen que se trata de monopolios naturales.

2. Separar completamente lo que hoy se conoce como «servicio público» con el estado. Que las empresas proveedores de energía electrica, gas, agua, etc. funcionen como empresas privadas, sin estar supeditadas a control estatal, ya sea por sus tarifas, sus inversiones, o cualquier otro aspecto.

Pronto comenzarán a caer los primeros escombros del tan alabado modelo, no digan que no les avisamos.

Diosas de la libertad


Las madres fundadoras del movimiento libertario moderno: Isabel Paterson, Rose Wilder Lane y Ayn Rand

Ayn Rand:

Every government interference in the economy consists of giving an unearned benefit, extorted by force, to some men at the expense of others.

Isabel Paterson:

If the primary objective of the philanthropist, is to help others, his ultimate good requires that others shall be in want. His happiness is the obverse of their misery. If he wishes to help ‘humanity,’ the whole of humanity must be in need. The humanitarian wishes to be a prime mover in the lives of others. He cannot admit either the divine or the natural order, by which men have the power to help themselves. The humanitarian puts himself in the place of God. 

Rose Wilder Lane:

The need for Government is the need for force; where force is unnecessary, there is no need for Government.

Jennifer Burns escribió un libro sobre Ayn Rand titulado, «Diosa del Mercado: Ayn Rand y la derecha americana», con razón. Sin embargo, Ayn Rand no fue la única. Isabel Paterson, y Rose Wilder Lane, fueron otras dos mujeres, tan brillantes como Rand, fundamentales en la creación del movimiento libertario moderno, que son parte del olimpo liberal.

Un post dedicado a ellas, y a las que hoy siguen esa tradición, que como ellas, no son muchas, pero valen por un millón.

En breve retomamos la programación habitual.

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Autoritarismo Intelectual

En mi post anterior hacía hincapié en que es necesario que los liberales critiquemos y  opinemos  sobre las cuestiones de fondo y no sobre aspectos superficiales del debate. Constantemente, los enemigos de la libertad, intentan incorporar conceptos muy peligrosos de una manera muy liviana, que pasan por desapercibidos y terminan siendo aceptados. Son frases que no fueron armadas por casualidad, tienen toda una lógica dentro de la estructura de poder que manejan, sirve para reforzar otros conceptos que de ser analizados con un poco de claridad horrorizaría a la mitad de la población. Ya sea la idea de que la prosperidad está a cargo de un ministerio, que los políticos son los que realizan las cosas, y los ciudadanos las herramientas para hacerlo, o que el individuo no vale nada más que como un engranaje de la maquina estatal.

Están ahí, a la vista de todos, por ejemplo, en los discursos que da a diario CFK.

El de la semana pasada es un simple ejemplo, de muchos. El día del discurso por el «Día de la Soberanía Nacional», CFK dijo:

Y ahora, en este mundo que también parece derrumbarse y desde el cual nos daban lecciones de cómo hacer las cosas, nosotros, los argentinos, no ya con cadenas, no ya con buques, no ya con un concepto militar sino con un concepto económico, político, social y cultural, debemos también dar esa batalla de ideas, esa batalla por la soberanía intelectual. Lo hacemos en el marco de un proyecto que nacido en el año 2003 remó contra viento y marea, nadamos como los salmones contra la corriente. [Las negritas son mias]

La introducción del concepto de «soberanía intelectual» nos da una pauta muy claro de como funciona el paradigma del modelo en el que vivimos (no hablo del modelo K, si no del modelo «Argentina»). Llevar la cuestión de la soberanía al ámbito intelectual, al ámbito de las ideas, implica que es necesario usar la fuerza para repeler ciertas ideas que no son «nuestras», que no son «nacionales». Por supuesto, la definición de lo que es nacional y lo que no es nacional queda a cargo de ellos. La presidenta nos va a proteger de las  ideas invasoras.

Tampoco quisiera engrandecer la figura de Cristina Kirchner, ya que ni siquiera «soberanía intelectual» es un concepto original de ella. El sitio chavista APORREA publicó en el 2010 un artículo que decía lo siguiente:

Entendemos entonces por soberanía intelectual, el espacio ideologico-mental construido social, cultural e históricamente por «individuos-coletividades» en un tiempo y un espacio definido y que no se asimila a la cultura ni a la identidad del «otro», pues nunca llegara a ser como «él» o «ellos». Teniendo clara la soberanía intelectual se puede resistir o resistiremos para no dejar de ser lo que «somos» en función del «otro», en otras palabras es un territorio de nuestro imaginario a diferencia del territorio material que puede ser violado por una potencia extranjera físicamente o a través de los medios de comunicación o comunicación masiva, unilateral y la alienación compulsiva

Y ejemplifica:

El consumo cultural, bienes materiales y tecnológicos es una clave para saber cuán soberanos somos y cuanto nos arrodillamos ante el poder imperial alienante, recordemos que esa fue unas de las claves del derrumbamiento del proyecto soviético cuando comenzaron a consumir Macdonalds, Cocacola y el concierto de Michael Jakcson. Ahí queda eso.

Encaja todo, un modelo sostenido por el proteccionismo y los privilegios a empresarios nacionales, nos ayuda a ser más soberanos intelectuales y a rechazar las invasiones extranjeras de McDonald’s, Coca Cola o Michael Jackson.

No hace falta aclarar que todo esto constituye un absurdo. Es absurdo creer que las ideas tienen nacionalidad, puede tener origen en un lugar determinado, pero ¿una nacionalidad que mantienen y que por ese motivo hay que rechazar? Pero no es absurdo bajo estas circunstancias, es lógico con el modelo donde el estado es el centro de la acción. ¿Por qué las ideas buenas no iban a surgir del estado, si el resto de las cosas buenas surge de allí? En realidad no es absurdo, es autoritario. Es negar que las personas son las que tienen ideas, las que reciben y las que las procesan y luego reflexionan en torno a ellas. La soberanía intelectual es el uso de la fuerza del estado para repeler ideas extranjeras. La persona elegida por el 54% de los votantes está planteando en un discurso que existen ciertas ideas que son nuestras y otras que son invasoras, y nadie dice nada. La oposición, en verdad, son sus escuderos, son uno más.

Al final del párrafo, CFK acierta al admitir que es como si nadan contra la corriente, como el salmón. Lamentablemente algunos se quedan con el chiste y  dicen que «reconocieron ser pescados» o cosas por el estilo. Sería mucho mas productivo y contribuiría más a la promoción de la filosofía de la libertad, explicar que el gobierno al igual que el salmón nada contra la corriente, no porque tenga que derribar obstáculos o «porque son pescados», sino porque con cada acción que hace el gobierno, ignoran y pasan por arriba millones de acciones individuales, obstruyen el desarrollo pacifico y voluntario de la sociedad, y se convierten en estorbos al orden que surge sin ninguna violencia, son salmones por qué van en contra mano de las relaciones humanas, su única herramienta: la violencia.

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Tierra del Hielo

Tengo la sospecha de que cuando le pusieron el nombre a la provincia más austral del país, lo hicieron en joda. Ponerle “Tierra del Fuego” a un inhóspito lugar frío y lleno de hielo denota un gran sentido del humor y creo que habría que definir como aniversario de la provincia el 28 de diciembre.

Oligarcas

Los amigos del estado...que viven de tu guita!

No contentos con eso, pensaron que había que convertirla en una joda aún más grande. Creo que fue en los 80’s que a alguien se le ocurrió qué era lo que le faltaba para ser un gran chiste: “Acá tenemos que hacer un polo tecnológico y fabril” dijo alguien cagándose de risa. “Y para eso vamos a dar ventajas impositivas acá y castigar a todos los que no estén en este triángulo de hielo”.

Y así fue.

Realmente no se me ocurre un lugar más inconveniente para ser un polo tecnológico y fabril que Tierra del Fuego. Poner una fábrica ahí le genera una cantidad de overhead tremenda a los costos de producción:

Overhead por llevar los insumos / materia prima hasta allá, ya sea por mar o por tierra.

Overhead por transportar los productos terminados hasta donde serán comerciados. Tren no hay, hay que cruzar todo por barco al continente, mandar camiones que recorran el país desde la punta más austral hasta el norte.

Overhead por energía: en un lugar donde hay seis u ocho meses de invierno ¿cuánto sale calefaccionar todas esas fábricas?

Overhead por sueldos: como es considerada una “zona desfavorable”, hay que pagar una buena mosqueta para que la gente vaya a trabajar allá.

Si uno pone en la balanza el overhead y los beneficios impositivos ¿Conviene “fabricar” en Tierra del Fuego? ¿Cuánto tienen que cobrarse los productos al hacerlos ahí? ¿No sería mejor hacerlos en Córdoba o bajarlos de un container de China?

POR SUPUESTO QUE NO CONVIENE HACER NI UN CLAVO EN TIERRA DEL FUEGO.

Pero, a uno de esos genios tecno-burócratas se le ocurre que hay que “defender la industria nacional”. Para esto, en vez de fijarse en cosas tan simples como que, si se le dan beneficios impositivos a otras zonas del país o, guarda con esto, A TODO EL PAÍS, se pueden obtener costos mucho más bajos y así, más productos a menor precio.

Pero en vez de hacer eso, se arman un kiosquito con un grupito de amigos a los que, por un lado, les dan la habilitación para poner una empresa en Tierra del Fuego (solo hay 23 empresas habilitadas) y, por otro lado, subir barreras arancelarias o incluso impedir el ingreso de ciertos productos al país.

Se pone como excusa “los puestos de trabajo” que esas pseudo-empresas proveen. Según dijo el Lacha la otra vez, serán unas 10.000 personas, o sea el 0.25% del país. Por 10.000 personas, 40.000.000 pagan productos de baja calidad hasta un 100% o 200% más caro que lo que se paga en otros lados productos de excelente calidad.

Desde un punto de vista bien socialista del “bien común” ¿es esto justo? ¿qué tiene esto de “justicia social peronista”? Son una banda de chorros entongados con el estado, haciendo negocios y prohibiéndole a los laburantes que accedan a otros productos que no sean los suyos. Esto en mi barrio se llamaba OLIGARQUÍA y MONOPOLIO.

Repito, son un grupo de entongados pasándola bomba y dándose la gran vida con la guita de 40.000.000 de personas.

¿Qué más hace falta para que alguien se caliente?

Y para los progres que van a decir “eh, vos querés una iPad y hay chicos que se mueren de hambre”, les digo que, si se dejaran de dilapidar recursos pagando cosas 3 o 4 veces más caras de lo que costarían sin los delirios dirigistas, esos recursos sobrantes irían a nuevos nichos de la economía, que podría darle un excelente nivel de vida a toda esa gente.

COMO DIGO SIEMPRE: PAREN DE AFANAR.

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El problema es el sistema [y la forma de difundir las ideas]

Esta es mi visión sobre una cuestión elemental a la hora de avanzar las ideas de la libertad: la difusión. Sin una buena estrategia de difusión se carece de cualquier tipo de llegada a aquellos que no conocen la filosofía de la libertad o que tienen una imagen torcida del liberalismo.

Las oportunidades que existen para liberales y libertarios en tener un espacio para dar a conocer sus ideas son relativamente escasas. A diferencia de los estatistas, socialistas, planificadores centrales, redistribuidores, corporativistas, y demás que gozan de la posibilidad de, cuando quieren, obtener una entrevista en un diario o en la TV, la posibilidad de escribir una editorial o de ser llamado; por una radio, los liberales carecemos de todos esos espacios, por distintos motivos que no vamos a analizar ahora.

Teniendo en cuenta esta realidad, es importante que cuando se presenta la oportunidad de expresar en que consisten la filosofía de la libertad se aproveche al máximo ese tiempo. Ya sea en un escenario con 50.000 personas, o en un grupo de Facebook, en una entrevista en un diario de gran tirada, o en un blog personal, es fundamental optimizar ese tiempo disponible e ir a los fundamentos del liberalismo libertario. Esto es, dejar de lado por un momento la coyuntura, y señalar, a partir de casos concreto si se quiere, como se viola el principio de no agresión, como el intervencionismo nunca termina en la primer intervención, como un estado intervencionista se convierte en un estado autoritario, como los derechos individuales y la «libertad económica» no puede ser separadas en dos categorías distintas, y un largo etc. Temas medulares a la hora de desarrollar los pilares de una sociedad libre.

Si hay algo que diferencia a los liberales y libertarios de la mayoría de los que apoyan otras ideas políticas es que los primeros suelen tener una amplia base de conocimientos sobre distintos aspectos, que les permiten analizar los problemas y las situaciones que se dan a diario , a través de un análisis diferente a los que hacen el resto. Este análisis involucra identificar las alteraciones y distorsiones que provoca el estado con su intervención, en los diferentes contextos. Por eso mismo, la mejor estrategia para poder avanzar con las ideas de la libertad es poner a disposición de los demás las herramientas necesarias para llegar a ese razonamiento. Apelar al humor barato, insultos, rumores que carecen de asidero, y otras herramientas de baja estofa, son las que los liberales deberían evitar.

Por otra parte, el resto de los que suelen involucrarse en la arena política no suelen discutir idea alguna, predominan en sus discursos expresiones de deseo, o los fines que quieren alcanzar, pero en el camino, ignoran los medios a ser utilizados, y con ello las leyes que domina el campo de la acción humana. En su mundo un decreto, una ley, o una resolución ministerial, resuelve el hambre, la inseguridad y la pobreza. Son los slogans, las descalificaciones y la falta de teoría alguna la que predomina en esos discrusos.

Por todo esto, los liberales debemos marcar aún más la diferencia, y aprovechar todos esos conocimientos en distintas áreas para distinguirnos de los vendedores de ilusiones y promotores de un falso bienestar. Centrarse en los principios de una sociedad libre, en como estos son moral y utilitariamente superiores a los principios que rigen una sociedad que tiene como base el uso de la coerción estatal, y de esa manera proveerle a aquellos que no las tienen, las herramientas de análisis que permiten entender como es el gobierno el obstáculo entre el individuo y el bienestar, y su plenitud, y la paz.

Otra ventaja en apelar a los fundamentos de la sociedad libre y no a realizar meras críticas coyunturales que se disipan con la renuncia del político criticado, o con la corrección temporal de X política, es dejar en claro que el problema no recae sobre el gobernante de turno o los legisladores que están en la cámara al momento de votar. El liberalismo es una filosofía política que rechaza el status quo, que propone un cambio radical en las instituciones, en la manera de vivir en sociedad. El liberalismo no propone un cambio de nombres, lo que propone en es un cambio de paradigma.

A la hora de defender las ideas de la libertad, debemos hacer foco en cuestiones abstractas, no personalizar los ataques a la instituciones que oprimen al individuo, no identificar al estado policial con una persona, sino con un mecanismo, con un actuar. De esta manera, la persona que está del otro lado comenzará a realizar asociaciones entre conceptos y acciones introduciendo en su capacidad de análisis los conceptos que sostienen a una sociedad libre.

Cuando las críticas se asocian a un gobierno determinado, pierden fuerza, se difuminan con el gobierno o con la persona, cuando alguien puede aprehender y comprender los conceptos fundamentales de una sociedad libre, la semilla está plantada, y se inicia un camino que solamente esa persona podrá recorrer a la velocidad que quiera, asumiendo todos las responsabilidades y las consecuencias que implica convertirse en un defensor de las ideas de la libertad. Que aunque se trate de una ardua tarea, puedo asegurar que uno se va a dormir con la satisfacción de saber que no se equivocó.

Anexo: agrego un pequeño ejemplo de lo que viví hoy mientras esperaba subir a un ascensor y escuchaba la conversación de dos personas al lado mío:

– Viste que van a sacar los subsidios.

– Si, me parece muy bien. Ellos, además se subsidiaban a ellos mismos, fijate si no con los casinos…

Queda claro que la persona sabía que había algo mal con los subsidios, pero no llego al fondo de la cuestión. No puedo exigirle a esa persona que no es liberal ni seguramente leyó sobre política, economía, etc. que conozca la razón de fondo por lo que los subsidios están mal, pero si los liberales incurrimos en ese tipo de argumentos, volviendo a la introducción del artículo, estamos perdiendo espacios para expresar, difundir  y avanzar las ideas de la libertad.

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Regulaciones al Gas

Llego a casa y me entero que no hay gas.

Bajo a preguntar al encargado y me informa que «alguien» hizo una denuncia por olor a gas, y el servicio fue cortado inmediatamente hasta que una cuadrilla de la compañia venga a revisar la instalación. Hasta ahí acciones y argumentos razonables.

Día siguiente. No solo vino la cuadrilla, sino una tropa de inspectores, que recorrieron todos los departamentos para revisar cada instalación domiciliaria hasta su ultimo mechero. Ahí ya me calenté. Si alguien en planta baja olió gas, es porque es probable que la perdida se encuentre en las cañerías de distribución hacia cada departamento (que era lo único que justificaba el corte general). Si ellos verificaron que en la distribuidora no había perdidas, no hay motivo por el cual se deba revisar cada instalación. Si mi instalación pierde un gas que no se refleja ahí, me jodo porque pagaré más que el gas que consumo en la factura de la tarifa.

Ante mi reclamo, vinieron con una seguidilla bastante pintoresca de explicaciones mas o menos torpes. Me dijeron que era para «cumplir con las nuevas normativas del ente regulador» y que no ocurran accidentes hogareños por el gas, que se cobran tantas victimas por año, todo dicho haciendo ojos de pescadito, como a quien le importa mucho la humanidad.

Una solución no regulada al problema de abastecimiento de gas.

A ver, si mi casa vuela a la mierda porque no tome las medidas de seguridad mas acertadas, me jodo yo y quienes viven en ella, que en este caso es mi familia. Si daño a alguien mas, como por ejemplo, la integridad y la propiedad de un vecino, me vuelvo a joder yo, porque soy el causante del daño, por lo que corro con todas las de perder. Como vemos, todo esto lo resuelve perfectamente los derechos de propiedad, y mucho mejor que una manada de inspectores con caras de moluscos preocupados.

Debo agradecer a las fuerzas ocultas del cosmos el tener agua caliente centralizada, lo que me permitió sobrellevar la crisis con bastante elegancia. Pero como hay que hacerle la sopa y la meme a mi hija, sobrevivimos a las patadas con el microondas en el corto plazo, y después de escuchar las modificaciones irrisorias que me exigieron poner en mi cocina (y el desembolso de dinero que significaba realizarla), salimos volando a buscar una garrafa.

La garrafa apareció. Una garrafita de camping del año 54 que acompañó a mi viejo en sus innumerables viajes en casa rodante a cada rincón del país… perfectamente… ILEGAL! Estaba oxidada y con todas las juntas resecas, por lo que la tuve que reacondicionar bastante para poder volverla a ponerla en marcha con cierta tranquilidad. Comenté con mis vecinos desgasificados como había resuelto el problema, y me encontré con que CHAN! todos lo habían resuelto de la misma manera, o parecida. Con lo cual, el haber olido gas en planta baja trajo como consecuencia un edificio de 18 pisos repleto de garrafas recauchutadas. Pero eso NO ES TAN PELIGROSO como volver a dar gas… como explican los señores inspectores.

Salgo a buscar soluciones al problema, y me encuentro con que el Mercado (sisi, malo, malo, feo, buh!) ya tiene todo un abanico de ofertas para solucionar tamaño sinsentido. Me pongo en contacto con uno, que me hace una jaulita de aluminio y me pone unas toberas pegadas con una espuma pedorra. Una porquería total, desde el punto de vista de la estética y la seguridad. Pero al inspector preocupado le parece que «cumple con la normativa» y aprueba que me abran la fucking llavecita del orto.

Entonces, comencé a preguntarme con mas detenimiento: cual era el origen del problema? La vuelta es larga, pero empieza por algo fundamental: que le importa a Metrogas? claramente, vender gas ocupa el lugar numero N en su lista de prioridades, y al tope de ella se encuentra cobrar el subsidio, seguido por mantener la concesión. El segundo punto es el único que les impide clausurar el suministro de gas a toda la ciudad, y sentarse a esperar el sobrecito, así que alabado sea. Entonces, algo tan natural como que una empresa proveedora de gas QUIERA vender gas queda totalmente distorsionado por intervenciones estúpidas. Por otro lado, si hubiera libre competencia en lugar de concesiones monopólicas, y varias empresas proveedoras estuviesen pujando por tenerme como cliente, ante el anuncio de un cambio de regulación (suponiendo que aun exista un organismo estatal con el poder de imponer ciertas condiciones normativas a los demás, lo que es totalmente al pedo, porque, como vimos, los derechos de propiedad determinan responsabilidades sobre las personas y las cosas de un modo mucho mas eficiente que cualquier arbitrariedad) las empresas se estarían cagando a piñas en la puerta de mi casa para hacerme la modificación ellos mismos, no solo para para poder seguir facturando gas, sino para aprovechar la volteada y que reconsidere quien sera mi proveedor según como responda cada uno a esta nueva reglamentación.

Hace poco me cruce con una amiga que estaba atravesando por exactamente el mismo problema… en la ferretería, comprando un calentadorcito a gas! Temo por ella, pero así, hay que bailar al ritmo de esta murga… Estas son las regulaciones al gas, mis amigos… y están tan al gas como la gente que las escribe.

Central….a clases!

¿Qué es la inflación? ¿Cómo se termina con ella? ¿Quiénes la están garpando y por qué?

Banco Central

Acá se afana!

¿Cuándo un argentino es dueño de lo suyo? ¿Puede la AFIP decirte qué comprar con tu plata? ¿Tiene la «Policía del Comercio» facultades para «castigarte» por tratar de comprar dólares? ¿Por qué se arma un mercado cambiario paralelo?

A fin de contestar éstos interrogantes y muchos otros, el Partido Liberal Libertario invita a todo el mundo a una Clase Abierta afuera del Banco Central (en especial que salgan los que laburan ahí adentro, a ver si aprenden algo y se dejan de joderle la vida a los ciudadanos). Con excelentes presencias, tanto de miembros del partido como de amigos de la casa y de la Libertad.

Lugar: frente al Banco Central (Reconquista 266, Microcentro porteño)

Día: Hoy martes 15 de noviembre.

Hora: 14.00 -> UPDATE:  A partir de las 13:30 ya se puede ir!

Como cada evento del PL, a contra natura de los tradicionales reclamos de diversos sectores, NO SE CORTARÁ EL TRÁNSITO y NO SE LE JODERÁ LA VIDA A LA GENTE (bueno, un poco más de bochinche que el usual habrá).

Están todos invitados a aglutinarse ante el grito «Si quiero comer arroz con manteca todo el mes y con el resto de mi sueldo comprar dólares, quién carajo es la AFIP para impedírmelo» (Copyright Marcelo Duclos, vocero del PL).

En general la fiesta la hacen adentro del Central, así que por una vez, se va a hacer afuera. ¡A disfrutar!

Esperamos a altas figuras como Guillermito, Amadito y Merceditas, que seguro se asoman.

Repartan ganancias repartan

Don Huguito está dándole vueltas hace rato con que las empresas repartan un porcentaje de las ganancias a los empleados, lo cual me trae sentimientos encontrados.

Huguito El Titán

Qué pintusa, eh!

Desde el punto de vista liberal, es totalmente inaceptable. Un tipo (o su abuelo, o su padre) dejó de pasarla bomba por un tiempo e invirtió el ahorro conseguido en bienes de capital y le dio trabajo a un montón de gente, haciéndola más productiva gracias a esos bienes de capital. O sea, en el mismo tiempo pueden proveer muchos más y/o mejores bienes y servicios.

A cambio de ese tiempo de trabajo, el emprendedor les entrega una cantidad de dinero todos los meses. ¿Qué cantidad? La suficiente para que al empleado le convenga dejar lo que estaba haciendo para ir a hacer lo que el emprendedor le propone. Y ya está, ahí termina la transacción en la que todos ganaron. (Bueno, agreguen que el empleador paga cargas patronales, art, prepagas, ingresos brutos, ganancias, bienes personales y después al empleado le afana el sindicato, patronales, jubilación, ganancias y otras tantas cosas.)

Si queda alguna ganancia después, es del que puso los bienes de capital, organizó el negocio, consiguió los clientes y abrió nuevos nichos en el mercado, entre otras cosas. Crear un negocio es mucho más que tener una planta productora de algo y muchas de esas cosas no se ven cuando uno es empleado.

Los dividendos de la empresa son el pago por haber arriesgado, por haber ahorrado, por haber tenido la visión de un negocio, por romperse la cabeza viendo cómo hacer andar la empresa y trabajar 24 horas por día (si, el que inicia un negocio vive pensando en eso, mientras que los empleados terminan su turno y se van a hacer lo que quieren).

“Eh, ¡pero la empresa es muy grande! Podría repartir ganancias”. Podría, pero:

Si la empresa es muy grande, es porque los dividendos pasados los invirtió en más bienes de capital de una u otra forma. Y esto es lo mejor que le puede pasar a los empleados, justamente. Más bienes de capital en el mercado hacen que sí o sí suban las Tasas de Capitalización (por competencia en el mismo rubro o por competencia entre rubros). Tasas de Capitalización más altas llevan a más bienes y servicios más baratos y, al mismo tiempo, a sueldos más altos (o sea, los consumidores ganan por partida doble).

Aspirar a llevarse una parte de las ganancias, implica arriesgar algo: capital ahorrado, sueldo no ganado, trabajo extra. Existen mil formas para aspirar a esto, pero todas convierten al otrora empleado en una suerte de emprendedor o semi-emprendedor. Una cooperativa, armar una PyME, ser uno de los primeros empleados de un Start-Up y recibir Stock Options a cambio de menos sueldo al principio, trabajar por básico + comisiones por productividad son algunas de ellas.

Si viviéramos en una república, le diría a Huguito que vaya a pelear porque suban el mínimo no imponible de Impuesto a las Ganancias en vez de querer que le repartan.

Pero en el mundo real me pongo a pensar en quiénes son la mayoría de los “empresarios” (no todos, pero en especial la gente de la UIA), que han hecho sus negocios con guita del estado, que han “prosperado” gracias a prebendas y favores de los políticos, que no han reinvertido nada de nada en bienes de capital, que han bancado que se vulnere el derecho de propiedad de otros sectores, que han promovido hiper devaluaciones y pesificaciones, que siempre están pidiendo que otros “hagan el esfuerzo”. Y, fundamentalmente, que esas ratas prebendarías se han dado la gran vida a costa de los salarios de los consumidores, trabando su acceso a productos más baratos y subiendo sus propios precios a la estratósfera.

Pienso en todo eso y digo “Hacelos pelota, Huguito. Hacelos pelota. Que repartan hasta lo que no tienen. Que alguna vez garpen algo de lo que han afanado tanto tiempo.” *

(*simple expresión de deseo del autor sobre los que se han beneficiado a costa de todos. Aclara que sabe muy bien que eso empeoraría las reglas de juego haciendo que se invierta menos, pero que en un lugar donde nadie es realmente dueño de lo suyo, qué le hace una mancha más al tigre!)

Un delincuente en el mundo del revés

Las últimas dos semanas estuve viajando, y aproveché el haber saltado las barreras arancelarias dispuestas para proteger a un grupo de «empresarios» e hicé algunas compras de cosas que en Buenos Aires están mucho mas cara, básicamente ropa y productos electrónicos.

La última semana del viaje, además de las luces cegadoras y los rascacielos que nunca se terminan, el tema de conversación principal fue de que forma esconder todo lo que compramos (que no era mucho tampoco) . ¿Esconderlo? Así es, cuando uno regresa al país sólo puede ingresar, libre de impuestos argentinos, mercadería por el valor de 300 dólares por persona. Una vez cubierta esa franquicia, se debe pagar el 50% por el valor ingresado. Por ejemplo, me compró una computadora de 500 dólares, 300 van libre de impuestos, pero por los 200 restantes debo pagar 100 dólares que se sumarán al botín del fisco. El siguiente producto ya no tendrá franquicia y deberá pagar el 50% sobre el 100% de su precio.

No hay mayor sentimiento generalizado de injusticia que ese, volver de un viaje y que te fuercen a pagar nuevamente por lo que uno ya pagó de manera voluntaria. Es generalizado, porque incluso aquellos que defienden medidas proteccionistas no entienden por qué deben pagar por algo que ni siquiera se fábrica en el país, una Playstation 3, un iPhone, o una cámara de fotos japonesa. El estado siempre quiere su tajada.

Como decía al comienzo del post, la última semana me devané los sesos pensando como esconder las pocas cosas que compré,  y una amiga me decía muy acertadamente, como de costumbre, que hacen que uno empiece a actuar como si fuese un delincuente, cuando en realidad los delincuentes son ellos.

Está es la alternativa a no obedecer al estado, graficada por Botero.

Si todavía es necesario reafirmar y demostrar  la naturaleza exclusivamente violenta que tiene cada acto del estado, estamos ante uno de los ejemplos más gráficos de esa naturaleza. Todo el proceso que implica viajar comienza mucho antes de la compra de los pasajes. En primer lugar, para poder comprar los pasajes, es necesario haber obtenido el dinero necesario para comprar los pasajes, alojamiento, etc. y para hacerlo, la única manera es que uno haya brindado un servicio valorado por la sociedad, y que los demandantes de ese servicio me hayan dado el dinero de forma voluntaria, o en todo caso que otro lo haya hecho y que me haya cedido voluntariamente esa cantidad de dinero (herencia o regalo)*, una vez ofrecido un producto o servicio valorado, puedo decidir como disponer de mi dinero, y como quiero viajar voy a darle parte de ese dinero a una aerolínea a cambio del transporte aéreo, a los hoteles a cambio de alojamiento, etc.* y así también con las compras que haga en el destino.

Sin embargo, todas esas situaciones pacificas se ven desvirtuadas en el puerto de salida, y de entrada. Respecto de la salida, ya Alberto Benegas Lynch (h) relató su experiencia para salir de Guatemala, respecto de la  entrada a un país, y especialmente en Argentina, un grupo de personas, uniformadas , espera ansiosamente revisar entre tus pertenencias personales para encontrar algo por lo que uno ya pagó y forzarte a pagar un extra, que permita ingresar tu propiedad al país. Ya no se trata de un intercambio voluntario, por un lado el individuo que ingresa con todo su derecho productos que van a otorgarle una mejor calidad de vida a él, y porque no, según el caso, a los demás. Es una relación unilateral, uno paga, y a cambio no recibe nada. Mas que una transacción o un pago, cancelar la tasa aduanera es más parecido a ceder ante la demanda del extorsionador. Por último, de este intercambio forzoso, una parte sale ganando, y otra sale perdiendo.

Lo más descarado de todo es que a diferencia del resto de los intercambios, donde a priori se produce un beneficio mutuo, a pesar de que nadie anda promocionando este beneficio porque está presente dentro de la mente de cada individuo al momento cambiar algo que valora menos por algo que valor más, al momento de justificar el pago de esa extorsión se ensalzan supuestos beneficios que tiene la víctima para ser robado. Los argumentos van variando, desde los utilitarios que alegan motivos proteccionistas [enfoque tratado acá y acá , entre otros] hasta aquellos que justifican el inicio uso de la fuerza por parte del estado ya que representa el «precio que hay que pagar por vivir en la sociedad», un argumento cínico y muy utilizado que merecería un post aparte, pero mientras tanto podemos decir que constituye una verdadera contradicción afirmar que mediante el acto más anti-social por naturaleza, que es el inicio del uso de la fuerza, uno pueda lograr vivir en una sociedad pacifica, voluntaria y libre.

No soy un delincuente y los propios delincuentes me tratan como uno. Ellos son delincuentes, y tienen su propio grupo de idolatras y aduladores. El mundo del revés.

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*Esta el caso de los empleados estatales, empleados de empresas que sobreviven gracias a subsidios, empresarios prebendarios, banqueros que poseen ciertos privilegios por la ley bancaria y el sistema de reserva fraccional, etc. pero a los fines de simplificar el ejemplo, los dejamos afuera.

** Una vez más omitimos toda la cuestión de impuestos en hoteles y, especialmente, en pasajes de avión, para simplificar el ejemplo.

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Competitividad

De Mendicurren y el resto de los prebendarios de la UIA están llorando, por lo menos cuando el mic está en OFF, por una nueva devaluación, porque parece ser que los productos argentinos «dejaron de ser competitivos».

¿Qué significa «dejar de ser competitivo»? Significa que la diferencia entre los precios (en este caso en el mercado internacional) y los costos se redujo ampliamente, por lo cual ya no conviene fabricar esos productos. Por un lado, la inflación tiró los salarios en dólares por las nubes, por otro lado, muy poco se invirtió en maquinaria y tecnología para mejorar la productividad por empleado (bajando así los costos). Un tercer factor es que Brasil tocó un poquito el Real, devaluándolo, así que les conviene menos consumir productos importados.

DeMendicurren

DeMendicurren: "Así de grande es el toco que me estoy afanando".

Una devaluación termina castigando siempre a los trabajadores a lo largo de toda la cadena de producción y servicios, ya que las materias primas suelen tener precios de Commodity. Lo que estos señores hacen al devaluar, en definitiva, es BAJAR LOS SUELDOS. Tal vez en un tiempo corto no parece, porque varios productos mantienen su precio en pesos, pero a la larga, todos los precios se ajustan a su valor real (lo venimos viviendo desde la hiper devaluación y la subsiguiente inflación, a la que le metieron esteroides con una zarpada emisión monetaria).

¿Hay alguna forma de recuperar «competitividad» sin tocar el tipo de cambio y los sueldos que perciben los empleados? Digo, una que no sea la (¿revolucionaria?) idea de invertir en bienes de capital para producir más, mejor y más barato.

Hay una forma, una forma casi mágica de recuperar, con un solo pase, alrededor de un 25% de «competitividad».

Este es un secreto que la mayoría de las personas que labura en relación de dependencia no sabe, porque les es ocultado mes a mes. Se trata de las famosas «cargas patronales». Por cada empleado en relación de dependencia el empleador tiene que poner un 23 a 27% más que el sueldo bruto del empleado, en concepto de «cargas patronales», que se lo lleva el queridísimo estado (¿para qué lo quiere?, preguntarán ustedes, si ya se afana un toco con IVA, Ganancias, Impuesto Inmobiliario, Impuesto Inflacionario…bueh, pasa que la plata nunca alcanza).

A cada empleado, además, se le descuenta del sueldo bruto el Impuesto a las Ganancias y un 17% más para las cargas patronales que van por su cuenta (si, ¡patronales pagamos todos!).

¿Cuánto más «competitiva» sería la industria argentina si no hubiese que pagar todas esas cargas al trabajo? Dado que a los muchachos de la UIA les preocupa tanto ese tema y son tan amigochos de todos los gobiernos de turno ¿por qué no les proponen que eliminen por lo menos una parte de las patronales? Ni hablemos de ganancias.

Argentina es «poco competitivo» por el alto componente fiscal que existe en todos los ámbitos de los negocios (estoy incluyendo la inflación acá) y por las pocas ganas de competir que tienen los muchachos de la UIA y todos los Lumigarco que hay dando vueltas.

Es fácil: paren de afanarle a los trabajadores. Paren de afanar por cinco minutos al que produce.

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