NeKrológica
Del último post a hoy la situación cambió bastante, con la muerte de Nestor Kirchner afloró la hipocresía que reina en la clase política, una vez más dejando en evidencia su falta de principios y de coherencia al actuar, del primero al último, el caso más destacable es el de Julio Cobos que sentenció «Se fue un gran presidente» sobre el fallecimiento de Kirchner. Capaz que el piquetero Castells y el silencio de Carrió fue lo mejor de la jornada.
La muerte de Kirchner nos deja algunos puntos que podemos mencionar:
1. Muerto el perro no se acabó la rabia. La noticia ha despertado cierto sentimiento de esperanza en un sector de la sociedad, muchos lo ven como una segunda oportunidad que tiene el país en este S. XXI de levantar cabeza y encaminarse hacia el progreso. La realidad es muy distinta. Nestor Kirchner no era una causa de ese proceso anti-civilización que protagoniza este país desde tiempos inmemoriales, sino más bien una consecuencia. El germen fascistoide del cual esta infestada la política argentina desde hace décadas sobrevivirá, hay muchos portadores dispuestos a continuar con su legado, ya sea en su versión oficialista, o en la cepa opositora. En sintesís, no me esperanzo de que esta muerte pueda significar un cambio en los modos de entender la política y el papel del poder y la violencia institucionalizada en la sociedad. El único interrogante que deja la partida de Kirchner es ¿quién?, el ¿qué? ya lo conocemos: corporativismo, intervencionismo, autoritarismo, y todos los ismos de los que está viciado este país.
2. Los agradecidos. En la Plaza de Mayo, a los pies de la Casa Rosada, miles de persona se convocaron para visitar los restos del ex-presidente (o el cajón que los contiene), a las que podemos categorizar en dos grupos. En primer lugar, están los agradecidos, son personas del conurbano, y de los barrios mas pobres de la Capital. Son aquellos que se vieron netamente beneficiados durante las gestiones K por la entrega de viviendas, subsidios, planes sociales, asignación por hijo, etc. Su agradecimiento es que parte lo producido de las políticas de expoliación a los ciudadanos fueron destinados a ellos (y solo a algunos). En otras palabras, le agradecen a Kirchner haber robado para ellos, y haberles evitado el trabajo de salir a ellos mismos a encañonar a los ciudadanos que trabajan honradamente. (aunque muchos, seguro, no lo hubiesen hecho.)
Con esto no intento señalar a los agradecidos como culpables de nada, ellos son víctimas del sistema facho-peronista, que les otorga cierta seguridad temporaria, ninguna libertad, y mucho menos la posibilidad de pensar su futuro más allá de hoy, y se convierten en dependientes del poder. Son transformados en medios para los fines políticos de sus lideres. Ellos tienen su cuota de responsabilidad por la situación que viven, pero la constante obstaculización de los gobiernos a la generación de riqueza es la causa principal de su dependencia del poder de turno.
3. Los entristecidos. La segunda categoría de los asistentes al velorio se la puede denominar los entristecidos. Son el famoso puñado de militantes, seguidores del programa de TV 6,7,8, aduladores de los que ostentan el poder, son esos que aplauden en cada acto del gobierno y no les dan el chori y la coca (los menos), los repetidores profesionales de slogans, y los que en Internet muchas veces se los denomina cyber-k, supongo que con esta descripción ya pudieron identificar a sus entristecidos del barrio. Estos son los verdaderos apologistas del régimen, los que comparten la misma escala de valores a la de los políticos en el poder, y los que se ven beneficiados en mantener la actual configuración de poder, porque son los que reciben los empleos públicos, los que conforman el aparato de campaña rentado, o simplemente sus principios incluyen el apoyo al robo masivo institucionalizado, la violación constante de los derechos, y crear los escenarios más adecuados para generar pobreza y caos, sus aliados de siempre.
Estos son los que ahora están desconcertados. Con la muerte de su líder han perdido el rumbo, porque estás ovejas que funcionan solo en rebaño y con un pastor dando ordenes se ven perdidas ante el vacío de poder que se da en este momento y no saben a quién responder. Apoyan a Cristina, pero sienten la incertidumbre reinante, no saben para donde ir sin que nadie les diga algo. Su sentimiento es pasional mas que racional, de ahí su movilización. Por ellos no siento lástima ni me compadezco, son victimarios, me alegro que se sientan tan perdidos y desubicados, capaz alguno pueda reflexionar, si no perdió esa capacidad todavía, de lo poco humana que es su conducta de siervo.
En Facebook encontré mucho mas sintetizado lo que quería explicar en este punto:
¿Ven a lo que nos enfrentamos? Miren la tele, vean la gente llorando. Estamos enfrentando una especie de sentimiento religioso. Como se sabe, no se puede discutir de religión. Uno la acepta o no la acepta. Por eso se lo toman tan «personalmente». Es una cuestión de fé en la que, algunos, hasta justifican el andamiaje de su existencia. De su razón de ser.
4. Las buenas noticias. A mi entender la muerte de Nestor Kirchner traerá consecuencias positivas. En primer lugar todos hablan de un vacío de poder, y si bien puede ser que alguien pueda capitalizarlo, probablemente estemos ante una desconcentración del poder, y una puja, lo que generará un debilitamiento de ese poder, y eso es algo bueno.
Otra consecuencia positiva es que el actual gobierno tomará dos caminos, o la moderación ante la muerte del presidente real, o van a ir «por más,» ambos caminos me parecen positivos, por un lado la moderación del gobierno podrá significar un alivio y la implementación de políticas menos insensatas, la radicalización ante el temor de perder poder logrará que aquellos que se levantaron en el 2001 lo hagan nuevamente.
Son solo pronósticos, nada está dicho.
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