¡Heil Binner!

El Socialismo se cae a pedazos de la mano de su propia inoperancia

 

Hay veces que los socialistas (en el sentido más abarcativo de la palabra, es decir, incluyendo tanto al FAP, como a kirchneristas, peronistas, comunistas.. en fin, a casi todos los partidos políticos de la Argentina), me hacen pasar momentos divertidos.

Hace un par de días, por ejemplo, circuló por la red la noticia de que habían expulsado al Partido Socialista del ex-gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, del Foro de San Pablo (una cumbre que reúne a muchos de los partidos políticos de izquierda Latinoamericana) por sus «ideas de derecha». Vale la aclaración que en realidad no lo expulsaron sino que hubo una propuesta para apartar al Partido del Grupo de Trabajo del Foro.

Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, al poco tiempo se pudo leer a las huestes kirchneristas aprovechar la volteada para pegarle al probable candidato presidencial, situación en la que no faltaron los «facho»s, «narco»s, «elitista»s y demás epítetos del estilo.

 

La inventiva de la militancia kircherista en acción

 

Al ver semejante despliegue dialéctico, no pude contenerme y tuve que buscar la nota para intentar entender qué podría haber hecho este personaje, conocido principalmente por su complicidad con el kirchnerismo al haberle votado a favor todas las principales leyes que éstos impulsaron, para generar semejante reacción.

Grata fue mi sorpresa al descubrir que lo que le mereció el pedido de expulsión fueron sus declaraciones en las que comentaba que él «hubiera votado por Capriles» en las últimas elecciones venezolanas y que responsabilizaba a los gobiernos «populistas» de la región por las víctimas producidas en distintos incidentes.

No es para nada mi intención defender a una persona a la cual, entre otras cosas, se la ha escuchado comentar despectivamente «con esta plata podríamos haber hecho 50 centros de salud» en medio de una apertura de sobres de licitaciones de obras de pavimentación (de una Hermes, total después vamos a atendernos a caballo). Sin embargo, nobleza obliga, hay que reconocerle el pequeño atisbo de lucidez que lo llevó a diferenciarse del resto del socialismo.

Lo que no deja de sorprender es el grado de negación de la realidad en la que viven aquellos que tildan de nazi a Binner, mientras apoyan a los gobiernos más fascistas de los últimos tiempos. ¿En qué dimensión alternativa enviar a militantes a controlar al resto de los ciudadanos es digno de una sociedad libre? ¿En qué universo paralelo hay que vivir para considerar democrático a un Presidente que propone ARMAR a un grupo de personas para que vigilen a los opositores? ¿Qué tan chico tiene que ser el termo en el que uno está metido para descalificar como «de derecha» el decir que los gobiernos que tenemos en muchos países de Latinoamérica hace más de 10 años son los responsables de los Onces, los Cromañón, las matanzas de Qoms, las inundaciones, el desabastecimiento, la pobreza y demás tragedias que ocurren cada vez con más frecuencia? Que se yo, capaz soy yo el que no entiende más nada, pero para mí esta gente está cada día más loca.

En fin, a partir de hoy, viva el Narcosocialismo! Larga vida al Dealer! Heil Binner!

¡Que la crisis la paguen los corporativistas!

Todos vimos los carteles de los partidos de izquierda con la consigna “que la crisis la paguen los capitalistas” posteriores al estallido de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en 2008. Y constantemente está en las conversaciones, blogs y documentales la idea de que “el sistema capitalista está en crisis”.

Algo de cierto hay en esa afirmación: el sistema está en crisis. Pero… ¿ese sistema es el Capitalismo? La situación actual apesta más a corporativismo, fascismo y socialismo que a capitalismo laissez-faire.

Alberto Benegas Lynch indaga en el asunto:

Izquierda Desunida

Te pongo la foto de la Izquierda, a la derecha del post.

“[…] Veamos las diez recomendaciones que constituyen los pilares políticos del marxismo. Sin ánimo de analizarlos y criticarlos aquí, solamente señalemos los correspondientes capítulos:

Primero: reforma agraria, la cual apunta a la expropiación directa pero admite pasos sucesivos, principalmente a través de la política fiscal e incluso la cambiaria. La política cambiaria puede aparecer como de relación remota con la reforma agraria pero, igual que que las llamadas retenciones e impuestos a la exportación, al reducir el valor del producto exportado se perjudica principalmente a los productores marginales, con lo que se achica la frontera agropecuaria.
Segundo: el establecimiento de impuestos progresivos.
Tercero: impuesto a la herencia, apuntando finalmente a la abolición de la misma.
Cuarto: ejercer opresión sobre los disidentes del régimen a traves de los más diversos canales y procedimientos.
Quinto: centralización de la moneda y el credito en manos de un banco nacional.
Sexto: estatización de empresas, con prioridad en las áreas de comunicación y transporte. El séptimo y el noveno puntos se refieren a la planificación de las áreas agricola y manufacturera (industrial).
Octavo: establecimiento de ejércitos industriales (sindicatos), sobre la base de la adhesión obligatoria.
Décimo: educación pública, obligatoria y gratuita.

Si analizamos estos diez puntos del Manifiesto Comunista observamos que, en mayor o menor grado, todos los países del mundo libre los han llevado a la práctica. He ensayado ante diferentes auditorios la lectura de ese decálogo —sin decir que se trata del Manifiesto Comunista— e indagado acerca del origen del documento. En muchos casos, tanta es la infiltración marxista y tal es la dosis de socialismo adoptado, que aquellos puntos aparecen como la plataforma de un partido político “moderado”. Sin embargo, se trata —nada más y nada menos— de los consejos del marxismo para producir el colapso de la sociedad libre. Éste es el corazón del marxismo. Es la receta en cápsula, y no podemos decir que Marx y Engels no eran marxistas.”

– Alberto Benegas Lynch, Liberalismo para liberales, Editorial Emecé, 1986.

Que la crisis la paguen los que la generaron; es decir: políticos, banqueros, lobbystas y empresarios amigos del poder.

¿Es la libertad una alternativa?

Me preguntaba mientras miraba los miles de rostros que se me cruzaban en la calle cuántos de ellos a la hora de considerar soluciones a los diferentes problemas que preocupan a la gente pensaban en la libertad como una alternativa plausible. En otras palabras, favorecer la posibilidad de permitir que diferentes soluciones emerjan de relaciones voluntarias e intercambios libres,  frente a la coacción estatal, que se posiciona como «la respuesta a todos los problemas«, pero que, como sabemos, solo los empeora.

Lamentablemente creo que la respuesta es casi-ninguno (y más ninguno que casi), que la alternativa que promovemos no esta instalada en el ideario de la gente, que directamente no es una alternativa.. Un optimista diría que muchos no conocen las ideas que promovemos, un pesimista diría que la gente conoce esa alternativa y la rechaza por temor, o por negarse a ser responsable de sus acciones y aceptar los resultados.

Ambas visiones están en lo correcto, existen esos dos tipos de personas, pero a la vez, existe mucha gente que nunca ha sido introducida a la filosofía de la libertad y concibe erróneamente los principios que sostenemos aquellos que las defendemos, es por eso que hago tanto hincapié en  la difusión de ideas, en posts como este o este.

Esto me hace acordar una anécdota que me contaban unos amigos mios, alemanes ellos, cuyos padres nacieron, crecieron y vivieron en Alemania Oriental. Ellos, me decían, que con la caída del muro de Berlin y del régimen comunista sus padres, y la sociedad alemana oriental en general,  se preguntaban como se iban a fabricar los autos sin la fábrica estatal, quién iba a tomar las decisiones de producción sin los diferentes dirigentes a cargo de las industrias, etc.

Esta historia me marcó mucho, los padres de mis amigos no concebían la idea de un mercado libre, la idea de empresarios innovando y asumiendo el control de las decisiones empresariales, de un orden espontáneo, en definitiva la idea de la ausencia del uso de la fuerza en las relaciones diarias entre ciudadanos.  Algo similar puede ser lo que sucede, y ha sucedido desde siempre o casi-siempre) en nuestro país, la salvedad es que los alemanes estaban en desventaja, el gobierno ejercía una feroz censura a la libertad de  expresión, y las ideas no circulaban libremente.

Afortundamente, todavía, en Argentina tenemos la ventaja de promover nuestras ideas. Nadie las adoptará de la noche a la mañana, ni será masivo, pero si todos los días nos encargamos de plantar una semilla de la libertad entre nuestros conocidos y no-conocidos, y con esto me refiero a ofrecerle otra alternativa de la que nunca escucharon, entonces puede ser que esas semillas, en un futuro, fortalezcan, como decía Jefferson, el arbol de la libertad.

El llamado esta hecho, y solo las acciones traen consecuencias, y acciones liberales, traen consecuencias liberales.

Por otro lado, si llegaste a este blog y no conoces nuestra idea de una sociedad libre, y si sos una persona tolerante con los proyectos de vida de los demás, te invito a que te des una recorrida y consideres una alternativa diferente de lo que venís escuchando todo el día, todos los días.

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