Manual para los que votan por primera vez

libertad

 

Vota. Votala a ella. Votala que es fácil. No tenés que ni buscar la boleta, seguro que se encuentra justo en frente tuyo. Votala que prometió inclusión, soberanía, y más asistencialismo. Votala te digo, que juró defender una Constitución que llora a escondidas. Votala o te acusarán de no tener corazón. Que si no la votas vendes la patria, serás acusado de traición y lo que es peor, de egoísmo. Agonizarás en el exilio del mensaje. Vivirás en el suburbio de la indiferencia mediática. Conocerás el populismo y morirás por un carisma capaz de llevarte a la cúpula del poder. Votala. Votala que se dice progresista, y que entiende de pobreza. Que su partido lidera multitudes. Te quita con impuestos pero te los devuelve con el fútbol. Te insisto porque la conozco. Te entrega una empresa de servicio aéreo, de bandera, es tuya; va, es de todos. Pero también tuya. Sostiene con sus acciones que hacer política es hacer un culto a si mismo. Pero está bien, somos todos animales políticos. Ya lo debes haber aprendido. Que si dejas las decisiones en personas que no comulgan con la idea del bien común nos espera el apocalipsis, una vida reñida ante personas carnalmente inescrupulosas. Nos esperan monopolios, de los peores. Una presión tributaria altísima, y con un gasto público justificado en los iluminados funcionarios públicos que saben lo que hacen. Votala. Está bueno que nos controlen tanto, somos los argentinos, muy desprolijos. Tardás en abrir un negocio, porque quieren que estés seguro antes de comenzar. Que revises todos los análisis. Quizás es una mala inversión. Si me preguntas, mi humilde opinión, ellos y ella, tienen los chakra alineados. Deben ir todos a la misma sesión de reiki. Te aviso para que los votes tranquilos.

Ahora… Si lideras un sentimiento de anomia hacia todo esto, si sostenés un culto de la minoría más mínima que es el individuo y que su libertad es su única bandera. Si crees que una desregularizacion y una descentralización del transporte para que fluja un mercado competitivo y de calidad… Si profesas una libertad de culto y una igualdad ante la ley (no mediante ella), en la eliminación de los subsidios (al cine, al teatro, a las escuelas católicas  y de los recitales mal llamados gratuitos, de los viajes a países dictatoriales, al gasto de recursos en embajadas innecesarias, en acuerdos sin licitaciones, en corporativismo barato). Si no estas de acuerdo con una empresa ‘marca país  porque estropea el mercado de precios asignando recursos de manera arbitraria… entonces no, no la votes. No la votes porque los efectos secundarios son peores que la propia enfermedad del estatismo. Te verás rodeado de nostalgia por tiempos mejores, de impotencia hacia una fuerza mayor llamada mayoría, y gritando en medio de un silencio hipócrita.

Te saludo con toda la suerte del mundo.

Alguien como vos.

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Victor Hugo y un desagravio para Keynes

 

Victor Hugo Morales

Relator de El Relato

Bajada De Línea nos deleitó con dos tremendos programas dedicados a la economía. De Adam Smith a Cavallo y de Inglaterra a Chile.

El relator nos cuenta que, “por suerte”, Keynes ganó el debate de ideas que había entre él y Hayek, los que eran considerados los más grandes economistas allá por los 30’s. Nos muestran el clásico archiconocido Hayek vs. Keynes, a la vez que cuentan cómo Hayek y Milton Friedman idearon un plan para el que reclutaron a Margaret Thatcher y a Ronald Reagan para organizar y financiar las dictaduras de todo el mundo y usar el shock para imponer una economía que destruiría las vidas de muchísimas personas y también la educación chilena, a fin de concentrar la riqueza de todo el mundo en las manos de diez tipos que responden a Rockefeller. Porque ellos no querían a un estado presente y distribuidor y por eso ahora sus recetas están llevando a la quiebra a Europa.

En un popurrí surrealista y ridículo nos muestran propaganda sobre el “paro” en España o los que fueron “Nickeled & Diamed” en Estados Unidos, intercalados con Martínez de Hoz anunciando la reducción de la infraestructura y servicios ferroviarios, al Turco sacando las regulaciones al transporte y a Friedman explicando por qué es mejor un sistema educativo que pague el que lo usa. Lo que se dice un verdadero desastre.

Antes que nada hay que aclarar que el mercado existe desde el primer intercambio de una lanza por una canasta de mimbre entre hombres primitivos. Imaginen que si hay 4000 años de controles de precios y salarios, cuántos más habrá de intercambios per sé.

También cabe preguntarse si el estado desde su concepción fue, como dice Víctor Hugo,  un instrumento de “igualdad de oportunidades” y “distribución de la riqueza”. ¿Buscaba el Imperio Romano la igualdad durante sus conquistas? ¿Le interesaba a los faraones egipcios la distribución de la riqueza entre sus miles de esclavos? ¿Proveían los señores feudales medievales una educación gratuita y de calidad a los siervos de la gleba? ¿Qué movilizaba al imperio austro-húngaro sino su sensibilidad social de un mundo más justo y la ampliación de los derechos de las minorías?

Fue el fracaso del corporativismo mercantilista y el boom del libre-mercado y la Revolución Industrial lo que llevó a adoptar las democracias republicanas y las monarquías constitucionales modernas. Fueron los pueblos los que le impusieron límites a los estados déspotas a fines del siglo XVIII y principios del XIX.

Keynes vs Hayek

Clash of The Titans

El desagravio a Keynes viene porque éste era un gran creyente en el mercado, en la libre empresa, en la integración  del mundo, en las importaciones y exportaciones y también un economista bastante serio e intelectualmente honesto. Tenía simplemente una teoría para poder resolver una situación de una economía EN RECESIÓN, basada en su pensamiento sobre el ciclo económico.

Él proponía que, cuando el ciclo está en baja, desde el sector público se le podía “dar un empujón” a la economía para salir más rápidamente de la recesión, en general poniendo recursos en la infraestructura (caminos, puentes, etc.).

Pero claro, murió joven y con sus ideas en alza, funcionando óptimamente por los gastos bélicos de la Segunda Guerra. Así, fue convertido en santo y se armó una religión a su alrededor, con la que los estatistas podrían de ahí en más, justificar cualquier zafarrancho.

Keynes se está revolcando en su tumba al ver que en su nombre se le entrega guita a empresas como Electroingeniería y los Cirigliano, se paga el Fútbol Para Todos, se mantiene una aerolínea que pierde dos palos por día y se armó un aparato propagandístico que incluye el sueldo de Víctor Hugo.

Y Hayek no perdió el debate. Se convirtió en un paria cuando a todo el mundo le agarró cagazo después de leer Camino de Servidumbre, que explicaba como el control estatal de la economía había llevado a totalitarismos como el Fascismo, el Nazismo y como seguiría después a lo largo de toda la historia de la Unión Soviética y el Comunismo. Claro, afirmaba que podía pasar en cualquier parte, especialmente donde había tecnócratas enamorados de dirigir la economía.

Volviendo al programa sobre el malvado liberalismo, la fuente principal explícita e implícita por partes es nada menos que Naomi Klein y su “obra” La Doctrina del Shock, en la que muestra un fetiche personal con Don Friedman, además de su compulsión por falsear fechas y orden de acontecimientos,  de cambiar causas por consecuencias y de usar directamente viles mentiras. Por ejemplo, afirma que en la Plaza de Tianmenn había miles de jóvenes manifestándose en contra de las reformas pro-mercado y que fueron reprimidos para callarlos y liberalizar más la economía china. La realidad es que esa manifestación era pidiendo por libertades civiles (de las no económicas) y después de la masacre, la cúpula del PC frenó por un tiempo largo lo que venía haciendo por el mercado. Asumían que la mayor libertad de comercio había hecho posible y deseado el levantamiento.

Naomi Klein

Me hago la Progre… comprame el libro a 28 dólares.

El programa mete en la misma bolsa el escrache a Rockefeller, justamente uno de los grandes beneficiados por la existencia de los bancos centrales, la intervención estatal y el “dale que va” a las burbujas del ciclo económico, al mismo tiempo que culpa al libre mercado de la crisis Europea. Curiosamente se pasaron décadas recordándonos una y otra vez lo genial de la social democracia europea, su red de contención, los beneficios de jubilarse joven y de tener una vida COCOONeana hasta la tumba. Cuando sale mal, la culpa es, obviamente, de los que siempre dijeron que esa fiesta iba a tener que ser garpada en algún momento (Créditos a Federico Fontana por esto último).

Para terminar muestra el video de “Milton Friedman Puts A Young Michael Moore In His Place” y nos cuenta lo capo que es Michael Moore y la ternura que le dá verlo ahí todo jovencito debatiendo contra Friedman, el monstruo que le cambia el valor a la vida. Claro que no muestra la vapuleante respuesta, impecable y perfectamente lógica. Lo que no me queda claro es si la producción de BDL está llena de hijos de puta, si se le cagan de risa en la cara a Víctor Hugo o si a él ya no le importan más que los billetines que recibe a principio y fin de mes. Ese video, subido por alguien a YouTube, explicita en su descripción que el pibe NO ES Michael Moore, sino que se usó “un joven Michael Moore” a forma de eufemismo, como podríamos referirnos nosotros usando la frase “un pequeño Martín Palermo” para referirnos a un chico que no para de hacer goles.

En fin, un completo papelón. Guardemos el video para cuando caiga el régimen, así VH queda en la lista de impresentables de un país más.

Perlita: Invitados vía Twitter. D’Elia, Alejandro Robba (nunca mejor apellido para alguien que está con el gobierno), Filmus y el flaquito “líder” de la juventud PRO (autor de la remera del “Che Mauri” y, como siempre, mostrando su sensibilidad social y altos conocimientos sobre economía).

Perlita 2: El video de Keynes vs Hayek lo pasan cortado, evitando las mejores respuestas de Hayek. Por cierto, es de EconStories, que son partidarios de la Escuela Austríaca.

Perlita 3: El departamento de Víctor Hugo en la Quinta Avenida.

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Con la mía no

“Ustedes lo único que quieren es no pagar impuestos”  es una de las acusaciones que más recibimos los libertarios, como ya hemos visto por parte de diversos comentaristas (¿komentaristas?) del blog.

The Taxman Is Watching

I’m the taxmaaaaaan…

Y es cierto, los libertarios de todo el mundo estamos en contra de los impuestos por dos razones fundamentales:

Razón moral: Los impuestos violan el Principio de No Agresión.

Razón utilitaria: la asignación de recursos es mucho más eficiente hecha por las partes interesadas que por un ente de planificación central.

Quiero agregar a estas dos razones “idealistas” por así decirlo, un par de motivos más piensaenlatierristas: cantidad y finalidad de esos fondos.

Si estuviésemos hablando de lo que hasta hace no más de un par de décadas considerábamos un país normal, esto sería un lugar donde el estado se encargaba de no mucho más que:

– Hacer los caminos y alguna otra infraestructura.

– Proveer las cortes de Justicia.

– Administración de municipios, provincias/estados y cuerpo diplomático exterior.

– Cuerpos de seguridad interior y exterior.

– Algún seguro de desempleo, algún subsidio a la demanda de transporte y pensiones.

– Salud pública.

– Educación, preferentemente a través de vouchers.

Y a la vez sufriéramos una presión fiscal de un 30 – 35%, plantearía un escenario a largo plazo. El famoso “Proyecto Multi-Generacional” del que habla Molyneux, con una impronta muy fuerte en la educación y en la crianza.

Así, cada uno podría tener una vida razonablemente apasible, dedicarse a hacer lo que le gusta, incluyendo algún tiempo para la causa libertaria (más, menos, aporte de tiempo o recursos, depende de cada uno).

Ahora, qué pasa cuando los que detentan el poder del estado se quedan con un 50 – 60% del fruto de nuestro trabajo, no cumplen o cumplen a medias y muy mal todas las funciones de arriba y, al mismo tiempo:

– Usan tu guita para meter en el sistema educativo/adoctrinador a una cantidad de resentidos cuyas ideas políticas y económicas resultaron en la muerte y masacre de cientos de millones de personas.

– Usan tu guita para armar un sistema de subsidios que destruye los incentivos para brindar energía y transporte, con la consecuente pérdida y degradación del capital instalado que lleva a escasez y accidentes. Además de haberse quedado con suculentos retornos de dichos subsidios.

– Usan tu guita para armar un conglomerado de medios y corromper periodistas, o agrandar a cuatros de copas para hacer una incesante campaña propagandística donde ellos son los buenos y los paladines de la libertad, mientras que vos sos un malvado hijo de puta que quiere niños muertos de hambre en las calles.

– Usan tu guita para montar un aparato de persecución de personas, utilizando al fisco como regla moral y mafia al mismo tiempo, apretando a todo aquel cuyo discurso no esté con ellos.

– Usan tu guita para decirte cómo organizar tu negocio, cuántos empleados tener, cuánto pagarles y cómo. Por supesto, pueden forzarte a hacerlo y todo.

– Usan tu guita para restringir la cantidad de productos y servicios a los que podés acceder, con las obvias consecuencias de baja de la calidad y aumento de precios.

– Usan tu guita para poner matones en los aeropuertos internacionales, que aprietan a los ciudadanos que regresan del exterior, amenazándolos por cruzar una línea imaginaria con bienes hechos del otro lado. Y hay de vos si te llegan a agarrar con algo.

– Usan tu guita para darle beneficios a emprebendarios amigos de ellos en forma de subsidios o ventajas, por las que claro, recibirán también retornos (o serán de testaferros).

– Usan tu guita para imprimir billetes a lo loco, para impedirte refugiarte en alguna moneda más dura y para obligarte de hecho a pagar el impuesto inflacionario a vos y a todos.

– Y, finalmente, utilizan tu guita para armar regulaciones y esquemas que hacen inviables varios territorios, convirtiendo a los habitantes de los mismos en dependientes de la dádiva estatal. Así, quedan a merced de los repartidores, señores feudales como Insfrán o la “gobernadora” Milagro Sala. Estas personas que están al borde de la marginalidad, se convierten entonces, por adoctrinamiento, necesidad o ambos, en esclavos de los que la reparten. Los arrían, los llevan a actos, los usan como medida de fuerza para ver quién tiene más ovejas. Y están a total merced de la voluntad de los señores. El que disiente o hace algo que no les gusta, queda afuera como mínimo y habría que ver cómo pueden reaccionar el resto de los siervos y hasta dónde llegarán para ganarse el favor del amo. Una indignidad realmente vomitiva.

Ahora, después de este listado de acciones estatales que son claramente inmorales, me gustaría que alguien de nuevo me acuse de no querer pagar impuestos. No pagar por una razón moral, no colaborar con un régimen populista asqueroso, te convierte en héroe.

El Estado somos todos

Está en boca de muchos decir, cuando uno se queja de malos manejes del Estado, la frase “pero el Estado somos todos”.

 

Yo no estafé a varias generaciones con falsas promesas de jubilación.

Yo no imprimo billetes sin respaldo, robándole el poder adquisitivo a los que están en manos de mis conciudadanos.

Yo no le robo cerca del 50% de su sueldo a mis compañeros trabajadores.

Yo no adoctrino a tus hijos con un sistema que fue pensado hace más de 150 años para formar soldados y empleados industriales.

Yo no mandé a pibes de 18 años a morirse en una cruzada quijotesca contra uno de los mejores ejércitos del mundo.

Yo no le transpasé al pueblo las deudas de los empresarios amigos que se habían endeudado en la timba financiera.

Yo no arrasé con varios pueblos originarios para expandir el territorio nacional.

Yo no le di esas tierras conquistadas a 344 familias aristócratas amigas del poder.

Yo no convertí el campo en un monocultivo de soja, con la aplicación de retenciones y prohibiciones.

Yo no hice desaparecer el pan blanco en 1952.

Yo no meto en la cárcel a los que eligen meter en sus cuerpos ciertas plantas o sustancias sin afectar a nadie más.

Yo no obligué a todas las generaciones hasta los 90’s a hacer el servicio militar obligatorio.

Yo no construí obras que benefician solamente a algunos empresarios o sectores afines, con la plata de los contribuyentes.

Yo no confisqué las jubilaciones de gente que había optado por irse del sistema piramidal estatal a uno un poco menos peor.

Yo no le impuse a mis conciudadanos un corralito para que no pudieran retirar sus ahorros.

Yo no le pesifiqué las deudas a mis empresas amigas 3 a 1, mientras los ahorros de la gente se pesificaban 1 a 1.

Yo no le impido a mis conciudadanos establecer relaciones comerciales mutuamente beneficiosas con el exterior.

Yo no persigo a los espacios de arte independientes con leyes obsoletas, habilitaciones absurdas e inspectores corruptos.

Yo no censuré a la prensa, ni a la música, ni a la literatura.

Yo no reprimí las protestas sociales.

Yo no metí presos a mis rivales políticos.

Yo no desaparecí a 30.000 personas durante la última dictadura.

 

Por todo eso y más, “el Estado somos todos” las pelotas.

 

Son éstos.

Son éstos.

Culebrón y Macumba

Viva La Revolución - Guevara y Chávez

Las nuevas deidades

Creemos que evolucionamos, que aprendemos, que nuestras sociedades se hacen cada vez más modernas, refinadas y sofisticadas. Pero esto es solamente una pantalla. Una flagrante mentira que la mayoría de las personas se dicen a sí mismas para convencerse de que no son más que los mismos supersticiosos que pensaban que sacrificando una gallina a los dioses iban a obtener una mejor cosecha.

Vengo siguiendo de cerca el tema de Venezuela y la enfermedad/muerte de Chávez y lo que me queda cada vez más claro es que nos estamos sumergiendo en un primitivismo y un oscurantismo cada vez más grande.

Supongamos que el administrador de nuestro edificio contrae una enfermedad muy grave. Incluso mortal. ¿Se le ocurriría a alguna persona en su sano juicio esperar a su recuperación y que las decisiones diarias sobre su edificio queden en manos del cadete? ¿O simplemente expresa sus mejores sentimientos de mejora a la familia del mismo, rescinde el contrato y le entrega la tarea a otra persona?

¿Se le ocurriría a alguien darle la administración de un fondo fiducidario millonario a una persona que está mortalmente enferma y tiene que utilizar todo su tiempo y esfuerzo en tratamientos cuasi diarios?

Definitivamente no. Porque entendemos que para realizar todas esas funciones es necesario contar con plenas facultades físicas y mentales.

Si tenemos esto claro, ¿cómo es que cuando se hace en la esfera pública en nombre de la “democracia” las sociedades muchas veces toman el enfoque totalmente opuesto?

Ya sea porque está muerto, porque está viviendo de las máquinas, o porque está muy grave con algún tipo de recuperación posible, Chávez no puede seguir siendo presidente de Venezuela. Y debería ser la inmensa mayoría de los venezolanos los que reclamen esto. Y no me refiero a que no puedan tenerle estima o pensar que fue el mejor gobierno que han tenido. Simplemente que, así como no le das a una persona que está pasando por una experiencia traumática (muerte reciente de un familiar, enfermedad terminal, etc.) la administración de tu edificio, mucho menos le das la administración de la recaudación pública y la posibilidad de influir en los destinos de los habitantes de todo un país.

No existe ninguna diferencia entre que Maduro desde Cuba esté haciendo de presidente en ejercicio, supuestamente ejecutando las órdenes de Chávez (mientras no dan ninguna prueba de que esté remotamente vivo o en qué condiciones está), con un brujo de la tribu dando órdenes porque los dioses supuestamente le hablaron al abrir las tripas de un animal.

Un presidente no es electo por “quién es”. No se es presidente por la sangre que corra por las venas o el código genético que se porta. No puede asumir la presidencia alguien en estado vegetativo (o demasiado consumido). No puede ser interpretada la voluntad de un cuerpo por parte de sus discípulos. Para tener una democracia, no basta con poner papelitos en una urna para elegir a una pseudo-deidad. La democracia asume un contrato entre dos partes: delegación de poder sobre una persona específica (o un conjunto, o una cadena), a cambio de servicio y administración.

La constitución de Venezuela es bien clara: en caso de que el presidente electo no pueda asumir, hay que llamar a nuevas elecciones. En caso de que el presidente dimita o muera durante los primeros tres años de mandato, hay que llamar a elecciones. Ante cualquier otro escenario, estamos ante una ruptura del orden constitucional. Y cualquier gobierno que no llame a elecciones, será un gobierno de facto, que no significa más que “un gobierno de hecho”.

Existen básicamente dos razones por las cuales la totalidad de los venezolanos no están exigiendo a gritos y en las calles ver las fotos del estado de su actual presidente, que a la vez debería asumir en un par de días:

a)      Tienen miedo de algún tipo de represalias por parte del gobierno.

b)      No entendieron qué era la democracia y han vuelto a la macumba y al oscurantismo de hace por lo menos cuatro siglos.

Y en ninguno de los casos podemos hablar de que en Venezuela exista, entonces, una democracia moderna.

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Pueblos originarios: Russel Means, un ejemplo libertario

Russel MeansRecientemente falleció Russell Means, referente libertario del American Indian Movement (AIM), organización estadounidense en defensa de los derechos civiles de los pueblos nativo americanos, o como solemos llamarlos en Argentina, pueblos originarios.

La lucha de estos pueblos es en ocasiones olvidada desde el libertarismo vulgar, sobre todo en Argentina, pese a que la conquista española fue especialmente despiadada en su violación a los derechos individuales más básicos. Por otro lado, las campañas de conquista posteriores de Rosas, Roca, Quiroga, Vintter y otros sobre poblaciones amerindias, son a veces vistas como la virtuosa expansión de la civilización, y acompañadas de un nacionalismo que con orgullo nos dice que «Argentina ganó miles de kilómetros de extensión» (aparentemente Argentina consistía en los nuevos propietarios fruto de la conquista).

El tema no es simplemente algo del pasado, si bien hoy todo territorio en el mundo pertenece a un Estado-nación, aún dentro de ellos hay personas que hán vivido al margen de dichas divisiones políticas (un ejemplo reciente es el intento del gobierno de Brasil de desplazar forzosamente a la tribu Kayapó para la construcción de una represa hidroeléctrica).

Al justificar las campañas de conquista es usual escuchar los siguientes argumentos sobre los territorios y sus legítimos propietarios:

  • «No eran propietarios dado no existían títulos de propiedad ni mantenían registro público alguno»: excusa estatista si las hay, reconociendo a la propiedad solo a partir del Estado. Pero además debe considerarse que en muchas zonas la densidad de población era muy baja, con lo cual no existía una real escasez de tierras. Uno empieza a delimitar propiedad para resolver conflictos ante recursos escasos, no ante la abundancia (por eso no es necesario que hoy definamos de quién es el aire). Con la llegada europea y la pretensión de toma de terrenos para su explotación, las tierras se convierten en escasas y llega la necesidad de delimitar la propiedad de las mismas, donde sus actuales ocupantes legitimamente pasan a ser sus propietarios.
  • «No pueden ser propietarios porque eran colectivistas, en las tribus la propiedad no era individualizada sino colectiva entre todos sus integrantes»: sea o no correcta esta información, es un dato irrelevante. Administrar comunalmente tierras o bienes no significa que no exista derecho de propiedad, sino que el mismo es compartido (podemos ejemplificarlo con la administración de un consorcio de departamentos ante sus espacios comunes).
  • «Muchas tribus en realidad saquearon y esclavizaron a otras que eran las originales ocupantes de las tierras»: es un hecho cierto, generalmente ejemplificado con los mapuches en la Patagonia. Pero más allá de que robar al ladrón tampoco hace justicia ante el derecho violado, no se puede generalizar o colectivizar a una causa en base a estos casos. Pretender negar a toda tribu el derecho de propiedad en base a un ejemplo particular es una falacia.
  • «Eran nómades, sus asentamientos eran temporales y entonces no podían ser propietarios»: aquí también aplica la falacia del ítem anterior, no todos eran nómades. Pero aún así, el ser nómade no implica ausencia de derecho de propiedad, justamente existe la posibilidad de ser nómade porque existe territorio sin dueño donde asentarse temporalmente, y al utilizarlo esta siendo apropiado, sin importar que en un futuro sea abandonado (y nuevamente sin propietario) para trasladarse a otra porción de tierra disponible.
  • «Si las campañas de conquista no se realizaban entonces las hubiesen realizado otros y las tierras no serían parte de Argentina»: si bien imposible de predecir, es una posibilidad valida, pero solo apunta a un sentimiento nacionalista. Violar derechos individuales no se vuelve menos reprobable por hacerlo antes que otros. Tampoco los nativos tenían porque pertenecer a Argentina contra su voluntad. Poner a las banderas y sus fronteras o líneas imaginarias por sobre los derechos de las personas puede sea la base de muchas ideologías y variantes políticas, pero no precisamente del libertarismo y sus corrientes.
  • «Situándonos en ese momento y en ese contexto era la manera normal de proceder»: este considero es el argumento más fuerte de todos. Me es muy fácil a mi hablar hoy analizando en frío acorde a los estándares de mi época y filosofía. Aún así, con tribus no belicosas la situación en ocasiones pudo resolverse de forma amistosa y pacífica, como sucedió con tehuelches y galeses en Chubut, donde tenían relaciones comerciales mutuamente beneficiosas.
  • «Aún probando la descendencia es imposible saber quienes serían los reales herederos»: desde el libertarismo se propone que la herencia no sea acorde a la ley sino acorde a la voluntad definida en vida por el propietario, impidiendo la legítima, donde la ley define ciertos herederos de manera forzosa (usualmente familiares), sin considerar las intenciones del fallecido. Un argumento buscando la perfecta coherencia con los principios podría decirnos que se desconoce si los descendientes de pueblos originarios serían reales herederos acorde a la voluntad de las generaciones pasadas. Es correcto el planteo, pero nada va a cambiar el pasado, la restitución nunca será perfecta, simplemente intenta traer algo de justicia donde existieron violaciones de derechos individuales. Creo bastante razonable, salvo demostración o prueba en contrario, suponer que la voluntad del fallecido estaría más cercana a dar en herencia a sus descendientes que a sus conquistadores.
  • «Los pueblos nativos tenían guerras entre sí y no respetaban los derechos individuales dentro de sus propias tribus, además algunos luchaban junto a las tropas de conquista»: tampoco hoy se respetan los derechos individuales en la sociedad, no pretendo sacralizar a nadie ni catalogar de pacífica a una de las partes. Pretendo, acorde a ciertos principios, analizar qué es o no legítimo. Salvo sean consecuencia o motor del tema aquí analizado, es irrelevante si una de las partes cometía otras violaciones a derechos individuales o si dentro de un grupo existían diferencias sobre cómo correspondia proceder.
  • «Las restituciones violan el derecho de propiedad de los actuales propietarios»: en realidad este argumento no es en favor de la conquista y puede venir de quienes repudian aquellos hechos, aún así creo que es útil tratarlo aquí. Los libertarios creemos en los derechos de propiedad justos, es decir, que no fueron obtenidos mediante el uso de la fuerza o el fraude. Significa que si una persona hace un reclamo y puede probar que la tierra que le pertenece fue robada, sería justo un resarcimiento y su devolución. Esto no quiere decir que el actual poseedor de un bien robado sea un ladrón, puede haber cambiado de mano en múltiples ocasiones y muchas de ellas de buena fe, pero si implica que no es el propietario y que deberá devolverlo, tal vez iniciando luego su propio reclamo destinado a quién se lo vendió o intercambió.

Por otro lado, debemos mencionar las limitaciones en las restituciones y los excesos que se cometen en los reclamos de pueblos originarios:

  • Límites a la apropiación: tampoco es cuestión de decir que todo territorio de lo que luego fue la Argentina era propiedad de los pueblos nativos. Como ya dijimos, la densidad de población era muy baja, no existía limitante alguno para que nuevos habitantes residan y formen su propia comunidad independiente. El derecho de propiedad de cada tribu correspondería a lo que realmente era utilizado para vivir, cazar o cualquier actividad. Además, como solía pasar ante los cambios climáticos, si una tribu tenía un lugar de residencia en verano y otro en invierno ambos podían ser reconocidos como propios, incluyendo el camino que utilizaban para ese traslado. Aún con estas consideraciones la mayoría del territorio seguiría en mayor medida vacío y disponible para nuevos habitantes.
  • Malones: de parte de pueblos originarios existían los malones, con los cuales se atacaban y saqueaban poblaciones. A veces pese a haber firmado previamente tratados de paz y de reconocimiento de tierras. Se requeriría un estudio en particular para ver la cadena de hechos en cada caso, lo cual escapa la intención de esta nota, pero estas acciones tuvieron como víctimas a inocentes y demuestran que el análisis no es sencillo como en ocasiones se presenta.
  • Prueba ante cada restitución: restituir lo robado cuando desde el hecho han transcurrido tantas generaciones puede sea más un tema teórico que aplicable en la práctica. Esto es así porque para quitar la propiedad a quien en el mundo de hoy actuó de buena fe implica probar tanto la pasada pertenencia de esa parcela, como la descendencia. Y si bien existen ejemplos de documentos y tratados entre conquistadores y pueblos originarios, en la mayoría de los casos hoy sería imposible de probar. Si es aplicable con facilidad en acontecimientos más recientes, como el robo de propiedades a ciudadanos estadounidenses de origen japonés o alemán durante la segunda guerra mundial.
Russel Means en "The American Indian", por Andy Warhol (1976)

Russel Means en «The American Indian», por Andy Warhol (1976).

Volviendo al hecho que detonó esta nota, Russell, quien además era actor y fuera retratado por Andy Warhol, era un libertario bastante particular. No era un experto en la filosofía de la libertad, ni padecía de la enfermiza coherencia que algunos de nosotros pretendemos de nuestras acciones. No obstante, gran parte de sus objetivos eran afines al libertarismo y eso es lo que lo llevó a afiliarse al Partido Libertario de Estados Unidos e intentar ser su candidato presidencial en 1988 (resultó segundo en las primarias detrás de Ron Paul, quien había renunciado al Partido Republicano debido a las políticas de aumento del gasto público y guerra contra las drogas de Ronald Reagan).

Entre sus actividades afines a nuestras ideas, además de su rebeldía de no pagar impuesto a las ganancias ni aceptar los «beneficios» del sistema de seguridad social, tal vez la más interesante fue su lucha por la independencia de la República de Lakota, dentro de lo que hoy es Estados Unidos. La causa consiste en el reclamo de soberanía en territorios del norte, basándose no en la secesión sino en la reafirmación de una soberanía que los amerindios manifiestan nunca haber abandonado, además de tratados que consideran incumplidos por el gobierno estadounidense. Las propuestas para este territorio abarcan desde el uso de un patrón oro a una organización comunal completamente descentralizada.

Pocos meses antes de morir Russell apoyó publicamente a Ron Paul, su pasado rival en las internas, quien ahora buscaba la nominación por el Partido Republicano. Desde allí decía «yo quiero ser libre. Yo quiero que vos seas libre. Es mucho más fácil para mi ser libre si vos sos libre». Que en paz descanse.

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