Al trote con la Dieta

Trotando al Congreso

Trotando al Congreso

Nos llegó, por parte del lector Leatex, una invitación a una marcha en contra del aumento dietario de los diputados.

Dicho evento está organizado por movamos.org y otras organizaciones, incluyendo al MJID, y se realizará el Jueves 16 de Febrero a las 17.00 hs frente al deshonroso Congreso. Acá el link al evento de Facebook

La manifestación se hace bajo el lema «Ganan el doble por trabajar la mitad».

Personalmente y con el resto de los co-bloggers, no consideramos que sacar menos leyes sea trabajar menos, ni que sacar leyes sea el trabajo de los legisladores. Su trabajo debería ser sacar la mínima cantidad de leyes posibles, y DEROGAR todas aquellas que estén en contra de la Constitución y en contra de la defensa de los Derechos Individuales (Vida, Libertad y Propiedad).

Si coincidimos en que es una vergüenza que vayan 25 veces por año a sesionar, se rasquen el higo y, encima, propongan leyes ridículas como si tiene que haber o no sal en las mesas de los restaurantes, que no se pueda fumar en la propiedad privada y otros atropellos a la libertad.

El que tenga un rato y pueda pase, pegue alguna calco de QNTP y charle un rato con el resto de los congregados. ¡Capaz que hay más de un libertario dando vueltas!

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Una dieta bien Light

Banda de Despreciables

Cartel para el Congreso

Vuelven las sesiones ordinarias al Congreso, al que de “honorable” ya no le queda nada, por cierto, y lo primero que hacen estos muchachos es aumentarse el sueldo un 100%, llevándolos a una tranquila suma de unas 30 o 35 lucas por mes.

Yo creo que, a esta altura del partido, ya es una joda, pero una joda de muchos niveles.

Cómo un estado que tiene en vigencia la ley de EMERGENCIA ECONÓMICA (que permite al ejecutivo disponer a siniestra y siniestra de fondos públicos sin dar explicaciones) puede darse el TREMENDO LUJO de pagarles una fortuna semejante a estos tipos.

Dado que el estado nacional está haciendo “sintonía fina” (a.k.a. IMPUESTAZO) sobre los servicios públicos subsidiados, ¿podrían hacer un aumento en la misma “sintonía” para los muchachos? ¿O acaso está en la misma sintonía porque ambas cosas aumentan el 100% o más?

El señor Dominguez (presidente de la Cámara de DiFORRAdos) dijo en sus declaraciones que “venían muy atrasados” ¿qué son, el gremio de la legislación? ¿atrasados respecto de qué? ¿de la producción de algo acaso? (Sí, de la producción de billetes que todos ellos convalidan!). Agregó que, si no, “el Congreso se llenaría de ricos y ladrones”. ¿Y qué hay ahora ahí adentro, me podrá explicar? ¿Se ven acaso mucho muchos laburantes de a pié convertidos en diputados? ¿Alguno salido de una villa? ¿Algún cartonero?

Pero claro, estos tipos se arrogan la bandera de la “defensa de los que menos tienen”: por un lado, convalidan que una familia para no ser pobre tiene que tener ingresos de 1.500 mangos, mientras que por el otro cobran 35 lucas, más gastos de representación, más asesores (de los que más de uno se queda un lindo porcentaje), más pasajes, más café en los despachos. Estos tipos son unos HIPÓCRITAS totales. Además, de representantes de “el pueblo” no tienen nada, ya que debido a que las bancas son del partido y la elección es por listas sábanas, sólo deben lealtad a sus jefes políticos y no a los que les pagan el sueldo y les pusieron los votos.

No contento con sus declaraciones, Dominguez metió un bocado más cuando dijo “nadie pregunta cuánto ganan en el sector privado”. ¡Por supuesto que no, señor! ¿Qué le importa cuánto gana un tipo que laburó, ahorró, invirtió, metió un producto/servicio en el mercado y generó riqueza? Eso no es su tema ni de nadie más. Encima son los privados los que, expoliación previa, mantienen sus lujos mes a mes, señor Dominguez.

Quiero recapitular cómo funcionan las cosas: un grupo de personas trabaja, genera riqueza, la invierte, se rompe el lomo mes a mes. Otro grupo, presentando argumentos cuasi religiosos, se apropia de, más o menos, la mitad de la riqueza generada. Pero este segundo grupo no se conforma con eso. Además de AFANARLE la mitad de lo que producen, creen tener el derecho de decirles a los primeros cómo manejar su negocio, cómo contratar, cómo despedir y si es que pueden despedir, cuánto pueden ganar, qué hacer con la plata que les queda, obligarlos a que guarden guita “para su futuro”, si puede haber sal en la mesa del restaurant, si se puede fumar y qué tienen que aprender sus hijos en el colegio. ¿Soy yo o hay algo que está realmente mal en el mundo?

Esto no es más que una nueva Corte de Adulones y nobleza como la que había en los tiempos de las monarquías. Por lo menos en esa época eran los dueños de la tierra solamente. Ahora quieren SER TUS DUEÑOS.

Este mundo está totalmente dado vuelta.

Y, dado que nadie en el Congreso va a hacer su trabajo, o sea, asegurarse que las leyes cumplan la Constitución (derogando las que no lo hacen), actuar de contrapeso del ejecutivo y controlarlo, ¿no sería mejor directamente cerrar esa cueva de despreciables vividores parásitos? Capaz que se puede hacer un buen emprendimiento en ese edificio.

Ah, y un detalle más. Ví la foto de un recibo de sueldo de un diputado que anda dando vueltas (la foto, no el diputado, que está bien sentadito y calentito en su sillón). ¿Por qué le descuentan ganancias a un sueldo que sale de la bolsa del estado? ¿No sería más fácil directamente no pagarle esa guita, que sale del mismo lugar a donde vuelve? ¿O es esto un caso más de contabilidad creativa de la AFIP para decir que hubo más recaudación? ¡Están contando los mismos billetes más de una vez, muchachos! Hagan la cuenta  de esto en toda la administración pública…

Volvimos de las vacaciones, y para QueNoTePisen esta manga de delincuentes, tenés que gritar más que ellos, poner más cara de malo que ellos, resistirte, pisarlos vos y, ya que ellos ponen las reglas de juego, no te queda más que HACERLES TRAMPA. Rebelión Pacífica (y no tanto) y No Colaboracionismo YA.

Para qué hacerla simple!

Complicado vs. Simple

Complicado vs. Simple

En vez de que cada persona negocie con su empleador las condiciones para ser contratado, despedido, ascendido o recibir un aumento de sueldo, se utiliza la «Ley de contratos de trabajo» (by «Il Duce» Mussolini), a través de la cual se pretende regular toda relación laboral, desde un empleado de una panchería hasta un gerente en una automotriz. La complejidad y la cantidad de cosas que debe contemplar un documento así son astronómicas.

Con un sistema impositivo complicado, con gran cantidad de ítems distintos, impuestos que se superponen, distintas agencias que recaudan (AFIP, ANSES, Provincia, Municipios), se vuelve muy difícil hacer el propio cálculo y saber exactamente cuánto se está garpando al estado. Es más, apuesto guita a que la mayoría de las personas no tiene la menor idea de que su empleador le paga al estado entre un 25 y un 40% más del bruto que recibe, en concepto de «cargas sociales». O sea, de cada 1.000 mangos que te están pagando en el bruto, hay unos 250 a 400 mangos más que ni te enterás que existen.

Te atan la cobertura médica al gremio y a tu laburo. Así, si se te ocurre cometer ese pecado que es cambiar de laburo antes de la muerte (o si un «malvado explotador negrero y enemigo de la patria» te llega a rajar), perdés los beneficios adquiridos por cantidad de años que estuviste en esa empresa de medicina, todos los médicos que te atienden por esa y no por otra, etc.

Organizan una maraña de subsidios cruzados para los que producen, transportan y/o llevan energía, gas y agua hacia los hogares y las empresas, destruyendo totalmente el sistema de precios y dejándonos ciegos a cuánto salen realmente esos servicios. O hacen unos «subsidios diferenciados en la tarifa» de acuerdo a cuánto gana, dónde vive o dónde fue al colegio una persona.

Y es así que, cosas muy simples como las arriba señaladas, que no tienen que ver una con la otra, son complejizadas y atadas con alambre por una manga de burócratas megalómanos, justificando siempre que «hay algunas personas que no pueden / no saben / no tienen recursos para hacer eso o decidir por sí mismos».

Fíjense cómo sería mucho más simple que, en vez de afanarle a cada persona una cantidad de guita en «cargas sociales» y darle alguna obra social del gremio o algo por el estilo, si le dieran esa guita, podría pagarse tranquilamente una prepaga de lo mejorcito. Hagamos una cuenta bien simple: Sueldo bruto paupérrimo de 1500 mangos, le sumamos las «cargas sociales», termina siendo de 2100 mangos. Con la diferencia puede pagarse tranquilamente un plan de OSDE (una de las prepagas más caras).

Asimismo, sería mucho más simple para las personas negociar su sueldo respecto de su productividad en lugar de estar en escalones como «categorías» o «convenios colectivos» (oohhh, he pecado, iré al infierno de los progres). Es simple, producís más y mejor, le pedís más guita u otras prestaciones a tu empleador.

En vez de subsidiar a todo el mundo por años y destruir los incentivos para proveer más energía más barata (por un tema de volumen y economía de escala) y después sacar todo compulsivamente de una con una suerte de Rodrigazo, podrían haber dejado desregulado el precio y darle un subsidio a las personas que lo solicitaran, previo estudio de uno de sus amados «asistentes sociales».

En fin, hay miles de soluciones simples y desacopladas para todas estas situaciones y muchas más. Los sistemas simples son muy adaptables, actualizables y, en el caso de que dejen de ser útiles, fácilmente descartables. En cambio, los sistemas complejos y acoplados, son difíciles de modificar, tienen un alto overhead (por lo tanto, desperdicio de recursos) y, ante su inutilidad, lo único que pasa es que reciben parche sobre parche, complejizándolos y acoplándolos cada vez más.

Los sistemas simples son efectivos y eficientes, ya que dependen mucho de los incentivos y los deseos que tienen todas las partes. Los burócratas estatales, por su parte, tienen el único incentivo de mantenerse en sus puestitos cobrando una buena platita y SINTIÉNDOSE necesitados y los salvadores de la sociedad. Eso hace que, en lugar de buscar que las cosas sean simples y voluntarias, traten de que las cosas sean complejas, coercitivas y con alto nivel de acoplamiento (en especial que requiera de una alta intervención de ellos y de sus subalternos).

Como dice el viejo dicho «A río revuelto, ganancia de pescador». La complejidad del sistema económico / laboral / jurídico argentino es un río absolutamente revuelto, en el que siempre, siempre, se benefician los que manejan el estado y sus empresarios amigos.

La inflación en una página

Por Henry Hazlitt

[Publicado originalmente en The Freeman – Mayo 1978]

1. La inflación es un aumento en la cantidad del crédito y dinero. Su principal consecuencia es el aumento de precios. Por lo tanto la inflación —si hacemos mal uso del término para referirnos al aumento de precios en sí — es causada solamente por la impresión de dinero. Por esto, la política monetaria del gobierno es enteramente responsable.

2. La razón más frecuente por la que se imprime dinero es por la existencia de un presupuesto desequilibrado. Los presupuestos desequilibrados son causados por gastos extravagantes de los gobiernos que no quieren o no pueden pagar aumentando la recaudación impositiva. Los excesivos gastos son principalmente resultado de los esfuerzos del gobierno en redistribuir la riqueza y el ingreso —en pocas palabras, forzar al productivo a sostener al improductivo. Esto erosiona los incentivos de trabajo tanto para el productivo como el improductivo.

3. Las causas de la inflación no son, como se suele decir, «múltiples y complejas», es simplemente el resultado de imprimir demasiado dinero. No existe nada llamado «inflación de costos». Si, sin un aumento en el stock de dinero, los salarios y otros costos se elevan, los productores que intenten pasar los costos alzando los precios, sencillamente venderán menos productos. El resultado será una reducción en la producción y una pérdida de empleos. Costos más altos solo pueden traducirse en precios de venta más altos cuando los consumidores tienen más dinero para pagar precios más altos.

4. Los controles de precios no pueden detener o aminorar la inflación. Siempre hacen daño. Los controles de precios simplemente ajustan o eliminan los márgenes de ganancia, y llevan a cuellos de botella y escasez. Todos los controles de precios y salarios, incluso el «monitoreo» de los mismos, es simplemente un intento de los políticos de trasladar la culpa de la inflación a los productores y vendedores, en vez de a sus propias políticas monetarias.

5. La inflación prolongada nunca «estimula» la economía. Al contrario, la desequilibra, irrumpe, y mal dirige la producción y el empleo. El desempleo es principalmente causado por excesivos salarios en algunas industrias, producto de las demandas extorsivas de los sindicatos, las leyes de salario mínimo (que mantienen a los jóvenes y a los que no tienen instrucción sin trabajo), o por prolongados y demasiados generosos seguros de desempleo.

6. Para evitar un daño irreparable, el presupuesto debe equilibrarse lo antes posible. El equilibrio debe lograrse recortando el gasto imprudente, y no aumentando la carga impositiva que ya de por sí se encuentra socavando los incentivos y la producción.

(Vía BB)

Club Social y Deportivo

Club Social Y Deportivo

Club Social Y Deportivo

Sábado a la tarde voy a comer a un Burger King con un amigo que, al retirar el pedido, me hace el siguiente comentario: «Pedile sal y eso, porque salió la legislación esa que no le pueden poner más sal al morfi». Las papas ya venían con sal, así que no fue necesario pedir nada. Pero el solo hecho de que se nos cruce ese pensamiento es altamente perturbador.

¿Cuándo perdimos el camino? ¿Cómo dejamos que algo así pase?

El señor Salvia es dueño de un precioso local a la calle, el cual tiene disponible para concretar el sueño de su vida. Fue un laburante desde los 16 años, juntó peso sobre peso, generó diversos emprendimientos con los cuales proveyó a la sociedad con valiosos bienes y servicios (y los consecuentes e importantes «puestos de trabajo», siempre importantes en el discurso de los políticos). Ahora quiere simplemente tener un pequeño bar donde compartir dos de sus placeres más grandes: fumar y comer comidas con alto contenido de sal (unas buenas Costillitas a la Riojana, por ejemplo, con papas fritas, huevo frito y todo lo que se te ocurra).

Es así como, con dos amigos que lo acompañan en sus gustos, decide fundar el Club Social y Deportivo Amantes del Pucho y la Hipertensión. Así como hay círculos de lectura y clubes de ajedrez o fútbol, este espacio será para ofrecer, intercambiar, probar y disfrutar cigarrillos y tabacos de todo el mundo, al mismo tiempo que se sirven platos extremadamente salados.

Se corre la voz en todo el ambiente. Revistas especializadas, tiendas, foros, todos están expectantes a la inauguración de ese lugar en el cual un grupo de personas podrá compartir su pasión, conocer nuevos amigos e intercambiar interesantes anécdotas.

Salvia invierte un importante dinero en las instalaciones del local, decoración, publicidad en gráfica, contrata un cocinero y dos mozos, paga derechos de importación para ciertos tabacos específicos que vienen de fuera del país (y las consecuentes coimas a causa de las «licencias no automáticas»). Todo está listo para el puntapié inicial.

En el día de la inauguración, el local está abarrotado de gente. Vinieron todos, de Capital, de Provincia, algunos viajaron muchos kilómetros desde ciudades del interior. Pero muy pronto, un éxito absoluto se convierte en pesadilla.

Primero llega la Brigada de Control de Cuanta Gente Entra En TU Boliche. A pesar de ser un local muy espacioso, la municipalidad le dió una habilitación «Tipo C», donde pueden entrar un máximo de 300 personas. 200 personas se quedan afuera, a pesar de que tranquilamente podrían entrar y sobraría espacio. Pero al intendente qué le importa.

A continuación llegan los Inspectores por una Ciudad y un Mundo Libres de Humo. Tienen que clausurar el local por violar la ley por la cual no se puede fumar en ningún tipo de «espacio público» (notemos que este espacio es, en realidad, privado, pero con acceso libre y voluntario de personas). Salvia le explica a los inspectores la naturaleza del emprendimiento. Pero no hay caso. «La ley es la ley» y los inspectores proceden a la clausura del lugar.

Finalmente, y para cerrar la noche, cae el legislador Cabandié con una ONG (que recibe subsidios públicos), para realizar una segunda clausura, debido a la venta de comidas con alto contenido de sodio, alto contenido de grasa, por tener el salero en la mesa, por no ofrecer un menú para niños y por no tener una variante «light» en el menú. El intento de Salvia por explicarle a este muchacho las razones de eso son, nuevamente, futiles.

Al día siguiente le llegan unos representantes del Gremio de Gastronómicos, junto con los abogados y un juez, para decirle que se inicia contra él un juicio por parte del cocinero y los mozos, debido a haber sido sometidos a «condiciones de trabajo insalubres» por haber estado en un ambiente con mucho humo.

Con mucha tristeza, Salvia echa a los mozos y al cocinero y cierra el local. Pero, arma una suerte de club privado en el cual él mismo sirve de anfitrión, mozo y cocinero para algunos participantes selectos (via invitación) que colaboran con el emprendimiento donando «a voluntad» para solventar los gastos.

Unos días después, le llega una solicitud de invitación a este club firmada por el legislador Cabandié. Salvia, ya montado en cólera, le niega la invitación y la entrada. Cabandié presenta una denuncia en el INADI, y Salvia termina juzgado culpable de discriminación y una sentencia de dos años de probation y trabajos comunitarios.

Esta historia es, obviamente, ficticia, pero todos conocemos casos de personas a los que les pasó algo de lo que acá se comenta. El estado interviniendo en las relaciones voluntarias de las personas, nunca puede tener un resultado positivo para ninguna de las partes, solo para sí mismo y para los megalómanos que se adueñaron de él.

Yo nunca fumé. Aborrezco el olor y el humo del cigarrillo. Casi no uso sal. Como sano y soy fanático de estar saludable y en estado físico.

Pero tenemos que entender que no podemos imponerles a los demás nuestro criterio y nuestra forma de vivir. No podemos regular las actividades de las personas de acuerdo a lo que es «políticamente correcto» en un momento determinado.

¿Qué pasa si el día de mañana el fútbol pasa a ser «políticamente incorrecto»? ¿Qué pasa si un legislador pone un proyecto para sacar todas las canchitas de los gimnasios y clubes porque considera que las lesiones son malas para la salud de las personas? ¿Qué pasa si lo «políticamente incorrecto» son las camisas blancas o teñirse el pelo o la homosexualidad? ¿Realmente quieren que el estado y los megalómanos que lo manejan tengan poder sobre eso?

Todos quieren prohibir lo que a ellos no les gusta: un vegetariano quiere prohibir la ingesta de carnes, un «pacifista» quiere prohibir la portación de armas y la práctica de artes marciales, la familia de un hipertenso quire prohibir que esté el salero en la mesa de los restaurantes y un político quiere prohibir aquella cosa que le dará más votos en la próxima elección.

Una sociedad abierta y libre, solo puede funcionar por incentivos. ¿Cuáles son los incentivos para tener un local «libre de humo»? ¿Existe realmente una conciencia en las personas? ¿O el mismo que «está de acuerdo» con la ley que prohíbe fumar en el bar de Salvia después va a lo de un amigo fumador y se come el humo sin chistar? ¿Sabían que el Congreso y la UBA son dos de los lugares en los que el humo del cigarrillo está presente constantemente? ¿Cuánta sal le ponen los legisladores a la comida en su casa? ¿Y en el restaurant de la legislatura está la sal en la mesa o no?

Como dice mi mejor amigo «Cuando la gente entienda las implicancias de que el estado tenga la capacidad de decidir que no puede estar la sal en la mesa de un restaurant, va a aterrorizarse realmente».

Digame liberal

Al defender la libertad en un país en democracia no tengo otro remedio para la enfermedad del estatismo que ser libertaria. Es el sistema politico-filosófico que más puede asemejarse a la defensa de los derechos individuales de los argentinos.

Para todos aquellos que no lo son, solo me gustaría que reflexionen acerca de cómo nos (enfatizo el pronombre) están cagando.

Nos cagan cuando:

  1. Nos quitan la mitad del sueldo para distribuirlo donde al gobierno se le antoje (seguramente se pierda en bolsillos sindicalistas, en burocracias focaultianas, en películas que nunca irás a ver o en el mantenimiento de aviones que jamás te vas a tomar).
  2. Te dicen que respetan la libertad de expresion, intimidando periodistas, tomando control de una planta de papel, distribuyendo a piaccere publicidad oficial, centralizando las licencias y renovaciones de canales de tv y radios opositoras.
  3. Representandote en el exterior, hablando en tu nombre al lado de asesinos y genocidas, y aceptando regalos de dictadores inescrupulosos incapaces de respetar la propiedad de la gente que pretenden defender.
  4. Cuando dicen cuidar las instituciones republicanas, con poderes extraordinarios, aplastando la justicia que alguna vez dijo ser independiente, haciendo uso y abuso de los decretos de necesidad y urgencia; manteniendo esos decretos de urgencia por varios años que los antropólogos llamarían eras.
  5. Diciendote que las buenas intenciones son suficientes para tomar decisiones por vos. Total qué mejor que un grupo de funcionarios del gobierno para decidir por vos cuántos atados deberías fumar, cuántas papas fritas es correcto que se vendan para cuidar tu salud, que la sal puede hacerte daño por eso las sacamos de las mesas de los restoranes. por eso subimos los impuestos a los cigarros, vetamos la venta de alcohol después de las 22 en BA, obligamos a los automovilistas a utilizar el cinturón de seguridad y les decimos a los dueños de los albergues transitorios a que no dejen entrar más de 2 personas a las habitaciones.
  6. Pero ojo… ellos -¡ellos!- tienen la intención de promovernos a todos los que volvemos del exterior con alguna compra como actores en ascenso. Para mi que nos quieren ver a todos en la calle corrientes. Nos hacen mentir, esconder ipads, iphones, bberrys, memorias, o cualquier otro IT para poder pasar por los escaners sin ser descubiertos. Es un 1 a 1 contra el empleado con el perro. Pero a pesar de que te rompiste el lomo laburando -o no, quién sabe- para comprarte ese aparatito que en BA sale 4 veces más, como si tuviera algo de malo el hecho de que fuera extranjero, te frenan, te interrogan. Para ellos sos un llano delincuente.
  7. Como si fuera poco, te dicen en qué moneda es mejor ahorrar. y si no querés esa, te pegan como a nene caprichoso. Que clave fiscal, que una cola de 10 personas en agencia de la AFIP, y andá a adivinar el monto que al sistema al boleo -o bajo quién sabe cuáles variables- te deja trocar.
  8. Y sino te pasa como a mi, que quise ir a ver qué sabía la AFIP de mí. Y resulta que después de varios idas y vueltas en la justicia por un habeas data, me citan para decirme: esto es lo que se de vos. Saben todo. Me dieron ganas de cerrar todo y empezar a vivir en la clandestinidad, ahí donde quedó la dignidad de varios de nosotros.

Y todavía tienen el tupé de decirte que la inflación es baja, que la culpa es de los comerciantes. La culpa del hoy son las políticas del ayer, y que se sostienen en el hoy. Tambalean. Que exista un ente que tiene la facultad de decirte que te ayuda a vos como pyme diciendote cual es la cantidad de empleados que deberias contratar es una joda. Todo lo que viniste pagando fue impuesto para que otros lo gasten y te digan qué es lo mejor para vos.

Basta de corralitos cambiarios. Basta de subsidios. Que bajen los impuestos. Que dejen de manipular una moneda que sólo puede ser manipulada por la oferta y por la demanda, como cualquier otro bien. Basta de hacernos pagar productos nacionales, caros y de peor calidad. Basta de tanto lobby barato. Basta de tanta frase hecha. Vos tenés derecho a vivir como más te guste, dónde más te guste. Antes, ahora y siempre.

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Doblepensar y van…

A esta altura del partido, ya estoy seguro de que quieren volver locos a los pocos que ya no lo estaban.

doublethink

A = ~A <=> Lo dice el estado

Por un lado, desde el estado te comunican que es tu deber como ciudadano renunciar a los subsidios de la luz, el gas y el agua. Se los sacan de prepo a «los que más tienen». Hacen un formulario de renuncia. Hacen un cuestionario para ver si «te los merecés». Hacen una gran campaña mediática (qué seguro costó uno que otro mango) con muchos de sus convenien-progres, como el turro de Dolina. Te dicen que si renunciás al subsidio sos un héroe de la patria y harán estatuas en las plazas que representen a esos ciudadanos concientizados.

Por otro lado, sacan un spot publicitario para que vayas corriendo (YA! YA! YA!!!!) a buscar una SUBE, para PODER MANTENER EL SUBSIDIO EN LOS TRANSPORTES.

¿En qué quedamos, muchachos? ¿No era que renunciar a los subsidios era lo mejor que se podía hacer? ¿Puedo ser considerado un héroe por renunciar a los subsidios de luz, gas y agua pero haber adquirido mi sube para seguir subsidiado en transporte?

¿Subsidiar es bueno o es malo al final? ¿Es bueno en ciertos rubros y malo en otros? ¿Quién lo decide y cómo? ¿Tiene acaso un subsidiómetro para darse cuenta?

Se me frió el cerebro y ya no entiendo nada de nada.

 

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Los nazis de la pauta oficial y la libertad de expresión

La libertad de expresión es, sostenida, respaldada y garantizada por el derecho de propiedad, es uno de los derecho fundamentales en una sociedad libre. La posibilidad de expresarse es la posibilidad de presentar nuevas ideas, de discutirlas, de refutarlas, de adoptarlas, o de descartarlas, pero sin tener siquiera la mera posibilidad de expresarse ese debate sería inexistente.

Por eso mismo los gobiernos que quieren imponer sus ideas, perpetuarse en el poder, y anular cualquier tipo de surgimiento de ideas que puedan poner en riesgo su estabilidad, suelen atacar la libertad de expresión. A raíz de esto los liberales y libertarios somos acerrimos defensores de la libertad de expresión, ya que cualquier tipo de margen que se le permita al gobierno para avanzar sobre la regulación de las ideas, es abrir la puerta para anular determinadas expresiones. Ya lo decía Thomas Jefferson, «es preferible una prensa sin gobierno, que un gobierno sin prensa.»

Que uno defienda el derecho a la libertad de expresión, no implica que esté de acuerdo con lo que se expresa, la libertad de expresión está concebida especialmente para las ideas en la que no estamos de acuerdo. Sin embargo, desde el liberalismo entendido  como el respeto irrestricto por los planes de vida de los demás, podemos desaprobar ciertas expresiones que se contraponen a esa definición y al mismo tiempo respetar el derecho a expresar esas ideas.

Ayer, en el Suplemento «No» del diario Página/12, apareció una tira cómica llamada «Una aventura de David Gueto» de muy mal gusto:

 

Click en la imágen para verlo en grande

 

Este es uno de los casos en los que podemos observar con claridad, una tira cómica, que no tiene nada de humor y además puede resultar ofensiva para algunas personas, y aún así la persona se ve amparada a la libertad de expresión del diario Página/12.  Que el gobierno le prohiba a Página/12 publicar este tipo de cosas, implica avalar un ataque contra la propiedad privada, además de sentar un peligroso precedente como es permitirle al gobierno que las ideas molestas sean suprimidas del debate. La libertad de expresión está justamente para esas ideas que más nos molestan.

Ahora bien, no todo es tan sencillo como parece. Página/12 no es cualquier diario, es, como la mayoría de los medios, un medio que recibe publicidad oficial. O sea, parte de su financiación (y en el caso de Página/12 ha tenido trato preferencial respecto de este tema) proviene del gobierno, en otras palabras, los taxpayers (contribuyente la voy a sacar de mi diccionario) están obligados a financiar este tipo de expresión. Esto genera un conflicto para el que es ofendido por el no-humor de Sala (porque ni siquiera es gracioso), o por la temática empleada, porque está de todas maneras aportando, forzosamente, a la estabilidad financiera del diario. Aunque uno deje de comprarlo o se organice un boicot para dejarlo de comprar, el diario seguiría recibiendo una porción de esos fondos gracias a la llamada pauta oficial.

Por todo esto, para poder garantizar la libertad de expresión, es fundamental que el gobierno y la prensa vayan por caminos diferentes. Cualquier intento de regulación, ya sea una ley de medios, la regulación del uso del papel, el uso de supuestos conflictos sindicales para bloquear plantas de diarios, y  demás, por mas bienintencionado que sea, abre la puerta para el manejo, control, y filtro de la prensa por parte del g0bierno, y pone en peligro el saludable ejercicio del debate de ideas.

Perdón por dejarme subsidiar

Con los anuncios de la quita de subsidios a los servicios públicos, el gobierno nacional instrumentó tres modalidades por las que los beneficiarios de los mismos iban a perder los subsidios, a saber:

  1. Zonas designadas. Sin ningún tipo de advertencia previa, el Ministerio de Planificación y el Ministerio de Economía, designaron algunas zonas, consideradas según su criterio, como las zonas más ricas que ya no merecían recibir los subsidios. En una conferencia de prensa leyeron el listado, de aquellas zonas donde vivía gente que «no los necesitaba».
  2. Renuncia voluntaria por formulario. El Ministerio de Planificación habilitó en el mes de noviembre un formulario donde el que quería podía adherir a una renuncia voluntaria de estos subsidios.
  3. Cuestionario. A partir de enero y febrero, los usuarios de servicios públicos que no hayan sido alcanzados por el punto 1, o no hayan optado por el punto 2, recibirán un cuestionario a partir del cual se evaluará si la persona es merecedora de un subsidio.

Estos tres métodos son relativos a recibir el subsidios, para renunciar a su financiación no hay muchas alternativas (tal vez, un  formulario así?)

No es casualidad que hayan optado por estas tres modalidades, y no por anunciar que el entramado de subsidios no se podía sostener más porque ni los miles de millones de pesos que recaudan mensualmente alcanzan para seguir construyendo esta ficción. Los tres mecanismos elegidos para la quita de subsidios responden a una faceta en la que el kirchnerismo ha mejorado ostensiblemente: la comunicación. Así como el régimen nazi (aunque las comparaciones son odiosas) tuvo que apelar a una estrategia de comunicación esbozada por Joseph Goebbels,  una persona muy capaz, según los que saben, el kirchnerismo ha mejorado el aspecto comunicativo, y la gente lo empezó a comprar. La famosa «crisis del campo», en la que el Senado no aprobó el aumento a las retenciones pudo haber sido una victoria para los que se oponían, pero en ese mismo instante el gobierno aprendió una lección sobre comunicación y aprendió bien.

La quita de subsidios a los servicios públicos la va a hacer el gobierno, pero no fue éste quien la motivó. Ese es por lo menos el mensaje que están dando. Veamos, si no caso por caso, como nunca es el gobierno el que  sacó los subsidios.

En el caso 1, con mayor claridad, es el gobierno el que directamente quita los subsidios. La única salvedad es que no hay costo político alguno en quitarle los subsidios a los que viven en las zonas de mayor poder adquisitivo. En una sociedad donde en muchos sectores lo importante es la «redistribución de riqueza» y no la generación, sacarle privilegios a los que más tienen está bien visto, sacarle derechos también, la cultura perdominante los señala como «los malos».

El caso 2, es el primer caso donde no es el gobierno el que quita los subsidios, si no uno mismo. Lo primero que se me vino a la cabeza fue lo que los comunistas llamaban autocrítica, y Wikipedia lo explica sucintamente así:

Llevado al extremo en la época del estalinismo, y conjugado con la política de purgas, obligaba incluso al reconocimiento de la propia traición y delitos gravísimos de los que se autoinculpaban los sometidos a algunos procesos.

Mao Zedong explicó en «Sobre el gobierno de coalición» la importancia de la autocrítica:

La concienzuda práctica de la autocrítica es otro rasgo que distingue a nuestro Partido de los demás partidos políticos. Hemos dicho que la habitación se debe limpiar regularmente, porque de otra manera se amontonará el polvo, y que tenemos que lavarnos la cara regularmente, porque de otra manera se nos cubrirá de mugre. La mente de nuestros camaradas y el trabajo de nuestro Partido pueden cubrirse de polvo y deben ser limpiados y lavados. El agua corriente no se corrompe y a los goznes de la puerta no los carcomen los gusanos. Este proverbio expresa cómo el movimiento constante impide el ataque de los microbios y otros organismos. Revisar regularmente nuestro trabajo, desarrollar durante el proceso de revisión el estilo democrático de trabajo, no temer a la crítica ni a la autocrítica y aplicar aquellas máximas populares chinas tan buenas como di todo lo que sepas y dilo sin reservas, no culpes al que hable, antes bien, toma sus palabras como una advertencia y corrige tus errores, si los has cometido, y guárdate de ellos si no has cometido ninguno: he aquí la única forma eficaz de evitar que el polvo y microbios políticos infecten la mente de nuestros camaradas y el cuerpo de nuestro Partido.

El proceso en renunciar a los subsidios de forma voluntaria, va en el mismo sentido. En primer lugar, nos da la posibilidad a renunciar a un beneficio que nunca pedimos. Renunciarlo implicaría haberlo pedido, y ahí es donde comienza la perversión del relato que intentan crear, y el deslinde responsabilidades del gobierno por la quita de subsidios, que ahora son simplemente tres palabras, pero que el próximo meses serán cientos de pesos más en la cuenta de gas, luz o agua. En segundo lugar, la renuncia voluntaria no es técnicamente que alguien te esté sacando los subsidios, uno lo está renunciando de forma voluntario, uno mismo es el responsable de que haya aumentado, y además el culpable de no haberse dado cuenta que recibía un privilegio injusto a costa de los demás.

Este discurso que se intenta implantar, refuerza la noción de que las consecuencias que se darán por la quita de subsidios, un aumento de más del 200% en la tarifas,  son ajenas al gobierno. El ejercicio de renuncia, el reconocimiento de que hicimos algo mal, nosotros y no ellos.

Los que no opten por la opción 2, ni tampoco vivan en las zonas designadas en el punto 1, recibirán un cuestionario donde deberán contestar algunas preguntas para que después las autoridades definan si uno merece o no recibir subsidios.

Esta útima opción para la quita subsidios, ya no es más una autocrítica, ni son señalados por el gobierno como ‘los malos, es más parecido a una confesión.

La confesión era el medio de prueba por excelencia en los procesos que llevaba adelante el Santo Oficio de la Inquisición, el juicio terminaba cuando el acusado, bajo tortura o amenaza de ser torturado, confesaba todos los delitos de los que era acusado, y con esa confesión, tomada por cierta, el Santo Oficio le confería a una autoridad secular la última palabra, que por supuesto respetaba lo que había «admitido» el acusado.

Leyendo el cuestionario, me parece que estamos ante lo mismo:

1.- Usted acredita una enfermedad crónica que implique un mayor consumo del servicio.

2.- Usted percibe como único ingreso previsional una jubilación y/o pensión equivalente a un haber mínimo.

3.- Usted percibe Pensiones No Contributivas.

4.- Usted es beneficiario de algún Plan o Programa Social (Asignación Universal por Hijo, Subsidios Por Desempleo, Plan Familias, etc.).

5.- Usted tiene el domicilio afectado por actividades de índole social (Institutos, comedores comunitarios, centros de recuperación, etc).

6. Usted percibe alguna asignación familiar.

7.- Usted cuenta con certificado de discapacidad.

8.- Usted posee ingresos familiares insuficientes para afrontar el pago de la tarifa plena.

9.- Usted se encuentra exento del pago de ABL.

10.- Su vivienda posee características edilicias desfavorables que impliquen la utilización de un mayor consumo de otro servicio (vivienda precaria con familia numerosa, vivienda precaria carente de alguno de los servicios -gas o agua, etc).

11.- Su vivienda posee un local anexo destinado a la actividad comercial (pequeños comercios, talleres de oficio, etc.).

12.- En su vivienda conviven múltiples hogares.

Tal vez se trate de una exageración, pero en este último caso, contestar las preguntas que realiza el Ministerio de Planificación, bajo carácter de declaración jurada, implica en la mayoría de los casos que uno admite que no merece los subsidios. Una vez más, no son ellos. Somos nosotros.

Por supuesto que los usuarios de servicios como luz, agua, gas, no van a ser los únicos que pierdan los subsidios. El gasoil, fuertemente subsidiado para mantener un boleto a una tarifa irreal también perderá el subsidio, y con ello los transportistas se verán obligados a aumentar el boleto.

¿Cómo harán para desligarse de la responsabilidad de esos aumentos? Con el Subte fue facil, el problema (y la culpa) es de Macri.  La estrategia para el subsidio al combustible de los colectivos empieza a armarse, por suerte, está vez no va a ser nuestra culpa, ni la culpa de Macri, es el turno de los empresarios.  Estas primeras denuncias sobre un «sobreprecio«de la venta de gasoil a granel son los primeros indicios de que próximamente, por culpa de las empresas, no habrá más subsidios para viajar en colectivo.

La estrategia actual del gobierno en materia de comunicación se corresponde con su proyecto político. Dejaron de lado los errores de hace algunos años, y ahora, el proyecto de un estado presente en cada aspecto de nuestra vida diaria, e interfiriendo en las millones decisiones que toman los argentinos a diario, está sustentado por una estrategia de comunicación donde el proceso de sacralizar al estado se acentúa, y pronto estén todos adulando y agradeciendo al estado por todo lo que nos da y nosotros, simples humanos, no lo merecemos.

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Prensa sucia

«Los mercados contra la democracia» pone en primera plana Le Monde Diplomatique, con letras enormes y, algunas, rojas. ¿Se puede ser tan mentiroso? ¿Se puede ser tan ignorante? ¿Se puede ser tan mala leche?

Le Monde
Pasquín socialista

Los «mercados» son simplemente personas intercambiando bienes y servicios de acuerdo a las preferencias del momento. ¿Cómo podría eso atentar contra la democracia? ¿Puede alguien ser tan tarado para creerse eso? Tal vez después de unos cuántos años de lavado de cerebro con basura estatista.

Si el estado se ocupara simplemente de proteger los derechos individuales de las personas, no habría absolutamente ninguna relación entre los mercados, la forma de gobierno o quién está administrando en el momento.

Los problemas empiezan cuando ciertos burócratas megalómanos y con baja autoestima por sus logros personales, aumentan el tamaño del estado y lo hacen encargarse de cosas de las que jamás podrá encargarse. Las preferencias de la gente no pueden ser controladas. La producción no puede controlarse desde un ministerio. Las compras y las ventas siempre pueden escapar a los controles estatales.

Unos tipos de traje le prometen a la gente la felicidad servida y la vida perfecta totalmente planificada a cambio de unos votos. Para tratar de cumplirlo imprimen dinero, ponen regulaciones de todo tipo a las transacciones voluntarias, obligan a dar créditos a quienes no pueden pagarlos, tratan de «regular» los mercados financieros haciendo que se cuelen «activos tóxicos» en los mismos.

Y cuando las preferencias e intercambios de las personas no respetan «el plan», cuando alguien tiene que producir y generar la riqueza prometida, cuando el cuentito de hadas se choca con esa fuerza imbatible llamada realidad y esa no es como lo prometieron unos tipos de traje, tenemos un culpable: LOS MERCADOS. Serán culpabilizados de atentar contra lo que se dice que es lo mejor que le pasó a la humanidad… «la democracia».

Una democracia sin república es, simplemente, la tiranía de la mayoría. Una democracia en la que el estado no respeta irrestrictamente el proyecto de vida de los ciudadanos no se diferencia en nada de un nuevo despotismo ilustrado. Una democracia sin derechos individuales, es una simple maquinaria socialista. El mercado no atenta contra una forma específica de gobierno; es la forma de gobierno la que atenta contra sí misma al intentar abarcar cosas imposibles e irrealizables.

Señores estatistas e izquierdistas de cuarta, les informo nuevamente que fallaron. Su megalomanía y ansias de controlar lo incontrolable los han llevado hasta este punto. Háganse cargo de sus errores y váyanse a su casa. El futuro es Libertario.

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