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El juego de las diferencias
Publicado originalmente el 13 de enero de 2011 en La Crisis es Filosófica.
Existe un juego que si hoy tratásemos de jugar, más de uno perdería. Este es el juego de las diferencias entre la Ley de Radiodifusión (22285) y la nueva ley de Medios de Comunicación Audiovisuales (26522).
El problema es que ambas disposiciones tienen en común tres pilares fundamentales. El primero es la declaración de la «comunicación audiovisual» o «radiodifusión» como un servicio de interés público. El segundo es que a través de ambas leyes podemos ver una exaltación de la «argentinidad» o lo nacional por sobre lo foráneo. Por último, ambas leyes tienen como objetivo la protección del espectador.
Interés Público
Por más que en el discurso intente oponerse visceralmente a las ideas de la dictadura de los ’70, el gobierno de los Kirchner (impulsor de esta ley) comparte con ellos la idea de que los medios son de interés público.
El problema con esta pomposa declaración es que como ese interés es tan difícil de identificar -ya que somos 40 millones con distintos pareceres y deseos- probablemente lo que termine imponiéndose sea el interés propio del gobierno que dice (por ganar las elecciones) ser el representante de todos.
Finalmente, la consecuencia puede variar desde tener programas de «promoción cultural» con gauchos cocinando asados en algún canal perdido, o bien a tener la versión argentina de «Aló Presidente» con CFK como animadora y Aníbal, Bodou y Randazzo en el rol de panelistas incisivos.
Lo Nacional
La vieja ley sugería que:
La programación deberá incluir, preferentemente, obras de autores nacionales e interpretaciones de artistas argentinos [1]
La nueva, a diferencia (perdón, en la misma línea), impone que:
Los servicios de televisión abierta deberán emitir un mínimo del 60% de producción nacional; con un mínimo del 30% de producción propia que incluya informativos locales [2]
Ahora bien, ¿Por qué cuando a Mauricio Macri se le ocurre acusar a la «inmigración descontrolada» de peruanos y bolivianos de ser la culpable de los hechos ocurridos en el Parque Indoamericano, todos coincidimos en tildarlo de xenófobo pero cuando el gobierno impulsa una ley donde al capital y al trabajo extranjero se le da un lugar de segunda, a todos nos parece fenómeno? ¿No es este otro caso de lisa y llana xenofobia?
Protección del Espectador
He aquí donde la izquierda y la derecha estrechan sus manos y nos dicen «tranquilos, nosotros los cuidamos».
La diferencia es que van a cuidarnos de cosas distintas. Mientras la ley vieja busca protegernos de que:
atenten contra la salud o estabilidad síquica de los destinatarios de los mensajes o contra su integridad moral [1]
La nueva intenta protegernos de una supuesta concentración de medios que podría -dios no quiera- hacernos pensar algo que a ellos no les guste:
Con el fin de impedir la formación de monopolios y oligopolios, el proyecto de ley pone límites a la concentración, fijando topes a la cantidad de licencias y por tipo de medio [2]
Para protegernos los militares inauguraron el COMFER, mientras que los del Frente Para la Victoria lanzaron la AFSCA y además agregan una serie de regulaciones referentes a las licencias con el fin de evitar la “concentración” –o sea, concentrar pero en manos amigas-.
Ahora bien ¿Por qué tenemos dos leyes tan parecidas en esencia pero diseñadas por ideologías supuestamente antagónicas?
¿Será esto señal que desde ambos lados del espectro político sí se cree en la existencia del «interés público» y se acepta que Cristina o el General de turno sean los encargados de expresarlo?
¿Será que ambas facciones se olvidaron que su misión como gobernantes es «asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino»?
¿Será que izquierda y derecha coinciden en considerar al televidente un ser poco capaz de cambiar de canal o simplemente apagar el televisor si lo que tiene en frente no le gusta?
Los impulsores de la nueva ley alzan la bandera de la «democratización» de los medios. Sin embargo, en esencia y en principios, coinciden con una ley promulgada por un gobierno militar bastante poco democrático.
¿Y nosotros? ¿Estamos en condiciones de creer que los medios interesan sólo a quien produce y a quien consume y no «al pueblo»? ¿Podremos dejar la xenofobia de lado y abrir las puertas sin prejuicios? ¿Estamos listos para adueñarnos verdaderamente del control remoto?
[1] http://www.espaciosjuridicos.com.ar/datos/LEY/LEY22285.htm
[2] http://www.argentina.ar/_es/pais/nueva-ley-de-medios/C2396-nueva-ley-de-medios-punto-por-punto.php
http://adriansaraccoblog.wordpress.com/2010/07/19/fm-moyano/
La ley de medios K, terrible avanzada de los fascistas-socialistas para controlar a la prensa y a la gente. No olvidemos que para el difunto tirano Kirchner los culpables de su derrota electoral en julio de 2009 fueron los medios concentrados.
Es increíble que desde el poder que nos cuesta mucho dinero en impuestos se atrevan todavía a decirnos que tenemos que ver cine nacional (producido seguramente por los bufones de la corte K, nada más ver la cantidad de subsidios que pagamos para que hagan películas que pocos ven). Las empresas de medios privadas tienen todo el derecho de elegir su programación tanto como los espectadores pueden decidir qué quieren ver.
«Las empresas de medios privadas tienen todo el derecho de elegir su programación tanto como los espectadores pueden decidir qué quieren ver»
Exactamente. Pero este principio tan fundamental y simple es vulnerado en función de cumplir con una justicia superior que tiene que ver con el «bien común» o el «interés nacional».
una vez que aceptamos estas nociones estamos listos para tener todo tipo de gobiernos autoritarios que al derecho de la empresa a programar su grilla y al del espectador a mirar lo que quiere ver los van a usar de servilleta.
Abrazo!
Iván, lo por de todo esto es que la sociedad está narcotizada con el colectivismo, a pocas personas les escandalizan estas cosas. Como que estamos en una pendiente y los colectivistas van ganando cada vez más terreno. Un abrazo.
No puedo entender todavia el pensamiento impulsado generando que las corporaciones mediaticas o empresas privadas tienen mas derecho que el pueblo en si. Pienso, en voz alta, las personas de pensamiento en Argentina ya han perdido desicion sobre sus deseos o estan tan lavados que repiten lo viste en medios de comunicacion. Tengo cosas a favor y en contra de este gobierno pero es por desicion propia informandome, ese ejemplo del SUBE esta implementado pero muchas empresas de Colectivos no quieren usarlo(casi nunca anda) por intereses propios. Le pido humidemente a todos los opinadores que se fijen bien de todo antes de dar su idea ya que es vana en detalles importantes.