Desenmascarándose
Todo dicho. PAGAR ES LA ÚNICA OPCIÓN. No hay juicio justo, no hay presunción de inocencia, no hay objeción de conciencia. Como la mafia, pero por lo menos la mafia quiere que te vaya bien.
Todo dicho. PAGAR ES LA ÚNICA OPCIÓN. No hay juicio justo, no hay presunción de inocencia, no hay objeción de conciencia. Como la mafia, pero por lo menos la mafia quiere que te vaya bien.
El Partido Liberal Libertario parodió la publicidad de la AFIP donde los impuestos, pese a su naturaleza coercitiva, son simpáticamente mostrados como virtuosos y necesarios para nuestro desarrollo. Aquí la nueva versión, algo más realista con los privilegios de la clase política a la que en su mayoría sustentan:
El robo de fondos de la ANSES, que nos enteramos a través de El Argentino no es novedad:
Policía roba 150.000 pesos que eran para jubilados
Un policía de del pueblo rionegrino de Mencué fue detenido el viernes acusado de emboscar y atacar a tiros a cuatro hombres, que transportaban en un auto fondos de la ANSES, y apoderarse de 150 mil pesos.
Este tipo de robos suceden casi a diario con la salvedad de que los cometen hombres de saco y corbata, que no necesitan disparar un solo tiro y para concretarlo solo necesitan una firma.
Se pueden enterar más acerca de esos hechos acá: [1] [2] [3]
Ya lo dijo muchos años atras Juan Bautista Alberdi: «El ladrón privado es el más débil de los enemigos que la propiedad reconozca. Ella puede ser atacada por el estado en nombre de la utilidad pública».
Considerando a un automóvil como un bien propio legítimamente adquirido gracias a mi sudor, tiempo, habilidad y esfuerzo, mediante libre intercambio voluntario con su fabricante, y que dicho fabricante utilizó la misma operatoria con sus proveedores y empleados:
Dado el último ítem es equivalente a situaciones vividas en un Estado actual, ¿en que momento lo moralmente reprobable se convierte en moralmente virtuoso?
Con esto no pretendo nos pongamos a debatir que tanto tributo es aceptable o si es o no posible una sociedad sin ellos, pero si que mediante la razón veamos su naturaleza violenta y que entonces miremos con otros ojos a políticos cuando sin culpa pretenden subir nuestros impuestos.
Los burócratas en ocasiones intentan mostrar virtud en el tributo con mensajes como «por una cultura tributaria», pero son ellos mismos los que reconocen la naturaleza violenta de su acciones al denominar a sus operativos como «torniquete fiscal» (ejemplo de ARBA también aplicable a la AFIP).
Y no alcanza con criticar a la corporación política, no siempre es para sus bolsillos. Esta en nosotros darnos cuenta que cuando solicitamos al Estado nos subsidie o brinde un bien o servicio «gratis», si tiramos de la soga en el otro extremo encontraremos a otro individuo que siendo pacífico es violentado, y que fue nuestro pedido el que provoco la agresión o amenaza de ella.
Poner a la violencia como norma institucional mediante impuestos y aún no poder eliminarla debería avergonzarnos como sociedad. No debemos olvidarlo, menos aún promoverlo.
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