Cabandié y los Lannister

CS 65 Friday 22nd October 2010En Game Of Thrones, Cersei está preocupada por las acciones desquiciadas que está tomando su hijo Joffrey (el joven rey) y Tyrion, en su infinita sabiduría, le dice:

«Es difícil ponerle una correa a un perro después de haberle puesto una corona.»

 

La sociedad argentina, en casi su totalidad, se pasó diciéndole a Cabandié que era especial. Que tenía otros derechos. Que tenía un destino de grandeza. Y procedió a entronarlo en un cargo público.

La muy distinta realidad, es que Cabandié es simplemente una pobre víctima por partida doble: primero el estado secuestró y mató a sus padres. Y después el estado lo usó a él para vestirse de una hiperlegitimidad.

¿Acaso esperaban algo distinto de un pobre tipo que de repente es entronizado?

¡Heil Binner!

El Socialismo se cae a pedazos de la mano de su propia inoperancia

 

Hay veces que los socialistas (en el sentido más abarcativo de la palabra, es decir, incluyendo tanto al FAP, como a kirchneristas, peronistas, comunistas.. en fin, a casi todos los partidos políticos de la Argentina), me hacen pasar momentos divertidos.

Hace un par de días, por ejemplo, circuló por la red la noticia de que habían expulsado al Partido Socialista del ex-gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, del Foro de San Pablo (una cumbre que reúne a muchos de los partidos políticos de izquierda Latinoamericana) por sus «ideas de derecha». Vale la aclaración que en realidad no lo expulsaron sino que hubo una propuesta para apartar al Partido del Grupo de Trabajo del Foro.

Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, al poco tiempo se pudo leer a las huestes kirchneristas aprovechar la volteada para pegarle al probable candidato presidencial, situación en la que no faltaron los «facho»s, «narco»s, «elitista»s y demás epítetos del estilo.

 

La inventiva de la militancia kircherista en acción

 

Al ver semejante despliegue dialéctico, no pude contenerme y tuve que buscar la nota para intentar entender qué podría haber hecho este personaje, conocido principalmente por su complicidad con el kirchnerismo al haberle votado a favor todas las principales leyes que éstos impulsaron, para generar semejante reacción.

Grata fue mi sorpresa al descubrir que lo que le mereció el pedido de expulsión fueron sus declaraciones en las que comentaba que él «hubiera votado por Capriles» en las últimas elecciones venezolanas y que responsabilizaba a los gobiernos «populistas» de la región por las víctimas producidas en distintos incidentes.

No es para nada mi intención defender a una persona a la cual, entre otras cosas, se la ha escuchado comentar despectivamente «con esta plata podríamos haber hecho 50 centros de salud» en medio de una apertura de sobres de licitaciones de obras de pavimentación (de una Hermes, total después vamos a atendernos a caballo). Sin embargo, nobleza obliga, hay que reconocerle el pequeño atisbo de lucidez que lo llevó a diferenciarse del resto del socialismo.

Lo que no deja de sorprender es el grado de negación de la realidad en la que viven aquellos que tildan de nazi a Binner, mientras apoyan a los gobiernos más fascistas de los últimos tiempos. ¿En qué dimensión alternativa enviar a militantes a controlar al resto de los ciudadanos es digno de una sociedad libre? ¿En qué universo paralelo hay que vivir para considerar democrático a un Presidente que propone ARMAR a un grupo de personas para que vigilen a los opositores? ¿Qué tan chico tiene que ser el termo en el que uno está metido para descalificar como «de derecha» el decir que los gobiernos que tenemos en muchos países de Latinoamérica hace más de 10 años son los responsables de los Onces, los Cromañón, las matanzas de Qoms, las inundaciones, el desabastecimiento, la pobreza y demás tragedias que ocurren cada vez con más frecuencia? Que se yo, capaz soy yo el que no entiende más nada, pero para mí esta gente está cada día más loca.

En fin, a partir de hoy, viva el Narcosocialismo! Larga vida al Dealer! Heil Binner!

Chocar la K-lesita

Es increíble cómo hicieron estos tipos para, con el mayor viento en popa de los últimos 60 años (el altísimo precio de la soja y otras commodities), armar semejante debacle económica en el país, y dividir a la sociedad en K y anti-K.

Epopeya a la hecatombe

Epopeya a la hecatombe

Empecemos por el principio: el Estado argentino tiene un problema crónico, y es que gasta más de lo que recauda. Esto se puede financiar-subsanar de 3 formas: aumentando los impuestos, endeudándose, o emitiendo moneda (con la inflación que esto conlleva).

Nestor Kirchner, en su mandato, optó por este último recurso. Cuando la inflación se empezó a descontrolar, recurrió a cuatro medidas: manipulación de las estadísticas del INDEC, precios máximos, subsidio a las tarifas de servicios y control del tipo de cambio desde el Banco Central. Todo para que la inflación “no se note”. ¿Qué consecuencias trajeron estas medidas?

Control del tipo de cambio: con la inflación y el dólar anclado, la industria nacional perdió competitividad con el exterior, al elevarse los sueldos, precios de materias primas y costos fijos locales.
Subsidios al consumo + precios máximos: ese es el resumen de la Política Energéti-K. Al estar la energía barata, no hay un incentivo para que la gente sea austera en su consumo. Al tener los precios de venta de la energía un tope por debajo del precio de mercado, no hay incentivos para que las empresas exploren en busca de nuevos yacimientos, o inviertan en mejor infraestructura. Consecuencia: aumento exponencial de la cantidad de dinero destinada a los subsidios. Una bomba de tiempo.

Ahora, para emparchar esta situación generada por ellos mismos, y tapar el agujero fiscal, primero intentaron aumentarle los impuestos al campo, sin éxito.
Luego confiscaron los fondos de las AFJP.
Posteriormente, para intentar acomodar el desajuste en la balanza comercial producida por este dólar subsidiado, decidieron poner controles en la aduana, empeorando aún más la situación de la industria nacional (porque, como sabemos, prácticamente todos los procesos requieren de algún insumo importado).
Después, al seguir siendo atractivo (ahora para los ahorristas) el dólar artificialmente barato, procedieron a imponer las restricciones a la compra de divisas, controles en la frontera y agencias de viaje, etc..
Luego confiscaron el 51% de YPF, para quedarse con sus activos.
Ahora no tienen para pagarle a las provincias los fondos que les corresponden. Scioli, cómplice de la gestión, decide nuevamente intentar aumentarle los impuestos al campo.

¿Corregir el problema desde su origen? Jamás. El Banco Central sigue imprimiendo pesos a lo loco (en 2011, la masa monetaria se expandió un 38% respecto del año anterior) y el gobierno sigue gastando más de lo que recauda.

Esta es, en resumidas cuentas, la gestión K (sin mencionar el capitalismo de amigos, la corrupción, el colapso de las instituciones republicanas, los desastres en la gestión de empresas públicas y semi-públicas, el deterioro del sistema educativo, etc.). El resto es solamente la retórica del relato, propaganda oficialista y medidas demagógicas para mantener a la población mirando para otro lado.

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