Posted by Estefano Molines on 14 febrero 2011 in artículos anteriores, General | 23 comments
Diariamente vemos como nuestros sueldos, ingresos o ahorros (los productos de nuestro tiempo, sudor y esfuerzo pasado) se ven reducidos por la inflación. Unos y otros se pasan la responsabilidad de este fenómeno sin que podamos escuchar un solo argumento racional de qué o quién lo produce.
Primero, para ver como se llega a la inflación, debemos comprender qué es un precio. Cito a Murray Rothbard en El Manifiesto Libertario:
El precio de cualquier cantidad dada de un producto es la cantidad de dinero que el comprador debe pagar para adquirirlo. En resumen, si alguien debe pagar $ 7 por 10 barras de pan, entonces el «precio» de esas 10 barras es de $7. Por lo tanto, este intercambio tiene dos lados: el comprador, con su dinero, y el vendedor, con su pan. Debería ser evidente que la interacción de ambas partes da origen al precio de mercado. En resumen, si hay más pan en el mercado, el precio baja (el aumento de la oferta reduce el precio); si, en cambio, los compradores de pan tienen más dinero, el precio aumenta (el aumento de la demanda eleva el precio). Ahora hemos encontrado el elemento crucial que limita y retiene la cantidad de la demanda, y por ende el precio: la cantidad de dinero que posee el consumidor. Si el dinero que tiene aumenta un 20%, entonces la limitación sobre su demanda decrece en un 20%, y, si todos los demás factores permanecen constantes, los precios tienden a aumentar también un 20%. Hemos encontrado el factor crucial: el stock o la oferta de dinero.
- Click para índices no definidos por los propios causantes del fenómeno.
Si la moneda se comporta como un bien más lo que debemos hacer entonces es preguntarnos quién define el stock u oferta de dinero para así descubrir al causante de la inflación. ¿Son los empresarios como dice la izquierda?, ¿son los aumentos de sueldos y los sindicalistas como dice la derecha?, ¿son los consumidores tal vez? No, son los gobiernos.
Los gobiernos mediante sus bancos centrales determinan monopolicamente que cantidad de circulante de papelitos de colores (dinero fiduciario) habrá en la comunidad. Para esto no solo cuentan con la emisión directa (impresión de billetes), sino también variados métodos con pomposos y técnicos nombres que pueden iniciarse como simples asientos contables: monetizar deuda, esterilizar deuda, encaje fraccionario (con ayuda de la banca privada) o tipo de cambio competitivo (un tipo de cambio artificial afectará la oferta de dinero ante los cambios en la balanza comercial).
El para que lo hacen es más sencillo aún, si necesitan más fondos (gasto público) e incrementar impuestos o tomar deuda pública genera la justa resistencia y rechazo de la comunidad, entonces la clase política podrá robarnos e incrementar sus arcas con una metodología compleja que hasta les permite culpar a otros del saqueo. Allí esta la perversidad de la sola existencia de un banco central, su curso forzoso y su monopolio en la emisión de dinero nos hace a los trabajadores esclavos de sus decisiones y defaults, no podemos desligarnos de el, podrá afectar nuestros ahorros, sueldos y contratos a su antojo.
- Mercedes Marcó del Pont y Ben Bernanke, presidentes de los bancos centrales de Argentina y EEUU, y responsables de la creciente inflación de sus respectivos países.
Sin la existencia de un banco central si un gobierno gasta de más o «hace mal las cosas», mas allá de empeorar la calidad de los servicios que monopolicamente nos presta, afectará a sus proveedores y empleados, pero no se llevará puesto en su caída a toda la comunidad. No podrá licuar sus deudas con nuestro patrimonio, no afectará nuestros depósitos y sueldos y no alterará los precios de bienes o servicios. El resto de las personas podría continuar viviendo en paz mas allá de los problemas económicos del gobierno.
Pero no quiero que te quedes con mi opinión, ni con la del mainstream económico, ni con la de los burócratas del FMI, ni con lo que alguno de la BEA (blogosfera económica argentina) como Lucas Llach, Luciano Cohan o el facho corporativista de Ricardo Rotsztein te diga, pensala vos. Usa el sentido común, no te dejes llevar cuando te colorean el tema hablando del BCRA y como funciona internamente (miralo como una caja negra), en su raíz el tema es sencillo.
Armate una mesa con amigos, repartí papelitos de colores o billetes del Estanciero o Monopoly, simula libres intercambios con un stock de bienes fijos entre ustedes usando esos papelitos e inyecta de pronto más papelitos. Juga un poco con eso y fijate que paso con todos los precios en la mesita luego de agregar papelitos. Pensa por vos mismo, saca tu propia conclusión.
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