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Los derechos no importan
No soy un fanático de la Constitución Nacional, de hecho creo que con las sucesivas modificaciones a las que fue sometida cada vez fue empeorando más. Así y todo se mantienen algunos derechos que fueron consagrados en la Constitución originaria, la de 1853, sin embargo hoy no está de moda respetarlos.
¿Para quién no esta de moda respetarlos? Para los legisladores de todo el país, que deberían legislar de acuerdo a los preceptos derivados de la Constitución, sin embargo a la hora de proponer leyes y evaluar esas leyes en base a los derechos que consagra la ley fundamental y los tratados de rango constitucional no lo hacen, y peor aún, ni siquiera los jueces se han pronunciado contra estás aberraciones, esos son los últimos guardianes que deberían velar por el respeto de la Constitución.
El siguiente es un argumento desde el punto de vista de los derechos constitucionales vulnerados (para otros argumentos ver acá, acá y acá) sobre el proyecto de ley que regula la publicidad, venta, y consumo de tabaco que fuera aprobado por 50-1 en el Senado la semana pasada.
A los fines de facilitar la lectura, y simplificar los términos me voy a guiar por los lineamientos de la ley informados por el diario La Nación, no lo voy a hacer con los 10 puntos, los primeros dos items bastan y sobran para demostrar que respetar los derechos constitucionales ya no esta de moda:
1- Disponer la prohibición total de fumar en ambientes públicos y lugares de trabajo.
El primer punto se trata de una clara violación al derecho de propiedad. Los llamados ambientes públicos tienen dueños, esta ley anula, como ya lo han hecho otras aunque de manera menos tajante, la potestad de los dueños de los ambientes públicos a determinar si es conveniente prohibir o no el tabaco en ellos. Recordemos, que nadie es obligado a ingresar a dichos ambientes públicos, ni tampoco nadie es obligado a fumar. Caso similar se produce en los lugares de trabajo.
Artículos violados: 14, 17, 19. Además de la libertad de expresión consagradas en los Tratados de DDHH de rango constitucional.
2- Prohibir la total publicidad, promoción o patrocinio de actividades por empresas tabacaleras de sus marcas en todo tipo de actividad o evento público, y a través de cualquier medio de difusión.
El segundo punto es anular la libertad de expresión de la tabacaleras, o de aquellos que trabajan en ellas, no permitiendoles comercializar su producto. Al respecto recomiendo leer a Alberto Bovino.
Algunos me dirán que no descubrí nada nuevo, eso no me preocupa tanto, lo preocupante es que ante los alevosos avances sobre los derechos individuales la gente permanezca pasiva.
Estimado amigo:
Gracias por la recomendación. Lo que más me extraña de este tema, es que a nadie parece preocuparle en lo más mínimo el total desprecio por la libertad de expresión, entre otros derechos… A mí me tiene muy preocupado, pero parece que somos pocos…
Saludos,
AB
No pueden poner el derecho de las tabacaleras por sobre el derecho de los ciudadanos a tener salud y a que no les laven la cabeza con publicidades que les dicen que consumir cigarrillos es lo mejor.
El Estado tiene que intervenir para no permitir que se hagan negocios a costa de la salud pública.
GramC++ Las tabacerlas, o mejor dicho sus accionistas, tienen derecho a la libertad de expresión, es decir, no se les puede censurar la posibilidad de expresarse, si estan vendiendo algo deberían evitar engañar al potencial cliente vendiendo algo que no es. Como por ejemplo que digan «este producto le hace bien a su salud», pero si se abstienen de publicidad fraudulenta no están cometiendo ningún delito.
McDonalds vende productos nocivos para la salud y nadie cuestiona su posiblidad de publicitar.
@Gram C++ : Yo tengo derecho a poseer mi propio cuerpo, y por ende fumar cuanto se me cante, así como el dueño de la propiedad tiene derrecho a usarla como más le plazca (es decir permitir o no permitir el consumo de tabaco en SU propiedad)
Las tabacaleras son un negocio como cualquier otro, laburan satisfaciendo las demandas del mercado. Si la gente no quisiera tabaco, las tabacaleras no existirian, anular las vias de publicidad es algo estúpido.
Cortenla con la «salud pública», la salud no es un «asunto público» sino un asunto individual. Dejen a los individuos decidir, el Estado no deberia tener poder alguno en estos asuntos.
@Floydeano: Las tabacaleras hacen negocios que a costa de la salud de la gente. En las tierras que le robaron a los pueblos originalmente, explotan a nuestros trabajadores pagándoles salarios de miseria en negro (andá a saber si no hacen laburar a los pibes) y después nos venden esos mismos cigarrillos, para que vayamos a hacer cola a los hospitales públicos para sacarnos el cancer de encima. Un negocio redondo para los tipos, un negocio nefasto para el país que lo único que hace es regalar tierras productivas a estos productores de enfermedades.
Y si, cuando los hospitales públicos no dan abasto para atender gente, la salud es un asunto público y prioritario.
Pido disculpas por la tardanza en el reply, lamentablemente no siempre tengo el tiempo que quisiera para dedicarle a estos temas.
Las tabacaleras hacen negocios no a costa, si no a favor de la gente; es decir a favor de sus necesidades, de sus gustos. Si a nadie le gustase consumir tabaco, las tabacaleras no existirían. No es una imposición fumar, es un acto voluntario, el consumidor decide si aceptar o no el riesgo que conlleva. Igual que comer con mucha sal, o con grasa, o aspirando cloro concentrado. (ninguna de estas acciones están prohibidas, ni deberían serlo tampoco)
Si les «robaron» las tierras a los «pueblos originarios» (¿Qué pueblos?) , no tienen más que denunciarlo. Claro que esto en una sociedad liberal, la justicia en la Tiranía Cirquense Argentina dista de ser justicia.
Dejando de lado que la teoría de la explotación ya la refuto Böhm-bawerk, me voy a detener a hacer una aclaración necesaria.
Primero, la culpa de que ese trabajador este así es por las excesivas regulaciones del Estado y su impacto negativo en la economía (y por lo tanto en el empleo).
Segundo, los contratos son voluntarios, si no le gustase -en un mercado libre- podría elegir trabajar para otra empresa. Lo triste es que no tenga mejor alternativa que esa, pero es lo que hay ¿O acaso querés que viva del Estado? (ergo del resto del dinero del resto de los ciudadanos)
Si consumís tabaco sabes los riesgos que tiene, lo que sí, estos tipos deberían hacer colas en hospitales PRIVADOS. Que la salud es asunto individual y no colectivo.
Si es un negocio redondo, invierta ahí, no se pierda tal ganancia. Y el país no regala nada, las tierras son propiedad privada y se venden a quién tenga ganas el propietario. Es un asunto entre propietario y comprador, asunto en el que usted no tendría porque intervenir.
Repito, la excusa del hospital público no me va. Hagamos de la salud privada y que cada uno se haga cargo de lo suyo. Claro esta, que siempre hay lugar para donaciones y actos benevolentes, liberalismo y caridad no son antónimos.
Fe de errata: donde dice «derrecho» es «derecho».
Sera que se me vino la imagen de los sovieticos al leer la noticia.
Soy liberal libertario y no estoy de con Al Verdi, puesto que considero que el acto de fumar constituye una agresión hacia terceros y debería ser prohibida y castigada como cualquier tipo de agresión física.
Situación: Estoy cenando en un restaurante, y en el medio de la comida alguien me «orina» – ¿Esa persona no me está agrediendo? ¿No debería ser esta práctica pohibida o castigada por las leyes como cualquier tipo de agresión?
Si cambio el tipo de «excreción» y, en lugar de «orina», ese alguien me tira el «humo» nocivo y maloliente de su cigarrillo al fumar, ¿No sigue siendo una agresión castigable por las leyes?
Me despido con una cita liberal:
«Ningún hombre tiene derecho alguno a agredir los derechos de otro, y esto es lo único que deberían restringirle las leyes.» – Thomas Jefferson
En todo caso si que te tiren el humo constituye una agresio o no, es una cuestión discutible. No creo que se pueda asemejar a que alguien te «orine» a que te tire el «humo».
Probablemente un tema mucho mas complejo, y que a la hora de tratarlo, haya que mostrar ambas posiciones respecto del tema.
En este caso está mas que claro, me refiero a la posibilidad de publicitar la venta de cigarrillos, no el hecho de permitir o no fumar, que, en ultima instancia, debe ser decisión del dueño del lugar permitirlo o no permitirlo.
Situación 2:
Una empresa inventa una pastilla que produce una sensación muy placentera para sus consumidores pero, como resultado de dicha práctica de consumo, estos se «desgracian» cada minuto con una flatulencia nociva y maloliente que cunde por el ambiente circundante por varios metros a la redonda. Con el tiempo dicha práctica se hace muy popular y más del 70% de la población la acepta. Incluso le ponen un nombre: «pastiflatular».
Preguntas
– ¿El hecho de «pastiflatular» no constituye una agresión hacia terceros, aunque los terceros constituyan una minoría?
– ¿Debo alejarme del radio de acción de un «pastiflatulador» cuando éste se acerca al mío?
– ¿Tiene él más derecho que yo de ocupar un espacio?
– ¿No debería él pagar la cuenta de mi tintorería al impregnar mi ropa de su apestoso olor?
– ¿Los dueños de restaurantes no deberían indemnizarme por esta agresión cometida por uno de sus clientes pastiflatuladores?
Por mí, las empresas que producen las pastillas para pastiflatuladores pueden hacer todo la publicidad que quieran y el Estado no debería prohibirles expresarse, pero hay que dejar en claro que cada vez que una pastiflatulador me agrede, éste deberá saber que hay una ley que castiga la agresión.
Caballeros, hay que despenalizar el consumo de cualquier sustancia, pero la argumentación toma más fuerza cuando se esgrime que el consumo de dicha sustancia no agrede a nadie más que a su consumidor.
Así como el gobierno no puede obligar a la gente que se bañe y tenga un aroma corporal agradabel, tampoco puede prohibir que la gente dispare armas de destrucción masiva por el ano («se tire pedos» en criollo).
Nuevamente la solución es que el dueño de casa/bar/boliche/loquesea no permita entrar a cierto individuo.
Ni el fumador tiene el derecho a fumar, ni el no-fumador tiene el derecho a un aire limpio, es el dueño del establecimiento el que tiene derecho a establecer las reglas de la casa.
Pesima interpretación sobre la «obligación» de las personas a entrar a un ambiente público, como si no entrar o salir del ambiente público no tuviera costo para el fumador pasivo. El costo existe y ahi entra el conflicto que antes favorecía al fumador y ahora favorece al fumador pasivo. Simplemente se re-distribuyeron los costos y los beneficios. Lo que se llama derecho a la propiedad individual producía un perjuicio a otros individuos. Quenoseesconda un interes de status quo en todo este lío.