En defensa de los vendedores ambulantes

Florida altura Diagonal Norte. Primera mitad

Juro que iba a escribir sobre algún temas más divertido, por ejemplo nuestro derecho a las drogas, nuestro derecho al coma alcohólico, o que los vicios no son delitos. Pero caminando por la calle Florida me encontré con que un vendedor ambulante (también conocidos como manteros) tenía un cartelito con esta imagen plastificada sobre su manta, con el .net de este blog recortado. Primero pensé que se trataba de un defensor del libre mercado y, en consecuencia, de su derecho a trabajar, luego me desanimé un poco al pensar que ignoró la parte que dice «estado» y «vos» y lo puso como un aviso para que no le pisen la manta, de todas maneras, vale. Le tendría que haber preguntado por qué motivo lo plastificó y lo colocó ahí.

Esa situación tan peculiar y un artículo en La Nación me llevo a analizar el problema con la venta ambulante en la calle Florida.

El caso en contra de la venta ambulante planteado por los comerciantes de la calle Florida es básicamente el siguiente: Por un lado, consideran la venta ambulante como «competencia desleal» al no verse sometidos los manteros a las regulaciones e impuestos que deben cumplir aquellos que tienen su negocio. En segundo lugar, la «competencia deselal» de la que sostienen ser víctimas se fundamenta en que los manteros usufructúan un espacio público y no deben pagar alquiler por él. En tercer lugar, la editorial de La Nación linkeada mas arriba además afirma  que obstaculizan el paso.

1.

Calle Florida, con manteros. 2010

Los comerciantes tienen toda la razón para enojarse, el problema es hacia donde apuntan su bronca. Si queremos vivir en una sociedad libre, y a ésta la definimos, con palabras de Leonard Read, como una sociedad donde está permitido «todo lo que es pacífico», ¿contra quién deberían los comerciantes redirigir su bronca, completamente justificada? ¿Contra los manteros que ofrecen intentan vender sus productos a la gente, sin forzar a comprar a nadie, o contra el gobierno que los sofoca de impuestos, regulaciones, y burocracia?

En definitiva, no existe «competencia desleal» si no que lo que sucede es la obstaculización de la competencia por parte del gobierno, pero es más fácil que reclamar el uso de la fuerza contra los débiles manteros que reclamarle al poderoso gobierno una baja de impuestos, que los dejen tranquilos, que no los pisen.

2.

El segundo argumento de los inquilinos de la calle Florida es en relación al uso del espacio público para sus  negocios, mientras que ellos deben pagar altos alquileres.

Sobre esto hay varias cosas para decir. En primer lugar, nadie obliga a los inquilinos a pagar un alquiler, ellos podrían pasarse al bando de los manteros y ofrecer sus  productos sobre mantas, que dejan los productos a la intemperie, que suelen estar mal presentados, y que inspiran poca confianza. Tener un local grande, bien decorado, prolijo, limpio, es una manera de diferenciarse, dudo que los turistas brasileños que desbordan la calle Florida diariamente opten por comprar una baratija en la calle frente a entrar a un local elegir tranquilo que comprar, probarse la prenda, etc. Las ventajas de tener un local pagando un alquiler son muchísimas y exceden mi conocimiento porque simplemente no puedo conocer en qué grado influye a la gente si se trata de un local o de un vendedor ambulante, pero estimo que es bastante alto.

También hay una segunda parte en este argumento, el espacio que utilizan es público, queriendo decir que es de todos, y lo utilizan para su beneficio personal. Creo que realmente todos usamos la calle para beneficio personal, nos permite ir de un lugar a otro, podemos detenernos a hablar con una persona, y hasta podemos cerrar negocios en la calle. Esto quiere decir que, al igual que todos los demás, ellos también pueden usar el espacio público para beneficio personal. Por último, el mismo argumento del inquilino lo justifica, el espacio es de todos, de ellos también. Frente a la noción de que algo es de todos surgen varios problemas pero que nos iríamos por las ramas si lo empiezo a tratar.

3.

En tercer lugar, y este argumento lo esgrime el diario y no los comerciantes, los manteros entorpecen el paso. En mi caso, yo transito por Florida a diario, de punta a punta, varias veces por día, y debo decir que es verdad que los manteros entorpecen el paso, pero esa molestia que generan, según mis cálculos comparando la fluidez cuando hay o no hay manteros, no es significante como para afirmar que los vendedores ambulantes están vulnerando el derecho de otro a transitar.

Además, existen vías alternativas muy rápidas como la calle Reconquista, ahora peatonal, que incluso sin manteros en Florida es recomendable tomar si uno está apurado (consejo gratis).

Conclusión

El primero de los contra-argumentos es, para mi, el  mas importante y convincente en contra de la posición de los locatarios de la calle Florida, y el que podría motivar una verdadera alianza entre manteros y locatarios frente al insaciable gobierno nacional y municipal que asedia a aquellos que quieren trabajar confiscando gran parte de sus ventas con impuestos, y obstaculizando nuevos emprendimientos con excesivas regulaciones.

Una injusticia no se repara con otra injusticia.