Posted by Vastiat on 22 septiembre 2010 in artículos anteriores, General | 4 comments
Días atrás la corte suprema (de pollo con guarnición, para mi) dio la orden al gobierno de Santa Cruz de restituir en su cargo al al procurador provincial Eduardo Sosa, quien fuera desplazado del mismo durante la ultima gobernación de Nestor Kirchner.
Coincido con el ministro Fernandez en señalar que la corte suprema nada tiene que hacer en los gobiernos de las provincias, y que cada una debe gozar de la autonomía que corresponde al federalismo para formar y modificar los planteles de funcionarios de gobierno que se le vengan en ganas. Sin embargo, hay cosas muy fuera de tono:
Según el ministro, no se puede cumplir el fallo porque «para que no se conspire con la intangibilidad de esta persona hay que terminar con la intangibilidad de otro». Si hay intangibilidad de uno, ¿por que fue tangible en su momento? Si fue tangible aquel a la hora de removerlo, bien podría ser tangible el actual a la hora de enmendar la violación a su intangibilidad.
De todas formas, la «intangibilidad» es un mamarracho legal. ¿Por que los taxistas, changarines, o mozos no tienen puestos «intangibles» y los funcionarios de gobierno si? ¿A esto llaman igualdad ante la ley? O todos tenemos trabajos intangibles, o no lo tiene ninguno. Eso si es igualdad.
También dijo que para «asegurar, proteger y vigilar la integridad, la autonomía y la subsistencia de las provincias, dentro de la unidad coherente del estado federal al que pertenecen». Ya que el señor ministro aquí se rasga las vestiduras en defensa del federalismo, lo mejor que puede hacer es pedir la derogación de la ley de coparticipacion que mantiene a las provincias rehenes del estado central hace casi un siglo, rompiendo con todo orden federal imaginable. Si hay que defender la autonomía, hay que hacerlo para todo, no solo para las cosas que le convienen al señor ministro.
Con respecto al gobernador Peralta, si realmente cree que quieren “invadir Santa Cruz» y que eso lo habilita a desoír sin mas a los fallos de la corte suprema de la nación; lo que debería hacer, si no fuese hipócrita, es declarar la secesión de su provincia para empezar a funcionar como un país autónomo e independiente del poder opresor que los agobia. Claro que para esto hay que tener mucho espíritu independentista, no deber favores políticos a nadie y ser un funcionario integro que no tiene en su horizonte nada mas que la defensa de los derechos individuales de sus conprovincianos. Cosa que en el gremio de los caudillos provinciales no abunda para nada.
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