Acuario Río Paraná: lo que se ve y lo que no se ve
“Tus impuestos en obras” reza el cartel, que pagaste vos con impuestos, en la zona norte de la ciudad de Rosario anunciando la construcción del Acuario Río Paraná, una de las once obras que se realizarán en el sur de la Provincia de Santa Fe y demandarán un desembolso de aproximadamente 54,5 millones de pesos por parte del Tesoro Provincial. ¿Qué hay detrás de todo esto?
¿De dónde sale el dinero para llevar a cabo semejantes obras? ¡De tus impuestos! De todos modos, los más afectados siempre terminan siendo los que menos tienen. Parte de los ingresos recaudados por el fisco provincial serán destinados a la ejecución de las obras. Si no les alcanza, incrementarán la deuda provincial.
Desde el año 2007 la recaudación tributaria de la Provincia de Santa Fe creció a una tasa promedio de 28% anual. En términos del Producto Bruto Geográfico (PBG) la presión tributaria representó el 17,50% en el año 2011, 3 puntos porcentuales mayor que en el año 2007. El aumento de la presión tributaria no sólo representa un castigo a la eficiencia de los individuos, sino que afecta en mayor medida a aquel de recursos medios-bajos que, mediante el pago de sus impuestos, está financiando obras como la del Acuario Río Paraná, la que casi improbablemente visite. El Estado te sigue robando y nosotros sin hacer nada. Esto quiere decir que, en forma directa, aquellos ciudadanos que menores recursos poseen estarían contribuyendo a la construcción de estas obras provinciales haciendo un sacrificio mayor al del promedio de los habitantes. Además, es el mismo Estado Provincial que, a través del incremento de la presión tributaria, priva a los individuos, y, volviendo al punto anterior, priva más a los que menos tienen, de la posibilidad ahorrar. Este es el sueño colectivista de Bonfatti.
Si el dinero de las arcas provinciales no llegara a ser suficiente para hacer frente a las erogaciones –como lo son estas obras–, suele recurrirse al endeudamiento. Al comienzo del ejercicio de 2013, la deuda provincial superaba los 5.000 millones de pesos. ¿Cómo es que esto afecta a los más necesitados? Cuando el Estado toma deuda, se compromete a devolverla -financiarla con impuestos- en el futuro pagando el monto total más intereses. Nuevamente, quienes se hacen cargo del pago de la totalidad de la misma son los contribuyentes, pero el mayor esfuerzo recae sobre el que menos tiene. Otro punto que merece ser destacado en este apartado, es que el compromiso de deuda tomado en el presente deberá ser soportado por las generaciones futuras que no tuvieron la posibilidad de participar en la elección del gobernante que tomó el préstamo. No menos importante es el hecho de que, particularmente en el caso de Santa Fe, gran parte de la deuda es destinada a cubrir gastos corrientes, más precisamente al pago de salarios de los empleados públicos. Es decir, las personas sobre las que recaerá el peso de los compromisos futuros ni siquiera consumieron el servicio que la administración pública, que contrajo la deuda, ofrece.
Otro problema que se originará probablemente con la inauguración de estas obras será el incremento de empleados públicos. Si bien el incremento de empleo en la provincia podría llegar a efectivizarse, esta creación de puestos de trabajos no sería una creación genuina de empleo. El incremento de los empleados públicos resta productividad a la economía. Un individuo empleado en una oficina pública no puede ser contratado por una empresa. El Estado le saca la posibilidad de contratar personas a las firmas y estas pierden capacidad de hacer más eficiente su proceso de producción. Si se analizara en términos agregados, podría decirse que el Estado, al ejercer el derecho de libre contratación de empleados, está restando productividad a la economía. El aumento del empleo en el último año a nivel nacional fue aproximadamente cuatro empleados públicos contra un empleado en el sector privado y la provincia registró un comportamiento similar.
Ahora, el punto más importante recae sobre la escasez de los recursos. Aquellos acervos que son utilizados por la administración pública no pueden ser utilizados por otros, o bien podría decirse: no pueden ser utilizados por el sector privado. El problema fundamental en Santa Fe es que aproximadamente 54,5 millones de pesos son destinados a estas obras mientras que más de cien villas miseria se han asentado únicamente en los alrededores de la ciudad de Rosario y ninguna cuenta con las condiciones mínimas para la supervivencia. Además, las empresas públicas monopólicas proveedoras de servicios indispensables como la energía (Empresa Provincial de la Energía) y el agua (Aguas Santafesinas) ofrecen servicios paupérrimos, cobran una de las tarifas más altas del país –en el caso de la EPE– y actúan de manera deficitaria en materia de inversión. ¿Y siguen diciendo que el Estado es el mejor asignador de recursos? Vamos…
La realización del “sueño colectivo” del gobierno socialista, implica que el mayor sacrificio a la hora de pagar impuestos para financiar estos grandes proyectos recaiga sobre los más pobres. El retiro del Estado en materia de regulación de la economía no sólo traería aparejado una disminución del gasto sino también una menor carga impositiva sobre los individuos, lo que abriría las puertas a la posibilidad de ahorrar. Así, se dejaría espacio para que proyectos del calibre de los que están siendo realizados por la provincia, de ser rentables y deseados por los individuos, se lleven a cabo por entes privados.
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