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Una salada en 4 ruedas
Muchachos, nunca nos la hicieron tan, pero tan fácil. Lo que están haciendo las líneas de transporte en capital algunos lo podrían llamar como «hacerle el juego a los liberales-libertarios».
Los carteles de las «viudas de la regulación del transporte automotor» les sacó la careta. Les sacó la careta a los seudo-empresarios-corporativistas-prebendarios, y le sacó la máscara a las regulaciones.
Nos cansamos de señalar que la creación de monopolios sólo puede darse por medio de la violencia estatal. Y aquí lo tenemos a las claras, ¡¡empresarios defendiendo regulaciones!!. Cuando siempre nos señalan que la falta de regulación beneficia a las empresas, y nosotros argumentamos que son barreras de entrada para poder brindar un mejor servicio y bajar los precios, nos acusan de ponernos del lado de los empresarios. Y aquí los tienen. Los empresarios prebendarios que viven de subsidios dicen que «desregulación» es MALA PALABRA.
Cada impuesto, cada regulación, cada subsidio es un paso más hacia el monopolio y un servicio deficiente. Lo lógico sería que si todos «sufrieran» las regulaciones, lo que deberían estar pidiendo los empresarios del sector sería una desregulación completa, para dar ingreso a nuevas -y mejores- inversiones y que la base de un buen servicio sea la competencia. Pero no las sufren. ¡Las usufructúan! Y nunca estuvo tan claro como en el caso de la línea 194 -y podría decirse también de la famosa Feria La Salada-.Las regulaciones, los impuestos, los subsidios son los instrumentos estatales que usan los que no quieren competencia, ni libre comercio. El estado, lejos de protegernos es el instrumento primordial anti-libre mercado en favor del «capitalismo de amigos» que nos hartamos de denunciar.
Y para colmo, como toda acción y prohibición del estado, dicen que lo hacen por tu propio bien. O sea, el empresario dice que quiere que haya menos competencia por el bien de los pasajeros -los consumidores-. Como decía mi colega y amigo Al Verdi hace unos días:
No se entiende si el servicio que brindan [la línea 194] es tan malo, si no cumple los requisitos mínimos para circular como indican tanto las empresas competidoras como el secretario de transporte, ¿por qué tanto alboroto por una nueva línea tan berreta?
Festejemos, porque para defender a los pasajeros, los empresarios del transporte generarán el día de mañana un muy irónico caos vehicular en el microcentro porteño.
Hoy vi ese cartel y pensé que el tema merecía un post.
Muy oportuno.
No puedo salir a la calle, porque cada vez que veo uno de esos carteles me dan ganas de romper el colectivo. Basta de restringirnosssssssss.
«» En los negocios, el ascenso del Estado benefactor congeló el statu quo, perpetuando el poder de las grandes corporaciones de la era previa a los impuestos sobre la renta, colocándolas más allá de los recién llegados abrumados por los impuestos.
Un preoceso similar tuvo lugar en el Estado benefactor del intelecto, son los mismos.-
Si uno habla con un típico ejecutivo de negocios, un decano universitario o un editor de revistas, puede observar su cualidad especial, moderna: una actitud huidiza o evasiva que saltea en forma automática cualquier asunto fundamental, una suavidad delicadamente reservada, una inherente cautela hacia todo, como si un grabador interior le susurrara: » Juegue sobre seguro, no le lleve la contra.. ¿A quién? A cualquiera.-
¿A quién temerían más estos hombres en el aspecto psicológico ( y menos , en el exitencial)? Al brillante solitario, al principiante, al jóven de genio potencial e integridad inocentemente despiadada, cuyas únicas armas son el talento y la verdad. A éste lo rechazan de manera » instintiva» , diciendo que «no pertenece» (¿a qué?), sospechando que los pondría en aprietos al plantear problemas que prefieren no afrontar. Él podría superar sus barreras protectoras, de vez en cuando, pero está impedido por sus virtudes, en un sistema equipado contra la inteligencia y la integridad.- «»
Ayn Rand, «El establecimiento de un Establishment» , artículo de 1972 incluído en «Filosofía ¿Quién la necesita?» , Editorial Grito Sagrado, Buenos AIres
Estoy bastante de acuerdo con muchas de las ideas de este blog, pero me pregunto cómo se evitaría que, existiendo libertad total en el transporte, las zonas de baja densidad de población quedaran sin colectivos
Porque es lo que pasa en otros mercados menos regulados. A los pueblos chicos del interior no llegan muchas cosas porque no son rentables.
Creo que sería posible in colectivo más caro que recorre alguna zona de countries, pero seguro que un barrio alejado con poca gente y pobre quedaría sin colectivos.
Tal vez una zona alejada y de baja densidad se quede sin colectivos tal como hoy los conocemos por ser anti-económicas para ofrecer ese servicio, sin embargo podrían surgir alternativas mas eficientes cuando se trate de transportar a gente desde/hacia zonas de baja densidad..