Tags
Related Posts
Share This
Tránsito y Libertad
Estrenamos el Formspring con una pregunta bastante interesante del autor del excelente blog La Crisis es Filosófica .
Yo tengo una pregunta que me da vueltas siempre que camino por la calle… ¿Debería el Estado encargarse de la Seguridad Vial? O sea, ¿Debe hacer un código de Seguridad Vial o solo lidiar con homicidios culposos ex post facto?
Creo que en materia de transito tenemos que diferenciar tres tipos de reglas:
1. Las leyes paternalistas.
2. Las leyes de tránsito razonables
3. Las leyes que parecen de tránsito pero no lo son.
Depende de cada una el accionar del Estado debe ser diferente:
1. Son las famosas leyes de «casco obligatorio», «cinturón de seguridad obligatorio», «prohibición de polarizados», etc. No se tratan de leyes para controlar/ordenar el transito sino para proteger la seguridad personal de cada conductor y habitante de un vehículo, por lo que también entrarían en la categoría 3, aunque la esencia de éstas es diferente.. El caso contra el paternalismo lo analizamos acá y acá, entre otros posts.
2. Son las únicas leyes de transito las que obligan a respetar señales, velocidades máximas, semáforos, etc. Sin embargo, debe existir un equilibrio razonable entre la libertad y la legislación que intenta darle cierto orden al transito. La existencia de estas leyes es la mejor manera para facilitar las cosas a la hora de establecer responsabilidades en accidentes de transito.
3. En el tercer grupo se encuentran leyes que parecen ser de tránsito pero que en realidad nada tienen que ver con el tránsito. El ejemplo más claro y conocido es el de «conducir bajo la influencia de alcohol». Esta contravención no legisla ninguna conducta, sino un estado. El problema no es el manejo irresponsable o temerario, que puede poner en peligro a terceros, lo que se está penalizan con esa disposición es tener la sustancia incorrecta en la sangre. Penalizar la destrucción de propiedad, el homicidio culposo o el manejo temerario parece mas razonable que penalizar el contenido de alcohol en sangre, independientemente de las conductas que se lleven a cabo. Por otra parte, para detectar el alcohol en sangre se violan varios derechos y garantías constitucionales: el derecho a la privacidad, y las garantías de presunción de inocencia y a la no auto-incriminación. En primer lugar, si te negas a hacer el test se presume que estas violando la ley, por otro lado, si te obligan a hacer el test y, efectivamente, excedés el límite de alcohol en sangre están violando tu derecho a la no auto-incriminación (ambas en el Art. 18 de la Constitución).
Respecto de los incentivos que puede generar esta norma para no tomar cuando se maneja, estaría bueno tener estadísticas del nivel promedio del alcohol en sangre en los accidentes de transito, pero presumo que en la mayoría de los casos de accidentes el nivel de alcohol en sangre esta muy por sobre encima del límite legal por lo que para los infractores que manejan descuidadamente y se accidentan no es un desincentivo la existencia de la ley, ni tampoco para los que lo hacen responsablemente aún tomando (de más).
agrego:La inexistencia de leyes que regulen el contenido de alcohol en sangre no implica que en aquellos accidentes donde el factor determinante para que sucedan sea la ingesta de alcohol, debería responder por más de lo que debería hacerlo si estaba sobrio.
Preguntas sobre la postura liberal libertaria ante diversos temas.
Gracias a Ivan por su consulta!
A ver, ejerzo mi derecho a la repregunta que Cristina Kirchner nunca me otorgaría:
Sobre el punto 1 absolutamente de acuerdo. Típicas leyes paternalistas derivadas del siempre venerado “Estado de Bienestar” que nos da salud, educación, etc. y siempre exige su contrapartida.
Respecto de (3) también coincido que la ley debería ser “atropellaste a alguien, tenés que responder por ese acto y, si estabas alcoholizado, entonces sos doblemente responsable” o algo así. Sin controles preventivos.
Ahora respecto de (2) me surge la duda:
¿Quién decide si por la avenida Figueroa Alcorta la máxima velocidad debe ser 60 Km/h, 70 Km/h, o 40 Km/h? ¿Con qué criterios? ¿Y por qué en las autopistas la máxima velocidad es 130 Km/h mientras que en rutas es 120 Km/h?
¿Existe un grupo de especialistas técnicos que es capaz realmente de colocar un tope de velocidad máximo real y óptimo para ordenar el tránsito?
Si la respuesta es “Sí, la sociedad necesita de un cierto orden para preservar a sus individuos y se recurre a técnicos especializados para establecer ciertas normas” ¿No es éste un argumento a favor de otros tipos de normas y regulaciones emitidas por “Expertos” como por ejemplo las disposiciones de la ANMAT, el SENASA o mismo la Secretaría de Comercio de Moreno, las Aduanas y demás?
Es decir:
¿Si admitimos que los hombres al usar el auto necesitan de un orden externo al que puede surgir espontáneamente entre ellos para convivir, entonces no estamos admitiendo que también los mercados necesitan de una regulación externa a la espontánea (digamos, el Estado) para evitar “accidentes” como fraudes, monopolios, desfalcos, etc.?
En fin, esta es la idea que siempre me da vueltas por la cabeza…
Te respondiste vos solo…
Y si, al ser un ámbito público todos tenemos que tomarnos la molestia de cumplir reglas de convivencia porque ante tu negligencia afectás la libertad de seguir viviendo de los peatones o conductores aledaños por igual.
Si en tu casa querés armar un rally en tu patio trasero e ir a 200 kms por hora hacelo y matate pero no mates a los demás por tu supuesto «ejercicio de libertad»
claro, ¿Por qué tendria que andar yo en silla de ruedas en el hipotético caso de que Aquel se clave 1 botella de su bebida blanca preferida(lo cual esta en todo su derecho de hacerlo, en su casa), pero saca el auto y a las dos cuadras me aplasta a mi, pieandante?
Iván, comprendo tu punto.
Si hablamos de calles, avenidas y autopistas estatales, me parece que la única solución posible es la que planteo en el punto 2, puede ser que existan mecanismos que intenten emular al mercado (mercados decretados por el gobierno, como el cap-trade, afjp, etc.) pero siguen si ser mecanismos voluntarios.
Si las calles, avenidas y autopistas fuesen privadas el establecimiento de las reglas quedaría en manos de cada dueño, y se adaptarían a la demanda, y a la competencia.
Otra de las alternativas que me comentaron, que parece interesante, es que las reglas de transito las establezcan los emisores de los carnet de conducir, y dejar esta tarea a las aseguradoras, o sea, en Av. Del Libertador podes manejar a 100 km/h pero seguramente tengas que pagar una prima de seguro mas alta que la agencia B que permite ir a 50 km/h
Es claro que se necesita orden en el tránsito, sin semáforos, sin tope de velocidad, sin carriles sería un caos. Pero quien debería proveer este orden?
Yo concibo dos variables, una la más probable a ser ejecutada y la otra más ideal.
La primera: El gobierno, al tener el control de la vía pública debe establecer normas adecuadas, eficientes y razonables para ordenar el tránsito y permitir que todo aquel que haga uso de ese espacio pueda aprovechar al máximo su función.
La segunda: ¿Por que el estado debe tener el control sobre la vía pública? Como bien plantea Rothbard y lo aclaro nuestro ‘Al Verdi’ la propiedad sobre este espacio debe ser privada. Desaparecerían las calles? Sería posible transitarlas? Lo más probable es que si existan dado que son una necesidad. Y donde hay una necesidad… (no, no hay un derecho) nace una empresa dispuesta a satisfacer al consumidor. Como se manejaría? Que normas tendría? Va a depender de la empresa y eso es una pregunta a la que solo el mercado evolucionando en el tiempo puede responder, lo seguro es que basándose en la historia tiende a cumplir con la demanda.
A tu pregunta del SENASA, aduana y demás. Aquellas son normas para «cuidar» y controlar la vida de las personas, la economía, los hábitos, las costumbres. Atribuciones que como dijimos no le corresponden al estado. Pensemos que su única función legítima es defender los derechos individuales y no los «posibles futuros» crimenes/incidentes. tampoco le compete ayudarlos a crecer, mantener su trabajo o exportar más.
En cuanto a la regulación del mercado, la única competencia del estado es castigar los crímenes que mencionabas a través de la justicia. (el monopolio no entra en la lista, es un caso especial a aclarar pero basta con decir que unicamente lo crea el estado).
Si una empresa privada se dedicara a hacer caminos las preguntas serían.
1- A quien le cobrarían?
2- Se llenarían de peajes las calles cada 2 cuadras?
3- Al ser una empresa privada, los caminos serían de la empresa, ergo, si la empresa no quiere que yo ande por allí quedaría alienado en mi casa? Me imagino tener un altercado con dicha empresa y que ejerza su «derecho» de que yo no me traslade por sus vías, Dios Me salve.
Creo que las reglas de transito tendrian varios origenes
1) Los usos y costumbres
2) Los fallos judiciales en la medida que los jueces, antes determinadas conductas asignen culpabilidad, y empiecen a calificar conductas
3) El mercado a traves de la provision de los diferentes productos y servicios, por ejemplo los fabricantes de automoviles, y las companias de seguro a traves de sus polizas y coberturas
Casi de casualidad encontré esta afirmación en un artículo de Jorge Valín del instituto Juan de Mariana:
«En el centro de Europa, y algunas partes de Reino Unido por ejemplo, han probado algo nuevo para aliviar el tránsito y la congestión en la ciudad: han eliminado las señales de tráfico y los semáforos. ¿Los resultados? Menos congestiones, menos estrés para los conductores, menos accidentes y, sorprendentemente, la gente llega antes a sus destinos.»
http://www.juandemariana.org/articulo/4764/demos/oportunidad/libertad/
No es para proponerlo acá, pero hay estudios que indican que la mayoría de los accidentes (o los más graves) se producen en cruces con semáforos por sobre cruces sin semáforo. ¿Por qué? porque la gente suele cuidarse más cuando no tiene la señalización que los hace relajarse en cruces con semáforos, es decir, disminuye la velocidad, mira bien a ambos lados, cosa que difícilmente hacen confiando en que todos respetarán el semáforo.