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Fascismo Nacional y Popular
De este tema ya se habló muchísimo en el blog (ver «Fascismo Inconsciente» y «Carta a mis amigos progres…» ), pero nunca está de más volver al tema para dejarlo bien en claro.
Perón era fascista. En sus viajes a Europa estudió el fenómeno, lo suficiente como para saber que el poder político se podía construir desde la Secretaría de Trabajo, cargo que pidió explícitamente al participar del golpe de Estado que derrocó a Ramón Castillo en 1943. Por algo son tantas las similitudes entre la «Doctrina» justicialista y la Carta del Trabajo Italiano.
Aunque, aclaremos algo: Perón no fue realmente el culpable, sino que montó el aparato electoral justicialista sobre el Estado Corporativista-Fascista instalado en la década del ’30 (los pilares: abandono del patrón oro y adopción del patrón aire, creación del Banco Central, instauración del impuesto a las ganancias).
A continuación, un extracto del documental «Permiso para pensar» (1989), dirigido por Eduardo Meilij.
Todo el documental es imperdible, por la particularidad de ser una recolección y compaginación de propaganda y de noticieros de la época del primer Peronismo, a fin de que el espectador saque sus propias conclusiones. Está completo en su web oficial, o en videos de YouTube desde este post.
Este fragmento en particular fue para mí lo más chocante de todo el documental.
«Nosotros tenemos en este momento casi 4-5 millones de estudiantes… de gente que estudia. Que si no votan hoy, votan mañana, no hay que olvidarse.
Tenemos que irlos convenciendo de que hagan la escuela primaria. Yo le agradezco mucho a las madres, que ya le enseñan a decir «Perón» antes que decir «papá». Es ya demasiado eso, pero…
Para la primera parte de esta acción individual es imprescindible el adoctrinamiento. La escuela primaria constituye entonces el primer escalón de captación y del adoctrinamiento de la futura ciudadanía al movimiento justicialista. Esta exigencia impone al personal de preceptores, maestros y profesores una profunda identificación con los postulados de la doctrina, a fin de que la juventud, al iniciarse en el estudio de los derechos ciudadanos, se encuentre identificada con la doctrina nacional.»
– Juan Domingo Perón
Che, por cualquier boludez comentan, y ahora no dicen nada los fachitos? Qué pasa?
Pino Solanas habla igual que Perón
El peronismo es el fascismo argentino.
El kirchnerismo es el peronismo del siglo XXI.
Pero, a diferencia del nazismo y el stalininismo, nosotros nunca chocamos con nuestros errores y aprendemos de ellos, sino que seguimos creyendo que estuvimos bien.
Eso es lo que está pasando.
Ad infinitum.
Cuando se tiene una visión puramente ideológica de la realidad, sesgada o hemipléjica, resulta que cualquier cosa que no gusta es «fascista» porque Hitler y Mussolini perdieron la guerra contra los anglosoviéticos y se los puede gastar sin peligro alguno.
Pero Perón no fué fascista en lo más mínimo; el fascismo italiano intentó unir las clases sociales en forma vertical por medio de la comunidad del interés nacional y del trabajo. Hitler lo imitó. Se deshicieron del mito «oro» para respaldar sus monedas en el trabajo. ¿Perón…? Enfrentó todo lo que pudo las clases sociales, gastó a manos llenas las reservas nacionales para generar condiciones electorales y clientelismo político, acusó a la clase patricia argentina, los que habían hecho la Patria, de «oligarcas» por tener plata o apellido -pocas veces las dos cosas juntas. Manoteó los factores de producción con impuestos y exacciones -como los K- hasta dejarlos con la lengua afuera y encima, se rió de haberlo hecho. Fomentó la violencia social sin parar (cinco por uno, alambre de enfardar, un palo con un clavo en la punta…), se burló de la Iglesia católica, del matrimonio (imagínese, divorcio en ¡1954!) y de las mujeres virtuosas (ley de profilaxis obligatoria).
Julio Irazusta pensaba que Perón era medio comunista y agente inglés. Yo pienso lo mismo.