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A río revuelto
Publicado originalmente el 14 de octubre de 2011 en el blog de Alessio Aguirre-Pimentel.
Nunca falta quién diga que si uno ama a alguien, no hay que regalarle pescado, sino enseñarle a pescar. Pero el problema en Argentina no es ese.
El hombre sabe pescar, está parado frente a un río lleno de peces. Tiene la caña en la mano, con su anzuelo y carnada.
Entre el río y él está el Estado, que no le avisa que para pescar deberá darles el 33% de lo que pesque más el 21% de lo que se coma más el 4% de la cantidad bruta de peces que pesque.
Todo esto solo lo podrá hacer luego de un proceso de obtención de una licencia que tarda meses, y consiste en tramitar la autorización para pescar, ART, seguro contra terceros, habilitación municipal, seguro de caución, etc, etc, etc. Y tiene que atornillarse una máquina expendedora de forros en la espalda. Y la tiene que pagar él. Si señor.
El Estado te cuida.
Dedicado a Künz.
Oppenheimer mostro una vez un estudio en el que se comparaban la cantidad de tramites que se debian realizar para empezar alguna actividad comercial en distintos paises. Si no me equivoco Canada era el que menos requeria y nosotros de los que mas.