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¿Por qué no todos los empresarios son favorables al capitalismo?
Hace unos meses planteaba las diferencias existentes entre lo que significa ser «pro-mercado» y «pro-empresa», un concepto que a muchos les cuesta diferenciar.
Otra de las preguntas relacionadas con la relación entre empresarios que suele emerger entre liberales (por que aquellos que no lo son tienden a estar convencidos, en general, que los empresarios son defensores de los mercados libres) es ¿Por qué no todos los empresarios son favorables al capitalismo?
Encontré un anécdota que expone de manera bastante clara este problema:
En uno de sus seminarios, un estudiante le pregunta al Profesor Mises, «¿Por qué no todos los empresarios están a favor del capitalismo?» «Esa pregunta,» le contesta Mises, «es marxista». La respuesta de Mises me shockeó en ese momento. Me tomó algún tiempo darme cuenta lo que estaba intentando decir. El que hizo la pregunta asumió, tal como Karl Marx, que los empresarios tienen un interés especial o «de clase» en el capitalismo que otras personas no lo tienen.
«El capitalismo,» prosiguió Mises, «beneficia a todos — consumidores, las masas. No solo beneficia a los empresarios. De hecho, bajo el capitalismo algunos empresarios sufren pérdidas. La posición de un empresario en un mercado nunca es segura; la puerta esta siempre abierta para que cualquier competidor que lo quiera desafiar lo prive de obtener ganancias. Al fin y al cabo, es esta competencia la que le asegura a los consumidores que los empresarios intentaran hacer lo mejor para satsifacerlos, a ellos, con los bienes y servicios que desean.»
(Vía Mises Blog)
Periodista: ¿Y por qué a usted no lo votan los empresarios, la gente del establishment?
Ricardo López Murphy: Porque yo no socializo las pérdidas.
Creo que aporta a la respuesta de la pregunta planteada. Abrazo!
Es que cualquier individuo se transforma en enemigo de la libertad (libertad de los demás, generalmente) cuando se percata de que puede incrementar su bienestar y al mismo tiempo reducir el esfuerzo para obtenerlo. Si se hace a costa de los demás, no importa. Si a un empresario el estado le ofrece salvaguardar su posición en el mercado limitando la competencia aplaudirá con fervor la medida. No importa cuanto provecho haya obtenido en otro tiempo de una economía libre; una vez entre los líderes, cualquier medio les parece válido para que nadie acceda a competir con él.
Pero acaso no es la realidad que vivimos de esa manera en vez de como le gustaría a Mises por ejemplo? Creo que si lo que vivimos hoy es el «capitalismo» tal como lo ve alguien de izquierda, entonces tiene estos tienen razón, el capitalismo es de egoístas, pero no el sentido de Rand, si no en un sentido darwinista si se quiere, y maquiavélico, donde no importan los medios, si no ganar dinero, poder y posición social no importa como, la cosa es lograrlo. Este es el código hoy en día, en Argentina, en Estados Unidos y en China (para que se entienda que no exclusivo de acá). Lo es el del gremialista que actúa para conseguir eso, lo es del empleado que no le importa de dónde ni cómo genera riqueza la empresa o estado para el cual trabaje, sino que le aumenten el sueldo como sea, que se las arreglen, sin tomar en cuenta que pueden estar cayendo en picada, y ser hoy «cristinista» y mañana «moyanista»; lo es del empresario, que sabe que estar con el poder político de turno, alabar sus políticas, agradecer a personalismos con fines electorales, y todo lo que sea, para obtener subsidios, regalos, regulaciones que paren la competencia (interna o externa) y lo beneficien, será nacionalista hoy y se quejará mañana de las trabas externas si es necesario para el de turno, así le va bien, sobrevive, crece, sigue el código, el que le indica como lograr sus fines; así lo mismo el político, los militantes, estudiantes, etc.
Entonces, si ese es el código del capitalismo, eso no es lo que plantea Rand. Pero es la realidad, es la verdad de hoy. Lo de Rand dónde queda, lo que plantean ustedes aquí, lo que plantean Rotbarhd, Mises, etc, entonce ¿no es lo que nos gustaría que fuera, con sentido ético y de justicia, pero que queda en utopía, tal como las del marxismo? El libre mercado que se plantea aquí parece la antítesis de la realidad del capitalismo (importa obtenerlo, no importa cómo)
Si hoy el código es el egoísmo en el peor de los sentidos, salvense quien pueda como sea, sin ética, ni principio alguno, la pura ley de la selva darwiniana, donde ganan los que describí arriba, entonces, ¿Quedá alguna posibilidad real para lo que plantean? ¿No se termina cayendo en un idealismo casi eno el altruísmo que rechaza Rand? ¿No se termina cayendo en ser un loco sólo tratando de hacer las cosas bien en medio de los lobos? (y encima se lo acusa a uno de serlo si tan sólo habla bien de principios, ética y libre mercado)
Espero alguien me pueda responder bien.
Aclaro, por si hace falta. Son esos actores que describo los que serían lanzados al mercado libre, no John Galt, ni Rearden, ni D’Anconia. Son esos lobos. Cuánto duraría la libertad con esos lobos sueltos? Cuánto duraríamos sin que formen desde monopolios, hasta ejercitos personales para imponerse con violencia, es decir sería posible la libertad? A ellos no les importa la no agresión, y estarían tentados más que nunca por poder absoluto, como ya pasamos en la historia humana.
¿Qué los detendría si no hay nada para enfrentarlos?