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Repartan ganancias repartan
Don Huguito está dándole vueltas hace rato con que las empresas repartan un porcentaje de las ganancias a los empleados, lo cual me trae sentimientos encontrados.
Desde el punto de vista liberal, es totalmente inaceptable. Un tipo (o su abuelo, o su padre) dejó de pasarla bomba por un tiempo e invirtió el ahorro conseguido en bienes de capital y le dio trabajo a un montón de gente, haciéndola más productiva gracias a esos bienes de capital. O sea, en el mismo tiempo pueden proveer muchos más y/o mejores bienes y servicios.
A cambio de ese tiempo de trabajo, el emprendedor les entrega una cantidad de dinero todos los meses. ¿Qué cantidad? La suficiente para que al empleado le convenga dejar lo que estaba haciendo para ir a hacer lo que el emprendedor le propone. Y ya está, ahí termina la transacción en la que todos ganaron. (Bueno, agreguen que el empleador paga cargas patronales, art, prepagas, ingresos brutos, ganancias, bienes personales y después al empleado le afana el sindicato, patronales, jubilación, ganancias y otras tantas cosas.)
Si queda alguna ganancia después, es del que puso los bienes de capital, organizó el negocio, consiguió los clientes y abrió nuevos nichos en el mercado, entre otras cosas. Crear un negocio es mucho más que tener una planta productora de algo y muchas de esas cosas no se ven cuando uno es empleado.
Los dividendos de la empresa son el pago por haber arriesgado, por haber ahorrado, por haber tenido la visión de un negocio, por romperse la cabeza viendo cómo hacer andar la empresa y trabajar 24 horas por día (si, el que inicia un negocio vive pensando en eso, mientras que los empleados terminan su turno y se van a hacer lo que quieren).
“Eh, ¡pero la empresa es muy grande! Podría repartir ganancias”. Podría, pero:
Si la empresa es muy grande, es porque los dividendos pasados los invirtió en más bienes de capital de una u otra forma. Y esto es lo mejor que le puede pasar a los empleados, justamente. Más bienes de capital en el mercado hacen que sí o sí suban las Tasas de Capitalización (por competencia en el mismo rubro o por competencia entre rubros). Tasas de Capitalización más altas llevan a más bienes y servicios más baratos y, al mismo tiempo, a sueldos más altos (o sea, los consumidores ganan por partida doble).
Aspirar a llevarse una parte de las ganancias, implica arriesgar algo: capital ahorrado, sueldo no ganado, trabajo extra. Existen mil formas para aspirar a esto, pero todas convierten al otrora empleado en una suerte de emprendedor o semi-emprendedor. Una cooperativa, armar una PyME, ser uno de los primeros empleados de un Start-Up y recibir Stock Options a cambio de menos sueldo al principio, trabajar por básico + comisiones por productividad son algunas de ellas.
Si viviéramos en una república, le diría a Huguito que vaya a pelear porque suban el mínimo no imponible de Impuesto a las Ganancias en vez de querer que le repartan.
Pero en el mundo real me pongo a pensar en quiénes son la mayoría de los “empresarios” (no todos, pero en especial la gente de la UIA), que han hecho sus negocios con guita del estado, que han “prosperado” gracias a prebendas y favores de los políticos, que no han reinvertido nada de nada en bienes de capital, que han bancado que se vulnere el derecho de propiedad de otros sectores, que han promovido hiper devaluaciones y pesificaciones, que siempre están pidiendo que otros “hagan el esfuerzo”. Y, fundamentalmente, que esas ratas prebendarías se han dado la gran vida a costa de los salarios de los consumidores, trabando su acceso a productos más baratos y subiendo sus propios precios a la estratósfera.
Pienso en todo eso y digo “Hacelos pelota, Huguito. Hacelos pelota. Que repartan hasta lo que no tienen. Que alguna vez garpen algo de lo que han afanado tanto tiempo.” *
(*simple expresión de deseo del autor sobre los que se han beneficiado a costa de todos. Aclara que sabe muy bien que eso empeoraría las reglas de juego haciendo que se invierta menos, pero que en un lugar donde nadie es realmente dueño de lo suyo, qué le hace una mancha más al tigre!)
Lo que podrian repartir es lo que ya el estado o/y gobierno le confisca bajo el rubro impuesto a las ganancias, un poquito menos para la cristina y le damos al empleado. Claro que lo ideal seria que no existiera ese impuesto.
Igual, esto no se trata de un sobresueldo; es otra cosa.
La intencionalidad de el reparto de ganancias es que les abre la puerta a los sindicatos a meterse directamente en la contabilidad de la empresa, y por ende terminar manipulándola.
Yo cambiaría contento repartir ganancias (que está en la Constitución) por el impuesto a las ganancias (que es inconstitucional).
Estaría bastante bueno, no?