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Fútbol que paguen todos (y ahora no mire nadie)
No es sorpresa que se anuncie una reforma en el programa gubernamental «Fútbol para Todos», al menos no es una sorpresa para aquellos que dejaron de ver al fútbol como espectáculo deportivo, o si se quiere como un negocio, y comenzaron a verlo con los mismos ojos que se puede ver cualquier acción de gobierno, desde el manejo de la ANSES y Aerolíneas Argentinas hasta todos los subsidios que se puedan imaginar.
En primer lugar los indicios de que esta vez no iba a ser diferente se comenzaron a ver cuándo a pesar de las promesas de que «el dinero asignado en el Fútbol para Todos era una inversión y se recuperaba fácilmente con publicidad» el gobierno prohibió la publicidad privada y, por supuesto, no tuvo que pasar más de unos meses para que se le asigne mas dinero estatal (bah, de los contribuyentes) al fútbol.
Otra característica de la intervención gubernamental en general es la desnaturalización en el área que interviene. Así cómo conductas pacificas son sancionadas (y no hablo de fumarse un porro, si no de que el kiosquero te dé fuego para fumarte un cigarrillo, las características esenciales de la pasión de multitudes son tergiversadas y manipuladas para satisfacer intereses políticos. En el artículo que de Jorge Oviedo que hoy pública La Nación se toca este tema:
Si un prestador de un servicio en competencia vive de lo que factura debe esforzarse lo más posible en contentar a sus usuarios para que sigan prefiriéndolo, como le pasa a cualquier empresario que pone en escena una obra de teatro por su cuenta y riesgo. Pero si lo subsidian por hacer simplemente funciones, sin importar la calidad, sin una medición de resultado, hará lo que Cherquis Bialo, con elogiable sinceridad ha dicho: contentar al que paga.
Si el Fútbol para Todos tiene o no audiencia, no es un problema de la AFA, sino de quien paga la cuenta.
Se dice que se perjudica a los equipos que se reforzaron, que hicieron las cosas bien, que lograron buenos resultados, que mostraron ser eficientes para manejarse administrativa y competitivamente. No es sorprendente, cuando el estado interviene mal protege a los ineficientes, premia a los que no invirtieron y castiga a los más capaces.
Que se haya duplicado el presupuesto asignado al Fútbol para Todos es también un claro indicio de que este es un programa gubernamental más que, como todos, comenzará a expandirse de una manera que sabemos donde comienza pero no sabemos donde termina. Sin embargo, esto no es lo más preocupante. Ya estamos acostumbrados a este tipo de iniciativas estatales que terminan en el más absoluto de los fracasos, ya lo veremos el año que viene cuando se juegue la liga con mas equipos de todo el mundo (solo Congo y Mozambique le harán competencia a la cantidad de equipos en la liga), lo que realmente elimina cualquier esperanza de vislumbrar un futuro un poco menos peor es esta observación de Oviedo en aquella nota:
Es curioso, pero en Europa y en los Estados Unidos hay gran debate político porque se acusa a los gobiernos de gastar grandes sumas de dinero de los contribuyentes para salvar a bancos, compañías de seguros e inclusos a países enteros que habían administrado mal. Pero en la Argentina, sin debate alguno, se destinan miles de millones para salvar a clubes de fútbol de sus fracasos institucionales, financieros y deportivos.
En realidad no es para nada curioso que no se de este debate en un país en que ningún candidato de la mal llamada «oposición» tenga en vista eliminar el fútbol que pagan todos, y que, ahora, no va a emocionar a nadie.
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agrego esta reflexión de JP Varsky en Canchallena.com:
En octubre, se votará en Asamblea. Desnaturaliza la competencia. No fomenta ni el desarrollo de clubes ni la formación de jugadores. Es política y plata. Hiere de muerte al fútbol argentino. Grondona, los dirigentes de los clubes y el Gobierno aún están a tiempo de evitar semejante esperpento. Todavía pueden convertir esta impactante noticia en una simple bomba de humo.
Impecable Al Verdi.
Interesante! sigan asi, saludos!