La libertad en dos parrafos

La cubana Yoani Sanchez sintetiza en dos párrafos, mucho mas simple y mejor que varios libros, parte de lo que significa vivir en libertad:

Para quienes crecieron en un país donde el estado tuvo -durante décadas- el monopolio empleador, verse empujados a ganarse la vida de manera independiente es como saltar al vacío. De ahí que, por estos días, los temores se instalan entre los trabajadores mientras esperan la publicación de la temida lista con los nombres de quienes perderán su empleo. No sólo los miedos afloran, sino también el oportunismo y el favoritismo. La decisión de quiénes conservaran sus plazas y quiénes no corre por parte de los directivos de cada centro laboral  y ya se sabe de casos donde permanecen no los más capaces, sino los más cercanos al director. Contradictoriamente, las plazas que intentan conservar están subvaloradas salarialmente y la disminución de una cuarta parte de la fuerza laboral activa no significará –por el momento– una elevación en los sueldos de los que se quedan.

Las reuniones para reducir las plantillas se suceden en cada centro laboral, incluso en  sectores tan sensibles como la Salud Pública. En ella se decide algo más importante que un sueldo mensual o la pertenencia a una determinada empresa o institución. Es el momento también de  abrir los ojos a una Cuba diferente, donde ya la premisa del pleno empleo no se proclama a los cuatro vientos y donde el trabajo por cuenta propia se abre como una opción inhóspita e insegura. Algunos cambiarán la bata blanca por las tijeras de barbero o la jeringuilla por un horno donde se cuezan pizzas y panes. Aprenderán sobre la marcha que la independencia económica trae irremediablemente independencia política, quebrarán o prosperarán, mentirán en las declaraciones de impuestos o dirán honestamente cuánto han ganado. En conclusión, emprenderán un sendero nuevo, difícil, donde Papá estado no podrá sostenerlos pero en el que no tendrá fuerzas para castigarlos.

Aquellos que no tienen la posibilidad de vivir con cierto margen de libertad son los que más anhelan vivir sin que nadie interfiera en sus asuntos. Yoani Sanchez, además tiene la posibilidad de expresar ese anhelo por la libertad, de ella y el resto de los cubanos, de manera sencilla y a la vez con mucha fuerza. Por el otro lado, en los países donde no fue abolida la libertad completamente, todavía, los individuos reclaman, en una masa cuasi-uniforme que desean convertirse en esclavos de alguien, desean que otro le diga como tienen que vivir su vida, no quieren asumir la responsabilidad de decidir sobre sus propios actos ni tampoco quieren que otros las asuman (ellos tienen el problema, pero se lo pretenden imponer a los demás también). Pero por qué se da esta paradoja si después cuando uno pierde, o le restringen al máximo, la libertad, la reclama cómo si fuese indispensable para vivir dignamente? Creo yo que es porque dan por hecho la existencia de muchísimas cosas, que, más tarde, cuando es demasiado tarde, se dan cuenta que sólo son posibles de obtener si se vive en libertad.