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En defensa del ¿consumidor?
Cada vez que se menciona algún asunto relacionado con el consumo, y los «derechos de los consumidores» se suele mencionar a una tal Susana Andrada, ella es la cabeza del Centro de Educación al Consumidor cuyo fin según indica su sitio web es «educar e informar al usuario y consumidor. Su prioridad es bregar por los intereses de los ciudadanos en su condición de consumidores.» A ella la dejamos por unos párrafos tranquila
También cada vez que un consumidor se dedica a consumir, entre éste y el comerciante se interpone un enemigo en común: los impuestos. Partiendo del tradicional 21% destinado al IVA, tenemos que calcular también ingresos brutos un 3% y otros impuestos como a las ganancias, y el resto de los que se suman en la cadena de distribución de los productos que al final del día terminan reflejándose en el precio, para el mal del comprador, o lo termina absorbiendo el vendedor, para el mal de él.
Esta situación antipática que generan los impuestos (o mejor dicho, los que los imponen) en el medio de una transacción armónica hace que tanto consumidor como vendedor quieran deshacerse de ellos. Asi lo entiende el responsable de tarjetas de un banco en su testimonio a La Nación:
Pero, según desliza el responsable de tarjetas de un banco de primera línea […] «El comercio se ahorra así IVA, Ganancias e ingresos brutos. De esa manera, tiene más sentido el descuento en efectivo», desliza la fuente, quien reconoció que en la entidad se encontraron precisamente con este obstáculo cuando quisieron hacer una promoción con crédito en los restaurantes, en el interior del país. «Muchos preferían el efectivo, porque operar con tarjeta los obligaba a tener todo en blanco.»
La realidad nos confirma esta situación, según lo expone el diario La Nación de hoy:
Fernando M. estaba por pagar 110 pesos por una pistola de plástico Ben 10 en una juguetería de cadena en elshopping Alto Palermo, cuando se le ocurrió preguntar si hacían algún tipo de descuento en efectivo, ya que pese a la euforia de promociones de los bancos y las tarjetas de crédito, justo ese día no corría ninguna. Para su sorpresa, el vendedor no lo dudó: si pagaba cash , se le bonificaría la compra en un 10%, y lo hizo.
En un restaurante vasco, en Palermo Soho, el menú directamente anuncia un atractivo 30% de descuento para quienes paguen en efectivo al mediodía, de lunes a viernes, y 15% por la noche, los sábados y domingo. Por lo que, antes de ordenar la comida, Gerardo P. y sus amigos contaron los billetes que tenían a mano para ver si llegaban a hacerse del dinero necesario para aprovechar la promoción.
En conclusión, podemos decir que de cuantos menos impuestos en el medio de una transacción, comprador y vendedor saldrán mas beneficiados. Mas allá de cualquier valoración respecto de si pagar impuestos está bien o está mal, o si el monto que se paga es adecuado o es excesivo, cualquier persona que aplica el sentido común a esta situación llegará a la conclusión que acabamos de mencionar, consumidores y comerciantes se ven beneficiados evitando a su enemigo común, los impuestos y por lo tanto no es necesario que nadie los venga a defender.
Volvamos ahora con Susana Andrada Susana Andrada, la defensora de los consumidores, que según lo que se puede leer en dicho diario, opina lo contrario respecto de los vendedores y compradores que acuerdan un precio mas bajo que el expuesto en vidriera o en la carta:
«Ante el desconocimiento del consumidor, se producen todo tipo de irregularidades. El precio al contado debe ser el mismo que con cualquier tarjeta», explica Susana Andrada, directora del Centro de Educación al Consumidor. «Esto significa que ese precio que cobran en efectivo una vez aplicado el descuento es el que deberían cobrarle al consumidor también con tarjeta de crédito o débito, pero como la gente no sabe, no reclama», dice Andrada. Aclara que esto rige para las compras en un solo pago, no para las que se realizan en cuotas, que siempre tienen un recargo implícito.
Además de los impuestos, no olvidemos que al final de cuentas, pagar en efectivo y pagar con tarjeta no es lo mismo para el comercio, tal como indica la nota:
Las tarjetas de crédito les cobran a los comercios 3% de comisión por cada compra, por lo que si un objeto se vende a $ 100, al vendedor finalmente le quedan $ 97. También demoran 18 días hábiles para reintegrarle al comercio el dinero de todas las ventas hechas con tarjeta de crédito y 48 horas con las de débito. Muchos comercios usan estos costos como argumento para justificar una diferencia cuando se abona de contado.
Susana Andrada, la superheroína de los consumidores, no los defiende, no defiende la posibilidad de comprar más barato, lo que haría un verdadero defensor de los consumidores, sino que una vez más se pone del lado de las regulaciones e impuestos que lo único que hacen es perjudicarlos.
Esto es lo que sucede cuando una persona pretende defender a consumidores que nunca pidieron ser defendidos, muy similar a los que dicen «defender la competencia» [YT]
Como nota de color, se puede agregar lo que está haciendo «La Cámpora». La Cámpora vende frutas y verduras al costo (del mercado central) en «negro» (según sus propios estándares) para demostrar que los precios los inflan los comercios. En realidad lo que están haciendo, es demostrar cómo el gobierno encarece artificialmente los productos. Si al precio del mercado central que vende La Cámpora le adicionamos los salarios, las cargas sociales, los aportes, el alquiler, ABL, IVA, Ganancias IIBB, habilitaciones, etc, seguro no estará tan lejos del precio de los que ellos dicen que engañan a la gente. Lo peor de todo, es que si comparamos los precios del Mercado Central del 2003 a hoy, nos vamos a encontrar con que no son iguales, se les adicionó un porcentaje que es lo que algunos llaman INFLACION producto del aumento de la cantidad de dinero para un aumento menor de la oferta de productos.
Deberíamos agradecer a La Cámpora por mostrar a todo el mundo lo que serían los precios sin muchas intervenciones del Gobierno en el mercado. ¿Se imaginan si encima le sacáramos la intervención monetaria?
Entiendo que la defensora del consumidor lo que dice es que si hay una «rebaja» por pago contado, es que en realidad es un «aumento encubierto» por pago con tarjeta. Y si defiende a los consumidores porque pide que nos cobren el mismo precio de contado que pagando con tarjeta (la tarjeta tiene la ventaja de no usar efectivo y de pagar a fin de mes, por eso conviene si es al mismo precio que el efectivo).
Lo podes ver como quieras, como una rebaja en cash, o un aumento en tarjeta, pero el punto es que es una cuestión que queda a decisión del cliente, y de la empresa y sus condiciones, no se trata de un caso donde el consumidor necesite ser defendido porque en ningún momento fue agredido.
De hecho las leyes y oficinas de defensa del consumidor son justificaciones para regular, porque si el consumidor necesita ser defendido porque es agredido (o estafado) puede siempre dirigirse a las leyes a las que se acuden ante un conflicto de cualquier otra indole.
que opinan de los super chinos?
Iván,
¿Qué opinamos con respecto a qué de los supermercados chinos? No entiendo la pregunta.