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La importancia de cuestionarse todo el tiempo
Hoy no voy a escribir sobre el liberalismo, ni sobre el gobierno argentino, ni sobre la falta de libertad en el mundo, ni es una queja furiosa contra lo mal que están las cosas.
Creo que nunca escribí una reflexión personal en el blog, y menos con una historia autorreferencial. Pero voy a intentarlo igual.
En algún momento de mi infancia, no puedo recordar la edad que tenía ni el motivo por el cual ocurrió, alguien me regaló mi primer reloj de pulsera. Estaba muy contento, porque ya tenía amigos en el colegio que tenían reloj, y yo por primera vez en la vida, iba a tener el mío propio y podría saber la hora en cualquier momento (no se para qué me serviría saber la hora, pero estaba muy emocionado). Le pedí a mi mamá que me ayude a ponerme el reloj, y ella lo calzó en mi muñeca izquierda. Y así pasó mi primer día usando orgullosamente el flamante reloj en la mano izquierda.
Al día siguiente, miré el reloj, y sentí que algo estaba mal. Me saqué el reloj y me lo puse (o pedí que me lo pusieran) en la mano derecha. No pasó mucho tiempo para que empezaran los cuestionamientos de los demás: «¿Por qué te cambiás de mano el reloj?», «Jaiekcito, el reloj se usa en la mano izquierda», «¿Sos zurdo?». Me llegaron cuestionamientos de todo tipo, sobre todo porque la mayoría de la gente (todos los que conocía en ese entonces, que no eran muchos) usa el reloj en la mano izquierda y así se suponía que debía ser utilizado. Y al final, mi respuesta a todas las inquisiciones fue «¿Por qué no?, me gusta más así.»
Después de un tiempo fui encontrando motivos por el cual sería conveniente usar el reloj en la mano izquierda. Cada vez que estaba utilizando mi mano de derecha, en ese tiempo principalmente o dibujando, o haciendo la tarea para el colegio, o tomando la chocolatada, me daba cuenta del gran impedimento que tenía si quería, justo en ese instante, saber qué hora era. «Zas, era por eso!». Se encendió la lamparita en mi cabeza y ya la respuesta de por qué debería usar el reloj en la mano izquierda no era «porque todo el mundo lo hace» sino que se había convertido en «si sos diestro, te va a resultar mucho más cómodo». Pero yo necesitaba eso, necesitaba saber que no era una costumbre sin sentido. Tenía que experimentar el usar el reloj en la mano derecha para saber dónde me resultaba más cómodo.
Seguramente pensarán que a partir de ese momento comencé a usar el reloj en la mano izquierda. No señor; hasta el día de hoy, en el que ya entré en la cuarta década de mi vida, uso el reloj en la mano derecha. La verdad que no me preocupa para nada no poder ver la hora al mismo tiempo que estoy haciendo otra cosa con mi brazo derecho, me gusta más así, mi reloj actual no tiene perillas que se incrusten en mi mano, y sobre todo, es un recordatorio de que cuestionar ciertas creencias populares, costumbres sociales e incluso la propia rutina, es un sano y muy importante ejercicio de razonamiento y autodescubrimiento. El cuestionamiento, incluso de las ideas de uno mismo, es lo único que nos puede hacer crecer como personas, alejarnos de los dogmas, abrazar el pensamiento crítico y establecer nuestro propio sistema de valores.
Me pasó exactamente lo mismo con lo del reloj, cuando me obligaron a usarlo en la izquierda, cada vez que quería saber la hora miraba siempre la muñeca derecha.
Ahora directamente ya no lo uso, entre el celular, la computadora y el reloj de pared ya no me es necesario pero si lo hiciera también lo seguiría usando en la derecha.
Vos decis que tendra que ver con mi acercamiento al ateísmo, al escepticismo y al libertarismo? vos decis que tiene alguna relación con mi aversion por la izquierda ideológica? jaja
Abby,
digo que el hecho de cuestionar la costumbre debe estar relacionado con una forma de tratar de entender la realidad por tus propios medios, en lugar de aceptar lisa y llanamente lo que otro te dice que es lo correcto.
Me parece que una actitud así frente a todos los órdenes de la vida puede tener que ver con el ateísmo, el escepticismo y el libertarismo y que todo ello esté relacionado. O puede que no. De ahí la reflexión.
Cuanta verdad en tus comentario che, al igual que la persona que comentó antes ya dejé de usar reloj luego de que se quedara sin pila hace 5 años y no me hizo falta de hecho ya que cualquier aparato hoy disponible a la mano tiene reloj. Pero esa educacion que nos dieron de niños hoy por hoy me queda de alguna forma, incluso me resulta raro cuando Homero aparece en alguna escena con reloj y como está en su mano derecha me parece como un «error»
Pero si, el control ejercido en la edad temprana puede hacer estragos, esto del reloj es una trivialidad, llevalo a cosas mas grandes y «ay caramba!»
Yo me ato los cordones como no se los ata nadie (o casi nadie). Han tratado de censurarme el hábito pero no han podido!
Algo que aprendí de las artes marciales no tradicionales es que hay que adaptar la técnica / objetivo a uno mismo. Todos somos distintos y tenemos físicos y esquemas mentales diferentes, por más que apuntemos a un objetivo similar. Es adoptar el camino de menor resistencia.
Me gustó mucho el artículo, la verdad una joyita, de esas que hay que volver a leer de vez en cuando. Lo que explicás me hizo acordar a párrafos de un libro que recomiendo: «Las condiciones del espíritu cientifico» de Jean Fourastié. Ed. Ediciones Cid – Colección Esquemas del Futuro.