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De regreso a clase, de regreso a la realidad
Después de andar viajando un poco llegó la hora de volver a clases y toparme con la realidad argentina, claro que no esperaba chocarme tan de golpe con esta realidad en la primer clase del curso que comenzó en el cuarto bimestre. No es la primera vez que vuelco en este blog alguna de mis experiencias en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Este relato se suma a una serie de episodios vividos que no reflejan únicamente el zeitgeist universitario, sino el de toda la sociedad.
Sucedió en un curso de la rama de derecho empresarial, dónde el profesor dijo que es importante que los alumnos tengan opiniones sobre la realidad jurídico-política del país, y justo hablando de las AFJPs y su relación en el derecho concursal le preguntó a un alumno que estaba sentado atrás mio cuál era su opinión sobre la re-estatización del sistema de seguridad social. «Yo estoy de acuerdo, porque la seguridad social es una cuestión muy importante como para dejarla en manos de privados», contestó. Yo me retorcí.
A continuación, el profesor pidió que levantara la mano si había alguien que no estaba de acuerdo con esa proposición, mi mano era la única que estaba levantada. Era una mano que no sólo se trataba de una manifestación acerca de una política pública determinada, era una mano que representaba la auto-estima, la confianza en los individuos para resolver sus propios problemas, la idea de que uno mismo es quién mejor puede decidir acerca de su propio futuro. Una mano levantada en un desierto de personas que cree que un puñado de funcionarios tiene que decidir acerca de su futuro y el de todos los demás.
Mi idea fue tildada de «abolicionista», de un liberalismo extremo. Aunque supongo no era su intención me sacó una sonrisa. Después me relacionó con un profesor de Estados Unidos que escribió sobre esto en los 90s llamado Nosis (sic), se confundía al profesor universitario Robert Nozick, que escribió sobre filosofía política en el 74, con la empresa que brinda informes de crédito. El profesor, un peronista, citó en varias oportunidades a Perón. Todo una paradoja que en la Facultad de Derecho, alguien mencioné constantemente a uno de los responsable de pervertir el derecho de Argentina.
No es una situación nueva encontrarme solo en un mar de estatismo en mi facultad, muchas veces la propuesta de que nosotros podemos, y debemos ser responsable de nuestros actos y permitirnos actuar en libertad fue tomada como si hubiese sido un chiste. No está presente siquiera la posibilidad de que esa idea sea discutida.
Volviendo a la pregunta, es interesante la respuesta que dio mi nuevo compañero respecto de quién tendría que hacerse cargo de la planificación de su retiro, «es muy importante para que la manejen los privados», dijo. ¿Le habrá pasado alguna vez por su cabeza que sea él quien planifique como va a manejar su futuro? No lo se. En primer lugar, supongo que en ningún momento se planteó así la pregunta que hizo el profesor. La seguridad social – habrá pensado – es una cuestión muy importante. ¿Pero por qué se llamara seguridad social? Acaso la planificación personal para su futuro en determinada edad deja de ser parte de la esfera individual y pasa a ser parte de algo llamado «seguridad social», un concepto demasiado a abstracto. Imaginen si además de prevenir que uno planifique para su vida en la tercera edad, también se instaure en la sociedad la idea de la importancia del «futuro social». Futuro social que debería ser garantizado por el estado, por eso será éste quien define la carrera que seguirá cada ciudadano, así garantizando que la carrera estudiada le otorgue un retorno aceptable para poder vivir. En el caso de la «seguridad social» es lo mismo, sólo que para otra etapa. La misma existencia del sistema incentiva a la mayoría a comportarse de manera irresponsable ya que su futuro se encuentra cubierto por la supuesta asistencia estatal que recibirá.
La idea de llamarlo seguridad social tiene como objetivo formular una diferencia entre los planes individuales de vida, y el plan individual para la vejez, éste último estaría ya dejaría de ser responsabilidad propia y pasa a ser responsabilidad del estado. El llamado sistema de seguridad social desincentiva a la gente a planificar su retiro, tal vez porque los resultados del sistema en el momento en el que uno deba retirarse no son conocidos. En la Argentina la quiebra del sistema ha sido una constante y millones de personas se han visto, y se van a ver afectados. En educación, por el contrario, a pesar de que no exista una alternativa verdaderamente libre, la gente percibe en el momento la paupérrima calidad de la oferta educativa estatal (o de escolarización para ser más precisos con el lenguaje), por lo tanto las familias el primer ahorro que hacen una vez que tienen familia es para sostener una educación aceptable para sus hijos. ¿Pasaría lo mismo si el gobierno deja de actuar de forma paternalista respecto del retiro? ¿No es hora de que nos dejen actuar como gente responsable de nuestro propio destino?
El daño que ha hecho el paradigma estatista sobre el tejido social es muy difícil de revertir, solamente deshaciendo todo este cumulo de medidas y permitiendo que surjan iniciativas verdaderamente libres para la gestión del futuro de cada uno, podrá devolverle la confianza y la auto-estima a la gente de que se pueden hacer valer por sí solos y que no tienen que depender de un estado papá (un padre malo, por supuesto) para que los guíe a lo largo de su vida. La independencia y la confianza en uno mismo son dos aspectos claves para vivir con dignidad.
Muy buen post.
Loquito Al Verdi…Me siento identificado por que me pasó algo muy similar pero en la facultad de exactas y naturales en un debate que un profe propuso por que tenía dudas personales acerca de como alumnos de ramas de ciencias duras opinaban acerca de ramas sociales y «blandas», todos concordamos en que eran muy importantes pero la pregunta siguiente fue: «Bueno…Teniendo en cuenta que todos concordamos en esto, ¿Para ustedes cual sería el modelo de país que les permitiría realizar su sueño de ser grandes científicos?» Un mar de silencios…Hasta que de 80 y pico de personas levanté la mano y dije: «Uno más liberal, clásico, no de eso que llaman neoliberal (Lo aclaré por que la gente escucha «liberal» y le viene a la cabeza toda esa bosta mal llamada tal vez para aterrorizar a esa palabra en boca de jóvenes idealistas) sino liberal en serio, donde el destino de cada persona este en sus manos, que todos tengamos los mismos derechos, las mismas libertades, que todos tengamos la posibilidad de ser felices y que el Estado deje de meterse en el color de calzones que compro o en que como y no como, como gasto mi sueldo y por que preferí ir a veranear a Méjico antes que a Santa Teresita», automaticamente saltó una mina toda colorada de ira con unas ideas del zurdaje más jovial y «revolucionario» jamás visto, argumentando como el estado debía estar presente SI o SI, que de ellos dependía el futuro de la Nación y de todas las personas que habitaban este suelo, que sin el estado la Argentina toda sería un completo CAOS…Mi respuesta fue: «La historia se cansa de demostrar que las verdaderas genocidas son las administraciones públicas» Comenzó a recitarme de una forma poética el manifiesto marxista a lo cual respondí: «No puedo ponerme a debatir ideas fracasadas y destruídas con refutación tal que quedaron en estado fósil», en cólera la mujer arremetió pero el profesor detuvo el «debate» diciendo que era tal vez un poco vergonzoso que en una clase de 80 y pico d personas hubieran solo 2 que trataban de defender su postura y los demás no supieran siquiera decir ALGO distinto, al menos un quejoso y simple «No me gusta hablar de política». Tirame un correo si tenés ganas!! Excelente nota!!