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Cristina Kirchner en un discurso

Dicen los obsecuentes, y aquellos seguidores de los obsecuentes, que Cristina Kirchner es una gran oradora, probablemente los que sostienen esto nunca la escucharon hablar.  Un discurso de Fernández de Kirchner se encuentra plagado de conceptos sin terminar, de frases mal construidas, de datos falsos, de gaffes, y principalmente de un actitud soberbia que hace que cualquiera que no caiga dentro del plano de la obsecuencia quiera dejar de escucharlo.

Pero los discursos de la presidenta son reveladores. Son reveladores de su forma de pensar, de su paradigma de ver el país, de la posición que piensa para ella misma en el país, y por supuesto de las políticas que lleva adelante. Un gran ejemplo de esto es el último discurso que dio anunciando una nueva fase de los Créditos del Bicentenario.

Los tres temas del título de este post, nos da un panorama de lo que se avecina en el país, y la verdad no es nada bueno. Veamos lo que dice desde su altar la presidenta.

Alerta!

Corporativismo. Este fue el tema principal por el que se convocó a la dosis diaria de  palabras de la líder. Una oda a la alianza entre empresas especialmente seleccionadas y el estado, una homenaje a la ignorancia de las decisiones individuales de la gente. Dice Kirchner:

Hoy, estamos prácticamente completando con éstos – me voy a poner los anteojos porque no me quiero equivocar- la primera etapa de este Proyecto de Financiamiento del Bicentenario, que lancé en este mismo salón, el 4 de junio –  nos andamos con los 4 últimamente, vienen los 4 de punta – el 4 de junio de 2010, que eran por un total de 8 mil millones de pesos, con una tasa del 9,9, con un plazo de gracia de un año y a cinco años. Bueno prácticamente es una cosa imposible en el mercado bancario normal y realmente con mucho éxito porque hoy estamos alcanzando con los créditos que hemos otorgado elegibilidad hoy llegando a los 7.808 millones, los créditos de hoy son por 1.545 millones. Y yo también quiero anunciar que vamos a lanzar la segunda etapa, por otros 8 mil millones de pesos más para el Proyecto del Bicentenario.

No son simplemente créditos para generar puestos de trabajo, o para sostener la demanda interna, son privilegios que recibe un puñado de empresarios a costa de todo el resto de la sociedad. Si, los 8 mil millones, que fueron prestados a tasas negativas (con una inflación del 25%, una tasa del 10% es negativa), son obtenidos del dinero que el gobierno toma de los salarios, de las ganancias de los que ofrecen un producto o servicio demandado por la gente, de los fondos con los que se van a pagar míseras jubilaciones en un futuro (previamente saqueados a sus verdaderos dueños). Si está todo tan bien, y los proyectos son rentables, ¿por qué es necesario que el gobierno realice estas transferencias forzosas y regale dinero a las empresa?. ¿Por qué el gobierno ignora las decisiones que toma la gente de que hacer con su dinero? Por último, estos créditos del bicentenarios, no generan empleo, y mucho menos generan riqueza, son una simple manera de dirigir la economía, que, como en todos los casos, luego termina estrellándose contra un paredón, y el impacto es doloroso.

Proyecto X. Si el control económico, que por supuesto no se limita a los créditos del bicentenario, no es suficiente. El gobierno kirchnerista no se sonroja a la hora de aplicar mecanismos de control social, ni a admitir lo que antes no existía:

Porque cuando van a constatar – porque está detenido quien conducía, estaba identificado en el proyecto X ¿Se acuerdan de las tapas, que tuvimos – ya se van a acordar algunos – de las tapas que nos pusieron que la Gendarmería tenía un proyecto X, que investigaba y seguía a los políticos, o sea que prácticamente habíamos armado una red de espionaje, que Esquenone estaba espantado, que es el jefe de la Gendarmería y decía: “señora, nunca hicimos eso”. Este que conducía el camión figuraba en dos circunstancias adentro de ese software del proyecto X y se lo está también identificando sobre ese tema. Miren ustedes cuántas tapas nos comimos diciendo que espiábamos a la gente con ese proyecto X. Él que detuvimos, en el camión, estaba en el proyecto X, así que quédense tranquilos. Salvo que estén haciendo algo que no corresponda, ahí si puede ser que estén en el proyecto X.

Meses atrás, Anibal Fernández, decía: «El «Proyecto X» no existe». Como si se hubiese acabado un hechizo, el «Proyecto X» ahora existe. A Cristina Kirchner no le importó admitir, junto a la existencia de dicho proyecto, que el estado recaba información de los ciudadanos, sin ningún tipo de orden judicial.

Mientras tanto, pocos valientes se dedican a decir las cosas como son.